El maestro de Yuzu, Akamaru Akaza había llegado a Edo luego de mucho tiempo de estar en el extranjero, pero no solo la gata mágica lo recibió como se debía, sino varias personas más.
Muchos de los estudiantes que fueron amaestrados por el peli rojizo lo recibieron como se debía. No solo había algunos humanos, sino que otras especies, en especial gatos mágicos los cuales abundaban ahí.
No obstante, esta vez habría un combate de demostración de kendo, siendo llevado a cabo por Akamaru y Yuzu quienes ya estaban en el sitio.
- Hace tiempo que no peleaba contigo Yuzu.
- Lo mismo digo Sensei, pero bueno, gracias a usted es que aprendí a pelear así – la peli lavanda dijo sonriendo, pero en eso, se pusieron en forma.
El combate inició, las espadas chocaban, pero ninguno cedía, no obstante, se notaba como es que Akamaru le iba ganando en terreno a la gata mágica, la experiencia que poseía este era mayor por lo que en un momento, el hombre tiró el shinai de Yuzu y le dio en la cabeza.
- ¡Acaba el duelo! – los presentes aplaudieron por eso, ambos participantes se dieron la mano.
- Sensei, he perdido.
- Pero has mejorado, tus reflejos siguen siendo buenos, pero por falta de práctica has perdido algo de movilidad con la espada.
- No uso mucho la espada, soy más de pelear usando mi cosmos, pero igual tengo que admitir que se ha hecho más fuerte.
- Gracias – estos volvieron a donde estaban los demás y muchos decidieron practicar un poco como en los viejos tiempos.
Unos momentos después, tanto Susumu como Wataru aparecieron ahí, encontrándose con sus padres.
Ambos se habían conocido, así como presentarlos y saber que tocaban sus respectivos instrumentos, no solo eso, sino desde que supieron cómo se comportaban entre sí que sus progenitores dieron que serían rivales.
- Akamaru-kun, es hora del almuerzo – dijo la hermana mayor de este, Akane, que se presentó ahí.
- Ya iré – la mujer se fue de ahí.
- Que linda es su hermana Sensei, ¿ella también es su…?
- Digamos que hay cosas entre nosotros, no la quiero embarazar por las cosas que pueden saber con los hijos productos del incesto, pero bueno, lo mismo pasa con Akari.
- ¿Con ella?
- Sí, tiene 18 años, pero no la obligaré a nada, así tiene que ser, cuando ella esté lista, me lo dirá y lo respetaré.
- Es bueno eso, sé que es raro ya que muchos dirán que esto está mal y tienen razón, pero ahí nosotros somos lo que seremos felices, no ellos.
- Esto es algo que no pienso decirle a nadie, solo es algo que tendremos mis chicas y yo, por lo que confío en ti, Yuzu.
- De mi boca no sale nada Sensei, igual mi hermana gemela y yo tenemos algo igual – río la peli lavanda.
Mientras charlaban, no tenían idea de que algo iba a pasar- Esa noche, todo estaba tranquilo, no obstante, una persona notó algo y esta era Ouse, la gata mágica que hace tiempo, Yuzu y Franco habían ayudado en el problema de la arrocera de su abuelo en donde pudieron salvar su negocio, además de progresar mucho.
La chica había acabado su trabajo y estaba tomando un descanso mientras observaba las estrellas, no obstante, esta notó de nuevo que algo pasaba, una figura de color negro surcó los cielos, pero esta creyó que solo era un pájaro.
- Creo que tengo que ir a dormir un poco, mañana exportaremos bastante arroz – la peli negra se metió en su casa, sin saber que lo que vio, sería algo que causaría un problema.
En el dojo Akaza, se encontraba el peli rojizo tomando algo de meditación, aunque no estaba solo ya que Kagami se encontraba con él.
La peli morada se puso a meditar un poco con él, el ambiente estaba bastante calmado, no obstante, cuando estaban por terminar, el samurái notó algo en el cielo, lo mismo que su mujer.
- ¿Qué es eso? ¿Un cometa o algo?
- No Kagami, no es un cometa, no son de ese color oscuro, debe ser algo más – Akamaru fijó más su mirada ahí – no me gusta esto.
- ¿Será algo malo? – la mayor de las gemelas Hiiragi recordó algo – ¿acaso es…?
- Si mi intuición no me falla, debe ser lo que ocurrió hace tiempo en China, entonces ha vuelto – algo malo se presentía y el guerrero escarlata lo sabía.
Momentos después, el samurái se fue siguiendo la dirección de esa entidad la cual llegó a las afueras de Edo, aunque no sería el único ya que cuando este arribó ahí, también se encontró con Yuzu la cual estaba ya en el sitio.
- ¿Lo sentiste también?
- Sensei.
- Yuzu, ¿has visto eso?
- Sí, estaba entrenando un poco con algunos del clan, pero cuando todos se fueron, noté como eso estaba surcando los cielos por lo que decidí venir a ver – la peli lavanda decía – Sensei, ¿sabe que es eso?
- Creo que tengo una sospecha, pero quiero verlo más de cerca para estar seguro – Yuzu quiso saber más, pero al final decidió callar y siguieron hasta que la entidad oscura arribó al suelo.
Esta era una masa viscosa de color negro la cual fue tomando forma hasta que se volvió un dragón de buen tamaño el cual rugió, fue tanto que estando algo lejos del centro del reino de Edo, la gente escuchó un poco eso.
- ¿Qué diablos? ¿De qué está hecho ese dragón?
- Me lo supuse, este dragón es parte de esas cosas.
- ¿De qué habla Sensei? – Akamaru se quedó en silencio un momento antes de responder.
- Verás Yuzu, no solo entrené mi estilo de batalla, sino que peleé mucho contra unas cosas que venían del cielo, tomaron forma de dragones y tigres, pero derroté a casi todos, solo me quedó uno que no vencí y es este – el peli rojizo decía – Kurodrago, así lo llamé.
- Kurodrago – en eso, la bestia se lanzó hacia ellos y lograron esquivar rápidamente, pero esta bestia no parecía ser algo normal ya que de su cuerpo salieron tentáculos los cuales fueron hacia Yuzu tomándola.
- ¡Yuzu! – antes de que la peli lavanda reaccionara, fue azotada contra el suelo con bastante fuerza.
- E-Esta cosa… es fuerte, pero me tengo que liberar – en eso, la colombiana recordó sus poderes que adquirió no hace mucho por lo que esta se volvió intangible liberándose del agarre de la bestia.
- ¿Cómo hiciste eso?
- Una larga explicación de una cosa que prefiero no hablar, pero digamos que adquirí poderes de hielo – la gata mágica miró a la bestia – Sensei, ¿Cómo lo vencemos?
- Estas cosas deben ser vencidas yendo hacia la Piedra Negra, es como su fuente de energía, así he podido vencer a los de su especie, aunque me ha costado encontrarle la piedra a este. Cuando se la encontré, no pude destrozarla, pero si rasgarle un rayón por lo que se fue a descansar en donde no pude llegar.
- Ya veo, supongo que tendré que ver dónde está esa cosa.
- ¡Meteoros de Pegaso! – un grito se escuchó y unos golpes a velocidad luz salieron volando hacia la bestia impactándole en el pecho, el dragón cayó al suelo rugiendo con fuerza.
- Ella es…
- ¡Su Majestad! – era la misma Shogun con su transformación de Mahou Shoujo, no solo ella, sus dos gatos ninjas estaban con ella, así como algunos acompañantes del clan Tamaki-no-kami.
- ¿Qué dices? ¿La Shogun?
- Yuzu-san, ¿Qué es esa cosa?
- Es un dragón hecho de una sustancia extraña, mi Sensei sabe cómo destruirlo, tenemos que encontrar una piedra de color negro para poder acabar con él.
- Entendido, ¡vamos por eso entonces!
- ¡Sí! – todos fueron al ataque, mientras tanto, Akamaru se quedó concentrando su poder en su espada.
Mientras tanto, Yuzu y los demás atacaban al monstruo en busca de su punto débil, algo que les estaba costando trabajo encontrar.
La peli rosa atacaba con sus técnicas, aunque lo que hacía más duro esto para la mandamás de Edo, así como a sus luchadores, era que los tentáculos que salían del cuerpo del dragón les daban varios golpes.
- Mi Señora, ¿se encuentra bien?
- Sí, no ha pasado nada, traten de cuidarse también, no quiero que les pase nada – con eso en mente, de nuevo se lanzaron al ataque en busca de su objetivo.
Mientras tanto, Yuzu se encontraba atacando a las patas de la bestia, su Explosión de Galaxias logró destruir parte de sus extremidades, pero estas se volvían a regenerar usando la misma materia de lo que estaba hecho.
- Mierda, ¿acaso no podremos vencer a esta cosa? – la chica vio a su maestro que se levantó mostrando su espada – ¿Sensei?
- Estoy listo Yuzu… háganse a un lado.
La espada del peli rojizo había adquirido un aura la cual daba a entender que no era normal, era como si esta emanara una energía de color rojo.
- ¡La encontré! – Sukehachi gritó notando que la Piedra Negra estaba en el brazo derecho de la bestia.
- Lo tengo entonces, hay que tenerlo fijo ya que es muy escurridizo – Yuzu asintió y usando su nueva técnica, expulsó su aliento de hielo la cual llegó a las patas de la bestia.
Con eso, el Sensei de Yuzu fue rápidamente hacia la bestia atravesando sus ataques usando su espada, no solo eso, la colombiana seguía usando su aliento el cual terminó de congelas las patas del dragón, cabe decir que al final, la peli lavanda acabó cansada.
- ¿Estás bien Yuzu-san?
- S-Sí, solo que no me acostumbro a usar mi Aliento de Hielo – la gata mágica estaba siendo auxiliada por la Shogun y demás gatos mágicos.
- ¿Él estará bien?
- No se preocupe por eso su Majestad, él es alguien fuerte, después de todo, fue la persona que me enseñó muchas cosas.
Con Akamaru, este recorría más el cuerpo del monstruo mientras su espada cortaba todos los tentáculos que iban hacia él, y a su paso seguía hasta que llegó a la zona en donde Sukehachi había visto su punto débil.
- ¡Acabe con esa cosa Sensei! – el peli rojizo siguió avanzando hasta que se topó con la Piedra Negra.
- ¡Arte de los mil cortes! – usando su espada con esa aura fuerte, Akamaru realizó una serie de cortes a una enorme velocidad, fueron tanto que sería imposible contar los mil cortes que dio, pero fueron suficiente para destruir el punto débil de la bestia.
Al hacer esto, el dragón dio un fuerte rugido de agonía y sin más, acabó explotando, fue tanto que la masa oscura se elevó cientos de metros por el aire.
- ¡Tengan cuidado! – Yuzu empleó su aliento helado para crear una barrera la cual evitó que alguien saliera herido.
- Yuzu-san, vaya que escondes secretos.
- No lo diría así, pero bueno, son cosas que pasan – esta salió de ahí en busca de su maestro, al final, este salió de un escombro de materia negra de esa bestia.
- Vaya, este apesta más que los otros.
- Eso fue genial Sensei.
- No por nada estuve entrenando el uso de varias técnicas, pero esta es la que requiere mucha fuerza física, así como un alto grado de concentración.
- No por nada es usted mi Sensei – ambos rieron, al menos la amenaza de esa vez, había sido destruida.
Quitando las pequeñas heridas que tuvieron varios, nada fue a mayores por lo que todo salió bien al final de todo, además de que muy a las afueras de Edo.
Akamaru fue llamado por la Shogun, aunque esta le dio el título de hatamoto, decidió declinar ya que quería seguir viviendo del modo en que estaba, pero la oferta estaría siempre de pie por si decidía ser uno.
- Al menos las cosas salieron bien al final – tanto maestro como alumna estaban reunidos en el parque central.
- Sí, gran parte de mi estadía en China fue peleando contra esas bestias, pero me alegra que al fin todo ha acabado.
- Así es, además, creo que hay cosas que comenzarán – ambos vieron a Wataru y Susumu quienes estaban en una pequeña competencia tocando sus instrumentos, en eso, Harumi caminaba por ahí – ¿Qué hace Harumi por aquí?
- ¿Es tu hermana gemela? – Yuzu asintió. Susumu dejó lo que hacía para ver a la peli negra que solo se acostó cerca de un árbol a descansar – vaya, parece que mi hijo no le quita los ojos de encima.
- No me lo creo… vaya, parece que Harumi atrae miradas jeje.
- Ay Susumu… espero que no cause problemas.
- Ojalá que no, pensé que se iría con Fran, pero si no puede hacer nada, creo que sería bueno.
- ¡Ya cállense! ¡Quiero dormir! – gritó esta.
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
Bueno, esa bestia fue acabada, y todo gracias a la colaboración de todos, Akamaru resultó ser alguien muy fuerte, no solo eso, parece que Yuzu maneja mejor los poderes de frio que posee.
Otra vez, Edo está a salvo.
Ah, y Harumi atrae miradas XD. Pues bueno, si nos ponemos a pensar, es como Yuzu, pero con los pechos un poco más grandes y su cabello negro, ¿a lo mejor a Susumu le atrajo también su aura de chica mala? A lo mejor fue la adolescencia jeje.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
