Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 51
Mi vientre tiene un monitor fetal.
Y el hermoso sonido del corazón de mi bebé es quien inunda la habitación por completo. Estoy tranquila porque sé que ahora sus pulsaciones son regulares.
Su estado ha vuelto de nuevo a ser pacífico.
El obstetra me ha dicho que al sufrir un cuadro de angustia mi bebé pudo sentirlo de la misma forma en que yo lo estaba viviendo. Que es normal compartir emociones, pero que no puedo abandonar el hospital hasta pasar veinticuatro horas de observación.
Es un niño. El doctor lo confirmó y aunque hubiera querido que fuera de otra forma, estoy feliz de que es un hombrecito quien crece dentro de mí.
―Un oficial necesita hablar con usted señora, Swan. ―Él médico me alerta, es raro volver a usar mi apellido real.
Me remuevo en la cama, poniéndome nerviosa empiezo a mordisquear mi labio inferior.
No tengo tiempo para decir nada porque el policía entra después de asomar la cabeza por la puerta.
Es un hombre alto y fornido. Me saluda brindándome confianza.
―Soy el oficial Wayle. Estoy aquí para hacerle algunas preguntas ―dice mientras intercambia en susurros una conversación con el médico que me está evaluando, ambos miran mi hoja de registro―. Señora Swan ―pronuncia― ¿qué fue lo que ocurrió?
Retuerzo la sábana entre mis dedos.
―Jacob Black me atacó ―confieso.
―En su cuello hay marcas ―interviene el médico― fue víctima de estrangulación.
El oficial eleva ambas cejas.
―¿Quién es Jacob Black? ―pregunta.
―Mi ex… ―me corrijo― no, él aún es mi esposo ―murmuro― estamos en proceso de divorcio. Yo… yo quiero levantar una orden de restricción en su contra ¿se puede?
―Por supuesto ―responde el oficial―. ¿Quieres hacerlo ya?
Asiento. Empiezo contando y detallando el porqué estoy separada y la forma en que me quiere obligar a volver con él sin importarle mi hijo.
No estoy dispuesta a callar nada, aunque tampoco quiero problemas, en mi mente lo ideal hubiese sido firmar el divorcio y cada uno por su lado. No obstante, tampoco estoy dispuesta a dejarme de los Black, no más. Ellos quieren intimidarme y simplemente le estoy respondiendo a mi manera.
Lo último que hago es firmar mi declaración.
El oficial se retira junto al médico.
Cansada, paso las manos por mi cara, estoy convencida que mi pesadilla con Jacob no termina aquí y muy posiblemente apenas comience.
Exhalo ruidosamente. La puerta se abre.
―Bella, ¿estás bien? ¿el bebé?
Es raro ver a Edward nervioso. Él con su carácter de hierro es casi imposible verlo angustiado, reconozco que es la primera vez que lo veo completamente mal y alterado.
―Estamos bien. ―Le digo al alargar mi mano, él la toma entre las suyas y empieza a repartir besos en mi cara.
―Dios, Bella ―susurra― estaba aterrado por ustedes, no me perdonaría si algo les pasaba.
Muerdo mi labio inferior sin dejar de verlo.
―Es un niño ―revelo sonriente.
Edward abre mucho los ojos, mirándome confundido.
―Oh… espera… ¿el bebé es un niño? ¿Mi hijo es varón? ¿nuestro bebé es un niño?
Es graciosa la forma atropellada en la que habla.
―Me lo acaban de confirmar.
Suspiro. Sigo pensando que la manera de saberlo no debió ser la adecuada, sin embargo no puedo hacer nada por remediar la situación.
Estoy feliz por mi niño, aunque otra parte de mí también está angustiada por lo que vendrá.
Observo que Edward trae una ropa diferente a la que vestía, incluso sus manos están libres de sangre.
Quiero contarle que acabo de denunciar a Jacob, solo que no quiero arruinar este pequeño momento de felicidad hablando de gente indeseable.
―Mi bebé es un niño ―repite manteniendo su sonrisa― gracias, Bella. Gracias por darme el mejor regalo del mundo.
Hola, sé que las notificaciones no funcionan, aún así espero que al menos alguien venga y lea. Espero mañana seguir actualizando ya que siento que me he atrasado mucho en la historia, ¿les gustó el capítulo? Les agradezco mucho su entusiasmo y apoyo para la historia, besos.
Gracias totales por leer ✨
