Cbt1996: hola linda, a mi igual me dio ternura el yokai y por primera vez Kag se sintió poderosa con el gran amigo de Inuyasha en sus manos jajajaj y Naraku nunca pensó que con su presencia le hizo un gran favor a Inu y a los demás, besos linda.

Kayla lynnet: hola linda, el plan del yokai es llevársela lejos pero le enferma que Kag no lo acepte sólo a el. Ella los ama a los tres y se lo va dejar muy claro, hasta que se le meta en la cabeza a Inu. La entrada de Naraku es muy importante en esta historia, más adelante sabrás porque. Si, Kag tarde o temprano se va saborear a ese trio jaja saludos linda.

Rocio k Echeverria: Hola linda, el hanyo siempre va estar celoso sobre todo mas adelante. Con el yokai no hay remedio, siempre le redacta con detalles lo que hizo con Kag, a pesar de que el hanyo vio todo jajaja. Naraku es alguien que tenia que estar si o si en este fic para cambiar el destino de Inu jajaj y si, Naraku no es idiota, el sabe que puede ser controlado por el demonio que a mi también me cuesta escribir jajaj pobre Naraku nadie lo quiere. Saludos linda

Annie perez: Hola linda, si esta batalla es una de las que más me costo escribir, ojalá te guste linda, saludos.

Karii taisho: Hola linda, yo creo que el yokai siempre supo que Kag era su compañera, pero el orgullo no lo deja ver, si el hanyo y humano son orgullos y tercos, el yokai mas. Y un trio waa quien fuera Kag para eso jajaj recordé el fic de Minako K y los tres Inuyasha, como gozo esa Kag en ese fic jajajaj. Saludos linda.

Gyggicats: Hola linda, que linda leerte en el fic de nuevo, fue muy lindo de tu parte linda, muchas gracias y la primera vez de Kag, pues eso lo sabremos cuando llegue el momento jiji saludos linda y gracias.

Marielvalentinavazquezrodrigue: Hola linda, gracias por leer bella. Pos aquí esta el capi. perdón por la demora. Saludos linda

Moroha23iki: Hola linda, ahora le toco a Kag ser la que manda, pero con ese pedazo de hombre yo feliz caigo a sus pies jaja. Saludos linda.


Inuyasha vs Naraku

Perspectiva de Kagome

- Inuyasha, ¿por qué nos estamos alejando tanto de la zona?

- Porque si.

- Pero, ¿Cuál es tu plan?

- Llevarte lejos, convencerte de que tienes que escogerme a mi y después marcarte para que podamos follar a gusto.

- ¡¿Qué?! ¡¿Acaso eres un pervertido?! - grite indignada, mientras me cruzaba de brazos y miraba hacia otro lado, sin detener mis pasos.

Esta versión de Inuyasha realmente es pervertida.

Mordí mi labio al recordar la manera en la que desperté en la mañana, con mis piernas abiertas y su cabeza entre ellas.

Inicio del flashback.

Me removí algo incómoda por aquel cosquilleo en mi parte baja. Abrí mis ojos, sintiendo algo en mi intimidad, bajé mi mirada y me encontré con Inuyasha lamiendo toda la zona.

- Inu... Inuyasha, ¿Qué haces?

Me miró desde su altura y esbozó una sonrisa.

- Dime, perra, ¿Qué estabas soñando para tener este olor tan exquisito?

- ¿Qué? - traté de apoyar mis codos en el suelo, sin embargo, él me tenía bien sujetada. - Inuyasha... ya no... mmm... no sigas.

- Tú tono me dice que siga, no te preocupes, ya casi termino.

Y, sin decir más, el maldito me dio el mejor sexo oral, uno que no voy a olvidar nunca en mi maldita vida. Grite su nombre al final, sintiendo el placentero orgasmo.

- ¡Inuyasha!

Fin del flashback.

- ¿En que piensas, perra?

- ¿Qué? - salí de mis pensamientos.

- Te estoy preguntando en lo que piensas, ¿acaso estabas recordando lo que pasó está mañana? - preguntó, con una sonrisa.

- ¡Claro que no, tonto! - grité, roja como un tomate.

- Si quieres, podemos repetirlo...

- ¡No! Claro que no, cerdo.

- Si, seguro, como si no supiera que...

Se quedó callado, mientras su expresión cambiaba a una completamente seria, casi rozando el enojo, o eso me pareció.

- ¿Qué pasa? - no respondió. - Inuyasha... - insistí.

- Quédate atrás de mi, ahora.

- ¿Qué?

- ¡Ahora! - ordenó.

Le hice caso, sin embargo, me quedé helada.

Puedo sentir la presencia de los fragmentos y esa energía... no puede ser.

Miré hacía el cielo, corroborando que se trataba de ellos.

- Maldita sea...

- Vaya, vaya, pero miren a quienes tenemos aquí, nuestro amigo Inuyasha y Kagome.

- Naraku... Kagura... - susurré.

Perspectiva de Inuyasha

La escuché susurrar sus nombres, mientras fijaba mi mirada en ellos.

- Asique tú eres el idiota ese, Naraku. - solté, sonriendo.

- Ohh, que novedad... con que no me conoces, a pesar de las reiteradas batallas que tuve con tu parte hanyo.

- Mira, me importa una mierda el problema que tengas con ese hanyo, pero, por si no te has dado cuenta, él ya no está... ahora yo soy quién tiene el control de mi cuerpo y no me interesa conocer a la basura con la que el híbrido ha peleado, ¿de acuerdo?

- Tan engreído como tus demás partes, ¿verdad?

- Escúchame bien, débil hanyo, porque eso es lo que eres, ¿verdad Naraku? - sonreí al ver como su cara se transformaba. - No me interesa matar a un insecto como tú, pero si te pones en mi camino, te mataré como la rata que veo que eres.

- Vaya, al parecer no sabes nada de mi, Inuyasha, pero... aún así hay algo que no logro comprender, ¿Cómo es que en tu forma yokai aún no has matado a esa pequeña humana, mientras que a los demás no tenías miedo de asesinarlos?

- ¿Ellos siguen con vida?

Escuché a la humana preguntar, detrás de mi.

- Así es, aún están vivos. - respondió la mujer llamada Kagura.

- ¡¿Por qué no se largan antes de que los mate a los dos?! - les grité.

- Nos iremos, después de matarte, Inuyasha. - responde Kagura. - ¡Danzas de las cuchillas!

Por puro instinto, sujeté a la humana y salté lejos de los ataques de esa mujer.

- Inuyasha.

- Quédate aquí y no te muevas.

- Pero...

- ¡Es una maldita orden, perra!

Asintió y mi vista se dirigió hacia esos malditos, al mismo tiempo en que comenzaba a correr hacia ellos.

- ¡Malditos! ¡Los destrozaré! - empecé a pelear contra ellos.

- Vaya, al parecer, hasta tu demonio quiere proteger a esa chiquilla.

- ¡Cállate! ¡Garras de fuego!

- Jajaja necesitas más que eso para derrotarme, Inuyasha, ¡Remolino!

Observé como utilizaba el abanico para atacarme, sin embargo, yo fui más rápido que sus tontos ataques. Unos asqueroso tentáculos quisieron atraparme, pero los rompí con mucha facilidad, pero eran demasiados, a ese paso, no terminaría nunca.

- ¿Qué pasa, Inuyasha? - rio. - ¿Por qué no usas a colmillo de acero?

- ¡No la necesito, bastardo!

- ¿O será que la espada te rechaza por ser un demonio completo?

- ¡Cállate, idiota! ¡Garras de fuego!

Maldición, el maldito se oculta detrás de esa bola de energía. Si mal no recuerdo, la humana me había dicho que la espada era capaz de romperla... ¡maldita sea! ¡Y justo en este momento no puedo usarla!

Pensé, molesto.

- ¿Qué pasa, Inuyasha? ¿Ya te diste cuenta que no puedes hacerme daño?

- ¡Claro que no! Sólo estoy pensando en que matarte ahora no sería demasiado divertido. - sonreí con malicia.

- Entonces, continua peleando...

Más tentáculos salieron de su cuerpo con la intención de atacarme, pero yo continuaba rompiéndolos con facilidad, mientras estas largaban veneno.

- Este olor... pude oler este veneno el otro día en el aire, ¡eras tú, maldito!

- Así es, era yo.

- Bastardo, ¡te mataré!

En ese momento, escuché el grito de la humana y mi cuerpo se tensó, al mismo tiempo en que volteaba en su dirección.

Perspectiva de Kagome

Maldita sea, justo ahora tienen que aparecer Naraku y Kagura... Inuyasha no puede usar a colmillo...

- ¿Qué se siente ser la única a la que Inuyasha yokai no ha atacado?

Me congelé, llevando mis ojos hacia un lado y notar que, en el aire, ella me estaba mirando.

- Kagura. - susurré.

- Dime, Kagome, ¿por qué eres la única a la que no atacó?

- ¿A que te refieres con eso? - respondí, molesta.

Pude escuchar su risa escondida tras su abanico.

- Sólo dime... ¿Qué pasaría si así como te protege a ti, también protegiera a la sacerdotisa Kikyo?

Sentí como si sus palabras fuesen un puñal, uno que atravesaba mi corazón y apreté mis puños.

- ¡Eso no es asunto tuyo! - grité.

- Jajaja tienes razón, no es asunto mío, sólo te lo dije para que recuerdes... que tu querido Inuyasha no se quedará solo después de que te mate.

¿Qué... qué dijo?

Retrocedí.

Kagura... ¿va a matarme?

Miré por unos segundos en la dirección de Inuyasha, sin embargo, supe que no debía distraerlo, después de todo, Naraku podía matarlo. Regresé mi vista a Kagura y me maldije por no tener mi arco conmigo. Ella preparó su abanico y yo comencé a correr, con la intención de alejarme, sin embargo...

- ¡Muere, sacerdotisa! ¡Y me llevaré los fragmentos conmigo! - escuché su voz detrás de mi. - ¡Danza de las cuchillas!

Solté un grito, producto del doloroso impacto de su ataque y, segundos después, todo se volvió negro.

Perspectiva de Inuyasha

- Vaya, al parecer, Kagura por fin terminó con la vida de esa niña.

Sentí como dentro de mis oídos se oía una especie de zumbido, mientras mi pecho comenzaba a subir y bajar como loco, mi sangre comenzó a hervir al grado de sentir que quemaba, mis colmillos crecieron hasta hacerme sentir el sabor metálico de mi propia sangre, mis garras se alargaron de manera sobrenatural mientras mis ojos se mantenían fijos en el cuerpo de la humana, el cuál estaba tirado en el suelo.

- ¿Qué pasa, Inuyasha? ¿Te impactó ver como murió tu sacerdotisa? - rio.

Voltee, mirándolo fijamente con mis ojos inyectados de sangre y, al parecer, mi rostro se veía cambiado, ya que el suyo palideció de inmediato.

- Maldito bastardo... te mataré. - comencé a correr hacia él, con mis garras listas para atacarlo.

- No puedes tocarme, Inuyasha, ¿lo olvidaste?

Lanzó una nube de veneno, la cuál traspasé con facilidad

- ¡Imbécil! ¡¿Crees que tu débil veneno podrá hacerme daño?! - grité, mientras saltaba y rompía su maldita bola de energía y mis garras destrozaban todo desde su hombro hasta su mano.

Se alejó de mi, mientras yo aterricé en el suelo.

- Mal... maldito Inuyasha... me las vas a pagar, ¡Kagura! ¡Vámonos!

- Esta bien, Naraku, sólo deja que le de el golpe final...

Mi cuerpo reacciono solo y, en dos segundos, me encontraba al lado de la maldita de Kagura, listo para matarla y, lo hubiese conseguido de no ser porque el bastardo de Naraku le avisó.

- Kagura, va hacia ti...

- ¿Qué?

Se alejó rápidamente, montada en lo que parecía ser una pluma, sin embargo, logra rasgarle la espalda.

- ¡Maldito! - gritó, acercándose a Naraku. - Maldito Inuyasha... tus amigos me las pagarán.

Desaparecieron sin más y me quedé ahí, de pie, tratando de controlar el palpitar de mi corazón y el ardor de mi sangre. Voltee, fijando mi vista en ella. Me acerqué hasta quedar a su lado, entonces me agaché la observé.

- Ka... Kagome. - susurré.

Pude escuchar su corazón, el cuál me indicó que estaba con vida, pero inconsciente. En ese momento, sentí mis garras y colmillos regresar al mismo tamaño que poseen cuando soy yokai. Sus piernas estaban algo quemadas, al igual que sus brazos, nada que mi saliva no pudiese curar, ya que por suerte, mi haori la había protegido del ataque.

La cargué en mis brazos, para llevarla a un lugar seguro, mientras observaba la dirección en la que podía haberse ido ese bastardo.

- Maldito... vas a pagar muy caro tu insolencia.

El que toca a mi compañera, es hombre muerto.

Sentí el palpitar de la espada y dirigí mis ojos a ella. Tomé una decisión, una que no me agradaba mucho, pero juré, al precio que fuese, que iba a matar a Naraku y a la maldita de Kagura.

Continuará...


Si llegaron hasta aquí, gracias :)

Créditos de la ortografía a la bella autora, Cbt1996, gracias linda :)

Pd: No me maten, mis amores, ustedes mismo lo leyeron, Kag sigue viva jajaj jamás le haría daño jiji besos.

Próximo capitulo: Inuyasha yokai toma su decisión final.