Henry notó el gesto de Amy, su intento de escapar, y la detuvo suavemente. -Es comprensible que te asuste, pero no tienes por qué preocuparte-, dijo con calma. -Cuando te vi, noté muchas similitudes con tus madres. Además, soy el Autor, tengo cierta habilidad para percibir conexiones entre las personas y sus historias-. Amy lo miró con sorpresa y temor, pero Henry continuó con comprensión. -Sé que Regina y Emma son tus madres, Amy. No tienes que ocultarlo, aparte soy tu hermano mayor.
Henry rodeó a Amy con un abrazo reconfortante mientras ella sollozaba. -No te preocupes. Entiendo que esta situación sea difícil para ti-, dijo con gentileza. -Puedes quedarte tranquila, guardaré tu secreto y te ayudaré a encontrar una solución para que puedas regresar a tu tiempo-. Amy asintió con gratitud, sintiendo un gran alivio al saber que tenía un aliado. Juntos, comenzaron a idear un plan para resolver la situación y asegurarse de que el encuentro entre sus madres no se viera afectado.
Mientras caminaban fuera de la cafetería, Henry continuó explicando cómo había descubierto la verdad sobre Amy. -Fue todo un conjunto de pequeños detalles-, explicó. -Tienes los ojos de Emma y el pelo de Regina, y hay cierto parecido en tu personalidad que me resultaron familiares-. Amy escuchaba atentamente, asimilando cada palabra.
-¿Cómo es posible que hayas nacido?-, Amy lo miró frunciendo el ceño parecido al de Regina – No me mal interpretes, solo que de verdad te pareces mucho a ellas, por lo que deberían ser tus madres biológicas- preguntó Henry, confundido por la situación. Amy suspiró antes de responder -El poder que tienen ellas juntas es extraordinario, Henry. Pueden hacer cosas que van más allá de nuestra comprensión-, explicó. -No sé los detalles exactos, pero sé que mi existencia está de alguna manera vinculada a esa magia.
Henry asintió, absorbido por la explicación. -Entiendo-, dijo, aunque seguía sintiéndose desconcertado por todo lo que estaba descubriendo. Juntos, continuaron su conversación, explorando las implicaciones de la situación de Amy y buscando una solución.
Amy compartió con Henry cómo se sentía al tener a Regina y Emma como sus madres, aunque no pudiera referirse a ellas de esa manera en el presente. -Es difícil no llamarlas 'mamás'-, admitió con tristeza. -Siento pánico de arruinar todo, de cambiar algo que podría afectar su relación en el futuro.
Ella continuó explicando que su madre del futuro, Regina, era quien la ayudaba a controlar sus poderes, mientras que Emma se encargaba de su protección. -A veces me siento abrumada-, confesó. -Pero mis madres siempre están ahí para reconfortarme, para guiarme y apoyarme en todo momento-. Sus palabras resonaron en el aire, revelando la profunda conexión que compartía con ellas, incluso a través del tiempo.
Henry rodea sus hombros con su brazo asintiendo todo lo dicho – Puede que Emma sea mi madre biológica, pero entiendo todo lo que sientes, hemos pasado por tanto que tengo una conexión con ellas que es increíble – dijo melancólico recordando el pasado con sus madres – Así, que debemos tener una operación en esta historia – Amy se para y le dice – Ya tengo una, se llamará "Operación Time Travel".
Emma estaba en la comisaría, concentrada en sus deberes, cuando su celular comenzó a sonar. Al ver el nombre de Snow en la pantalla, una sonrisa iluminó su rostro. Deslizó el dedo para contestar.
-Hola, mamá -dijo con alegría-. -¿Cómo estás?
Desde el otro lado de la línea, la voz emocionada de Hope resonó. -¡Hola, mamá! Estoy muy emocionada porque empiezo la escuela. ¡Espero hacer muchos amigos!
Emma sintió una oleada de felicidad al escuchar la emoción en la voz de su hija. -¡Eso suena genial, cariño! Estoy segura de que te irá increíble en la escuela y harás muchos amigos nuevos. ¿Te has divertido en casa de la abuela Snow?
Hope respondió con entusiasmo, contándole a Emma todas las actividades divertidas que había hecho con su abuela. Mientras escuchaba a su hija hablar emocionada, Emma se sintió agradecida por tenerla en su vida y prometió hacer todo lo posible para asegurarse de que tuviera una infancia feliz.
Después de colgar la llamada con Hope, Emma vio entrar a Regina con una expresión preocupada en su rostro. Levantó la mirada para encontrarse con los ojos de la alcaldesa.
-¿Qué pasa, Regina? -preguntó Emma, notando la tensión en el ambiente.
Regina suspiró, frunciendo el ceño -He estado buscando información sobre el poder de Amy, pero no he encontrado nada relevante. Parece ser algo que no está registrado en ningún libro ni documento mágico conocido. Es como si su poder fuera único, y eso me preocupa.
Emma asintió, sintiendo una punzada de ansiedad. -Esperaba que pudiéramos encontrar alguna pista que nos ayudara a entender mejor la situación. Pero parece que estamos en un callejón sin salida. Regina le colocó una mano reconfortante en la mano de Emma. -No te preocupes. Seguiremos buscando una solución. Si hay alguien que puede encontrar una respuesta, somos nosotras.
Emma sonrió débilmente, agradecida por el apoyo de Regina. Sabía que juntas podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara. se levantó de su asiento con cuidado, decidida a guardar algunos documentos que habían estado sobre su escritorio durante toda la mañana. Mientras se dirigía hacia el archivador, Regina también se puso de pie, ajustando el pliegue de su falda con elegancia.
-Debo ir a la alcaldía a trabajar un poco más-, anunció con su característica determinación. -Necesito ordenar mis pensamientos.
Emma asintió con un leve murmullo, sintiendo una extraña sensación de proximidad mientras Regina se ponía de pie junto a ella. Aunque intentó desviar la mirada, encontró sus ojos vagando hacia los labios de Regina, fascinada por su suavidad y la forma en que se curvaban al hablar.
Por un instante, el aire parecía cargado de electricidad, y Emma se encontró incapaz de apartar la mirada de Regina. Se dieron cuenta del espacio íntimo que compartían, pero ninguna de las dos parecía dispuesta a romper el hechizo.
Sin embargo, antes de que el momento pudiera profundizarse, Regina se separó suavemente y se encaminó hacia la salida. Emma se quedó allí, con el corazón latiendo con fuerza y las emociones revoloteando en su mente, mientras contemplaba la partida de Regina con una mezcla de anhelo y confusión.
Regina llegó a su despacho con la mente llena de pensamientos turbulentos. Se dejó caer en su silla, sintiendo confusión y excitación que la invadía por completo. No podía evitar dar vueltas en su cabeza al encuentro con Emma en la comisaría, preguntándose qué significaba esa sensación tan intensa que había experimentado al estar cerca de ella.
¿Por qué le latía el corazón con tanta fuerza? ¿Qué era esa chispa que había sentido entre ellas? Regina intentó encontrar respuestas en su mente racional, pero todo lo que encontraba era un torbellino de emociones sin definir. No sabía cómo describir lo que había pasado, ni qué significaba para ella esa extraña conexión con Emma.
Con un suspiro, se dio cuenta de que tendría que enfrentar esos sentimientos tarde o temprano. Por ahora, solo podía concentrarse en el trabajo y tratar de dejar de lado la confusión que la invadía.
Mientras Emma se sumergía en su trabajo en la comisaría, no podía sacarse de la cabeza el encuentro con Regina. Cada gesto, cada mirada, parecía haberse grabado en su mente de forma indeleble. A medida que repasaba los recuerdos de los años compartidos, se dio cuenta de que siempre había sentido algo por Regina, algo más que una simple amistad.
Emma se cuestiona qué es lo que siente realmente por Regina, empieza a recordar los momentos que pasaron juntas durante todos esos años. Ella siempre se había sentido atraída por Regina, pero ella estaba con Killian y Regina con Robin en ese tiempo, por lo que reprimió todos esos sentimientos, muy en el fondo de su ser.
Ahora que ambas estaban solteras, Emma se encontraba cuestionando qué era lo que realmente sentía por Regina. La idea de estar atraída por otra mujer la desconcertaba y la asustaba al mismo tiempo. Había pasado tanto tiempo reprimiendo esos sentimientos que ahora se sentía perdida, sin saber qué hacer con ellos. Sin embargo, cada vez que recordaba la cercanía con Regina, el calor de su sonrisa, la intensidad de sus miradas, no podía evitar sentirse atraída hacia ella de una manera que nunca antes había experimentado.
En el bullicioso y acogedor interior de Granny's, las risas y charlas llenaban el aire mientras Emma Swan compartía una mesa con su madre, Snow White. La luz del sol filtrándose por las ventanas iluminaba la habitación, creando un ambiente cálido y reconfortante.
-Emma, cariño, sé que las cosas no han sido fáciles últimamente-, comenzó Snow, su voz suave y tranquilizadora. -Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti y para Hope. Estoy dispuesta a ayudarte en todo lo que necesites.
Emma asintió, agradecida por el apoyo incondicional de su madre. -Gracias, mamá. Significa mucho para mí-, respondió con sinceridad, tomando la mano de Snow en un gesto de gratitud.
La conversación continuó, con Snow brindando palabras de aliento y sabiduría mientras Emma compartía sus preocupaciones y pensamientos. Juntas, encontraron consuelo en la compañía mutua y la fortaleza de su vínculo familiar.
Al día siguiente la rubia permanecía sumerjida en su trabajo, mientras su hija ya se encontraba en el colegio, decidió conversar con Hook antes de ir por Hope.
Emma se encontraba sentada en su oficina, con la mirada perdida en el horizonte mientras esperaba a Hook. Pronto, el sonido familiar de las botas que resonó en el pasillo, anunciando la llegada del pirata.
Hook se encuentra frente a Emma con una sonrisa forzada, intentando ocultar el cansancio en su rostro. -Hola, Swan-, saludó, con un tono que denotaba cierta tensión.
Emma asintió brevemente, sin apartar la mirada del horizonte. -Hola, Hook.
Juntos, emprendieron el camino hacia el colegio de Hope en un silencio incómodo, interrumpido solo por el murmullo del motor del automóvil de Emma. A medida que avanzaban, la tensión entre ellos era palpable, como si el peso de su historia compartida estuviera presente en cada palabra no dicha.
Al llegar al colegio, intercambiaron unas pocas palabras corteses mientras esperaban a que saliera Hope. Cuando finalmente la vieron salir, sus rostros se iluminaron con una sonrisa forzada, tratando de ocultar las grietas en su relación.
Durante el trayecto de regreso a casa, intentaron mantener una conversación ligera sobre el día de Hope en la escuela, pero era evidente que ambos estaban luchando por encontrar un terreno común. A pesar de sus esfuerzos por llevarse bien por el bien de su hija, el abismo emocional entre ellos seguía presente, recordándoles constantemente los obstáculos que enfrentaban en su relación.
-Entonces, ¿cómo quieres organizar las visitas?- preguntó Hook, rompiendo el silencio incómodo que los rodeaba.
Emma reflexionó por un momento antes de responder. -Puedo encargarme de llevar a Hope al colegio por las mañanas, y tú podrías recogerla por las tardes. ¿Te parece bien?
Hook asintió con aprobación. -Sí, suena bien para mí. ¿Qué hay de los fines de semana?
Emma frunció el ceño, pensativa. -Podemos turnarnos los fines de semana si prefiero o uno de nosotros puede pasar el sábado con ella y el otro el domingo. ¿Estás de acuerdo?
Hook asintió nuevamente. -Estoy de acuerdo. Quiero estar más presente en la vida de Hope, así que haré todo lo posible por cumplir con estos horarios.
Emma asintió con una sonrisa, agradecida por el compromiso de Hook. Aunque su relación seguía siendo complicada, estaban decididos a trabajar juntos para brindarle a su hija la estabilidad y el amor que merecía – Si quieres llevarla una mañana a colegio o quedar con ella un día de la semana, también se puede conversar- finalizó abriendo la puerta para que se marchara.
Al día siguiente Emma golpeó suavemente la puerta del despacho de Regina antes de entrar. -Hola, Regina. ¿Puedo pasar un momento?
Regina levantó la mirada de su escritorio y sonrió al ver a Emma. -Claro, Emma. Adelante, ¿qué pasa?
Emma entró y se sentó frente a Regina. -Quería hablar contigo sobre lo que sucedió con Hook ayer.
Regina asintió, indicándole que continuara.
-Decidimos establecer algunos días específicos para las visitas de Hope, quedó claro sin discusiones de por medio. Si surge algún compromiso, podemos cambiar los días según sea necesario-, explicó Emma.
Regina asintió comprensivamente. -Eso suena bien. Es importante tener un plan establecido.
Emma asintió, agradecida por la comprensión de Regina. -Sí, definitivamente. También quería preguntarte cómo va todo con Amy. ¿Han descubierto algo sobre cómo ayudarla a regresar a su línea temporal?
Regina suspiró y se recostó en su silla. -Bueno, por ahora Amy está con Henry, Jacinda y Lucy. Están haciendo todo lo posible para ayudarla a encontrar una solución para regresar a donde pertenece.
Emma asintió, preocupada pero también aliviada de que Amy estuviera en buenas manos. -Esperemos que encuentren una solución pronto. No debe ser fácil para ella estar en una época que no es la suya.
Regina asintió con seriedad. -Exacto. Pero haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarla.
Emma suspira -Gracias, Regina. Es reconfortante saber que estamos trabajando juntas en esto.
Regina le sonrió cálidamente. -Siempre lo hacemos, por algún motivo estamos entrelazadas.
Emma devolvió la sonrisa, agradecida por tener a Regina a su lado.
Emma miró a Regina con una mezcla de seriedad y vulnerabilidad en sus ojos - Regina, he estado pensando mucho últimamente. ¿Y si todo este tiempo he estado jugando con el destino? ¿Y si la persona que estaba destinada a estar conmigo ha estado frente a mí todo este tiempo, y simplemente no nos dimos cuenta?
Regina frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras de Emma. -¿A qué te refieres, Emma?
Emma bajó la mirada, sintiendo la urgencia de expresar lo que había estado sintiendo en su corazón. -Me refiero a ti y a mí, Regina. Siempre hemos estado tan cerca, trabajando juntas, apoyándonos mutuamente… ¿y si eso significa algo más?
Regina la miró con sorpresa, procesando las palabras de Emma. -Emma, no sé qué decir… He pasado por mucho en mi vida, y he aprendido a aceptar las cosas tal como son. ¿Por qué nosotras debemos sufrir?
Emma asintió, comprendiendo las palabras de Regina. -Lo entiendo, Regina. No quiero presionarte ni hacerte sentir incómoda. Solo necesitaba decirlo en voz alta, para entenderlo mejor yo misma.
Regina le dio una suave sonrisa, apreciando la sinceridad. -Gracias por compartirlo conmigo, Emma. Podrías venir a casa a cenar si te apetece.
Emma asintió con una sonrisa, agradecida por la invitación de Regina. -Me encantaría cenar contigo, Regina. Creo que podría ser agradable.
Regina asintió, sintiendo un cálido cosquilleo en el estómago ante la perspectiva de tener a Emma cerca. -Perfecto. Te prometo que prepararé algo delicioso.
Juntas, salieron del ayuntamiento a buscar a Hope avisando a Hook sobre sus planes y se dirigieron hacia la casa de Regina. A lo largo del camino, compartieron pequeñas charlas, disfrutando de la compañía mutua.
Una vez en la casa de Regina, empieza a hacer la cena mientras Emma está con Hope emocionada por su día en el colegio y Amy se une a esa conversación al sentir la presencia de sus madres en la casa, los minutos pasan y el aroma tentador de la cena recién preparada llenaba el aire. Se sentaron a la mesa y comenzaron a disfrutar de la deliciosa comida, conversando animadamente sobre diversos temas.
A medida que la noche avanzaba, Emma y Regina se sentían más cómodas en la presencia una de la otra, pero con cierta tensión por parte de Regina. Había una conexión especial entre ellas, una sensación de entendimiento y complicidad que las llenaba de calidez, a pesar de los pensamientos tormentosos que tendría las ojos marrones.
Después de la cena, se retiraron al acogedor salón y siguieron charlando, compartiendo historias y risas mientras Hope y Amy se encontraba sentada en el piso mirando una película. En ese momento, Emma y Regina se dieron cuenta de lo mucho que disfrutaban de estar juntas, y eso les asustaba, ya que no entendía bien lo que pasaba.
Amy observaba con atención la dinámica entre Regina y Emma, notando cómo las cosas habían cambiado sutilmente en las últimas semanas. Se dio cuenta de que Regina parecía estar alejándose un poco de Emma, y eso la preocupaba. Pasando las horas, Emma decide que es tarde, por lo que se retira de la mansión junto con su hija en brazos, Emma sintió la tensión en el ambiente por parte de Regina mientras conducía al llegar a su casa.
Un día, mientras estaban en la alcaldía discutiendo sobre posibles soluciones para el problema de Amy, ella decidió abordar el tema con Regina.
-¿Estás bien, Regina?- preguntó Amy con delicadeza, notando la preocupación en los ojos de la alcaldesa.
Regina suspiró, sintiéndose un poco abrumada por la situación. -No lo sé, Amy. Parece que no podemos encontrar una solución para tu situación, y eso me está afectando más de lo que pensé.
Amy asintió. -Entiendo. Pero no tienes que cargar con todo esto sola, ¿sabes? Emma también está aquí para ayudarnos, y juntas podemos encontrar una solución.
Regina le ofreció una pequeña sonrisa a Amy, agradecida por sus palabras de apoyo. -Gracias, Amy. Buscaremos la información para que esto termine y estés con tus madres.
Amy asintió, sintiéndose reconfortada al ver que Regina estaba dispuesta a seguir adelante a pesar de los desafíos.
Emma notaba el distanciamiento sutil pero perceptible de Regina durante los últimos días, y eso le preocupaba. No entendía por qué Regina parecía estar alejándose de ella, y se preguntaba qué había hecho mal.
Una tarde, después de un largo día de trabajo en la comisaría, Emma decidió abordar el tema con Regina. Se encontraron en el pasillo de la alcaldía, y Emma se acercó con cautela.
-Regina, ¿podemos hablar un momento?- preguntó Emma, con una expresión preocupada en su rostro.
Regina levantó la mirada, su semblante un poco más serio de lo habitual. -¿Qué sucede, Emma?- respondió con frialdad, como si estuviera esperando una confrontación.
Emma inhaló profundamente, tratando de mantener la calma ante la actitud defensiva de Regina. -Siento que últimamente te estás alejando de mí, y no sé qué hice para que te sientas así. ¿Hay algo que esté mal entre nosotras?
Regina mantuvo su postura firme, evitando el contacto visual con Emma. -No es nada, Emma. Simplemente he estado ocupada con los asuntos de la alcaldía y los reiones, eso es todo.
Emma podía sentir la tensión en el aire, y sabía que no podía dejar las cosas así. Se acercó un poco más a Regina, tratando de tranquilizarla. -Regina, sé que las cosas han sido difíciles últimamente con todo esto de la magia de Amy, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Si necesitas hablar o si hay algo en lo que pueda ayudarte, solo dímelo, recuerda que estamos juntas en esto.
Regina pareció considerar las palabras de Emma por un momento antes de responder. -Gracias, Emma. Pero no necesito tu ayuda. Puedo ocuparme de mis propios asuntos y de Amy.
Emma asintió, sintiéndose un poco desanimada por la respuesta de Regina, pero decidida a no rendirse. - De todas formas lo haré, Regina - dijo con determinación alejándose del lugar.
La debilidad de Amy no pasó desapercibida para Regina. La joven parecía cada vez más exhausta y su magia, una vez poderosa, ahora flaqueaba. Preocupada por el bienestar de ella, Regina decidió buscar ayuda, y la única persona en la que podía confiar para eso era Emma.
Una tarde, Regina llamó a Emma a su despacho, con la esperanza de encontrar una solución para el problema de Amy. Emma entró, notando de inmediato la expresión preocupada en el rostro de Regina.
-¿Qué sucede, Regina?-, preguntó Emma, sintiendo la tensión en el aire.
Regina suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas. -Es sobre Amy. Ha estado mostrando signos de debilidad últimamente, y no sé qué hacer al respecto.
Emma frunció el ceño, preocupada por la joven. -¿Qué tipo de signos?
-Su magia está menguando-, explicó Regina. -No sé por qué, pero creo que necesita ayuda, y no puedo hacerlo sola - dijo con un murmuro.
Emma asintió, entendiendo la gravedad de la situación. - Entiendo. ¿Tienes alguna idea de lo que podría estar causando esto?
Regina negó con la cabeza. -No tengo ni idea. Pero sé que necesitamos descubrirlo pronto antes de que sea demasiado tarde, me preocupa esa niña por alguna razón que no puedo explicar.
Emma asintió - Entonces, trabajaremos juntas para encontrar una solución. No dejaremos que Amy empeore.
Regina sonrió apenas, agradecida por el apoyo de Emma. -Gracias, Emma. Cualquier cosa te aviso.
Emma asintió alejándose de la oficina.
Había pasado tres días desde la conversación en la alcaldía y el aire en la casa de Regina estaba cargado de tensión cuando Emma y Regina entraron. Llevaban días así, antes de la conversación sobre Amy, habían estado evitando cualquier tema que no sea relacionado con la niña y la situación finalmente estalló en una discusión acalorada.
-¿Qué está pasando contigo, Regina?-, preguntó Emma, con un tono de voz que apenas contenía su frustración. -Has estado actuando de manera extraña últimamente, y no puedo seguir fingiendo que no lo noto.
Regina frunció el ceño, su temperamento flaqueando ante la acusación directa de Emma.-¿Actuando de manera extraña? ¿Y tú qué sabes de mi vida, Emma? No te he pedido que me analices.
Emma apretó los puños, sintiendo la frustración burbujeando dentro de ella. -¡Por supuesto que no lo has pedido, pero como siempre, tengo que ser yo quien inicie una conversación! ¿Por qué siempre tienes que ser tan cerrada, Regina? ¡Nunca te abres conmigo de verdad!
Los ojos de Regina centellearon con resentimiento. -¡No tienes ni idea de lo que estoy pasando, Emma! No sabes lo difícil que es para mí lidiar con todo esto.
-¡Entonces explícamelo!-, gritó Emma, sus emociones a punto de desbordarse. -¡No puedo ayudarte si ni siquiera me dices qué está pasando!
Hubo un momento de silencio tenso mientras ambas mujeres se miraban fijamente, respirando profundamente para calmarse. Finalmente, Emma rompió el silencio con voz firme.
-Regina, lo siento. Pero no puedo seguir fingiendo que está todo bien cuando claramente no lo está. Necesitamos hablar sobre lo que está pasando, ahora mismo.
Regina suspiró, sintiendo que sus defensas se desmoronaban ante la determinación de Emma. - No lo sé, Emma- Regina apretó los puños, sintiendo la frustración burbujeando dentro de ella mientras Emma la miraba expectante.- No puedo explicarlo, Emma - comenzó, su voz tensa. -Es como si… algo estuviera cambiando entre nosotras y no puedo entenderlo.
Emma frunció el ceño, sintiéndose cada vez más frustrada por la falta de claridad de Regina. -Pero Regina, ¿cómo puedes decir eso y luego no explicarlo? Estoy tratando de entenderte, pero necesito que me digas qué está pasando.
Regina bajó la mirada, sintiéndose atrapada por las emociones que la invadían. -De verdad no sé, Emma. No puedo explicarlo porque ni siquiera yo entiendo del todo lo que está pasando-, admitió con sinceridad.
Emma suspiró, sintiéndose impotente ante la confusión de Regina. - Entiendo que estés confundida, pero no podemos simplemente ignorar esto, Regina. Necesitamos hablarlo y encontrar una solución juntas - Emma se acercó a Regina con frustración marcada en cada gesto, sus ojos reflejaban la confusión y el anhelo de entender lo que estaba pasando. - Regina, por favor, confía en mí -, comenzó, su voz resonando con urgencia. -No puedo soportar esta distancia entre nosotras sin saber por qué. Necesito que me digas qué está pasando, por favor.
Regina se sintió abrumada por la intensidad en los ojos de Emma, pero también por la sincera petición de la mujer frente a ella. Suspiró profundamente antes de responder, su tono más suave que antes. -Emma, yo…- comenzó, pero las palabras parecían atascarse en su garganta mientras luchaba por encontrar la manera adecuada de expresar sus sentimientos.
Amy interrumpió el tenso momento – Hola, solo venía por agua -, rompiendo la tensión entre Emma y Regina. Regina asintió con una sonrisa forzada hacia Amy. -No te preocupes, Amy, solo estábamos hablando-, dijo con calma, tratando de ocultar la incomodidad que aún pesaba en el aire. Emma asintió también, tratando de recuperar la compostura después de la intensa discusión.
Amy se acercó tímidamente a Emma y preguntó: -¿Están enojadas por mi culpa?- Emma le sonrió tranquilamente y respondió: -No, Amy, no es tu culpa. Solo estamos pasando por un momento difícil, pero lo resolveremos juntas – Regina desaparece por un momento para ir a la cocina por el vaso de agua de Amy.
Henry entró en la casa de Regina y notó de inmediato la tensión en el ambiente. Se acercó a Amy con una expresión de preocupación y le preguntó -¿Cómo estás, Amy?
Amy habló con Henry sobre cómo se sentía, mientras Emma y Regina se limitaban a mirarse en silencio. Emma notó que Regina se alejaba y decidió acercarse más, sin intención de intimidar, sino para que Regina notara su determinación -Esta conversación no ha terminado-, mostrando su firmeza en sus palabras.
Muchas gracias por las personas que se toman el tiempo de leerlo, he visto el trafico de lectura de este y me siento feliz por el resultado, por favor comenten para saber si voy por buen camino.
I have seen that there are people from other countries who dont speak Spanish, if you are reading this, thank you very much and if you like it, please let me know.
