Capítulo 11: Su nombre es Sharlotte.
Harry caminaba con rapidez, se sentía molesto porque estaba seguro que ese pequeño problema quedaría resuelto ese mismo día. Pero se equivocó.
La adrenalina corría por sus venas, su deseo de reclamar era más fuerte que la última vez. Hermione siempre destacó por ser una bruja brillante, ¿Por qué se había dejado manipular por esa muggle? ¿Acaso era el único que podía ver como era verdaderamente? ¡Era sumamente peligrosa!
Estaba seguro que estaba manipulando a su hijo así como lo hizo ella: Delphini Lestrange Aquella bruja se había aprovechado del corazón noble de Albus. Una vez fue tonto, se deslumbró también él por la historia que ella contaba, la sobrina de Amos Diggory. Ella se veía tan indefensa, resultó ser una mala persona.
Temía que la historia pudiera repetirse, quería sacar a Lottie a como diera lugar, podía sentirlo, su instinto le decía que no era una buena persona por más que lo aparentara, se había ganado la confianza de Draco Malfoy muy rápido.
Y eso respaldaba su intuición.
Finalmente llegó al despacho de Hermione pero antes que pudiera hacer algún reclamo notó que en el lugar estaban presentes Louis Weasley y Draco Malfoy. Aunque quería gritarle, sabía que no podía hacerlo si habían testigos presentes. Incluso había ignorado por completo a Ron quien lo había seguido.
Debía dejar sus reclamos para otro momento.
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Aún le parecía que estaba viviendo un sueño, muy extraño si era sincera consigo misma, tal vez se había golpeado en la cabeza, quizás estaba tirada en una esquina desangrándose. Pero al sentir sobre su mano derecha la mano de Albus, supo que no estaba dormida.
Ese muchacho le había dado el apoyo que otros tantos le habían negado. Incluso le había permitido dormir en su casa, le había permitido darle un beso.
Aunque no tenían una relación como tal, ni siquiera habían tenido una cita propiamente dicha, habían ido a cenar una vez, incluso el había dormido junto a ella porque se lo había pedido. Cuando entraron en el apartamento no pudo evitar sentarse en el sillón de la sala.
–¿Te sientes mejor? – Albus le ofreció un vaso con agua, ella lo tomó agradeciéndole.
–Un poco. La Señora Weasley dijo que no podían dejarme ir, hasta que pudieran comprobar que no pertenezco a su mundo. Me mantendrán vigilada hasta que se demuestre lo contrario.
–¿Te quedarás conmigo? – Lo escuchó esperanzado, Lottie sabía que de no poderse quedar con el, tenía las puertas de la Mansión Malfoy abiertas para ella. Pero se sentía tan a gusto con el chico de ojos verdes que no quería dejarlo. Aunque el Señor Potter la molestara. ¿Creía que le hacía la vida imposible? Había llegado tarde, la Organización se había encargado de eso hacía tanto tiempo.
–Si. Me siento segura contigo. Aunque también tengo una invitación para quedarme en la Mansión Malfoy, el Señor Draco me dijo que si no podía quedarme aquí, podía ir allá con ellos. – Notó que Albus se relajaba al escuchar que prefería quedarse con el.
–Lottie, yo voy a cuidarte, el tiempo que estés aquí. Yo... – Se sonrojó con fuerza no quería que pasara más tiempo sin decirle lo que sentía en verdad. – Yo te quiero.
Lottie se sonrojó al escuchar aquellas palabras. ¿Cuándo fue la última vez que escuchó a alguien decirle algo por el estilo? Aquellos sentimientos eran diferentes, su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Los ojos verdes de Albus brillaron con fuerza, mientras tomaba su mano entre las suyas, en ese momento notó que tenía algunas cicatrices pequeñas, sin esperar alguna respuesta colocó sus manos sobre las mejillas de ella, se acercó besándola con ternura.
Porque Albus no quería ocultarlo más. La quería, más que eso, estaba enamorado de ella. ¿Amor a primera vista? Era más probable a fin de cuentas. No podía negarlo por más tiempo, no lo había reconocido solo, lo hizo frente a su padre, se sintió tan desesperado al pensar que ella se iba a ir para siempre, al escuchar que Lottie no se había ido corrió a su encuentro.
Quería estar con ella, sin importarle nada más que ellos dos. Sintió como Lottie le fue correspondiendo el beso poco a poco, la sostuvo entre sus brazos, besó su mejilla prometiéndole que la iba a hacer feliz.
Y Lottie le sonrió, sin querer alejarse de él.
Preguntándose qué clase de sentimientos eran aquellos. Lo que estaba sintiendo no se comparaba a la felicidad que alguna vez sintió.
–Yo… No se qué es lo que siento por ti. Pero puedo decirte que no quiero perderte. Pero hay muchas cosas que no conoces de mi, soy mayor que tú. ¿Estas seguro que quieres estar conmigo? – Preguntó con temor, la verdad si se sentía un poco preocupada.
No sabía si Albus podría amar a una ex asesina, el chico la abrazó sin decir una palabra más. Lottie sabía que aún no era tiempo de contarle de aquel pasado que ella estaba más que dispuesta a olvidar.
No era alguien que se fiaba de las personas, había aprendido que cualquier error le podría costar la vida.
Pero con Albus bajaba la guardia, Lottie reconoció que con él estaba viviendo nuevas emociones que jamás había experimentado antes. Cuando fue muy joven creyó que los cuentos de hadas podían ser reales, que un príncipe azul la salvaría de la prisión en la cual vivía.
Aquello no ocurrió, al menos de la manera en la que ella creía que sería todo.
–¿Esto responde tu pregunta? – Dijo Albus acercándose para besarla.
La chimenea del apartamento de Albus brilló, lo cual indicaba que tenía una visita inesperada, interrumpiendo aquel momento íntimo de los dos, Albus se levantó fastidiado para ver de quién se trataba pero no era nadie en particular, era un vociferador, no había duda de quién lo había mandado.
–Señorita Elwes. –La voz de Harry sobresalió con fuerza– Ya que su estancia será permanente por algún tiempo, es mi deber informarle que estará bajo vigilancia, no puede cambiar de domicilio sin autorización, desafortunadamente debe quedarse en el apartamento de mi hijo hasta nuevo aviso. – Se podía escuchar la ira que Harry trataba de ocultar en cada palabra que decía. – Así que no piense que podrá hacer lo que quiera. Esta advertida. Si descubro que tiene otras intenciones con mi hijo haré que se arrepienta…
–¡Incendio! – Albus levantó su varita provocando que la carta se quemara antes de explotar.
–¿Tu padre es así de extraño? – Preguntó Lottie, estuvo a punto de reírse pero se contuvo.
–A veces. Pero no importa eso ahora. ¿Continuamos donde nos quedamos? – Albus tomó de la cintura a Lottie acercándola a él mientras la besaba.
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Harry volvió a tirar el periódico contra el suelo, se sentía molesto por lo que llevaba días apareciendo en la portada. A estas alturas ya toda la comunidad mágica debía saberlo.
"El Romance" de Albus se le había salido de las manos, las fotografías de su hijo caminando por el parque, cenando, o simplemente de compras acompañado de la Señorita Elwes estaban en la mayoría de páginas de la sección "Corazón de Bruja " de Rita Skeeter.
No era el único a quien dicha situación le molestaba ya que había notado que Louis estaba de mal humor al igual que él, aunque del pelirrojo no entendía porque estaba de esa manera.
En todas las imágenes se veía a Albus tomado de la mano de Sharlotte, se estaba cansando de leer, la chica esto, la chica lo otro, ella aquí, ella allá. Hubo una frase que lo hizo enfurecer:
" La Futura Señora Potter se veía radiante, la futura Señora Potter era algo mayor pero se notaba que Albus, el segundo hijo de Harry Potter la amaba de verdad" " La chica se dio cuenta que los veníamos siguiendo, no nos lanzó ningún hechizo pero la advertencia que nos hizo con la mirada hizo que mi camarógrafo saliera corriendo"
Yo por mi parte me quedé esperando afuera del restaurante para tener la mejor primicia, para todos ustedes.
Eso ya era el colmo, ¡Rita nunca se tomaba la molestia de averiguar la información!
Su nombre era Sharlotte Elwes.
No la futura Señora Potter.
Estaba harto de ver esa frase, de como en cada línea ella comentaba que hacían una linda pareja, que a pesar de todo se notaba que había algo real entre ellos. Si tan solo no hubiera confirmado que Sharlotte era muggle estaría seguro que le había dado una poción de amor a su hijo. Era la primera vez que lo veía actuar de esa manera.
Pero se cegó, siguió creyendo que esos sentimientos no eran reales, que su hijo estaba encaprichado con esa mujer que era demasiado mayor, que ocultaba algo tan profundo que le hacía creer que su hijo estaba en peligro.
Si iba a desenmascararla debía ser más inteligente que ella, no iba a bajar la guardia, pero le demostraría a todos que por algo era el mejor auror del Mundo mágico.
–Harry, querido. ¿Qué lees? – Escuchó la voz de Ginny llamándolo, desde que James y Albus habían decidido emprender sus vidas, solo ellos vivían en la casa, al menos cuando Lily estudiaba. A su hija menor le quedaban aún dos años más para estudiar, sin saber si se quedaría un tiempo más con ellos o emprendería su camino al igual que sus hermanos.
–Nada importante. – Con el pie pisó el periódico para que Ginny no se diera cuenta, aunque el sabía que su esposa no leía ese tipo de contenido, sus vecinos si, así que en cualquier momento le podían mostrar las fotografías.
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Se sirvió una taza de café, el aroma que sintió era el mejor, prefería el café negro, sin azúcar, sin leche.
Podía escuchar las risas de sus otros colegas, algunos estaban empezando turno, otros ya lo habían terminado, se habían marchado a casa, pero a él, le faltaban aún dos horas de servicio.
Escuchó unos pasos detrás de él, conocía de quién se trataba desde que había sido ascendido a Comisionado, solía recibir más trabajo del Comandante Cooper.
–¿Aún sigues aquí? Creí que ya te habías ido. – El hombre le dijo sin una pisca de amabilidad en su voz.
–Me faltan 2 horas, pero en estos momentos estoy tomando café. – Ya se había acostumbrado al carácter del policía.
–Comisionado Elwes, voy a ordenar que te den vacaciones.
–¿Para que? No necesito nada de eso. Yo solo quiero trabajar. – A Matt no le hizo ninguna gracia que le dijera que debía vacacionar, a regañadientes tomaba sus respectivos descansos, sus turnos mixtos eran un tormento para el, solo las citas médicas de su padre, las compras eran lo que lo sacaba de la rutina.
–Sobreexplotarte no va a rendir los frutos que quieres. Algunos aquí sabemos porque te esforzaste tanto para llegar al puesto que tienes. – Dijo finalmente, no podía negar que frente a él estaba un niño, o al menos así lo veía la mayoría.
–¿Qué has dicho?
–El tiempo no se detiene. Es verdad, dime algo. Además de ti ¿Hay alguien más que pueda quedarse con tu padre si falleces por estrés? A tu hermana no las encontrado aún, no creo que quieras que ella te vea enterrado en una tumba si es que la encuentras. – Notó que Matt apretó su puño con fuerza al escucharlo, incluso la taza de café tembló un poco en su mano.
–Yo la encontraré. No dudes que lo haré.
–Eso no fue lo que te pregunté, responde.
–No necesito descansar. Es mi última palabra.
–Llenaré la solicitud de vacaciones. Al terminar tu turno vuelve a casa, le diré al Comandante Bennett que verifique que de verdad lo hagas.
Salió sin esperar mayor respuesta, pero conocía a Matt, sabía que estaba riéndose de las circunstancias, maldiciéndolo en voz baja. Con una sonrisa falsa, que engañaba a la mayoría, pero a él no. Le recordaba a él cuando tenía su edad, nada más que el a esa edad era un oficial, no tenía un puesto tan importante.
Solo esperaba que Bennett llevara a Elwes a casa. De no ser así, el se encargaría de sacarlos a ambos aunque fuera a rastras. Uno por desobedecer y el otro por ser tan terco.
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Se sonrojó al ver la cantidad de fotos suyas en las portadas del periódico por varias razones, en primer lugar se sentía así porque de haberle pasado eso en la organización ya estaría muerta. En segundo lugar había entendido que la familia Potter era una especie de celebridad en ese lugar. En tercer lugar había sido Scorpius quien le había llevado ese periódico, las fotografías se movían, eso era muy extraño porque solo era papel, luego recordó que estaba en un lugar completamente diferente al que estaba acostumbrada a estar. ¿De verdad se veía tan radiante como decían en las fotos?
No le tomaban fotografías con frecuencia, solo era una al año para archivar en el expediente de sus trabajos. Siempre salía en las mismas sin una sonrisa, en realidad los únicos que se reían eran los que disfrutaban del trabajo que hacían. Eran los que menos duraban, eran los más descuidados, casi siempre la víctima lograba derribarlos, y a otros como ella les tocaba terminar el trabajo.
–¡Oye Albus! Llevan una semana saliendo en la portada, parece que a Skeeter le interesa mucho tu vida privada. – Scorpius trató de bromear sobre la situación, sacándola de sus pensamientos.
–Lo se pero no me importa. De verdad Skeeter puede decir todo lo que quiera por primera vez no está mintiendo. Estas fotografías no son falsas. Son reales, en cada una de ellas estoy siendo feliz. – Respondió Albus logrando que Lottie se sonrojara todavía más.
–¡Al! Pero que cosas dices. – Aunque trató de cubrirse el rostro, Albus se lo impidió.
–Solo digo la verdad. No me importa que el mundo entero sepa que estoy enamorado. – Tomó a Lottie de la mano derecha y la besó con delicadeza.
–¡Oigan sigo aquí! Si se van a poner románticos me avisan para irme. – Dijo Scorpius riendo, le daba mucho gusto ver a su mejor amigo feliz, más de lo que normalmente era.
Porque Lottie era muy importante para Albus.
Y aunque Scorpius se negara a reconocerlo también lo era para él.
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Bueno amigos después de tantos meses decidí seguir con la continuación de mi historia.
Espero sea de su agrado, solo quiero hacer el comentario de que los familiares de Lottie: Matt y Edward Elwes aparecerán con mayor frecuencia partir de los siguientes capítulos.
Atentamente,
Sharlotte Soubirous.
