¡Hey que tal a todos! ¡Aquí les traigo el capítulo 12 recién sacado del hornito, me di cuenta de algunas dudas en los comentarios, iba a responderlas ahí mismo, ¡Pero decidí mejor colocarlas aquí!

1.- ¿Qué pasó con Bonnie?: Eso muy pronto se sabrá! Con paciencia.

2.- ¿Miette está muerta?: Recordad que Miette está aliada con Menagerie, por lo que en estos capítulos ha aparecido bajo el nombre de Nectura (ver capítulo tres: Culpa)

¡Y agradezco mucho los comentarios de RedHood! ¡Por insignificantes que parezcan me animan a seguir escribiendo!

Sin más que decir les dejo el capítulo.

Capítulo 12: Decisiones

"No quiero apurarlos chicos, pero de verdad no tenemos mucho tiempo." Explica Zoey con cierta impaciencia, mirando la hora en su reloj, debían salir ya de ahí y pronto. "La cosa allá afuera es horrible, y sinceramente no creo que puedan mantenerlas ocupadas mucho tiempo."

Ash sonríe, estaba sintiéndose bastante optimista, a pesar de lo negro de la situación. "Bueno sólo es cosa de averiguar cómo abrir estas cosas, ¿verdad? ¡No es como si fueran irrompibles!"

"Ash ¿Y exactamente cómo vamos a lograr eso?" Pregunta Dawn sarcásticamente, observando fijamente a uno de los capullos, el cual se mueve ligeramente, haciendo que la peliazul retroceda asqueada.

Serena sostiene su propia barbilla, con su dedo pulgar e índice, analizando las características de los capullos. "Se ve que son muy pegajosos…"

"Lo son, sentí que mi dedo se quedaba atorado en esa cosa." Comenta Ash, ligeramente avergonzado, ocultando su dedo cubierto de sedas viscosas. Era ya la segunda vez que intentaba tocar los capullos.

"Entonces creo que podemos descartar cualquier ataque físico, no queremos que nuestros Pokémon se queden pegados a los capullos." Comenta la castaña, eliminar opciones es la forma más rápida de llegar a una solución.

"Pero tampoco queremos usar ataques muy poderosos que puedan lastimar a los rehenes atrapados dentro." Agrega Zoey, cruzada de brazos. "Así que no podemos tomar ninguna clase de riesgo."

Dawn suspira, evidentemente cansada, ha sido un día muy largo. "¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?" Pregunta, mirando a sus compañeros y después de nuevo a las prisiones de seda.

Dentro de uno de los capullos, alguien escuchaba la conversación entre los Agentes de la AIP; se trataba de la mismísima Miette, quien ya se arrepentía de haberle pedido a su superior Arachne que la encerrara en uno de sus capullos de seda, todo con tal de poner en marcha su plan contra Serena. La herida que sufrió en combate aun no sanaba y eso le causaba mucha incomodidad, especialmente porque su factor de sanación era muchísimo más lento en su forma humana.

"Y me lo dijo la Señorita Arachne:" Los capullos son incómodos, no creo que desees quedarte ahí adentro." Pero no hice caso. Estúpida Serena y estúpidos amiguitos de Serena que no se les ocurre nada para sacarme de aquí ¡APURENSE!" Piensa la chica terriblemente malhumorada.

Volver a asumir su identidad humana era tan desagradable, no llevaba mucho tiempo, pero ya extrañaba sus preciosas alas y abdomen himenóptero, sus adorables antenas y su brillante exoesqueleto. Deseaba enormemente transformarse en Nectura una vez más, no sólo para sentir el delicioso éxtasis indescriptible de ese proceso, deseaba sentirse viva y hermosa de nuevo. Miette no era una chica fea, de hecho, era bastante hermosa, pero desde que su forma fue alterada en la de ese monstruo insectoide, se había vuelto totalmente incapaz de apreciar su imagen humana al espejo; necesitaba ser una bestia y este cuarteto de idiotas no le estaban haciendo las cosas más fáciles.

"Ya no soporto más esto…y ni siquiera puedo salir de aquí, con esos cuatro ahí afuera seré presa fácil, y no es como si las Señoritas Brachyura y Arachne estuvieran ahí afuera para ayudarme, deben estar acabando con lo que queda de la AIP." Piensa la chica, esbozando una sonrisa. "Sólo queda esperar…a que se les prenda el foco."

"Bueno err… quizá…pudiéramos usar un ataque de lanzallamas?" Sugiere Ash, ameritándose un golpe en la cabeza por parte de Dawn.

"¿Y qué tal si terminas quemando vivos a los que están adentro? ¿Cuándo se te ocurrió que eso sería una buena idea?" Grita la chica, irritándose todavía más.

"Alguna vez oí, que las proteínas pierden sus propiedades al ser expuestas al calor, eso seguramente haría que los capullos dejaran de ser viscosos, pero ciertamente es muy peligroso si hay gente dentro de ellos." Comenta Zoey, tratando de darle un sentido lógico a la propuesta de Ash, todo con tal de que él y Dawn no comenzaran otra de sus legendarias discusiones.

Dawn al ver que la idea de Ash no era totalmente idiota, sino más bien arriesgada, se queda en silencio varios momentos, antes de proponer algo más. "¿Qué tal si probamos con el rayo burbuja de Piplup? Lo uso seguido para arreglar mi cabello, si algo sale mal nadie saldrá herido." Comenta la chica sacudiendo su preciosa cabellera azul, Zoey la mira fijamente, en un breve pero fascinante trance.

"No perdemos nada con intentar." Acepta Serena, aliviada que las cosas no hayan degenerado en otra discusión, era bueno tener una mediadora que no causara más problemas; Dawn ciertamente no apreciaba cuando ella se metía en sus peleas con Ash.

"Piplup, yo te elijo!" El pequeño Pokémon sale de la pokébola, aun asustado por su encuentro contra la diabólica Macherie, de hecho, se le veía bastante pálido. "¿Ves esa cosa de ahí?" Pregunta Dawn, apuntando a uno de los capullos al azar. "Usa rayo burbuja en él, no tan fuerte, hay alguien adentro y no queremos lastimarle."

El pequeño Pokémon asiente con la cabeza y de su pico salen una serie de burbujas azules a velocidad media que pronto impactan con el capullo, estas quedan adheridas a él, hecho que se gana las miradas sorprendidas de todos.

"Eso… no salió como esperaba." Murmura Dawn, rascándose la nuca. "Quizá más potencia ayudaría."

De nuevo Piplup ejecuta u ataque, esta vez con más poder, pero el resultado es el mismo, las burbujas que llegaban a reemplazar a las que ya estaban pegadas a la seda viscosa quedan adheridas a ella.

"Es inútil." Comenta Serena, bastante desanimada. "Dudo que cualquier otro ataque de tipo agua tenga efecto sobre ese material, pero no podeos rendirnos…pensemos en algo más."

"¡Hey!" El rostro de Ash se ilumina. "¿Y si usamos el ataque de roca afilada de Lycanroc? Debería de perforar el capullo sin muchos problemas." Sugiere el chico, sonriente.

"Puede que sea buena idea, pero volvemos a lo mismo, no queremos arriesgarnos a lastimar a los rehenes." Recuerda Serena, esperando que Dawn no crucifique a Ash por su sugerencia.

"… ¡Quizá pueda dirigir el ataque hacia alguno de los lados del capullo! Claro, esperando que la víctima este en el centro." Añade el azabache, claramente dispuesto a defender su propuesta.

Dawn y Zoey se quedan pensantes. "Sólo espero que sepas lo que estás haciendo." Comenta la peliazul, carecía de confianza en el plan de su compañero, cualquier error, por más mínimo que fuera pudiera resultar ser fatal y no podían darse el lujo de sacrificar vidas de personas inocentes por un montón de ideas estúpidas.

Ash sonríe confiado. "¡Lycanroc! ¡Apunta la Roca afilada a uno de los costados del capullo!" Ordena el chico a su fiero Pokémon, quien después de soltar un ladrido determinado, ejecuta el ataque, las piedras vuelan a gran velocidad, de hecho, Dawn y Serena se cubren los ojos, creyendo que pronto sangre les caería encima y que se escucharían los gritos de alguien que fue herido. Zoey no muestra preocupación aparente, sólo impaciencia. Las rocas finalmente impactan contra el lado derecho de ese capullo sedoso, de inmediato liberando un líquido verde de aspecto repugnante.

"¡Creí que me volvería loco ahí adentro!" Exclama la voz de un chico, claramente aliviado de ver una salida a su suplicio pegajoso.

"¡Funcionó!" Ash da un salto de gusto y choca las palmas con su Pikachu. Las chicas suspiran, aliviadas de que todo haya salido bien. Los cuatro se acercan al capullo roto.

"¿E-estás bien? ¿Puedes salir de ahí?" Pregunta Serena, asomándose discretamente.

"N-no creo, mi brazo aún está pegado…necesito una mano." Contesta el chico con ansiedad, se le notaba extremadamente nervioso.

Ash extiende, su mano y pesca el pie del chico. "Voy a jalarte hacia fuera, ¿Ok?" Avisa el entrenador, una vez que da el primer tirón se da cuenta que el chico está muy pegado y le hace una señal a sus compañeras con la mano para que vengan a ayudarlo. Serena estaba por abrazar la cintura de Ash, pero Dawn le da un empujón con la cadera, quitándola rápidamente y tomando su lugar.

Serena hace una mueca de desagrado, mientras sujeta la cintura de Dawn. La castaña pronto siente los brazos de Zoey alrededor de su cintura, quien le susurra al oído. "…Perdona si te lastimo, tengo bastante fuerza." advierte la pelirroja, pidiendo disculpas por anticipado.

La castaña ni tiempo tiene de procesar esas palabras, Ash les indica que ya empiezan a tirar de él, Serena hacia su mejor esfuerzo, claramente estaría más motivada si estuviera junto al azabache, ¡Aun no podía creer que Dawn la hubiese quitado de esa forma! Dawn por su lado estaba bastante orgullosa de su cometido, muchas veces esas actitudes de Serena dificultaban las cosas. Pero sin previo aviso, la pelirroja jala a la fila de personas frente a ellas; en una demostración de fuerza que parecía que no había requerido nada de esfuerzo de su parte. Tanto el chico atrapado, como Ash, Serena y Dawn salen disparados hacia atrás chocando con Zoey y quedando los cinco desparramados en el suelo, cabe destacar que todos fueron bañados en esa horrible sustancia verde del interior del capullo.

Pasan algunos momentos, Serena estaba casi sin aire, y sólo siente la mano de alguien tomarla con fuerza del brazo y poniéndola de pie. Había sido Ash, el primero en levantarse. "¿E-estás bien Serena?" Le pregunta, bastante preocupado, a Dawn le fastidia pararse por su cuenta (y estar cubierta en esa maloliente sustancia), pero bueno ella no estuvo ni cerca de perder el conocimiento así.

"¡Lo siento tanto Serena, c-creo que me excedí!" Comenta Zoey, sujetando a la chica de los hombros con suavidad. "Te saqué el aire ¿verdad?"

Serena solo asiente con la cabeza, intentando recuperarse. Es justo como dicen, bajo advertencia no hay engaño, quizás de no haberse distraído pensando en Ash, hubiese podido prepararse para que terminar así. La chica inhala y levanta su pulgar, indicándoles que se encontraba bien.

Después de esto, la atención rápidamente se enfocó en la víctima recién liberada, Ash y Zoey lo ayudaron a ponerse de pie, sujetándolo de una mano cada uno.

"M-muchas gracias…" Dice el chico, cansado, pero aliviado de estar fuera.

"No hay de que, sólo hacemos nuestro trabajo." Sonríe Ash, Zoey carraspea la garganta.

"Aun…quedan muchas personas dentro, y sacarlas una por una va a ser extremadamente ineficiente." Comenta la pelirroja, consternada. "No tenemos mucho tiempo."

"Zoey tiene razón, debe haber una manera más efectiva de hacer esto." Dawn sacudía su brazo, intentando quitarse el montón de semi liquido verde que colgaba de su brazo, si no vomitaba de nuevo, sería un verdadero milagro.

Ash suspira, su ego desinflándose un poco. "Es cierto, pero ¿Qué otra idea tienen?" El chico creía ya haber encontrado la solución perfecta, pero ellas tenían toda la razón, esto era muy tardado y pronto Lycanroc se cansaría demasiado como para seguir atacando, ya había perdido muchísima energía.

Serena al fin recupera su capacidad de hablar. "Quizá los movimientos de tipo psíquico nos ahorren mucho trabajo." Sugiere, pensando en lo fuertes pero delicados y precisos que son ese tipo de ataques

El rostro de Dawn se ilumina. "¡Oye que buena idea! ¡No tenemos que tocar nada y seguro que un buen movimiento de tipo psíquico rompe estas porquerías sin mucho problema!"

La pelirroja parece satisfecha con la propuesta. "Podríamos repartirnos los capullos, le puedo prestar mi Gallade a Dawn para que ella y Serena liberen a cuantos puedan, en lo que yo ayudo a Ash a sacar a las victimas tal y como lo hicimos con el chico." Sugiere la pelirroja, indicándole a su Gallade que auxilie a Dawn, el Pokémon asiente obedientemente y camina hacia la peliazul.

Los cuatro chicos se ponen a trabajar tan rápido como pueden, saben que los chicos de afuera no podrán detener a Menagerie por mucho más rato, y el campo de batalla sólo confirmaba lo tensa de la situación; el pequeño juguetito de Clemont aún tenía a esa bestia felina atrapada en su interior, ganándose instantáneamente el odio recalcitrante de todas las fieras presentes. El tiempo parecía haberse detenido por breves momentos para la horda de monstruos, no estaban seguras de que hacer ahora que una de las suya estaba atrapada así.

"¡SUELTALA DE INMEDIATO!" ruge una de ellas.

"¿Cómo te atreves a aprisionar a tan bella criatura!?" Exclama otra, en una voz terriblemente irritante.

Clemont luce terriblemente serio, ante la mirada de asombro de todos sus colegas. "U-un paso más y la vuelo en pedazos, ¿Me escucharon?" Advierte, posando sus ojos en los varias de las bestias de ahí, quienes le gruñen.

Úrsula sonríe, deleitándose con la reacción de las criaturas. "¡Oh, que magnífico! Trocitos de bestia lloverán por todo el sitio, seguro que les encantará estar cubiertas en las vísceras de su amiga." Comenta muy casualmente, las expresiones de las bestias tan sólo se hacen más agrias.

Saywer reprime a su compañera de inmediato. "Nos las provoques."

"¡Uuuuy perdón! ¿De cuándo acá las defiendes?" Pregunta la chica, la sonrisa cruel de su rostro nunca disminuyendo.

Clemont y Sawyer suspiran. "Es mejor que se larguen si es que no quieren quedar atrapadas junto con su amiguita." Advierte el rubio, retrocediendo e indicándole a sus compañeros que hagan lo mismo.

"¡Ni crean que se van a ir, así como así!" Se escucha un grito detrás de los agentes, y repentinamente una sombra vuela por encima de ellos; casi todos alcanzan a agacharse, pero un chico desafortunado que no tuvo una reacción rápida fue levantando de inmediato por las monstruosas garras de esta bestia y estampado contra el suelo. Se trataba de la arpía de plumas negras, Tengu.

"¡S-señorita Tengu!" Las criaturas parecen estar realmente aliviadas de que su superior regresara.

"¿Quieren explicarme qué demonios es eso?" Pregunta la fiera, señalando al dispositivo de Clemont. "¿Por qué está Onca ahí dentro?" Se lo notaba aun bastante agitada, no terminaba de recuperarse de su escaramuza contra Paul.

"N-no lo sabemos…" Responde tímidamente otra de las fieras. "Ese gusano la capturó de la forma más denigrante."

Tengu está totalmente furiosa, sus mejillas estaban rojas y sus ojos ardían de rabia. "Encerrar a una bestia es un crimen imperdonable, a ustedes ya no les queda el privilegio de morir". Las garras de la arpía aprietan con fuerza el cráneo del entrenador que tenían sometido, destrozándolo como si se tratara de una nuez, los agentes se ven obligados a voltear, totalmente asqueados con la lastimosa escena. Los ojos de la bestia de plumas negras se iluminan de un color púrpura, su cuerpo muestra un aura de esta misma coloración y no tarda en lanzar una lluvia de plumas hacia la caja que mantenía a su compañera presa, la magia que rodeaba el ataque parecía no tener ningún efecto e la caja, pero el área alrededor no era tan afortunada, Clemont junto con sus compañeros son arrojados varios metros hacia atrás por las explosiones causadas por esas plumas tocando el suelo. "Me temo que sólo la poderosa magia obscura de la Gran Macherie podría liberarla, ¿Han podido contactarse con ella?"

Las subordinadas de Tengu se miran las unas a las otras y niegan con la cabeza. La líder de las bestias era conocida por tener una personalidad bastante difícil, no sólo por su aparente estoicidad sino porque también tenía la costumbre de aislarse de las demás, desapareciendo por varios días. Esto usualmente no era un problema, las bestias rara vez necesitaban de su intervención directa, pero esta vez sí que necesitaban que su amada líder les guiara. Contactar directamente con ella no era tampoco fácil; entre las fieras, corría el rumor de que Macherie en realidad habitaba otro plano existencial, una dimensión de bolsillo que sólo existía para servir a tan magnifica criatura. Es por esa misma razón que las reuniones de Menagerie casi nunca eran azarosas, debían de llevarse acabo cuando la Reina de las bestias estuviera presente.

"…Ya veo." Responde la Tengu a secas, mordiendo su labio. Como la fiera de más alto rango presente en estos momentos tenía que tomar una decisión y pronto. "Ciertamente la Señorita Macherie ya sabe que no logramos exterminar a la AIP como ella lo ordenó, debe estar totalmente furiosa, no hay duda de porque no desea comunicarse con ninguna de nosotras." Piensa Tengu, tensándose aún más. "Pero, es obvio que debe estar más disgustada por la baja en nuestros números, si elijo retirarme es por protegerlas a ellas, dudo mucho que nuestra líder tenga inconveniente con una elección así."

Clemont traga saliva, y trata de ponerse de pie, se escuchan varios quejidos, es evidente que varios de los menos de 40 agentes restantes fueron heridos por esa explosión. Lo único que los está salvando de la aniquilación total es esa bestia atrapada, no puede volarla en pedazos como había advertido, si lo hiciera firmaría la sentencia de muerte de todos, condenándolos a un fin lento y doloroso que haría vomitar cualquier espectador. Le indica con la mano a sus compañeros (estuvieran de pie o no) que continúen retrocediendo, muy lentamente, cualquier confrontación sería fatal para los supervivientes. Para su mala suerte, un herido Paul llega del cielo, sostenido por su Honchkrow, se le veía cien veces más irritado de lo normal.

Paul le dirige una mirada frívola a Clemont. "Sólo me fui unos minutos ¿Y ya elijen retirarse?" pregunta en un tono repleto de sarcasmo.

"Por favor… no tenemos oportunidad de ganarles." Murmura Clemont, mirando a las bestias de reojo quienes parecían estar más ocupadas con la decisión de Tengu.

"Lo sé, ¿Pero al menos sabes si los otros ya resolvieron la situación adentro del edificio?"

El rubio traga saliva y en voz baja se comunica con Zoey, utilizando el mismo dispositivo que se les fue entregado a Serena, Dawn y Ash al inicio de la misión. "¿Cómo van?" Pregunta, en un murmuro apenas audible.

Zoey estaba ayudando a sacar a una pobre jovencita atrapada, cabe mencionar que la pelirroja y Ash están totalmente cubiertos en esa sustancia verde y pegajosa que yace en el interior de las prisiones de seda, haciendo que sus maniobras sean mucho más complicadas.

"Dawn y Serena han avanzando mucho." Comenta, observando a las chicas quienes tranquilamente le ordenan a los Pokémon, Gallade y Braixen respectivamente, que usaran psíquico para expandir los capullos y permitir una salida rápida y eficiente. Los jóvenes que sacaban estaba demasiado debilitados como para ayudarles a sacar más víctimas, así que se quedaban quietecitos cerca de los agentes, para no estorbarles en nada.

"Nosotros no tanto, pero ya acabaremos muy pronto, ¿Cómo va todo allá afuera?"

"Las bestias…están actuando raro, no se si van a acabar con nosotros o si…van a retirarse."

Zoey piensa por breves instantes. "Entiendo, cualquier cosa avísame, tenemos que poner a esta gente a salvo después de todo." Responde, antes de enfocarse en el siguiente capullo, el Lycanroc de Ash ya lo había roto, pero no se escucha ni una voz dentro.

El azabache se acerca, bastante extrañado. "¡Somos de la AIP, todo va a estar bien! ¿Hay alguien ahí?"

Miette sonríe, por fin a estos tarados se les ocurrió liberarla. Y era ciertamente un bonus que Ash fuera el que la salvarla, podía poner su plan en marcha de inmediato; fingiendo una voz débil, responde. "Sí, e-estoy aquí, ayúdenme por favor."

"¡Esa voz...! ¡Es Miette!" Anuncia el azabache, Serena voltea de inmediato, absolutamente sorprendida. ¿Cómo era eso posible?

Ash y Zoey sacan a Miette del capullo sin muchos problemas, el chico iba a preguntarle si se encontraba bien, pero se sorprendería al sentir los brazos de la recién liberada chica, quien estaba sentada en el suelo, alrededor de su cuello. Serena de inmediato enrojece, incrédula y Dawn se voltea, pretendiendo que no le interesaba.

"¡Ash! Mu-muchísimas gracias por sacarme de ahí…estos días han sido una verdadera pesadilla." Comenta la chica, fingiendo un tono de voz dulce y frágil, como si su voz estuviera a punto de irrumpir en llanto. A pesar de que ambos estaban tapizados en esa repugnante sustancia verde, Miette se permite el darle un largo y cálido abrazo a su "salvador."

El chico la mira sorprendido. "¡Oh no me agradezcas sólo a mí! ¡Zoey también ayudo."

Miette casi suelta una mueca de molestia absoluta, sólo le importaba ver la expresión en el rostro de Serena, pero eso sólo haría sus intenciones claras como el agua, así que gira hacia la pelirroja, mirándola de abajo hacia arriba. "Si, gra- ". Cuando hace contacto visual con ella, siente la ansiedad apoderarse de su ser. La expresión de la pelirroja era tranquila, le sonreía de hecho, pero por alguna razón, se sentía profundamente intimidada por ella. "…g-gracias Zo-zoey."

Zoey simplemente hace un gesto con la cabeza y se da la vuelta, dirigiéndose hacia Dawn. "Parece que ya estamos por acabar. Clemont me dijo que la situación afuera es aún incierta, pero…supongo que nos avisaran pronto."

Dawn no presta mucha atención a lo que su amiga le dice, estaba mas preocupada por el hecho de que ahora Ash estaba cargando a esa chica entre sus brazos.

Serena ya se había acercado a la escena, estaba parada junto al azabache y se le veía terriblemente incómoda. "M-Miette! -me da tanto gusto que te encuentres con bien, después de que esa bestia horrenda te capturó, temí lo peor."

Miette contiene una sonrisa diabólica, la cara de Serena no tenía precio. "¡Me da gusto verte de nuevo!, las bestias esas decidieron que podrían usarme para tener más rehenes aquí." Explica, con total seriedad.

"Y-y porque Ash…t-te está cargando?" Pregunta la castaña, sonriendo nerviosamente. "¿Todo bien?"

"Es sólo que estoy muy agotada y mis piernas, no me responden." Contesta la chica, esbozando una sonrisa tímida, mientras Ash la lleva lejos de los capullos y la coloca tan delicadamente en el suelo como puede.

"Ya pronto acabaremos y podrás ir a casa." Ash dice, con una enorme sonrisa en el rostro, caminando hacia sus compañeras para continuar liberando rehenes.

Miette se queda sentada ahí, observando a Serena con mucho detenimiento, el rostro de la chica estaba totalmente rojo, se le veía indignada. Y la castaña parecía querer evitar hacer contacto visual con ella. Sus ojos también se posaron en Dawn, quien ahora conversaba con la aterradora pelirroja, que chica más rara. Puesto que Miette vivía con Georgia, quien antes de su forzada desaparición, trabajaba en la AIP; tenía acceso a chismes bien interesantes de la Agencia. Muchos de ellos tenían que ver con esta peli azul, no estaba segura si todo era mentira, o si había mucho de cierto en esos sucios rumores, pero lo que si sabía es que podía utilizarla para su ruin plan. La vil chica no puede evitar sonreír para sí, ya imaginaba el llanto lleno de aflicción de la castaña, ahora que se había hecho enemiga de la humanidad entera al aliarse con Menagerie, no tiene razón para no hacerla sufrir tanto como desee, sabe lo que disfrutará inmensamente.

"Valdrá la pena, yo lo sé." Comenta para sí, cerrando los ojos como si estuviera durmiendo.

Los chicos finalmente terminan de liberar al último rehén, uno de los profesores de la institución. "Y…ahora que hacemos?" Pregunta Serena, exhausta.

Zoey se sujeta la cabeza. Su migraña estaba volviendo. "No podemos esperar a que Clemont confirma la situación, aproximémonos a la salida y de ahí buscamos el momento perfecto para sacar a todos de aquí." Explica, recargándose contra la pared y cerrando los ojos.

Ash se estira un poco, ah ya deseaba tanto ir a entrenar un poco más a sus Pokémon, le habría gustado tener más acción ese día, quizá las cosas serían distintas si hubiese podido estar en el corazón del campo de batalla. El entrenador avanza hacia Miette, acercando su rostro al de ella. "¿Puedes caminar?"

Miette baja la cara y esboza una sonrisita diabólica, Ash obviamente no ve esto, de haberlo hecho, probablemente se habría reservado sus buenas atenciones para con la chica. "Mis piernas aun no responden… no quiero molestarte, pero…" El azabache carga a Miette entre sus brazos nuevamente y le sonríe.

"No te preocupes! No pesas nada así que no tengo problema en cargarte." Le dice, sonriente. Miette voltea a ver a Serena, quien negaba con la cabeza y cruza los brazos. Ash se coloca detrás de la multitud de gente, con la chica en brazos; Serena estaba por decir algo, pero siente alguien tocarle el hombro sano.

"Serena… concéntrate." Indica Dawn, apuntando hacia los rehenes. "Hay que movilizar a estas personas hacia la salida, quédate aquí atrás con Ash, yo y Zoey iremos al frente." Dawn escondía su molestia ante la actitud de Miette bastante mejor que Serena, de hecho, por eso iba a dejar que la chica se quedara con Ash en estos momentos, no estaba dispuesta a soportar las conductas bizarras de esa chica.

Sin embargo, Zoey podía leerla perfectamente, la pelirroja aprieta los puños con mucha fuerza, enterrando sus propias uñas en la piel de sus manos. No iba a negarlo, le fastidiaba inmensamente que la peliazul estuviera tan al pendiente de lo que pasaba con Ash, algo que a ella poco o nada le interesaba. La fuerza con la que presiona su mano aumenta.

Dawn voltea hacia su amiga, para decirle que ya se fueran de ese asqueroso sitio y de inmediato nota el detalle de los puños. "¿Zoey? ¿Estás bien?" Le pregunta, notablemente preocupada, acercando su mano a la de ella y tocándola con suavidad, de inmediato la chica relaja la tensión.

"Todo bien, es sólo mi migraña…ya se me pasará." Contesta la pelirroja, soltando una pequeña sonrisa y desliza su puño fuera de las manos de Dawn, sinceramente le habría encantado que le sostuviera la mano así por mucho más rato, pero no quería parecerse a Serena. Ambas chicas caminan y se colocan al frente de la multitud de personas, lista para ser liberada de este lugar de una vez por todas.

"¡Hey, necesito su atención! ¡Por favor, síganos, estarán a salvo siempre y cuando nadie se separe! ¿De acuerdo?" Dawn anuncia, sonriendo tanto como puede para no poner nerviosos a los presentes. La verdad es que temía que esas monstruosidades les saltaran de la nada y destruyeran todo lo que habían logrado el día de hoy.

Zoey mira discretamente a Dawn, una sonrisa cálida se dibuja en el rostro de la pelirroja. La chica baja la vista y observa su propia mano, la que apretó por meros segundos, podía ver claramente las marcas de sus uñas, totalmente rojas. Lanza un largo suspiro y camina cerca de la peliazul.

Afuera del edificio, las nubes obscuras comienzan a cubrir el cielo. El clima ya estaba volviéndose más adecuado para la lúgubre escena de la batalla entre la AIP y Menagerie. La batalla había sido pausada y no había indicios de que fuera a retomarse, ambos bandos sólo se miraban con profundo odio, sin que alguien diera una orden nadie iba a atacar.

Tengu muerde su mano cubierta en escamas, masticando sus uñas negras y largas, odiaba la decisión que estaba por tomar, pero ya no quedaba de otra. "¡Bestias de Menagerie!" Su voz carecía del impacto y potencia de la de Macherie, pero todas las fieras le ponen absoluta y total atención. "¡Por el bien de la organización, debemos retirarnos de esta batalla!"

"¡Pero…! ¿Qué hay de Onca?" Pregunta una bestia, incrédula de que esa sea la resolución.

"Ya pensaremos en algo para sacarla de ese lugar." Replica la arpía, realmente detestaba la sola idea de dejar a una de las suyas así, pero sus poderes fueron inútiles, y sabía que el miedo que sentían sus amigas les iba impedir formular alguna estrategia. A pesar de la tristeza y la culpa que sentía, dirige sus ojos llenos de odio hacia la AIP, clavándolos en cada uno de los supervivientes, como si fueran las dagas de un asesino, asesino que estaría particularmente feliz de hacer picadillo a Paul. "Humanos de mierda, ni crean por un segundo que han ganado, voy a quemar sus horribles caras en mi memoria…" De nuevo justo como hace unos minutos, los ojos de la bestia brillan en un tono purpura, dándole un aspecto mítico y aterrador, el cuerpo de la bestia se levanta del suelo, no por sus alas, sino por esa aura púrpura que emanaba de su cuerpo. "¡Van a conocer lo que es la verdadera tragedia, y nadie va a escapar de este castigo!" La voz de la bestia era potente, y se oía distorsionada, haciendo de este espectáculo algo genuinamente aterrador.

Los chicos de la AIP, se cubren el rostro con los brazos, puesto que del delicado cuerpo de Tengu salían vientos purpura que eran demasiado fuertes, incluso los Pokemon grandes que estaban junto a sus entrenadores eran arrastrados hacia atrás, lenta pero constantemente. Los humanos apenas y podían mantenerse en pie, no resultaba raro entonces ver que muchos cayeran al piso, incapaces de resistir. Las bestias en cambio lucen totalmente fascinadas con lo que estaba ocurriendo, muchas incluso aplaudían, ciertamente esta era una buena venganza temporal.

"¡LOS MALDIGO A TODOS!" Exclama Tengu, la vista de todos es cegada por una brillante luz lila y pronto se escucha el sonido de un relámpago, haciendo gritar a muchos. Al terminar ese estruendo, los presentes notarían que tanto los vientos, como el aura mágica estaban desapareciendo y que la bestia que los producía colapsaba a los brazos de una de sus subordinadas, estaba totalmente inconsciente.

Las bestias rápidamente rasguñan la realidad con sus afiladas garras, abriendo portales a su guarida y desapareciendo, una tras otra, carcajeándose; ciertamente la evocación de la arpía las había puesto de muy buen humor.

Los agentes se quedan ahí, incrédulos y la mayoría de ellos estaban ahora terriblemente nerviosos por lo ocurrido, de hecho, varios temblaban, deseando olvidar rápidamente las terribles palabras de ese monstruo.

Paul en cambio no parecía consternado. "Bueno ya díganles a Ash y compañía que traigan a los rehenes para acá." ordena, mirando a uno de los entrenadores que estaban ahí, ese pobre entrenador había mojado sus pantalones después de esa tétrica evocación, Paul solo niega con la cabeza, mirando lo patético de la situación.

Sawyer traga saliva. "¿Acaso nos tiró una maldición…?" Pregunta, Paul sólo se encoge de hombros, esas tonterías lo tenían sin cuidado.

Clemont sonríe, bastante confiado. "Las maldiciones no son reales, sólo son un montón de tonterías para asustarnos." Sawyer no está totalmente satisfecho con esa respuesta y sólo acaricia a su Sceptile.

"Heh, famosas últimas palabras." Añade Úrsula, tan sonriente como de costumbre, todos voltean a verla, muy molestos, la pelirrosa sólo los ignora.

El rubio carraspea la garganta. "Me comunicaré con la presidenta Lillie, para que…envíe ambulancias y bueno…los otros vehículos…para los cuerpos" El corazón del chico se parte en pedazos al ver a tantos entrenadores muertos en el piso, muchos junto a sus Pokémon. No había tantos heridos como se esperaba, Menagerie normalmente no dejaba a sus presas con vida, y si lo hacía, no las dejaba en libertad.

Paul niega con la cabeza. "Yo hablaré con Lillie, tu avísales a los otros que ya traigan a los rehenes, los demás sean útiles y busquen heridos." Ordena, alejándose de la multitud, había estado rodeado de gente por mucho tiempo, y aunque le hubiese gustado desaparecer, sabe que esto apenas es el inicio de todo.