A veces, Liam se preguntaba cómo sería la vida si fuera un muggle, probablemente no sufriría por ser un mago, pues no tendría ni pisca de idea sobre lo que es un mago de verdad. Era un pensamiento que a veces se le pasaba por la cabeza, pues, aún que tuviera una vida social normal, Liam a veces envidiaba la vida social muggle, salir a diferentes lugares y pasarla bien por ahí. Cómo fuera, su vida estaba bien como estaba, así que decidió seguir con eso.

Navidad ya estaba cerca, y Liam regresaría a casa, por fin, para celebrarlo con la familia. Había platicado del tema con Emma, y tras mucho pensar, decidieron que la chica iría a casa de Liam, para después ir los dos juntos a la casa de los Brown, pues les gustaría celebrar la navidad con las dos familias juntas.

McGonagall estaba algo triste, pues, al ver qué el nombre de Liam no figuraba en la lista de los que se quedaban, fue a su encuentro. Desde que Liam había entrado a Hogwarts, siempre se había quedado en el colegio para navidad, y, a consecuencia de eso, McGonagall le pedía siempre que preparara el clásico pavo navideño. Desde primer año, McGonagall se dio cuenta, tal vez por influencia externa, que Liam era hábil en la cocina, así que le impuso como prueba preparar un enorme pavo. El chico, en ese tiempo, niño, acepto, y dejo maravillada a la directora. Pero al parecer, ese año no habría pavo de navidad especial. McGonagall le pidió a Liam que reconsiderara, pero el chico se negó y se encogió de brazos.

Había pasado un rato desde que diciembre empezó, y el primero de diciembre, Liam festejo, y no, a la vez. Ese día, se supondría estaría cumpliendo años de relación con Amanda, pero, evidentemente, ya no lo hacía. El chico pensaba en eso mientras esperaba junto a Emma, Jack, Dalia, Tom y Raine, en la estación de Hogsmeade. Cuando el tren partió, Liam siguió pensando en eso. El primero de diciembre, se había propuesto a hablar por fin con Amanda, por lo que le pidió el espejo doble a Emma. Amanda festejo con Liam, desde su dormitorio, pues la habían castigado por hacerle un hechizo desvanecedor a la silla del profesor de Transformaciones. No había una razón lógica para celebrar, pero a los dos les gustaba hacerlo, recordando los buenos días que vivieron juntos.

La tarde se enfrasco en el compartimento de los chicos, como anunciando la fatídica llegada a casa, que no era tan preocupante y triste como la de fin de curso, pero casi tan emocionante como la de inicio de curso. Liam vislumbro King's Cross, ya cuando el sol teñía de color naranja todo el ambiente. Se despidió de Jack y Dalia, aún que, con la esperanza de volver a verse en navidad, pues también les habían hecho la invitación a los Archer. La familia Baker, y Emma, vieron a el señor y señora Baker, como siempre, esperando en el estacionamiento de la estación.

—ya están aquí mis niños! — dijo la señora Baker contenta, abrazando a sus tres hijos — como te está yendo hija?

—muy bien — sonrió Raine — tengo muchas cosas que contarte, mamá

—a nosotros también nos va bien! — dijeron Liam y Tom, celosos

—jaja, me alegro — sonrió la señora Baker

—ah! ¡Papá! — dijo Raine, contenta, viendo al señor Baker

—hola hija — sonrió el señor Baker, casi con una lagrimita en el ojo

—y veo que también viene una invitada — dijo la señora Baker — que tal, Emma?

—bien — respondió la chica, sorprendida por la cálida familia Baker — estoy ansiosa de volver a su casa!

—claro, y deberíamos darnos prisa — sonrió la señora Baker — verdad, cariño?

—por supuesto — sonrió el señor Baker y abrió el maletero — veamos, empecemos por el más grande — dijo, y tomo el equipaje de Raine

Era un auto en el que cabían tres personas perfectamente en la parte de atrás, pero no cuatro. Así que Emma se acomodó, muy contenta, en el regazo de Liam. El pobre chico noto, en todo el camino, como su madre veía a ambos chicos por el retrovisor, con una sonrisa enorme. Pero la casa de los Baker estaba relativamente cerca de King's Cross, así que no tardaron mucho en llegar, por lo que Liam no tuvo que aguantar tanto. En cuanto Aura entro a la casa, Liam saco a la gata de la jaula, y Aura corrió por todos lados, contenta y a sus anchas.

—ven, vamos, rápido! — decía Liam animadamente, tomando a Emma de la mano y dirigiéndose a las escaleras

—ah, alto jovencitos — dijo la señora Baker — no pensarán que dormirán juntos, o sí?

—si — respondió Emma — no pienso dormir en otro lado

—así me gusta — río la señora Baker — Liam, me tomé la molestia de limpiar tu habitación, aún que ya la tenías bastante limpia de todos modos…

—gracias, mamá — sonrió Liam

—bien, vayan, entonces — dijo la señora Baker contenta — y no quiero ruidos extraños en la noche

—mamá! — dijo Liam apenado — ay, vamos Emma, vamos!

—jaja, ya voy, ya voy! — río Emma y subió junto a Liam las escaleras

La habitación de Liam estaba iluminada agradablemente por el sol del atardecer. Era una habitación ordenada, como a Liam le gustaba, y Emma se sorprendió del orden, tanto que decidió desordenar un poco, Liam la dejo hacerlo.

—ok, quiero que veas esto — dijo Liam abriendo su clóset, y sacando el pensadero — aquí lo tienes

—vaya… — Emma vio sorprendida el pensadero — con que aquí ves a tu novia Annelie

—que no! — gruño Liam — aquí es donde empieza la investigación, querida

—me gusta que me llames así — sonrió Emma y vio al clóset, se acercó y vio los recuerdos, menos de la mitad estaban rotulados — faltan bastantes

—sip, y con los nuevos… — dijo sacando las botellitas que le había dado Adelaine — que emoción!

—ah, tienes a Amanda — dijo Emma tomando la foto de la chica, en el escritorio — y dónde está mi foto?

—bueno, es que no tienes ninguna foto — río Liam — pero ahí estamos los tres, en mi mesita de noche

—vaya — Emma se acercó al otro cuadro — sí que hemos cambiado… así se veían antes? — dijo viéndose el pecho

—Ven — le dijo Liam tomando un frasco nuevo — quiero enseñarte esto

—ok — sonrió la chica y se dirigió al lado de Liam

—estás lista? — dijo Liam viendo a la chica

—lo estoy — Emma asintió con la cabeza

—bien, vamos entonces — Liam destapó el frasco y vertió el contenido en el pensadero — tienes que meter la cara

—la cara? — dijo Emma confundida

—aja, toda… bueno, sígueme la corriente — dijo Liam y se acercó al pensadero

Liam cayó entre la, ya común, oscuridad, hasta que el gran comedor se materializó debajo de sus pies. Un segundo después, Emma cayó a su lado, bastante asustada, vio a todos lados.

—estamos en Hogwarts… otra vez! — dijo, sorprendida — ahí están Harry Potter y los dos que no me acuerdo!

—Ron Weasley y Hermione Granger — dijo Liam buscando a Jacob con la mirada

—esos! — Emma siguió viendo alrededor — y ahí están mis padres!

—ah sí? — Liam volteo

En un extremo de la mesa de slytherin, estaban el señor Brown y la ahora señora Brown. Eran bastante jóvenes, incluso más de lo que eran Liam y Emma en ese momento, tras un rápido vistazo, pudo deducir que eran alumnos de tercer año. La señora Brown, que Liam sabía se llama Ruby, era una chica de cabello corto hasta los hombros, pelirroja y con el cabello liso, justo como su hija lo era. A su lado, el señor Brown, que hablaba animadamente, era un chico de cabello castaño y corto, sin, obviamente, su característica sombra de barba, que apareciera en el futuro. Los dos eran de gryffindor, y parecían compartir una conversación muy animada, pues el señor Brown sonreía de oreja a oreja, mientras que la señora Brown, tan seria como siempre, mantenía una sonrisa prudente y tranquila.

—así nos vemos nosotros? — le dijo Emma a Liam

—supongo — dijo Liam mirando a la señora Brown — te pareces bastante a tu mamá

—pero más bonita — sonrió Emma orgullosa

—ah, mira, ahí está la profesora Amelia, y ahí está el profesor Forker — dijo Liam y apunto a la mesa de Ravenclaw y slytherin respectivamente

La profesora Amelia ahora era una niña, de once años, en su primer año de Hogwarts. Comía, muy nerviosa, mientras daba momentáneas pinceladas de vista a un libro, y después miraba nerviosa a un grupo de chicas sentadas enfrente de ella, pero recorridas a la izquierda. Por otro lado, el profesor Forker, de doce años, tenía, como siempre, a una chica mirándola atentamente, y jugueteando tontamente con su cabello, mientras que el profesor hacía gala de su blanca sonrisa. Justo a unos tres asientos a la izquierda, estaba la madre de Liam, la señora Baker, que hablaba muy contenta con un joven Adrel, con el uniforme de Hufflepuf y de la misma edad que Jacob, Adelaine, y la ahora Beatriz Baker, trece años.

—vamos — le dijo Liam y se acercó a la mesa de slytherin, en donde sacudió, como siempre, la imagen de Adrel

—no te cae bien así, ¿no? — río Emma

—no, míralo, mira esa sonrisa! — gruño Liam — está claro que le gusta mamá, tonto. — dijo mientras revolvía más la cara de Adrel

—déjalo — río Emma — además aquí está su novia — dijo apuntando a una chica de Ravenclaw

Adelaine, como en el futuro, era una chica bonita, de cabello largo y ondulado, pero con la misma cara de querer provocar el mal mundial, pero en el buen sentido. Liam apartó la mirada de la chica, a pesar de que se le hiciera bastante atractiva, y busco a Jacob, lo encontró unos asientos más haya, en la misma mesa de slytherin.

—…y eso voy a hacer — contaba Annelie, cortando un pedazo de carne

—deberías de ir directo a la sala común — dijo Jacob tímidamente, junto con Annelie, eran alumnos de tercer año — sabes cómo están las cosas…

—aja, y? — gruño Anne

—bueno, es que no quiero que te pase nada… — dijo Jacob apenado

—somos sangre pura, idiota — dijo Anne y le dio un pequeño golpe en la cabeza a Jacob — no nos va a pasar nada, no tenemos que preocuparnos como los idiotas sangre sucia

—ah, con que ella es — dijo Emma viendo a Annelie, de cabello rubio claro — pues sí que se parece a Raine

—aja — suspiro Liam — te los presento, ella es Annelie Everly, y él es Jacob Fisher, son una parejita muy "bonita"

—ya veo — Emma miro a Jacob

—pero… bueno, a lo mejor…

—me estás diciendo sangre sucia? — gruño Anne y amenazó a Jacob con el cubierto

—n—no p—pero m—me p—preocupo por ti — Jacob miro tímidamente a la chica

—no tienes de que — dijo Anne y regreso el cubierto a la carne — soy sangre pura y slytherin, el monstruo ni se me va a acercar

—regresa temprano a tu casa, por favor — dijo Jacob preocupado

—no — respondió la chica, Jacob abrió la boca para decir algo — cállate — dijo inmediatamente

El gran comedor se emborrono, y Emma salto a los brazos de Liam, que se quedó quieto. Pronto apareció un pasillo solitario, Annelie y Jacob estaban ahí. Jacob temblaba mientras Annelie revisaba un pergamino.

—d—deberíamos irnos ya — dijo Jacob tímidamente

—no — contesto la chica

—l—lo siento A—Anne… me voy — Jacob tomo su mochila — no podemos estar solos sin un prefecto…

—no te vas a ir — Anne guardo el pergamino

—lo siento — Jacob se dio la vuelta

—que no! — Anne tomo a Jacob del brazo y lo jalo

—me lastimas — dijo tímidamente

—sí, idiota, eso es lo que quiero hacer — gruño y tiro al suelo a Jacob, saco rápidamente su varita y con un rápido conjuro lo dejo maniatado

—oye! — Jacob intento ponerse en pie, pero Anne le ato las piernas con una soga mágica

—aquí te vas a quedar — río Anne — hasta que admitas que los sangre pura somos superiores

—no lo somos — gruño Jacob dando vueltas — somos iguales que los demás

—que no! — Anne pateó a Jacob — nosotros no estamos al nivel de esos estúpidos! ¡Somos mejores!

—basta! — dijo Jacob retorciéndose de dolor

—bah, da igual — sonrió Anne — todos creen que ese Potter es el heredero de Slytherin, pero se equivocan, YO LO SOY!

—tú lo eres? — dijo Jacob asustado

—claro que lo soy — río Anne — yo tengo el control del monstruo, y hasta se en dónde está la cámara de los secretos!

—Como?! — Jacob abrió los ojos, aterrado — t—tú has ido contra t—todos esos h—hijos de muggles?!

—CLARO! — sonrió Anne — y ya le dije al monstruo que viniera por ti, pues te niegas a aceptar la verdad

—n—no, A—Annelie… p—por f—favor n—no! — Jacob empezó a llorar y hablar entrecortadamente

—Annelie, por favor, si! — dijo Anne con una enorme sonrisa de satisfacción

—Anne! ¡Por favor! — sollozo Jacob — s—somos amigos!

—somos amigos, somos amigos — río Anne — mis amigos no apoyan a los estúpidos muggles, así que… adiós, espero que el monstruo te coma rápido, y no haga tanto ruido JAJAJA — dijo y camino dando saltitos

—ANNE! — grito Jacob desesperado

—has algo! — le dijo Emma a Liam

—no puedo — suspiro Liam — ves? — Liam intento tomar la mochila de Jacob, pero la atravesó como si de agua se tratara — no puedo hacer nada, nunca puedo

—ANNELIE! — volvió a gritar Jacob, con lágrimas en los ojos

Empezó a retorcerse, para tomar la varita de su túnica, pero no lo logro. Y se quedó tumbado, llorando. Pero un prefecto llegó, el prefecto de Ravenclaw, y ayudo a Jacob a liberarse. Pero eso fue en un buen rato, al principio del recuerdo, al atardecer estaba terminando, y cuando el prefecto llegó, la noche ya se posaba sobre sus cabezas. Liam y Emma despegaron hacia arriba, y, como siempre, cayeron al suelo de la habitación de Liam.

—auch — dijo Emma sacudiéndose un poco

—te toma por sorpresa — suspiro Liam poniéndose de pie y ayudando a Emma

—ya veo — Emma se acomodó el cabello — es eso lo que dices, ¿no?

—aja — Liam miro al pensadero — por qué?

—por que seguían juntos, dices? — Emma miro confundida a Liam

—sí, por qué? — suspiro Liam — ella… que era todo eso del heredero de Slytherin?

—papá me habló de ello — contó Emma — aparentemente se soltó un monstruo en la escuela, que atacaba solo a los hijos nacidos de muggles, aún que nunca mato a ninguno, solo aparecieron mensajes extraños en las paredes… pero si petrificaba, todos decían que el monstruo venía de la cámara de los secretos, y luego se desveló que era un basilisco

—pues así yo también tendría miedo — dijo Liam, y un escalofrío recorrió su cuerpo

—tú también quedaste petrificado por uno — dijo Emma recordando — aún que era un boggart…

—gracias por eso — suspiro Liam, recordando que Emma le había hablado del basilisco en su segundo año, y por eso, cuando un boggart se le atravesó a Liam, el chico quedó petrificado

—ya te pedí perdón — gruño Emma — pero bueno… imagínate si en ese entonces era uno real

—no! — dijo Liam asustado

—no te preocupes, en realidad yo soy la heredera de slytherin, y controlo al basilisco — río Emma

—y yo soy mortifago — río Liam

—jaja, imposible — dijo Emma contenta — bueno, y por qué Jacob no corto relación con esa niña?

—no lo sé — suspiro Liam — ahora que veo ese recuerdo, sospecho que Jacob ya sentía algo por Anne en ese entonces

—y cómo lo iba a sentir? — Emma cruzó los brazos — era una loca!

—algo… algo debió de haber pasado — Liam se dirigió al pensadero y saco su varita, removió el contenido y guardo de nuevo el recuerdo — veamos… como debería de llamarse…

—Heredero de Slytherin? — sugirió Emma

—ah, claro — sonrió Liam, tomo una etiqueta y anoto con un rotulador fino — ahí está, dejémoslo por aquí… — Liam dejo el recuerdo junto a los demás — ahora, veamos el siguiente…

—quieres ver otro? — dijo Emma sorprendida

—tenemos tiempo — dijo Liam ya con un nuevo recuerdo en sus manos — vamos, mi amor

—ok, cariño — río Emma y se acercó a Liam

—aquí va — Liam vertió el recuerdo — veamos si puedo odiar todavía más a Anne

En medio de la oscuridad, que parecía tinta, empezó a aparecer un pasillo. Liam y Emma aterrizaron sobre el suelo de Hogwarts. Vieron alrededor, Jacob esperaba, mientras veía el tapiz de Bárnabas el chiflado. Jacob había crecido, ahora tenía nuevamente quince años, y tarareaba contento una canción, que Emma reconoció como de las brujas de Macbeth. A su encuentro llegó Annelie, resplandeciente y con una sonrisa hermosa, el cabello rubio y largo bien arreglado, y el uniforme de slytherin impecable.

—Hola — dijo cariñosamente

—Anne! — Jacob sonrió y saludo a la chica con un beso en la mejilla

—aquí estamos otra vez, ¿eh? — sonrió y miro a la pared — bien, me alegro, tengo varias cosas que hablar contigo

—por supuesto — sonrió Jacob y ambos pasaron tres veces enfrente de la pared

—rápido! — dijo Liam corriendo hacia la pared, que empezó a abrirse

—es algo pronto para entrar de nuevo — suspiro Emma y los dos chicos entraron a la habitación junto a Jacob y Annelie

—bien, bien — Anne tiro su mochila a la cama, que era la misma que habían ocupado Liam y Emma, la habitación en general era muy parecida

—aquí tomaste la idea, ¿eh? — dijo Emma y vio a Liam, que asintió con la cabeza

—estoy emocionado, pronto será la segunda prueba del torneo, sabes que… — pero Anne lo interrumpió con una cachetada

—te has estado portando mal, Fisher — sonrió Anne — te eh visto hablar con una de esas zorras

—no uses esa palabra — dijo Jacob frotándose la mejilla

—como sea — suspiro Anne — te has estado viendo con otras, ¿verdad?

—no — contesto Jacob — tú me dijiste que…

—no lo hicieras — completo Anne — sin embargo, sigues desobedeciendo. Te vi con esa estúpida de Palmer, y me han contado por ahí que ya se metió con cinco tipos

—eso es mentira — dijo Jacob negando con la cabeza — ella no se ha metido con nadie, ni siquiera ha tenido novio, creo que le falta uno…

—y te estás ofreciendo para el puesto? — gruño Anne

—no, no, claro que no — dijo Jacob rápidamente — yo salgo contigo

—bien, felicidades, estás consiente de eso — dijo Anne con una sonrisita falsa — pero te crees muy bonito, ¿no? Estás bien arreglado, mírate — Anne paso sus manos por la túnica de Jacob — vienes peinado, y hasta estás usando loción, y todo para impresionar a esa zorra de Palmer

—que no uses esa palabra! — gruño Jacob

—cállate — dijo dándole una pequeña cachetada a Jacob — yo uso las palabras que se me antojen, y no estás en posición de pedirme cosas, Fisher. Te dije que, si te veías con otras, yo sufriría, eso es lo que tú quieres, que yo sufra, ¿verdad?

—claro que no — le dijo Jacob apenado — yo te quiero, ya lo sabes

—cada que mientes, me lastimas — dijo Anne, fingiendo nuevamente un llanto falso, tanto que hasta le salió una lágrima

—no te miento! — Jacob le secó la lágrima con el dedo — yo te quiero mucho Anne, y no me estoy metiendo con nadie, por qué tú eres mi novia

—lo soy — sonrió Anne — soy a quien le perteneces, no a Palmer, ni a Bell, a mí, yo soy la única que tiene que tener tu amor, soy la única que puede tenerte, eres mío, Fisher, solo mío!

—yo…

—repítelo!

—pero…

—quiero que lo repitas — gruño Annelie — de quién eres?

—soy tuyo — dijo Jacob cabizbajo

—así es — Anne dibujo una sonrisa de satisfacción enorme — eres de mi propiedad, ahora, sabes que mereces un castigo

—no — dijo Liam atravesando a Anne — no, no, déjalo ya!

—si — dijo Jacob tímidamente — lo merezco

—que castigo? — Emma miro a Liam preocupado — Liam, que castigo? ¡¿QUE CASTIGO?!

—bien — Anne, sin borrar su sonrisa, puso las manos sobre los hombros de Jacob — agáchate

—si — Jacob puso las rodillas en el piso y miro a Anne con sumisión

—te amo — río y le dio un buen puñetazo en la cara, después otro, y otro

—idiota — gruño Emma y se lanzó contra Anne, pero solo logro atravesarla

—ERES UN ESTÚPIDO! — grito Anne y le dio una patada a Jacob, que cayó completamente al suelo — la verdad es que ni siquiera podrías meterte con esa maldita Palmer, no eres nadie, escúchame, no eres nadie sin mí! — Anne tomo a Jacob del cabello — solo yo te amo, nadie más, SOLO YO! Y si me dejas, ¿quién demonios se va a fijar en ti? ¿Eh? ¡Responde!

—nadie… — dijo Jacob débilmente

—exacto, nadie, nadie! — Anne le dio otro puñetazo en la cara — y vas a regresar arrastrándote a mis pies, aún que estoy dispuesta a perdonarte por tu error, porque soy la única que te ama de verdad, soy la única que te mereces, por qué no vales nada sin mí, entiendes?

—si… — Jacob miro a Anne

—sabes que esto lo hago por tu bien — sonrió Anne — lo hago por qué te amo

—yo también te amo — sonrió Jacob

—eso es — Anne se acercó a Jacob y le dio un beso — buen chico

La salsa de los menesteres se emborrono, Liam pensó que se elevaría, pero al instante empezó a formarse otro lugar. Era un lugar abierto, había pasto y un viento aparentemente agradable. Liam reconoció el lugar, era la casa de los abuelos paternos de Raine, la ahora casa de Raine.

—Jacob debió de juntar los recuerdos — dijo Liam asombrado

—idiota — gruño Emma — viste lo que…

—Raine! — dijo la voz de Jacob — Raine, hija! — rápidamente, Jacob apareció, ahora como un hombre, alto, sano y preocupado por su hija — pequeña, donde estas?

—aquí! — rio una niña, arriba de un árbol, que Liam ya había visitado

—hija! — Jacob se acercó rápidamente — hija, como llegaste ahí?

—no se — rio Raine, una niña de unos ocho o siete años, según Liam — hice como los pájaros!

—como? — Jacob vio a Raine

—flote! — dijo la niña, contenta — fue muy divertido

—jaja, vamos hija, baja de ahí — sonrió Jacob

—no puedo — Raine vio a los lados — está muy alto

—salta, te atrapo — dijo Jacob contento, Raine vio a su padre, y después de dudar un poco, se lanzó, Jacob la atrapo de un salto — uy! ¡Ya estas más pesada!

—jaja, otra, otra! — rio Raine

—otra vez? — rio Jacob — bueno, pero ahora regresemos adentro, ya es hora de comer

—si — sonrió Raine — papá, hoy encontré una planta muy bonita!

—muy bien cariño — sonrió Jacob y tomo la mano de su hija

—crees que mamá venga pronto? — pregunto Raine, rebuscando en el bolsillo de su overol de mezclilla — le quiero enseñar la flor, para ella — dijo y saco una bonita flor, de color rojo y bailarina — es muy divertida jaja

—sí, baila muy bonito — dijo Jacob — no se… cuando regrese tu madre… pero ya será pronto

—genial! — sonrió Raine

—ejem, hijo — un hombre mayor, con la cara arrugada y el cabello blanco, se acercaba a los dos — puedo hablar contigo un momento?

—claro papá — dijo Jacob — Raine, cariño, puedes ir a ayudarle a la abuela?

—siii! — dijo Raine y entro contenta a la casa

—dime — sonrió Jacob

—oí lo de su madre — dijo el viejo señor Fisher, el abuelo de Raine — cuando piensas decírselo?

—no se si…

—ya tiene ocho años, Jacob — suspiro su padre — ya hace seis años que se fue, estoy seguro que entenderá

—pero el año pasado vino para su cumpleaños — dijo Jacob esperanzado

—y se fue por la chimenea después — le dijo su padre — hijo, lo siento, no va a volver

—no lo sé — suspiro Jacob — no crees que es joven todavía?

—no — respondió su padre — solo faltan tres años para que entre a Hogwarts, porque estoy seguro que lo hará, el otro día hizo flotar toda la vajilla jaja… bueno, no importa, como te decía, creo que ya es lo suficientemente madura

—no necesita saberlo — dijo Jacob

—claro que lo necesita! — dijo su padre, eh hizo un gesto de obviedad con la mano — no puede vivir engañada, hijo, y mientras más pronto se lo digas, mejor será, y dejará de hacerse ilusiones con que vuelva

—ah, está bien, se lo diré — suspiro Jacob

—nos preocupas, hijo — dijo el padre de Jacob, y puso la mano sobre el hombro de Jacob — sabes que nos queda poco, y estamos preocupados por como estén tu y la niña. Tu madre y yo estamos felices de tenerlos aquí… ¿pero no crees que es necesario que regresen a tu casa?

—no se si debamos regresar — dijo Jacob apenado — además ustedes van a necesitar ayuda, y…

—estaremos bien — sonrió su padre — podemos hacer magia todavía, pero Raine necesita estar en su verdadera casa

—lo sé — suspiro Jacob — papá, gracias por todo, de verdad

—no te preocupes, hijo — dijo su padre amablemente — sé que las cosas han sido un poco duras estos años, pero es momento de seguir, nosotros ya estamos por irnos, pero tu vida sigue

—nunca entenderé esa facilidad para decirlo — Jacob sonrío un poco

—para una mente ordenada, hijo, la muerte es solo el siguiente paso — sonrío el padre de Jacob — eso solía decir tu antiguo director de Hogwarts, ahora es cuando lo entiendo

—espero entenderlo yo también — suspiro Jacob

—nosotros tenemos todo en orden — dijo su padre, tranquilo — tuvimos un hijo, que ya creció, se casó, y tiene una hermosa niña, tienes un trabajo estable y una casa propia, aunque esta también será tu casa

—pueden dejársela a quien quieran — dijo Jacob

—no, tú te la mereces — sonrío su padre — a penas terminamos de arreglarla, nos quedó como una de esas casas modernas de los muggle! Jaja

—sí, ayude en eso — sonrío Jacob

—y por eso la mereces hijo — dijo su padre — tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti

—gracias — sonrío Jacob, y una lagrima se asomó por sus ojos — te quiero papá

—yo también hijo — dijo, y abrazo a su hijo

—papá! — Raine salió contenta — ya ven! ¡Está todo listo! ¿A que no adivinas que hizo la abuela de comer?

—ya vamos hija — dijo Jacob contento

—vamos — dijo el padre de Jacob

Jacob entro junto a su padre y Raine a la casa, Emma y Liam se miraron entre sí, hasta que el lugar se emborrono de nuevo. Pero, de nueva cuenta, apareció algo. Una habitación, Jacob estaba sentado, junto a la cama de sus padres. Al parecer, el tiempo había llegado.

—queremos darte algo, hijo — sonrío su padre, y metió la mano a la almohada — queríamos dártelo en persona — saco un reloj de oro

—jaja, papá, no cumplo diecisiete años — sonrío Jacob

—era tuyo, ¿verdad? — rio la vieja señora Fisher — pero queríamos que lo recuperaras

—y será para Raine — sonrío el padre de Jacob — ya sabes, cuando sea mayor de edad

—para Raine… — Jacob tomo el reloj, en magnificas condiciones — claro, cuenten con que se lo daré

—bien — el padre de Jacob se recostó en su cama — dile que la queremos

—te queremos — dijo la madre de Jacob

—yo también los quiero — Jacob sonrío y tomo las manos de sus padres — gracias

Liam y Emma empezaron a subir rápidamente, vieron, por un instante, a la familia Fisher junta. Pero regresaron de nuevo a la habitación de Liam, cayeron al piso y respiraron rápidamente. Liam se paró de un salto y fue hacia su closet. Del fondo, saco una caja de metal, y la abrió desesperadamente. Vio una carta, unas gafas, y un reloj de oro, el reloj.

—aquí esta! — dijo, y lo tomo — Emma, aquí esta!

—sí? — Emma se levantó y se acercó a Liam — oh…

—Jacob me lo dejo a mí! — dijo Liam sorprendido — yo tengo que… claro, me lo dejo para que se lo diera!

—ya casi lo hace — dijo Emma — en dos meses

—Raine ya casi es mayor de edad… — Liam alzo la mirada un momento, como si el techo le fuera a decir algo — vaya…

—lo dejo todo listo — suspiro Emma

—sí, lo hizo — Liam miro a la chica — puedes entenderme ahora? — dijo mientras guardaba el reloj, y sacaba la varita

—acerca de…

—esto, Jacob — suspiro Liam y removió el recuerdo del pensadero — no puedo hacer nada…

—ah, eso — Emma se acercó al chico — sí, bueno, te entiendo

—nunca puedo hacer nada — dijo Liam mientras metía el recuerdo de nueva a la botellita — quisiera estar ahí de verdad, hablar con Jacob, apartarlo de una buena vez de Annelie… pero no puedo, lo único que puedo hacer es ver estos recuerdos

—ya, tranquilo — Emma abrazo a Liam — podemos descubrir que paso, para que no se repita

—no quiero que se repita — sollozo Liam en los brazos de Emma

—no lo hará — dijo Emma cariñosamente — no se repetirá

—odio a Annelie

—yo también — coincidió Emma — pero… gracias a ella tenemos a Raine

—quiero a Raine

—yo también — volvió a decir Emma — y parece que Jacob también

—él la quería mucho — dijo Liam — en cambio, Annelie…

—dejemos eso de lado — dijo Emma y tomo la botellita, ya rotulada, y la metió al closet — ya es de noche…

—si — Liam fue a prender la luz de la habitación — eso es el pensadero…

—está bien — sonrío Emma, mientras Liam guardaba el artefacto

—siento que… hayas visto todo eso — dijo Liam apenado

—no te preocupes — le dijo Emma — Jacob dejo esos recuerdos por una razón, así que seguiremos investigando, te parece?

—me parece — sonrío Liam — me gustaría descansar un rato

—a mí también — dijo Emma y vio la habitación — que bonitos peluches — dijo, viendo a unas repisas con una colección de peluches

—sí, ya sabes que me gustan — rio Liam — oye, Emma, estaba pensando… mañana no vamos a tener muchas cosas que hacer, así que… se me ocurrió… como estamos aquí… si quieres… podríamos ir a una cita?

—me estas pidiendo una cita? — sonrío Emma

—sí, bueno, sé que ya somos pareja, y eso, pero… quisiera ir… contigo… al cine… sabes qué es? — Liam miro tímidamente a Emma

—no, pero estaré encantada de ir contigo — dijo Emma y tomo las manos del chico

—es un sí?

—es un si — rio Emma — salgamos a una cita