Capítulo 2: Un pequeño corazón

Durante la primera semana después de esa noche loca, Mimi sufrió una gran depresión, no asistió a clases esa semana por qué no podía levantarse de la cama, inventaba excusas como que se sentía mal o le dolía la cabeza. Y en parte era cierto, pero no a ese grado de no poder salir. Yamato no le volvió a hablar, ni siquiera un mensaje, para él había sido una simple noche más de aventuras. Pero para ella había sido el inicio de algo más. No quiso asistir a la reunión de los sábados con sus amigos, por qué sabía que Matt se encontraría ahí. Taichi esa semana que se enteró que Mimi estaba enferma fue a cuidarla todo lo que pudiese, pero tenerlo ahí presente le recordaba muchísimo a él.

—¿Tú has tenido relaciones y luego olvidar a la chica como si nada? — pregunto ese primer viernes a Taichi. El moreno se sintió confundido con la pregunta.

—No, al menos la llamaría una o dos veces—Mimi agachó la cabeza mientras abrazaba la almohada del sofá—¿No te ha llamado? —pregunto Taichi, sin saber siquiera quién era.

—No, solo fui una noche para el—Respondió Mimi sin mucho ánimo.

—Pues es un idiota, si se gustan no deberían hacer esto.

—No sé si le gusto, yo me fui con el sin estar muy consiente, pero el también olvidó lo que pasó estaba en el mismo estado que yo.

Taichi entendía lo que había pasado, pero no era quien para juzgar a la castaña.

—La verdad no vale la pena entonces—Dijo Taichi mientras la consolaba.

Pero ese no era el único problema en esta historia. Después de esa primera semana comenzó a sentir algunas punzadas en su vientre, amanecía con náuseas y en más de una ocasión llego a vomitar. Una tarde la paso en casa de Miyako, pero el perfume de la peli morada le dio demasiado asco. Realmente se sentía muy mal por todos esos síntomas raros que tenía.

Pero no eran tan raros como pensaba. Googleo sus síntomas esperando que dijera alguna broma como siempre por parte de internet, pero al ver que todos los síntomas coincidían con un embarazo la hizo temblar. No podía quedarse embarazada, se había cuidado. ¿Se había cuidado? ¿Cierto? No recordaba realmente si se había cuidado, no recordaba si en la cama o en el piso de Yamato había condones. Intento por una semana mandarle mensajes a Yamato, pero siempre tenía el temor de que él no le contestara.

Fue a comprar una prueba casera a la farmacia, y al primer momento salió positivo.

No podía ser, ella estaba muy asustada. Hacia un año había salido de casa para iniciar sus estudios en Japón, y ahora salía con esto. Como pudo ser tan descuidada y emborracharse de esta manera. Pero Internet también decía otra cosa, "Las pruebas caseras pueden fallar" Aun tenía una leve esperanza.

No podía ir al hospital sin que alguno de sus amigos se diese cuenta, ya que Joe estaba haciendo su servicio social en el hospital de la zona, y no podía ir a otro hospital por que no estaba dentro de su zona. Así que tenía que arriesgarse, tarde o temprano tendrían que saber

—¡¿Que te haga que?!—Joe estaba algo preocupado cuando Mimi lo vio un día para pedirle eso.

—Una prueba de sangre por embarazo—Mimi estaba bastante apenada con su superior.

—Pero Mimi…tu no…

—Solo diré que fue una noche de copas—Mimi estaba bastante avergonzada por lo que le estaba diciendo, ya dos de sus amigos sabían que había hecho.

—¿Y el padre? —Joe al ser mayor que Mimi sentía la responsabilidad de la chica, ella se avergonzó—Mimi te pregunte algo ¿Y el padre?

Mimi no podía contestar esa pregunta, no podía decirle "Me acosté con Yamato una noche de fiesta".

—Es un compañero de la universidad, bebimos, pero no le puedo decir.

—¿Por qué? —A Joe no le gustaba ese juego, el padre tenía que saber, tenía que hacerse responsable.

—Por qué…—Mimi no sabía que decir, ya había dicho una mentira—Por qué…tiene…tiene novia—Fue lo primero que se le ocurrió.

—Mimi tienes que decirle, tiene que hacerse responsable del bebe.

—¿Y si sale negativa la prueba de sangre? Para que alarmar a medio mundo por eso—Mimi realmente se sentía avergonzada.

—Está bien—Los ojos de Mimi brillaron—Te hare la prueba, pero si resulta positiva le dirás al padre, es más le diremos al padre.

Mimi se sorprendió al escuchar esa declaración, Joe exigiéndole a Yamato que se hiciera cargo. Esa misma tarde Joe le tomo la prueba en el hospital, le dijo que la vería al día siguiente para darle los resultados.

Mimi llego al hospital con mucho nerviosismo, Joe la esperaba en la cafetería, sería una consulta muy informal, el rostro del joven de lentes denotaba cierta preocupación, Mimi llego sin decir siquiera hola, ambos se veían tan desanimados.

—Tengo…

—Malas noticias—Dijo Mimi con una cara de preocupación.

—Me temo que si…—Vio como Mimi doblaba una servilleta de manera nerviosa.

—Es positivo ¿Cierto? —Joe afirmo, ella no lo vio.

—Mimi, tienes que decirle al padre, tienes que hacerle saber que va a tener un hijo sin importa si tiene novia o…

—Es Matt…

—No—Joe se quedó en blanco al momento de escuchar el nombre de su amigo—¿Mimi que ocurrió?

—La verdad no lo sé, hace unas tres semanas fuimos al bar con los demás, sé que estuvo mal y que bebí de más, recuerdo vagamente que Yamato me defendía de un tipo que me estaba acosando, después de eso no recuerdo casi nada. Hasta la mañana siguiente que desperté.

—Pero Mimi, debieron…

—Lo sé, lo sé, sé que debimos cuidarnos, pero no lo recordaba, no recordaba absolutamente nada.

—Escucha, hablemos con Yamato, no creo que no se quiera hacer cargo de sus responsabilidades, te acompañare para que tengas mi apoyo—Mimi agacho la cabeza mientras Joe veía como la castaña comenzaba a llorar—Tranquila Mimi, todo estará bien—Joe estiro la mano tomando la de la castaña.

—¿Y si dice que no? Si no se quiere hacer responsable—La cara roja de Mimi hacía sentir mal a Joe.

—No te preocupes, tiene que entender, yo te llevare a su casa para que hables con el—Joe conocía bien a Yamato sabía que era un poco terco pero nunca huía de sus responsabilidades.

Al día siguiente Joe se tomó un día libre para acompañar a Mimi, pero la castaña le dijo que esperara en el auto mientras ella hablaba con él.

Pero cuando Yamato escucho decir que Mimi estaba embarazada todo se derrumbó. Y al escuchar a Yamato decir que saldría con Sora, sintió que su corazón se encogía.

—Esto no puede ser cierto—Yamato decía mientras caminaba a la sala y Mimi seguía en la puerta.

—Lo es—Mimi entro a la casa y le entrego una prueba de embarazo—Joe tomo las pruebas.

—¿Joe sabe? —Yamato se sentía desesperado y traicionado—Le dirá a Sora—Dijo más para el que para la castaña.

—¿Y Sora que tiene que ver? —Mimi no entendía nada de lo que le decía.

—Si hubieras ido con nosotros hubieras sabido que Sora y yo estamos saliendo de algún modo.

—Wow entonces era verdad.

—¿Qué cosa? —Yamato le entrego una mirada casi con desprecio.

—¡Solo fui una maldita noche para ti! — Grito Mimi.

—En primer lugar no fue mi culpa que termináramos aquí, en segundo lugar no te obligué a tener relaciones conmigo, y en tercer lugar ¿Cómo sé que ese bebe es mío? —También le grito.

Vio la cara casi de terror de la castaña, vio como de sus ojos comenzaban a salirle lágrimas sin que ella lo pudiese evitar.

—¡Pues si es tu culpa! —Grito Mimi aún más fuerte mientras lloraba—Es tu culpa por que vinimos a tu casa y no a mi casa, Porque no te cuidaste, también es tu responsabilidad cuidarte, y escúchame bien Ishida, jamás, repito jamás antes de esa noche ni después de esa noche estuve con otro chico.

Yamato quedo atónito cuando Mimi le propicio una bofetada, sintió su cara arder, vio a la chica desesperada intentando controlarse, la chica temblaba de los nervios, sabia Yamato que eso le haría daño al bebe fuese suyo o no le haría daño estar así. Intento calmarla, pero la chica al verlo acercarse dio dos pasos atrás.

—No me toques—El llanto era incontrolable—Sabia que contigo no podía contar.

—Tranquilízate, sea o no mío ese bebe, te puede hacer daño el que estés así.

—Como pretendes que me tranquilice si me acaban de dar la noticia de que el padre de mi hijo no me quiere ayudar—Mimi gritaba desesperada por todo lo que acababa de ocurrir.

—Ok supongamos que es mío, ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me case contigo?, Mimi si muy apenas nos conocemos.

—Que te hagas responsable de tu hijo, que me ayudes con los gastos, yo no puedo sola, mi pequeño negocio apenas me alcanza para cubrir algunos gastos, te imaginas un bebe.

Mimi había empezado un pequeño negocio de ropa por internet que sus padres le compraban de Estados unidos y se la enviaban, ese dinero lo usaba para emergencias y no le alcanzaría para compra lo necesario para un bebé. Yamato dudo muchísimo de lo que estaba diciendo Mimi, no se fiaba de que el fuera el padre, había pasado un mes desde que no la veía y no sabía de ella, así que pudo haber sucedido cualquier cosa pudo haberse metido con…

—Tai es el padre—Dijo más para el mismo que para la castaña.

—Cómo puedes decir semejante idiotez—Mimi se quejo.

—Has estado todo el mes con Taichi, porque no se hace responsable el de este asunto.

—Eres un verdadero idiota—Grito Mimi.

Para después salir como alma que lleva el diablo y dar un portazo. Yamato se quedó sorprendido, había pasado casi 20 minutos desde que llego, y ya se le había hecho tardísimo para llegar con Sora. Busco su teléfono y tenía varias llamadas perdidas de la pelirroja, así que volvió a llamarle.

—¿Yamato, te encuentras bien? —La pelirroja dijo bastante preocupada—¿Tuviste un accidente?

—Estoy bien…solo que ocurrió… que…—Yamato no supo que decirle cuando tocaron la puerta nuevamente, era Joe—Joe vino, a contarme un problema—Dijo inmediatamente.

—¿Joe? ¿Se encuentra bien? —Sora dijo aún más preocupada

—Creo que si…solo que es algo personal—Yamato se encontraba bastante nervioso viendo al chico de lentes parado seriamente frente a su puerta.

—¿Está bien, quedamos otro día? —Pregunto Sora.

—Por supuesto, yo te confirmo—Dijo Yamato para después colgar—Venias con ella—Yamato le invito a pasar.

—Sí, venía con ella, y me costó bastante calmarla, ahorita está en mi coche…Yamato no soy quién para juzgarte ni juzgarla a ella, pero siento que se deben hacer responsables.

—Como sé que es mío—Dijo Yamato sentándose en el sofá.

—¿Por qué lo dudas? —Joe se encontraba al pie del sofá, viendo como el chico estaba bastante ansioso.

—Porque llevo un mes sin saber de ella, y hasta donde se Taichi va a verla casi diario, puede ser de él, o tuyo—Joe se sorprendió de tal comentario.

—Yamato tienes más de 10 años de conocernos, si fuera yo el padre con gusto me hago cargo de él, es más, hasta mis padres estarían felices de que yo o alguno de mis hermanos les diéramos al fin un nieto, pero yo no soy, no evado mi responsabilidad de esa manera—Joe se sentía sumamente ofendido por las palabras de Yamato.

—¿Y Taichi? Él se la vive pegado a ella, yo apenas tuve contacto con ella.

—Taichi, como si no lo conocieras, si fuera de él estaría orgulloso y lo presumiría por todo el mundo que será padre, y no es otro chico, lo sé, ella me lo confirmo, Taichi también me confirmo que Mimi estaba bastante deprimida porque un chico había tenido relaciones con ella y nunca la llamo, diciendo que solo fue una noche, y me dijo la fecha y todo, y los exámenes coinciden que hace tres semanas Mimi está embarazada.

Yamato veía sorprendido a Joe, él era el médico, él era quien sabía más de estas cosas, y si era así, y con la seriedad que se estaba manejando el chico de lentes, tenía que ser cierto.

—¿O acaso crees que te miento?

Yamato sabía a la perfección que Joe nunca mentía, era muy malo para mentir, tartamudeaba si decía una mentira, incluso con una mentira blanca. Dios que debía hacer ahora.

—Tienes que hablar con ella y hacerte responsable de tus actos, Yamato—Dijo Joe como si le estuvieran leyendo la mente—Esta abajo en mi auto.

Yamato dudo un momento, para después levantarse y tomar sus zapatos e ir con la castaña. Mimi estaba demasiado molesta en el auto, llorando y maldiciendo a Yamato entre dientes mientras revisaba el contenido de su teléfono, vio de reojo que Joe subió al auto sin decir ni una sola palabra

—Te dije que no querría escucharme—Dijo voleando a ver a Joe, pero en su lugar en el asiento del conductor estaba Yamato—Que demonios haces aquí.

Yamato rápidamente coloco el seguro para niños impidiéndole a Mimi salirse, tomo el volante sin colocar las llaves y se recostó sobre el un minuto

—Tenemos que hablar, y ahora si hablar—Dijo Yamato un poco más tranquilo—Mira me tomaste por sorpresa, Joe me explico todo…

—Y porque a mí no me creíste—Las lágrimas de Mimi continuaban cayendo sin poder calmarse aun.

—Porque fue una sola vez, y por qué después de eso no quisiste que habláramos, después de ello entendí que no querías volver a hablarme así que no te insistí.

—Me sentí sola, sentí que fui una noche para ti, sentí que tú habías planeado todo.

—Mimi entiende, estaba tan tomado como tú, y ni siquiera sé por qué lo hicimos. Tengo vagos recuerdo de como hicimos a esa criatura…pero…no recuerdo cómo te convencí…

Mimi se puso roja al escuchar esa frase, realmente no recordaba cómo había concebido a ese bebe, e imaginarse a ella junto con Yamato era hasta cierto punto, según ella, incestuoso. Había crecido con él, pero su relación nunca fue tan buena y veía a todo su grupo de amigos como si fuesen sus hermanos.

—Mimi…—El rubio la saco de sus pensamientos—Me hare cargo del bebe…—El rostro de la castaña se ilumino un poco—Pero…

—¿Pero?

—Pero…no estoy listo para casarme y vivir contigo—Yamato apoyo la cabeza en el volante sintiendo bastante vergüenza por lo que le había dicho a la chica

—Yamato…pedí que te hicieras cargo de tu hijo…no que te casaras conmigo—Mimi dijo con la cabeza agachada.

Yamato la vio un poco apenada, él quería entender realmente que había pasado aquella noche, Mimi no le sostenía la vista, y creyó que estaba en la misma situación que él, no quería tener una familia con Yamato, pero el rubio siempre quiso una cosa cuando tuviese un hijo no se quería alejar de él como su padre lo hizo con Takeru, así que tenía que pensar en algo para que los tres estuviesen junto.

Mas sin embargo ocurría un pequeño detalle, el no sentía nada por Mimi. No la quería, no se sentía atraído por ella, simplemente la veía como una amiga de su infancia. Si ella tenía un hijo de él tendría que tratarla bien, y tendría que ver a su hijo, pero también se llevaban algo mal.

—¿Qué haremos para que el bebé tenga lo mejor? —Pregunto el tímidamente.

—No lo sé…pero tenemos que conocernos un poco mejor para darle lo mejor a nuestro hijo.

Yamato la vio con un aire de esperanza y con una sonrisa triste, sabia de alguna manera que ella tampoco quería eso, pero que ambos tenían que hacerse responsables de lo que había ocurrido hacia poco menos de un mes. Yamato soltó el volante y la abrazo, pidiéndole perdón por lo que había ocurrido, y prometiéndole que se haría responsable de lo que había pasado, tal vez no sería tan malo después de todo.


Hola mis estrellitas, aquí traigo un nuevo capitulo resubido, las cosas ya se pusieron intensas, ¿Ya habían leído este fic?