Disclaimer: Harry Potter no me pertenece, esta historia tampoco me pertenece, es una traducción, pertenece al ususario "megamatt09"


PREPARATIVOS

El fin de semana normalmente pasaba lento para los estudiantes de la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, a menos que hubiera un partido de Quidditch. Los estudiantes pasaban la mayor parte del fin de semana simplemente holgazaneando, socializando, u ocupados terminando tareas que no habían terminado durante la semana.

Esta vez, sin embargo, la escuela estaba alterada debido a un artículo de prensa escrito en el diario El Profeta, mencionando los grandes cambios que estaban a punto de ocurrir en Hogwarts. No necesariamente todo el mundo estaba contento con los cambios y, de hecho, había algunos que podrían pensar que estarían felices, pero en realidad una vez que los cambios ocurrieran estarían muy equivocados.

–Harry, ¿hay algo que no nos estás diciendo? – preguntó Neville sosteniendo la copia de El Profeta mientras Harry y Ginny se sentaban en la mesa de Gryffindor, –Aquí dice que Umbridge es la Suma Inquisidora de Hogwarts y que has sido nombrado para representar los intereses de los estudiantes como Inquisidor Junior de Hogwarts.

–Ah, interesante, pasó en poco tiempo, esperaba que pasaran un par de meses antes de que Umbridge intentara un robo tan descarado de poder, – murmuró Harry en voz baja.

–Sospecho que nos lo dirás más tarde, – Respondió Ginny sabiamente ya que más personas entraban al gran salón y algunos miraban a Harry. Él pudo ver algunas miradas celosas, Hermione entre ellos y Malfoy parecía que estaba absolutamente furioso al pensar que Harry había conseguido un poder que estaba por encima de cualquier prefecto.

–Sí, me conoces demasiado bien Ginny, – dijo Harry, muy consciente de que todo el mundo tenía tanto sus ojos y oídos abiertos a cualquier cosa que él pudiera decir. Aun así, tenía previsto informarles a Luna, Neville y Ginny acerca de todos los detalles de la posición de Inquisidor Junior. Cuando Fudge casualmente había mencionado la idea de instituir a Umbridge como Suma Inquisidora, Harry mencionó que a menos que hubiera un equilibrio, los estudiantes podrían rebelarse y el Ministerio tendría un escándalo vergonzoso. Como resultado, la posición de Inquisidor junior fue desarrollada para tal fin, con ciertos saldos a favor y un par de donaciones al "Bolsillo personal de Cornelio Fudge", junto con una amplia campaña en la Junta de Gobernadores, Harry se había asegurado de obtener la posición sin ningún problema. Por supuesto, Fudge no se daría cuenta de que Harry planeaba mantener lazos con la mayoría de prefectos, los suficientes como para anular cualquier decisión de Umbridge que no fuera de su agrado.

Mientras Harry y Ginny terminaban sus comidas, prepararon sus escobas para volar un par de horas, pero los detuvieron.

–¡Potter, Weasley! – Daphne Greengrass susurró con la comisura de boca cuando Harry y Ginny pasaron junto a la mesa de Slytherin. –Necesito verlos en este momento, ¡es urgente!

Harry y Ginny se dieron cuenta que Daphne parecía sería y decidieron seguirla rápidamente para ver qué pasaba, aprovechando al máximo la distracción que la noticia en el Profeta había causado. Luna y Neville se levantaron de sus respectivas mesas y los siguieron a cierta distancia, Harry revisó en el Mapa del Merodeador asegurándose de que nadie los seguía. Afortunadamente, todo el mundo parecía estar demasiado ocupado para fijarse en ellos, Harry tosió y señaló a una sala de clase sin utilizar. Daphne asintió y entró, con Harry, Ginny, Luna y Neville siguiéndola dentro. Rápidamente, Harry y Ginny colocaron una variedad de encantos en la puerta.

–Bloqueo de conjuros, hechizos anti-espionaje de todo tipo, encantos silenciadores, y una barrera de desorientación leve, – dijo Harry y Daphne asintió, contestando preguntas que no había pronunciado. –Ahora, dado por las miradas que nos lanzabas a todos nosotros durante la comida y el hecho de que nos dijeras que te siguiéramos, seguro tienes algo que decir.

–No sé cómo decir esto, pero tu antigua amiga Granger, asumiendo no eres el vanidoso idiota de Gryffindor que todo el mundo piensa que eres, – dijo Daphne y los cuatro la miraron, para animarla a continuar con lo que estaba diciendo. –Bueno, durante mis rondas de prefecto anoche, me encontré con ella, tuvo una discusión con Weasley y luego Malfoy se enfrentó a ella, pero no es todo. El hecho es que vi una mirada en su rostro, vi algo, dime si esto te parece familiar. Ojeras en sus ojos, ver de un lado a otro de una manera paranoica, molestarse demasiado cuando alguien se interpone en su camino como si ella tuviera urgencia en todo momento, y la compulsión apuntar su varita a cualquiera, aunque no le convenga.

–Sí, eso suena familiar, – respondió Harry con gravedad mientras Ginny asentía detrás de ellos junto a Neville y Luna, quienes también parecían serios por esto.

–Parece que no eres el único que pidió prestado un par de libros de la Biblioteca de la familia Black, – dijo Luna. –El problema es que no creo que ella se haya molestado en pensar en las consecuencias que trae el abuso de la magia negra.

–Granger es justo el tipo de persona que es lo suficientemente arrogante como para pensar que puede manejar sola el aprendizaje de la magia avanzada y si esos libros son de la biblioteca Black, lo más probable es que ella tropezó con verdadera magia negra, – dijo Daphne mientras negaba con la cabeza. –¿Crees que sería tan ingenua para pensar que el aprender poderosa magia oscura es lo mismo que aprender a transfigurar una tetera?

–Sí, definitivamente sí, – respondió Ginny, mientras Harry miraba hacia otro lado con una mirada de diversión.

–¿Sabes lo que esto significa, ¿verdad Ginny? – preguntó Harry.

–Que está aprendiendo magia oscura en algún intento iluso de atraerte, ya que la poción de amor no funcionó, – dijo Ginny.

–Yo tendría cuidado si fuera tú, Ginny, – dijo Daphne con voz cautelosa. –He leído sobre mentes mucho más complejas que la de Granger que se rompieron con bastante rapidez por la tensión de practicar magia demasiado oscura. Dentro de poco las consecuencias no le importarán, sobre todo porque ella tiene una única obsesión. La poción de amor sólo es la punta de lo que ella está dispuesta a hacer para conseguir lo que piensa que le pertenece.

–Créeme, tuve la sensación de que no iba a renunciar a Harry, pero esto, no pensé que cayera tanto tan rápido, – respondió Ginny, mientras Harry agarraba su mano para tranquilizarla.

–Tienes razón Daphne, es por eso que pasamos todos esos meses leyendo todo lo que encontramos sobre la psicología de la magia oscura y cómo moderarnos, Granger, por otro lado seguro lanzó maldición tras maldición, sin tener en cuenta todo, – respondió Harry. –Su mente se va a romper pronto, si es que no lo ha hecho ya.

–Alejó a Weasley de ella, la única persona que la soportaba después de lo que hizo, ella no está demasiado lejos de perderse por completo, – comentó Daphne. –Malfoy podrá ser un zopenco endogámico con la personalidad de estiércol de dragón y sin cualidades rescatables, pero tuvo buen punto en una rara ocasión. Cuando le oí señalar a Granger lo estúpida que era por alejar a Weasley, sin darse cuenta me dio la señal de advertencia que me impulsó a verla bien. Entonces vi todas las señales de alerta, incluso si Malfoy es demasiado ignorante en sus creencias, que le permiten pensar que no hay posibilidad de que una Gryffindor nacida de Muggles se atrevería a aprender artes oscuras, pero las señales están ahí para cualquier persona con ojos.

–Me atrevo a preguntar, pero ¿qué pasa con Dumbledore? – preguntó Neville. –Por mucho que veamos que no tiene realmente el mejor interés de todos en mente, aun así él tiene décadas de experiencia mágica. Tendría que darse cuenta de los signos, con toda su experiencia mágica.

–Dumbledore, pudo notarlo, pero si no la expulsó después de la poción de amor... no sé, no lo sé, – dijo Harry, pensando que Dumbledore se había engañado a sí mismo al pensar que todavía había alguna utilidad para Hermione. Esa podría ser la razón por la cual Dumbledore insistió en que se quedara en Grimmauld Place durante el verano.

Aunque, una excusa delgada sobre que tenía heridas que curar, ¿seguramente el que Hermione estuviera con Harry y Ginny sin toda una escuela para evitarlos sólo serviría para abrir esas heridas más amplio? Si alguien tenía la culpa del descenso de Hermione a las artes oscuras, era Dumbledore y su propia ignorancia en empeñarse en ver lo bueno en otros pese a la evidencia de lo contrario. Sucedió con Snape, y actualmente estaba ocurriendo con Hermione, e incluso pasó en cierta medida con Voldemort. A pesar de sus sospechas, Dumbledore ocultó estas sospechas y le permitió ganar poder. En el momento en que volvió para afirmar su poder, Dumbledore no tomó las medidas necesarias para que eliminar seguidores potenciales. A través de los recuerdos de Voldemort, Harry sabía que Dumbledore sabía muy bien acerca de la paternidad de Voldemort e incluso algo tan liberar esa información habría debilitado las fuerzas de Voldemort, apagar seguidores perspectiva. Sin embargo, Dumbledore no hizo nada, excepto reunir información de inteligencia y capturar a unos mortífagos por pura suerte, pero sólo daba vuelta, tal vez con la esperanza de que Voldemort se empalar a sí mismo con su propia varita y hasta cierto punto eso es lo que había pasado.

–¿Harry? – preguntó Ginny.

–Sólo estoy pensando algunas cosas, no sé si Dumbledore se ha dado cuenta, podría, pero tiene su mente en otro lugar debido a su disminución de poder, – dijo Harry.

–El hecho de que sepamos que algo está pasando, nos permitirá estar en guardia para cualquier cosa, – comentó Luna. –Tal vez si la joven señorita Granger no ha llegado tan lejos, podemos tratar de razonar con ella, podríamos conseguirle ayuda antes de que ella se convierta en una amenaza para nosotros y para inocentes.

–Una idea admirable, Luna, pero para ayudarla, Hermione tiene que aceptar que necesita ayuda y no veo que eso vaya a suceder, – respondió Harry mientras negaba con la cabeza tristemente. Hermione sabía que estaba muerta para él.

–Ella parece pensar que esto es necesario, cree que debe ser ella quien esté con Harry, – dijo Ginny y Harry hizo una mueca de disgusto por la idea de estar con Hermione. Nunca funcionaría y sólo terminaría con dolor para ambos. Hermione le regañaría al punto de volverlo loco y Harry estaba harto de eso después de crecer con tía Petunia. –Aun así, el hecho de que ella haya estado dispuesta a entrar en las artes oscuras sin antes pensar las ramificaciones, muestra que ella ha ido más lejos de lo que podamos creer.

–Gente normal hace cosas locas cuando piensan que están enamorados, – respondió Neville.

–Creo que el término correcto para esto sería obsesión, – corrigió Luna con calma.

–Apoyo a Lovegood en eso, tengan cuidado ustedes dos, si alguno de los dos muere, entonces se irá cualquier esperanza para que el mundo mágico deje su estado patético. – dijo Daphne, Harry y Ginny fueron tomados por sorpresa por la declaración de la chica de Slytherin.

–Vigilaremos a Hermione, ella no nos tomará por sorpresa, ahora sabemos que no debemos ir solos por los pasillos, – dijo Harry. –Especialmente Ginny, pero podría atacar a cualquiera de nosotros si cree que ayudará a su causa.

Todos asintieron. Era obvio que debían mantener sus varitas con ellos en todo momento. Ginny estaba contento de que ella y Harry tuvieran una habitación privada en la Cámara de los Secretos, porque era probable que Hermione intentara matarla en su cama.

–Sin embargo, en el momento en que Granger me dé una excusa, voy a usar mi poder para sugerir una expulsión de Hogwarts, pero no puede hacerlo con pruebas circunstanciales, – dijo Harry y los demás asintieron. –No es que sea desafiante, después de lo que hizo el año pasado, pero...

–Entendemos perfectamente, Harry, – dijo Neville ya que no tenían necesidad de Harry se explicara.

–Aun así, si ella apunta su varita, ella tendrá pocas posibilidades, – respondió Ginny con firmeza, que se negaba a dejarse intimidar por Hermione Granger, a pesar de que ella estaba un poco preocupada. No por ella, sino por sus amigos o para ser más específicos, por Harry. Hermione había demostrado que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa.

–De hecho, Harry, entiendo que no se puede hacer nada oficialmente, pero pensé que tenía que pasar la advertencia, – respondió Daphne, quien hizo una floritura con su varita, ella frunció el ceño cuando fue incapaz de eliminar los hechizos que Harry y Ginny habían colocado en la puerta. –¿Podrían por favor, elimine estos encantos de bloqueo?

–Es verdad, lo lamento, – dijo Harry y consultó el mapa del merodeador. –No hay moros en la costa, por cierto.

–Bien, no sé cómo te las arreglaste para cerrar esa puerta para que sólo tú puedas abrirla, ese tipo de magia es normalmente mucho más allá de nivel EXTASIS, – dijo Daphne, tanto Harry como Ginny tenían sonrisas en sus rostros y ella se dio cuenta de que no iba a obtener ninguna respuesta. –Bien, lo olvidaba, ustedes van a hacerme pensar en ello y tal vez un día voy a permitir que me cuenten sus secretos.

–Es bueno habernos puesto al día, – respondió Harry mientras Daphne se limitó a sacudir la cabeza caminando por la habitación. Ella era una Slytherin, por supuesto, Harry tenía el presentimiento de que iba a hacer todo lo posible para averiguarlo pero Harry sabía que podía confiar en que ella no chismorreara. Sobre todo, porque él dado un vistazo en su mente y no vio malas intenciones. Un poco de curiosidad, pero nada que le diera a Harry una razón para modificar su memoria. Además, dado el hecho de que ella era una Slytherin, la gente que Harry no quería averiguara sobre sus habilidades podrían no creerle de todos modos. Era su pérdida, pero una pérdida con la que Harry podía vivir, ya que lo beneficiaba al cien por ciento.

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Los últimos meses habían sido bastante accidentados y muy frustrantes para Albus Dumbledore. El hecho de que muy pocos en el Ministerio le creyeron acerca del regreso de Voldemort y ahora incluso menos estarían a la altura de las circunstancias para apoyarlo después de las recientes represalias para seis Aurores que habían sido encerrados en Azkaban por traición. Era obvio que Fudge estaba dispuesto a acabar con cualquiera que apoyara a Dumbledore y con la gente que estaba dispuesta a correr el riesgo de perder sus puestos de trabajo, y su libertad.

En cuanto a la persona que estaba detrás de él, Dumbledore estaba desconcertado. Pensó en varios candidatos. Era obvio que esta persona había puesto pistas que evidenciaron a los Aurores al Ministro. Un día, cuando Fudge salió a almorzar, Dumbledore había enviado a alguien para buscar en su oficina, pero no encontró nada. No había mensajes, ni métodos secretos de comunicación, nada, por lo que Dumbledore estaba de vuelta al punto de partida.

La reunión de la noche anterior había sido tensa, ya que varios miembros de la Orden se miraban con recelo. Cualquiera de ellos podría haber sido un espía y muchos de ellos llegaron a cuestionarle a Dumbledore sobre su capacidad para mantener su participación confidencial. Todo lo que Dumbledore puedo hacer fue evitar que al menos la mitad de la orden se fueran. Ellos eran necesarios para ayudar a guiar sus planes para Harry.

En cuanto a Harry, Dumbledore había oído la noticia, estuvo en el Profeta esta mañana. Allí estaba la desafortunada noticia de que Dolores Umbridge había sido nombrada Suma Inquisidora de la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, lo que Dumbledore veía como una bofetada en la cara, cortesía de Fudge. Se le dio poder a Umbridge para inspeccionar a los maestros y poner a prueba a cualquiera que fuera en contra de los edictos del Ministerio. Forzarían a Dumbledore a dar un paso definitivo hacia la puerta de salida y tenía que maniobrar cuidadosamente si deseaba volver una vez que se demostrara que Umbridge y Fudge se equivocaban sobre la situación de Voldemort. Sin embargo, aunque Dumbledore había oído hablar antes de los rumores de que Umbridge recibiría este puesto de nueva creación de Suma Inquisidora, el hecho de que Harry fuera nombrado Inquisidor Junior le había tomado totalmente por sorpresa. Ahora que lo pensaba, el hecho de que esta posición de Inquisidor junior fuera creada tomaba a Dumbledore completamente por sorpresa. No había oído hablar de ello hasta que él lo había leído en el Profeta.

Dumbledore estaba confundido sobre todo esto de la posición de Inquisidor junior. Por un lado, él todavía estaba un poco incómodo debido al hecho de que Harry había tomado otra posición de poder. No tan incómodo como lo habría estado si él no tuviera a la señorita Weasley anclándolo al sendero correcto, pero aun así, Dumbledore esta inquieto.

Por otro lado, Dumbledore no podría estar más orgulloso de Harry. Dumbledore sabía desde una variedad de fuentes que el Ministro de la Magia había arreglado que Harry visitara el Ministerio, en un intento de ganar publicidad por ser visto hablando con Harry Potter. Había sabido esto desde un poco antes de la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos y al principio Dumbledore terminar eso. Sin embargo, todo el asunto de Voldemort se puso en marcha y Dumbledore centró su atención en tratar de difundir la palabra, pero Fudge había utilizado rápidamente su influencia para soltar algunos rumores de que Dumbledore estaba utilizando a los estudiantes de Hogwarts para formar un ejército para derrocar al Ministerio de Magia. El director sospechaba que Lucius Malfoy estaba detrás de esto, al plantar esas ideas en la cabeza del ministro pero, naturalmente, no podía demostrarlo todavía.

Aunque Harry había estado en el Ministerio y de alguna manera había encontrado una forma de ganarse la confianza de Fudge. Harry había visto lo que Fudge le estaba haciendo a su mentor y trabajó en una manera de neutralizar la influencia de Fudge, usando algo de astucia. Esta posición de Inquisidor junior parecía ser prueba suficiente, pero Dumbledore esperaba que Harry fuera lo suficientemente hábil para ganarse a bastantes prefectos para anular a Umbridge cuando se necesitara. Por lo menos el plan prometía y demostraba que Harry había logrado encontrar en sí mismo el perdón para Dumbledore por lo de los Dursley. Ahora bien, si sólo Sirius desapareciera, Dumbledore finalmente podría descansar. Aun así, demostraba que lo que Dumbledore esperaba de Harry no había sido en balde y sus planes aún seguían.

–Adelante, – dijo Dumbledore cuando se escuchó un golpe en la parte exterior de su despacho y la puerta abierta reveló a Ron Weasley, que entró en la oficina de Dumbledore. El más joven hombre Weasley parecía bastante nervioso y preocupado al mismo tiempo. –Ah, Ronald, que placer inesperado. Toma asiento y siéntate como en casa.

Ron asintió mientras se sentaba justo en frente de Dumbledore. Esta era la primera vez que interactuaba realmente cara a cara con el director, sin Harry o Hermione allí y la experiencia era un poco menos que abrumadora por decir lo menos.

–No hay necesidad de verte tan tensa, Ronald, – dijo Dumbledore con una sonrisa alentadora y un brillo en sus ojos, empujó un plato de dulces hacia Ron. –¿Gota de limón?

Ron tomó el caramelo de limón con entusiasmo y sin dudar, él era una de las tres personas tomaron uno desde que Dumbledore había comenzado a ofrecerlos. Por extraño que pareciera, uno de ellos había sido el propio Lord Voldemort y el otro no podía recordarlo en este momento, pero sospechaba que recordaría si fuera importante.

–Así que Ronald, confío en que esto no es una visita social, dime lo que está pensando, – Dumbledore le pide amablemente con un brillo en sus ojos mientras miraba a Ron.

–Bueno, profesor, se trata de Hermione, no sé, pero algo en ella está raro, – dijo Ron lentamente, sonaba extraño cuando salía de su boca. –Ella comenzó a gritarme cuando mostré mi preocupación por ella y esas detenciones que ella tuvo con Umbridge...

–Profesora Umbridge, – corrigió Dumbledore interrumpiendo a Ron.

–Sí, ella, pero cuando regresó de su detención, su mano estaba sangrando, la sangre estaba por todas partes en su túnica, – respondió Ron frenéticamente. –Cuando me enfrenté a ella sobre eso, ella me dijo que me fuera, me gritó, dijo muchas cosas cosas horribles. Algo está mal con ella, señor.

–Bueno, Ronald, estoy seguro de que estás exagerando, la señorita Granger está pasando por un momento difícil, – respondió Dumbledore mientras miraba a Ron. Es cierto que había notado un par de cosas con el comportamiento de Hermione, pero no había tenido tiempo de echar un vistazo más de cerca con Umbridge básicamente respirándole en el cuello. Además, Hermione ya no tenía un uso para él. –Su salud mental es algo con lo que ella tiene que lidiar, es probable todo venga del desafortunado incidente el año pasado.

–Por supuesto, todo siempre tiene que ser sobre Potter, – dijo Ron con rabia olvidando que estaba con Dumbledore. –Es su culpa que ella esté así...

–No culpo al señor Potter por las decisiones que la señorita Granger ha tomado, – dijo Dumbledore con severidad, el brillo en sus ojos había desaparecido por completo. –Él no la obligó a abandonarlo cuando su nombre salió del cáliz de fuego, ni la forzó a ponerle poción de amor en su bebida. Voy analizar tus preocupaciones, pero no puedo intervenir directamente. Está fuera de mi jurisdicción como director de Hogwarts interferir directamente en asuntos personales.

–Pero, profesor Dumbledore, Hermione podría necesitar ayuda, ¿cree que... – dijo Ron.

–Voy a hacer lo que estoy autorizado Ronald, pero ahora Hermione te necesita más que nunca, es tu responsabilidad ayudarla, no la mío, – respondió Dumbledore con calma, mientras miraba a Ron.

–Pero, ha ayudado a Harry antes ¿por qué no puede ayudar a Hermione? – exigió Ron y Dumbledore suspiró, pensando rápidamente en la forma perfecta de apaciguar el chico Weasley.

–Mira Ronald, te gusta jugar al ajedrez, ¿correcto? – preguntó Dumbledore.

–Sí, – dijo Ron lentamente, pero él no podía ver a dónde estaba llegando ídolo con esta declaración. ¿Qué tenía que ver Hermione con su gusto por jugar ajedrez?

–Entonces debes entender que hay momentos en que se deben hacer sacrificios para lograr una mayor victoria, – respondió Dumbledore crípticamente, pero Ron estaba confundido por completo. –Siento que no hay nada de qué preocuparse con la señorita Granger, ella sólo está pasando por un momento difícil. Personalmente he visto suceder esto antes y volverá a suceder hasta que me vaya a la siguiente gran aventura. Nada de qué preocuparse, simplemente apóyala y quédate a su lado, todo saldrá bien al final.

–Por supuesto, profesor Dumbledore, pude haber reaccionado de manera exagerada, – dijo Ron mientras sus preocupaciones se calmaban un poco. Dumbledore le había dicho que Hermione estaría bien y ¿qué razón tendría Dumbledore para mentir? Él era un gran mago y Ron ni siquiera era digno de estar en la presencia del estimado director de Hogwarts. –Lamento haberle hecho perder su tiempo, señor...

–No fue una pérdida en absoluto Ronald, una preocupación por un amigo nunca es una pérdida, pero recuerda, debemos tener buen juicio con nuestra preocupación, – dijo Dumbledore. –Ahora, tal vez debas irte ya, sospecho que tienes algún trabajo escolar que completar de última hora. Recuerdo que mi año TlMO y me faltaba tanto tiempo libre. Ahora corre.

Ron se fue y Dumbledore se sentó, suspirando. El hecho era qur Hermione Granger estaba muy por debajo de su radar ahora mismo, con un poco de suerte, haría algo en presencia de Umbridge y sería expulsada y así eliminaría ese dolor de cabeza de la escuela. Dumbledore todavía tenía esperanza de que Hermione vería que Harry no era suyo para tener y comenzaría sus pasos hacia la recuperación de su propia voluntad. Si no, bueno lo que suceda, sucederá.

En este momento, Dumbledore sabía que su tiempo como director de Hogwarts estaba llegando a su fin, al menos por el momento. Podría ser medido en días, semanas, o si era afortunado en meses. Aún así, más pronto que tarde tanto Fudge como Umbridge serían eliminados y la nueva posición de Harry era bastante afortunada, no importa lo inesperado que era. Dumbledore tenía la máxima confianza en que Harry podía mantener a Umbridge en jaque durante el tiempo suficiente, hasta que Lord Voldemort saliera a la luz. Teniendo en cuenta la teoría de Dumbledore de que la conexión entre Harry y Voldemort continuaría creciendo, tarde o temprano, la obsesión permanente de Voldemort con la profecía se extendería a Harry y todos los caminos conducirían al Departamento de Misterios, donde Albus había preparado el siguiente paso para preparar a Harry para su destino. El mismo destino que él había preparado a Harry desde el momento en que nació.

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La nueva Suma Inquisidora de Hogwarts estaba en su oficina, intentando encontrar la manera de programar sus inspecciones con sus clases de Defensa Contra las Artes Oscuras. Umbridge sonrió, había algunos maestros a los que ella le hubiera encantado supervisar su trabajo y reemplazarlos con profesionales aprobados por el Ministerio. A los estudiantes de Hogwarts se les daba demasiada libertad en sus opiniones y los maestros no terminaban con el sentimiento anti-Ministerio. Tendrían que hacerse cambios para que el mundo mágico permaneciera como debe ser, ya que era, la siguiente generación.

Eso del Inquisidor Junior era un problema inesperado, pero Dolores dudaba que tuviera algo de qué preocuparse. El mocoso necesitaba tres cuartas partes de los prefectos para anular cualquiera de sus decisiones y no había ninguna posibilidad de mucho arriesgaran sus futuros puestos de trabajo en el Ministerio.

–Hem, hem, – tosió una voz que causó que Umbridge mirara hacia arriba y vio a un sonriente Harry Potter.

–No recuerdo darte contraseña de mi oficina, Potter o invitarte a entrar, – dijo Umbridge con frialdad. –¿Cómo llegaste aquí?

–Vamos, Dolores, esa no es manera de tratar a un compañero de trabajo, – respondió Harry, mientras observaba el movimiento involuntario del ojo de Umbridge, ya que no había nada que pudiera hacer contra él. Como Inquisidor junior, estaba exento de castigos como la detención o tomarle puntos de su casa.

–Sí, la posición Inquisidor junior, me pregunto cuántos galeones recibió Cornelio, – dijo Umbridge mordiéndose la lengua conteniendo una réplica aún más venenosa dirigida hacia Harry.

–Ahora, señora Umbridge, estoy herido, pensar que yo recurra a sobornar al Ministro de Magia, cuando es obvio que fue votado por unanimidad por los doce miembros de la Junta de Gobernadores, – dijo Harry con una simulada mirada herida. –Realmente no veo cómo es capaz de lanzar esas acusaciones, señora Umbridge. Acusar a la cabeza de una antigua familia de sangre pura de algo, sin pruebas, podría darle muchos problemas, sobre todo a uno que es famoso por vencer a un Señor Oscuro y es querido por la mayoría.

–De todos modos ¿qué quiere señor Potter? – preguntó Umbridge con su voz dulce como la miel, evidentemente forzada.

–Solo tiene que firmar un pergamino y no tendrá que lidiar conmigo fuera de clases por el resto del fin de semana, – respondió Harry mientras Umbridge lo miraba. –O no lo firme, y me quedaré aquí para interrumpirla mientras está trabajando con todos esos papeles.

–Dámelo, Potter, – dijo Umbridge mientras tomaba el pergamino y lo firmó sin leerlo. Ella quería alejar a Potter tan pronto como fuera posible. Si había una cosa que odiaba más que la inmundicia, eran los adolescentes, especialmente aquellos que tenían tanto poder como ella. Umbridge lo deslizó sobre la mesa, pero se congeló cuando se dio cuenta de lo que había hecho. –¿Qué acabo de firmar?

–Oh no es nada, sólo un juramento mágico vinculante por el cual no se quejará de mí por abusar de mi poder si consigo que sus decisiones sean revocadas legalmente y que no podrá expulsar a mis amigos para obligarme a obedecer, – dijo Harry casualmente y la Suma Inquisidora llevó su mano a la cabeza. El muchacho no dejaba ninguna vía abierta para que Dolores lo manipulara –Además, usted me dio la autoridad para inspeccionar las clases tanto de pociones como la de Defensa Contra las Artes Oscuras.

–Ahora, señor Potter, no creo que sea necesario que usted inspeccione mi clase, soy una profesora aprobada por el Ministerio, – dijo Umbridge con dulce voz tensa.

–En aras de la equidad, siento que a cada clase se le debe dar una inspección, para ver si son peligrosas y perjudiciales para los estudiantes, – dijo Harry y Dolores parecían absolutamente confusa sobre lo que podría ser peligroso en una clase que sólo enseñaba teoría. –No se preocupe, Dolores, voy a tratar a su clase con el mismo respeto y justicia que usted tendría si estuviera inspeccionando mis habilidades de enseñanza.

Obviamente, esto no tranquilizó a Umbridge.

–Sin embargo, un trato es un trato y la dejaré trabajar, – dijo Harry mientras salía de la oficina de Umbridge. Al salir comprobó el mapa del merodeador. Ginny, Luna y Neville lo esperaban al final del pasillo, debajo de la capa de invisibilidad de Harry. Ginny levantó ligeramente la capa para que pudiera unirse a todo ellos debajo. –Todo fue como planee.

–Excelente, – respondió Luna con una sonrisa. –Las piezas están empezando a caer en su lugar.

–¿Ella lo firmó sin leer como dijiste que lo haría? – preguntó Neville y Harry asintió. –No puedo creer que ella cayera en una estratagema tan obvia.

–Tampoco puedo, – dijo Luna. –Obviamente no esperaba que Harry le diera algo que le ataría las manos así.

–Su pérdida, – dijo Ginny mientras negaba con la cabeza ante la absoluta arrogancia de Dolores Umbridge. –Bueno, la práctica de Quidditch fue sin problemas y tenemos un par de horas antes de la cena y la reunión de prefectos, así que hay que entrenar un rato en la Sala de los Menesteres.

–Suena como una idea brillante, ¿qué hay de ustedes dos?, ¿qué les parece? – preguntó Harry mientras se volvía a Neville y Luna.

–Suena como un buen plan, Harry, – respondió Neville.

–De hecho, nunca se puede tener demasiado entrenamiento, – agregó Luna, ya todos lo aprobaron, los cuatro amigos se dirigieron a la Sala de los Menesteres. Si los planes de Harry iban de acuerdo a lo programado, había un par de cosas en los que tenían que ponerse al día.

La reunión de prefectos fue esclarecedora para Harry Potter. Él ya conocía a los prefectos de quinto año, pero esta era la primera vez que realmente interactuaba con los prefectosnde sexto y séptimo año y los encontraba mucho más interesantes. Era obvio que los de Gryffindor estarían de su lado para cualquier cosa y los prefectos de Hufflepuff y Ravenclaw también eran muy amables hacia Harry cuando conversaba con ellos. Eran los Slytherin de los últimos años que veían a Harry y Ginny con frialdad, de hecho, parecían ser el epítome de los peores estereotipos de la Casa Slytherin. Además, eran hijos de Mortífagos que fueron absueltos usando la Defensa Imperius y tenían pensamientos muy parecidos a los de Snape.

–Entonces, ¿qué piensas de ellos Harry? – preguntó Ginny, mientras bajaban a la Cámara de los Secretos.

–Un grupo interesante, la mayoría de ellos en realidad unirse a mí, si explico mi postura lo suficientemente bien, – dijo Harry. –Con algunas excepciones obvias.

–¿Quieres decir que cada prefecto de Slytherin, con excepción de Daphne, es lo peor de lo peor de Slytherin?, – dijo Ginny con una sonrisa mientras seguían su camino hasta la Cámara de los Secretos. –Es una lástima que no se pueda reemplazar prefectos.

–Lo sé, pero ¿con quién podríamos reemplazarlos? – preguntó Harry. –Malfoy, por desgracia, es la mejor persona para ese trabajo en su año de Slytherin, tan horrible como suena y me he encontrado con suficientes alumnos de sexto y séptimo año como para saber que no hay muchos buenos candidatos.

–Sí, lo sé, además pronto no vamos a tener que preocuparnos de que gente como Malfoy tengan algún tipo de poder, ya estamos cerca, – dijo Ginny mientras entraban en la habitación.

–Estamos cada vez más cerca, e incluso con eso, todavía nos queda un largo camino por recorrer, – dijo Harry, mientras se sentaba en la cama con Ginny a su lado.

–El final del viaje valdrá la pena, Harry y todos los que valen la pena lo verán, – dijo Ginny con la mano de Harry firmemente en la suya y Harry asintió con la cabeza, con cada día que pasaba, se daba cuenta de la forma inepta en que el Ministerio de la Magia funcionaba. El gobierno tendría que ser demolido por completo. Además, mientras vivieran Voldemort y Dumbledore, los cambios no serían importantes, pero, en un esfuerzo colaborado entre Harry, Ginny, Neville y Luna habían desarrollado planes a largo plazo para lidiar con ellos dos. Funcionara o no, sólo podían esperar a ver.

En este momento, la mente de Harry se movió lejos de lo que había que hacer cuando sus labios y los de Ginny se juntaron, la intensidad de los besos aumentó. Parecíanntener cada vez más energía, así que tendrían que hacer algo para remediar eso.

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Daphne Greengrass tuvo mucho que pensar durante la semana pasada. En realidad, comenzó durante su cuarto año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, una vez que el nombre de Harry Potter salió del cáliz de fuego. A ella le hizo gracia que alguien pudiera haber creído que Potter había puesto su nombre en el Cáliz de Fuego. Cualquier persona con ojos funcionales habrían visto que Potter no se sentía cómodo con su fama. Y la verdad, nadie en Slytherin realmente lo creyó, sólo lo usaron como excusa para continuar su ataque verbal. Por supuesto, la mayor parte de la casa lo dejó una vez que se dieron cuenta que Potter no estaba interesado en lo que estaban diciendo. En Slytherin un ataque verbal no era divertido a menos que el receptor reaccionara con violencia. Esa es la razón por la cual Ron Weasley era un blanco tan constante de burla, especialmente de Draco Malfoy, pero también por otros.

La amistad de Potter con Granger y Weasley francamente desconcertó a Daphne. Él era Harry Potter, el vencedor del mayor mago oscuro en este siglo y eso era lo que tenía por amigos. Una sabelotodo insufrible que pensaba que era un prodigio mágico sólo porque ella memorizó un montón de libros y un bufón con una personalidad que hacía que un babuino recién nacido pareciera civilizado. Él podría haberlo hecho mucho mejor y después de que los dos le habían dado la espalda después el cáliz de fuego, tenía mejores.

Le hacía gracia que Granger pensaba que ella era digna de lamer el barro de los zapatos de Harry, y mucho menos ser su novia.

En el momento en que Harry y Ginny se reunieron, era casi como si siempre hubieran estado juntos. Cualquier otra chica habría parecido fuera de lugar con Harry Potter, por una sencilla razón. Harry no necesitaba a alguien que fuera menos de él, alguien por la que constantemente se preocupara de que sus enemigos la utilizaran para lastimarlo y constantemente estuviera preocupado porque estuviera en peligro. Harry necesitaba a alguien igual a él y que pudiera manejarse tan bien como él en la batalla. Ginny Weasley personificaba por completo esa cualidad. Granger, por el contrario, no sólo se habría visto completamente fuera de lugar como la novia de Harry, sino que en el momento en que participara en una batalla, ella conseguiría que la hicieran trizas fácilmente. Sin sus libros preciosos, ella no era nada.

Daphne observó a Harry y a Ginny y, en menor medida, a Longbottom y a Lovegood, lo mejor que pudo en el último año. El grupo había permanecido discreto y tuvo que utilizar cada onza de su astucia Slytherin para incluso tener la menor idea de lo que pasaba. Por lo que sabía, Harry estaba planeando una gran batalla, más grande que Voldemort. Era casi como si se tratara de forjar su propio lado, independiente del de Voldemort, Dumbledore, o el Ministerio de la Magia y tarde o temprano, más personas tendrían que dejar entrar a más personas para lograr sus objetivos. Sean cuales sean esos objetivos, Daphne sólo tenía una vaga idea de lo que esos cuatro hacían sólo leyendo entre líneas. Una habilidad clave para cualquier Slytherin y uno que dejaba demasiado margen de error, pero siempre concluían algo vagamente parecido a la verdad.

Aún así, si había una revolución, Daphne quería estar con el cuarteto en vez de contra ellos. Ninguna de las partes existente hacía llamado por sus creencias de todos modos, y ninguna de las creencias era para el beneficio de gente como ella. No es que ella fuera neutral, sólo que presentaba rechazo por ambos lados. Con esta nueva opción, un rayo de esperanza aparecía.

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Susan Bones volvió a su dormitorio después de la reunión de prefectos, sumida en sus pensamientos por varias observaciones que había hecho durante la noche. A saber, el hecho de que Harry y Ginny tenían una presencia más predominante que los Premios Anuales, había algo en ellos que imponía respeto, incluso si esa no era su intención. También representaban algo más y Susan estaba segura de que ella no era la única que lo pensaba.

Harry Potter y Ginny Weasley representaban la esperanza de un mundo mágico más equilibrado. Había habido muchos en el Ministerio de Magia que trataron de hacer un cambio positivo, tía de Susan estaba entre ellos, pero pocos habían llegado muy lejos antes de que fueran eliminados. Principalmente porque habían cometido el error de ir en contra sin tener influencia y también en parte debido a que el Ministerio de Magia ha sido tradicionalmente muy resistente al cambio. Harry había jugado de forma muy política y elegió sus batallas muy sabiamente.

Algo le decía a Susan que descaradamente él había hecho todo lo posible para evitar hablar de los rumores del regreso que Ya-sabes-quien. El que ese monstruo regresara o no, se había vuelto irrelevante, lo cierto es que dos veces el año pasado Harry había sido víctima de planes formulados por antiguos mortífagos. De hecho, Harry había sido víctima de una gran cantidad de incidentes y Susan dudaba estos fueran coincidencia.

A decir verdad, no había interactuado con Harry casi nada, pero las pocas veces que lo había hecho, Harry parecía ser una persona muy accesible y agradable. Hermione Granger era quien siempre parecía bastante molesta cuando alguien más que ella o Ron estaba cerca de Harry, especialmente si ese alguien era una chica. Era una fortuna que le hayan dado la espalda a Harry, lo mejor que le pudo haber pasado a él y él era libre para tener amistades que le beneficiaran.

En cuanto a la otra mitad de Harry, Susan le tenía que dar crédito a Ginny por una cosa. Ella hizo algo que ninguna otra chica en Hogwarts tuvo las agallas de hacer. Ella vio a Harry Potter como persona, no como el Niño-Que-Vivió. Al igual que casi todas las chicas sangre pura, Susan tuvo un pequeño flechazo con el Niño-Que-Vivió y estaba un poco desanimada cuando vio que ella había perdido su oportunidad una vez que Harry estuvo Ginny. Aun así, se dio cuenta de que no tenía sentido sobre pensarlo y además eso era lo mejor. A pesar del hecho de que ella era más paciente que la mayoría, Susan se volvería loca si tuviera que hacer frente a la mitad de las cosas que había pasado Harry y Ginny era lo suficientemente fuerte para pasar por todo eso con Harry.

Si Ya-sabes-quien, en efecto había regresado, Susan sintió que Harry sería la mejor opción posible para que ese monstruo finalmente fuera eliminado. Ella sabía de primera mano a través de su tía, que el Ministerio no era lo suficientemente fuerte como para desafiarlo y la mayoría de ellos intentaría salvar su propio pellejo. En su estado actual, Voldemort podría derrocar al Ministerio en horas. Dumbledore, aun con sus habilidades bien conocidos, que apenas pudo contener a Ya-sabes-quien la última vez. Además, él no se estaba haciendo más joven.

Susan había perdido demasiados miembros de su familia por ese monstruo y ella conocía otros había, sufrido pérdidas similares. Harry lo había derrotado una vez, según la mayoría gracias a la suerte, pero todavía había ganado. Si tenían alguna esperanza de poner Ya-sabes-quien a descansar una vez más, Harry necesita todo el apoyo para derrotarlo de nuevo. Fue debido a Harry que Susan había vivido la mayor parte de su infancia sin miedo. Era lo menos que podía hacer.

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Severus Snape se abalanzó sobre su clase doble de Pociones de Slytherin y Gryffindor de primer año, malhumorado. Había pasado la mayor parte de la noche anterior recuperándose de la maldición Cruciatus en las manos del Señor Oscuro. Fue en parte debido a la falta de información que le ofreció al Señor Oscuro, pero también debido al mal humor proveniente de otro intento fallido de obtener la profecía. Snape encontraba irritante que el Señor Oscuro estuviera obsesionado con esta profecía, pero tenía que mantenerse como espía. Sin embargo, antes de su resurrección, Snape no podía recordar que el Señor Oscuro tuviera el temperamento tan corto como ahora. Él no era el único mortífago que sentía que caminaba sobre cáscaras de huevo.

Lo que vio no mejoró su estado de ánimo. Era Harry Potter, que estaba sentado en una silla con un bloc de notas en su regazo.

–Potter, yo habría jurado que no es el momento de que estés en mi clase, pero quizás tu arrogancia ha incapacitado tu mente y no recuerdas tu horario correctamente, – dijo Snape con rapidez.

–Ah, profesor Snape, confío en que usted recibió el aviso de que hoy era el día en que el Ministerio realizará su supervisión, – dijo Harry sin pestañear mientras miraba a Snape a los ojos para demostrar que él no se dejaba intimidar. Como era de esperar, Snape aprovechó esta oportunidad para emplear Legeremancia en Harry, un grave error de juicio de su parte. Esto dejó las defensas mentales de Snape abiertas durante el tiempo suficiente para que Harry pudiera conseguir algo de información sólida con respecto a los últimos planes de Dumbledore y Voldemort.

–No es de tu incumbencia, pero sí Potter y yo habría asumido que la profesora Umbridge sería la llevara a cabo la inspección, – dijo Snape.

–Sí, normalmente ese sería el caso, pero como Inquisidor Junior, estoy autorizado para hacerlo, Snape, – respondió Harry.

–Es profesor Snape para ti, Potter, – espetó Snape.

–Bueno, Severus, haciendo demandas a la persona que te está inspeccionando, no es iniciar con el pie derecho, – dijo Harry viendo la cara de Snape retorcerse de ira. –No olvidemos que soy Inquisidor Junior y tengo la capacidad de hacer o no cómodo tu trabajo como profesor de Pociones."

–Inquisidor Junior, una posición que no mereces, sólo ha servido para que te vuelvas más arrogante" – dijo Snape.

–Probablemente la Junta de Gobierno esté en desacuerdo contigo, pero si quieres dicutirlo con ellos, eres bienvenido, – dijo Harry y Snape abrió la boca para responder, antes de que él lo cortara. –Y mientras estás allí, yo iré para citar la evidencia de todo el tiempo en el que descaradamente favoreciste a tu propia casa, mientras intimidabas a los demás. Nueve casos de Slytherin en su séptimo año intimidando nacidos muggles de primero año y sin ninguna detención dada por ti. Es triste, Severus, realmente, me alegro ahora tenga la capacidad de poner tus Slytherin en detención por ti si tres cuartas partes de los prefectos me apoyan. Sólo transmite el mensaje a tus alumnos y diles que van a haber algunos cambios.

Snape se negó a responder durante unos segundos.

–Vas a utilizar esto como una oportunidad para ganar la pequeña venganza por el resentimiento que tienes contra mí, Potter, – dijo Snape.

–El sartén le dijo a la olla, – dijo Harry mientras miraba a Snape. –No te preocupes, Severus, voy a darte la misma imparcialidad que me diste cuando entré en esta clase por primera vez durante mi primer año.

Snape se alejó de Harry, sin decir nada más. Harry sintió que el uso de sus nuevos papeles encontrados para hacer la vida más difícil de Snape sería algo ante lo que Dumbledore no pestañearía. La animosidad mutua era algo que incluso Dumbledore podía ver.

–¡Las instrucciones están en la pizarra, los ingredientes están en la mesa, tienen una hora, comiencen!" ordenó Snape.

–Abrasivo con los estudiantes, da instrucciones vagas, deja a alumnos de primer año sin experiencia a su suerte, – murmuró Harry mientras hacía una nota. Vio una chica de Gryffindor muy confusa y la vio levantar desesperadamente la mano, necesitaba ayuda, pero Snape parecía estar haciendo todo lo posible por ignorarla. Harry se aclaró la garganta y golpeó su pie, mientras sostenía su pluma cerca del pergamino. Snape tomó la indirecta y de mala gana se acercó para ayudarla. –Lento para ayudar a los estudiantes que no son de su propia casa, muestra desagrado en ayudar a estudiantes no Slytherin.

Observó con atención a Snape, quien luchaba por mantener la calma y a la niña, que, obviamente, estaba totalmente perdida, tenía problemas para entender lo que estaba haciendo. Harry miró a Snape todo el tiempo, con la pluma lista y los diez minutos en que Snape trató de ayudar a la niña sin decir nada abrasivo tuvieron que ser una tortura. De hecho, Harry se sorprendió de que al profesor de pociones no le diera un evento cerebral, que decepcionante.

–Por favor, tome un frasco y coloque una muestra de su poción en el interior, utilice sus guantes para manejar la escamas de dragón ya que esta poción puede producir picazón si se expone a la piel desnuda, – dijo Snape, parecía que le causaba un gran dolor físico el utilizar la palabra "por favor" y se trasladó uno por uno en el grupo de estudiantes para que le entregaran sus muestras. Algunos "esfuerzos" de los Gryffindor habrían hecho que Crabbe y Goyle se rieran de ellos por ser tan inútiles y Harry sabía que Snape había ejercido todo su autocontrol para no decir nada sarcástico por la calidad de esas pociones.

–Bueno, eso fue divertido,– dijo Harry mientras se comparaba las muestras entregadas por las casas de Slytherin y Gryffindor. Los rumores eran que Snape ofrecía a Slytherin clases privadas e ignoraba a los estudiantes de las otras tres casas cuando pedían ayuda. Harry hizo algunas notas más mientras él miraba por encima a sus cuatro y medio páginas escritas. –Bueno, usted recibirá los resultados de su inspección dentro de los próximos diez días a dos semanas.

–Estoy rebosante de anticipación, – dijo Snape sarcásticamente mientras debatía sobre si debía o no ir directamente con Dumbledore para quejarse sobre que Potter estaba sobrepasando sus límites, pero Dumbledore se negaría a creer que algo estaba mal con su pequeño chico de oro. Se había engañado a sí mismo acerca de Potter, a pesar del hecho de que Snape le había dado repetidamente a Dumbledore su opinión de que el niño debía ser expulsado por ser un mocoso buscador de atención que ponía a sí mismo y a los demás en peligro con su arrogancia.

–Sé que lo estás, Snape, – dijo Harry mientras se alejaba. Le presentaría el resultado de sus conclusiones a los prefectos, para que votaran si o no a si Snape debe ser puesto a prueba. Harry tenía la sensación de cuál iba a ser el resultado, pero uno nunca debía hacer suposiciones.

–Está bien, déjame hacerte esta pregunta, – dijo Harry, mientras él estaba en la Sala de los Menesteres con Neville y Luna sentado al otro lado de él en una silla y Ginny en su regazo, con su cabeza perezosamente apoyada en su hombro con los brazos de Harry envueltos alrededor de ella. Ella estaba un poco cansada después de que sobrecargarse con las prácticas. –Si fueran Voldemort, ¿Cuál sería su mayor obsesión?

–Trabajar para derrocar al Ministerio, – dijo Ginny como si fuera la cosa más obvia del mundo.

–Eliminar a Dumbledore, la única persona que ha temido, – opinó Neville.

–O matar a la persona que fue la causa de su primera caída, – sugirió Luna tristemente, los cuatro se estremecieron ante la idea de esa desafortunada posibilidad.

–Buenas respuestas, pero todas incorrectas, – dijo Harry mientras miraba a todos ellos, Ginny se movió con sorpresa en su regazo. –Todos son planes de Voldemort, pero no es con lo que está obsesionado, es la profecía, la maldita profecía.

–Dumbledore tenía razón entonces, por una vez, – respondió Neville.

–Por una vez, – acordó Luna.

–El problema es que la Orden del Fénix está vigilando una falsificación bien hecha, – contestó Ginny. –Harry cambió la profecía real por una falsa durante el verano.

–A veces no entiendo a Riddle, el más poderoso mago oscuro del siglo y está obsesionado con una bola de cristal, – dijo Harry. –¿De verdad cree que es importante?

–De acuerdo con lo que hemos aprendido en esas reuniones de la Orden, sí, creo que tal vez sí, – dijo Luna.

–Es vago, todo lo que dice es que lo marcará como su igual y tiene un poder que él no conoce, – dijo Neville en una mirada confusa. –Con solo eso, incluso Voldemort puede llegar a múltiples interpretaciones.

–La propia obsesión de Riddle será su caída, podría fácilmente ser capaz de llevarlo a una trampa con la profecía, – dijo Harry. –Su obsesión por la inmortalidad le ha causado a dar un paso drástico y hacer múltiples Horrocruxes que han reducido su alma a casi nada. Sabía que era peligroso hacer más de uno, y lo hizo.

–Hablando de los Horrocruxes, ¿qué pasa con el anillo? – preguntó Neville. –Dijiste que irías por el.

–En las vacaciones de Navidad, ¿no Harry? – preguntó Ginny.

–Sí, vamos a necesitar un montón de tiempo, está bien protegido y eso sólo con los recuerdos de Voldemort, no voy a dejar nada al azar, – dijo Harry. –Además, tengo que fabricar un señuelo para ponerlo en su lugar.

–¿Por qué? – preguntó Luna con curiosidad.

–Puede ser que dado que es el más protegido es el más fácil de encontrar, y si Dumbledore hace algo con respecto a los Horrocruxes, será el primero que va a encontrar, – dijo Harry mientras negaba con la cabeza. –Por otro lado, el plan está funcionando. He oído que muchos están molestos por Umbridge y mejor aún, muchos de ellos son del tipo que siento que podemos confiar.

–Por lo tanto, el club de formación de defensa contra las Artes Oscuras sucederá, – dijo Neville que parecía estar ansioso por la posibilidad.

–Muy pronto, pero hay que esperar un mes más, para que Umbridge esté bien hundida, – dijo Ginny y Harry asintió con la cabeza.

–Es exactamente lo que yo estaba pensando, Ginny, – dijo Harry. –Tenemos que preparar contratos para cualquier persona que se una a este grupo, para que no nos traicionen ni a nosotros ni a cualquiera de nuestros secretos a nuestros enemigos. Eso llevará tiempo suficiente.

–No es mucho problema, una vez tengamos el primer contrato encantado, sólo necesitamos un encanto de duplicación simple y el pergamino será copiado junto con los hechizos intactos, – dijo Luna.

–Excelente, Luna, yo sabía que había una razón por la que te clasificaron en Ravenclaw, – dijo Harry mientras pensaba que todo iba bien hasta ahora, pero también se dio cuenta que no podía confiarse demasiado. –Puede haber mucho trabajo, pero si todo va bien, no vamos a ser las únicas personas trabajando.


Muchas gracias por comentar, me alegra regresar y sí todo ha ido bien afortunadamente, ojalá ustedes también lo estén. Apenas, leyendo los comentarios y buscando la historia original, me enteré que el autor original borró su cuenta, una pena. Por fortuna. hace 10 añños, cuando comencé la traducción, guardé toda la historia, así que esta traducción podrá continuar sin problemas.

:D