¡Y estoy de regreso! Este capítulo fue complicado, tanto por asuntos personales, como de la naturaleza en sí del capítulo. Este tipo de narración no es mi fuerte, pero espero haber hecho un trabajo competente al menos
Disfrútenlo mucho.
Capítulo 9: Desequilibrio
Dawn evade los ojos de Macherie, mirando hacia un lado, la bestia suelta una pequeña risa, encantada con esa actitud.
"He estado muy ansiosa por conocerte, Dawn."
La peliazul queda paralizada al oír esas palabras, sobre todo al escuchar a semejante criatura decir su nombre. Dawn vuelve a mirar a Macherie, quería fijarse en sus rasgos faciales, pero esos ojos amarillos eran casi hipnotizantes, resultaba difícil apartar la mirada. "¿C-cómo sabes mi nombre?"
Macherie acaricia la barbilla de la chica, parece pensar bastante su respuesta. "Lo sé todo, no hay detalle que se me fuera escapar de la AIP, pero en cuanto a ti, digamos que te he puesto los ojos encima desde hace mucho tiempo." Explica Macherie, en un tono nada serio, de hecho, era bastante juguetón, como si bromeara.
Dawn traga saliva nuevamente, deseaba locamente apartarse de inmediato, pero eso sólo hace que la bestia acorte aún más la distancia entre ambas.
"No te asustes, no voy a lastimarte." Le pide Macherie en ese mismo tono juguetón de antes.
La chica intenta observar el resto del cuerpo de la bestia, pero ahora ni siquiera podía dejar de mirar esos exóticos ojos, por mucho terror que le causaran.
"Heh, ¿Acaso deseas comprobar si me conoces algún lado? Pienso que alguien como yo es difícil de olvidar ¿No lo crees?" La bestia procede a acariciar con el dorso de su mano la mejilla de Dawn.
La chica nota que el pelaje de Macherie es muy suave, casi aterciopelado, pero eso no quitaba el hecho de que fuera una sensación terriblemente desagradable.
"Relájate cariño, tus compañeros de afuera deben estar siendo aniquilados por mis bestias, al igual que tus amiguitos aquí adentro. Sólo quedamos tú y yo." Comenta la vil bestia, mirando el rostro de Dawn con fascinación.
"¿Cómo puedes pedirme que me relaje d-después de de-decirme eso!?" Exclama Dawn, empujando a Macherie con sus manos. La sonrisa de la bestia sólo se hace más grande.
"Es cuestión de que aceptes lo que va a ocurrir, sólo eso." La bestia avanza nuevamente hacia Dawn, posando sus ojos en el brazo de la chica. "Pobrecita, te han mandado a tan peligrosa misión con el brazo así, eso te pasa por estar del lado incorrecto de balanza." Comenta la bestia extendiendo su garra hacia la extremidad herida de la chica.
Dawn retrocede de inmediato, al estar tan concentrada en los ojos de la bestia, no se fija a donde va y tropieza.
"Con cuidado muñeca, no querrás lastimarte más ¿verdad?" Macherie sujeta a Dawn del brazo herido, la palma de la bestia emitiendo un aura obscura de color púrpura intenso. El enyesado de la chica se agrieta y se rompe, y el cabestrillo que impedía que se me moviera la extremidad lesionada cae al suelo. La chica de inmediato siente que su brazo estaba de vuelta a la normalidad, lo mueve ligeramente, y después un poco más, dándose cuenta de que este ya había sanado en cuestión de segundos. "¿¡Qué!? ¡Cómo…mi brazo… está…!"
"De nada." Comenta Macherie muy sonriente, acercando su rostro al de Dawn. "Para ser una humana, eres tan hermosa, una pena completa que tu potencial sea desperdiciado estando en la AIP."
Las palabras de Macherie y su actitud en general, sólo hacen sentir a Dawn tan increíblemente incómoda ¡Esta bestia no tiene noción del espacio personal! "¿D-de que rayos hablas?" pregunta la chica, extremadamente confundida.
"Por ahora eres el capullo de una flor, atrapada por tus propios crueles sépalos, los cuales jamás te permitirán florecer, y menos en estas condiciones tan precarias. En cambio, las bestias de Menagerie son flores que ya han abierto sus pétalos de forma hermosa, son seres perfectos sin esas limitaciones que a ti te harán marchitarte."
Dawn parpadea, ciertamente esas palabras no ayudaban en nada a esclarecer la situación.
"No espero que me entiendas en este momento, es algo que sólo comprenderás cuando te unas a Menagerie…" Comenta Macherie, su sonrisa sólo retorciéndose más.
"¡QUÉ! ¿QUÉ!? Está loca si piensas que me uniré a ustedes, ¡La respuesta es no!" exclama la chica, poniéndose de pie como puede, ahora si casi muriéndose del miedo con la sola idea de formar parte de esa organización, no deseaba pensar en las implicaciones.
La bestia suelta una risa larga y ruidosa, estaba genuinamente divertida con la situación. "Cariño, no recuerdo haberte preguntado."
Millones de personas veían la violenta batalla entre la AIP y Menagerie que ocurría en el exterior de la escuela. Parecía algo completamente fuera de ese mundo, ataques de mil tipos destellaban en el cielo, intentado derribar a esas monstruosidades variopintas, quienes a cada ataque fallido soltaban risas insanas, demasiado divertidas con la situación. Un espectáculo tan horrendo que nadie podía quitarle los ojos de encima. Este horror no venía tanto de lo irreal de la situación, sino de lo terriblemente gráfica que esta era; la AIP peleaba como los honorables entrenadores que son, siempre a lado de sus fieles Pokémon; pero Menagerie tenía un estilo de pelea total y absolutamente brutal, ni siquiera un Pokémon salvaje se comparaba, un estilo digno de la más fiera bestia pero combinada con la inteligencia de un ser humano, derivando en ataques peligrosos e increíblemente precisos.
Claro que las bestias tenían niveles muy dispares de fuerza, las más débiles si estaban teniendo problemas con los entrenadores, especialmente si estos eran de alto nivel. Pero las más poderosas se daban el lujo de tratar a sus presas como juguetes, prolongando su sufrimiento todo lo que se les antojara, hasta que se aburrían de ellos y los acababan. Por está razón el pavimento que servía de campo de batalla estaba cubierto de manchas carmesí que se hacían cada vez más numerosas.
La decena de cuerpos humanos que yacían inertes en el suelo, mostraban con claridad el método favorito de Menagerie para matar: Ir directo al cuello. Algunos habían tenido suerte y solo mostraban la herida causada por colmillos o garras, desangrándose desde la yugular; otros no fueron tan afortunados ya que estaban prácticamente irreconocibles, las brutas que los habían asesinado aun destazaban sus cuerpos. Los Pokémon de estos entrenadores caídos podían ser clasificados en tres categorías, aquellos que aun peleaban por cuenta propia buscando vengar a sus humanos, aquellos que habían caído a lado de sus entrenadores y los pocos casos de Pokémon que se habían retirado del lugar, incapaces de encontrar un motivo para seguir peleando si sus amos ya no estaban más ahí.
Todo esto sin mencionar el efecto que ver esta carnicería tenía en los entrenadores que aun estaban de pie. Para la inmensa mayoría, cada caído sólo hacía que la enorme desesperanza colectiva que sentían creciera enormemente; para varios otros esto era el fin, puesto que no tenían la fuerza mental para continuar luchando, de ellos salían los más desgarradores gritos, casi todos salían corriendo despavoridos, más aún bajo los insultos de Paul que los llamaba cobardes; Menagerie no los perdonaba tampoco, la orden había sido muy clara. Y unos pocos al ver a sus camaradas caer, encontraban, de alguna manera que les hacía ver más como locos o necios, la forma de motivarse más aun para destruir a cuanta bestia fuera posible.
Por otro lado, también había agentes de la AIP que yacían terriblemente heridos en el suelo, junto con sus compañeros Pokémon, esperando a que las monstruosas mujeres les dieran el golpe de gracia. Sin embargo, los chicos que aún estaban en pie hacían un enorme esfuerzo por proteger a sus camaradas tanto como era posible; pero, aunque las fieras recibieran los ataques de los Pokémon de estos entrenadores, ninguna era derrotada por mucho tiempo, estaban demasiado motivadas como para dejarse vencer; esta motivación era ciertamente un gran impedimento para que la batalla fuera a favor de la AIP.
Naturalmente había bestias que habían sido totalmente destruidas, al ser muy débiles para poder combatir en forma. Pero la muerte de estas sólo enfurecía más a las otras fieras, era el equivalente a matar a un insecto para que todo el panal se volviera total y absolutamente loco.
Paul trataba de dar órdenes a sus Pokémon, pero no sólo era el hecho que estos tenían severos problemas para atinar sus ataques, el mismo estaba siendo atacado por una bestia voladora. Esta bestia era un tipo de harpía, cubierta primordialmente en plumas negras como la obsidiana; como toda bestia de Menagerie, su cabeza era la de una hermosa mujer, poseía tez clara, facciones muy delicadas y ojos alargados con pupilas rojas, su cabello corto e igual de negro que sus plumas y su elegante figura estaba contenida en una especie de kimono estilizado, bastante revelador. Pero a pesar de esto, era muy difícil no poner especial atención a esas garras enormes y afiladas que eran sus pies, las cuales utilizaba para dar zarpazos al entrenador.
"Oh, sabía que esto sería sencillo, pero tampoco pensé que tanto." Exclama la bestia, disparando un montón de afiladas plumas hacia Paul, el chico se cubre el rostro con el brazo, pero las plumas le rasgan parte de la vestimenta, lastimándolo aún más. La harpía gira su cabeza de lado, observando a su oponente con detenimiento. "Te he estado atacando tanto el día de hoy que ya hasta puedo diferenciarte de los otros humanos." Comenta con frialdad y con cierto asco.
"Tú luces igual de horripilante que tus amiguitas, pura maldita abominación." Comenta Paul con mucho desdén. "¡Electivire usa demolición!" De inmediato el enorme Pokémon amarillo se acerca a la bestia de plumas negras, y con su palma amenaza con golpearla, ella simplemente se eleva en los aires, soltando una pequeña mueca, es entonces que Paul le devuelve una sonrisa retorcida, ordenándole a su Pokémon golpearla con su ataque de rayo.
Tomándola desprevenida, el ataque le da de lleno, causando que la bestia se desplome hasta dar fuerte contra el suelo. Apenas y alcanza a recuperarse cuando recibe un puño trueno directo en el vientre, impactándola nuevamente contra el duro pavimento.
"Vaya así que todas las emplumadas son débiles contra la electricidad, justo como un Pokémon volador, que predecible." Dice Paul, analizando detenidamente la situación. "Acábala de inmediato."
La bestia posa sus ojos amarillos en Paul, genuinamente impresionada con el chico, no sólo tenía un corazón gélido, también se notaba que poseía un brillante intelecto. "Claro que…yo soy por mucho más lista que este humanito." Piensa muy confiada, ya que tan pronto como Paul da la orden final, la arpía lanza un graznido terriblemente ruidoso, para su enemigo y los chicos de la AIP librando sus batallas cerca de ellos era aún peor que oír el ruido que hace un clavo al ser arrastrado contra una pizarra, obviamente este fue suficiente como para distraer a Electivire por breves momentos, dándole tiempo a la bestia de negras plumas para burlar al destino. Pero no sólo eso, al oír los graznidos de su amiga, varias bestias de inmediato giraron hacia Paul y se acercan a él para atacarlo, dándole aún más oportunidad de un escape perfecto.
"¡Demonios!" Exclama Paul, viendo como su enemiga se alejaba por los aires; el chico no tiene suficiente tiempo para contemplar esto, ya que ahora está totalmente rodeado. Gira su cabeza para varias direcciones, observando a los Pokémon que tenía disponibles y un posible escape de la situación.
"¡Te atreviste a tocar a la Señorita Crow Tengu!" Grita una de las cuatro bestias que lo rodeaban, su rostro lleno de furia.
"Ya te enseñaremos que pasa con los que osan fastidiarnos." Exclama otra de las fieras a todo pulmón, todas estaban genuinamente ofendidas.
"No pienso quedarme para dicha lección, ¡Torterra!¡Planta frenesí!" Grita el chico y de inmediato el más poderosos de su Pokémon ejecuta dicho ataque, haciendo salir ramas enloquecidas del suelo. Ninguna de las bestias que lo atacaban poseían alas así que les fue imposible escapar a tiempo, por lo que fueron vapuleadas por el ataque; este fue tan poderoso que tres de esas cuatro bestias quedaron embarradas en el pavimento, demasiado heridas como para moverse.
"¡Ni creas que la libraste!" La cuarta fiera que recibió el ataque de Torterra no fue azotada contra el suelo, esta logro caer sobre sus cuatro extremidades con mucha delicadeza, y rápidamente corre hacia el joven a toda velocidad, mostrándole sus afilados dientes y extendiendo sus afiladas garras, tristemente para ella no alcanza siquiera a dañarle un cabello porque fue atacada con bala semilla por un Mega-Sceptile, la monstruosa mujer lanzó un alarido de dolor, aunque evitó la caída, su cuerpo estaba ya muy lastimado.
"¡S-señor Paul! ¿Se encuentra bien?" Pregunta Sawyer, el entrenador del Sceptile con bastante preocupación.
"Eso no importa ahora." Le contesta con bastante frialdad. "Acabemos con esas cuatro de ahí, así nos quitamos un problema de encima."
Las bestias tratan de ponerse de pie, pero ninguna tiene la fuerza para hacerlo, ese ataque fue demasiado, a veces los entrenadores de la AIP tenían a su disposición Pokémon absurdamente fuertes, haciéndolos oponentes formidables de no ser manejados con cuidado.
"Qué patéticas se ven." Comenta Paul con frialdad, cruzándose de brazos, sus Pokémon y el de Sawyer listos para fulminarlas. Torterra y Sceptile cargan rayo solar, Electrivire por su lado se prepara para lanzar su ataque de rayo. A la orden de sus entrenadores los tres ataques son pronto disparados hacia el cuarteto de bestias, los gritos de horror de estas fueron silenciados por completo, evidentemente fueron destruidas en cuestión de segundos; una vez que la luz de los ataques desapareció fue evidente que de esas cuatro fieras cubiertas en pelaje no quedó nada más que polvo.
Sawyer traga saliva, definitivamente no le gustaría nada la idea de haber estado en sus tristes lugares, el chico peliverde toma su libreta y anota algunas cosas rápidamente, antes de ir a ayudar a más entrenadores, puesto que su equipo tristemente no era de mucha ayuda, su compañero varón fue de los primeros en retirarse y Úrsula era demasiado orgullosa como para cooperar efectivamente, ella y su Garchomp al menos estaban defendiéndose decentemente, era mejor ni molestarla.
"¡No puede quedar una sola con vida!" Ordena Paul, avanzando hacia otro punto del campo de batalla, con los ojos trata de ubicar a la bestia de plumas negras con la que estaba peleando en un principio, pero ella ya se había largado. Como le hubiese gustado mofarse de ella en estos momentos.
Sin embargo, esa bestia de negro plumaje, Crow Tengu, se encontraba posada en uno de los árboles cercanos, respirando con fuerza, intentando recuperarse a la brevedad. "Admito que el discurso de la Gran Señorita Macherie, nos hizo sentir más fuertes de lo que en realidad somos, muchas de nosotras ni siquiera somos combatientes competentes…. y esas pobrecitas niñas ni siquiera tenían un mes de haberse unido a la organización, quizá esta batalla no vaya a ir totalmente a nuestro favor." Piensa la arpía, suspirando con fuerza mientras observa el campo de batalla.
En el interior del edificio las cosas estaban complicadas, pero obviamente en mucho menor magnitud. Ash estaba teniendo muchas dificultades para mantener a la temible Brachyura a raya, la bestia sin embargo apreciaba que el chico le estuviera dando buena batalla esta vez, no sería divertido cortarlo en dos si no lo hiciera después de todo.
"¡Pikachu, cola de hierro!" El Pokémon de inmediato corre para golpear a la fiera con sus ataques, la cola de Pikachu se ilumina para conectar el golpe, pero Brachyura lo toma de esta con su tenaza con toda facilidad, sorprendiendo a Ash y al Pokémon. La bestia lanza a la pobre ratita por los aires, estrellándolo contra el techo, el azabache se tira al piso de inmediato para atrapar a su compañero, evitando que se hiciera más daño.
"¡No podemos rendirnos!" exclama el chico, volteando hacia su Lycanroc, para ordenarle que usara Accelroca en la bestia.
Brachyura sonríe muy confiada, el Pokémon cuadrúpedo avanza a velocidad estrepitosa hacia ella, mucho más rápido de lo que anticipó, por lo que no logró bloquear el ataque como hubiese deseado, la cabeza de Lycanroc impactó contra su cuerpo con demasiada fuerza, derribándola.
"Heh, nada mal!" Sonríe Brachyura, poniéndose de pie. "Veo que, si eres más o menos capaz de dar pelea, bien ahí niño tonto."
"Usa accelroca una vez más!" Exclama Ash, tratando de no distraerse con los "cumplidos" de su oponente.
Brachyura alcanza a cruzar su brazo con su tenaza, protegiéndose el cuerpo, el Pokémon la ataca de nuevo y la hace retroceder, Ash le ordena a su compañero el seguir con el mismo movimiento una y otra vez. Aunque era predecible, a Brachyura le costaba bastante atacar cuando su oponente era tan veloz, pero su duro exoesqueleto definitivamente le otorgaba una protección inmensa.
"¡Impactrueno!" Pikachu ya estaba de pie, y ahí junto a Ash lanza su ataque característico, Brachyura estaba muy ocupada defendiéndose de Lycanroc como para esquivar dicho ataque, y lo recibe de lleno. Aprieta los dientes con fuerza, era extremadamente doloroso sentir como cada uno de sus músculos se contraía en contra de su voluntad, pero ni siquiera se queja, ella era una brava guerrera y ni siquiera la electricidad la iba a doblegar.
"¡¿Qué!?" Exclama Ash, sorprendido al ver que su rival resistía el ataque, Pikachu detiene su impactrueno, igual de sorprendido que su entrenador.
Brachyura le lanza una sonrisa arrogante. "¡Necesitas mucho más que eso para someterme! ¿Porqué no me atacas con TODO lo que tienes?" Pregunta mientras golpea el suelo con su tenaza, destrozándolo y enviando pedazos de escombro volando hacia Ash y sus Pokémon.
"¡ESQUIVEN!" Ordena el azabache, sus Pokémon alcanzan a quitarse del camino con algo de elegancia, pero el vuelve a arrojarse al suelo, cubriéndose la cabeza para no salir lastimado.
"A ustedes los humanos mugrosos sí que les encanta estar en el suelo, es natural, es a donde pertenecen." Comenta Brachyura, acercándose amenazadoramente, los Pokémon de Ash le gruñen, como una forma de ganar tiempo para ayudar a su entrenador a ponerse de pie.
Ash levanta la vista y ve desafiante a la temible bestia. "¡Porqué hacen esto! ¿¡Porqué dañan a gente inocente!? ¡No tienen derecho!"
Brachyura se encoge de hombros y le dedica una expresión de desdén. "Por qué queremos y podemos."
Las mejillas de Ash se ponen rojas de la furia que siente el chico al oír tales palabras. "¡¿S-solo por eso!?"
"Es la explicación que mereces." Le contesta Brachyura, atacándolo de nuevo.
No muy lejos de ahí, Serena lidiaba aun con Nectura, tanto ella como sus Pokémon estaban total y absolutamente exhaustos. Serena era mucho menos hábil en los combates Pokémon que Ash, Dawn inclusive tenía muchísima más experiencia en ese rubro que ella, esto aunado a que los comentarios crueles de su oponente la hacían sentir tan mal, ella intentaba desesperadamente no tomárselos a pecho, pero una parte de ella, muy dentro de su corazón, creía con firmeza que esas palabras envenenadas eran la realidad, a pesar de ello estaba haciendo un trabajo bastante aceptable en esquivar todos los ataques de Nectura, su Sylveon era especialmente útil en esto, siendo capaz de enredar una y otra vez a la bestia para entorpecer sus fieros ataques.
Nectura tampoco la tenía nada fácil, ella no era terriblemente poderosa como Brachyura y otras bestias, su rango era inferior por esa misma razón. Comparada con muchas de sus aliadas, ella no tenía la capacidad de soportar combates demasiado largos; estaba harta y cansada que la odiosa aquella y sus Pokémon esquivaran sus artimañas para acabarlos; lo que mejor le había resultado era atormentar a Serena con sus palabras, pero estaba al límite, no podía respirar adecuadamente, ni siquiera teniendo un cuerpo mucho más eficiente en este rubro, hablar sólo disminuía su resistencia en combate más y más.
"C-cansada? ¿Por qué no vas a llo-rarle a tu amiguito a que te saque de aquí? Oh… lo siento, …seguramente la Señorita Brachyura… ya lo hizo p-puré." Comenta Nectura, intentando ocultar su cansancio lo más posible, ingeniándoselas para mostrar una actitud arrogante.
"Pero mira quien habla… tú necesitas un descanso, mucho más que nosotros." Responde Serena, sujetándose de la pared, sus piernas temblando.
"Yo lo dudo…pero no te angusties, ¡Seré muy buena y te acabaré de in-inmediato!" Nectura hace salir dos aguijones, de cada uno de los dorsos de sus manos insectoides, y vuela directo hacia Serena para liquidarla, su vuelo ya no es tan ágil pero aun así logra acercarse lo suficientemente rápido a Serena como para darle en el hombro con uno de esos afilados aguijones, fallando en atacarla en una zona más vital, se prepara para atacar una vez más, pero esta en una posición increíblemente riesgosa.
"¡ES MI OPORTUNIDAD!" Una sonrisa confiada se dibuja por primera vez en mucho tiempo en los labios de Serena, a pesar del dolor inmenso que comienza a sentir debido a la picadura. "¡Sylveon, fuerza lunar! ¡Braixen, lanzallamas!" Ordena a sus Pokémon que están justo detrás de ella.
Nectura alcanza a esquivar el lanzallamas a duras penas, pero el ataque de fuerza lunar le da directito en su rostro, enviándola directo a estrellarse contra la pared, su cuerpo golpeándose también con el suelo al caer.
Serena se sujeta el hombro, este sangraba abundantemente, la chica aprieta la mandíbula con fuerza, el dolor parece estarse haciendo peor. Mira hacia el frente y ve que Nectura está levantándose con mucha dificultad. "¡Psi-psicorrayo Braixen, r-rápido!"
El Pokemon de Serena usa sus habilidades psíquicas para enviar un rayo multicolor directo a Nectura, quien ni siquiera alcanza a ver lo que la golpea. Sólo grita inmensamente adolorida, un líquido de color azul marino, saliendo de su boca, seguro era algo similar a la sangre; era obvio que había sufrido bastante daño después de golpearse contra el muro así.
"¡Qué humillante… S-serena me va a matar! ¡Debí haber abandonado esta lucha cuando aún podía…!" Piensa Nectura, tosiendo un poco más de ese líquido azul; ella no cree lo que ve, su nuevo cuerpo era supuestamente superior, cubierto primordialmente por un resistente exoesqueleto quitinoso, particularmente el abdomen insectoide que salía de su espalda, lo que más le agradaba de su nueva apariencia; pero ese condenado ataque fue más de lo que esperaba, el impacto fue muy fuerte, incluso su cuerpo perfecto y hermoso, que superaba por mucho en belleza y poder al de su alter ego humano, no pudo resistirlo como era debido. Sus amadas superiores siempre le habían dicho que procurara evitar batallas, que ellas le dirían cuando sería adecuado involucrarse totalmente, seguro esta era la razón, ellas sabían más de la fragilidad de su cuerpo. "Y acaso así se va a acabar todo?"
"¡Lanzallamas!"
Si, esa debía ser su sentencia de muerte, a manos de una persona que ahora detestaba con el alma. Pero por alguna razón eso no ocurrió, Nectura no alcanzó a saber el porqué, ya que perdió el conocimiento momentos después.
Serena grita totalmente aterrada, la pared junto a ella estalló, dispersando gran cantidad de escombros, junto con ella, Ash y sus dos Pokémon, heridos, pero aun con vida y voluntad de pelear, los ojos de la chica se iluminan al ver al azabache enterito, olvidándose momentáneamente del inmenso dolor que la aquejaba.
"¡Ash!"
Ash voltea a verla y le sonríe cálidamente por breves instantes, antes de dirigirse a la bestia frente a él, obviamente era Brachyura, quién con su inmenso poder, había destrozado ya esos muros como si no fueran más que papel.
"Y le haré lo mismo a tus huesos, y a los de tus amigos también" Exclama, con la sonrisa más sádica. Sonrisa que se borra cuando se da cuenta que su querida Nectura se encontraba en el piso, totalmente fuera de sí. "¡Nectura!" La amazónica bestia, ni corta ni perezosa, da un salto hacia su camarada, asegurándose que todavía estuviera con vida. "¡Ah! ¡Qué alivio! Sólo estás herida…, no te preocupes, sanaremos tus heridas a la brevedad." Murmura Brachyura con cierta dulzura en su voz, transformando su enorme tenaza en un brazo totalmente normal y cargando a Nectura con facilidad con él.
"¡¿A dónde crees que vas? ¡No hemos acabado! ¡Pikachu y Lycan-!"
El brazo libre de Nectura es usado para levantar un gigante trozo de la pared destruida y la arroja directo hacia el grupo de Ash, obligándolos a atacar para destruirla, su intención era obviamente escabullirse para poner a su amiga a salvo.
"¡Se fue…!" exclama el azabache, a punto de salir disparado tras su oponente.
Serena alcanza a tomarlo del brazo, a pesar de que la molestia de la herida de su hombro se hacía más y más fuerte "¡Ash es nuestra oportunidad! ¡Recuerda! ¡Debemos ir al auditorio…!"
Ash suspira, odiaba de verdad dejar las cosas a medias, si ese monstruo lo había desafiado lo natural era que acabaran la batalla. Aunque podía apreciar, en su enorme inocencia, que ella se hubiese preocupado más por su amiga que por la pelea. "Sí debemos, encontrarnos con Dawn e ir por los rehenes."
Y como todos esos días, Dawn estaba ahora en una complicadísima batalla contra la mismísima Macherie (naturalmente resultado de rechazar la tan escandalosa proposición que se le había realizado), si es que a eso se le podía llamar una batalla. Incluso con sus Pokémon más fuertes afuera, incluso usando sus más poderosas combinaciones Dawn se sentía más como un bufón, cuya única obligación era entretener a esa bestia, sus ataques ni de chiste acertaban al blanco, y la líder de Menagerie sólo sonreía totalmente encantada.
"Piplup! ¡Gira y Atácala con rayo burbuja!"
El pequeño Pokémon salta y comienza a girar, creando un torbellino de burbujas que resultarían difíciles de esquivar desde cualquier ángulo de la sala, pero incluso así la bestia simplemente la esquivaba con gracia absoluta, como si estuviera danzando.
"¡Es muy rápida! ¿¡Como rayos voy a derrotarla!?" exclama Dawn, inmensamente frustrada.
"Ya te dije que no puedes herirme. Tan sólo piénsalo un minuto, si a duras penas tú y tus amigos derrotaron a una de mis bestias, una de bajo rango, por cierto, ¿Qué te hace pensar que podrías siquiera darme con uno de tus ataques? Soy la Reina de Menagerie."
Dawn la mira enfurecida, sabe que lo que ese monstruo dice es totalmente cierto, no había siquiera una minúscula probabilidad de que la derrotara.
La risa de Macherie resuena con fuerza. "Mírate nada más, eres tan linda cuando haces esa cara."
"¡Cierra la boca!" Exige Dawn, indicándole a Togekiss y a Piplup que ataquen con Ataque aéreo y Pico taladro respectivamente, el Pokémon brilla en una luz roja y vuela hacia la bestia para atacarla, con el pingüinito encima suyo, listos para ese ataque doble. Macherie simplemente bate sus alas, con suavidad, creando una fuerte ráfaga de aire que los detiene los manda a estrellarse contra su entrenadora, quedando los tres en el suelo.
Macherie sonríe. "¿Ya terminaste muñeca?" Pregunta la bestia, estirándose y fingiendo un bostezo, ya llevaba rato combatiendo contra Dawn es decir solamente el equivalente a juguetear con una bola de estambre. La fiera aparece frente a su presa, sonriendo con increíble vileza, su rostro estaba a escasos centímetros del de Dawn, la peliazul cree oír ronroneos "Ya no te resistas más y dime ¿Qué prefieres? ¿Escamas, plumas o pelaje?" Le pregunta, acortando la distancia aún más entre ambas, Dawn siente su piel erizarse, sus Pokémon también están aterrados, la bestia tenía una presencia demasiado poderosa.
"¡NINGUNA DE LAS TRES!" Ruge la peli azul, lanzando una bofetada contra Macherie para quitarla de frente suyo, la bestia solo requiere dar medio paso atrás para quitarse antes de ser golpeada.
"Oh, niñita grosera." Los labios de la bestia sólo se retuercen más y más. "¿Así tratas a tu gran benefactora?" El tono juguetón jamás abandona la voz de la Líder Bestia, esta contempla a la asustada Dawn, esto le era demasiado entretenido, coloca sus propios dedos en su barbilla, pensando, antes de continuar hablando. "Bueno ciertamente ninguna de mis bestias tiene ese comportamiento tan reprochable, pero no te angusties, ¡Voy a…" Macherie hace una muy breve pausa, extiende sus garras al frente y un objeto se materializa entre ellas; se trataba de un látigo de cuero muy obscuro, con un mango de madera finísima. "…domesticarte!" concluye, con una expresión totalmente diabólica.
