REVENGE
~Capítulo 16 Parte I~
El ambiente en la sala de espera se tornó aún más tenso mientras todos aguardaban noticias sobre la operación de Takeru. Cada minuto parecía una eternidad, y la preocupación se reflejaba en cada rostro allí presente.
Satomi observó a lo lejos a la joven adolescente que daba su declaración correspondiente debido a lo sucedido.
—Esa niña.—Murmuró— No puedo creer que Takeru haya hecho todo por ella.
Hiroaki hizo una mueca— Tk, lamentablemente, tiene buenos modales. Ayuda a todos.
—Sí, pero esa relación que está comenzando con esa niña no me agrada.— Respondió Satomi.
—¿Relación?— Hiroaki rió— De seguro es un juego momentáneo.
—No me parece que sea un juego momentáneo.— Comentó mujer Minamoto— ¡Mira lo que fue capaz de hacer por ella!
Buen punto
Hiroaki dirigió su mirada hacia la joven, no tenía nada en particular, al contrario, parecía una chica muy común, verdaderamente dudaba de que su hijo se fijara en ella.
Hiroaki tuvo intención de decir algo, sin embargo, la puerta de la sala de espera se abrió y el doctor Thomas H. Norstein, con una expresión seria pero tranquila en su rostro, ingresó.
Todos los ojos se posaron en él, esperando ansiosamente cualquier noticia sobre el estado de Takeru.
—Familiares de Takeru.
—¡Sí!— Exclamó Izumi.
—Aquí.—Respondió Rika— Diganos, doctor ¿cómo está mi tío?
—¿Acabó la operación?— Preguntó Nene.
Thomas asintió— Sí, acabó.
—¿Y?—Preguntó Yamato.
—Quiero informarles que la operación de Takeru ha sido un éxito.—anunció el doctor Norstein, pronunciando cada palabra con claridad y calma.
Un suspiro colectivo de alivio llenó la sala, seguido de sonrisas y abrazos entre los familiares reunidos.
—Logramos detener la hemorragia y reparar la lesión en su hígado. Aunque su recuperación será un proceso largo y difícil, Takeru está fuera de peligro inmediato —continuó el doctor Norstein, brindando detalles adicionales sobre el procedimiento y las próximas etapas de rehabilitación.
La tensión en la sala de espera se disipó gradualmente, reemplazada por una sensación de alivio y gratitud. Los abrazos se volvieron más apretados y las sonrisas más brillantes, mientras la familia se aferraba a la esperanza de que Takeru se recuperaría por completo.
Con la noticia de que la operación había sido un éxito, un sentimiento de esperanza llenó la sala, recordándoles que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz al final del túnel.
—Gracias al cielo, el joven Ishida está bien. —Informó Thomas— Está fuera de peligro.
El alivio se hizo presente en la sala.
—¡Que bueno, doctor! —Musitó Satomi.
Yamato finalmente sintió que el alma le regresó al cuerpo ante esta noticia. Ahora podía estar en paz.
Dirigió su mirada hacia la mujer de ojos miel que se encontraba a su lado.
—Todo se lo debemos a Haruna.—Comentó el rubio— Ella fue quién le donó sangre a Takeru para que se pudiera realizar la operación.
Todos dirigieron su mirada hacia la mujer.
Haruna, con una modestia evidente en su expresión, bajó la mirada mientras Yamato mencionaba su contribución.
—No es nada, realmente.—respondió humildemente— Solo hice lo que cualquier otra persona haría en esa situación.
Sus palabras resonaron con sinceridad en la sala, y un suave murmullo de agradecimiento se extendió entre los presentes. Todos reconocían el sacrificio y la generosidad que Haruna había demostrado al donar su sangre para salvar a Takeru.
Sin embargo, Toshiko observaba con desconcierto a esta mujer. Verdaderamente le resultaba extraño que estuviera tan atentos a ellos y les quisiera ayudar en todo.
—No sea modesta, señora Anderson.—Musitó la madre de Sora— Es obvio que hizo esto con algún fin.—Comentó— ¿No cree?
—¿Algún fin?— Preguntó Haruna.
La castaña asintió— Primero nos ayudó con la declaración frente a la prensa cuando Rika tuvo aquel inconveniente.—Comentó— Luego financió la campaña en búsqueda de las modelos. Y ahora esto...—Enumeró— Dudo que alguien sea tan generosa y sea capaz de brindar tanta ayuda sin nada a cambio.
Haruna sonrió con hipocresía ante la mirada de Toshiko.
—Yo no soy de esas personas que necesita algo a cambio.—Comentó.
Toshiko sonrió, también con hipocresía—¿Por qué no?
La tensión se hizo presente en el ambiente.
—Tengo todo en la vida.
—¿Por qué creería eso?— Cuestionó la madre de Sora.
—Porque creo que es evidente.—Respondió la oji-miel— No necesito cosas a cambio.—Comentó— Simplemente quise ayudar a mis socios.
—Es entendible que nos ayude en la economía de la empresa.—Contestó Toshiko— Que ponga todo su entusiasmo en nuestro contrato y negocios. Pero ¡Que extraño que nos ayude tanto fuera! En nuestra vida personal.
La tensión era palpable en el lugar mientras ambas mujeres intercambiaban miradas.
—Abuela, no critiques a la señora Anderson.—Musitó Izumi— Ella simplemente quiere ayudarnos.—Comentó— No siempre las personas buscan algo a cambio para ayudar a otras.
—¿Y, cómo puedes asegurar que este es el caso?— Preguntó Toshiko.
—Porque ella misma lo dijo.—Comentó Hiroaki—Una mujer de negocios, como lo es ella, todo lo tiene, no necesita más.
Toshiko frunció el ceño ante las palabras del padre de Yamato.
Acaso ¿la estaba defendiendo?
—Sin embargo, aun teniendolo todo, aceptó ayudarnos...—Hiroaki se acercó a Haruna— Y por eso, le estaremos eternamente agradecidos por esto.
Haruna sonrió—Solo quería ayudar de cualquier manera que pudiera.—respondió— No quiero que se sientan en deuda.
—Es inevitable sentirse en deuda con usted.— Comentó Yamato— Es una excelente persona. Gracias por lo que hizo.
Las palabras de Yamato resonaron en la mente de Haruna y una sonrisa se formó en sus labios. Al parecer, estaba logrando su objetivo:
Ganarse la confianza de los Ishida
Eso era bueno, ya que mientras más cerca tuviera a sus hijas y sus enemigos. Mejor sería para ella.
—¿Podemos entrar a ver a mi tío?— Preguntó Izumi.
Thomas hizo una mueca y negó— No.—Respondió— Prefiero que no. Él todavía está dormido por la anestesia. Necesita descansar.—Comentó— Y, por el horario, solo uno de ustedes podrá quedarse con él esta noche.
—Yo puedo quedarme...—Se apresuró a decir la oji-verde.
—No.—Respondió Rika— Por favor, yo quiero quedarme a cuidar a mi tío.
Yamato observó a sus hijas, él sabía cuanto valoraban a Takeru.
—Niñas, no creo que sea lo mejor, es tarde. Deben descansar.— Declaró.
—Pero...—Ambas quisieron insistir a coro.
—Háganme caso.—Respondió Yamato.
—Pero ¿quién se quedará con Takeru?— Preguntó Nene.
—Yo.—Satomi se apresuró a decir—Yo me quedaré.
—¿Qué?— Preguntó Hiroaki— ¿Tú?
Satomi asintió— Es mi sobrino.—Declaró— Hijo de mi difunta hermana, Natsuko, es mi deber ocupar su lugar en este tipo de situaciones.
—No puedo creer lo que dijo Haruna Anderson.— Declaró Tomoko mientras ingresaba a su casa, completamente enojada.
Sí, enojada.
Se suponía que no debería tener emociones fuertes, pero era inevitable luego de lo que supo.
—No puedo creer que hayas invadido la propiedad privada de esa mujer.—Dirigió una mirada enojada hacia su ahijado.
—Lo siento, madrina.—Musitó Ryo apenado.
—¡Nada de "Lo siento"! —Exclamó Tomoko molesta— ¿Por qué te escabulliste en la casa de esa mujer?
No quería responder esa pregunta.
—Madrina, tranquila, recién recibiste tu tratamiento, debes descansar.— Declaró el Akiyama.
—¡Yo estoy bien!— La Kimura se cruzó de brazos— No intentes cambiar de tema.
—No intento cambiar de tema, simplemente me estoy preocupando por ti.— Comentó Ryo— Recuerdaa que debes estar tranquila.
—No me tranquilizaré hasta que me respondas.— Sentenció Tomoko— Dime ¿es verdad que te escabulliste en la casa de esa mujer?
El Akiyama se mordió el labio inferior.
—¡Dime!
Ryo simplemente se mantuvo callado.
—El silencio otorga, dicen por ahí.— Comentó el pelinegra.
—Está bien, está bien...—Musitó el hermano de Mimi— Si.— Respondió— Me metí a escondidas en la casa de Haruna Anderson.
Tomoko frunció el ceño—¡No puede ser!
—Tú querías que te dijera la verdad ¿no?
—¡Obvio!— Comentó Tomoko— Muy adulto puedes ser, pero todavía estoy a cargo de ti.— Recordó— Dime ¿por qué hiciste eso?
—No tiene importancia recodarlo.
—¡Claro que sí!— Exclamó la Kimura— Necesito saber por que hiciste eso. Ya que no suena a algo que una persona normal haría sin razón alguna.— La seriedad y preocupación en su voz era palpable— Dime ¿por qué lo hiciste?
—Lo hice porque...— Ryo quiso inventar una excusa, no obstante, se arrepintió al instante de esto.
No le gustaba mentirle a su madrina, mejor dicho, a su madre adoptiva. Después de todo, no lo merecía.
—Necesitaba verla más de cerca.
—¿Más de cerca?
Ryo asintió.
—¿Por qué?
—Porque me inquieta mucho su presencia. Tenía que verla de cerca porque...— Suspiró— Necesitaba saber quien era de verdad.
—¿Por qué dices eso?
—Porque ella me recuerda mucho a…—Ryo decidió detenerse antes de decirlo y bajó la mirada.
—¿Recuerda? — Preguntó Tomoko— ¿A quién te recuerda?
El Akiyama se mordió el labio inferior, sabía que decir esto sonaría absurdo, porque aun él lo sintiera de este modo, para otros seria difícil creer que la seria, elegante y fría empresaria Haruna Anderson, era la inocente, dulce y sensible, Mimi Tachikawa.
—¿Te recuerda a tu hermana, verdad? — Finalmente la Kimura decidió completar.
¿Qué?
Ryo se sorprendió ante esto y alzó la mirada, sorprendido por la declaración de su madrina.
—Es eso ¿no? — Preguntó la mujer— ¿Te recuerda a Mimi?
—¿Cómo lo supiste?—Cuestionó el Akiyama aún sorprendido.
—No fue difícil pensarlo, esa mujer se parece mucho a tu madre…—Comentó Tomoko—Y a Mimi. —Completó— Además, de que tienen la misma mirada.
—Pensé que era el único que lo creía.
Tomoko negó y sacó de la mesa la carpeta azul de Ryo— Me bastó ver esto. Y lo supe.
El Akiyama obbservó la carpeta con toda la información que él recolectó de aquellaa mujer.
—¿Crees que estoy loco?
—Me encantaría decir que sí. —Tomoko se cruzó de brazos— Ya que, solo un loco actuaría de la manera en que actuaste invadiendo la propiedad de Haruna Anderson. —Declaró.
¡Ouch!
Pensó Ryo.
—Pero, lamentablemente, no creo que estés loco. —Musitó Tomoko— Ya que, tienes razón al decir que podría ser Mimi…—Comentó— Hay muchas coincidencias que indican que podría ser.—Declaró— Incluso, yo lo creería.
~Al día siguiente~
Takeru llevó su mano tembloroso hacia su abdomen donde se encontraba el parche que tapaba el lugar donde fue apuñalado, y posteriormente, intervenido.
A pesar de que, la enfermera hace unos minutos le dio una pastilla para calmar su dolor, era inevitable sentirse débil. Casi perdió el hígado y la vida por esa puñalada.
Takeru cerró los ojos, tratando de ignorar el dolor punzante que aún persistía en su abdomen. Recordó el momento en que fue apuñalado, la sensación de shock y el miedo que lo invadió cuando se dio cuenta de la gravedad de su herida.
Agradeció internamente por estar vivo y por el cuidado del personal médico que lo había atendido con prontitud. Sabía que había tenido suerte de sobrevivir a un ataque tan violento, pero la experiencia lo dejó con cicatrices físicas y emocionales que tardarían en sanar.
Respiró profundamente, tratando de encontrar algo de calma en medio de la tormenta de dolor que lo invadía. Se prometió a sí mismo que usaría esta experiencia como una oportunidad para valorar más la vida y para reevaluar sus prioridades.
¡Toc, toc!
Unos golpes se hicieron presente en la habitación.
—Permiso.
Takeru volteo su mirada en dirección a la puerta y grande fue su sorpresa al encontrarse con su mejor amigo, Kouji.
—Kouji.—Pronunció su nombre— ¿Qué haces aquí?
—¿Qué no es obvio?— Kouji ingresó al lugar— Vengo a ver como estás.
—¡Vaya! Kouji Minamoto preocupándose por mí. — Comentó Takeru—¿Estás bien? ¿o tienes fiebre?
—No preguntes estupideces.
—No es una estupidez, simplemente estoy sorprendido que te preocupes por mi, eso no ocurre todos los dias.—Comentó—Debo sentirme honrado o alagado por esto.
El pelinegro rodó los ojos— No alardes por eso, y mejor, valora que sigues vivo. —Musitó— Ayer casi te desangras.
El rubio hizo una mueca— Gracias al cielo no pasó.
—No, pero pudo haberte pasado. — Respondió el Minamoto— Todo por intentar ayudar a esa chica.
Takeru asintió, recordando el momento en que intervino para salvar a Hikari de sus agresores. Había sido un acto instintivo, impulsado por su deseo de proteger a alguien que estaba en peligro, pero también sabía que había corrido un gran riesgo al hacerlo.
—Lo sé, Kouji. Pero no podía quedarme de brazos cruzados viendo cómo la atacaban —respondió Takeru, con seriedad en su voz.
—Entiendo que hayas querido ayudarla, pero pudiste haberla ayudado de otra forma ¡Mira como quedaste!
—No había otra manera.—Declaró el rubio— Aunque ahora me encuentre en esta situación, no me arrepiento de haber intervenido. Haría lo mismo otra vez.
—¿Otra vez?— Preguntó el Minamoto— ¿Estás seguro de lo que dice?
Takeru asintió—¡Pues claro! Siempre mientras pudera protegerla.—Admitió— Hikari me gusta de verdad.
—Me queda claro que sí. — Contestó Kouji— Pero, no puedes dejar que tu cariño por ella te ciegue, apenas se están conociendo.
Takeru suspiró, sintiendo el peso de las palabras de Kouji. Sabía que su amigo tenía razón, pero también era difícil ignorar sus sentimientos por Hikari.
—Lo sé, Kouji. Entiendo que apenas nos estamos conociendo, pero algo en ella me hace querer protegerla a toda costa.—dijo Takeru, con sinceridad en su voz— No puedo evitarlo.
—Entiendo que, quieras estar con Hikari para olvidarte de Catherine, pero no puedes dejarte cegar por eso.
—¡No estoy intentando olvidar a Catherine con Hikari!— Exclamó Takeru— Y lo digo de verdad.—Musitó— Jamás haría eso.—Comentó— A Catherine ya la olvidé, ha pasado tiempo.—Recordó— Si estoy con Hikari es porque, en verdad me gusta y quiero darme una nueva oportunidad en el amor.
Kouji observó seriamente a su amigo, comprendía la profundidad de los sentimientos que su amigo "decía sentir", pero sabía que mucho sentimentalismo podía jugarle en contra.
—Entiendo cómo te sientes. Pero necesitas ser prudente.—advirtió Kouji, preocupado por la seguridad de su amigo— Mira al punto que llegó tu actuar, tu familia estaba super preocupada, en especial tus sobrinas. Y la señora Anderson tuvo que donarte sangre.— Comentó— Creo que, a veces se te olvida que tienes un tipo de sangre extraño, poco común. Si no es porque la señora Anderson que te donó, hubieses muerto desangrado.
—Lo sé.—Comentó el rubio y bajó la mirada.
Tendría siempre una deuda pendiente con Haruna Anderson, después de todo, le salvó la vida.
—Espero que, para la otra, seas más consciente.
Takeru asintió—No te preocupes.— Respondió—Seré cuidadoso.
Justo en ese momento.
¡Toc, toc!
Otros golpes se hicieron presente en la puerta.
Ambos chicos voltearon en dirección a ella y grande fue su sorpresa al ver a la protagonista de su conversación.
—Hikari.
—Hola.—Respondió la Kanbara— Siento molestar...—Musitó—Vine a ver a Takeru.—Declaró— Pero veo que están ocupados. Si quieren puedo darles tiempo para que...
—¡Ey! No es necesario.—Takeru se apresuró a hablar.
—Yo estaba a punto de irme.— Declaró Kouji.
Sí, su visita fue corta, pero a Takeru no le molestó, sabía cómo era su amigo. Kouji era muy puntual en sus cosas, no se tomaba más tiempo del requerido para realizar ciertas actividades en su día.
Por su parte, Kouji al ver a Hikari supo que era momento de irse, porque no quería presenciar un momento cursi.
—Recupérate luego Takeru.— Musitó el Minamoto.
El rubio asintió— Que tengas buen día, amigo.
Fue así como Kouji volteo hacia la puerta y salió del lugar.
—Adiós, Kouji.— Musitó Hikari.
Sin embargo, el Minamoto no le respondió, simplemente salió del lugar.
—Me alegra mucho ver que estás bien.— Musitó Hikari.
Hikari tomó asiento junto a Takeru.
—¿Puedo pasar?
—¡Claro, entra! — Exclamó el rubio.
Hikari sonrió e ingresó sigilosamente al lugar.
—¿Cómo estás? — Preguntó— ¿Cómo te sientes?
—Mejor. — Respondió el rubio.
—¿Seguro? — Cuestionó la castaña preocupada depositando su mano en el borde la cama— ¿No necesitas algún calmante o algo así? — Preguntó— Entendería que sintiera algo de dolor, después de todo, estás recién operado y yo sé que eso duele.
—Tranquila. —Contestó Takeru— La verdad es que sí, me duele un poco, pero me dolió más cuando recién pasó la anestesia. —Comentó—Sin embargo, hace poco me dieron un tranquilizante y el dolor es menor.
—¿Seguro?— Preguntó Hikari.
—Seguro.— Repitió el rubio.
La castaña bajó su mirada— Agradezco lo que hiciste por mi...—Comentó— Pero no debiste hacerlo. Mira como estás.—Declaró— Y todo por mi culpa.
—¡No es tu culpa!
—Sí lo es.—Respondió Hikari— Si no fuera por mi no estarías así.
—Hikari, no fue tu culpa.—Takeru se apresuró a decir— La culpa la tuvo ese sujeto. Yo simplemente te protegí como corresponde.
—Takeru mira como estás.—Contestó temerosa.
—Hikari, yo sé que nos conocemos hace poco, pero yo te dije que no dejaría que alguien te hiciera daño y lo voy a cumplir.— Habló el rubio.
—Pe-pero mira lo que te paso.
—No te preocupes, ahora estoy bien.—Comentó el rubio antes de depositar su mano sobre la mano de la castaña— Lo importante es que tú estás bien, yo también, y todo ahora mejorará.
—De verdad, no sabes, como me siento.— Hikari tímidamente se acercó a él y suavemente lo abrazó— Muchas gracias, de verdad.
Takeru se sorprendió ante esto, pero no dudó en corresponder al abrazo, este gesto duró unos cuantos segundos hasta que, en un minuto dado Hikari alzó su mirada y sin querer, sus rostros quedaron a muy corta distancia.
Sus ojos se encontraron, sus bocas quedaron a escasos centímetros, sus alientos se entrelazaron.
Hikari no lo dudó, y sin dudar, besó los labios del rubio.
Kouji salió la habitación de Takeru y caminó en dirección hacia las escaleras para bajar al primer piso.
Sin embargo, no alcanzó a llegar a las escaleras, cuando un tipo que iba caminando en dirección contraria tropezó con él.
—¡Ey!— Exclamó— ¡Ten más cuidado por donde caminas!
—Lo sien...—El sujeto quiso disculparse, sin embargo, se detuvo al ver a Kouji.
Kouji también se sorprendió al ver a cierto chico moreno de cabello castaño, primo de Hikari, Takuya Kanbara.
Rápidamente su expresión en el rostro cambió al ver a este sujeto.
—¿Sabes? ¡Olvídalo!— Musitó Takuya— No lo siento.
—¡Vaya, modales!— Comentó Kouji— Se nota que no sabes caminar.
—Tú fuiste quien tropezó conmigo.—Respondió el moreno.
—Fuiste tú el despistado.— Respondió Kouji molesto.
—Claro, echa la culpa a los demás por tu falta de atención —replicó Takuya, cruzando los brazos sobre el pecho.
—¡Yo no tengo la culpa de que estuvieras en mi camino! —respondió Kouji, elevando la voz en respuesta a la provocación de Takuya—Además, fuiste tú quien tropezó conmigo.— Comentó— Como siempre, intentando molestar.
La tensión en el aire era palpable, con ambos chicos enfrentándose con miradas desafiantes y posturas tensas.
—¿Intentando molestar?—Cuestionó el moreno— No intento molestarte, tú eres quien siempre busca discutir conmigo.
—Sí ¿cómo no?—Kouji rodó los ojos con ironía—Si lo hago es porque me das razones.
—¿Razones?— Cuestionó Takuya.
—Siempre estás rondando a Izumi, tratando de llamar su atención.
Las palabras de Kouji resonaron en el aire, creando un silencio incómodo entre ellos mientras el peso de la acusación se dejaba sentir.
Takuya frunció el ceño, su expresión endureciéndose ante el ataque directo.
—Eso no tiene nada que ver con esta discusión —respondió con voz tensa—. Izumi es una amiga, eso es todo.
Kouji levantó una ceja, no convencido por la explicación de Takuya.
—¿Amiga? —replicó con escepticismo—. Parece que siempre estás tratando de impresionarla, como si estuvieras compitiendo conmigo.
La confrontación entre los dos primos estaba en pleno apogeo, con palabras afiladas siendo intercambiadas en medio de la tensión palpable.
Takuya apretó los puños, luchando por controlar su temperamento.
—No tengo tiempo para esto...—murmuró.
—¿Sabes? Yo tampoco tengo tiempo para perder contigo.—Musitó Kouji—Aunque, verdaderamente no sé por qué me preocupo, Izumi jamás se fijaría en un pobretón como tú.
—Entonces ¿por qué si estás tan seguro la vives celando y molestándome? — Preguntó Takuya.
—Porque no soporto que gente como tú interfiera en mi vida. —Comentó Kouji—O en la vida de las personas que rodean. Eso nunca sale bien. —Musitó— O mira a Takeru. Él está así por culpa de tu prima ¿no?
—¡Ey! —Exclamó Takuya y se acercó a él, con mirada desafiante— De mi di lo que quieras ¡Pero no te permitiré que hables así de Hikari! Mucho menos que la culpes por algo como esto.
—Acaso ¿no tiene la culpa?
—¡Claro que no! — Takuya alzó la voz— No digas tonterías.
—Pero ¿qué rayos está ocurriendo aquí?— El grito de Satomi resonó en todo el lugar provocando que Takeru e Hikari se separaran totalmente sorprendidos al ver esto.
—¿E?— Balbuceo el rubio— Tía Satomi ¿qué haces aquí?
Takeru hizo una mueca ante la expresión tan exagerada de su tía. Era como si le estuviera dando un infarto.
—¡Claro que no! — Takuya alzó la voz— No digas tonterías.
—¿Cómo te atreves a besar a mi sobrino?— Le preguntó, mejor dicho, le gritó a la Kanbara.
Hikari cerró los ojos y apretó los dientes ante el grito de esa mujer.
—Tía, por favor, no la jales.— Rogó Takeru.
Satomi simplemente ignoró a su sobrino—¡Respóndeme! Niña ¿por qué lo besaste? ¿No te bastó con lo que le ocurrió por tu culpa?
¿Su culpa?
—Tía, lo que me ocurrió no fue culpa de Hikari.
—¡Claro que sí!— Exclamó Satomi— Por intentar protegerla te ocurrió esto.
—Sí, pero no fue su culpa, ella no buscó que la atacaran.
Takeru sostuvo la mirada de su tía, tratando de transmitirle su sinceridad. Sabía que Satomi estaba preocupada y dolida, pero también entendía que culpando a Hikari no resolverían nada. Respiró profundamente antes de continuar.
Satomi rodó los ojos—¿No?— Preguntó— Si la atacaron significa que estaba vestida provocativamente. Dudo que alguien venga a atacar a una chica, así como así.
¿Qué?
Hikari se sorprendió ante esto. Ella no estaba provocando a que un hombre la atacase, al contrario, ese día utilizó una chaqueta larga, unos pantalones largos, una blusa cerrada ¡Cero provocativa!
—Tía, por favor, no digas esas cosas.
—Solo digo la verdad.—Comentó Satomi.
¿Verdad? La forma en que hablaba simplemente denigraba a la prima de Takuya.
—¡Vete de aquí!— Satomi soltó el brazo de Hikari, prácticamente lanzándola lejos.
La joven tambaleo ante esto.
—Tía Satomi, por favor, no...— Takeru rogó.
—¡Vete!—Exigió Satomi— ¡Largo!
—¡No!— El rubio intentó levantarse de su cama, pero un dolor fuerte se lo impidió—¡Auch!
La madrastra de Kouji volteo hacia el rubio— Tk.
Hikari hizo una mueca— Takeru, por favor, no hagas esfuerzo.— Comentó—Yo me voy.
—¿Qué?—Preguntó Takeru— No.
—No quiero causarte problemas.— Respondió la Kanbara.
—¡Sí, vete! Ya has causado muchos.— Contestó Satomi.
Hikari pasó su mirada por el rubio— Adiós Tk.— Fue así como salió del lugar.
—No, Kari, no...—Takeru hizo una mueca.
—Deja que se vaya.— Satomi le habló a su sobrino— Ya causó bastante problemas.
Hikari caminó en dirección a la salida de la clínica totalmente triste y desesperada por la situación.
Estaba caminando cuando frente a sus ojos apareció su primo.
—Hikari.— Takuya llamó a su prima— La visita fue corta.
La castaña se detuvo y sintió un nudo en su garganta, unas lágrimas brotaron por sus ojos.
—Kari.—El moreno se preocupó al ver a la castaña— ¿Qué te sucede? ¿por qué tienes ese rostro?
—Y-yo...—Intentó responder, pero no fue posible, porque las lágrimas cayeron de sus ojos.
Takuya observó alarmado a su prima y no dudo en acercarse a ella para abrazarla— Tranquila, tranquila, no llores.
Hikari simplemente se dejó abrazar por su primo mientras las lágrimas caían sin cesar de sus ojos.
Haruna se recostó en la tumbona junto a la piscina del lujoso spa, disfrutando de la calidez del sol acariciando su piel y el suave murmullo del agua que emanaba del borde de la piscina. Después de días llenos de preocupaciones y tensiones, finalmente se permitió un momento de relajación y tranquilidad.
Debía agradecer que, la reunión era en la tarde. Y luego de lo sucedido, Yamato le permitió llegar a la hora de almuerzo. Ya que, merecía descansar después de haberle donado sangre a Takeru.
Ahora tenía todo el tiempo del mundo para relajarse luego del agotador día que tuvo anteriormente.
Cerró los ojos y dejó que sus pensamientos se desvanecieran, sumergiéndose en la serenidad del momento. El aroma a lavanda y eucalipto llenaba el aire, envolviéndola en una sensación de paz y bienestar.
De repente, un movimiento a su lado captó su atención y Haruna abrió los ojos para ver a Sora acercándose al área de la piscina. Sora llevaba un elegante traje de baño y un pareo que ondeaba suavemente con cada paso que daba.
—¡Sora! —exclamó Haruna, sorprendida pero complacida de ver a su amiga—. ¡Qué sorpresa verte aquí!
Sora se acercó hacia la castaña.
—Hola, Haruna—respondió.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó la oji-miel—¿Vienes a relajarte?
Sora asintió— No podía resistirme a la idea de un día de spa para relajarme un poco. Supongo que tú igual ¿no?— Comentó quitando su pareo y luego ingresó a la piscina— Luego de la noche agotadora que tuviste ayer ¿no?
—Veo que ya te enteraste.
—Estaba al tanto de todo.— Respondió la pelirroja— Luego de que te fuiste de la clínica, yo llegué a buscar a mis hijas.
Tuvo intenciones en primera instancia de estar ahí desde el principio, pero prefirió abstenerse, ya que sabía que si aparecía terminaría discutiendo con Yamato y no era el momento adecuado.
—Ayer hiciste un gran acto al donarle sangre a Takeru.
—No fue la gran cosa.—Comentó Haruna— Simplemente hice lo que cualquiera hubiese hecho.
—Créeme, cualquier persona no lo haría por gusto, sin pedir algo a cambio.—Comentó Sora—Sobre todo al tratarse de Takeru Ishida, hermano de Yamato e hijo de Hiroaki Ishida.
—Bueno, yo no pensé en eso cuando le doné sangre, simplemente quería que estuviese bien.—Declaró Haruna— Al igual que sus hijas, quienes se veían bastante preocupadas.
Sora suspiró— Sí.—Musitó— La verdad es que, ellas adoran a su tío, y que le sucediera esto fue un golpe muy duro.
—Sí, me di cuenta.—Declaró Haruna— La preocupación era obvia en sus rostros, en sus palabras...—Hizo una mueca— No debió ser fácil que estuviesen a punto de perder a su tío, justo en el minuto que estaban lidiando con la otra noticia.
Y con "la otra noticia" se refería a la verdad de Yamato que salió a la luz.
Sora bajó la mirada ante esto y suspiró.
—Sí, tienes razón.— Fue lo único que dijo.
Haruna hizo una mueca y llevó una mano a su boca—¡Ups! Disculpa, no quería mencionar ese tema.— Se apresuró a decir.
—No te preocupes.— Respondió Sora y alzó la mirada— La verdad es que tienes mucha razón...—Musitó— No debe ser fácil para ellas recibir golpe tras golpe.
Haruna asintió.
—¿Sabes? Me es inevitable preocuparme por ellas.
—No es para menos.—Musitó Haruna— Les ha tocado difícil.
—¡Muy!—Relató la pelirroja— Primero, la situación de Rika, luego el tema de las modelos, a continuación, la infidelidad de Yamato y ahora...—Suspiró— Su tío casi muere.
—Debe ser difícil.— Comentó la castaña.
—Es como si, tuvieramos una nube negra encima, que solo nos da mala suerte.
—Entiendo cómo te sientes —respondió con empatía—. Parece que no podemos escapar de los desafíos y las dificultades, ¿verdad?
Sora suspiró, asintiendo con pesar.
—Exactamente. Es como si estuviéramos atrapados en un ciclo interminable de problemas —dijo, su voz cargada de frustración— A veces me pregunto si alguna vez encontraremos un respiro.
Haruna colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Sora, ofreciendo un gesto de apoyo.
—A pesar de todo, tus hijas y tú han permanecido unida enfrentando cada desafío que se les ha presentado.—dijo con determinación— Y eso cuenta para algo.
Sora suspiró— Sí, mis hijas me han apoyado en todo.—Comentó— Y yo he intentado apoyarlas en todo, pero ha sido difícil, sobre todo luego de la situación con Yamato. Ellas creen que su familia se destruyó luego de eso.
—¿Se destruyó?— Preguntó la castaña— ¿En verdad se destruyó?
—No lo sé.—Musitó la pelirroja— Eso es lo que ellas piensan, y me gustaría que no, pero...—Suspiró— Me es difícil pensar en perdonar a mi esposo.
Haruna, internamente, se sintió feliz al escuchar esto. Lo que más anhelaba era destruir el falso matrimonio de Yamato y Sora, el cual construyeron a base de mentiras y arruinando su vida.
—Entiendo lo difícil que debe ser para ti —respondió Haruna con voz suave—. Es natural que te sientas así después de lo que has pasado. Pero recuerda que el perdón es un proceso, y cada uno lo aborda a su propio ritmo.
—Si te soy sincera Haruna...—Comentó Sora— Creo que será difícil, mejor dicho, imposible perdonar a Yamato.
—¿Por qué?— Preguntó la castaña "preocupada"
—Es difícil perdonar y olvidar cuando sientes que te han traicionado de esa manera —susurró.
Haruna se mordió el labio inferior al escuchar esas palabras, ya que ella más que nadie sabía que eso era verdad.
Lo que menos pudo hacer en ese tiempo fue olvidar todo lo que le hicieron, todo el daño que Yamato y su familia le causó. Y dudaba que algún perdonaría eso.
—A veces me pregunto si alguna vez podré superarlo por completo.
—Entiendo como te sientes.—Comentó Haruna—A mí también me ocurrió cuando...—Se mordió el labio inferior.
En su mente solo resonaba su historia, pero sabía que debía mantener ese papel de "Haruna"
—Cuando mi esposo me engañó con mi mejor amiga.
Sí, mentira.
Pero ¿qué más iba a hacer? En parte, no era mentira, después de todo, Yamato finalmente se quedó con Sora, su mejor amiga, quien no le interesó respetar su códigos, y la acusó falsamente de adultera.
—Cuando la confianza se pierde, es para siempre.— Comentó Sora.
El peso de las palabras de Sora resonó en el corazón de Haruna, trayendo consigo una avalancha de recuerdos y emociones. Se obligó a mantener una expresión serena en su rostro, aunque por dentro luchaba con el dolor y la amargura que aún persistían en su ser.
—Sí, entiendo perfectamente —respondió Haruna con voz firme, manteniendo su actitud compuesta— Perder la confianza en alguien es una de las cosas más difíciles de superar.
Mientras hablaba, recordó las noches en vela, las lágrimas derramadas y el dolor abrumador que había experimentado cuando descubrió la traición de su esposo. Pero también recordó la determinación que había surgido de esa oscuridad, la fuerza que había encontrado dentro de sí misma para seguir adelante a pesar de todo.
—Pero también sé que, con el tiempo y la determinación, podemos encontrar la manera de seguir adelante.—continuó Haruna, forjando sus palabras con determinación— Sobre todo en tu caso. Eres una mujer increíble, estoy segura que no necesitas a Yamato para vivir.
—¿Tú crees?
Haruna asintió— Eres una mujer increíble, todos saben que, Yamato sin ti no hubiese logrado ni un quinto de todo lo que logró. Siempre mencionan eso en las entrevistas que le hacen a tu familia o en los artículos de la familia Ishida que publican hablando sobre ustedes, y de tu gran labor como esposa.
Sí, eso era verdad. Frente a toda la sociedad, ella era la esposa perfecta.
Y sí, ayudó mucho a Yamato a convertirse en el hombre que era.
Cuando Yamato tuvo problemas con Hiroaki, ella le prestó parte de su dinero para que comprara acciones en la empresa.
—Eres una mujer poderosa, tienes dinero, bienes, propiedades...—Enumeró Haruna— Puedes sobrevivir sin un hombre.—Comentó— Aunque, con lo bella que eres, estoy segura de que más de un hombre moriría por salir contigo.
—¿Tú crees?
—¡Pues claro!— Exclamó la castaña— ¿Nunca te lo han dicho?
Sora negó— La verdad es que, todos siempre me tratan con respeto por ser la señora de...—Comentó— Aunque, cuando fui joven, tuve un romance. Hoy en día me hace ese tipo de comentarios, porque soy una mujer casada.
—Bueno, si nadie te lo die, yo te lo digo.—Comentó Haruna— Eres joven y estoy segura de que debe haber más hombres en este mundo que te valoren.
—Dudo encontrar a uno.
Con esta desilusión ya eran 2. No quería más.
—Eso lo dices porque estás pasando este momento triste, pero ¿quién sabe? Quizás, el amor de tu vida está a las puertas.— Habló a la castaña.
—Bueno, me es difícil pensarlo, después de todo, quiero ver el bien de mis hijas.—Comentó— Para ellas sería muy brusco cambiar de un momento a otro.
—Mmm...entiendo.—Comentó Haruna— Bueno, no te criticaré por eso, si no quieres darte otra oportunidad por ellas, es entendible. Sin embargo, estoy segura que mientras tú seas feliz, ellas estarán feliz...—Comentó—Después de todo, eres su madre.
Eso era lo más lamentable
No era madre de ninguna.
—¿Sabes? Tienes mucha suerte de tenerlas.
Sora se mordió el labio inferior ante esto.
Lo más triste para ella, era saber que, si se separaba de Yamato, también la perdería a ellas.
Después de todo, ninguna era su hija biológica.
Nene e Izumi si lo eran de Yamato. Si ellos se separaban, Yamato tenía toda la facultad de quedarse con ellas. Y ellas siempre optarían por él, ya que solo bastaba con decirles la verdad, y se inclinarían por él.
Mientras que ella, no tenía a nadie más.
Por más que intentase luchar, esa familia nunca sería completamente suya.
¡Bip, bip!
Justo en ese minuto sonó el móvil de Sora llamando su atención.
—No puedo creer lo que hizo esa mujer.—Exclamó Takuya completamente enojado mientras estrellaba su puño derecho contra la pared.
Hikari simplemente mantuvo la mirada baja.
—¡Muy millonaria puede ser esa mujer! Pero nada le da derecho a tratarte así.— Takuya se acercó a su prima.
—Ella simplemente dijo la verdad.
—¿La verdad?— Preguntó el moreno.
Hikari asintió— Fue mi culpa lo que le sucedió a Takeru.
—¡Claro que no lo fue!— Takuya tomó su rostro entre sus manos.
—¡Si lo fue!— Exclamó la castaña— Por mi culpa, Tk fue atacado, si él no hubiese venido a buscarme a la comuna ¡Jamás hubiera ocurrido esto!
—Estas cosas pasan, pero tú no eres culpable de esto —repitió con firmeza—. Takeru tomó la decisión de ayudarte y protegerte porque se preocupa por ti. Lo que le sucedió no fue tu culpa.
Hikari bajó la mirada, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escapar.
—Pero si yo no estuviera involucrada en todo esto, él no estaría herido en este momento —murmuró, su voz quebrándose con la culpa y el remordimiento.
Takuya levantó el mentón de Hikari suavemente, obligándola a encontrarse con su mirada. La miró fijamente a los ojos, determinado a hacerla entender la verdad que él veía tan claramente.
—Hikari, escúchame.—dijo con suavidad pero con determinación—. No puedes cargar con la responsabilidad de las acciones de otros. Takeru tomó la decisión de ayudarte porque lo quiso hacer, no porque tú lo obligaras. Él es un adulto y puede tomar sus propias decisiones. Lo que pasó no es culpa tuya.
—Quizás, fue un error pensar que, él y yo podríamos comenzar algo. Su tía...
—¡Hikari! Olvida lo que dijo.—Setenció Takuya—Esa mujer no merece que preste ni un segundo de atención a lo que ella diga ¿sí?
Hikari se mordió el labio inferior ante esto, jamás esperó estar en una situación como esta, era la peor situación del mundo.
El beso con Takeru fue algo que la llevó a otro mundo, pero esta situación con Satomi, la llevó al infierno.
En la moderna oficina de reuniones de la empresa, Kiriha se encontraba inmerso en su trabajo, revisando informes y preparando presentaciones para la próxima junta directiva. La luz natural que se filtraba a través de las ventanas brindaba una atmósfera serena al ambiente, mientras que el murmullo distante de la actividad en la oficina principal proporcionaba un telón de fondo constante.
Concentrado en su tarea, Kiriha apenas notó el suave golpeteo de los tacones acercándose desde el pasillo. Levantó la vista al escuchar la puerta abrirse y vio a Nene entrar, radiante y elegante como siempre.
...
—No esperaba verte yo a ti, supuse que estarías cansada y querrías quedarte en casa, descansando. Después de todo, no creo que hayas logrado descansar.
—La verdad es que no.—Respondió Nene—Pero no podía dejar la reunión, debemos presentar.—Contestó— Además...—Aclaró la garganta—Estaba ansiosa por verte, luego de lo que sucedió ayer.
"Lo que sucedió ayer"
El recuerdo de la noche anterior vino a su mente.
—No es necesario que hablemos de eso.
—¡Claro que sí!— Exclamó Nene— Quiero agradecerte por haber ido a la clínica a apoyarme.
—No tienes que agradecerme.— Respondió Kiriha con seriedad.
—¡Claro que debo!— Contestó la castaña— Fue muy generoso de tu parte...—Tomó suavemente su mano.
Kiriha observó esto, hizo una mueca y retiró su mano del toque de Nene—Solo quise brindarte mi apoyo, pensé que lo necesitaba, no es la gran cosas. No debes agradecerme.
—Claro que lo fue. Estabas ocupado, era tarde y no te importó. Fuiste a estar conmigo...
—Creo que no fue lo mejor.— El rubio la interrumpió.
—¡No, claro que lo fue!— Nene se apresuró a responder.
—Eso no fue lo que dijo Yamato.
—Ignora lo que dice mi padre.— Respondió la castaña— Él simplemente estaba nervioso por la situación.
¿Nervioso?
—Dudo que haya sido solo por los nervios del momento.—Comentó Kiriha— Es evidente que no le agrado. Solo me soporta porque trabajo en su empresa. Pero no quiere que me acerqué a ti.
—Mi padre es muy celoso.—Comentó Nene— Es lógico que actúe así con tu presencia ¿no?
—No debería tener celos de mí.
—No, pero los tienes.—Respondió la castaña— Y con mucha razón, porque sabe que, yo estoy muy interesada en ti...—Depositó sus manos en su pecho— Es por eso que se coloca celoso.
Kiriha se mordió el labio inferior y retrocedió.
—Nene, no me digas esas cosas.— Rogó.
—¿Por qué?
—Porque no está bien.— Contestó el rubio— Yo tengo novio.
—¿Novio?— Nene rodó los ojos— Esa no te la crees ni tú.
Kiriha hizo una mueca— No necesito creerlo.—Declaró— Es así.
—No digas mentiras, Kiriha, sé que estás mintiendo.— Respondió la castaña— Es demasiado evidente. A ti no te gusta Ryouma.
—Nene, no quiero hablar de este tema.— El rubio se alejó de ella.
—¿Lo ves?— Preguntó Nene— Apenas hablamos de eso quieres escaparte.—Comentó— Eso es por algo.
—No quiero escapar.— Kiriha se cruzó de brazos— Es simplemente que no quiero hablar de eso.
—¿No quieres seguirme mintiendo, verdad?— Nene se acercó a él— No soportas mentirme.—Depositó una mano en su hombro— Por algo, ayer fuiste a la clínica. Estabas preocupado por mí ¿no?
—Claro que lo estaba.—Respondió el oji-azul— Cualquiera lo hubiese estado en esa posición.
—Sí, puede ser...—Comentó Nene— Muchos se preocuparon, pero nadie más que tú, llegó.— Declaró— Y eso me demostró que, tal vez, signifique algo más ¿no crees?
Kiriha se mordió el labio inferior.
¿Por qué esta chica le colocaba las cosas tan difíciles?
Volteo hacia ella.
—Nene, por favor, dejemos esta conversación hasta aquí ¿sí?
La castaña hizo una mueca ante esto.
¡Toc, toc!
Justo en ese momento la puerta sonó.
—Adelante.—Exclamó Kiriha.
Fue así como la puerta se abrió y en el lugar apareció la secretaria de Yamato.
—Señorita Nene.—Mizuki llamó a la Ishida.
—¿Sí?
—Su padre la necesita en su oficina.— Respondió la pelirroja— Al parecer es importante.
Mientras tanto, a las afuera de la oficina de Yamato, en la sala principal.
Sora e Izumi se encontraban frente a Yamato.
—¿Por qué nos citaste aquí, Yamato?— La pelirroja preguntó.
—¿Por qué tanta urgencia en qué viniéramos?— Preguntó la oji-verde.
—Esperen.— Respondió el oji-azul— Aun no puedo decirles la razón.
—Padre, por favor, habla luego...—Habló Izumi ansiosa— Necesito ir a la clínica.
Anoche estaba tan cansada que "según ella" colocó una alarma para despertar a primera hora para visitar a su tío. Sin embargo, pareció ser un sueño, ya que no colocó una alarma. Al contrario, si no fuera porque su padre la llamó hubiese dormido hasta quien sabe que hora.
Nene apareció en el lugar.
—Mamá, Izumi.—Se sorprendió— ¿Qué hacen aquí?
—Nene.—Sora pronunció el nombre de su hija— Tu padre nos citó.
Nene alzó una ceja y dirigió su mirada hacia Yamato— ¿Qué ocurre? ¿por qué me llamabas?
—Ya van a saber.—Respondió Yamato.
—¿Ocurrió algo con tío Takeru?— Preguntó Izumi aterrada.
El oji-azul negó.
Justo en ese minuto Toshiko e Hiroaki salieron de la oficina del padre de Yamato.
—¡Vaya! Hay reunión familiar ¿o qué?— Musitó la castaña.
—Madre ¿qué haces aquí?— Preguntó Sora.
—Vine a hablar unos temas con Hiroaki.—Respondió Toshiko.
El padre de Yamato asintió.
Sora no le dio importancia a esto.
—¿Qué hacen ustedes aquí?—Preguntó Toshiko.
—Mi padre nos llamó.
—¿Los llamó?— Hiroaki alzó una ceja—¿Por qué?
—Porque Mitsuo Yamaki me dijo que tiene noticias.— Respondió Yamato.
—¿Noticias?— Preguntó el mayor.
—¿Del caso de la desaparición?— Cuestionó Izumi.
Yamato asintió.
Izumi y Sora intercambiaron miradas ante esto.
Justo en ese momento el ascensor se abrió y de él bajó el oficial de policía, a cargo de la investigación, que conllevaba la desaparición de las modelos.
—Mitsuo Yamaki.—Sora pronunció el nombre del policía.
¿Qué hacia él ahí?
—Buenos días familia Ishida.— Saludó formalmente el oficial.
—Buenos días.— Respondieron todos.
—¿Qué hace él aquí?— Preguntó Hiroaki.
—Viene a darme información acerca de los últimos hallazgos de la investigación acerca de la desaparición de las modelos.—Contestó Yamato.
—¿Qué?— Izumi se sorprendió ante esto.
—¿Información de las modelos?— Cuestionó Sora impresionada.
Mitsuo Yamaki asintió.
Nene supo al instante que, su padre la citó para hacerle compañía a su hermana, Izumi.
—Por favor, ingrese a la oficina.— Musitó Yamato.
Mitsuo asintió e ingresó al lugar.
—Nosotras también vamos.— Declaró Izumi.
Nene tomó a su melliza del brazo— Ey...—Le habló— Pase lo que pase. Promete que estarás tranquila.
La rubia asintió.
—Vamos.— Toshiko siguió a su nieta.
Sora alzó una ceja—¿Por qué irás tú?—Cuestionó— Pensé que no te importaba lo que sucedía.
—¡Claro que me importa!— Exclamó Toshiko— La compañía no es solo tuya. También es parte de mi patrimonio. Lo que suceda con ella o con sus al rededores también me involucra. Sobre todo cuando trata de algo tan importante para mi nieta.
Sora observó a su madre un tanto impresionada, sin embargo, pasó de esto, ya que, efectivamente la compañía era parte de su patrimonio. Y a su vez, no tenía ánimos de discutir con ella.
Fue así como ingresaron a la oficina de Yamato y cerraron la puerta tras ellos.
—¿y bien?— Preguntó Izumi— ¿Qué noticias tiene señor policía?
El hombre de gafas señaló una carpeta que traía en sus manos.
—Finalmente, hemos llegado al fondo de esto.—Declaró Yamaki.
Todos los observaron expectante.
—¿Al fondo?— Preguntó Sora—¿A qué se refiere con eso?
—Lamentablemente, la desaparición de las modelos no fue algo al azar.—Declaró Yamaki sin más.
¿No?
Todos se sorprendieron ante esta declaración.
—Al parecer, ellas fueron parte de un sabotaje.
—¿Sabotaje? — Preguntó Sora— ¿Dijo sabotaje?
Yamaki asintió.
—¿De quién? — Cuestionó Izumi—¿Por qué?
—Luego de muchas investigaciones pude llegar a la raíz de todo. —Comentó el oficial—Se acaba de confirmar que la persona a cargo de todo este suceso es alguien que tiene mucha relación con esta situación.
—¿A sí? — Preguntó Sora.
—¿Quién fue? —
—Fue una persona de "Takenouchi Style" — Respondió Yamaki.
¿Qué?
—¿De mi compañía? — Preguntó Sora.
—No puede ser. — Comentó Izumi.
—Lamentablemente es. — Contestó el oficial y abrió una carpeta— Tengo pruebas de que todo este sabotaje fue planeado y ejecutado por la señorita Nanami
¿Qué?
—N-no, eso no…—Izumi tuvo intenciones de responder, pero luego a su mente vino el recuerdo de ese horrible video que vio de su padre con esa mujer.
—¿Está seguro de lo que dice, oficial? —Preguntó Miyako.
Yamaki asintió— Lo es.
—Pe-pero Nanami no peude.
—¡Claro que puede hacer algo como esto! — Exclamó Toshiko— Nanami fue capaz de subir ese video con Yamato, engañó la confianza de Sora, se comportó de una manera muy lamentable, no me sorprendería que también quisiera sabotear el grandioso desfile que tuvieron, eclipsándolo con algo como esto.
—Pe-pero ella también tuvo participación en el desfile. —Comentó Izumi.
—Sí. —Respondió Nene— Pero justo ese día nuestra madre supo la verdad. Y Rika también…
—Espera ¿qué? — Preguntó la rubia— ¿Ellas ya sabían de esto?
La castaña asintió— Sí.
—Había razones suficientes para que esa mujer actuara como actúo. —Sentenció Toshiko.
Sí, lamentablemente.
Pensó Sora.
—Además, encontramos unos correos muy misteriosos. — Declaró Yamaki— Sin mencionar que, el psiquiatra de esta joven, en la clínica tenía unos informes que apuntan sus indicios de demencia.
¿Qué?
—¿Demencia?— Preguntó Sora.
El oficial asintió— Esa mujer está loca. Presentó problemas con drogas en unos exámenes que se realizó en la clínica hace un tiempo, al parecer este problema mental está ocasionado por un consumo excesivo.
—Eso es imposible, Nanami nunca fue una mujer que consumiera drogas.— Comentó Izumi.
—Fue capaz de traicionar a nuestra madre.—Comentó Nene— Me puedo imaginar cualquier cosa de ella.
—¿Qué?— Preguntó Mimi, quien se encontraba frente a la laptop de Koushiro escuchando la información que el oficial de policía le daba a Yamato y su familia en la oficina. Y que gracias al micrófono que ella colocó lograban escuchar— ¿Demencia?
Koushiro asintió.
—Culparan a Nanami.— Musitó Mimi.
—No me sorprende.
—A mí tampoco.—Respondió la castaña— ¡Pero no pensé que llegarían a este punto!
Al parecer el tiempo no cambiaba la forma de actuar de esas personas, porque algo similar hicieron con ella. Aunque, la única diferencia entre esa mujer y ella era que, Nanami si hizo mal, se involucró con Yamato sabiendo que estaba casado, sabiendo que Izumi la consideraba su amiga y fue capaz de publicar ese video haciendo sentir mal a las tres hijas de Yamato y Sora, dejando a su familia en vergüenza.
Mientras que ella, mejor dicho, la antigua Mimi, solo amó a Yamato, nada más.
—No podemos dejar que hagan eso.— Comentó Akari— ¿O sí?
—No, claro que no.—Contestó Mimi—Pero ¿Qué haremos?
—No lo sé.— Respondió Koushiro— Esto es algo que, no tenía en consideración, y que no esperaba que fuera a pasar.
Lo sé, lo sé, lo sé. Tarde, pueden abuchearme. Pero seré sincera: Casi no hubo capítulo hoy. Sí, casi no hubo. Este capítulo lo escribí hoy, un par de escenas las escribí ayer. Este capítulo lo escribí en tiempo record ¿por qué? La semana que pasó fue muy difícil para mí. Escribí capítulos para mis historias y no se guardaron. Además, tuve temas en vida personal de estudiante. Fue una semana cansadora, literalmente, no quería hacer nada. Luego, una amiga se casó y estuve centrada en eso, y muchas cosas más.
Perdí el ánimo de escribir. Sí, pero perdí el ánimo de otras cosas en mi vida. Pero me molestó que no se guardaran los capítulos que escribí. Sin embargo, hoy me refórmate. No quería dejarlos sin capítulos por eso decidí escribir. Aunque fuera un poco. No obstante, intentaré dar lo mejor de mi para que el próximo capítulo complemente este.
Incluso en estos minutos estoy luchando por evitar que mis ojos se cierren. Pero ¡Lo prometido es deuda! Ojalá les haya gustado este capítulo. Independiente de todo me gustaron las escenas dramáticas que logré escribir jejeje
BethANDCourt: ¡Hola! jsjsjsjs sí, nuevamente dejo con las ganas de un beso Mimato jajaja Esto debe ocurrir, Yamato ya engañó a Sora. Intentará de alguna forma no cometer ese error de nuevo. Sí jajaja se va a morir cuando sepa que su ángel es mitad demonio. Pero ¿quién sabe? Saber que es Mimi, tal vez, lo haga recapacitar o perdonarla. Uno nunca sabe con esta historia. Sí, pobrecito Takeru, no ha tenido buena suerte ToT Pero esto debe ocurrir. Él debe demostrar que Hikari le importa de verdad jajaja yo también puse esa cara cuando estaba escribiendo jaja Esa relación es clave para la historia, aunque no lo crean, pero Shuu también hizo mucho daño y va a caer de alguna forma. Sí, Nanami tampoco merece ser difamada, pero esto debe ocurrir. Lo que hicieron con Taichi y Mimi fue mucho peor de lo que harán con Nanami. Sin embargo, no sabremos mucho de esto hasta más adelante, ahora todo está recién desarrollándose jajaja Si, Mimi delató a su hermano jajaja Pero, fue la única salida. Tomoko verdaderamente logró colocarla contra la espada y la pared jajaja Yo tampoco estoy tolerando a Kouji jajaj Pasó de ser mi chico dorado (en la trilogía que escribí) a un chico malo jaja Ya veremos que ocurre. Creo que has entendido exactamente lo que quería trasmitir, Izumi generó una dependencia hacia Kouji, todo porque los demás se lo dijeron. No sabe que es el verdadero amor y ahora tendrá que descubrirlo. Solo así podrá sanar jajaja No sé jajaja Todo puede ser con los personajes, tal vez sí, Toshiko lo recuerda del desfile o tal vez no. No lo sabremos jaja Sí, Kiriha tiene novio, sin embargo, ya se está aburriendo de esto. Y sí, Yamato es el único que se lo cree. Kiriha y Nene seguirán siendo una relación divertida, pero, a su vez, pasarán más a lo sentimental, Kiriha tiene mucho que dar jsjsjs Los padres de Rika es mi secreto mejor guardado jajaja Solo diré que me encantaría que teorices y teorices. A ver si le aciertas. Aunque dudo que alguien acierte jajaja Me alegra mucho que hayas disfrutado de este capítulo, y aprecio enormemente tu continuo interés en la historia. Saber que estás siguiendo la trama y que valoras mi participación en ella me llena de satisfacción. Estoy emocionado de seguir leyendo y acompañándote en este viaje literario. Tu apoyo significa mucho para mí, y espero poder seguir brindándote momentos de entretenimiento y disfrute con cada capítulo que compartamos juntos. Te envío un cálido abrazo a través de estas palabras y espero con ansias continuar nuestra aventura literaria juntos. ¡Gracias por tu confianza! y espero continuar leyendo tus comentarios.
