¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Ahora iniciamos con este segundo arco. Habrá un gran avance a partir de ahora, asi que espero que disfruten los pocos capítulos que quedan hasta que llegue el día Z.
Antes de comenzar, me gustaría contestar una review:
Charles30: Entiendo lo que quieres decir, pero esta es una historia donde la pareja principal es única (es decir que no habrá harén). Con respecto a Hirano, ya he tomado una decisión. Pero, como dije antes, Hirano y Saya ya es una pareja confirmada.
Sin nada más que agregar, es hora de comenzar.
¡Disfruta!
El sonido de la madera chocando resonaba sobre el parque. Los pasos acelerados iban y venían mientras sus dos espectadores observaban sentados en el verde césped desde la sombra de un árbol.
El último choque entre las katanas de madera fue más fuerte, obligando que Takashi diera varios pasos hacia atrás para recuperar su postura. Mientras tanto, Saeko lo observaba con cuidado, su mirada analítica indicaba que no estaba tomando esto como un simple juego, aunque tranquilamente podría hacerlo.
Takashi se quitó el sudor de la frente, siendo acompañado de un suspiro para regular su respiración. Ese pequeño momento de descanso le permitió entregarle una sonrisa a su maestra, quien respondió de una manera bastante particular cuando alzó la katana sobre su rostro, indicando que estaba preparada para continuar.
Ambos se enfrascaron en su pequeño combate una vez más mientras que Saya y Hirano los miraban.
"Es sorprendente que haya mejorado tanto. Incluso ya puede soportar el nivel de Saeko-san." Comentó Hirano, para luego volver su mirada al libro que estaba leyendo.
"Saeko ni siquiera lo está tomando en serio. Pero es cierto, ha mejorado mucho." Saya asintió de acuerdo con el gordito. "Y si estás tan desocupado, podrías usar ese tiempo para leer algo de utilidad." Comentó Saya con ligero disgusto al ver como Hirano estaba muy compenetrado en su libro de rifles. "Ojalá le prestaras esa atención a las clases…" Comentó por lo bajo, ganándose una mirada confundida de Hirano, quien no la había escuchado por estar tan concentrado.
"¡Hagg!"
Ambos se distrajeron cuando escucharon el grito, pero no se sorprendieron.
No era una sorpresa para ellos ver como Takashi tenia su trasero en el suelo.
"¿Te rindes?" Preguntó Saeko cuando colocó la katana sobre la cabeza de Takashi.
"Un intento más." Respondió el joven cuando se puso de pie, recibiendo un leve asentimiento por parte de Saeko, quien le sonrió dulcemente al notar su gran convicción.
Takashi le respondió con su típica sonrisa competitiva. Saya y Hirano observaron la interacción silenciosa de ambos sin decir una palabra, hasta que reanudaron su combate.
"Ya ni siquiera necesitan hablarse para entenderse. Que envidia." Pensó Hirano en voz alta, haciendo que Saya frunciera un poco el ceño.
"Tienes razón. Cuando se conocieron eran muy unidos, creí que no podrían acercarse más. Pero estaba muy equivocada. No sé cómo describirlo, pero…"
"Son como almas gemelas." Hirano cerró la idea de Saya, recibiendo un asentimiento por parte de ella.
Hirano la observó sin llamar su atención, notando como la joven se veía un poco frustrada ante la relación que Takashi y Saeko habían construido. Sabia a la perfección lo que significaba esa mirada, por lo que solo atinó a volver a centrarse en el libro para no molestarla.
"Los triángulos amorosos son complicados." Pensó el gordito mientras se frotaba la mejilla.
"Solo me pregunto cuando esos dos se darán cuenta…" Susurró Saya, para luego comenzar a toser.
"¿Estás bien?" Hirano bajó un poco su libro al notar el leve malestar de su amiga.
"Solo es un poco de tos, estoy bien." Comentó ella, restándole importancia.
"Bueno, espero que tengas razón…" Comentó Hirano cuando se inclinó de hombros. "El evento de otoño es mañana y sería una lástima que no puedas asistir."
"Vamos, solo es un poco de…" Saya no pudo cerrar su frase cuando volvió a toser.
Hirano la miró con ligera preocupación.
"¡Hugg!"
Aunque esa preocupación se desvaneció al ver como Takashi volvía a caer al suelo.
_ COMIENZO DE ARCO-CAPÍTULO 6: ¡EL EVENTO DE OTOÑO! _
80 días para la caída de Japón.
Todos los alumnos se encontraban en el patio de la Academia, en donde se encontraban divididos por los diferentes cursos a los que pertenecían, al igual que sus divisiones. Todos prestaron atención cuando los profesores salieron desde la puerta principal, formando una pequeña fila horizontal frente a todos los alumnos.
"Este año nos encontramos aquí para festejar el aniversario numero 45 desde la construcción de nuestra querida institución. Justo coincide con el primer día de otoño, por lo que decidimos denominar esta fecha como "el evento de otoño"." Comentó una profesora pelirroja que se encontraba al frente de los demás profesores, estaba leyendo un pequeño papel para dar su discurso. "Explicaré cómo funciona este evento una última vez para los de primer año, quienes nunca lo practicaron…" Comentó, alzando su mirada del papel. "Hemos asignado a los de tercer año como los buscadores. Ellos han escondido los papeles de los fugitivos en zonas designadas donde tendrán que buscarlos, encontrarlos y esconderse hasta que la hora de búsqueda termine. En un principio cada grupo buscador estará asignado a sus propios fugitivos. Como ya saben, los grupos pueden estar conformados de un máximo de tres integrantes. Los buscadores podrán reasignarse a otro equipo aliado si es que logran atrapar a los grupos fugitivos designados." La profesora volvió la mirada al papel. "Como cada juego de escondidas, hay una regla puntual: el tiempo. Todos los fugitivos tendrán una hora de ventaja para llegar a las ubicaciones de sus respectivos papeles. Otra regla muy importante es que no deben quitarse la cámara que les entregamos, ni mucho menos apagarlas." Ese comentario hizo que la gran mayoría mirara las pequeñas cámaras que estaban instaladas sobre su traje de academia. "Estas nos mostrarán su recorrido y nos permitirán saber si siguieron las demás reglas correctamente. Dichas reglas son que no tienen permitido usar ningún tipo de vehículos o esconderse en ellos, al igual que esta prohibido entrar en casas, mercados, otras escuelas o academias, entre otras instituciones." La mujer terminó de relatar las reglas, por lo que no tardó en alzar su mirada. "¿Tienen alguna pregunta?" La profesora se cruzó de brazos, viendo como alguien levantaba la mano.
"¿Y como sabemos que los de tercer año cumplieron con las reglas y escondieron los papeles?"
"Cada grupo fue escoltado por un profesor, por lo que evitamos que hubiera trampas." Comentó la profesora. "Viendo que no hay más preguntas, iré a la parte final de la explicación." Declaró, llevando la mirada al papel una última vez. "El premio son todas las cuotas voluntarias que se han reunido el mes anterior de cada estudiante que ha decidido participar. Si los buscadores logran encontrar a todos los fugitivos, ellos se dividirán el millón y medio de yenes entre cada estudiante ganador."
La cifra descomunal hizo que más de una jadeara.
"Investigué sobre este evento, y es la primera vez que escucho de una cifra tan alta." Uno de los tantos alumnos comentó, logrando que Takashi y Hirano se miraran entre sí, quienes claramente se veían igual de afectados ante lo descubierto.
"¡Son más de diez mil putos dólares!" Hirano se emocionó de más y dejó ir una mala palabra, ganándose varios asentimientos por parte de Takashi.
"Si es que algún grupo de fugados logra mantenerse oculto hasta la fecha límite, entonces el premio se dividirá entre los ganadores." Comentó la profesora, alzando su mirada una vez más. "La fecha limite ha cambiado por los recientes grupos peligrosos que se han visto en la noche, por lo que ahora será hasta las 10 de la noche y no hasta las 12." Concluyó, mirando su reloj. "El juego comenzara una vez que sean las 10 de la mañana. Todavía faltan diez minutos, por lo que me gustaría aprovechar este momento para que el grupo de buscadores entregue las pistas." Una vez dicho eso, los diferentes grupos de tercer año se acercaron a sus juniors, entregándoles diferentes notas.
"Es una lastima que Saya se haya enfermado justo hoy. Sería de gran ayuda." Comentó Takashi con cierto pesar por su amiga mientras veía como Saeko estaba entregando unos mapas junto a dos mujeres.
"Ni lo menciones…" Comentó Hirano, un poco abatido al notar que podrían ir con desventaja.
"¡Hola, muchachos!" Ambos fueron sacados de su pequeña charla cuando Yuki se presentó enfrente de ellos con una nota.
En ese preciso instante sabían que estaban jodidos.
"Oh, gracias…" Comentó Takashi torpemente cuando tomó el papel, o eso intentó, ya que Yuki lo estaba agarrando muy fuerte.
"Ahora podré vengarme de lo que le hicieron a Eiji-kun." El tono dulce de la mujer fue opacado por como se deformó su rostro a la hora de mirar a Takashi con una sonrisa asquerosa que indicaba que quería hacerlo sufrir.
Ella lo estuvo mirando así por unos segundos que fueron realmente largos para Takashi, hasta que la mujer volvió a su expresión "adorable" habitual.
Una vez que Takashi tuvo la pista en sus manos se secó el sudor al ver que la mujer se alejaba, algo que Hirano notó.
"Mira esto." La expresión tensa de Takashi se desvaneció al notar el área del mapa que estaba marcada.
"Ese es el barrio de Saya." Comentó Hirano con cierta emoción ante la idea de ver como era la casa de su amiga.
"Espera, ¿Cómo sabes que allí vive ella?" Preguntó Takashi con gran confusión, notando ese punto bastante importante.
"Lo sé gracias a su madre." La respuesta del gordito solo hizo que Takashi lo mirara con aún más extrañeza.
"¿Tienes idea de lo mal que suena eso?" La pregunta del protagonista hizo que Hirano frunciera el ceño con incertidumbre, ya que realmente no lo entendió.
"Volviendo al tema principal, estoy seguro que esa mujer nos hizo el trabajo imposible…" Comentó Hirano, observando como Yuki hablaba con las gemelas a los lejos, y su rostro se puso un poco pálido al notar como las tres lo miraron con una sonrisa espeluznante.
"No te preocupes, lo encontraremos." Comentó Takashi, su mirada estaba mucho más centrada en Saeko, quien parecía estar buscándolo con la mirada.
Una vez que sus ojos se encontraron, la bella adolescente le entregó una linda sonrisa. Ella movió sus labios con lentitud para que Takashi pudiera entender lo que decía.
"Buena suerte."
Takashi tan solo sonrió al entender las palabras silenciosas, entregándole un leve asentimiento a su mejor amiga, quien tan solo ensanchó la sonrisa como respuesta.
"Solo quedan 30 segundos." Las palabras de la profesora hicieron que todos se pusieran tensos.
En el momento que se prepararon para salir corriendo, tanto Takashi como Hirano sintieron como todas las miradas estaban enfocados en ellos.
Eso hizo que comenzaran a sudar tras notar que eran el principal objetivo de los que se encontraban en tercer año. En especial, de los hombres.
"He aquí otra desventaja de ser amigo de Saeko." Pensaron ambos al mismo tiempo, sintiendo como las miradas pálidas intentaban perforarlos desde la espalda.
"10"
"9"
"8"
Todos los alumnos reforzaban sus posturas como si estuvieran a punto de comenzar un maratón.
"7"
"6"
"5"
"¡Espera un momento! ¡El barrio de Saya está a la otra punta de la ciudad!" Exclamó Hirano con mucho miedo.
"4"
"3"
"¡¿Y que sucede con eso?!" Gritó Takashi.
"¡No soy tan rápido!" Gritó el gordito con lagrimas cómicas saliendo de sus ojos.
"2"
"1"
"¡A la mierda!" Gritó Takashi cuando tomó de los hombros a Hirano sin previo aviso.
"¡CORRAN, BUSQUEN Y OCULTENSE!"
Gritó la profesora, para que luego usara un silbato que resonó sobre toda la academia.
Todos los grupos de alumnos comenzaron a correr lo más rápido posible ante la atenta mirada de los profesores y los de tercer año. Aunque rápidamente todos se quedaron sin habla al ver como un grupo bastante singular estaba comenzando a superar a todos por su gran velocidad.
"¡UUUUUUAAAAAAAAHHHHH!"
"¡CUATRO CUADRAS RECTO Y LUEGO DOBLA A LA IZQUIERDA! ¡ESOS DIEZ MIL DOLARES SERÁN NUESTROS!"
Todos observaron completamente atónitos como Takashi era el primero en salir de la verja a una gran velocidad mientras tenía a Hirano montado sobre su espalda con el mapa en las manos.
Saeko fue la primera en desaturdirse ante semejante escena, quien apenas fue capaz de soportar la risa ante lo presenciado.
_SALTO DE LINEA_
Ciudad de Tokonosu
Una hora más tarde…
"¿Te encuentras mejor, Saya-chan?" Comentó la madre de la joven, ganándose una mirada agotada de su hija.
La mujer poseía un cabello largo de color purpura y los ojos del mismo color. Ella cuenta con una figura esbelta y cuenta con un vestido de estilo aristocrático que consiste en un fino vestido de color rojo y una tela blanca que envuelve sus brazos. Y como no, era muy fácil de notar de donde Saya había heredado sus grandes pechos.
"Solo es un simple resfriado, Yuriko." Comentó Saya con desdén cuando escupió el termómetro.
"¿Alguna vez volverás a llamarme madre? Desde que llegaste a tus días, te has vuelto demasiado fría." Comentó Yuriko con una lagrima fingida.
"¡Mamá! *¡Cof! ¡Cof!*" Una tenue sonrisa surgió en la madre al notar como había logrado su objetivo.
"Ya, ya…" Yuriko colocó una mano sobre la cabeza de su hija para tranquilizarla. "No debes gritar en esas condiciones, querida…"
"¿Hola? ¿Yuriko-san?"
La charla de madre e hija se vio interrumpida cuando el celular de Yuriko se encendió repentinamente.
"¿Alguien está en el portón? No esperaba visitas." Comentó la mujer con ligera intriga cuando prendió el celular.
Su rostro se iluminó al ver de quienes se trataban.
"¿Sucede algo?" Saya observó a su madre con mucha intriga al ver su cambio de expresión.
"¡Tus amigos vinieron a visitarte!" Exclamó la mujer con emoción cuando le mostró el celular a su hija, viendo como Hirano y Takashi esperaban afuera de la gran mansión.
"¿Qué hacen esos dos idiotas aquí? ¿Acaso saben que meterse a la casa de alguien es descalificación directa?" Comentó Saya con el ceño fruncido.
"¡Vamos, no seas así! ¡Seguro vinieron aquí para darte un saludo rápido!" Exclamó Yuriko con un tenue puchero. "¡Ahora mismo voy a recibirlos!" Su expresión cambio a una mucho más relajada y formal cuando habló a través del micrófono del portón, recibiendo un asentimiento de los dos jóvenes.
"¿Ahora me dirás por qué motivo conoces a la madre de Saya?" Preguntó Takashi, rompiendo ese leve silencio que se había impuesto entre ellos.
"Es una larga historia. Puedo contártela cuando ya hayamos ganado los diez mil dólares." Comentó Hirano, haciendo que Takashi alzara una ceja.
"¿Sabes que todo esto es extremadamente sospechoso?"
"¿Qué?" Hirano lo miró sin entender, aunque la mirada de Takashi fue más que suficiente para que comenzara a comprender lo que él estaba pensando, por lo que no tardó en ponerse a la defensiva. "¡Wow, wow, wow! ¡Conozco a la madre de Saya por la pasantía a Estados Unidos! ¡No sé que diablos te estás imaginando, pero definitivamente no es nada de eso! ¡Recuerda que su esposo es el gran Souichiro!"
"Si, definitivamente fue un gran agente especial, al igual que ella. Pero no puedo decir que sea el mejor esposo y padre." El comentario de Takashi llamó la atención de Hirano.
"Ahora tú eres el que está diciendo cosas raras." Comentó Hirano con los ojos entrecerrados.
"No estoy diciendo nada raro. Saya me contó que su padre la descuidó muchísimo y que en todas sus misiones siempre se acostaba con mujeres." Declaró Takashi cuando se inclinó de hombros.
"¿Eso no es parte de lo que necesitas para completar la misión? Ganarte la confianza de un objetivo secundario para completar el objetivo principal es muy importante. Especialmente si hay información de por medio." Comentó Hirano, como si eso fuera lo más normal del mundo.
"¿Crees que es necesario hacerlo todas las veces e incluso con mujeres que no tienen nada que ver con la misión?" En esta ocasión el gordito se quedó callado, ya que no había forma de defenderlo.
"Yo era muy gran fan de él…" Comentó Hirano muy desilusionado al descubrir el tipo de hombre que es, o, mejor dicho, era uno de sus héroes.
"¿Y que hiciste en Estados Unidos? Nunca me contaste nada sobre eso." Comentó Takashi, cambiando el tema de la conversación.
"No es una historia muy entretenida. De hecho, fueron años muy monótonos y aburridos para alguien que no es aficionado a las armas y el entrenamiento militar." Comentó Hirano sin darle mucha importancia, ya que no esperaba que su amigo se interesara en algo como ello.
"¿Entrenamiento militar?" Demostrando que estaba confundido, Takashi mostró bastante interés en su historia.
"Si tantas ganas tienes de escuchar, todo comienza cuando…"
"¡Muchachos!" Hirano fue interrumpido cuando Yuriko fue corriendo a la verja mientras esta se abría manualmente.
Una vez que estuvo en frente de ellos, la mujer los miró de pies a cabeza, como si hubiera algo realmente interesante en ellos.
"Hace mucho tiempo que no te veía, Takashi. Procura pasar más seguido por mi hogar. Sabes que eres bienvenido." Comentó la mujer con una sonrisa, ganándose un leve asentimiento por parte de Takashi.
"A pasado un tiempo, señorita Takagi." Hirano hizo una pose militar, haciendo que Yuriko lo mirara con una risita.
"Cuando nos conocimos en ese momento ya estaba retirada, e incluso después de un año sin vernos sigues mostrando un respeto innecesario." Comentó la mujer mientras se frotaba el mentón, ya que lo estaba observando con mucha profundidad. "No has cambiado nada." Concluyó con una sonrisa.
"¡Usted tampoco! ¡Sigue tan hermosa y radiante como siempre!" Hirano se vio en la obligación de reforzar su postura, ganándose un tenue rubor por parte de la mujer mientras intentaba cubrir su risa.
"De verás, no has cambiado nada…" Yuriko se acercó hasta agacharse frente a él a pocos centímetros de su rostro, haciendo que el gordito se pusiera un poco nervioso. "Espero que sigas igual cuando te conviertas en un hombre y te unas al ejército." Concluyó cuando lo tomó del hombro con una dulce sonrisa.
"¿Cómo se encuentra Saya?" Preguntó Takashi, ganándose la atención de los dos presentes.
"Ella está un poco enferma y no puede salir. Por eso vine hasta aquí con esto." Yuriko mostró su celular, revelando que Saya estaba del otro lado de la pantalla gracias a una videollamada.
"¿Les asignaron este lugar? ¿Ya encontraron la nota?" Comentó la adolescente con su siempre ceño fruncido.
"También es bueno verte, Saya." Comentó Takashi cuando alzó su mano como gesto de saludo. "Y respecto a tu pregunta, apenas hemos llegado. Ya buscamos por muchos lugares, y aunque tu barrio prácticamente solo esté compuesto de tu gran mansión, no encontramos nada en el exterior."
"Y como si no fuera poco, Yuki fue a quien nos asignaron." Hirano cerró la idea, notándose un poco abatido ante ese dato.
"¿Esa idiota? Su cerebro no es más grande que la novena pata de una araña." Comentó Saya despectivamente.
"Pero una araña solo tiene ocho patas…" Comentó Takashi sin entender el punto.
"Ese es el punto." Comentó Saya, haciendo que ambos hombres se frotaran el cabello al no entender la obvia insinuación de su amiga. "Escuchen…" Saya se colocó una mano sobre su mentón cuando frunció aun más el ceño. "Si eres una idiota descerebrada que quiere hacer sufrir a dos personas que los trata como basura, ¿dónde escondería ese papel?"
"Oh, supongo que esa joven es una malcriada si piensa en ustedes como basura." Comentó la madre de Saya con el ceño fruncido tras escuchar toda la conversación.
"¡Espera! ¡Repita eso!" Takashi la miró con los ojos ensanchados.
"¿Mocosa malcriada?"
"¡No, lo otro!"
"¿Basura?"
"¡Exacto, el contenedor!" Exclamó Takashi cuando apuntó al contenedor de basura, haciendo que Hirano chocara su puño con su mano ante la revelación.
"¡¿Cómo no lo había pensado antes?!" Exclamó el gordito cuando se dirigió al contendor, ni siquiera tuvo que rebuscar para sacar un papel con pegatinas y brillitos.
Takashi se acercó para leer lo que decía la nota, y ambos leyeron al mismo tiempo:
"Ni siquiera sé por qué estoy escribiendo esto, debido a que el gordo idiota y el flacucho inútil no son capaces de juntar dos más dos. Pero en el extremo caso muy raro de que lo hayan encontrado, ¡felicitaciones! ¡Ahora esperen a que llegue para atraparlos y burlarme de ustedes!"
Hirano y Takashi se miraron en silencio tras terminar de leer la nota.
"¿Ahora donde piensan esconderse? Ella y su grupo ya está en camino." Comentó Saya, sabiendo que no había ningún lugar cercano adecuado como para esconderse.
En ese momento, Takashi bajó la mirada hacia un punto en concreto. Hirano siguió su mirada, y no tardó más de un segundo en saber lo que estaba pensando.
"Lo había pensado cuando veníamos hacia aquí…" Comentó Takashi cuando camino hasta la mitad de la calle, siendo seguido por Hirano y una curiosa Yuriko.
"¿Estamos pensando lo mismo?" Preguntó Hirano cuando se agachó frente a la tapa de alcantarilla.
"Definitivamente." Respondió Takashi cuando se agachó frente a él.
"Tienes que estar bromeando…" Saya se tapó la nariz involuntariamente al presenciar el obvio plan de sus amigos.
"Técnicamente esto no cuenta como institución, negocio, o lo que sea. Por lo que no estamos rompiendo las reglas, ¿cierto?" Comentó Takashi cuando tomó la tapa y la jaló con ayuda de Hirano.
"Hubiera deseado que se me ocurriera esta misma idea en mi época de estudiante." Comentó Yuriko con los ojos ensanchados.
"¿Estás loca?" Saya despotricó con los ojos en blanco.
"Nos vemos cuando ganemos el premio, Saya." Comentó Takashi con una media sonrisa cuando comenzó a bajar las escaleras junto con Hirano.
En ese momento, Saya se palmeó el rostro cuando un escalofrió asqueroso adornó su cuerpo. Entonces, solo un pensamiento dominó su mente:
"Menos mal que me enfermé hoy…"
_SALTO DE LINEA_
Alcantarillas
Unos minutos más tarde…
Después de haber bajado y agradecido la ayuda de Yuriko cuando cerró la tapa, Takashi y Hirano estuvieron caminando en el oloroso sitio sin rumbo alguno con las linternas de sus celulares.
"Dudo mucho que nos encuentren por aquí. Especialmente porque no creo que nadie se le ocurra o se atreva bajar aquí." Comentó Hirano, observando el oscuro lugar, sus oídos estaban repletos por esa constante agua que se transportaba a su costado.
"Creo que ya estoy acostumbrándome un poco al olor." Comentó Takashi. "¿Trajiste suficientes provisiones? No saldremos en un buen rato." Concluyó, observando la mochila bastante llena que tenía Hirano sobre su espalda.
"Diría que sí, pero no abusemos." Respondió el gordito mientras seguía el caminar junto a su amigo.
Unos segundos de un silencio relajante se instalaron en ambos, hasta que finalmente Takashi reanudó la conversación:
"¿Me seguirás contando tu historia en Estados Unidos?"
"Pensé que ya lo habías olvidado." Comentó Hirano con una sonrisa nerviosa, que no tardó en transformarse en una mirada algo nostálgica. "Fui allí cuando tenía 12 años. No estaba solo, un gran grupo fue asignado como nuevos cadetes al igual que yo, todos éramos voluntarios. Eran hombres y mujeres que tenían alrededor de unos 16 a 21 años."
"Es decir que eras el más joven con diferencia." Comentó Takashi, ganándose una sonrisa por parte de Hirano.
"Eso es lo que sucede cuando estás obsesionado con las armas desde joven. Quería alistarme al entrenamiento cuando solo tenía diez, pero me dijeron que esperara dos años más como mínimo."
"¿Y donde se hizo la estadía?"
"Fue en un bosque. Eran varias cabañas, recuerdo que hacia un frio que te calaba los huesos."
"¿Cómo hacían en invierno? Tengo entendido que allí la nieve es algo muy regular."
"Nos acurrucábamos con mi maestra frente a la chimenea mientras ella me contaba historias y nos reíamos."
"¿Solo ustedes dos? ¿Qué sucedió con los demás?"
"Ellos abandonaron el campamento en el primer mes cuando llegaron los suministros. Recuerda que era algo a elección, por lo que nadie estaba obligado a quedarse."
"Me lo describes como si fuera el Infierno en la tierra."
"Lo era. El clima era extremadamente hostil, la soledad del bosque también era algo poderoso y la gran exigencia y malhumor que tenía mi maestra en los primeros dos meses hacia que la estadía sea una completa pesadilla."
"Supongo que tu sueño es mucho más fuerte que cualquier tipo de pesadilla."
"Estás en lo correcto. Eso fue lo que me ayudó a mantenerme fuerte. Además, ya estaba al tanto de esto. Sabía que cuando te entrenan para ser un militar debes acostumbrarte a que te miren desde abajo y recibir un castigo muy severo por cada estupidez que hagas. Después de todo, te están preparando para la guerra. Lo que más debes fortalecer es tu mentalidad. Pero no es sencillo, y por eso es que todos terminaron abandonando el campamento."
"Definitivamente suena como una verdadera pesadilla."
"Por suerte la mentalidad es de lo primero que ganas en ese lugar. A partir de ese momento mi maestra comenzó a ser mucho más amable conmigo, aunque eso no quitaba el hecho de que los entrenamientos eran la misma representación del Infierno en la tierra, tal y como dijiste."
Hirano se rio ante los recuerdos, algo en que Takashi lo acompañó. Eso propuso un pequeño descanso en la gran charla amena que ambos habían construido.
"¿Y que hay de tu maestra?" Preguntó Takashi, reanudando la conversación.
"Una vez que terminé mi campamento a los 16, ya no supe más de ella. Lo que si puedo decirte es que era una mujer increíble. Nunca antes había conocido a alguien que tuviera una puntería tan excelsa como la mía, hasta que la conocí. Además, ella era una belleza de 24 años cuando apenas la conocí." Hirano cerró sus pensamientos con una sonrisa algo tonta en su rostro.
"¿Eh? Supongo que ese fue el otro motivo por el que te quedaste." Takashi decidió burlarse un poco de su amigo, haciendo que Hirano se pusiera un poco incómodo.
"Te mentiría si dijera que no. Además, ella se portó muy bien conmigo durante esos cuatro años. Y supongo que no teníamos más opciones que llevarnos bien, ya que solo éramos nosotros dos y Yuriko, quien traía los suministros cada cierto tiempo y solo se quedaba unos días."
"De ahí es donde conoces a la madre de Saya." Comentó Takashi, recibiendo un leve asentimiento por parte de Hirano.
"En general, esa es la historia. Hondar en más detalles podría ser algo aburrido y demasiado largo." Hirano concluyó la historia, ganándose un asentimiento por parte de Takashi.
Ambos estuvieron caminando en silencio por varios segundos, hasta que Takashi decidió hacer una última pregunta:
"Y, hum… ¿cómo se llamaba tu maestra?"
"Su nombre era Rika, Rika Minami." Comentó Hirano con una sonrisa al recordar a su maestra.
"Ya veo…" Comentó Takashi, guardando un silencio algo incómodo.
Así estuvieron por varios segundos, hasta que…
"Y, bueno…Ya sabes…"
"¿Sabes qué?"
"Estuvieron 4 años solos. No creo que solo haya sido tu maestra en todo ese tiempo."
"¡¿Qué?! ¡Takashi, tenía 12 años!"
"Ya lo sé, pero te fuiste cuando tenías 16, solo pensé que…"
"¡Demonios, no!"
"Está bien, tampoco te pongas tan nervioso. Solo era una pregunta…"
_SALTO DE LINEA_
Alcantarillas
Algunas horas más tarde…
"Ya estoy cansado de caminar." Comentó Takashi con una expresión de completo aburrimiento en su rostro.
"No falta mucho tiempo para que se cumpla el horario." Comentó Hirano cuando miró su celular, que indicaba las 18 horas. "Por cierto, ¿cuánta batería tiene tu celular?"
"Está a punto de morirse." Comentó el protagonista.
"De acuerdo, eso podría ser un problema…" Comentó Hirano con ligero nerviosismo al saber que dentro de muy poco iban a estar completamente a oscuras.
"¿Quieres comer algo? Aprovechemos a apagar los celulares y ahorrarnos algo de batería. Además, hace un rato que me muero de hambre." Comentó Takashi cuando se sentó en el suelo húmedo.
"Es una buena idea." Hirano se sentó al lado de su amigo mientras abría su mochila, buscando diferentes snacks y bebidas.
"¡Buen provecho!" Ambos chocaron las cajas de jugo antes de apagar sus celulares.
Pero justo cuando lo hicieron, ambos no tardaron mucho tiempo en enterarse de algo realmente extraño.
"¿Qué diablos es eso?" Takashi señaló el lugar a la lejanía.
"¿Eso es luz? ¿Por qué hay luz en las alcantarillas?" Preguntó Hirano con algo de miedo.
"¿Alguien habrá tenido la misma idea que nosotros?" Preguntó Takashi, intentando encontrarle el lado lógico.
"Es muy poco probable." Hirano se puso de pie, devorando otra papa frita. "¿Lo comprobamos?"
Takashi se inclinó de hombros, indicando que la idea no le molestaba. Pero justo cuando iba a encender su linterna, Hirano lo detuvo con su mano. El protagonista lo miró, viendo como este negaba lentamente con su cabeza.
Eso fue más que suficiente para saber que tramaba, por lo que ambos juntaron sus cosas y comenzaron a caminar hacia la luz.
El camino fue mucho más largo de lo que habían pensado. El ruido constante de las gotas cayendo y otros sonidos extraños hicieron que Hirano comenzara a acobardarse por culpa del extraño fenómeno que cada vez se hacía más presente.
Era algo normal.
Quiero decir, ¿quien no tendría miedo de caminar en unas alcantarillas completamente a oscuras mientras sigues una luz sin explicación aparente?
Incluso Takashi comenzó a sentirse incomodo, por lo que la caminata de ambos se transformó en una especie de misión encubierta a medida que la luz se hacia más brillante, por lo que no tardaron mucho en ir en cuclillas.
Ambos se detuvieron justo sobre una esquina, y de inmediato sabían que no se trataba de algo sobrenatural. Lo que si realmente los confundió a ambos fue otra cosa.
"No creo que esto sea la estructura de una alcantarilla." Susurró Takashi ante el cambio tan drástico de dirección, sumado al hecho de que las paredes de piedra ahora eran de acero y otros componentes muchos más densos.
Ambos asomaron su rostro de la manera más disimulada posible, y sus ojos se ensancharon a más no poder por lo que vieron.
Eran cajas.
Docenas y docenas de cajas de madera selladas con un contenido desconocido. Y lo que era más raro, es que no había nadie custodiándolas.
"¡Oye, Takashi! ¡Takashi!" Hirano susurró con muchos nervios al ver como Takashi se levantaba y se acercaba a las cajas.
"¿Qué es todo esto?" Se preguntó el joven cuando posó una mano sobre la superficie de una de las cajas.
"No es solo eso." Hirano se puso a su lado, para luego señalar un punto en concreto. "Mira."
Takashi se quedó en completo silencio al ver diferentes mesas y camillas, también había muchas puertas que conducían a lugares desconocidos.
"Esto es…" Comentó Takashi.
"Un laboratorio. Un laboratorio militar." Hirano cerró la idea de su amigo, observando el enorme logotipo del ejercito japones sobre el techo.
"Y definitivamente no tienen que estar aquí."
Tanto la piel de Hirano como la de Takashi se erizaron tras escuchar una vos sobre sus espaldas.
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Espero que lo hayan disfrutado!
A diferencia de los otros capítulos, este fue algo más profundo y pesado. Primero narrando la historia de Hirano, y ahora con este final inesperado.
Intentaré avanzar rápido con las actualizaciones para que este cliffhanger no duré mucho tiempo.
Una última cosa: recuerda seguirme en Patre-on para estar al tanto de todos los nuevos capítulos o anuncios importantes que haga sobre mis historias, entre otras cosas. No habrá otro lugar en el que te mantengas más informado. También puedes volverte miembro si así lo deseas, y no solo sería una ayuda monetaria, ya que también podrás pedir un capítulo doble de las historias que actualmente estén en desarrollo. Lo único que debes hacer es buscarme como "Jyanzein".
Ahora sí, me despido.
¡Muchas gracias por leer!
