39. (Re) Encuentros Inesperados
Un par de figuras se encontraban en una habitación oscura, donde la poca luz que entraba a través de una ventana, delataba la luz de luna que había en esa noche. Una figura enfundada en una especie de capucha con abrigo que le cubría toda la figura, como si de un antiguo monje de monasterio se tratase. Se acercaba a la otra figura que estaba sentada detrás de un enorme escritorio, oculto en las sombras solo visibles por los ojos que brillaban a través de un par de lentes que llevaba puestos, sin resaltar demasiado su figura.
"¿Entonces dices que ha llegado la orden de movilizar a Antítesis? Es demasiado pronto, aunque los planes ya estén cuidadosamente trazados." Decía la figura de los lentes sentado en su escritorio
"Esta es una orden de arriba. Igualmente esa orden va unida a la otra que se te ordeno también." Decía la figura encapuchada que no podía verse su rostro a través de la oscuridad
"¿Te refieres el eliminar a ese objetivo que fue trazado por los altos mandos? ¿Por qué el empeño en eliminar a un simple estudiante? A no ser que este sea demasiado importante y peligroso que represente un peligro, por ende que quieran pronto su eliminación, ¿Me equivoco?" Decía la figura mientras se acomodaba a sus gafas que brillaban con la luz de luna que se filtraba a través de la única ventana de la habitación a oscuras
"Tú ya sabes cómo son esta gente. Solo ordenan y no se espera que hagan preguntas por quienes las obedecen. Solo limítate por ahora a obedecer." Decía la figura encapuchada
La figura de los anteojos solo se vio por poco hacer una mueca antes de responder. "Hemos trazados estos planes cuidadosamente para antes del próximo festival de la escuela. Si nos ocupamos por eliminar a cierto grupo de individuos antes de eso, podría ser contraproducente para ello. Así que en vez de enviar la organización completa, hare uso de los subordinados más bajos. Todo tiene que estar listo para ese día. Sin errores."
"¿Le encargaras este trabajo a esos OutCast Ayashi?" Le pregunto el encapuchado
"Así es. Mientras menos sepan de nuestro nombre real y crean que son otro grupo, menos sabrán de nuestras intenciones y será mejor. Además, hay un miembro de ese grupo que tiene cuentas que saldar con aquel estudiante que me pidieron eliminar. Creo que tienen una historia juntos, pero no me importa, mientras eso me sirva." Decía el sujeto de anteojos como procedía a verificar algunos papeles en la mesa
"Ten cuidado con lo que planeas, no vaya a ser que todos tus planes te salgan mal por subestimar a tu enemigo." Decía la figura encapuchada en tono sarcástico como con la poca luz que entraba se pudieron vislumbrar sus dos ojos los cuales eran como pupilas rasgadas, su izquierdo estaba en forma vertical y su derecho en forma horizontal, verde y rojo respectivamente eran sus colores. Como una serpiente.
"Eso ya lo veremos." Dijo la figura de lentes como procedió a agitar su mano haciendo entender que quería estar solo
La figura encapuchada solo procedió a salir del recinto no sin que una sonrisa, como siempre, adornara sus labios.
…
Kurama se movía dentro de algunos pasillos dentro del enorme recinto con forma de antigua torre o castillo japonés. Este era lugar era perteneciente al Mundo Espiritual y Kurama estaba revisando y trazando las últimas cosas que necesitaría para partir de inmediato a su nueva misión. Esta lo mantendría alejado de su familia y amigos quizás por un buen tiempo, demasiado tiempo había pasado desde que había aceptado misiones con una duración tan larga e indefinida, pero sabía que todo esto era necesario para lo que se avecinaba.
El chico de cabello peli rojo largo se detuvo delante de una puerta de metal cerrada con manojo, sus ojos la estaban estudiando cuando decidió suspirar cansado y hablarle a la persona que le había acompañado hasta aquí. Era una chica alta de cabello largo de color negro y rostro pálido, algo común entre los 'ángeles de la muerte' o las 'parcas de la muerte', encargadas de llevar las almas de los difuntos al más allá. La mayoría si no es que todas eran mujeres vestidas con Yukatas aunque por su aspecto pálido y algo 'fantasmagórico' anudado a que viajaban en sus escobas tal cual brujas; les daban un aspecto más aterrador para quienes las viesen por primera vez.
El nombre de esta mujer que debía de ser un espíritu muerto desde hace muerto, era Ayame. Y era asistente de Koenma, quizás de la más cercana al hijo del rey del mundo espiritual, Enma Daioh Sama. Kurama solo procedió a mirar a su acompañante y preguntarle.
"Sigo sin entender esto. Me han concedido permiso para partir de inmediato a la misión de la Academia Youkai. Ya todos los preparativos deberían estar listos, soy más que suficiente para llevar a buen éxito este trabajo, ¿Así que porque es todo esto? ¿Por qué motivo?" Preguntaba Kurama algo irritado de las pocas veces que podrían verse en el
Ayame por toda respuesta solo se limitó a recitar lo que le dijeron en un tono frio y sin emociones.
"Es orden de Koenma-sama. Como se te ha hecho entrega del objeto espiritual que solo los detectives espirituales tienen acceso a este, para ser usado por manos ajenas, además de darte permiso de involucrarte de forma directa en una misión que afecta las relaciones que se sostienen con los Youkais. Debes ir acompañado junto con alguien más."
"Entiendo eso. Pero no entiendo que un criminal convicto de aquí, sea mi acompañante y tenga que venir conmigo hasta la escuela. Podría escapar o intentar algo."
"La persona detrás de esta puerta, se ha llegado a un acuerdo con él. Hay circunstancias imprevistas que requieren que esta misma persona vaya contigo y funja de tu alianza. Las circunstancias de esto serán explicadas antes de que te vayas por Koenma-sama. Pero es necesario que esta persona vaya contigo y te ayude. Ya se te explicara las razones de dicha decisión."
Kurama solo fruncía el ceño, no contento para nada. Aun así si era una decisión de Koenma no podría hacer mucho, sabía que el confiaba en él y viceversa, por lo que la explicación a dicha decisión tan arbitraria vendría después y tendría sentido. Aun así esto no indicaba que estuviera de acuerdo o feliz con la idea, de que tuviera que fungir además de guardaespaldas de un criminal convicto del mundo espiritual. Solo esperaba que fuese alguien que pudiese manejar.
No se dijo más cuando la puerta de metal fue abierta por la Parca de la muerte, dejando entrar algo de luz al recinto que hace tiempo que no se dejaba ver de esa manera por estar a oscuras. Pronto una figura encadenada a la pared se hizo notar como poco a poco se dejó notar claramente. Kurama abrió mucho los ojos cuando lo reconoció. Era alguien que hace un tiempo corto lucho y capturaron a duras penas. Y una vez más volvía a estar frente a él.
"¡Esto no puede ser verdad! ¿Por qué de todos tenían que elegirlo a el?" Preguntaba un Kurama perplejo por esto
Pronto tendría las respuestas a sus preguntas.
…
Habían pasado un par de días hasta el retorno de la normalidad dentro de la instalación educativa, eso si es que la palabra 'normal' se ajustaba a una escuela donde asistían distintos tipos de monstruos y criaturas sobrenaturales, aunque eso mejor se prefería ignorar. En lo profundo de la barrera escondida, estaba la escuela de monstruos llamada Academia Privada Youkai. Las vacaciones de verano habían terminado y los estudiantes volvían a sus horas de normalidad para el inicio del segundo semestre dentro de la escuela. Los estudiantes ingresaban a la escuela aunque un vitoreo y anuncios se podían oír a un lado de la entrada a la escuela, llamando la atención de varios de los estudiantes que iban a cerciorar de lo que pasaba.
Eran los chicos del Club de periodismo, estudiantes que creaban e imprimían el periódico de la escuela llamado 'Youkai Shinbun'. Estos en un par de mesas improvisadas entregaban los primeros impresos que salían del periódico a primera hora antes de comenzar las clases. Muchos estudiantes se agolpaban curiosos para recibir un ejemplar, atraídos por las noticias que vociferaban algunos miembros del Club, en especial de las féminas.
"¡Somos del Club de periodismo! ¿Quisiera una copia de nuestro periódico?" Eran lo que las chicas miembros de este decían
Tsukune y Kay eran quienes estaban detrás de las mesas y hacían entregas de más ejemplares impresos a las chicas que a su vez las pasaban a los demás estudiantes que quisieran una.
"¡Wow! El Club de periodismo fue incluso al mundo humano para un reportaje durante el verano."
"¡Es genial! Están trabajando duro en el Club de periodismo."
Eran las palabras de algunos de los estudiantes que hacían poner una sonrisa a cada miembro del Club por el trabajo bien realizado. Kay podía decir que disfrutaba de estos momentos normales haciendo este tipo de actividades, que a pesar de todo, no las consideraba tan pérdida de tiempo después de todo. Podía entretenerse cuando no tenía que hacer mucho, trabajar con sus compañeros y sentir la satisfacción del trabajo bien hecho. Sabía que sus amigos también disfrutaban lo mismo por sus expresiones, aunque a veces se preguntaba que pasaba por la cabeza de Tsukune a ratos.
Él había leído en cubierto antes una parte de una columna del periódico escrita por Tsukune cuyo título decía 'Monstruos y humanos: la gran división.' Con un subtítulo más debajo de este que decía 'Cerrando la brecha entre nosotros.' Kay leyó todo el contenido de la columna escrita por su amigo peli marrón. Y tenía que hacer la observación de que el comportamiento de Tsukune había cambiado algo desde el incidente de la 'Colina de la bruja' en el mundo humano. Quizás toda la difícil situación le hizo presentir cuan profunda era la unión entre los Ayashi y humanos, en especial la brujas. Ni que decir de presenciar cosas que podrían llevar a un final apocalíptico de este mundo si no se tenía cuidado. Tsukune al ser un chico normal y ser arrojado dentro de esta vorágine de muerte y destrucción, quizás le hizo despertar un pequeño cambio dentro de él. Esto se evidenciaba algo en este escrito. Como si quisiera ayudar como fuese y estuviese desesperado por ser de utilidad, incluso si era solo a través de las palabras por ahora.
Kay solo suspiro no más. Tenía muchas cosas en que pensar y preocuparse que por esto. Debía de confiar en su amigo en todo caso que tomara la decisión correcta, y no quería influir más de lo que ya hizo que fue lo que causo que el chico tuviera la idea en primer lugar. Sin saberlo, otra persona desconocida estaba teniendo los mismos pensamientos solo que ligeramente diferentes sobre el mismo chico peli marrón en cuestión, y traería serias dificultades a futuro.
…
Leí el artículo otra vez. Devore cada palabra de ella. Este artículo fue brillante. Se habló con la información descriptiva de quien lo había escrito; por alguien que se sentía era de los de abajo, la clase baja o paria si se podía decir, entre los Ayashi.
'Monstruos y humanos: la gran división.' 'Cerrando la brecha entre nosotros.'
En esta escuela nos enseñan como coexistir con los humanos; pero muchos de los que venían aquí solo no dejaban hablar de lo mucho que odiaban a los seres humanos y todo lo que representaban. Pero aquí una persona había escrito algo que reflejaba que de verdad quería vivir en paz con los seres humanos.
Mis ojos corrieron hacia la parte inferior del articulo para leer donde aparecía escrito el nombre del escritor.
"Aono Tsukune." Salieron de mis labios fríos
Empecé a buscar dentro del periódico volteando paginas hasta que encontré la foto que buscaba, era de tomada de hace unos días donde el Club de periodismo fue al mundo humano. El grupo estaba agolpado en torno a una gran ciudad humana, no sé dónde ni me importaba. Mis ojos solo se posaron en la imagen del chico que buscaba.
De pie en el extremo derecho más alejado del grupo con vista pensativa y mirada lejana. Era Aono Tsukune. No me interesaban los otros chicos, mis ojos se posaron en el. Tenía cabello marrón oscuro y ojos de color chocolate. Parecía distante de los otros del grupo, un paria como yo. Una parte que se mantenía aparte de los otros… como yo.
He estado leyendo los otros artículos que él había escrito y había llamado en algo mi atención antes, pero con este nuevo artículo escrito por él. Ya confirmo lo que pensaba de él. Fue cuando una especie de calidez me lleno por dentro al llegar a esa realización. Esto era extraño; tanto tiempo sumida en el frio y en la oscuridad, me había hecho olvidar aquellas sensaciones que pocas veces nuestras razas sentían. La calidez. Quizás por esto estábamos decreciendo como especie, pero ya habría una solución para remediarlo.
Camine por mi habitación fría donde agarre un cuaderno de notas grande, donde tenía almacenadas en recortes y pegadas las demás noticias escritas del chico Tsukune. Al echarles una leída rápida no pude evitar colocar el cuaderno en mi pecho, sosteniéndolo cerca al corazón. Quizás ya era oficial, estaba enamorada de Aono Tsukune. Sentía que mi destrozado corazón se estaba recomponiendo cada día que pasaba leyendo sus columnas, hasta que sentí que estaba completamente reconstruido. Quería reunirme con el cuanto antes, ¿Qué mejor que hacerlo ahora que empezó el segundo semestre? Debido a algunos problemas personales ocurridos a comienzos del primer semestre no pude asistir a clases, aun así me arrepiento de sobremanera al enterarme por el periódico, que Tsukune iba al mismo salón que yo.
"Quiero reunirme con él." Dije con mi voz que sonaba como eco en mi cuarto solo a oscuras y frio
El escribir de una forma que parecía entender a los marginados, los débiles, los oprimidos, los olvidados. Justo como yo. De una manera que yo podría relacionarme. Tenía que verlo. Conocerlo en persona, decirle lo mucho que lo entendía, que entendía sus artículos y amaba sus escritos, casi tanto como lo amaba a él. Me determine a eso, no dude en ir a cambiarme y verme más presentable. Podía notar como mi pelo morado había crecido bastante en mi aislamiento y líneas oscuras eran visibles en mis ojos. Tendré a Aono Tsukune, cueste lo que cueste. Fui hasta la puerta de mi cuarto y la abrí, mis ojos siendo lastimados por la luz de sol que desde hace tiempo no veía. Sonreí de lado a lado en mucho tiempo y procedí a ir a la escuela. No debería ser tarde, las clases comenzaban pasadas las ocho de la mañana, y apenas pasaban de las siete. Tenía tiempo de sobra.
Solo estaba más que feliz sonriendo con mi chupeta en la boca, mientras me dirigía después de mucho tiempo a la escuela, pero por motivos distintos. Espérame Aono Tsukune, voy por ti. Eran mis pensamientos como caminaba por el camino hacia las instalaciones. No habrá nada ni nadie que se interponga en mi camino. Tsukune era para mí y solo para mí…si le gustaba o no.
…
Unas sombras estaban observando a los chicos del Club de periodismo repartiendo sus periódicos, ocultos entre árboles. Estas figuras a oscuras observaban con un hambre y hostilidad como algunos sonreían lánguidamente, relamiéndose sus labios y con expresiones aterradoras que desafiaban el sentido común. Una de estas figuras observaba con más furia y odio a la figura del chico Namura a lo lejos junto a sus demás compañeros del Club. Él tenía algo personal contra él y quería hacérselo pagar.
"Bueno ya saben. Encárguense de aquel idiota. Y manténganlo alejado de la vampiresa. Si alguien más de sus amigos o algún otro metiche interfieren, acaben con ellos." Decía la figura que seguía mirando con odio a Kay a lo lejos
"¿Estás seguro? Según los rumores. Él es extraordinariamente fuerte. Destruyo a la comisión de seguridad pública y derroto a su líder, Kuyou." Dijo otra de las figuras en las sombras con tono cauteloso
"¡No seas idiota!" Exclamo la primera figura iracunda. "¡Esos son solo rumores exagerados! ¡De seguro tuvo ayuda de la vampiresa Akashiya, que siempre está cerca de el! ¡Yo lo sé porque ella fue la que me derroto y no el! ¡Si ella no hubiera intervenido, yo hubiera acabado con esa alimaña de Namura en cualquier oportunidad!"
"Ya, ya. No es para sulfurarse. Bueno, pondremos a prueba esos rumores entonces. Tenemos ordenes de nuestros jefes de todos modos de hacerlo." Decía la segunda figura oscura como haciendo una señal para detrás de él, unas diez más se les unía
"Bien, si lo que dices es verdad, no creo que pueda contra diez o contra uno solo incluso. Esto será divertido." Decía la figura como con las otras diez salían de sus escondites de los arboles
Las figuras se dejaban entrever como once estudiantes que portaban su normal uniforme de la academia de pantalones marrones y chaqueta verde, pero sus miradas mostraban una sed de sangre, propio de las especies a las que pertenecían.
La otra figura que se quedó aun vigilando en el árbol dejo verse un poco a la luz, revelando la identidad de nadie menos que Saizou Komiya. El estudiante matón con quien Kay se peleó el primer día de clases a comienzos de este año. Y quien buscaba venganza desde entonces.
"Ya verás Namura. Una vez que estés muerto, reclamare a Akashiya Moka para mí mismo, como debí haber hecho a comienzos de este año. Y disfrutare regodeándome en tu cuerpo mientras me burlo frente a todos, del considerado 'más fuerte de la Academia' jejeje." Decía Saizou entre dientes como una mirada maliciosa se podía ver
…
Un autobús escolar hacia su ingreso desde el túnel que conectaba aquel submundo con el mundo exterior. Al parecer traía a los nuevos estudiantes que entrarían en este segundo semestre de clases dentro de la Academia Youkai. Pero estos nuevos estudiantes no eran 'normales' aunque esa palabra era un eufemismo estando aquí dentro.
El vehículo se detuvo unos metros a la entrada del túnel, a unos cuantos metros de costado del mar de color rojo carmesí que rodeaba la escuela. Al frente había un espantapájaros que sostenía un cartel con el nombre de la escuela. Las puertas del auto bus se abrieron dejando salir dos figuras no más. Estaban vestidos con el uniforme escolar estándar y eran algo altos, aunque por sus rostros se podían confundir con cualquier adolescente que estuviese en un grupo compuesto. Aun así la madurez se podía ver en la mirada de estos dos chicos, denotando que han pasado por muchas cosas duras en su vida, ya sea una vida larga u corta para cada uno respectivamente.
Uno de los chicos con cabello peli rojo largo hasta su espalda, se volteo hacia el típico conductor del autobús de ojos brillantes y fumándose un habano.
"Bueno chicos, ya estamos aquí de nuevo. Buena suerte allá adentro, la necesitaran." Decía el conductor con su típico acento sarcástico que ponía los pelos de punta a muchos y causaba frustración en otros
"Descuide, no creo que la necesitemos, he estado en peores situaciones." Decía el chico peli rojo cuyo tono de voz identificaba a nadie menos que al mismo Kurama, finalmente inscrito y como ayuda provisional en la escuela
"Oh. Es solo un consejo. Igual no es bueno confiarse, su otro amigo que vino aquí tenía la misma confianza y ya sabemos cómo resulto eso, término llamándolos a ustedes. Igual de buena fe espero volver a verlos, sería una lástima que algo malo les pasase aquí. Bien, eso es todo." Termino de decir el conductor del autobús como cerró sus puertas y viro para devolverse por el túnel
Como el autobús se había ido por fin, Kurama dio un suspiro, alisto su mochila debajo de su brazo y se giró hacia su compañero que se mantuvo impasible todo este tiempo.
"Escucha, ya debes de saberlo, pero mientras estés aquí compórtate como se estipulo, ¿entendido? No necesitamos más problemas que los de tu sola presencia ya de por sí es. Solo limítate a no llamar mucho la atención, no provocar peleas innecesarias y obedecer cuando tengas que hacerlo. Si lo haces, todos tus expedientes criminales y registros serán borrados, podrás comenzar de nuevo sin necesidad de ser perseguido, ¿Bien?" Le pidió Kurama por última vez
"Ya lo sé. Escucha, hare lo que me piden, ya que así me será más fácil cumplir mis objetivos. Pero no esperes ninguna clase de lealtad de mi parte o alguna retribución. O que me lleguen a caer bien o algo así, solo hare lo que sea necesario para cumplir y ya está. Así podre ser libre más rápido y seguir con lo que deje atrás." Termino de decir el extraño compañero de Kurama no volteando a verlo en ningún momento
"Está bien," Decía Kurama cansado de ser redundante, "Solo procura no caer en provocaciones cuando vuelvas a ver a Kay. El será tu aliado a partir de ahora lo mismo que los otros. Tu padre paso por lo mismo que tu hace años, y al menos mantuvo su palabra hasta el final. Ojala tu hagas lo mismo."
El compañero de Kurama pareció dar un respingo a la mención de su padre, pero se calmó rápidamente antes de responder en un tono frio.
"No vuelvas a mencionarme a ese sujeto nunca más. Como dije, yo soy de los que mantiene su palabra y no es por ser hijo de aquel bastardo, sino porque es algo que aprendí en mi dura vida. Además, tú tienes el control sobre mí técnicamente. No tienes de que preocuparte, no seré un estorbo ni menos seré la amenaza de la que tienen que preocuparse. Más bien dile eso tu a tus amigos, que ellos podrían ser los que quieran hacer algo en mi contra."
Kurama solo se encogió de hombros; lo hecho, hecho estaba. Tenía ganas de haber protestado y haberle reclamado a Koenma, pero ya era tarde y no había nada que hacer. No es que esta fuera la primera vez que Kurama trabajaba con sujetos así, pero no podía evitar pensar que con todos los problemas que podrían acontecer, este sujeto pudiera llegar a convertirse en un escollo más grande si no se le controlaba. Solo pudo más que echar la suerte al viento y prepararse de todos modos para lo que se avecinaba. Si este sujeto se convertiría en aliado o enemigo eventualmente lo sabría, y si fuese lo último en dado caso, él tenía sorpresas resguardadas para el en ese caso. No era llamado el 'Yoko' Kurama por nada, tan astuto como un zorro.
Ambos no dijeron nada más como comenzaron a caminar hacia el edificio de la escuela que se veía a lo lejos, con todo y típicas nubes de tormenta y una atmosfera lúgubre rodeándola, por un camino empedrado con tumbas a los lados… Si, la palabra 'normal' aquí adentro estaba sobrevalorada.
…
Los papeles del periódico habían vendido como pan caliente, prácticamente se habían agotado todos en cuestión de minutos. Parte de esto eran por las noticias interesantes que el Club de periodismo habían escrito durante sus vacaciones en el mundo humano, incluyendo la nota sobre la 'Colina de las brujas'. Claro que manteniendo nombres aparte y al margen de las acciones de los chicos del Club. Otro eran las chicas que entregaban el papel, que en su mayoría eran recibidos por estudiantes varones que querían acercarse a las hermosas chicas, pero siempre manteniendo su distancia. Después de todo, los rumores de la escuela sobre el chico Namura que había destruido la comisión de seguridad pública, y derrotado a su temible líder Kuyou aun circulaban por ahí. Por lo que pocos se atrevían a hacer algún movimiento a la vista del mencionado chico.
Kay aun sabía sobre esto y no podía más que sentirse cansado de algunas miradas de algunos estudiantes le lanzaban, algunos cargados de miedo y otros de hostilidad. Parece que las vacaciones aún no habían bajado un poco esos rumores que si tenían su cuota de verdad. Solo esperaba no tener otro incidente de nuevo, al menos no pronto y esperar cuando arribara Kurama con la ayuda que necesitaba. Solo así podría hablar con sus compañeros de lo que necesitaba decirles.
"¡Yahoo! ¡Parece que hemos vendido todo esto! ¡Fue todo un éxito! ¡Repartimos casi todos!" Decía una feliz Kurumu Kurono como se abrazaba a Tsukune
"Nuestro trabajo seguro que valió la pena." Decía la joven Yukari como suspiraba
Moka después de estar unos días pensativa, había retornado a su actitud alegre, quizás queriendo olvidar aquellos pensamientos y fragmentos de recuerdos de un pasado lejano, que no podía recordar ni tenía caso el recordar ahora. Solo quería enfocarse en el presente, así que haciendo su mejor sonrisa propuso lo siguiente.
"Oigan, que tal si vamos a celebrar. Hagamos una fiesta para celebrar nuestro éxito en el número de verano."
"¡Wow! Gran idea Moka-san." Convino Yukari emocionada por la idea
"¡Quiero ir también!" Decía Tsukune también
"¿Una fiesta? Podemos hacerla justo después de la escuela." Decía Kurumu emocionada por la idea también
"¿Qué hay de Gin-sempai? Deberíamos decirle." Decía Moka acordándose del hombre lobo
"Agh. Esa cosa debe estar por ahí acosando a otra mujer. No lo necesitamos." Decía Kurumu agitando una mano con desdén
"Él es el enemigo de todas las mujeres." Convidaba Yukari también
Todos los chicos estaban emocionados por la idea excepto uno. Kay había estado atento a la aparición repentina de algunos chicos que parecían estarlos rodeando. Claro, aún había un considerable número de estudiantes por fuera leyendo su periódico, pero estos no parecían del tipo amigables y no parecían estar interesados en leer nada. Debió de calcular unos diez u once, como estos de forma desprevenida iban rodeando a los chicos en un círculo, a la vez que eludían a algunos estudiantes a propósito delatando sus intenciones. El chico Namura no los conocía, pero sus expresiones eran maliciosas, de las típicas que podrías encontrar en un típico matón de escuela y estos no parecían ser la excepción. Observaba que algunos llevaban cadenas, palos, Bokken (espadas de madera.) Y en algunos vio el reflejo de algo metálico lo que debió de suponer que eran cuchillas o navajas.
"Típico, no deberían de sorprenderme. Se visten como los típicos matones desaliñados de escuela. ¿Qué querrán? ¿Acaso buscan pelea? Eso tampoco debería de sorprenderme, si es que eso que la reputación que ha ganado el Club desde el incidente de la comisión de seguridad pública es cierto." Así pensaba Kay como estaba atento y se preparaba para cualquier ataque que se suscitara en cualquier momento
"¿Qué dices Kay? ¿Estás de acuerdo con la idea?" Le preguntaba Moka tímida girándose hacia el
El chico por toda contestación solo sonrió antes de responder en tono serio, "La idea me gusta, sí. Pero creo que deberíamos dejarla pospuesta por un momento. Deberían de apartarse primero que creo las cosas se están poniendo algo feas aquí."
Moka solo parpadeo confundida ante lo que decía el chico, cuando de repente se dio cuenta. En un momento los chicos del Club de periodismo estaban rodeados por once chicos estudiantes varones, desaliñados, portando cadenas, palos, Bokken y distintos cuchillos; mirándolos con un hambre depredadora. Kurumu, Yukari y Tsukune se apartaron hasta quedar obstruidos por el bosque detrás de ellos y la mesa donde repartieron su diario también. Kay salió al frente y se puso delante de ellos en actitud protectora.
"Que extraño. Ellos portan armas en vez de transformarse y usar sus propias formas para arremeter. ¿Planean jugar sucio acaso? No debería de haber problemas para la trasformación ahora que la comisión de seguridad fue destruida." Pensaba el chico como no dejaba de mirar fijamente a las figuras amenazantes delante de ellos
Muchos otros estudiantes que habían visto esto se habían apartado asustados, no queriendo involucrarse en el problema, algunos se quedaron viendo como mudos espectadores del espectáculo sin querer interferir por el miedo, y algunos porque no les importaba o preferían ver como aquel Club que desafío a la comisión de seguridad y gano, se desenvolvían.
"¿¡Q-que está sucediendo!? ¿¡Quiénes son estos!? ¡No se ven nada amigables-Desu!" Decía la pequeña Yukari algo asustada mientras apretaba con fuerza su bastón mágico
"No lo sé, pero…" Trataba de decir Tsukune mientras apretaba los puños
Kurumu y Moka no decían nada como miraban todo entre asustadas y expectantes de lo que ocurriría. No fue sino que hasta uno de los matones, probablemente el líder de aquel grupo hablo primero.
"Bueno, bueno. Pero miren que tenemos aquí chicos. Carne fresca. Miren esas chicas de ahí, ¿A que no quieren divertirse un buen rato con ellas?" Decía el matón con su rostro vulgar lleno de cicatrices mientras se relamía los labios
"¿Quiénes son y qué es lo que quieren? Si lo que desean es algo con las chicas, deberán de dar media vuelta y marcharse por donde se vinieron." Expresaba con dureza Kay que no cejo de fijar su mirada en ellos
El líder de aquel grupo ensancho su sonrisa como su aguda mirada de ojos azules le miraban como si un depredador observara a su presa.
"Lo que queremos es a ti, chico. Al que llaman Kay Namura, el 'más fuerte de la escuela' quien derroto a Kuyou y la comisión de seguridad publica junto a su pequeño grupo de amigos detrás tuyo. Sería preferible poner a pruebas esos rumores a ver si son ciertos, ¿Verdad?" Decía aquel sujeto de forma maliciosa
Kay solo hizo una mueca ante esto. No debería de sorprenderle. Después de todo, la mayoría si no es que todos los Youkais, tenían un hambre de violencia e instinto guerrero. Quizás fuese propio de su naturaleza misma o las experiencias de su vida en este mundo debido a su nacimiento. Igual no importaba eso ahora, estos querían venir a buscar pelea y la habían encontrado. Él sabía que estaba en una posición vulnerable ahora y poco podía hacer, pero no iba a permitir dejarse intimidar ni muchos menos que les hicieran algo a sus amigos detrás suyo. Quizás ellos podrían ayudarlo y entre todos contando a Kurumu y Yukari, o hasta la misma Moka, pudieran derrotarlos pero…
"Si piensas pedirle ayuda a tu pequeño grupo, olvídalo. Solo demostraras que eres un fraude ante todos, y nadie de aquí cesara de venir a atacarte a ti o a tu pequeño grupo, una vez se demuestre que eres nadie y que los rumores en torno a ti son falsos. Muchos estudiantes de aquí te tienen ganas de todas formas, y sería lamentable que eso se pasase a tus amigos una vez se compruebe que no había porque tenerte miedo." Terminaba de decir el líder mientras agitaba un bate de beisbol
Kay solo enarco una ceja considerando la situación, lo que decía aquel sujeto tenía una pizca de verdad pero aun así…
"Y qué raro que ustedes usen armas para venirse contra mí solamente, ¿No pueden transformarse acaso?" Les preguntaba Kay socarronamente
Por unos instantes las facciones del líder se distorsionaron en furia antes de regresar a su antigua expresión socarrona de antes, ¿Qué fue eso? Pensó Kay. ¿Quizás sabía algo más que les impedía transformarse?
"Si quieres que lo hagamos, con gusto lo haremos. Para nosotros no hay ningún problema con mostrarte nuestras verdaderas formas, a fin de cuentas nos importa un bledo las reglas de esta maldita escuela." Terminaba de decir con filo mortal el líder como comenzó su proceso de transformación
Los once matones se transformaron como en algunos terminaron rasgando sus ropas a la vez que largos dientes, garras y colmillos sobresalían en algunos y en otros que variaban. Pero algo extraño es que en ninguno de ellos, Kay identifico una transformación especifica. En algunos sus formas se asemejaban a un cruce entre un hombre lobo y un orco. En otros a una especie de cruce entre un hombre lagarto y una lamia. En otros se repetía así y así. No parecían ser una especie específica de Youkais que el chico identificara, y más parecían una especie de mezcla extraña entre distintas especies Ayashi que el chico conocía de algunos de estos a quienes había enfrentado antes.
"¿Pero qué demonios son estos? No identifico a ninguno en específico. Qué extraño." Decía la Súcubo Kurumu algo extrañada a la vista de aquellas especies a quienes nunca había visto antes
"Deben de ser mestizos," Respondía Yukari rápidamente dando una conjetura, "Algunas especies de Ayashi se mezclan entre ellos por la reproducción. Ya que algunas especies puras de Youkais están en peligro de extinción en este mundo por causa de los humanos y de las persecuciones del mundo espiritual, por lo que las mezclas para perpetuar la sangre se hacen con esa intención. Algunas dan como resultado algunos nuevos tipos de individuos con las formas y habilidades de ambas especies, aunque siguen siendo esencialmente algo débiles en comparación con los de sangre pura."
Lo dicho por Yukari se escuchó también por los matones, quienes algunos pusieron expresiones de furia al oír eso, en especial a lo último dicho por la pequeña brujita.
"Así es niña. Somos mestizos. Y nos enorgullecemos de serlo. Siempre hemos sido humillados por los de sangre pura, rebajados y escupidos por ellos. Siendo tratados como nada. ¿Qué derecho tienen de serlo por ser como somos y de haber venido al mundo así? Por lo que es hora de poner un alto a todo eso. ¿Y qué de mejor que acabando con el considerado 'más fuerte' de la escuela? una vez que acabemos con Namura y su Club de patéticos amiguitos. Todos en la escuela nos respetaran y temerán, y la existencia de los mestizos adquirirá un nuevo significado aquí mismo." Decía el líder enorgulleciéndose de sus palabras a lo que el resto de su grupo asentía
"Pero que bola de seres tan patéticos estoy escuchando." Decía Kay haciéndose oír a lo que los demás pasaron a verlo sorprendidos por sus palabras
"¿Qué?" Decía el líder de los matones entre sorprendido y enojado por sus palabras
"¿Respeto? ¿Temor? No me hagan reír. Esos son solo puras estupideces de gente débil que necesitan hacerse notar porque desesperadamente no pueden vivir sin atención." Decía Kay socarronamente como continuaba
"A mí no me importarían que fuesen mestizos o no. Yo no vivo de lo que piensen los demás de todos modos. Yo podría decir que soy un 'mestizo' por tener padres de diferentes nacionalidades y un fondo familiar complejo también, pero… eso nunca me ha detenido de ser quien soy. Ni necesito probarle nada a nadie. Esta 'popularidad' que tengo nunca la quise, pero supongo que lo mismo podría pasarle a ustedes si es que llegan a 'derrotarme'. Nunca dejaran de perseguirlos y humillarlos, más aun sabiendo que son mestizos y muchos Youkais de pura sangre les tienen desidia como mencionaron. Así que a la larga nada cambiara. Pero eso no significa que voy a dejar vencerme por ustedes, por sus estúpidas razones tan vacías, y les hagan daño a mis amigos. Si quieren 'respeto', vengan a ganárselo." Decía Kay como se ponía en guardia ante la vista sorprendida del grupo de matones
El líder de aquel grupo solo pudo más que gruñir de furia como sus ojos parecían inyectados de sangre, mirando a aquel chico que se había atrevido a insultarlos y desafiarlos. Espuma salía de la boca de algunos del grupo, no queriendo esperar para abalanzarse y despedazar a aquel engreído. Kay sabía que estaba en una posición desventajosa ante aquellos monstruos, pero no tenía que hacerlo todo él solo, por lo que no fue sorpresa para el que Kurumu y Yukari se le unieran a su lado, la primera transformándose a su verdadera forma de súcubo y la segunda elevando su varita mágica en lo alto.
"Saben que no necesitan involucrarse en esto." Les decía Kay como seguía en guardia mirándolas de reojo
"¡No vamos a dejarte a ti que hagas todo el trabajo Kay-san! ¡Somos un grupo y estamos unidos-Desu!" Decía Yukari mientras movía su varita que brillaba con su poder mágica elevándose
"¡Yahoo! ¡Démosles una paliza a estos mestizos para que sepan con quienes no deben meterse!" Secundaba también Kurumu como alisaba sus garras cortantes
Kay solo suspiro, pero no dijo nada más. Sabría que tendría más posibilidades de vencer juntos, más si es contra este tipo de amenazas. Después de todo, ambas comprobaron ser confiables luchando unidos contra las plantas carnívoras en la 'colina de la bruja'. Este problema no debería ser diferente. El volteo dándole una mirada a Tsukune y Moka, y con su expresión les convido a mantenerse apartados. Moka asintió nerviosa mientras que Tsukune bajo la cabeza y apretaba sus puños en señal de impotencia. "¡Acaben con ellos muchachos! ¡Destrócenlos!" Fue el rugido del líder como sus diez compinches no tardaron en obedecer y lanzarse hacia los tres chicos
"¡Repliéguense!" Decía Kay como se movió hacia el frente mientras las otras dos chicas hicieron caso y cada una fue por su lado en el otro extremo
Kay se abalanzo directo a una criatura gigante de más dos metros que parecía a un extraño cruce entre un ciclope y una Jorogumo. Ya que tenía en total ocho brazos de forma arácnida divididos en cuatro en cada costado, y en cada uno portaba una Bokken en cada mano. Rápidamente esquivo los dos primeros ataques de los Bokkens dirigidos hacia él, agachándose y rodando por el suelo. Para después del tercer ataque en que toco tierra, remeciéndola y echando polvo, aprovechando la pantalla de polvo para coger impulso con sus pies en la espada de madera e impulsarse hacia adelante directo hacia la criatura.
Con sus piernas unidas como una sola, Kay pateo fuertemente la cara del ciclope-jorogumo. El cual se tambaleo y se fue a tierra cayendo de espaldas. El impacto remeció el polvo pero aún no había sido vencido como trataba de pararse a duras penas. Kay trataba de pensar en qué hacer cuando fue sorprendido por otros dos atacantes que cargaban cuchillos, que venían directo hacia él.
"Maldición. Son dos contra uno, tres si ese gigante se les une. Según recuerdo el punto débil de un gigante, son siempre sus rodillas las cuales deben cargar su enorme peso y masa, así que ahí debe ser el lugar que debo de atacar la próxima vez que se venga." Eran los pensamientos del chico mientras eludía a sus dos atacantes que parecían un cruce entre un hombre lagarto y una lamia, y un Tanuki y un Yoko respectivamente
Las chicas tenían sus propios problemas eludiendo a sus atacantes; Yukari con su varita hacia caer ollas desde el cielo y cogiendo cualquier objeto del suelo para hacerles caer sobre sus atacantes, además de usar ramas de árboles como proyectiles también. Kurumu volaba de un lado a otro antes de atacar en picada desde el cielo con sus filosas garras a cuanto se cruzara en su camino, utilizando sus poderes hipnóticos también para confundir y despistar a sus enemigos para poder realizar un ataque perfecto.
El líder del grupo el cual era una especie de cruce entre un hombre loco y un orco, miraba todo apartado mientras apretaba sus dientes de furia, estos chicos del Club habían resultado ser más duros de lo que pensaba. Pero eso no lo intimidaba. Mirando en dirección a donde estaban los otros miembros restantes del Club, Tsukune y Moka quienes veían todo entre preocupados por sus amigos y asustados. El líder se relamió los labios cuando una idea oscura se pasó por su mente. Virando su vista pudo ver que sus socios estaban manteniéndolos ocupados y recuperaban la energía para arremeter contra sus enemigos. Al menos ellos no caerían tan fáciles, pensó el líder del grupo de matones antes de dirigirse hacia donde estaban los otros chicos silenciosamente.
Kay por su parte ya había desarmado con una combinación de patadas y puños con sus técnicas de artes marciales, de los cuchillos y navajas de sus dos atacantes; pero eso no impedía que aun estos dos quisieran írsele encima. El Ayashi cruce entre un Lizard y una lamia con sus garras, transformo su cola rectilínea en una más grande haciéndola crecer tan grande más que su propio cuerpo. Él quería atrapar al chico entre su cola y aplastarle los huesos y asfixiarlo, como si de una serpiente se tratase. Kay hacia todo para eludirlo sabiéndose que no debía dejarse atrapar por él, pero tenía problemas con el otro Ayashi que era un cruce entre un Tanuki y un Yoko respectivamente. Echando fuego por la boca intentaba rostizar al chico, que eludía tirándose al suelo y rodando, a la vez que con sus piernas lanzaba tierra para cegar al mestizo y cerrándole su boca con tierra. Antes de que el mestizo pudiera hacer algo más, era derribado al suelo de una patada por el chico peli castaño.
Kay sudaba mucho y jadeaba, hacer esto le estaba exigiendo bastante para mantenerse en forma para eludir y contraatacar a seres más fuertes y rápidos que él, sabía que no podría seguir así siempre. Fue en eso que el anterior gigante ciclope-jorogumo, reapareció de nuevo y lanzando de su boca un hilo fino de seda, atrapo la pierna izquierda de Kay que volteo sorprendió por la acción del Ayashi. Este con cuatro de sus brazos lo hizo y lo aventó al aire, levantando al chico por encima de 50 metros del nivel del suelo. Kay miro hacia abajo y calculando la distancia, denoto que sería una caída que no podría detener y que no había manera que cayera sin romperse la mitad de sus huesos en el proceso.
Estaba en eso cuando una sombra paso volando cerca de él. Era Kurumu volando con sus alas parecidas a las de un murciélago, sus poderosas garras cortaron el hilo de seda que mantenía sujeta la pierna de Kay; y sujetándolo de su cintura como el chico paso su brazo por encima del hombro de la chica apoyándose en ella como si de un borracho se apoyara en otro para estabilizarse. Ambos quedaron suspendidos en el aire como la súcubo batía sus alas para mantenerse firmes.
"Bien, Kay. Sera mejor que pienses en algo, porque como estamos, no nos va bien." Decía la chica peli azul observando hacia abajo y el chico no pudo evitar estar de acuerdo con ella
Apenas y habían lastimado a dos o tres del grupo que estaban en el suelo, pero aun con señales de seguir queriendo pelear y con gran resistencia, mientras algunos seguían atacando a la pequeña Yukari que se defendía como podía. Mientras otros estaban en el suelo observando a los dos chicos en el cielo esperando que aterrizaran para continuar con la batalla.
"Por el momento no hay ninguno. Estos no retrocederán si no les damos batalla y una buena paliza, para así evitar que quieran volver y marcar el punto de que no deben meterse con nosotros más. Tendremos que derrotarlos a la vieja usanza si queremos enviar ese mensaje al resto de la escuela. Además, tenemos que ayudar a Yukari, ella sola no puede contra todos. Bájame pero en picada y con gran velocidad." Decía el chico mientras observaba a múltiples blancos para atacar primero
"¿Qué pretendes hacer?" Le preguntaba la chica peli azul
"Derribar al más grande y continuar con los pequeños. Necesitare tu ayuda en eso." Decía Kay sin más como le relato que iban a hacer
Kurumu no dijo más, debía de pensar que el chico se le habría ocurrido algo y ella no debía de perder el tiempo tampoco. Por lo que siguiéndole a sus palabras, ella bajo en picada a gran velocidad directo hacia el más grande sus atacantes, el ciclope jorogumo que media más de dos metros. Kurumu uso su poder hipnótico de gran poder, haciéndole creer al gigante que había logrado atrapar entre cuatro de sus brazos a la pareja y destrozarlos con los otros brazos que sostenían sus Bokken.
"ajajaja ¿Qué te pareció…? ¿Eh?" El gigante anonadado miro que a lo que había destrozado eran de hecho sus cuatro brazos que creía haber atrapado a los chicos y que había destrozado al golpearlos con sus Bokken bajo el poder hipnótico del súcubo
El ciclope quería gritar de dolor pero no pudo como Kay se lanzó en picada impulsado por la chica voladora, el cual con sus dos piernas unidas como si fuesen una lanza, embistió con la suela de sus zapatos justo en el ojo del ciclope, haciéndole cegar y trastabillar como cayo en el suelo en un potente golpe que hizo retumbar el suelo y ponerlo inconsciente. Uno menos, ahora quedaban, ¿diez? El chico cayó en el suelo de pies sin problemas y ya iba a voltear cuando un grito llamo su atención, haciendo que el resto de la pelea se detuviese.
El líder de aquel grupo tenía entre sus garras tanto a Moka como a Tsukune, los chicos lucían visiblemente asustados como las garras del líder sostenían a los chicos de sus cuellos, y presionados al suelo. Kay apretó los dientes ante esta táctica tan sucia pero debió de haberse esperado algo así de esta clase de escoria, ¿Respeto? ¿Reconocimiento? Pura basura podría pensar ahora al ver las acciones de este ser tan repulsivo.
"Bueno, bueno. Sera mejor que te rindas Namura, y eso va para tus amigas también. Si no es que quieren que sus amigos aquí, sufran las consecuencias de tu obstinación." Decía el líder de los matones con una sonrisa desagradable estampada en su cara
"Eres un maldito cobarde, ¿No que querías probarte a ti mismo y a tus compinches? A la larga eso solo demuestra que necesitas rehenes, para tenernos a tu merced y hacerte las cosas fáciles. No eres más que un insecto, no aguardo como el resto de Youkais querrán despedazarte cuando vean que solo eres un bicho tratando de aparentar ser alguien grande." Respondió Kay con todo el desdén que podría reunir en sus palabras
El líder del grupo apretó los dientes de furia, pero se relajó de inmediato al saberse dueño de la situación. Podía ver como las demás chicas aliadas de Namura lo miraban fijamente con miradas de igual desprecio, pero eso no importaba ahora. Ya las vería sufrir junto al sujeto que tanto los insultaba y humillaba.
"Puedes decir lo que quieras, pero no hay duda que te tengo donde te quería. Ahora se algo bueno y quédate quieto ahí mismo, para que los demás te puedan destrozar sin problemas, si lo haces; dejare ir a tus amigos sin problemas, ¿Qué dices?" Decía el líder como presionaba más a Tsukune y a Moka contra el suelo haciéndoles ahogar un gemido de dolor
Kay apretó los dientes y con una mano intento detener el avance de Kurumu y Yukari que querían ir a socorrerlos juntas, él sabía que un movimiento en falso y la vida de sus amigos estarían en peligro, simplemente no eran tan rápidos. No significa que confiara en ese infeliz, porque estaba pensando en muchas opciones sobre lo que pudiera hacer. El líder matón solo continuaba riéndose y mirándolo con expresión cínica cuando volvió a hablar.
"Si es por el bienestar de tus amigos, harás lo que te digo, ¿A qué no? Después de todo es por ellos que peleaste contra la comisión de seguridad pública, ¿verdad? Entonces…" Decía el líder matón regodeándose como Kay no paraba de fulminarlo con la mirada
"No tienes ninguna queja, ¿verdad?" Terminaba de decir el matón cuando en eso algo insólito sucedió
Una enredadera de espinas parecía salir de nada y apresar los brazos del Ayashi mestizo, clavándole las espinas de rosas dentro de la piel del Ayashi, el cual quería dar alaridos de dolor cuando una voz fría hablo detrás de él.
"¿Tu tampoco tienes ninguna queja, verdad?"
Hablo la fría voz como de un solo movimiento las enredaderas cortaron los brazos del Ayashi mestizo liberando a los dos chicos aprisionados en sus garras
El líder Ayashi comenzó a dar alaridos de dolor y revolcándose en el suelo, no soportando el enorme dolor que recorría su enorme cuerpo por sus extremidades amputadas. Todo el mundo quedo entre congelado y sorprendido por lo que había ocurrido, menos Kay quien no pudo evitar sonreír al reconocer a la persona que estaba liberando a los chicos de los brazos cercenados del mestizo. Era Kurama.
"¿Están bien chicos?" Les preguntaba Kurama como los ayudaba a levantarse
Tsukune y Moka estaban sin habla por la repentina aparición de su amigo del exterior, no esperaban verlo tan pronto. Misma reacción era tanto para Kurumu y Yukari que no vieron el peligro detrás de ellas, al aprovechar que estaban distraídas, dos Ayashi mestizos intentaban tomarlas por la espalda.
"¡Cuidado!" Grito Kay a las chicas que se dieron cuenta tarde
Pero no tuvieron de que preocuparse como otra presencia apareció de improviso por un costado, y con un torrente de aire frio arraso con los dos mestizos quienes cayeron a tierra semi congelados y titiritando de frio. Las chicas quedaron sorprendidas también por no haberse percatado a tiempo y ya estaban observando a quien las había salvado, cuando la presencia de dicha figura los dejo mudos a casi todo el grupo del Club.
"N-no puede ser… ¿E-el?" Decía Kurumu nerviosa al reconocer a su 'salvador'
"¿Pero qué hace el aquí-Desu?" Decía Yukari de igual manera entre nerviosa y asustada recordando los hechos pasados con aquel sujeto que no eran lindos
"Pero él es…" Decía Moka igualmente mientras se alejaba inconscientemente al detectar el peligro que aquella presencia le otorgaba
Tsukune estaba igual de anonadado, no esperaban volver a verlo. No fue hasta que Kay hablo que finalmente salió de su estupor, confirmándoles a todos que no se trataba de un mal sueño.
"Hei." Respondió Kay en tono duro
Efectivamente el que había aparecido de improviso y salvado a las chicas, aquel que era compañero de Kurama en esta misión, era nadie menos que el mismo ladrón de artefactos mágicos, con quien se había enfrentado el Club de periodismo antes, el mismo Hei.
El susodicho chico de cabellos alborotados de color azul oscuro, sus ojos eran del mismo color con una mirada que denotaba frialdad, como si fuese un tempano de hielo. Hei se volteo a mirarlos sin expresión y con la misma frialdad que lo caracterizaba, aunque Kay y los otros chicos que lo habían conocido, sabían que por dentro él era un torbellino de fuego y pasión ardiendo. Solo que no lo demostraba tanto, quizás por ser hijo de una Yukionna y un demonio de fuego (aun sin especificar.) Ambas naturalezas debían de chocar dentro de su interior.
"Él está con nosotros." Hablaba Kurama primero, tratando de evitar cualquier malentendido antes
"Esta de nuestra parte, aunque no lo crean. El cómo y porque lo sabrán después, por ahora; creo que debemos encargarnos de este grupo primero." Hablaba Kurama como extendía su látigo de raíces de rosas con espinas y se unía junto a Hei a la batalla
Kay solo se quedó frunciendo el ceño ante esto, no sabía cómo tomar esto aún y parecía que las chicas que luchaban a su lado tampoco. Aunque decidió tomar el consejo de Kurama y confiar en él, sabía que él no hacia este tipo de cosas sin ninguna razón, y creía saber del porqué, ¿Debía de ser acaso una orden del mundo espiritual? Tendría que averiguarlo después, como noto que los Ayashi mestizos no iban a querer esperar y querían unirse al combate nuevamente.
"¡Kurumu! ¡Yukari! ¡Dejemos las explicaciones para después! ¡Estos todavía no quieren darse por vencidos! ¡Acabémoslos y después oiremos lo que tengan que decir!" Espeto Kay como trono sus puños y se unió a la refriega junto a Kurama y Hei
Kurumu y Yukari no estaban muy convencidas, y se miraron vacilantes. Pero al ver que Kay tendría problemas luchando solo, decidieron solo asentir a regañadientes y unírsele al menos para apoyarlo a él. La batalla continua como si nunca se hubiera interrumpido y esta vez, la diferencia era notable. Con la incorporación de Hei y Kurama, el grupo del Club empezó a imponer condiciones sin problemas, y esta vez la gran 'determinación' del grupo de mestizos se evaporaba como Hei y Kurama no tenían piedad de ninguno de ellos. Aún no habían matado a ninguno por respetar las reglas de la escuela, más de parte de Kurama que de Hei, aunque este último sabia de estas reglas y que estaba restringido por Kurama, por lo que debía de restringirse a hacer poco daño y no llegar a matar. Pero nadie dijo nada de no amputar, romper huesos o lastimar severamente. Y eso fue lo que Hei hizo.
Kurama con su látigo de rosas iba cercenando piernas, brazos, rompiendo huesos, dejándolos en estado grave para que no se volvieran a levantar. Hei hizo lo mismo congelando a algunos con sus ataques de aire frio, también cualquier que quisiera atacarlo por la espalda, era envuelto en llamas de fuego negro que dejaban irreconocible a la víctima por las severas quemaduras, aunque no lo llegaban a matar. Kurumu iba hipnotizando a muchos con sus poderes de ilusión y como los chicos, ya no se restringía en nada, y con sus garras iba cercenando piernas, brazos, haciendo heridas graves para que estos no se volvieran a levantar, quizás alentada por lo que hacían los chicos. Kay y Yukari peleaban unidos; Yukari hacia descender desde una gran altura decenas de ollas para hacerlos caer en la cabeza de sus atacantes con enorme fuerza, cuando Kay aprovechaba y los atacaba sin piedad en sus puntos vitales como debajo del cuello, en las axilas, en los ojos, buscando cualquier arteria o vena para dejarlos incapacitados.
Fue una autentica carnicería, y en cuestión de cinco minutos ya habían acabado con casi todo el grupo de Ayashi mestizos, que habían osado desafiar al Club de periodismo. Solo quedaba uno y era el líder de aquel grupo matón, que había estado en el suelo chillando como cerdo por sus brazos cercenados, y mirando impotente como su grupo era derrotado irremediablemente. Ante el resultado, intento escapar pero su salida era detenida como Kurama y Hei se la obstruían de frente, mirándolo de forma fría. Kurumu y Yukari se hacían a cada extremo de sus costados también mirándolo de igual forma, y finalmente Kay fue quien apareció detrás de su espalda.
El líder trago saliva al ver la sombra detrás de él y volteándose, se encontró con la mirada gélida y casi sin expresión del chico peli castaño Namura, quien miraba a aquel sujeto como si mirara a un insecto. Apretándose los nudillos de sus puños dijo con voz calmada aunque con un eco de indiferencia y frialdad como recito las siguiente palabras que cargaban a su vez un tono de burla.
"No tienes quejas, ¿Verdad?" Señalo Kay antes de que su puño impactara en su rostro con tanta fuerza que le partió los dientes y le hizo sangrar la nariz
Pero no termino ahí, más y más golpes resonaron en toda el área, como el sonido desagradable de carne siendo aplastada se escuchaba, y los demás estudiantes que eran testigos mudos de aquello, solamente querían virar la vista asqueados como otros vomitaban producto de toda la carnicería anterior.
Para Kay Namura, el solamente sintió que un solo golpe… no fue suficiente.
…
Saizou Komiya observo todos los acontecimientos, oculto a la sombra de un árbol en el bosque, mientras apretaba los dientes de rabia. Namura una vez más había vencido; y esta vez por la inclusión de dos advenedizos a quienes no conocía.
"¡Maldita sea! ¡Si no fuese por esos dos entrometidos, ya hubiéramos podido acabar con Namura y ese Club de pacotilla!" Rugía Saizou entre dientes
Ya no podía hacer nada, sino esperar a realizar otro movimiento cuando pudiera. Por ahora este plan había fallado y era mejor retirarse. Pero una realización le llego a Saizou como se retiraba, como en sus ojos ardían con el fuego de la ira y el odio.
"Pero no creas Namura, esto no ha terminado. Pronto sabrás de nuevo de mí." Eran los pensamientos maliciosos del orco como se retiraba del bosque
…
Una figura más había estado observando todo, oculto desde otro lugar en el bosque. Sus ojos se habían enfocado si bien en la batalla, se mantuvieron fijos en una persona en específico. En Tsukune.
"Como pensaba eres como yo, alguien débil que no puede defenderse, y un paria…" Eran los pensamientos de la figura como veía en el transcurso de la batalla
Como el chico era sometido por los Ayashi y como después era rescatado por unos aparecidos que habían venido a ayudar al Club. Pero a ella no le interesaba la batalla en sí, solo su vista se mantuvo fija en Tsukune todo el tiempo y entonces lo vio… la mirada del chico reflejaba todos los pensamientos que ella sabía estaban pasando por su cabeza, porque ella misma los había tenido.
La impotencia, la inutilidad, el sentirse excluido de los otros… podía ver todo en la mirada de Tsukune cabizbaja y apretando sus puños. Lo atacaban por ser débil, y lo defendían por ser débil. ¿Cuánto no se parecía ella a él en el fondo?
"Pronto, muy pronto nos conoceremos, Aono Tsukune… y entonces serás mío." Se decía para sí misma la figura mientras se debatía entre salir y no, ahora que la batalla había terminado
…
Numerosos profesores habían venido para saber que estaba sucediendo y aplicar los correctivos obligatorios por la batalla desatada. Algunas camillas se habían traído para transportar a los estudiantes heridos (que en este caso eran solo los mestizos.) Hacia el hospital de la escuela. Como muchos presentaban heridas severas de amputaciones y huesos rotos. Kay junto con Kurama y Hei se habían separado del grupo del Club para ir a conversar a un lugar apartado, y tratar de aligerar el ambiente que la presencia de Hei le atraía a los chicos del Club al volver a verlo.
Por lo que fue trabajo de las chicas y de Tsukune el dar las explicaciones pertinentes a los profesores, del altercado que no habían comenzado ellos.
Afortunadamente, algunos estudiantes que fueron testigos de toda la batalla, hablaron a favor de los miembros del Club de periódico. Quizás sea por miedo o respeto hacia ellos, quizás por desidia hacia los miembros de los Ayashi derrotados por ser mestizos, de cualquier manera pareciera que los chicos se libraban una vez más de un castigo.
Tsukune estaba un poco apartado del grupo, mientras sostenía un papel de periódico por encima de su cabeza para tratar de aligerar un chichón, producto de un golpe que el líder mestizo le hizo cuando lo tuvo en su poder en el suelo. Las chicas estaban hablando con los profesores tratando de dar las explicaciones de lo acontecido, mientras Tsukune solo quería estar solo y estar sumido en sus pensamientos.
"Una vez más… yo… no serví de nada… tuvieron que salvarme de nuevo. No es que no les este agradecido a Kay-san y a Kurama-san… pero, ¿También tengo que estarlo con ese sujeto llamado Hei? Él es un enemigo e intento matarnos antes… y ahora nos salvó…pero, ¿Qué está sucediendo aquí? No creo que él sea como Ruby-san… sus ojos, se nota la frialdad para con nosotros… para con los demás…" Eran los pensamientos contradictorios de Tsukune en ese momento
Fue en eso que Kurumu de improviso paso abrazarlo por la espalda sorprendiendo al chico, y sacándolo de sus pensamientos confusos.
"¡Tsukune! ¡Me alegra que estés bien! ¡Perdona por no comprobar antes que estabas bien! Pero estos maestros pedían explicaciones rápidas, y como yo fui una de las que lucho, pues…" Trataba de excusarse la chica
Tsukune solo rio como se volteo para mirar a Kurumu, "Descuida Kurumu-chan, todo está bien." Respondía el chico en tono amable tratando de alejar su mente de pensamientos sombríos
"Pero parece que con todo esto ya no será posible la fiesta al final…" Decía Moka acercándose a ambos junto a Yukari
"Con la aparición nuevamente de Hei, será difícil planear algo de nuevo…" Decía Moka algo compungida pensando en la aparición de nuevo de aquel chico que intento matarlos hace tiempo
"Pero, ¿Por qué está de nuevo acá? ¿El no debería estar preso en el mundo espiritual o algo?" Preguntaba Kurumu como también tenía sus dudas
"Quizás Kurama-san tenga alguna razón en específico que lo haya impulsado a traerlo de vuelta hasta aquí." Decía Yukari pensativa antes de volver a hablar
"Quizás alguna misión encargada del mundo espiritual que solo Hei puede ayudarles a resolver. Recuerden que Kay-san y Kurama-san trabajan para ellos y quizás se les encargo algo nuevo, aquí adentro." Terminaba de especular la pequeña brujita
"No, ¿Otra misión aquí adentro? No quisiera verme involucrada de nuevo con nada que ver con el mundo espiritual." Relataba Kurumu hastiada de los problemas que ellos le traían según su punto de vista
"Supongo que no hay de otra… Kay-san nos los dirá, y será nuestra decisión el mantenernos a raya o ayudar." Decía la pequeña Yukari
Kurumu solo puso una mueca cansada y Moka una mirada dubitativa. Tsukune intento tratar de animarlas e ignorar sus pensamientos anteriores. Si quería ayudar, debía de hacerlo de la forma que por ahora le correspondía y podría hacer mejor. Quizás es lo único que por ahora él podía hacer.
"Ya, ya. No se preocupen chicas. Seguro Kay-san y Kurama-san nos lo dirán. Además ¿No estuvimos juntos en las buenas y en las malas anteriormente? Estoy seguro que estaremos bien. Ellos podrán mantener a Hei a raya, y trataremos de ayudar en lo que podamos. Kay-san nunca nos quiere poner en peligro, y siempre elegimos ayudarlo y él también lo ha hecho con nosotros. Solo tenemos que esperar y ver que nos explica." Decía Tsukune que terminaba con una sonrisa amigable
Parecía que la acción tuvo su efecto, como las chicas parecían más animadas esta vez, sonriendo y estando de mejor humor esta vez. Fue en eso que una voz los interrumpió.
"Ustedes son raros. Los del Club de periodismo se llevan bien." Respondió la figura claramente femenina que se presentó cerca del grupo
El mencionado grupo viraron a observarla extrañados. Algunos tenían miradas de confusión pues no conocían a la persona que les estaba hablando. La pequeña bruja se escondió detrás de Tsukune algo asustada. Pues la figura con su largo pelo morado despeinado, su tono de piel pálido, y las ojeras debajo de sus ojos, la hacían parecer como una lunática adicta a las drogas.
"Ustedes se llevan demasiado bien. No entiendo ese tipo de cosas." Decía la figura con una especie de piruleta en la boca
Fue cuando sus ojos de color azules suaves pero fríos se fijaron en Tsukune. Fue cuando la femenina se movió hasta tener cerca su rostro al del chico, quien dio un respingo sorprendido por la acción inesperada de la extraña chica.
"¡Whoa…! ¿Q-quien eres tú? ¿Y que hay con ese uniforme?" Preguntaba extrañado Tsukune
Ahora que se fijaba bien, la chica vestía una sudadera blanca larga con mangas largas de color azul oscuro, con una camiseta negra debajo. Llevaba un colgante de color amarillo colgado de su cuello. Calcetines largos de rayas de color azul purpura oscuro que llegaban hasta sus rodillas. Zapatos deportivos blancos, y lo que parecía una especie de correa o cinturón atado a su pierna izquierda. La falda típica de la escuela de cuadros color marrón era lo único del uniforme oficial de la escuela que ella llevaba según parece. Una piruleta llevaba en su boca también.
La chica mantuvo su escrutinio en Tsukune manteniendo incomodo al chico, hasta que finalmente la chica sacándose su piruleta de la boca y sonriendo, respondió en actitud alegre y melosa.
"Fufu… así que eres Aono Tsukune-kun. Eres más guapo de lo que pensaba…" Respondía la chica de forma coqueta
Fue entonces cuando la vista de la chica se posó en el periódico que el chico tenía en una de sus manos. Ella sin pedir permiso lo tomo de sus manos y se comenzó a alejar.
"Tomare prestado una copia de tu periódico." Respondió la chica como comenzó a alejarse
El grupo de chicos del Club, quedaron prácticamente embobados y confundidos por lo que acababa de pasar.
"Pero, ¿Quién era esa?" Pregunto Moka después de unos momentos
"Uh… No sé, no la conozco." Pregunto algo sonrojado Tsukune
"Me pregunto a que vino." Dijo Kurumu algo sospechosa, sobre todo de la actitud que había demostrado esa chica para con Tsukune
Yukari solo atino a mover las manos en gesto de no darle importancia al caso. Sin más, el grupo se movió rápido ya que casi era la hora para que comenzaran las primeras clases del día. Necesitaban encontrarse después con Kay y el resto para conversar. Y no esperaban volver a encontrarse con aquella chica extraña de todos modos. El destino les había demostrado siempre cuan equivocados estaban en su apreciación.
FIN DEL CAPITULO
