Hades había llegado al Santuario, pero no se esperaba que su rival fuera alguien que le sacaría muchas sorpresas.

- ¡Noveno Sentido! – con eso, el chico desplegó sus alas y voló rápidamente hacia donde estaba el Rey del Inframundo el cual usó su espada para defenderse, ahora parecían estar casi en igualdad de condiciones.

- ¿El Noveno Sentido?

- Se supone que ese es un sentido que solo los dioses podemos alcanzar – decía Sasha mirando como Seiya batallaba contra el Rey del Inframundo.

- Me pregunto cómo es que lo ha alcanzado – susurró Sage mirando el encuentro.

- ¡DESTELLO RODANTE DE PEGASO! – Seiya reunió todo su cosmos en este ataque y como una bala, fue velozmente hacia Hades el cual no solo notó como su espada se destruyó por el impacto, sino que el castaño terminó dándole un fuerte golpe al dios.

Hades acabó estrellándose cerca de la estatua de Athena, esto ante los ojos incrédulos de los demás, desde los Dorados hasta Pandora que no creían que eso fuera posible.

- Pegaso… ¡¿Cómo osas a lastimar a un dios?! ¡Volviste a herirme!

- Y lo haré las veces que sean necesarias, pero por el momento, tendrás que salir de ese cuerpo – en ese momento, algo brilló debajo de Hades y notó que era un sello.

- Alone, es hora de que saques a Hades de tu cuerpo.

- ¡¿Qué demonios haces ahora?!

- Como dirían en mi época, valiste verga puto – Sasha sacó la Espada de Khrisos, conocida también como la Daga Dorada la cual era un arma que podía matar a un dios.

Por sugerencia de Seiya, la diosa de la guerra se cortó la mano y de ahí la sangre fue hacia Hades el cual comenzó a convulsionar con fuerza mientras su alma estaba siendo expulsada del cuerpo de Alone y finalmente, salió de ahí.

- ¡Athena, ¿Cómo has podido?!

- Es hora de que te rindas Hades, has perdido el cuerpo de Alone, estás acabado.

- Si no tengo el cuerpo de tu hermano… ¡tomaré el de Pegaso! – Hades fue hacia el cuerpo de Seiya metiéndose y parecía que este se había apoderado de su mente.

No obstante, cuando se pensaba que este sería posesionado por Hades, Seiya no se dio por vencido y este había regresado a la normalidad.

- ¡¿Te atreves a resistirte hacia mí?!

- Pues sí… no me dejaré posesionar de alguien como tú, pero hay alguien que fue a mi cuerpo y te vencerá.

- ¿De qué hablas?

- ¡Meteoros de Equuleus! – el grito de una fémina se escuchó dentro del cuerpo de Seiya y ese ataque fue al alma de Hades.

Esta se fue materializando en el interior de la mente de Seiya, siendo esta Shoko de Equuleus la cual estaba peleando contra Hades.

- ¿Qué diablos está pasando aquí? – exclamó Hades, Seiya solo cerró los ojos y fue a su mente en donde se topó con la peli rosa, ambos se encontraban desnudos mirando al alma del dios.

- Hace tiempo que no te veía Shoko – decía el castaño sonriendo.

- Es verdad, mi alma fue contigo al morir, pero no importa, vamos a darle con todo a este hijo de puta – el combate mental comenzó, ambos elevaron sus cosmos y sus cuerpos fueron envueltos con sus respectivos trajes de combate.

Nadie entendía cómo es que desde afuera, la Armadura de Pegaso brillaba fuertemente hasta que de un momento a otro, el alma de Hades fue expulsada del cuerpo de Seiya.

- ¡Maldita sea! ¡Esa Saintia en tu cuerpo me ha impedido tomar posición del tuyo! ¡Me las pagarán ambos! – sin perder tiempo, el alma de Hades abrió el Camino de los Dioses, huyendo de ahí.

- Vaya que no aguanta nada – Shoko se materializó un momento, al menos su alma fue y esta vio a Sasha por un momento – vaya que te pareces a Saori-san, por favor, sigue con vida.

Shoko se desvaneció, ni que decir que Sasha no sabía que decir a eso, pero esa joven era idéntica a Seiya y Tenma, pero solo que con cuerpo femenino.

- Tu hermano fue salvado, Hades huyó como el cobarde que es, así que si me disculpan… aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.

- Nada de eso, tenemos que hablar seriamente de eso – Sage le dijo deteniendo su andar.

- Oh vamos, usar toda esa cantidad de cosmos es horrible, ni que decir de sacar a Hades de mi cuerpo.

- Que vayamos digo.

Al final, el Caballero de Pegaso fue a hablar sobre lo que pasó, mientras tanto, Sasha se llevó a Alone a un sitio seguro en donde nunca sería tomado rehén de Hades de nuevo.

Seiya se encontraba descansando luego de muchas preguntas hechas por el Patriarca, por lo que decidió estar solo, pero el alma de Shoko siempre le hablaba a su cabeza.

- Vaya que eres tonto Seiya, de no ser porque ya estaba dentro de ti, no hubieras podido sacar a Hades.

- Lamento eso, pero es que había que hacerlo – el castaño suspiró – me duele todo.

- Espero que no hagas una estupidez la próxima vez – la peli rosa suspiró.

- Lo haré, ni perderé a más personas que me importen – el chico cerró la mente imaginándose estando sentado desnudo en una planicie, Shoko apareció abrazándolo, también desnuda.

- Oye, luchaste con todo, no fui lo suficientemente fuerte cuando los espectros me atacaron, pero al morir, mi alma fue a tu cuerpo – Shoko decía con un tono calmado – eres como el hermano mayor que no tuve, la ausencia de mi hermana me marcó por lo que no querría que algo te pasara.

Seiya sabía del trauma de su amiga, de hecho, la consideraba su mejor amiga y hermana menor por lo que ambos se entendían en muchas cosas, además de ser constelaciones hermanas. Como decía la peli rosa, cuando ella falleció, su alma fue hacia el cuerpo del chico y desde que el Caballero de Pegaso entrenó en ese espacio que le dio Chronos, el alma de Shoko también lo hizo.

No obstante, estar junto con su hermana menor lo calmaba y lo hacía pensar con claridad.

- ¿Qué vas a hacer ahora? Hades no ha sido derrotado.

- Le dije al Patriarca Sage sobre eso y le contará a Sasha. Por lo que sé, el tiempo en el Inframundo es lento, el sello de Athena nos dirá la ubicación sobre donde se encuentra su alma exactamente.

- Entiendo, entonces irás por él para acabarlo, realmente es algo maléfico, pero me gusta.

- Saori fue la que lo hizo.

- Con razón.

- Como me gustaría que estés viva, abrazarte, besarte… y hacerte el amor como lo hacíamos.

- No te preocupes, en dos siglos renaceré por lo que solo tienes que tener paciencia, además, recobraré mis recuerdos así que no se me olvidará que tenemos que tener mucho sexo jeje.

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Sage le informó a su diosa sobre el plan de Seiya, de hecho, Sasha no se tomó nada bien el plan, siendo algo sucio, incluso para sus principios. No creía que su versión del futuro planeara eso.

Cuando se reunió con Seiya, le dio una decisión y esta fue que no haría ese plan que estaba queriendo llevar a cabo por considerarlo vil y rastrero.

Ni que decir que el Caballero de Pegaso no se esperaba esa decisión.

- ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Vas a mandar a la muerte a muchos Caballeros si no sigues el plan! – le reclamó el castaño.

- Aprecio tu ayuda, pero no la necesito, si vas a sugerirme que hago eso que dices, entonces no lo haré.

- ¡La estás cagando Sasha! ¡Por favor, recapacita!

- Lo siento, pero tengo a mis Caballeros Dorados que me harán ganar esta guerra, por lo que agradezco tu ayuda – ni que decir que el cabreo que se cargaba Seiya era monumental, Sasha podía ser más amable que Saori, pero era ingenua y confiada.

- De acuerdo, haz lo que quieras, ni me importa – el chico simplemente se dio media vuelta y comenzó a irse.

- ¿A dónde vas?

- Renuncio – eso la impactó.

- ¡No puedes renunciar! ¿Sabes a quien estás dejando? Soy Athena, ¡soy la dueña de las Armaduras!

- Definitivamente eres más tetas que cerebro, ¡no Sasha! Esta Armadura le pertenece a Saori, si tanto crees que es tuya, llámala.

- ¡Bien! – la peli morada elevó su cosmos, pero para su sorpresa, la Armadura de Pegaso no respondió a su llamado – ¿Qué?

- ¿Lo ves? Ahora espero que pierdan la guerra por lo idiota que eres.

Seiya se fue del Santuario y llegó a Cabo Sunion en donde descargó un poco su molestia lanzando varios Meteoros de Pegaso al mar, sin importarle que fuera territorio de Poseidón.

Ya cuando se calmó, se puso en pose de meditación, cerró sus ojos encontrándose con Shoko quien estaba igual de cabreada que él.

- ¡¿Por qué no sigue el plan?! – exclamó esta, pero de enseguida notó la sonrisa de su hermano mayor – ¿Seiya?

- No te preocupes, tengo una idea.

- ¿Qué es?

- Sencillo, tal vez no lo sepas Shoko, pero Saori no era la persona que llegaste a conocer. Si mi intuición no me falla, Sasha la va a cagar, así como hizo Saori muchas veces, por lo que no tendrá otra opción que recurrir a mí. Esperemos a que su ejército se vea diezmado – eso sorprendió a la peli rosa.

- P-Pero… ¿no ibas a salvar al Santuario?

- No, yo juré salvar a Athena a mi modo, aun es inmadura, pero esperemos a que se atenga a las consecuencias de sus actos.

Shoko no estaba de acuerdo con él, pero al final lo dejaría pasar, además de que seguía un poco molesta de que Sasha no siguiera el plan como era de esperarse.

Y vaya que el Caballero de Pegaso no se equivocaba.

Las semanas fueron pasando y los Caballeros de Athena fueron cayendo al igual que los espectros de Hades, pero los Caballeros Dorados, los más fuertes de su ejército, iban muriendo rápidamente.

Al final, Shion de Aries y Dohko de Libra eran los únicos Dorados que quedaban con vida, de ahí solo tenían guerreros de bajo rango, en su mayoría de Bronce.

Seiya solo era espectador de como Sasha perdía muchos guerreros, incluidos Sage y Hakurei quienes pelearon contra los Dioses Gemelos y aunque los vencieron, murieron. Ni que decir de la peli morada quien llegó en busca de su ayuda, Seiya solo suspiró al verla con ese aspecto demacrado por las muertes que había tenido.

- Realmente lo arruinaste… lo arruinaste por completo.

- Por favor Seiya, quiero tu ayuda.

- Vaya, que sorpresa – decía el chico con obviedad – mira que no te quería decir te lo dije… pero te lo dije.

- ¡Deja de hacer chistes y ayúdame por favor!

- ¿Y qué vas a hacer después de eso? – le reclamó el castaño – ya me imagino, ir con tus Caballeros Dorados y tomar té felices de la vida… es verdad, ¡ya se murieron! ¡Y todo por lo mal líder que era su diosa!

- ¡Eres un monstruo! Tenma jamás me habría dicho esas cosas tan hirientes – eso molestó a Seiya de gran manera.

- ¡Pues deja de decir eso! ¡No soy Tenma, él ya está muerto! ¡Además, eres una mierda de Athena! ¡Te di el chance para que ganaras la guerra, pero no me hiciste caso! ¡Hades no juega limpio! ¡¿Cuándo mierda lo ha hecho?! ¡Eso te pasa por no hacerme caso! – le gritó el chico, esas verdades fueron duras, solo veía a Sasha que estaba en el suelo llorando amargamente y con casi gritos.

Lo que Seiya iba suponiendo es que Sasha llegó a un punto de quiebre, pero desconocía que Alone le advirtió que Hades jugaría muy suciamente y así fue como le tomó ventaja en esta guerra.

- Lo lamento Seiya… snif… no eres Tenma, lo fuiste, pero él ya no está. Tú querías ganar la guerra por mí y no te hice caso… snif… soy una estúpida, quería verme bien como la diosa de la guerra, pero solo la cagué – esta levantó su mirada hacia el castaño, sus ojos estaban derramando lágrimas a montón – quiero largarme de aquí y no saber nada de la Guerra Santa… por favor ayúdame.

- … - el chico no dijo nada, este miró al cielo en donde su constelación guardiana brillaba con fuerza – te entiendo, realmente es duro, yo igual vi como mis amigos y demás compañeros murieron, pero ahora me toca vivir por ellos y te diré una cosa, debes hacer lo mismo.

- No eres como pensé.

- ¿Qué?

- Pensé que eras alguien soberbio y que se creía mejor, pero eres una buena persona, incluso me sentí culpable de que tu Athena fuera más íntima contigo, nunca tuve ese tipo de relación con Tenma… pero ya no tengo chance de tratar de hacer eso.

- Es duro Sasha, pero tenemos que acabar con Hades si quieres esa paz.

- Pero si haces ese plan… posible mueras y no quiero que eso pase – le decía la peli morada con preocupación.

- No te preocupes, no dejaré que él triunfe.

- Seiya… cuando la guerra acabe, llévame contigo al País de Yamato, quiero dejar mi vida atrás e irme contigo, quiero que me hagas tuya como sea – el Caballero se quedó en silencio por eso, además de sorprendido, pero este solo atrajo a Sasha hacia él.

La diosa se quedó callada al sentir el cuerpo del chico envolviéndola con sus fuertes brazos varoniles, pero antes de que pudiera decir algo, sus labios fueron robados por el joven el cual la besó profundamente.

Sasha no se esperó eso, era la primera vez que era besada, pero fue cayendo bajo el encanto de ese acto y correspondió pasando sus manos alrededor de la espalda del Caballero.

Momentos después se separaron con un pequeño hilo de saliva uniéndolos, para Sasha fue algo mágico, además de que el chico no la soltaba.

- Seiya.

- Después de que ganemos la Guerra Santa, te llevaré a mi país y te haré mi mujer, serás solo mía.

- Soy toda tuya Seiya, ganemos esto y hazme tu mujer – le susurró la chica y volvió a unir sus labios con él.

Y así fue como se llevaría a cabo el último acto de Seiya y Sasha para ganar la guerra contra Hades.

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Continuará…