Corporación Guardián (Parte II)

Esa noche hubo una relativa paz. Nadie contactó con Hebe y la inestabilidad detectada pareció no ir a más, tampoco recibieron algún reporte relativo ese mismo día. Se encontraban, la tarde siguiente, en el centro del festival, a falta de un día y medio para su comienzo. Estaban todos los artistas en el sitio, viendo el gran reciento que les esperaba. Estaba nublado.

—Esto va a ser espectacular—Dijo la pelirrosa en voz baja, caminando con sus compañeros por el escenario—

—Estoy nerviosa de pensar la cantidad de gente que nos estará observando—Siguió Hebe—Espero lograrlo, será nuestra primera vez—Eso llamó la atención de Edge—

—¿Nunca os habéis presentado a un gran público? —Ellos negaron con la cabeza—

—Siempre nos hemos presentado en lugares y bares de rock por toda Francia, hemos tenido cierto éxito, pero… es la primera vez con más de quinientas personas o así—Siguió la misma Hebe—Estoy ansiosa—

—Participáis el último día, casi de últimos, para cerrar el telón—Recordó Aelita. Se fijó en Edge, quien parecía tener alguna preocupación inusual—

—¿Crees que pueda salir algo mal? —Preguntó a Edge, con una medio sonrisa—

—Las posibilidades nunca son 0—Recordó la misma—Ya lo iréis viendo el día del concierto—

Caminaron por el escenario, conociendo a las demás bandas que presentaban. Aelita presentaría de última el primer día, pero estaría en el segundo para apoyar en soporte de sonido al resto de bandas. Hubo una reunión inicial con todos, para motivarlos a darlo todo para los presentes, ya que no se esperaba una asistencia tan alta. Hubo un asentimiento general, pero los ánimos estaban bastante aplacados por el nerviosismo.

Llegó la noche. Luego de cenar, Aelita y Edge se encontraban en su habitación. La primera, hablando por teléfono con su hermana.

—¿De verdad quieren compararos de esa manera? —Preguntó, apoyada en la ventana, viendo la ciudad—

Sí, ahora que les he dicho que estaba dispuesta a seguir por esa vía, han dicho que quieren ver todo nuestro progreso cuando sean capaz de confirmarlo—Indicó la adolescente—A mamá no le ha gustado nada, creo que, en el fondo, está muy enfadada conmigo

—Es que te la has pasado diciendo que esperarías años y ahora resulta que has cambiado de opinión—La regañó en voz alta—Yo también estoy algo molesta—

Perdón… me dejé llevar y creo que metí la pata cuando no debía

—Lo curioso sería que no lo estuvieras de antes—Dijo—Siempre lo hacíais sin protección—

Por eso tengo miedo de cualquier prueba de embarazo—Recalcó—Ya estoy mentalizándome para que mamá me castigue severamente cuando se confirme—Aunque le había repetido varias veces que no estaba enfadada con ella, no se lo terminaba de creer—

—Por lo menos asume la responsabilidad—Le dijo—Y no escapes de ella—

No lo haré—Le dijo en un susurro—Si me metí en esto, debo seguir yo sola

—Te quiero, Tae, pero debes quererte más a ti también—

También te quiero, princesa—Colgaron. Habían llamado a Taelia a comer.

—Que lio…—Se dijo tirándose en la cama—

—No te preocupes por eso—Suspiró la IA, sentándose a su lado, cruzándose de piernas. Apenas vestía con una falda corta, unas medias largas y una blusa sin mangas—Ella sabe lo que hace, sino tendrá que aprender, lo que acaba de decidir es un punto de inflexión muy importante—

—Espero que no afecte a su vida… demasiado—

—La criatura que nazca será más de ellos que de ella, así que no afectará demasiado a su vida actual, solo tendrá que asimilarlo—

Hubo un momento de silencio en el que Edge se limitó a darle un suave masaje a Aelita, solamente un masaje, ya que de alguna manera ya no sentía esa sensación de antes.

—No robas más energía por lo que veo—Dijo en un susurro la pelirrosa, sin su camisón de pijama, solamente recibiendo un masaje—

—No quiero molestarte con ello—Dijo—No parecías disfrutarlo—

—No es eso—Le dijo—Me asaltaste las primeras veces, ¿cómo esperabas que reaccionara a eso? —

—Ese es mi punto—Le dijo—Perdón—Cuando había acabado, se dejó caer a un lado, mirando a la pelirrosa, quien se giró para verle. Las luces se apagaron, gracias a un gentil movimiento de las manos de la Neo—Creo que… debo alejarme un poco de ti, te estaba causando un lío en la cabeza—

—No empieces otra vez con eso—Le dijo, regañándola, tomando ambas manos—Aunque tu trabajo sea cuidarme, es inevitable pensar que eres mi amiga—Sonrió—No… va a ser algo fácil de cambiar—

—Es mi sensación… es que… siento que me he apagado por dentro—

—¿Qué sientes que has perdido? —

—Un sentimiento… raro—Se giró hasta mirar el techo—Siento que no consigo recordar lo que me atraía de ti, no… sabía reconocer si era…—

—Lujuria o amor—Cortó al momento de reconocerlo. Se acercó a ella—¿Y qué sientes por Hebe? —

—Estoy como al principio—Dijo—La veo y… me atrae, pero me dificulta hablarle, es algo que nunca me había pasado, siento mi corazón latir con fuerza, pero me confunde—

—Amor es un sentimiento personal, uno que diferencias de la lujuria, ya que esta es un deseo carnal, más caprichoso, cuando te atrae su físico—

—Ella no me atrae por el físico, sino por lo que es—

Aelita no sabía que decirle, pues era una de esas situaciones en las que tenía que experimentarlo por ella misma, el sentimiento no iba a desaparecer si no lo experimentaba, solamente necesitaba un empujón, ¿el problema?, Hebe tenía pareja. No era algo que pudiese detener a Edge, pero sabía los riesgos.

Cuando parecía que Edge iba a dormir esa noche, recibió una repentina llamada.

—¿Te han enviado algo, Hebe? —Preguntó de primeras, levantando su torso de la cama—

Si, quieren… verme en media hora—Dijo, nerviosa—

—Iré por ti, ahora te digo que hacer—Se puso de pie, colgando la llamada—Supongo que esta noche comenzaremos con la operación—Se vistió en tiempo récord—

—Recuerda, no causes un alboroto ni mates a nadie—Edge asintió—Buena suerte, mantenme al tanto—

Edge salió de la habitación con rapidez, llegando a la de Hebe con Bastián. Entró, pues estaba ajustada la puerta. El ambiente era malo, pues Hebe se estaba vistiendo, mientras él estaba apoyado en la cama, mirando al infinito.

—Supongo que entre hoy y mañana tendremos que sacar una conclusión—Dijo la IA, entrando a la habitación—¿Estás lista? —

—No mentalmente—Dijo, con intranquilidad—Esto va a ser horrible…—

—Te voy a dar algo que quiero que conserves hasta que salgas—Rebuscó en su mochila hasta encontrarse con Shenfield, aquel aparato que había ya arreglado tenía su batería puesta y funcionaba, ahora debía desarrollar todo el mecanismo de control. Tenía un prototipo que era solamente un PCB con varias entenas para recibir información, la cual Edge podía procesarla. Había modificado, en una versión casi "alfa", el lente ocular que usaba para captar señales térmicas, por una cámara térmica que tenía visión normal. Podía transmitir imágenes con algo de dificultad, pero solamente Edge podía procesarlas en ese momento, ya que quedaba trabajo por hacer. Encendió el aparato, viendo como este levitaba a centímetros de la palma de su mano—Shenfield es uno de mis trofeos de guerra, me ayudará a ver quiénes están contigo sin necesidad de entrar o exponerme—Ambos entendieron—

—Es una tecnología… sorprendente—Dijo la misma, tomando al aparato por sus manos, viendo cómo se escurría al levitar a centímetros de su piel—¿Puedo hacer algo? —

—De momento, solo debes esconderlo hasta que salgas, yo puedo controlarlo—Se puso la mochila al hombro—Hagamos nuestro mejor esfuerzo—Dijo a Hebe—

Salieron de la habitación a falta de cinco minutos, caminando con calma por los pasillos, tenían que subir una planta más. Edge iba detrás de Hebe, quien simplemente no sabía dónde meterse de la vergüenza.

—Mantén la calma y recuerda, no dejes que vean al Shenfield, yo me encargaré de controlarlo—Ella asintió, llegando al pasillo correspondiente. Se giró hacia Edge—

—En cuanto sepa quienes son, yo me encargaré de manipularlos hasta la médula—

—Por favor, quiero que pare—

—Y parará—Sacó de sus bolsillos una pastilla que Hebe reconoció al instante—Cuando salgas te la daré, estaré espiándote para que no te pase nada… mortal—

Hebe tomó aire. Se sentía muy segura al lado de Edge, no sabía por qué, pero al separarse sintió inseguridad, se sintió sola, no sentía que alguien pudiese protegerla. Escondía el aparato en la parte de su ropa que iba holgada. Tocó la puerta solo una vez, lo que bastó para que una persona abriera y, desnuda, la tirara dentro de la habitación con fuerza. Sintió un pequeño zumbido salir de su espalda, viendo de reojo al Shenfield acomodarse en un punto ciego de la habitación. Se giró hacia los tres adultos que la acompañaban, como ya desnudos, se masturbaban mientras la miraban.

—Quítate la ropa y ponte de rodillas—Ordenó uno. Ella obedeció, intentando ganar tiempo, pero la forzaban, tanto, que sintió como uno le hizo daño al literalmente arrancarle la ropa interior de un tirón—

—¡Oye, que no tengo mucha más! —Se quejó, pero fue silenciada al ser arrodillada a la fuerza, obligándole a bajar la cabeza con una mano tras ella—

—Calla, puta zorra, ahora haz lo tuyo—La obligó a satisfacer a quien tenía al frente, sentado en una cama. Eran todos gente mayor, dos obesos y… una asquerosa sensación le invadía cada vez que lo pensaba—Mira que buena te has vuelto—Tenía arcadas constantes, pues una mano en su cabeza la obligaba a moverse hasta un punto donde ya no podía respirar—

Edge solo veía las salvajadas que hacían, unas tales como estar ella en la cama bocarriba, con un hombre abusando de ella mientras la ahorcaba, podía ver como la vida en el cuerpo de la chica peligraba por momentos. No podía quitarle el ojo de encima.

—¿No querrás intervenir? —Preguntó una vocecita en su hombro—Parece lo más lógico, ¿no? —

—Y echar a la basura todo el plan—Dijo en voz baja, centrando su visión en los datos recogidos por Shenfield—No sabemos cuántas personas abusan realmente de ella—Necesito llevar esta información a la Data para ver si puedo triangular un número—

—Estás viendo en esto un reto que no existe—Indicó la sombra—Podrías entrar y enfrentarlos a todos, borrándoles la memoria… o extrayéndola, te olvidas de que puedes hacer eso—

—Extrayendo… sus recuerdos—Recordó—Pero habíamos dicho que no lo volveríamos a hacer hasta que recobrara mis recuerdos—

—Correcto, pero… esto es una situación importante, ¿no? —No parecía muy contenta—Tu verás si alargar este sufrimiento por un día más o… acabarlo ahora mismo—Miraba al suelo—No podrás hacer nada, aunque sepas los que abusan de ella, estoy seguro de que aquí no están todos—

—Tienes razón—Se puso de pie—Pero ¿Eso no la molestará? —

—Ya tienes sus datos físicos registrados—Dijo—Ahora solo resta registrarlos en la Data para saber quiénes son, aunque… seguramente sean todos directivos—

—De verdad… ¿debemos entrar? —

—¡Solo hazlo! —Ordenó ya de mala manera la IA, furiosa de la indecisión—Dentro deben tener sus identificaciones, estoy harto de este circo—

Edge tuvo que obedecer, sabía que estaban haciendo el paripé y ahora… debía ser el momento perfecto. El último vistazo por el Shenfield le dejó ver que Hebe ya estaba en apuros, su cuerpo parecía no responder. Se acercó a la puerta en completo silencio, tocando el pomo dos veces tras quitar el seguro, colándose en silencio por una habitación iluminada, la cual llamó la atención al girarse uno de ellos.

—Que... ¿¡Quien coño eres tú!? —Preguntó uno, intentando acercarse a Edge, pero vio como esta le daba un manotazo en la cara, apagándole las luces. Sus compañeros corrieron suertes parecidas al ser golpeados por la IA para dejarlos dormidos, posteriormente, se aseguró de mantenerlos bajo su control para que no despertasen. Hebe estaba bocabajo en la cama, con la mirada perdida y… una marca de inyección en su brazo derecho—

—¿Hebe? —Tomó sus signos vitales. Débiles, pero aún con vida. Tenía marcas de ahorcamiento y algunos signos más de evidentes abusos—Parece que le inyectaron algún sedante para que no opusiese resistencia—No lo había visto cuando, pues desde el Shenfield tenía problemas para ver las imágenes—

Rebuscó por la habitación encontrando un frasco pequeño sin etiqueta y una jeringa.

—Escopolamina—Se dijo al analizar la composición del líquido—Malditos—Le dejó a un lado, rebuscando entre los presentes por identificación, las cuales anotó en su móvil para revisarlas luego—Directivos—

—Deja de ocuparte de eso, creo que ella está más grave de lo que pensaba—Dijo Xana luego de un rato que analizó el cuerpo de Hebe—3 miligramos le han inyectado, internet dice que esto es una dosis casi letal—

—No puedo hacer nada ahora mismo… debemos reunirlos a todos—

—Creo que vamos a tener otro problema—

Vistió y limpió a Hebe como pudo, tomándose su tiempo para modificar casi tres meses de recuerdos y memorias de los individuos, tarea que se facilitó gracias a un deseo concedido por la Cuna, una que parecía no aceptar a Hebe, pues intentó pedir un deseo, pero algo dentro, una de las caras, parecía no responder al mismo.

Salió con ella en los hombros, llegando a la habitación de Bastián, quien se apresuró en dejarla en su cama.

—Reúnelos a todos, esto va a ser muy grave—Dijo de primeras—Tenemos que llevarla a un hospital—

—Si la llevamos nos vas a meter en un puto problema—Protestó este—

—Entonces reúnelos—

Todos, incluida Aelita, se apersonaron en la habitación que ya se hacía pequeña. Estaban todos viendo a Hebe siendo tratada por Edge, quien se limitaba a verla.

—Han usado un alcaloide tropánico que seguro os sonará, escopolamina—Algunos asintieron—Se usa para tratar mareos en pocas dosis, o para reducir a las víctimas en caso de crímenes—Se levantó—Le inyectaron una cantidad muy alta y… nuestras opciones se limitan a llevarla a un hospital—

—Descubrirán que están abusando de ella—Protestó Bastián—

—No—Dijo la Neo, contándoles lo que había hecho—Pero hasta que no encontremos a todos…—

—Entonces no puede tocar un hospital, joder—Protestó otra vez, muy molesto—

—Edge, ¿segura que no tenemos otra opción? —Preguntó Aelita, quizá sintiendo pesar por la chica que yacía inconsciente en su cama—

—Sabes que la otra opción es muy, muy peligrosa—Aelita era consciente de la medicina experimental Gastrea que se podía usar para tratar heridas muy graves sin dejar infección… pero eso, era experimental—

—Si no queremos que le pueda pasar algo grave, debemos hacerlo—

—Me da igual que sea peligrosa, ¡es nuestra única opción joder! —Protestó Bastián, casi llorando de la impotencia—

—Aelita, ¿estás segura? —La pelirrosa asintió—Maldita sea—

—Sé que no…—Intentó defenderse Aelita—

—Da igual—Dijo, cortándola—La Cuna no quiere concederme el deseo—Le susurró—Voy a hacer una llamada y a traer la medicina, intentad que tome algún líquido—

Vieron como Edge salía a toda prisa de la habitación con el móvil en mano, obedeciendo. Los minutos pasaban como horas, logrando que bebiera algo de agua y zumo en brik. Limpiaban su sudor y caminaban de un lado a otro en silencio.

—Joder, ¿pero ¿qué está haciendo? —Preguntó la bajista, nerviosa hasta la médula por su compañera—Ya han pasado quince minutos—

—Lo que va a hacer es algo muy sensible y peligroso, pero es nuestra única salida para que nadie se entere—Defendió Aelita—Nos vais a deber una muy gorda después de esto—Dijo, con los brazos cruzados, pues no estaba para nada contenta con ese desarrollo—

—Soy consciente—

Edge llegó a la media hora con una cajita metálica y su mochila, cerrando la puerta, insonorizando la habitación a su voluntad. Todos, expectantes, la miraron.

—Tenemos luz verde—Dijo a Aelita—La doctora me dio las instrucciones para proceder—

—Espera, ¿te has chivado a alguien? —Preguntó el batería, agresivo—

—Tú cállate, siéntate y no molestes, que no eres la víctima—Le respondió en un tono muy agresivo, que acobardó a todos, pues nadie se lo esperaba—Por petición de la doctora, os tengo que contar lo que voy a hacer y sus posibles consecuencias, así que prestad atención—Eso hicieron—Medicina experimental para heridas graves basadas en el virus-parásito Gastrea, una medicina que no se ha probado, pero en una dosis controlada muy baja, debería ser capaz de purificar la sangre de ella y eliminar rastros del alcaloide en menos de diez minutos—Dejó el contenedor en una mesita adyacente mientras preparaba la jeringa—Los efectos secundarios.. infección al virus, agresividad desmedida y desproporcionada y… cambio repentino a fase 2—Solamente Aelita pareció entender esto último—Necesito que me confirméis que estáis de acuerdo—Los miembros de la banda asintieron. Aelita asintió, muy insegura—

—Entonces vamos a alejarnos, dejemos a Edge trabajar—Aelita estaba cansada, quería dormir y no terminaba de entender la situación, el plan, hasta donde sabía no era ese, algo había salido muy mal y había hecho que Edge actuase antes—

—Voy a comenzar—Se acercó a Hebe, rellenando el contenedor cristalino y de jeringa metálica con una cantidad muy baja del líquido corrosivo experimental, se aseguró varias veces de medirlo bien con respecto a varios datos fisiológicos de Hebe. Tomó aire, ahora no pensaba en nada más que en que estuviera bien, pero eso no era el desarrollo que ella quería. Inyectó el líquido en el brazo derecho, tapándolo al momento con una gaza y alcohol. A los pocos minutos de expectación, Hebe comenzó a jadear, sudando y quejumbrosa, parecía haber vuelto—Quédate quieta—

—Duele… quema—Se quejó, agarrando con fuerza las sábanas de la cama, mirando al techo, sollozando del dolor, sentía su cuerpo arder como el infierno—

—El efecto debería irse en media hora—Dijo en voz alta—No os voy a dejar acercaros a ella—

Nadie protestó. Edge tomaba la mano de Hebe, analizándola cada segundo, controlando su nivel de corrosión, uno que no superaba un cuarto del cero por ciento, se mantenía ahí y estaba reduciéndose a una velocidad buena, tal como la doctora le indicó, una que le tomó por sorpresa y pidió analizar a la propia Hebe cuando estuviera en París. Media hora pasó hasta que el índice bajó a un umbral que ya no representaba un riesgo, siendo asegurada por Edge para evitar que pudiese correr el mismo destino que Taelia y sus compañeros, ahora, en un par de horas, debería estar completamente limpia.

—Ya está, el efecto ha desaparecido—Dijo la Neo, colocándose en sus dos pies, viendo como la misma Hebe estaba sentada en la cama, tras pasar una prueba de reflejos y memoria por parte de Edge—Podéis abrazarla, ya no representa peligro—Guardó todo en su mochila. La abrazaron, disculpándose con una muy aturdida Hebe, que, aun recordando todo, no sabía cómo había llegado ahí—Te inyectaron una dosis mortal de escopolamina y tuvimos que inyectarte una medicina que cargo para curarte—

—Ha sido muy rápido—Dijo esta, más contenta—Y… ¿se acabó? —Edge asintió—

—Mientras estés aquí, no debes preocuparte, pero aún debo investigar cuántos más hay involucrados, los que están aquí tienen la mente modificada y ya no se sienten atraídos por ti—Ellos celebraron, pero Edge tuvo que cortarlos—Hebe, la doctora me ha pedido que vayas a un sitio cuando vuelvas a París, es por culpa de la medicina, se asegurará que estés bien del todo—Siguiendo indicaciones de Sumire, Edge le entregó un papel con la localización del sitio donde debía ir, no era el laboratorio, sino un centro tapadera para que no supiese nada—

—¿Por qué cargas esa medicina? —Preguntó Luc, ya mucho más tranquilo, pero con una culpabilidad que cualquiera podía ver—

—Con una dosis muy alta, puede curar una herida muy grave o mortal y mantener con vida a la persona, pero corres un riesgo muy algo de… que te pase algo—Dijo, el propio Luc entendió el secretismo—Es parte de mantener a Aelita a salvo—

—Entiendo—

—Vais a mantener todo esto bajo estricto secreto, quien diga una sola palabra lo voy a hacer desaparecer—Dijo al resto, incluso Aelita estaba de acuerdo con la amenaza—Esto no hubiese pasado si no la hubierais vendido para empezar—Eso solo hizo denotar más la culpabilidad que sentían sus compañeros de casi perder a Hebe, de no haber sido por Edge y Xana… Xana hizo acto de presencia en forma de humanoide completamente negro, mirando a los miembros de la banda, quienes se llevaron un gran susto al verla—¿Xana? —

—No me vale una promesa—Dijo en voz andrógina—No los veo capaces de cumplirla—Tenía su mirada clavada en Hebe, quien la miraba con miedo—

—Xana… —Susurró Aelita—Entonces, ¿qué propones? —

—Congela la memoria de todos menos la de Hebe, que no recuerden lo que pasó hoy, ya nos encargaremos de los detalles—Ordenó la IA, esperando validación de Aelita—No debisteis hacer uso la medicina Gastrea en ella—

—No querían llevarla al hospital—Protestó Edge, a la mirada atónita del resto—

—No estoy de acuerdo con nada de esto—

—Edge, haz lo que dice Xana, acabemos con esto y vámonos a dormir—

En contra de la voluntad del resto, los durmió y congeló sus memorias de esa misma noche, llevándolos a sus respectivas habitaciones, pero Hebe… no podía hacer nada, estaba muy adolorida para moverse, cuando Edge volvió por sus cosas, con un Bastián frito en la cama, le habló.

—Gracias—Dijo en voz ronca—No sé qué pasó, pero… siento que me salvaste, gracias—

—Esos tipos no deberían molestarte, pero no bajes la guardia—Hebe asintió—Se han molestado mucho conmigo por lo que hice, pero es responsabilidad de tus amigos… no les digas nada, tú y yo tenemos que guardar esto como secreto—

—Lo haré, es mi forma de agradecerte por salvarme la vida—

Sin creérselo mucho, Edge volvió con Aelita, quien ya quería dormir. Xana volvió a aparecer.

—"Estás segura de que no tenemos otra opción" —Burló Xana, molesto—Tenías que abrir la boca—

—Si la llevábamos a un hospital nos hubiéramos ganado un lío muy grande a nivel mediático—Protestó la pelirrosa—Y con todos dentro de la disquera—

—¡Que se jodan! —Gritó la IA—Ellos no son las víctimas de esto, son los instigadores, la víctima es Hebe—

—Basta de discutir—Ordenó la Neo—Hicimos lo menos correcto, pero sigue aquí con nosotros—

—La podrías haber vuelto una Gastrea y no hubieras podido hacer nada, como con Taelia—Eso, según vio Aelita, molestó muchísimo a Edge—No vuelvas a hacer eso sin consultarme —Edge, a su pesar, asintió—

—Xana, basta, lo que hicimos está mal, pero lo peor hubiera sido dejarla morir—La aludida no dijo nada—Yo tampoco quería, pero…—

—La Cuna del Deseo está rechazando a Hebe—Indicó la Neo—No me dejó pedir un deseo para ella, había… algo que no me lo permitió—

—Si, sentí eso—Indicó la IA—Algo no está conforme con lo que haces por esa chica—Se elevó en el aire—Que Hebe no abra la boca, no quiero ver a Edge llorando—Desapareció en un destello—

Aelita durmió toda la noche, despertándose un poco después de la hora indicada, viendo a la IA saliendo de la ducha.

—¿No has dormido? —

—Me recosté un par de horas, la noche fue muy tranquila luego de aquello—Comenzó a vestirse—¿Estás bien? —La pelirrosa asintió, levantándose de la cama—

—Simplemente molesta por lo de anoche, quiero decir, Xana tuvo razón, me precipité al preguntarte—Suspiró—Supongo que hemos tenido muchísima suerte que la medicina fuese bien—

—Fue una suerte que la doctora no me dijese que no—Se comenzó a vestir—Espero que, de verdad no esté infectada—

—Ayer dijiste que era seguro—

—Si… espero no haberme equivocado—

Salieron de la habitación, encontrándose con ellos en la cafetería. Cogieron su desayuno y se sentaron a su lado, algunos pareciendo desubicados. Hebe, por su lado, parecía nerviosa y algo desanimada.

—¿Todo bien? —Preguntaron al sentarse. Ellos asintieron—

—Algo mareados, no sé qué pasó anoche—Dijo el batería, restregándose los ojos. Hebe simplemente no quería saber nada—

—¿Y tú? —Preguntó a la vocalista, la cual se sobresaltó—¿Estás mejor? —

—Si… algo—Dijo, dándose cuenta de que no era la respuesta correcta—Podemos… hablar en privado un segundo—Eso llamó la atención de todos, pues no se lo esperaban. Se levantaron, saliendo de la cafetería a un sitio más privado—Es que… lo de ayer…—

—¿Salió algo más después? —Ella negó—¿Entonces? —

—No sé si es justo que ellos no supieran lo que pasó—Dijo, cabizbaja—¿Por qué… esa cosa no deseaba que lo supieran? —

—Desconfianza—Reveló la Neo—Si, sé que es algo fuerte lo que pasó, pero debes entender su posición, nosotras no queremos que alguien se suelte la lengua sin querer—

—Entiendo—Dijo en voz baja, sin mirarle. Se sobresaltó cuando Edge la obligó a verle, levantando la mirada—¿¡Eh!? —

—No bajes la cabeza, no soy alguien importante a quien mostrar respeto—Espetó—¿Vale? —Ella asintió, insegura—Entonces, ¿te sientes mejor? —Ella asintió—

—Me siento… físicamente impecable, aunque tuve un sueño muy… agresivo, como si estuviera liberando la rabia dentro…—

—Te recomiendo anotar todo eso y entregarlo a la doctora cuando la veas en París, con suerte le serás de ayuda—Ella asintió, con más ánimos—

—Pero, esa medicina… tuve miedo cuando me lo dijiste, pensé que habíamos cometido algo…—

—Ellos no quisieron que te lleváramos al hospital, pues te habían inyectado una dosis muy alta de una droga—Dijo—Y no nos dejaron opción, era obligarlos o… dejarte morir, así que optamos por una tercera opción, la medicina experimental—Estiró las piernas—No puedo decirte más de ella porque… realmente desconozco qué hay detrás, solamente me alegro de que la doctora me diera luz verde para probarla—

—Gracias… por ayudarme tanto, me haz… quitado una carga de encima, aunque aún queda trabajo por hacer—

—Aún queda saber cómo controlar tu poder, así que… no te relajes, aún tenemos cosas que hacer de cara al futuro—

Volvieron adentro, negando con la cabeza, dando la indicación que no había sido nada grave o importante.

Esa misma tarde se encontraban en el recinto del concierto, ya que tenían vía libre y otro escenario para practicar con sus instrumentos y demás modos que usaran para hacer música. Cayó la noche, cuando ya era turno de Aelita, la cual estaba con Edge en el escenario, calibrando la mesa de mezclas. Tardaron poco más de diez minutos en calibrarla y una hora en probar todo el repertorio que Aelita y su equipo habían planeado. Habría un evento en la mañana del festival, donde los artistas más conocidos harían una entrega de álbumes y algunas firmas de discos. El álbum de Aelita estaba en top de ventas en el país, así que…

Esa noche todos estaban centrados en dar el mejor espectáculo posible.


París, isla de Francia. Más tarde esa misma noche.

Más de medianoche y ya Taelia dormía en su habitación tras un día bastante pesado. Anthea, por su lado, estaba abajo en la sala de estar, con un canal aleatorio de fondo, un álbum de fotos y una botella de alcohol con un vaso medio vacío al lado. Miraba las fotos mientras estaba sentada en el sofá, una tras otra mientras algunas lágrimas se suicidaban al paso de sus recuerdos. Miró una foto, Aelita recién nacida, desconocía cómo aún la tenía, pero ahí estaba… un agrio recuerdo, de más adelante, surcó su mente.

En algún lugar de Europa Central, 15 años antes.

Tras varios meses horribles, tras varios meses de amenazas, insultos y algunos errores que costaban días sin apenas dormir, Anthea Hopper se encontraba en una habitación pequeña, cercana a una base militar rodeada y vigilada por militares y el servicio secreto. Se encontraba tirada en la cama, con muchísimas náuseas y mareos, no sabía exactamente por qué. Su compañera, una chica joven, morena y bastante cálida, se preocupaba por ella.

—¿Sigues enferma? —Le preguntó. Enfermera de profesión—Te digo… seguramente estarás preñada—

—No… no puedo estarlo—Levantó su torso con dificultad—Me matarán—Y lo decía en sentido literal—

—Anthea, llevan meses usándote como un muñeco, todos los jefes, ¿no lo recuerdas? —Anthea negó con la cabeza—Debes dejar de beber—

—No… lo hago por gusto—Se intentó levantar con dificultad—Es que…—

—Es que a veces es más fácil ahogar las penas, pero no es cuestión de que te ahogues con ellas—Regañó—

La acompañó al baño a limpiarse. La revisaba continuamente y le recetaba lo que podía, tenía jurisdicción para ello, pero no iba a recetarle lo que podía "ayudarle", antidepresivos, ¿por qué?, simple, podía empeorarla cuando tuviera que dejarlos, y no estaba pasando por una buena época. Dentro de pocos días se cumpliría el aniversario de cuando la separaron de su familia, y eso la ponía demasiado triste, una tristeza que intentaba ahogar con alcohol y que algunos se aprovechaban para abusar. Ya habían pasado más de cinco años…

Al día siguiente se encontraban en el trabajo, cuando Eva se acercó a ella.

—Anthea, tengo noticias que no te van a gustar—La pelirrosa se giró hacia ella, estaba sentada en su escritorio tecleando sin parar—

—Dime…—Acercó su oído—

—Estás embarazada, de tres meses—Le dijo con una cara muy seria, de miedo y desaprobación. Anthea sintió que el mundo se vino abajo—

—No… dime que es mentira, Eva, dime que… no es verdad—Por suerte, estaban solas en la sala—

—Te quieren ver los jefes—

No tuvieron más remedio que encararlos. Tenían una política muy extrema para las mujeres, y si hablábamos de Anthea, era muchísimo más. Se sentaron en una mesa redonda con varios jefes y directores.

—Sabes bien las reglas, dime, qué pasó—Preguntó uno de ellos, enfadado—

—Yo… no sé qué decir—Comenzó—Ellos… ya te lo he dicho, abusaron de mi—En repetidas ocasiones había reportado ese tipo de cosas, teniendo prohibido reportarlo a la policía, pero nadie dentro del proyecto hacía algo, todos hacían la vista gorda lo más que podían—

—Y dejaste que te embarazaran—Protestó—Seré rápido, no habrá más oportunidades, no estás escuchando—

—¡Por favor! —

—Nada de favor, o abortas y lo arreglas o te mataremos a ti y lo que salga de ahí—Todos parecían… de alguna manera de acuerdo—

—Estás bromeando…—Dijo—Hemos llegado lejos, ¡No puedes hacer eso! —

—Puedo, y lo haría ahora mismo—Sacó una pistola de su cinturón—No me provoques, tienes poco tiempo para pensarlo—

—No creo que pueda hacer algo ahora mismo—Indicó Evangeline, con los brazos cruzados—Como encargada del área de medicina, te digo que ya no está en situación de hacerlo sin peligro, lo que puede pasar, la puede matar—

—Es su error—Encaró uno de ellos—Y debe pagar por ello—Anthea se desplomó en la silla—

La reunión terminó con una Anthea contrariada, no sabía que hacer, si abortaba, podía morir, pero si no lo hacía, podía hacerlo de igual manera. ¿Qué camino podía escoger?

Lo iba a discutir con unos tragos para olvidar sus problemas, pero antes de salir por la puerta…

—Ni te lo plantees—Ordenó uno de ellos—Eva te matará—Anthea se giró, un guardia del proyecto que sería de los únicos que no la odiaban o se aprovechaban—

—Lo sé, lo sé—No iba a seguir su consejo, ella ya no tenía más opción, no veía luz al final del maldito túnel—

Caminó, casi entrando hasta el sitio que solía frecuentar, pero, por esa vez, se lo planteo dos veces, dándose la vuelta, volviendo a casa, donde le esperaba una doctora molesta.

—No puedes abortar—Le dijo como saludo, dándole algunos reportes médicos recientes—Si no te mata el disgusto, la debilidad lo hará y ya no puedo darte ninguna pastilla—

—Entonces… ¿llegó mi hora? —

—Debe haber otra salida—

—Dar a la criatura en adopción—Recalcó—O pasar la misma historia dos veces—

—…En adopción, ¿eh? —

No lograba imaginar hasta tan lejos, las posibilidades estaban ahí, pero dudaba ya de vivir, o de despertar con vida al día siguiente.

Los meses pasaban y rápidamente su embarazo de hacía notar. Los proyectos en los que estaba asignada habían terminado en buen puerto, el proyecto Cartago iba viento en popa, tanto, que las pruebas en el campo de batalla habían dado un resultado excelente en los módulos que ella había desarrollado. A pesar de las buenas noticias, las malas continuaban; si bien los abusos se habían detenido, al dejar de beber de forma abrupta, ya nadie podía aprovecharse, los directivos no cesaron sus amenazas, a pesar de la buena reputación que gozaba entre la gente más técnica del proyecto, entre los más entendidos de su situación, la… historia era distinta.

Cuando tenía casi nueve meses, tuvo una reunión con los mismos de la última vez.

—No nos hiciste caso—Suspiró uno de ellos—Y mírate, sin futuro, con una hija esperando y sin oportunidad ni ganas de mejorar tu vida—Sacó una pistola, colocándola en la mesa—

—Ya te lo dije—Intercedió Eva—No puede, iba a morir—

—Lo hará igualmente—Dijo el otro—Pero elegirá que hacer, si lo hago yo o lo hace ella—

—Y si la doy en adopción y me olvido de ella—Pidió Anthea, de primeras, intentando liberar sus cadenas—No hay nada de malo con ella, nadie podrá… emparentarla conmigo—

—No es mala opción—Dijo otro de los directivos—No podemos permitirnos perderla—

—Está contra las reglas—Negó otro—¿Nos conformaremos con dejar que deje a su hija? —

—¿Sabes de alguien con una capacidad como la suya? —Asintió uno de los directivos, quizá el más manso que había—Anthea, desde ahora tómate un descanso, pero deberás borrarle la mente y crearle una personalidad nueva a la bebé, así borraremos toda prueba tuya dentro de ella—La pelirrosa asintió—Cuando te hayas recuperado, vuelve, tómate esto como vacaciones—

—…Gracias—Dijo en voz baja Anthea, sintiendo a su amiga acariciarle los hombros. Ahora su vida no corría peligro, gracias a un nuevo directivo con más cabeza—

—Sigue con tu buen trabajo—

¿Por qué ahora era tan bueno?

Dos semanas después, en casa de Eva, dio a luz a una niña con un pelo más oscuro que el suyo, tras una gran dificultad, y con la experiencia de Evangeline, todo salió bien, ahora… solamente debía descansar un par de semanas a que pudiera asegurar que estuvieran bien y darla en adopción.

—Será duro—Dijo Eva, conduciendo, un par de semanas después—

—Espero… que él sepa hacer bien—Suspiró, llorando—No quiero dejarla—Abrazaba con fuerza a su hija. Eva solamente podía obedecer órdenes—

Llegaron a casa de un conocido de Anthea, un soldado retirado que ahora cuidaba de un jardín a las afueras de la ciudad.

Las esperaba en la puerta de su finca.

—Toda tuya—Le dijo Anthea al hombre, tras darle el último beso a su hija—Por favor, quiero… saber de ella—

—Haré lo más que pueda, pero no prometo mucho—Dijo este, recibiéndola—La llevaré al orfanato cuando pueda—

Anthea solo podía llorar desconsoladamente por sus malas decisiones.

París, Isla de Francia. Presente.

Lloraba desconsoladamente recordando los durísimos momentos de dar su hija a un desconocido, de dar su única razón para vivir a una persona que no sabía que sería de ella…

—¿Mamá? —Preguntó esta al asomarse—¿Estás bien? —Se acercó, pues parecía preocupada, debía haberla escuchado llorar—

—No te preocupes, solamente estaba recordando—Le respondió, dándole un fuerte abrazo—Gracias por estar viva, Tae—Era la primera vez que decía algo así, pero Taelia sabía a qué se refería, no necesitaba que se lo dijese—

—Aquí estoy para ti—La abrazó con fuerza, dejando que se desahogara—Debió ser difícil para ti—

—No te haces idea—Le dijo—Por favor… no seas igual que yo, no… cometas los mimos errores—

—No lo haré—Dijo—Haré todo lo posible para hacer lo que esté en mi poder—Le dijo—Nada ni nadie podrá hundirnos otra vez—La abrazó con fuerza—

—Amén—

"Recuperar el tiempo perdido" era algo que deseaba fervientemente Anthea, pero el tiempo pasa, y para ella, de una manera horripilantemente rápida. Ahora su hija no era la bebé pálida que había visto una vez, ahora era una adolescente fuerte, pero con una personalidad muy rara. Por sus malas decisiones, ahora tenía que estarse lamentando el haberle dado una niñez tan mala, por suerte, su rencor era comprendido.

—¿Fue duro estar en un orfanato? —

—Más que duro… extraño—Reveló, abrazándola aún—Mucha gente que no conocías y que sus pasados eran diferentes, no éramos muchos, pero… los que éramos nos ayudábamos mutuamente—Lo que peor era… es cuando me iba con alguna familia, casi nunca pude congeniar con nadie—

—¿Alguna vez te pasó algo malo? —

—Tres intentaron abusar de mi—Dijo—Siempre he tenido ese miedo, no solamente con hombres, algunas mujeres también lo intentaron cuando era niña—Suspiró—Suerte que no tengo que volver a ese sitio de…—

—Sí, hace poco logré sacarte de ahí, aún llegaban cartas reclamando explicaciones a tu antiguo hogar—Acertó—Una suerte que fueron comprensivos—

Estuvieron un rato más abajo hasta la hora de dormir.


Afueras de Moscú, Óblast de Moscú, tarde-noche del día siguiente.

Se encontraban en el festival de música, tanto Aelita como la banda aquella en representación de la Warner. El festival había comenzado con dos escenarios en lados opuestos, pero con una gran cantidad de espacio para que los artistas pudieran prepararse. El equipo de sonido, revisado por Edge y Aelita, estaba listo. Aelita participaría de última, cerrando el telón del primer día del concierto, con una presentación de más de dos horas.

Los diferentes miembros pasaban a saludar a la pelirrosa, la cual se tomaba su tiempo para conocerlos.

—Chicas, creo que hay alguien a quien vais a querer conocer—Dijo Sophie, entrando al sitio donde Aelita se estaba terminando de preparar—Es… el encargado principal de muchos proyectos, en especial en el que estás tú—

—¿Ah sí? —Había escuchado de esa persona, pero no le había tomado la más mínima importancia—Eso hay que verlo—Dijo a la Neo, quien estaba haciendo memoria.

Salieron del camerino y se adentraron por las zonas interiores, viendo a un hombre muy alto, piel morena, calvo, una expresión de jovialidad, pero de mucho misticismo con ojos oscuros y vestido de traje y corbata. Un hombre que Edge ya había visto antes y… en persona, podía sentir una poderosa energía salir de él. Se encontraba hablando a solas con Hebe… ¿Hebe?

—Dagger—Saludó de primeras la Neo, para sorpresa de los presentes. El encargado del proyecto Superstar, aquel que estaba inscrita Aelita con la Warner. Sabía de su existencia gracias a una búsqueda en la DATA semanas atrás—

—Edge, Aelita, es un honor conoceros en persona—Dijo, con voz profunda y grave—Veo que no hace falta presentaciones—

—Solamente tengo una pregunta, antes de nada—Intercedió la IA—¿En nombre de quién vienes? —

—Nadie—Respondió—Hace un tiempo que dejé mis enlaces con aquellos que estáis visitando aquí—Esa respuesta bastó para Edge—¿Podemos hablar más en privado? —

Entraron en el estacionamiento, donde ya los esperaba una limusina grande sin nadie más que ellos dentro. Hebe estaba en silencio, sentada encima de su regazo mientras se dejaba hacer.

—¿Por qué estás aquí? —Preguntó Aelita a la chica, quien estaba en paz—

—Me da tranquilidad—Dijo la misma—No sé cómo explicarlo—

—No soy otro de esos, si es lo que estás pensando—Dijo Dagger a la Neo—Ya me enteré lo que pasó anoche con ellos, despertaron desnudos en la misma habitación sin enterarse de nada, no acordándose de la existencia de este pajarito—Asintió—Pero no es eso lo que quiero hablar, debéis haber notado lo de hace dos días—

—La inestabilidad, ¿verdad? —Él asintió—

—Todos estamos preocupados por ella, incluidos los que ya no tenemos nada que ver con Guardián—Seguía acariciando a Hebe, la cual estaba recostada en su pecho sin decir nada. Una escena en la que ella parecía sobrar—

—Dado a que no sé qué es, no sabría decirte nada—Secundó Edge—

—Si algo llega a pasar, quiero que cuides especialmente de ella—Asintió el hombre—Sé que lo harás, porque pareces interesada, pero… tengo un pésimo presentimiento—

—Lo haré, no te preocupes por eso—Indicó—No deja de ser un caso curioso, imagino que por eso la seleccionaste—

—Sí, su capacidad para hipnotizar a todos bajo su canto es… desde luego impresionante—Dijo—Pero la razón real es que la estoy cuidando de los que tú también estás al tanto—

—Los que la quieran cazar—Asintió—

—Este concierto es perfecto para que se den a conocer, pero perfecto para que ella… también se ponga en alguna lista negra—Sabía exactamente a qué se refería, pues el hombre parecía estar totalmente al día de lo que le rodeaba—Es una suerte que Aelita vaya a triunfar tanto con estos conciertos—

—Creo que buena parte de la gente viene a verme—Asintió la pelirrosa—Es lo que me han dicho—

—Sí, tu música… es hipnotizante, se queda en tu cabeza como un virus, como… si supieras exactamente que tonos y sonidos poner para que la gente… ame tu música—Exclamó—

—No diré nada al respecto, solamente que me alegro de que te guste—Indicó la pelirrosa. No es que no quisiera decirle nada, es que no sabía qué podía responderle—

—Entonces, ¿a qué se debe vuestra visita? —Edge no dijo nada, se limitó a mirar a Hebe de reojo—Que ella no os importe, solamente es mi protegida—

—Y tanto que la proteges, ¿verdad? —El hombre sonrió por lo bajo—

—Venimos a hablar con Mihaly, eso es todo—Reveló la IA—Lo que hagamos a partir de ahí no es de la incumbencia de nadie—

—No hace falta tanto secretismo—Dijo—Yo aún tengo algún nexo con Guardián, por eso me entero de lo que pasa—

—Entonces, dime, ¿quién eres realmente? —Cuestionó la Neo—No creo que el dueño del proyecto Superstar sea una excusa válida—

—¿Verdad que no? —Se echó a reír por lo bajo—Yo fui una de las manos de Mihaly, nos llama así a los que teníamos mucha influencia o algún poder en particular, como Claudio—Asintieron—Me limitaba a escuchar a los demás y a analizarlos para seleccionar a los mejores candidatos, gracias a eso puedo traer maravillas a la firma—

—¿Y por qué dejaste Guardián? —Preguntó Aelita, apoyándose en Edge—

—Cuando las cosas se salieron de control, hubo una lucha de poder dentro de la corporación, algunos se rebelaron contra Mihaly y el hecho que no se había atacado aún a Gaia, pero las respuestas del líder siempre eran que debíamos esperar al día indicado y limitarnos a revertir lo que hicieran ellos, así que, los que no estábamos muertos tras la revuelta, desertamos—

—¿Querías atacar a Gaia? —

—Para eso me habían contratado, ¿no? —Suspiró—Da igual, es una herida vieja—Seguía acariciando a Hebe—Seleccioné a Aelita porque su música era buena y sabía que Edge estaría cuidándola, así teníamos a alguien a quien acudir en caso de problemas con… ya sabes, los descarriados—

—Las abominaciones, ¿no? —Siguió Aelita, al escucharlo, él asintió—

—En gran parte, principalmente porque desde que apareciste, los números se han multiplicado, antes nos encontrábamos dos al año con suerte, ahora ya vamos por la docena en estos cuatro o cinco meses—

—Debe ser casualidad—Indicó—Pero…—

—Hebe es una de las abominaciones más suaves que he conocido, una que ha sabido pasar por lo bajo, una de las razones por la que la traje a la firma conmigo—Suspiró—El problema es que no puedo estar siempre cuidándola, así que aprovecho para estar con ella—

—¿Por qué? —Preguntó Edge, celosa. No le gustaba esa relación—

—Su propia personalidad es muy tímida, muy reactiva y eso genera que su energía lo empeore, así que podría desencadenar algo malo, el poder calmar su poder es una manera de retrasar lo inevitable—La chica parecía no escuchar, Edge había notado que ella estaba tan absorta en su relajación, que no parecía hacer caso a lo que hablaban—

—Ella… ¿no puede hacer esto? —Preguntó tímidamente Hebe a Dagger—

—Puede, pero debe aprender—Indicó—Cuida de ella cuando no esté, no queremos que un ejemplar tan valioso se eche a perder—

—Lo estaba haciendo con esos bastardos—

—El día que logre sacarlos a todos de en medio… —Soltó un rasgado suspiro—Pero… cuando sepa controlar su poder, eso no será más nuestro problema—

No hablaron mucho más, marcharon a los pocos minutos, dejando a los dos a solas en la limusina. Caminaban de vuelta al vestíbulo.

—No me gusta la relación que llevan—Dijo la Neo al instante—¿Por qué son tan cercanos? —

—Porque puede manipularla para tranquilizarla, eso parece atraerla a él—Indicó la pelirrosa—He aprendido algo así observándote—Sonrió de medio lado—

—Pero tampoco me gusta que sepa de su poder, eso podría… acabar mal—Miró al cielo—

—Céntrate en nuestra tarea, cuando volvamos a Francia ya te ocuparás de ligártela si es lo que quieres—

—¿Ligar? —Aelita la miró con una ceja levantada—

—Cuando quieres que una persona sea tu pareja, como yo con Odd o Jeremy—Indicó—Es lo mismo que te está pasando con Hebe, te atrae ya sea por su poder o su apariencia, personalidad… pero la quieres para ti, ¿verdad? —Edge asintió—Entonces espera a que acabemos aquí y podrás comenzar con ello, puedes pedirnos consejos, pero no te distraigas—

—Perdón, creo que estaba haciendo mal—

—No, solamente estás aprendiendo nuevos sentimientos, es normal, te vendrá bien para el futuro—

Volvieron al camerino a terminar de arreglarse, al salir, se encontraron con Sophie.

—¿Todo bien con el jefe? —Ellas asintieron—Me alegro—

—¿Está todo listo para dar el concierto? —Preguntó Aelita, ya con ganas de salir al escenario—

—Sí, está todo listo, en unos minutos acaban los que están y saldrás tú—

El concierto de Aelita fue por todo lo alto. Fuegos de artificio, una combinación de luces buena y algunas personas bailando al ritmo más fuerte del Techno. La canción editada por Edge fue toda una obra de arte, pues podía ver a la gente moviéndose con ella, algo que la pelirrosa no dejaba de estar asombrada. Canción tras canción, espectáculo tras espectáculo, Aelita se metía tanto en el concierto, que parecía no tener fondo. Veía a su público corear su nombre tras la mesa de DJ y el portátil.

La obra duró dos largas horas, las cuales acabaron con todos los presentes en el escenario saludando y agradeciendo a los que acudieron al primer día del festival.

Esa misma noche lograron convencer a Aelita de salir de fiesta a un club especial, con la promesa que no tardarían mucho (pues tenían que descansar para ayudar al día siguiente). Les dieron un pintalabios fluorescente, el cual se pusieron al entrar. El interior era oscuro, pero las luces iluminaban bien en donde se había usado ese labial, pues iluminaba bien la piel de los presentes, los cuales iban casi todos con ropa veraniega. Aelita estaba con Edge y algunos artistas más en una esquina del club, charlando entre ellos. Ambas tenían marcas de labial en su rostro.

Estaban todos borrachos a excepción de ellas dos, quienes disfrutaban del ambiente, el cual no tuvieron más remedio que irse dado a la hora y algunos problemas entre borrachos. Salieron, volvieron al hotel y se encerraron en su habitación, Aelita quería quitarse el pintalabios, pero Edge no la dejó, le tomó ambas manos, obligándola a recostarse bocabajo en la cama mientras le besaba el cuello.

—¿Qué te pasa? —Le preguntó—Pensé que ya no estarías más de humor—No dijo nada, solo escuchaba su respiración. Se giró hacia ella—Es… la primera vez que te veo excitada—Por ponerle algún nombre. Era la primera vez que la veía con la respiración ligeramente agitada, pues tenía su mirada clavada en ella, respirando por la boca mientras le sostenía ambas manos que se entrelazaban en si—

—No… lo sé…—Dijo—Hay algo que me está… provocando esto—Algo cargado en el ambiente la estaba excitando y apenas podía controlarse—

—No seas brusca—No iba a detenerla, solamente quería que se quitara el estrés que llevaba encima. La atacó con beso ligeramente agresivo en los labios… se arrepintió al momento, dándose cuenta de que no era un comportamiento normal en ella, nunca la había visto así, encima, de manera tan repentina. Rápidamente la obligó a cortar el beso—¿Qué pasa?, ha sido de la nada—No recordaba si había bebido algo en el club—

—Es que… me siento rara—

—¿Quizá te has estado conteniendo mucho? —Preguntó—Da igual, respira un poco—Levantó su torso, obligándola a mover el suyo. Respiraron para calmarse durante unos minutos, consiguiendo que pudiese ser ya, quizá, la de antes—Es que no es normal verte así—

—No ha usado su energía en días y es la primera vez que siente acumulación—Dijo una pequeña sombra—No iba a mejorar nada el que te dejases hacer, así que buen trabajo—Dio un salto a su hombro—Desde que consiguió la Cuna del Deseo, es capaz de reponer una parte de lo que gasta, pero debe gastar lo que no usa o se sentirá así continuamente—Se giró hacia Edge—Has lo que veas, pero no te contengas tanto—Desapareció de un destello—

—Entiendo—Le dijo, viendo cómo se recostaba a su lado—Siempre hay una primera vez—Estaba ligeramente sonrojada—Pero ¿por qué tan repentinamente? —

—Logré fingirlo bien, pero me ocurre desde que salimos del festival—Dijo en voz baja, dándose la vuelta—Da igual, si descanso un poco…—

—¿Por qué no gastas algo de energía?, puedes subir a la azotea para ello—

—No quiero llamar la atención de Guardián—Dijo—Estaré bien—

Aelita no insistió más. Se echaron a dormir esa noche, pues lo iban a necesitar. Aún no amanecía, pero Aelita despertó por un ruido sordo en su habitación, tenía a la Neo pegada a su espalda, podía sentir su pesada respiración, iba a girarse, hasta que escuchó un ahogado gemido, alarmándose, girándose de golpe.

—¿Qué haces? —La tomó por sorpresa. Intentó irse, pero la pared la acorraló—¿Te estabas…? —Edge usualmente solía dormir o con su ropa normal o en ropa interior, en ese caso estaba vestida, solamente descalza, con su típica falda corta y camiseta sin mangas de color negro, cuando Aelita se giró, podía ver su ropa interior ligeramente bajada y su falda ligeramente humedecida—

—No… —No tenía sentido intentar esconderlo—

—No sabía que sabías que era eso—Le dijo, viendo si la cama estaba húmeda—

—Me… acordé de algo que me dijo Taelia—Indicó—Y pensaba que podía funcionar. Estaba ligeramente sonrojada—

—Vete a limpiar—Ordenó—Y hazme caso, vete a la azotea y haz lo que quieras, pero no te quedes en ese estado—

En la mañana, cuando Aelita salió de su habitación, se la encontró a fuera en la puerta, quizá meditando.

—¿Estás mejor? —Ella asintió—¿Lo ves? —

—¿Podemos hacer de cuenta que no pasó nada? —Aelita se echó a reír por lo bajo—Hablo…—

—Lo sé, lo sé, tranquila—No iba a decirle nada por ello, era la primera vez que experimentaba algo así y… sería una curiosa anécdota que contar a los responsables de Edge dentro del proyecto de creación de nuevos humanos—

Cuando salieron del hotel, de camino al transporte que las llevaría al recinto, Edge se detuvo de golpe.

—Esto… no sé si sea seguro salir hoy de aquí—Musitó—Esto se siente peor que ayer—

—No es que podamos cancelar todo el festival—Dijo la pelirrosa—Ojalá sentir lo mismo que tú—Intentó ver lo que pudo con la visión elemental, aquella que usaba gracias al cristal en su colgante, pero no entendía nada y no quería marear a Edge con ese tema—

—Esperemos que no pase nada y se quede en una anécdota—

Aelita seguía sin entender el porqué de ese comportamiento, pero debía ser paciente con su compañera, ella era capaz de ver los detalles que muy pocos serían capaces.

El festival arrancó con relativa normalidad, siendo la única pega el poco tiempo que algunas bandas tenían para prepararse y presentar. La pelirrosa ayudaba con la preparación del equipo de sonido de las personas que conocía, a fin de cuentas, no tenía más que hacer en Moscú hasta el día siguiente, cuando tendrían que hablar con Mihaly sobre su atrevida propuesta.

La noche se apoderó de ese lugar, dando paso a los últimos espectáculos de la noche, entre ellos, la banda Demon's Venom, la banda que acompañaba a Aelita, la que Hebe era vocalista. La pelirrosa se encontró con dos de ellos, quienes ya tenían sus instrumentos listos para salir.

—¿Y los otros dos? —Preguntó al acercarse con Edge. Faltaban Bastián y Hebe—

—En el camerino—Asintió Luc—No sé qué andan haciendo, es como… un ritual para que Hebe no esté nerviosa—

—Es verdad, tengo que monitorizar todo esto—Dijo en voz alta la albina. Aelita sabía que no podía soltar a Edge o podía caer bajo el trance. Así pasó cerca de media hora hasta que la pareja salió del camerino correspondiente, encontrándose con el resto. Edge se fijó de inmediato en Hebe, quien estaba de muy buen humor, con sus pupilas notablemente dilatadas, viendo al momento como Bastián se guardaba algo en el pantalón—Sospechoso—Se dijo—Buena suerte—

—Sí, debemos ir ya—Se desearon buena fortuna entre todos y los vieron marchar a la plataforma para subir al escenario, donde decenas de miles de personas ya les esperaban.

Edge se acercó con Aelita a un punto donde podían verlos directamente en el escenario. Las luces se apagaron y luego se encendieron al escuchar un redoble de la guitarra eléctrica, seguida de un poderoso tono de guitarra. La primera canción comenzó y se podía ver a toda la banda concentrada en su actuación. Hebe cerró los ojos y se acercó al micrófono, comenzando a cantar con algo de torpeza, pero lo suficientemente bien para que pudiese seguir concentrándose. Edge lo notó, cuando cerró los ojos y se concentró, las ondas sonoras creadas por su voz, potenciadas por los altavoces y amplificadores, llenaron de una potente energía que rodeó todo el recinto, viendo como la gran mayoría caía bajo un trance que los hizo perder el control sobre sus propios cuerpos.

—Está bien de momento—Le dijo a Aelita, sin despegar ojo de Hebe—

—Están… bajo un trance—Veía a los presentes aplaudir y disfrutar con un movimiento motor bastante lento, con una mirada perdida y mirando al escenario—¿Tanta gente puede controlar? —

—Cualquier persona que esté bajo su zona de influencia—Dijo en voz baja—La cual es grande—La canción acabo y se escuchó inmediatamente un grandísimo vitoreo con deseos de más, los cuales se cumplieron. Hebe cantaba, hipnotizando a cualquier ser vivo con capacidad de escuchar; cuando ella subía su mano haciendo un puño, todos los presentes hipnotizados lo hacían. Ella apenas lo veía, su visión estaba borrosa y las luces del escenario hacían contraluz—¿Qué está pasando? —

—¿Eh? —Se preguntó Aelita, pues estaba disfrutando de la actuación—

—Mierda… ¡MIERDA!, ¡AELITA! —Se lanzó sobre ella.

Aelita no entendía que pasaba, de la nada se encontraba en el suelo, cuando vio a otro sitio, sintió una potente onda expansiva que no dejaba de tirar hacia el este, contrario al sitio donde estaba la inestabilidad. Sentía una grandísima ventisca, tan fuerte, que la gente parecía volar de un lado a otro como si fueran muñecos. Sentía su cuerpo ser tirado para en lado, pero siendo protegido por la IA, la cual tenía una expresión de dolor profundo en su rostro, estaba aún encima de ella, cubriéndola. Parecía que la tormenta no cesaba. Sintió un pesado cuerpo caer encima de ella, al girarse, Edge ya estaba inconsciente. La gran ventisca acabó justo después, al abrir los ojos del todo, vio trozos del cristal de su pecho roto encima de su blusa. No entendía absolutamente nada. Se puso de pie al comprobar que Edge estaba viva, pero estaba dormida, sangrando por la nariz. Intentó auxiliar a alguien cercano, cuando…

—¡AAAAAH! —Escuchó un grito ahogado desde los parlantes. Rápidamente recordó las palabras de Dagger—

—Mierda… —Se apresuró a ir al escenario, viendo el campo de personas una encima de otras, todo desperdigado y… Hebe en medio del escenario, de rodillas, sosteniéndose la cabeza, viendo al mismo tiempo pequeños haces de luz rebotar de su cuerpo al metálico escenario—Hebe, ¡Hebe! —Se acercó, sorteando al resto de los miembros de la banda, pero cada vez que se acercaba, se llevaba una leve descarga eléctrica. Se fijó al cielo: blanco, con tonos morados relampagueantes que se apoderaban de las nubes y se expandían a gran velocidad—¿Estás bien? —Intentó auxiliarla, pero al acercarse, la empujó hacia un lado—

—¡AELITA, ALÉJATE! —Dijo una voz desde el otro lado del escenario, Dagger—¡AFECTA A TODOS! —Obedeció, alejándose hasta uno de los miembros de la banda, intentando auxiliarlo—Mierda, ¿qué pasó?, ¿Y Edge? —

—Está inconsciente, me salvó—Le dijo—¿Qué pasó? —

—Creo… que lo que hablamos ayer… explotó—Exclamó, auxiliando a otro miembro de la banda—Esto… esto es malo—Incluso él, una persona tan serena, estaba presa de los nervios del momento. —

Debemos lanzar una vuelta al pasado—Pensó. Sacó su móvil, pero no tenía ninguna cobertura. Volvió con Edge al asegurarse que Luc estaba bien, pero al coger su móvil vio que estaba sin cobertura—Debe haber dañado las antenas de radio—Maldijo su suerte—No tengo nada cerca para lanzar una vuelta al pasado—Con un PC cerca podía conectarse al súper ordenador para lanzar una vuelta al pasado—

Su misión era despertar a Edge y eso hizo, tras inyectarle la medicina, tardó cinco minutos en despertar del dolor en su cuerpo, levantando su torso, sosteniéndose la cabeza.

—Joder, ¿qué fue ese ventarrón? —Se limpió la sangre de su nariz—

—Están casi todos inconscientes, pero Hebe…—

—Mierda, Hebe…—Se intentó poner de pie, siendo auxiliada por Aelita—¿No podemos lanzar una vuelta al pasado? —Podía ver el gran destrozo causado por el ventarrón—

—No hay cobertura—Dijo—Debe haberse cargado las antenas de radio—Llegaron al escenario, viendo a la chica aún arrodillada, quejumbrosa y con leves haces de electricidad recorriendo el lugar—

—No tengas miedo, vamos cerca—Se acercaron con cuidado, dando cada paso con cuidado, bajo la mirada atenta de Dagger, quien las observaba desde lo bajo del escenario mientras auxiliaba a algunos asistentes—Despierta—Le dijo en voz alta. Se soltó de la pelirrosa, lanzándose sobre Hebe, abrazándola por la espalda. El momento fue muy extraño; a los cinco segundos de hacer contacto físico se pudo ver un destello en las manos de Edge, viéndose la Cuna por una fracción de segundo, después, la misma Neo se alejó de golpe con un sangrado que iba desde las palmas de sus manos hasta los tríceps—…Me negó el deseo—Dijo en voz baja—¿Y para qué sirve una cuna que concede deseos si no la puedo manejar yo?—Arriesgándose, se volvió a lanzar sobre Hebe, quien forcejeaba con Edge para soltarse, pero, al cabo de un minuto, dejó de oponer resistencia y cayó dormida bocarriba en el escenario—

—Por fin…—Dijo la pelirrosa—¿Estás bien? —

—No, la Cuna me sigue negando los deseos para ella, ¿¡Por qué!? —Preguntó, airada—Es como… si alguna de las partes la rechazara —Sentía que, varias partes dentro de la propia Cuna se negaba a concederle un deseo, lo único que pedía era neutralizar la energía de Hebe para que no le causara problemas, ya que la descarga parecía haberla afectado, ya que la pilló justo cuando estaba usando su poder—Suspiró—Espero que esto no desencadene algo peor—

Tras dejarlos en un lugar seguro, salieron a buscar un PC, lo que fuera, pero un equipo electrónico en funcionamiento… Tras media hora, no encontraron nada.

—Todos tienen la batería fundida o los sistemas electrónicos muertos—Dijo la Neo—Creo que debemos forzar el uso de esto—Sacó su móvil—No hay cobertura, pero debería ser capaz de usar las antenas o alguna red satelital—

Tardó cerca de diez minutos en establecer conexión con una red celular, lo suficientemente estable para realizar una llamada de emergencia a Jeremy.

—Necesitamos una vuelta al pasado, ya—Dijeron nada más contestar—

En ello—Dijo—¿Qué pasó?

—Una explosión… rara, tras la vuelta os contamos, necesitamos la vuelta ahora antes que haya más heridos o… muertos—Dijo Aelita—

De acuerdo… —Suspiró—Vuelta al pasado… ¡ahora!

Gracias a la rápida acción de Jeremy, se vio un gran destello y…

Moscú, Oblast de Moscú. Hotel, noche del día anterior.

Se encontraron, ambas, recostadas en la cama mirándose mutuamente… respiraron aliviadas al volver a un punto seguro. Edge se levantó de golpe, acercándose a la ventana.

—Ya no hay inestabilidad—Dijo—Ha vuelto todo a la normalidad—

—Eso quiere decir que sea lo que sea que haya pasado, no se vio afectado por la vuelta al pasado—Indicó—

Jeremy, usando el súper ordenador, llamó a todos los guerreros y a Anthea, debían ponerse al día de lo que había pasado, pues una vuelta al pasado, luego de tanto tiempo era… sospechoso y peligroso.

¿Durante el festival? —Preguntó Anthea al escucharlo—

—Sí, cuando la banda que nos acompañaba estaba presentando… hubo una ventisca muy fuerte, casi como si fuera una explosión… una onda expansiva nos mandó a volar—Suspiró—Protegí a Aelita, pero había demasiados heridos para tener que explicarlo todo—

Por aquí se sintió un pequeño temblor, pero nada grave—Siguió Ulrich, en su casa, más cerca que el resto—¿Estáis ambas bien al final?

—Si, gracias a Edge y al cristal que me regaló… estamos vivas—Siguió la pelirrosa—Investigaremos que pasó y os lo haremos saber—

Espero que no sea algo que pueda repetirse—Dijo Jeremy—No queremos beneficiar a Xana con estas vueltas al pasado—Y sabían bien por qué—

No creo que ese sea realmente el problema—Intercedió Anthea—Chicas, comprobad que esté todo en orden y manteneos al tanto de cualquier novedad

La reunión no pareció seguir más de ahí, la explicación fue más que suficiente para sus amigos, que les había tomado por sorpresa la vuelta. Por suerte, no habían perdido mucho tiempo. Se apresuraron a ir a la habitación de Bastián, quien les abrió.

—¿Estáis bien? —Preguntó Edge de primeras, tomándolo por sorpresa—

—Yo… si, pero Hebe parece estar resfriada—Indicó este—Espero que sea capaz de cantar mañana—Las dejó pasar. Edge se acercó de primeras a ella, viéndola de cerca. No estaba resfriada como tal, su poder se había vuelto inestable y eso provocaba que su piel estuviera ardiendo, al tomar su mano pudo lograr calmar esa inestabilidad poco a poco, pero le iba a costar… horas—¿Está bien? —

—Parece que está algo inestable—Dijo, miró a Aelita—Un efecto secundario—La pelirrosa asintió, entendiendo; La vuelta no había arreglado del todo el problema, pero ahora estaba bien físicamente—Necesito un tiempo a solas con ella, me podré concentrar más—

Nadie protestó. Ambos se retiraron de la habitación. Edge comenzó a reparar esa inestabilidad usando su propia energía para quitar la que estaba mal, algo que podía afectar negativamente a ella misma, pero no le importaba, era algo que podía aguantar. Hebe jadeaba con fuerza, intentando mantener el aliento.

—Esto no tenía que haber salido así—Se dijo en voz baja, mirando a la nada—Nada de lo que tenía pensando ha salido bien—Se molestaba del azar. Se concentró en Hebe, su objetivo ahora era dejarla como nueva o, por lo menos, menos afectada—Lamentarme no va a solucionar nada—Se dijo.

Se concentró lo más que pudo en su trabajo, debía purificar, por decirlo así, la energía que desprendía Hebe, pues parecía que, aún con la vuelta al pasado, esta se había quedado en una grave inestabilidad que estaba afectado su estado físico… la única manera de llevar a cabo esa tarea era absorbiendo toda la energía inestable para reemplazarla, algo que podría afectarla mucho, pero era un riesgo que estaba dispuesta a aceptar.

No sabía donde se habían metido, pues cuando ya había llegado a un punto muerto donde no podía purificar más, podía ver algunos rayos de luz colándose por la ventana de la habitación. Hebe se despertó.

—Buenos días—Saludó—… ¿Qué pasó? —Estaba ligeramente aturdida—

—Anoche no te encontrabas bien y me he pasado la noche curándote—Le dijo—No necesitas más detalles por el momento—

—Gracias—Respondió en voz baja con una sonrisa—Me siento mucho mejor—Edge asintió.

No tenían nada de que hablar en ese momento, se había vuelto incómodo a una velocidad vertiginosa.

Salió de la habitación.

El festival fue igual de emocionante que antes de la vuelta, con la única noticia de que había menos público y algunos ausentes de banda y equipo de soporte por enfermedad repentina, algo que ni Aelita ni Edge quisieron darle importancia, pues sabían bien que era algo irremediable. Ayudaron con lo que pudieron, prestando especial atención a la presentación de la banda que los acompañaba…

El espectáculo fue el mismo, solo que, con un desenlace positivo, no teniendo que lamentar nada.

Festejaron por todo lo alto con todas las bandas presentes y el público que había asistido, quedándose hasta casi la madrugada. Al salir del recinto, cuando Aelita y Edge iban a subir al vehículo que las llevaría, una persona las abordó.

—Aelita Schaeffer, ¿No? —Preguntó el hombre, con un marcado acento ruso. Edge se puso delante, defensiva—Vengo de parte de la corporación—

—¿No habíamos quedado de vernos mañana? —

—El jefe quiere que sea ahora—Se miraron entre ellas—Podéis ir por vuestra cuenta a los cuarteles de la última vez, ahí os estará esperando—

Tal como vino, se fue.

—¿Venís? —Preguntaron los otros miembros que iban con ellas—

—Nos ha surgido algo—Intercedió Edge de primeras—

—Ya llegaremos al hotel, disfrutad de la fiesta—

En su lugar, cogieron un taxi a las oficinas de la Corporación Guardián, las cuales apenas algunas estaban iluminadas. Pagaron, se bajaron y al acercarse a la puerta les abrieron.

—Nos espera Mihaly—Dijo al entrar, victoriosa—Es algo tarde, así que ojalá sea rápido—

—Venid con nosotros—

Subieron varios pisos hasta la oficina del líder. Cuando entraron, lo vieron en compañía de una persona que ya habían visto antes, Grimm, su pupilo.

—Perdonar la hora—Les dijo el líder con voz impostada, vistiendo un traje de la fuerza aérea—Creo que es el momento perfecto para irnos y no haceros perder más el tiempo—

—¿Ya? —él asintió—Debemos avisar al equipo—Dijo Aelita a Edge—

—¿Dónde se supone que iremos? —

—Como dije antes, el sitio del primer impacto, pero haremos una parada en la mansión de uno de mis hombres de confianza que tengo entendido ya conocéis—

—Dramak—

—Correcto—Asintió—Volaremos hasta ahí, ya que está algo alejada de aquí—

—¿Notaste algo raro estos días? —Preguntó Edge, de golpe—

—La inestabilidad explotó—Indicó, tensando a la Neo—De forma silenciosa… parece que algo o alguien salió de ahí dentro—

—¿Alguien? —

—¿Lees el periódico? —Preguntó Grimm, rompiendo el hielo, ligeramente nervioso—Es de ayer, una carta que llegó desde las islas Åland, en el báltico—Les entregó un impreso—


"No sabemos cuánto tiempo ha pasado, pero no tenemos electricidad y apenas tenemos potencia hidráulica automática en las grandes fábricas. Los barcos con motores eléctricos no funcionan y los otros solo están en funcionamiento los que no se habían apagado su potencia hidráulica cuando entraron en la zona.

Hace semanas comenzó a salir una tormenta eléctrica en medio del mar, poderosa, pero nadie sabía qué era. Los meteorólogos decían que podía ser una simple inestabilidad repentina, pero, en nombre de Dios, ¿qué clase de fuerza de la naturaleza es capaz de inutilizar todos nuestros sistemas electrónicos y llevarnos hasta la edad media?

Ahora mismo tenemos baterías y el único medio de transporte que tenemos es una línea de tren de un carbonífero. Hemos solicitado ayuda a todos, pero nadie ha respondido.

Uno de nuestros pesqueros ha dicho que ha notado una figura humanoide dentro del ojo, uno ojo de huracán que no es abierto, sino recubierto con nubes de un color azul y magenta. Es de una figura juvenil, pero no dijo más.

Espero que la carta os encuentre bien antes que esa cosa nos encuentre a nosotros"


—Una figura humanoide…—Leyó la Neo—¿No hay reportes de desaparición en la zona? —

—¿Cómo lo vamos a saber si la isla está completamente incomunicada? —Cuestionó Grimm de vuelta—No sabemos nada—

—Hemos enviado a personal a la zona, pero lo que sea que nos digan va a tardar en llegar—Siguió Mihaly—Y en cuanto a vuestra propuesta—Sacó un papel de su escritorio—¿Lo dejamos con tinta? —

—¿Vas a aceptar? —

—No tenemos ningún negocio en París, así que vuestra oferta me parece bien, solamente con una condición—Eso tensó a ambas—Tendremos un equipo de… llámalo mantenimiento de la paz… en la zona indicada, esas personas no tendrán permitido portar armas ni dar problemas, os diremos quienes son y su residencia, pero se van a encargar de asegurarse que Gaia cumpla su parte—

—¿Lo ves bien? —Preguntó la pelirrosa a su compañera, la cual asintió—

—A fin de cuentas, el jurado supremo seré yo, así que me parece bien—

Firmaron un documento que tenía escrito todo lo acordado, con las firmas de los cuatro presentes, con varias copias para mantener su veracidad.

—Os ayudaremos a traer vuestras cosas, nos vemos en un aeropuerto privado en una hora, de verdad tenemos que irnos ya, la inestabilidad ha causado que los vestigios del primer impacto estén más activos que nunca—

—Ahora entiendo la impaciencia—Dijo la Neo—¿Puedo preguntar algo? —

—Adelante—

—¿Por qué tanta confianza aún después de lo que pasó cuando os tendí una trampa? —Grimm se tensó, sabía a qué se refería—

—Fue culpa nuestro el haber picado el anzuelo de una tontería tan grande, no esperábamos que tu objetivo fuera hacerte con la Cuna del Deseo de Lisa, pero… no te guardo rencor porque fuimos nosotros los que caímos, no éramos el objetivo—Edge asintió, pues habían leído muy bien la situación—

—La cuna… lo que no sabía es que eso existía hasta el segundo después que la robé, solamente quería crear… algo con la energía de vosotros cuatro—Se giró hacia él—Pero alguien se adelantó—

—Esa historia será mejor contada en el sitio al que te quiero llevar—Tomó las llaves de un coche—La Cuna se creó con un propósito que al final se corrompió—Suspiró—Es solo una vieja herida de guerra—

Salieron del hotel. ¿Su destino?... El permafrost de Siberia.


—Continuará—

Próximo capítulo: Corporación Guardián (Parte III)


Muchísimas gracias por leer. Espero que el capítulo sea de vuestro total agrado.

Semanita de Semana Santa… corta, o larga. Depende. Intenté que escribir un capítulo espeso, pero me salió una amalgama de cosas que… solamente se entenderá el final, ya verás.

Bueno, podría haber salido peor.

Por cierto, tanto Mihaly como Grimm, son nombres sacados de la saga de Ace Combat, que no se note que es de mis favoritas.

Bueno, poquito más. Intentaré sacar un capítulo cada una o dos semanas.

Reviews:

Loboplateado2541: Es como el Ying-Yang, siempre hay maldad dentro de lo bueno. Pero ¿Qué tanta maldad? Muchas gracias por leer, espero que te guste el capítulo.

Draoptimusstar3: Siempre hay que tener paciencia, en este capítulo intenté ahondar más en su relación, pero como dije antes, me salió una amalgama de cosas que no entendí ni yo. Esa parte que has dicho de lo material me encanta, porque es verdad. Muchas personas no saben ver lo peligroso que es y alguien como Edge, que no entiende bien ese concepto, lo ve… escalofriante, ¿vale la pena cometer tal crimen contra una persona por un puñado de billetes?, yo no creo… En fin, siempre disfruto leyendo tus comentarios. Espero que el capítulo sea de tu total agrado, gracias por comentar.

Y eso, niños. Que os cuidéis y hasta otra.

Adiós.

Never Give Up, Never Surrender.