Hola a todos. Aquí llega el capítulo 4.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Episodio 4. La llegada de la Princesa

Tal como Shido recordaba de la serie, acababa de sonar la alarma de terremoto espacial. Todos en la clase parecían tranquilos, ya que sabía que los alumnos eran entrenados frecuentemente en simulacros de situaciones como esta.

Sin embargo, había una persona que estaba bastante alterada.

–¡Calmaos todos! ¡No olvidéis las tres reglas! ¡Una sola fila, firme y ordenada!

La profesora Tamae se movía nerviosamente mientras no paraba de gesticular, enfatizando más lo infantil de su carácter. A pesar de ello, los alumnos se levantaban ordenadamente. Nadie hizo ni siquiera un leve gesto de pánico. Como si para ellos esto fuese lo más normal del mundo.

Todos fueron formando una fila excepto cierta genio peliplateada, que abandonó el aula corriendo en dirección a la entrada del instituto según sabía Shido.

Suspiró. Así que la acción ya había empezado. Ya sabía el objetivo de Origami.

–¿Dónde va Tobiichi? –preguntó perplejo Tonomachi–. Esa es la dirección opuesta a donde está el refugio.

–Ni idea –mintió Shido–, pero no te preocupes, seguro que estará bien.

Los alumnos fueron abandonando el aula en dirección al refugio. Pero había alguien más que tenía otros planes.

Se acercó a Rinne para que fuesen juntos. Pero ella…

–Ve solo. Te lo explicaré después –le dijo en un susurro.

Esto sorprendió a Shido. Pero en ese momento no podía pararse a pedirle explicaciones. El tiempo apremiaba.

–O-Oye, ¿A dónde vas tú también, Itsuka?! –gritó extrañado Tonomachi al verle salir corriendo.

–¡Lo siento, tengo algo urgente que hacer! ¡Seguid sin mí! ¡No os preocupéis, estaré bien! –avisó.

A toda prisa, echó a correr hacia las puertas del instituto, tal como hizo Origami. Por suerte nadie le detuvo, ya que en ese momento la entrada al edificio se hallaba desierta.

No se encontró con la peliplateada, pero tampoco le importó. Si le veía, seguro que se pondría a interrogarle, y tampoco podía permitirse eso todavía. Ya trataría con ella cuando se le presentara la ocasión.

Seguramente habría ido a los cuarteles del AST por su equipo. Se preguntó donde quedarían esos cuarteles, aunque tampoco le iba a servir de mucho en ese momento. Enfrentarse a ellas con su nivel de poder sería una locura. Tan solo esperaba que no se mostraran muy hostiles con su presencia cuando se encontraran.

Sacó el teléfono para consultar la dirección exacta del restaurante familiar. Podría haber usado el posicionamiento GPS del teléfono de Kotori como hizo el protagonista de la historia original, pero prefería usar este sistema. Una vez tuvo la localización exacta, y gracias a los recuerdos de su anfitrión, pudo encontrar fácilmente una ruta a seguir que no le tomara demasiado tiempo. No tardó en echar a correr.

–Me pregunto por qué Rinne no me acompaña –dijo sin esperar respuesta de nadie.

'Para que no detecten su poder', dijo una voz en su mente.

–¿¡Dhoxis!? ¿Estás aquí? –preguntó con incredulidad.

'No olvides que compartimos cuerpo, así que ahora mismo soy como la voz de tu conciencia.'

Shido recordó como en Kingdom Hearts, a Sora y los demás les acompañaba Pepito Grillo, que también era como la voz de la conciencia, así como el registro de sus aventuras.

–Bien, supongo que tu ayuda me vendrá bien. Solo espero que los demás no me miren raro si creen que hablo solo.

La voz de Dhoxis rio.

'Tranquilo, solo hablaré contigo cuando no haya nadie más cerca.'

–Eso me tranquiliza –dijo Shido mientras consultaba de nuevo la ruta–. La gente se extrañaría si empezara a hablar solo de repente, aunque por otro lado muchos de los personajes de esta historia tienen alguna personalidad separada.

'Eso no puedo discutírtelo. Tranquilo, te terminarás acostumbrando.'

–Dejemos eso por el momento –meditó Shido–. ¿Has dicho antes que Rinne no quiere que la detecten? Tiene sentido. Sería difícil ocultar su poder rodeada de las AST. Y probablemente la otra espíritu la vería de forma hostil.

'Solo se preocupa por ti. No quiere complicarte las cosas. Y hablando de gente que se preocupa. ¿No deberías ponerte en contacto con quien ya sabes?'

–Oh, es cierto. Vamos a ver.

Shido echó una mano a su bolsillo. De él extrajo un pequeño auricular inalámbrico de color rojo que puso en su oído.

–Kotori, ¿me recibes?

–¡Ya era hora! –exclamó una voz malhumorada al otro lado de la línea–. Llevo un buen rato tratando de contactar contigo. ¿Por qué el retraso?

–Por si no lo recuerdas, estaba en el instituto. No quería arriesgarme a que nadie sospechara –dijo mientras se percataba que estaba a dos calles de distancia del restaurante–. Habrás visto que tenía razón, ¿no?

–Aún me cuesta creer que hayas podido predecir esto –dijo suspirando–. Pero gracias a tu aviso pudimos prepararnos con más antelación. Ahora mismo estamos justo sobre el restaurante. ¿Cuánto te falta?

–Antes de cinco minutos llegaré –dijo.

–¿Seguro que no necesitas asistencia? –preguntó la voz seria de Kotori–. Si la espíritu se pone violenta y te ataca, podemos sacarte de allí.

–Gracias por preocuparte, Kotori, pero puedes estar tranquila. Sé lo que tengo que hacer.

Mientras llegaba, pudo divisar la habilidad que había adquirido recientemente.

Bloqueo: permite eludir ataques enemigos y contraatacar.

Bien, esto podría ser útil para enfrentarse a los sincorazón. Pero aun necesitaba una mejor arma. Esperaba poder encontrarse una batalla que le permitiese subir de nivel.

Llegó al fin al restaurante. Había sido un viaje muy solitario, ya que al evacuar la ciudad había quedado desierta. Ya había vivido una situación así durante la pandemia que vivió en su mundo. Volver a ver un paisaje así no hacía que se sintiera mejor. Pero al menos no tendría que preocuparse por el tráfico ni por los otros peatones.

Miró al cielo. Había algo que se movía. Parecían figuras humanas con alas, volando.

–Las AST. No pierden el tiempo –observó–. Será mejor que me dé prisa antes que ellas ataquen.

Una luz cegadora empezó a formarse.

–¡Ya está aquí! –exclamó haciendo aparecer su llave espada y cubriéndose con ella.

Lo que siguió fue una explosión ensordecedora, seguida de una potente ola de choque.

Ni con la llave espada pudo protegerse lo suficiente, haciendo que terminara cayendo hacia atrás.

Salud: 70

Tu salud ha caído considerablemente. La potencia del ataque recibido ha desbloqueado la habilidad [Defensor].

Buenas noticias, otra nueva habilidad. Según recordaba, esta era para aumentar la defensa en situaciones límite. Muy conveniente para esta situación.

Pero su energía había bajado a casi la mitad por el impacto. De no ser por haberse cubierto con la llave espada, no habría podido contarlo. Pero eso ahora era lo de menos.

–¿Shido? ¿Shido? ¿Estás ahí?

El choque había sido lo bastante potente para desorientarle por breves momentos. Estaba cubierto de polvo y suciedad. Tenía algunos cortes superficiales. Su cabeza daba vueltas y sus oídos pitaban ligeramente. Entonces levantó la cabeza.

–Sigo aquí, Kotori –respondió mientras se ponía en pie tosiendo ligeramente–. No me esperaba que fuera tan potente.

–No deberías haberte expuesto a eso –le dijo preocupada–. Tal como estás, no podrás soportar más golpes como ese. ¡Tenemos que evacuarte ya!

Escuchar eso le hizo suspirar. Pese a ese carácter serio y autoritario, Kotori se preocupaba verdaderamente por su hermano mayor. Eso lo agradeció, pero no podía retirarse de este lugar.

–Todavía no. No hasta que termine la misión que tengo aquí –dijo con decisión–. No puedo permitirme abandonar.

–Esto es muy extraño. Un ser humano no habría podido resistir ese impacto –dijo Kotori con un tono de incredulidad–. ¿Y qué es esa espada de madera tan rara que llevas en las manos?

–Ahora no tengo tiempo de explicártelo. Pero cuando esto acabe te contaré todo, te lo prometo –le aseguró.

Entonces contempló la dantesca escena. Todo lo que tenía por delante había desaparecido. Parecía como si hubiese caído una bomba atómica.

Tenía ante él un enorme cráter. Recordó haber leído en la novela que era como si hubiese caído un meteorito. Y por lo que pudo comprobar, no exageraba.

Pero lo que de verdad le importó era lo que estaba en el centro de ese cráter.

Era un trono de piedra, como el de los reyes. Y con un pie apoyado en uno de los brazos del mismo, una figura.

Pelo negro. Un vestido hecho de extraños materiales que irradiaba un misterioso resplandor. Una mirada seria.

–Al fin nos conocemos. Princess

Se escuchó el sonido de una notificación.

Misión obligatoria: Una buena primera impresión.

¡Acaba de aparecer ante ti un espíritu! Atrae su atención e incrementa su nivel de favorabilidad por ti. Llega al menos hasta 50 puntos para cumplir la misión.

Recompensa de la misión: 100 XP.

Esto le dejó perplejo. ¿Tenía que atraer la atención del espíritu ya? En la serie eso ocurría un poco más tarde. Al menos no debía llegar a la puntuación necesaria para el sellado. Pero, ¿cómo iba a hacerlo?

Pensaría en esto después. Ahora lo que importaba era entablar conversación con ella.

Ella miró a su alrededor, reconociendo el lugar donde se encontraba. Entonces se volvió hacia donde estaba él.

De un salto, trepó a lo alto del trono y asió un mango que sobresalía del respaldo. Tiró de él hasta sacar una enorme espada y acto seguido pegó otro salto y atacó con ella.

Shido volvió a cubrirse con la llave espada. Otra potente onda de choque lo golpeó, volviendo a tirarle al suelo.

Acababa de recibir otro golpe. Había sido tan potente que ni con su habilidad [Bloqueo] pudo esquivarlo. El cuerpo le dolía horrores, pero tenía que ser firme. Había resistido esta vez, pero estaba seguro de que no podía aguantar otro golpe más.

Apareció ante él otra notificación que confirmó sus sospechas.

Salud: 19

Por efecto de [Defensor] el daño se ha reducido a la mitad.

¡Tu energía está en zona roja! [Límite] desbloqueado.

Esta nueva notificación le sorprendió también. El [Límite] era una habilidad de Kingdom Hearts: 358/2 Days, que hacía que si la energía era muy baja, podía lanzar un gran combo de ataques. Pero era inútil en esta situación, ya que no quería pelear contra ella.

Si no tenía cuidado, podría no sobrevivir a esto. Había perdido casi toda su energía, y no tenía a mano magia curativa ni objetos para recuperar salud, como las pociones (¿Existirían en este mundo?). Como pudo, se levantó apoyándose en la llave espada.

Miró detrás de él. Los árboles, señales y demás habían sido cortados por el ataque de aquella espíritu. No quería imaginar lo que le hubiera pasado de no haberse protegido con la llave espada.

En su momento le pareció impresionante cuando vio la escena en el anime. Pero vivirlo en persona era una situación que le estaba poniendo nervioso. Esto era una situación de vida o muerte. Por mucho que tuviera los poderes curativos de Shido, no tenía claro qué le pasaría si su valor de [Salud] llegaba a cero.

Su instinto primario le decía que huyera, que debía salvar su vida. Pero eso no era una opción. Tenía una misión que cumplir. Tenía que ayudar a Princess.

–Tú también, ¿verdad? –dijo una voz cansada.

La espíritu estaba ahora frente a él, apuntándole con la espada.

En ese momento pudo verla en detalle. La descripción de la novela no se equivocaba. Verdaderamente su rostro desprendía belleza y dignidad. Ahora entendía lo que debió sentir Shido cuando se encontró con ella por primera vez. Era realmente hermosa.

Lo era tanto que era incapaz de apartar sus ojos de ella. Aunque puede que también se debiera a que temía que si lo hacía, ella le terminara atacando de nuevo. Sin embargo, ella no le devolvía la mirada.

Al mirarla, también apareció junto a ella un indicador.

Espíritu: Princess

Nivel de favorabilidad: 0 puntos.

Esto debía ser el indicador que decía la misión. Llegó el momento. Tenía que hacer como el protagonista en el anime.

–Te estaba esperando. ¿Cuál es tu nombre?

Ella solo miró hacia abajo.

–…Yo no tengo tal cosa.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Hola de nuevo. Después de tres capítulos, aquí tenéis el debut de la primera de las espíritus, Princess.

Estoy usando habilidades de diferentes juegos de Kingdom Hearts. No usaré uno concreto porque hay varias cosas que me gustaría incluir.

Esto es todo por ahora. Nos veremos en el siguiente episodio.