¡Hola que tal! Les traigo el décimo capítulo (yupi!) de esta historia! Espero les agrade mucho!

Capítulo 10: Perspectiva

"¡¿De qué mierda hablas!? ¿Cómo que domesticarme!?" Exclama la peliazul, tan furiosa como incrédula ante esa palabra que ciertamente ninguna persona esperaría oír jamás en su vida, pero seguramente las bestias la escuchan todo el tiempo.

Macherie tensa la cuerda del látigo, sujetando el artefacto con ambas garras, sus infernales ojos no se despegaban de Dawn en ningún momento y la peliazul se daría cuenta que, de alguna forma, la sonrisa de aquella criatura sólo continuaba haciéndose más amplia. "Ahora linda muñequita, repite después de mi…" Macherie carraspea la garganta "¡REGLA NUMERO UNO!" ruge la bestia, casi literalmente, asegurándose que los Pokémon de Dawn regresen asustados a sus Pokébolas, nadie debía interferir en tan glorioso momento. "¡AMARÉ A MI GRANDIOSA SEÑORITA MACHERIE, POR ENCIMA DE TODO!"

Dawn parpadea, ni siquiera procesando por completo las tonterías que la bestia deseaba que sus labios pronunciaran, eso sin mencionar que el volumen de voz de la criatura la había aterrado por completo. "¿Qué...?" pregunta, muy confundida, instantes antes de recibir un golpe en el hombro por parte de la punta del látigo de Macherie; era un dolor increíblemente intenso, que rápidamente viajaba como una onda por la piel de la chica, dando la sensación de que el área golpeada había sido mucho mayor. "¡AY! ¿¡Qué rayos te pasa!?" Exclama adolorida.

"¡Dije que repitieras! ¡AMARÉ A MI GRANDIOSA SEÑORITA MACHERIE, POR ENCIMA DE TODO!" Replica Macherie, azotando nuevamente a Dawn, esta vez en la pierna. "Sino lo haces, jamás podremos continuar con la segunda regla, y mucho menos con la tercera y las que le sigan."

"¡¿Y eso a mí que me importa!? ¡Pégame lo que quieras, no voy a repetir nada, bruja estúpida!" La chica había estado sobando su hombro, pero ahora debía disminuir la sensación de dolor presente en su pierna, estaba haciéndose la fuerte, sus ojos estaban llorosos. No sólo por el daño físico al que estaba siendo sometida, era también el hecho que básicamente estaba siendo tratada como una fiera imbécil que no entiende a otra que a golpes. Empezaba a hacerla sentir…menos humana.

Macherie lanza una carcajada enfermiza y azota el látigo, esta vez contra el pecho de la chica. "¡Vaya! Siempre aprecio que las cosas se pongan interesantes." Macherie mueve su larga cola de izquierda a derecha, ronroneando encantada. "¿Sabes? ¡Adoro los juegos así! ¿Caerás primero tu ante mí, rogándome clemencia con tu preciosa carita de muñeca empapada por tus deliciosas lagrimas? ¿O me cansaré de azotarte con mi látigo, viéndome forzada a aceptar lo superior de tu voluntad férrea? ¡Qué emoción!"

"¡E-estás enferma!" exclama Dawn, sólo para recibir otro latigazo en el torso, y luego otro y otro. El sufrimiento al que estaba siendo sometida sólo incrementaba, y entre más sufría más sonoras eran las risotadas insanas de la bestia sádica. La peliazul naturalmente trataba de tomar una de las Pokébolas de su bolsillo, pero la presencia de la bestia combinado con la lluvia de golpes lo hacía virtualmente imposible, gruesas lagrimas salían de los ojos de Dawn, la chica mordía sus labios con fuerza, intentando prepararse para el siguiente golpe.

"¡Oh dulce y linda Dawn, tampoco se trata de que seas una masoquista, si tan sólo jurarás AMAR A TU GRANDIOSA SEÑORITA MACHERIE, POR ENCIMA DE TODO, ¡No tendrías que pasar por todo esto!" La bestia sólo incrementa la intensidad de sus latigazos, los llantos de la chica se hacían cada vez más ruidosos. "Acepta tu destino ya, te prometo que serás la fiera más hermosa de todas." Macherie le sonríe, como si estuviera dándole una excelente noticia. "Sí, creo que ya sé que tengo en mente para ti, te encantará."

"¡Zoey! ¿Estás ahí? ¡N-necesito ayuda…!" Implora la chica, intentando comunicare con su amiga. Sin embargo, la neblina que rodeaba el lugar sólo le aseguraba que nadie pudiera contestarle. "¡Responde por favor! ¡TE NECESITO!"

Los ojos de Macherie se abren bastante, deteniendo los azotes por un momento; iba a decirle algo, pero las puertas del auditorio abriéndose en par en par la interrumpen. Se trataba de Ash y Serena, los dos casi sin aliento. Los gritos y carcajadas de la bestia les ayudaron a llegar con muchísima rapidez al lugar, una vez que sus combates con Brachyura y Nectura hubiesen acabado.

"Ash y Serena. Los otros dos asesinos de la pequeña Myria ¿No deberían estar muertos ya?" Macherie, quien hace apenas unos minutos estaba divirtiéndose inmensamente, ahora estaba de vuelta a su personalidad estoica.

"¡DEJA EN PAZ A DAWN!" Grita Ash, apunto de indicarle a Pikachu que rostizara a esa bestia con impactrueno, pero se detuvo en seco, al ver que tan terrible criatura levantaba el cuerpo herido de Dawn, las garras apretando las mejillas de la chica como si fueran las de un bebé.

"Nos estamos divirtiendo, ¿No ves que ya somos prácticamente MEJORES AMIGAS?" Una pequeña mueca traviesa vuelve al rostro de Macherie. Haciendo una voz mucho más aguda, se le ocurre que sería hilarante hablar por su presa, como si fuera un ventrílocuo en escena. "¡No se preocupen! ¡Me la estoy pasando genial con MI GRANDIOSA SEÑORITA MACHERIE!" de haber querido habría estallado en carcajadas en ese mismo momento. Aunque, con tanto estorbo presente eso era simplemente imposible, la realidad era que le habían amargado el divertido momento.

Dawn se ruboriza, la situación era muy humillante después de todo, intentando comentar algo, pero la bestia le aprieta las mejillas con más fuerza.

Serena no podía poner total atención en la escena. Aunque el aroma que llenaba el sitio era increíblemente agradable, lo pesado de la niebla, y muy seguramente la mera existencia de ese monstruo le ponían los cabellos de punta, eso sin mencionar el persistente dolor por la picadura de Nectura; de verdad que tenía unas ganas inmensas de salir corriendo de ahí. Para Ash la experiencia en teoría era peor, ya que no sólo era lidiar con la atmosfera abrumadoramente obscura, sino era soportar un olor muy intenso a azufre, cuando entró al lugar apenas y lo percibió, pero ahora ese pestilente aroma estaba entorpeciendo sus sentidos de poco a poco.

"Pero sinceramente ahora estoy furiosa. Ya que están aquí, arruinaron lo que tenía planeado, deseaba darnos a mi y a mis lindas bestias un adorable regalito, lo necesitamos tanto después de que ustedes extinguieran la vida de Myria." Macherie bosteza, dejando a Dawn delicadamente en el suelo, la chica tan pronto se vio libre de las viles garras de esa criatura, corrió hacia sus compañeros, la bestia la ve alejarse con notable decepción. "Ahora que están aquí, solo han conseguido irritarme, no sólo por que ustedes dos no me sirven nada, sino porque el hecho de que sigan con vida significa que mis bestias fracasaron en tan simple tarea. Eso le mata los ánimos a cualquiera; en fin, mi querida Dawn, ya continuaremos con lo nuestro en otra ocasión, espérame con muchas ansias." Antes de desaparecer de la vista de todos, Macherie chasquea los dedos y aparentemente de la nada, justo como había ocurrido antes en el campo de batalla, decenas de maniquíes al servicio de Menagerie se hacen presentes.

"¿Qué son esas cosas?" Pregunta Serena, colocándose detrás de Ash para protegerse. De inmediato nota que el chico se sostiene la cabeza, de hecho, le parecía increíblemente extraño que Ash no hubiera siquiera intentado atacar a la bestia tantas veces como fuera posible antes de que esta desapareciera. Pikachu y Lycanroc también notan este cambio en su entrenador y voltean a ver con una preocupación tan intensa como la de Serena.

"¿Ash qué te pasa?" pregunta la chica, sosteniendo al chico.

"El olor e-es insoportable…" Explica el chico antes de colapsar de rodillas al piso, tosiendo y arqueando, también se sujetaba la nariz con sus dedo pulgar e índice.

"¿Insoportable?" Pregunta de nuevo Serena, colocando su mano en la espalda del chico.

Dawn arquea una ceja, sentía una profunda rabia, ya que por culpa de estos dos tuvo que lidiar sola con la loca esa, pero por el momento era mejor aprovechar que la susodicha decidió retirarse. "Debe ser la estúpida neblina." Comenta con notable frialdad en su voz.

Serena asiente con la cabeza. "Puede ser, pero ¿Por qué a ti y a mi no nos pone así?"

"Ni idea." Dawn señala a los maniquíes que tenían frente a ellos, era muy fácil compararlos con zombis, estos apenas podían moverse, eran lentos y torpes. "Hay que encargarnos de esos tu y yo, Pikachu y Lycanroc, por favor, saquen a Ash de aquí, al menos hasta que encontremos la forma de quitar esta niebla. Los Pokémon de Ash asienten con la cabeza y con cuidado auxilian al pobre a Ash para salir del auditorio.

"Desearía cuidarlo yo misma allá afuera." Piensa y de inmediato se auto regaña por pensar de esa forma en estos momentos. Dawn había pasado por demasiado como para dejarla así, estaba visiblemente lastimada, aunque extrañamente ya no tenía el cabestrillo de su brazo fracturado, fuera de sus heridas, el brazo antes fracturado parecía estar bien. "¿Y tú cabestrillo…?"

"¡ESO NO IMPORTA, SÓLO ACABEMOS CON ESTO!" grita Dawn, genuinamente fastidiada con aquella pregunta.

Mientras tanto, Lillie se encontraba en su oficina en la AIP, mirando con los ojos totalmente humedecidos la terrible batalla que estaba siendo librada entre su AIP y Menagerie. Contemplaba con enorme impotencia a los jóvenes que estaban bajo su mando ser destazados por esos infernales seres, el esfuerzo de varios años para consolidar la AIP simplemente se desmoronaba en pocos minutos. No podía hacer nada más; para lo único que en verdad servía era para firmar cheques. Paul y Zoey por más que estuvieran siempre en eterno conflicto, eran entrenadores increíblemente talentosos, Clemont no sólo era un gran entrenador, era también un genio inventor.

"Se ha terminado." Murmura la chica, apagando la pantalla, ya no lo soportaba más. Se levanta de su silla y sale de su despacho. El edificio obviamente esta demasiado callado, claro hay personal administrativo que seguía ahí, pero la mayor parte de los empleados, tenían como propósito derrotar a Menagerie, ese era la razón de existir de la AIP. "Envié a trescientas personas y…por lo que vi, no quedan más de la mitad…seguro en estos momentos más vidas se siguen perdiendo como si no valieran nada." Lillie tiene más y más dificultades para esconder su llanto, pero aun así avanza por los pasillos vacíos de su edificio un rato más sin reventar en lágrimas y finalmente se detiene, frente a la puerta a la oficina donde Zoey debería estar coordinando el rescate de los rehenes. La chica toca la puerta, pero en el momento en que lo hace esta se abre, la chica pelirroja iba de salida.

Zoey sonríe amargamente. "Esperaba no encontrarme con usted, pero creo que no salí con rapidez." Comenta la chica, invitando a Lillie a pasar, pero esta sólo se recarga contra la pared.

"¿A dónde ibas?" Pregunta Lille, mirando al piso.

Zoey suspira, y se recarga también contra la pared, trataba de mostrar tanta calma como fuera posible, pero sinceramente era un manojo de nervios en estos momentos. "Sé que me ordenó quedarme aquí, pero ya no puedo soportarlo más…me dirigía a ayudar a Dawn y a los demás directamente, verá…parece que tuvieron problemas entre ellos y…además una insidiosa neblina me ha imposibilitado el comunicarme con Dawn." La chica hace una larga pausa, quizá esperaba que Lillie dijera algo, pero en vista que eso no ocurrió ella hizo el comentario por su cuenta "Eso sin mencionar que todo ese desastre es culpa mía."

"No, es culpa mía." Replica Lillie casi de inmediato.

"Usted es sólo cometió el error de tomar en cuenta mi opinión, lo menos que puedo hacer es vengar a mis camaradas caídos." Comenta Zoey, colocando una mano sobre su pecho, sentía una sensación de culpa inmensa.

"Al menos puedes tienes la capacidad de luchar, yo…sólo puedo quedarme aquí, de otra forma estorbaría." Dice la rubia con amargura.

"¡No diga eso! Comprendo que usted no es una entrenadora, …y sé que le incomoda bastante sentirse como un jugador de ajedrez en esta situación." Zoey voltea a ver a Lillie, arqueando una ceja. "Pero no es razón para pensar así, usted permite que la AIP funcione en el nivel más básico, nuestro trabajo es simplemente acabar con Menagerie."

Lillie asiente con la cabeza, mirando por primera vez a la pelirroja a los ojos "Sí…quizá tienes razón." La rubia hace una larga pausa. "¿Crees que esas horrendas fieras tengan un objetivo, más allá de causar caos por amor al arte..?"

Zoey mira hacia arriba y se queda en silencio, su expresión era demasiado seria, iba a responder la pregunta, tras dar un suspiro enorme y pensar su respuesta detenidamente, pero es interrumpida por Lillie.

"Perdona, sé qué… ese tipo de preguntas te ponen nerviosa." Se disculpa Lillie antes de hacer responder a la pelirroja.

"Hay cosas que estamos mejor sin saber, si me pongo así…es sólo porque no quiero ni pensar en que pasa si fallamos." Responde Zoey, con absoluta seriedad, pero moviendo su pierna rápidamente, su nerviosismo escapaba de su control.

Lillie traga saliva, ella también detestaba pensar en la sola idea de que eso pasara, aunque siendo totalmente honestos, era el escenario más realista en el que se pudiera pensar. "En los pocos meses que la AIP tiene de existir, nuestro éxito contra Menagerie ha sido muy pobre, pero… al menos hemos logrado arruinar varios de sus planes, aunque dudo que eso nos haga adversarios temibles para ellas."

"Para ellas no somos más que una incómoda plaga." Comenta Zoey, con absoluta seguridad, después suspira y se reincorpora. "Es mejor que me vaya, no quiero hacer esperar a Dawn…ni a los demás, ni un momento más; le aseguro que traeré a esos rehenes con bien, así sea lo último que haga."

"Le diré a Clemont que vaya contigo, no sé cómo podamos poner las cosas a nuestro favor, pero ustedes dos deben estar ahí para que eso tenga alguna posibilidad de ocurrir." Agrega Lillie rápidamente, de cierta manera temiendo que la chica se fuera sin ayuda adicional, no se le había escapado la urgencia de la chica por retirarse.

Zoey le ofrece su mano a Lillie, ayudándola a ponerse de pie. "Bien, lo estaré esperando, dígale que me adelantare a mi vehículo…" Añade antes de salir corriendo del lugar.

Minutos después de esa conversación, un automóvil sale a toda velocidad de la cede de la AIP. Puesto que la bestia que había invocado la terrible lluvia sobre la ciudad Veilstone, Mirabilis, había sido incapacitada por los miembros de la AIP, ahora si que era posible atravesar las calles de dicho lugar con vehículos. El auto en cuestión era un convertible de color rojo; en el viajaban dos importantes miembros de la AIP, Zoey, quien conducía sin mucho interés por las reglas de tránsito y Clemont quien gritaba en el asiento del copiloto, sintiendo su cuerpo embarrarse contra el mismo.

"¡ZOEY BAJA LA VELOCIDAD! ¡NOS VAS A MATARRRRR!" El rubio no sabía si aferrarse del asiento con fuerza o si sostener sus anteojos para que no salieran disparados fuera de su cara.

"¡Tenemos que llegar cuanto antes!¡No puedo soportar la idea de que Dawn se haya quedado sola!" Exclama la chica, pisando el acelerador con fuerza, comparada con su actitud tranquila de hace apenas unos instantes, ahora se le notaba más la desesperación en su rostro.

"N-NO ESTÁ SOLA! ¡ASH Y SERENA ESTÁN CON ELLA!" Exclama Clemont, cerrando los ojos, si se iban a impactar, no quería ver como ambos quedaban reducidos a un triste montón de carne y huesos despedazados.

"¡Eso no me consta! Quizá tú los conoces mejor que yo, ¡Pero eso no borra el hecho de que la abandonaron, así como así!" Grita la pelirroja, apretado el volante con fuerza y haciéndolo girar para dar una vuelta, el coche casi se da la vuelta.

"S-SÓLO FRENA POR FAVOR! ¡ESTAREMOS AHÍ EN POCOS SEGUNDOS!¡T-TEN PIEDAD!"

"Ella confía en mí. Siempre he estado a su lado cuando me necesita, y está no será la excepción." La pelirroja pisa el acelerador aun más, era de verdad un milagro que no les haya ocurrido ningún accidente. Al llegar a la escuela, Zoey aprovecha para pasar por encima de un par de bestias que estaban en el camino, las dos estaban heridas y trataban de recuperarse antes de continuar peleando, también atropella a varios maniquíes sin mente que continuaban grabando la terrible masacre.

Clemont baja del vehículo y vomita en el suelo.

Zoey observa detenidamente el campo de batalla, sin prestar mucha atención al pobre cuatro ojos que se encontraba a sus pies, con el estómago demasiado revuelto como para ponerse de pie. "¿Así que las derrotarías en menos de 10 minutos?... "Piensa, fijándose en Paul, quien intentaba repeler a varias bestias que estaban atacándolo.

Nadie de los que peleaba en esos momentos pareció notar la presencia de los dos entrenadores. La batalla era particularmente dura para la AIP, sus fuerzas habiéndose reducido a un poco menos de la mitad. Menagerie también había tenido bajas, pero estas muy seguramente no eran ni siquiera un diez por ciento del total de combatientes.

"Fue mala idea enviar a todos aquí…" Exclama Clemont, ajustándose los lentes, sólo para ver con la pila de cuerpos despedazados frente suyo. De inmediato siente que los mareos y la adrenalina intensa de ir en el mismo vehículo que la pelirroja eran insignificantes. El olor a sangre llena sus fosas nasales y lo hace vomitar de nuevo.

Zoey suspira, sabía que esto se lo iban a reclamar siempre. "Estoy de acuerdo, todo esto fue una idea terriblemente estúpida, …pero al menos tengo que sacar a los rehenes de ahí, no dejaré que toda esta sangre se haya regado en vano." Comenta, mirando a Clemont, negando con la cabeza. "Iré a alcanzar a Dawn y a los demás…quizá tú seas más de ayuda aquí." La chica se adelanta hacia la entrada de atrás del edificio, la misma que habían utilizado Ash, Dawn y Serena. Clemont queda genuinamente sorprendido con la seriedad de la pelirroja ante la situación.

Desgraciadamente una de las bestias que se encontraba detrás de unos arbustos, buscando una oportunidad fácil para volver a entrar a la batalla, nota que la chica entraba al edificio. Ella obviamente no sabía que ya varios humanos habían logrado escabullirse dentro, pero esa machorra no se veía como fuera a suponer mayor problema. Finalmente, su oponente sería la peligrosa Taipan, una fiera cuya mitad inferior del cuerpo era serpentiforme, cubierto primordialmente por escamas café. Al sonreír, no puede evitar mostrar un par de colmillos absurdamente largos, y un résped delgado en forma de Y, esos detalles hacían fácil ignorar el hecho de que la mitad de su cuerpo que era más o menos humana, era la de una bellísima mujer de piel morena. La bestia se desliza con sigilo impresionante para su enorme tamaño por el suelo, estaba ansiosa por usar su veneno neurotóxico en un humano el día de hoy, y esa tipa era la presa ideal, si alguna otra bestia vio entrar a Zoey al edificio, no se molestaría en atacarla al ver que Taipan sería la que se encargaría del asunto.

Lentamente abre la puerta de nuevo, y se arrastra por los húmedos corredores; por más obscuros que estos eran, para ella no suponían un problema, sus ojos vacíos no funcionaban como los de un mamífero, ella podía detectar el calor proveniente de cualquier organismo y su lengua viperina le permitía mejorar la detección de apestosos humanos. Todo esto la hacia una cazadora temible, pero ciertamente su actitud arrogante y escandalosa no eran apropiados para una serpiente como ella. Estaba a metros de su víctima, pero la risa que salió de sus labios la delató, Zoey de inmediato giró hacia atrás, encontrándose con la que la depredaba.

La presa se había percatado de que era acechada, pero eso no importaba ¿Verdad?

"¡Ja! ¿Enssserio creíste que nadie sse daría cuenta que te essscabulliste como la alimaña retrassada que eressss? Ussstedesss las humanasss son realmente imbécilesss." Afirma Taipan, relamiendo sus labios, al parecer tenía la costumbre de extender la duración del sonido de la letra S en su hablar, posiblemente resultado de su apariencia viperina.

Zoey la mira divertida. "Seguro no lo sabías, pero conmigo ya somos cuatro humanos aquí adentro ¿Quién esss la essstúpida ahora?" Le responde, dándose el lujo de burlarse del hablar de la fiera.

Si el color de piel de Taipan hubiese sido más claro, Zoey la habría visto ruborizarse intensamente de la vergüenza. "¡T-te enssseñaré a ressspetarme maldita puta !¡Essssta será tu tumba!" Exclama Taipan, mostrando sus afilados colmillos y levantando su cuerpo, para hacerse ver más grande, un mecanismo de intimidación terriblemente efectivo.

Zoey se encoge de hombros, cualquiera se habría muerto del miedo al ver a la aterradora bestia hacer y decir eso, pero ella…había tomado esa terrible amenaza como si hubiera venido de una niña pequeña haciéndole un insignificante berrinche. "Te equivocas…" La pelirroja hace una breve pausa, sólo para ver la cara de incredulidad del monstruo frente a ella. "Yo soy la que te voy a enseñar a respetarme."

"¡Admiro tu enorme arrogancia, pero tu dessstino está sssellado! Sssólo te haré sssaber que morisste a manosss de Taipan, una de las Ofidiasss, el trio de bestiasss más ponzoñossassss de Menagerie!" Sólo un mordisco y esta humana insolente estaría en el piso, paralizada, primero incapaz de realizar movimientos voluntarios, y luego posiblemente su corazón dejaría de latir, o quizás, en un escenario mucho más emocionante, primero su diafragma dejaría de contraerse, sería encantador verla morir asfixiada; si la tipa esta se convulsiona y alucina sería también un verdadero espectáculo. Con estos pensamientos en mente Taipan la ataca.

Dawn y Serena ya estaban hartas de su actual combate, las marionetas eran muy débiles, sus torpes ataques ni siquiera les hacían cosquillas a sus Pokémon, era obvio que Menagerie los usaba para cualquier cosa que no fuera el combate directo, sobre todo considerando que con un solo ataque caían al suelo; pero estas cosas, sólo existían para obedecer, y ciertamente estaban haciendo un magnífico trabajo impidiéndoles el paso a las chicas; pocos segundos después de caer, esos maniquíes simplemente se levantaban y caminaban hacia ellas. Algunos ya habían perdido brazos, piernas y hasta la cabeza, pero de alguna manera continuaban avanzando, era tan patético como aterrador.

¡Demonios! ¿Que acaso no piensan rendirse!?" Exclama Dawn, totalmente estresada. Su quilava quien atacaba con lanzallamas a todas las marionetas que podía, también estaba muy cansado.

"¡Es inútil, no vamos a derrotarlas jamás!" Comenta Serena, para después ordenarle a Pancham que use roca afilada, haciendo que al menos muchos de estos seres sin mente caigan una vez más, aunque sólo atrasaban lo inevitable. Además, que todo esto no sería tan tedioso si no estuviera sintiendo el dolor tan desesperante de la picadura de Nectura.

"¡Nuestro objetivo son los rehenes, no podemos rendirnos aquí!" Dawn continúa dándole órdenes a sus Pokémon, pero sabe que en realidad es en vano. Si que deseaba irse sin más, aun se sentía profundamente perturbada por lo ocurrido con Macherie, las palabras de la bestia resonando en su cabeza como insanas voces

"Si Ash estuviera aquí…seguro ya estuviéramos rescatando a los rehenes." Dice Serena en voz baja, pero no lo suficiente como para no ser escuchada por su compañera, quien le da una mirada llena de desdén.

"Ash está literalmente detrás de la puerta. ¿No puedes pasar un minuto sin estar pensando en él?" Le reprocha la peliazul, cruzándose de brazos.

"¡Sabes que no me lo decía de esa forma! E-el es el más hábil de los tres, es todo." Contesta Serena rápidamente.

"¡Uy si claro!" Replica Dawn sarcásticamente.

"Por fa-favor Dawn, sabes bien que no es m-momento para esto." Tartamudea Serena, el dolor de la picadura era muy agudo, estaba comenzando a volverse insoportable; aun así, logra ordenarle a su compañero usar roca afilada nuevamente.

"¡Qué fácil decirlo! ¡A ustedes no les toco lidiar con la desquiciada esa!" Exclama la peliazul, le costaba muchísimo contener su furia.

Serena suspira, mirando brevemente a Dawn, no le había tocado presenciar la totalidad del maltrato de Macherie hacia la peliazul, pero por las rasgaduras en la vestimenta de la chica podía imaginarse que las cosas se habían puesto pesadas y que sólo habían sido el inicio. Además, muy posiblemente de haberse quedado los tres juntos, la situación pudo haberse evitado. "M-mira…se que la pasaste muy mal, pero…hablemos de esto más tarde." Sugiere la castaña, teniendo muchas dificultades para hablar.

A Dawn no se le escapa ese detalle, apenas pone atención en el hombro de la chica. "Y a ti que te pasó!?" Pregunta, mirando lo enorme de la herida y luego mirando hacia las marionetas que se levantaban una vez más para continuar "peleando" contra ellas.

"Nectura, la bestia que secuestró a Miette y a la otra chica…Georgia. M-me dio con su aguijón en el hombro

La peliazul traga saliva. "Tengo medicina para ese tipo de cosas en mi mochilita, igual y te aliviaría el dolor, pero dudo mucho que tengamos tiempo para ponértela." Dawn dice, mirando a las marionetas acercarse de nuevo, que molestia.

"Debe h-haber alguna manera de detenerlos…" Pondera Serena, indicándole a su Pokémon que continúe atacando a pesar del cansancio.

"En eso tienes razón, pero simplemente son demasiado persistentes…supongo que es parte de no tener voluntad…de servir a esas fieras." Dawn baja la cabeza y se queda pensando en que lo que había pasado hace apena unos minutos con la líder de las bestias, era un pésimo momento para detenerse a pensar en ello, pero lo cierto era que mientras estaba siendo azotada Por Macherie, ni tiempo le había dado, esta batalla era lenta y por alguna razón se prestaba a ello. Esa fiera de verdad quería Dawn se uniera a la organización, con todo y lo que eso implicara. La solo idea le daba terror, recuerda a las monstruosidades contra las que ya había combatido, así como aquellas que sólo había alcanzado a ver por televisión; a sus ojos todas eran criaturas increíblemente repugnantes; era extraño y contradictorio…todas en sí tenían rostros muy bonitos y sus cuerpos humanos eran esculturales…pero todas esas escamas, alas, colas y corazas eran como una burla enorme por parte de la naturaleza ¿Cómo rayos podían existir seres así? Recuerda entonces que Macherie le había dicho que ya tenía algo en mente para ella... ¿En que clase de monstruo horrible la habría convertido? Seguro su preciosa carita estaría intacta, todos sabrían que se trataba de ella ¿Verdad? Pero su cuerpo indudablemente estaría deforme, la bestia le había asegurado que sería más hermosa que ninguna otra, pero apelar al canon de belleza de un monstruo que parecía salido de los más profundos abismos infernales era una idea ridícula, de verdad que no deseaba imaginarse a sí misma como una de esas bestias, pero ese pensamiento era como ver un accidente de automóvil muy aparatoso, era imposible quitar la vista de encima por más que uno lo desease.

"¿Da-Dawn? ¿Estás bien?" Serena voltea a ver a Dawn, preocupada, ya que la peliazul había dejado de atacar y esas marionetas sin mente, se acercaban más y más, pero tan inmersa estaba la chica en sus pensamientos que ni siquiera se percata de ello, tampoco escucha los sonidos inquietos de su Quilava y mucho menos escucha a Serena gritar su nombre, estaba paralizada. "¡Dawn!"

Era como su mente se hubiera convertido en un lago y estuviera arrastrándola a las profundidades. Puede escuchar la voz de Macherie tan claramente como si bestia siguiera ahí con ella, repitiéndole una y otra vez "Te encantará". La peliazul nota una figura formándose en su cabeza, parada justo frente a ella de inmediato sabe de quien se trata, al menos por la vestimenta, ya que las sombras de su propia imaginación le nublan el rostro. Se trata de ella misma, como si estuviese viéndose en un espejo; la forma ilusoria de Dawn camina, acercándose tan lentamente que era desesperante a quien la había imaginado. La chica siente la terrible necesidad de retroceder, pero afortunadamente para ella, el tren de pensamientos demenciales se corta abruptamente, abre los ojos de golpe y nota que esta en el piso, Serena encima suyo.

"¡¿Qué p-paso!?" pregunta la peliazul, genuinamente confundida.

"E-eso mismo me gustaría saber." Le responde Serena, viéndose más adolorida que antes, por lo que podía verse, había decidido taclear a Dawn. "Como dejaste de atacar, las cosas esas rápido se recuperaron y…como no reaccionabas tuve que empujarte para ponerte a salvo."

Dawn ve al frente mientras se sujeta la cabeza, Pancham y Quilava hacen hasta lo imposible por mantener a esos maniquíes a raya. Sería bueno tener más Pokémon afuera, pero seguramente eso sólo haría que se cansaran innecesariamente. "Lo siento, sólo…" Dawn suspira, no confiaba lo suficiente en Serena como para comentarle lo que había estado atormentándola. "Sólo eran tonterías, no era nada."

Serena arquea una ceja, no creía la barata excusa de Dawn, sabía que tenía que ser algo demasiado fuerte, especialmente si la había dejado totalmente inmóvil e incapaz de responder. Pero no podía obligarla a hablar y mucho menos después de que ella y Ash la dejaran por su cuenta.

Las chicas se ponen de pie, y miran a las marionetas, notan que la neblina era ligeramente menos densa ahora, quizá Ash pudiera regresar pronto, pero era mejor no traerlo de regreso hasta que esta se disipara por completo y además tenían que estar seguras qué el se hubiese recuperado lo suficiente. Por ahora lo único que podían continuar haciendo era ralentizar a las marionetas, hasta que la neblina se fuera por completo y pudieran pedir la ayuda de Ash para encontrar una solución más permanente.

En otro lado del edificio, en lo que era la enfermería de la escuela, se encontraban tres bestias. Nectura descansaba de lado sobre la pequeña camilla que estaba en el lugar, aun tenía la herida que Serena le había hecho en el exoesqueleto, pero esta parecía haberse encogido en longitud. "Aun no puedo creer que esa estúpida me haya vencido así."

Brachyura le da palmaditas en el hombro con su mano. "No te angusties demasiado, no tienes mucho de haberte unido a Menagerie, ¿Sabes? Eres un artrópodo como yo, y si tu cuerpo es delicado es porque no has alcanzado tu estado de madurez final. Yo cambio de coraza cada cierto tiempo, a eso se le llama ecdisis o muda para más fácil, imagino que en tu caso será algo similar." Le explica con bastante tranquilidad, Nectura suspira aliviada, al menos no sería débil por siempre.

"Igual a mi me pasa." Comenta Arachne, quien estaba de cabeza en el techo, bajando lentamente con el hilo pegajoso producido por su abdomen arácnido. "Cuando empieza la ecdisis me siento super cansada, sin hambre y sólo me queda esperar a que ocurra, en mi caso no dura más de una semana."

"Es justamente como se siente, es una sensación algo incómoda, pero a cambio oh la nueva forma da mucho más poder y libertad de movimiento, vale la pena el suplicio." Asegura Brachyura, con una sonrisa enorme en el rostro. "Y enserio lamento haberte traído a esta mugrosa habitación, me habría encantado llevarte a tu recinto, pero Arachne no consideró prudente que ninguna de las tres se retirara antes de que las otras acaben con la AIP."

Nectura mira su cuerpo y lanza otro suspiro, le gustaba pensar que quizá más pronto de lo que imaginaba sería aun más hermosa y fuerte. "Ah, no hay problema mi Señorita, agradezco que se tomaran la molestia de cuidarme, sobre todo después de que perdí así…. Aunque hablando de la AIP, ¿Qué ha sido de ellos?"

Arachne suspira. "Han estado poniendo buena pelea, los que quedan al menos, creo que quedan menos de la mitad o algo así."

"¿¡Menos de la mitad!? Creí que quedarían ya muchos menos." Exclama Nectura, genuinamente sorprendida.

"Algunos eran muy débiles y cayeron al instante, pero otros son… inesperadamente competentes y nos están causando muchísimos dolores de cabeza." Explica la bestia arácnida, bajando la cabeza. "…Varias de nosotras cayeron en batalla, más de las que nos hubiesen gustado."

Nectura baja también la cabeza y muerde sus labios.

"No creo que nuestra Gran Señorita Macherie desee prolongar esto por mucho tiempo, no sabemos donde esta ella ahora, pero en cuanto el estatus de la batalla llegue a sus oídos, dudo mucho que quiera sacrificar más valiosas vidas para destruir algo tan insignificante como esos agentes." Teoriza Arachne, Brachyura asiente con la cabeza.

"Sí, aunque en mi opinión es mejor no dejar que esos sacrificios sean en vano y terminar con todas y cada una de las vidas de esos humanos, sería una ofensa grave para las caídas en batalla no hacerlo." Opina Brachyura, mirando la tenaza que tenía por brazo, sintiendo una enorme ira recorrer su cuerpo.

"Hablado como una verdadera guerrera Señorita Brachyura." Comenta Arachne, quien luego dirige sus ojos a Nectura, mirándola con bastante ternura.

"Independientemente de lo que decida nuestra líder, enserio que deseo vengarme de esa humana asquerosa." Dice Nectura, con muchísimo odio.

"¡De ninguna forma! ¡Estás muy herida como para pelear contra ella de nuevo!" Replica Brachyura de inmediato cruzándose de brazos.

"L-lo sé, Señorita Brachyura, pero mi idea de venganza no contempla pelear contra ella…y menos si es una batalla que no voy a ganar. "Explica la bestia, ligeramente nerviosa después de ser regañada.

"¡Oh! Entonces…te refieres a tu plan original ¿Verdad?"

"Así es, si…esa tipa queda con vida, quiero ponerlo en marcha, para eso…" Nectura voltea hacia la monstruosa Arachne. "Debo pedirle un enorme favor, mi Señorita."

"