¡Qué tal! Aquí les traigo un capítulo recién sacadito del horno, está más largo de lo normal pero espero les guste mucho :) Por cierto, una consulta para ustedes, sé que recordar a las bestias que han aparecido resulta díficil, así que tenía pensando hacer dibujos de todas ellas como una guía visual ¿Qué opinan al respecto?
Capítulo 14: Inversión térmica
Mientras los agentes encontraban actividades en las que ocuparse antes de la reunión de las seis de la tarde, Lillie llevaba acabo su propia reunión en su oficina, por ahora la situación no había habido ningún problema, pero eso solamente era porque estaban esperando a que dos personas más llegaran, así que no había necesidad de comenzar aún.
"Emm, deberían de llegar en cualquier momento, apenas los contacte antier y…" Lillie es gentilmente interrumpida por Zoey.
"No se preocupe, no hay tanta prisa." Le comenta, sonriéndole delicadamente.
Paul bufa, ocasionando que la pelirroja de inmediato ponga su atención en él, increíblemente irritada. "Tus migrañas ya te dañaron el cerebro ¿Verdad? ¿Olvidas que hay reunión a las seis con los demás? Si esos dos no piensan llegar a tiempo mejor empecemos de una vez." Recuerda el chico mirando de reojo a la pelirroja, con una minúscula sonrisa en su rostro; quizá disfrutaba de fastidiarla así más de lo que deseaba admitir.
Zoey coloca sus manos en su regazo, y aprieta los puños ligeramente. Inhala aire, tratando de mantenerse tranquila. "No, sólo lo digo porque contigo aquí ni siquiera vamos a llegar a ningún acuerdo, no importa cuando comencemos." Replica, mirando de reojo a Paul con profundo desdén.
"Chicos por favor, no es momento de pelear…" Comenta Clemont con timidez, Paul y Zoey se dan una última mirada de odio y voltean a ver a otro lado. A pesar de que habían terminado su breve discusión, la tensión del ambiente no había bajado ni un poco.
"Clemont tiene razón, estamos en circunstancias terriblemente críticas, y ustedes dos tienen que dejar sus diferencias de lado, no pueden pasársela peleando como si tuvieran 5 años." Lillie se ve en la necesidad de regañar a sus colegas, siempre era lo mismo con ellos.
La sonrisa de Paul está llena de ironía. "Zoey, ¿Quieres que te pida perdón y nos demos la mano?" Esa pregunta sólo era una burla, el sabía perfectamente la respuesta.
Zoey entrecierra los ojos y aumenta la fuerza con la que aprieta los puños. De alguna forma logra evitar contestar a la provocación de Paul. Sinceramente tenía asuntos mucho más importantes en que concentrarse; de hecho, podía decirse que la AIP, era la menor de sus preocupaciones en este momento.
Sin embargo, el hecho de que Zoey no contestara, no hace nada por relajar el ambiente, al contrario, Clemont y Lillie ahora quedan nerviosos, expectantes a una repentina reacción de su parte, la conocían y sabían que difícilmente ella se guardaba sus palabras.
Afortunadamente para ellos, las dos personas que faltaban cruzan la puerta de la oficina de Lillie. Se trataba de un chico y una chica, ambos teniendo un poco más de veinte años. Ella tenía cabello castaño obscuro, ojos azules como el mar y una figura voluptuosa envuelta en una vestimenta deportiva de color rojo e iba colgada del brazo del chico, quien era un joven un par de años mayor que su compañera, de cabello verde, ojos en ese mismo tono, portando una chaqueta púrpura, playera negra y pantalón azul. Claramente ambos eran muy cercanos; si el gesto del brazo no era suficiente indicio de esto, si lo era la miradita suave y tierna, de enamorados totales, que se dirigen entre ellos antes de dirigirse a los presentes.
"¡May! ¡Drew!" Lillie exclama, demasiado aliviada como para expresarlo. "¡Llegan justo tiempo!"
Drew ríe y arquea una ceja, algo incrédulo "¿Enserio? Estaba bajo la impresión de que llegábamos como 40 minutos tarde. Aunque, a decir verdad, fue culpa de aquí mis ojos." Comenta el peliverde, volteando hacia la chica castaña con una sonrisa pícara, May se pone roja y niega con la cabeza.
"No le crean, fue su culpa." Comenta May, apretando el brazo de Drew, ninguno de los dos estaba al tanto de lo que los demás discutían, y por lo tanto, sus comentarios casuales y cómicos disiparon rápidamente la atmósfera tan tensa.
"De cualquier forma es genial tenerlos aquí." Zoey comenta amistosamente, retomando su actitud tranquila de siempre. "Además es lindo ver que las cosas entre ustedes vayan tan de maravilla" La chica le guiña un ojo a May, quien de inmediato se ruboriza, con una expresión muy tímida en el rostro.
Lillie les da una mirada traviesa a la pareja, haciendo que ambos se sientan avergonzados. Quién sabe, tal vez era una forma bastante sutil de castigarlos por su impuntualidad. "¡Si, TIENEN que contarnos todos los detalles después!"
El rumbo de la conversación obviamente comenzaba a irritar inmensamente a Paul, por lo que se ve forzado a jalar a todos a tierra firme de nuevo. "¿Podemos empezar ya?"
"Oh…p-por supuesto…una disculpa." La rubia aclara su garganta, retomando su tono serio. "Me imagino que gracias al espectáculo que montaron esas bestias, ustedes dos saben perfectamente porque están aquí."
Los recién llegados suspiran, Drew se cruza de brazos "Sí, parece que las cosas son mucho peor de lo que nos había dicho en un principio. Bueno no había de otra, nos pediste que suspendiéramos nuestra investigación especial después de todo, tenía que ser algo muy grave."
"Quería que se enteraran por mi boca, pero… tristemente se me adelantaron." Comenta Lillie, mirando hacia abajo. "Pero la realidad no ha cambiado en lo absoluto, sólo tengo un poco más de una veintena de agentes, necesitamos reestructurarnos y rápido."
"Es una pena, nuestra investigación acerca de las bestias parecía empezar a mostrar datos interesantes, ya los compartiremos con ustedes tan pronto sea posible." Drew hace una pausa breve y continua. "Pero si, por ahora la prioridad es reconstruir la organización." Drew y May toman asiento justo entre las sillas colocadas entre Paul y Zoey, sirviendo ambos sin saberlo como una barrera física que podría mantenerlos más a raya; puesto que cuando se fueron a realizar dicha investigación la animosidad entre ellos no era tan evidente.
"Obviamente debemos de conseguir más gente." Clemont dice, recalcando lo más obvio. "Los ataques de Menagerie habían sido esporádicos en un inicio, pero bueno sabemos que la AIP se formó precisamente porque esas fieras comenzaron a causar muchos más problemas, no quiero ni pensar que harán ahora que saben que quedamos tan pocos y que tenemos a una de las suyas."
"Exacto, jamás pensamos que ellas darían tantos problemas, no lidiamos con entrenadores humanos después de todo, son seres más allá de nuestra comprensión." Lillie suspira, entristecida. "Nuestra tasa de éxito en contra de ellas ha sido bajísima, creo que podría contar con los dedos de mis manos las veces que hemos logrado evitar que se salgan con la suya."
"Recuerdo que al inicio sólo se dedicaban a robar aquí y allá, nada realmente tan grave, pero ahora están empezando a actuar como…un grupo terrorista." El rubio se quita los lentes, y comienza a limpiarlos con un trapito. "Muchos agentes salían terriblemente lastimados después de enfrentarse a ellas, y muchos renunciaban a las pocas semanas de entrar."
"La cosa no es tener más gente, es simplemente tener gente COMPETENTE. Sawyer, Úrsula y yo nos manejamos bastante bien contra ellas, ¿De que sirve tener a una manada de cobardes incompetentes?" Cuestiona Paul cruzado de brazos.
"Bueno Paul, entiendo que en el calor de una batalla es difícil concentrarse en cualquier cosa que no esté inmediatamente cerca de ti, pero a decir verdad dejaste de lado a todos los demás agentes que se encontraban ahí, muchos otros lograron defenderse de los ataques bastante bien hasta que las bestias los quebraron por falta de apoyo." Puntualiza Drew, Paul sólo se encoje de hombros.
"Quizá si yo hubiera sabido que ellos eran competentes habríamos podido hacer algo que resultara menos letal para ellos, pero no iba a hacer ningún milagro con el plan estúpido y suicida que ella propuso en primer lugar."
Drew y May de inmediato voltean a ver a la pelirroja. "Ese plan…¿Fue tu idea?" Pregunta la castaña, genuinamente sorprendida.
Zoey traga saliva, la tensión regresando a sus puños. "Era una situación demasiado delicada, había un centenar de personas atrapadas ahí, fue sólo una idea rápida, y… todos conocíamos los riesgos."
Paul asiente con la cabeza. "Yo nunca estuve de acuerdo con tremendo plan tan imbécil, había mil formas mejores de solucionar eso, no es mi culpa que todos hayan ido con la primera pendejada que ella babeó."
Los puños de Zoey se aprietan más. "Bueno, quizá fue una mayor pendejada el dejar que tú te hicieras cargo de detener a las bestias ¡Hasta recuerdo que te auto propusiste para la posición, y hasta me llamaste patética ¿Recuerdas?" Comenta la pelirroja, sus ojos ardiendo en rabia.
"Contigo ahí en el campo de batalla, seguramente todos estarían muertos."
La pelirroja parece pensar lo que Paul le dijo, por un momento, su vista está al frente pero parece mirar un punto fijo en la pared blanca de la oficina. Una sensación de pánico la llena, es repentina, y parece incrementar lentamente. "Tal vez estás en lo correcto." Comenta, quizá sin pensar mucho las implicaciones de su comentario, todos comparten miradas de confusión.
"Pero tampoco podemos olvidar Zoey fue clave para ayudar a liberar a todos los rehenes." Recuerda Clemont, tratando de desactivar la bomba que era esta discusión.
"Fue un acierto dejar que Ash, Dawn y Serena manejaran eso, y obviamente con Zoey ahí el proceso fue más rápido." Agrega May, colocando una mano en el hombro de la chica, apretándolo suavemente.
Sin embargo, los comentarios en su defensa hicieron poco para mejorar el estado de ánimo de Zoey. Las palabras de sus colegas le parecían algo distantes, como si fuera una espectadora a lo que pasaba; no sólo se sentía absolutamente furiosa, ahora tenía una certeza, aparentemente infundada, de que algo horrible iba a pasar, odiaba tanto ya no tener el mismo control sobre su persona, se sentía tan débil.
Paul coloca sus manos detrás de su cabeza, en total calma. "¿Qué tal si Zoey sólo fue ayudarlos personalmente, porque no quería que mancharan su preciosa reputación?" Comenta Paul, mirando a la pelirroja.
El hecho que todos los demás quedaron boquiabiertos, pasó totalmente desapercibido para la pelirroja. La chica mira la palma de su mano derecha y nota las marcas de sus uñas claramente en ellas, los dedos de sus manos dolía inmensamente; eso que dijo Paul, la ofendió terriblemente, veía en rojo, tenía unas ganas enormes de dejarse poseer por la ira, era muy tentador. No le importaría abalanzarse sobre él como una fiera desquiciada, y acabarlo por osarse a balbucear tal cosa. Pero el pánico en crescendo era lo que iba a impedir tal acción, ese mecanismo tan primitivo, la huida fue lo único relativamente razonable que pudo pensar en ese momento. Zoey se puso de pie y se dio la vuelta, para luego avanzar hacia la salida tan rápidamente que nadie fue capaz de detenerla.
"Ups." Paul comenta, relajándose en su silla, lo iban a apedrear por esto. Pero valió totalmente la pena, aunque si que no esperaba esa reacción, de hecho, creyó que la chica iba a matarlo.
"¡Mira nada más lo que hiciste!" Reprocha May, colocándose frente a Paul. "¿¡Qué necesidad de seguirse atacando así!?"
"¿Y ahora como vamos a seguir con la reunión?" Pregunta Lillie, mirando a Paul con demasiada irritación.
"Muy simple, vamos a seguir sin ella. Total, puede enterarse después." Dice el chico, sonriendo con tranquilidad.
"No." Lillie se pone de pie bruscamente, señalando la salida. "Nosotros cuatro vamos a seguir sin ti, y-ya te enterarás de lo que discutimos, no me parece justo que te quedes aquí después de lo que hiciste."
Paul se encoge de hombros, se levanta del asiento y sin decir absolutamente nada, se larga de la habitación, el chico daba un aire de poco le había importado la resolución de Lillie, aunque seguramente estaba totalmente furioso.
Zoey corría por los pasillos de la AIP a toda velocidad, espera con todo corazón que nadie esté siguiéndola y aún más que nadie intente detenerla, deseaba estar a solas con sus violentas emociones. El edificio estaba muy vacío, era evidente que las actividades diarias aún no se retomaban totalmente, así que no hubo persona que pudiera ver el frenesí de la pelirroja; ella finalmente llega a la puerta de su propia habitación dentro de la AIP. Estaba muy agitada pero no era por correr a tal paso al escapar de la reunión, era por lo que sentía; sus manos temblaban tanto que las llaves que sostiene se le caen multitud de veces; después de intentarlo varias veces Zoey logra abrir la puerta, aun es de día así que no se molesta en encender la luz.
Su habitación era bastante grande, mucho más que la de los agentes regulares, y el hecho de que sólo había una única cama de dos plazas, era indicativo de que no tenía que compartirla con nadie. El lugar era bastante minimalista; el escritorio de madera estaba prácticamente vacío, era obvio que la pelirroja no lo utilizaba; el buró tenía un alhajero, cosméticos, y una pequeña figura de bronce de una ninfa; el tocador del lado derecho de la cama tenía una lámpara y una foto preciosamente enmarcada; era una foto de Dawn, ahí la chica se veía de alrededor de unos 15 o 16 años, tenía un mechón de su cabello de color lila y sonreía encantadoramente.
La pelirroja camina apresurada al lugar, y tan pronto está cerca del buró tira los objetos que sobre él se encuentran, empujándolos con vehemencia con su mano; la pequeña estatua de la ninfa se quiebra al hacer contacto con el suelo, quedando decapitada. Las joyas dentro del alhajero quedan regadas por el piso alfombrado de la habitación y Zoey pisa varias de ellas, destrozándolas. Estaba por abrir los cajones para furiosamente arrojar todo lo que tenían dentro por los aires, pero por pura casualidad sus ojos se posan en aquella fotografía de Dawn que estaba en su tocador. Zoey se apresura hacia esa foto y la toma del marco, observándola detenidamente por varios momentos. La coloca contra su pecho y repentinamente se deja caer al suelo, sus ojos totalmente humedecidos, su enojo transformándose lentamente en una sensación de impotencia enorme.
Sigue mirando fijamente a la Dawn del retrato, pero de pronto siente que ya no puede sostenerle la mirada, esa dulce expresión de la chica se había convertido en una de acusación, así que decide voltear el retrato y dejarlo en el suelo. Quizá para alguien que hubiera estado observándola, esa reacción no tenía sentido alguno, pero para ella sí que lo tenía. Por ahora concentra sus pensamientos en lo ocurrido hace ya varios minutos en la oficina de Lillie. "No puedo permitirme el perder el control así de nuevo, nunca debe volver a pasar ¿Cómo se supone que la voy a proteger si no soy capaz de siquiera controlar lo que siento?" Comenta para sí, hundiéndose en sus pensamientos, aunque había retirado de su vista la fotografía de Dawn, la chica seguía en su cabeza, como si la tuviera en frente.
"Paul te hace perder el control, sabes que la solución es muy simple."
Zoey se detiene un segundo, esa oración se había oído como un estruendo en su cabeza, así que tarda en darse cuenta de que sólo era un pensamiento. Pero era un pensar extraño y ciertamente lo consideraba ajeno a ella; eso le disgustaba inmensamente, sabía muy bien que cuando esos pensares salían de lo obscuro de su mente no había forma de ignorarlos, la pelirroja se pone de pie y camina en círculos por esa sección de su cuarto, visiblemente tensa.
"No te compliques la vida, nunca podrás soportarlo. Tan sólo elimina el problema."
"No voy a hacer eso, sería la movida más estúpida que pudiera hacer." Responde la pelirroja a sus propias maquinaciones, como si estuviera conversando con una persona tangible.
"Jeje...al contrario... pero no te culpo, lo odias mucho después de todo."
Zoey permanece en silencio, sería ilógico que estuviera en desacuerdo con esto. Ella absolutamente aborrecía al tipo. ¡Sólo de acordarse su cuerpo volvía a temblar de la ira! Todo de él le parecía totalmente aborrecible, y obviamente el tipo sólo seguiría fastidiándola más y más; ya sabía bien como presionar sus botones; un tipo tan detestable como él era una molestia enorme. La chica comienza a respirar muy rápido, su corazón acelerándose, no era por una sensación de aprensión o ansiedad como la que había tenido en esa fallida reunión, no, ahora la sensación era totalmente diferente, era mucho más cercana a ser emocionante. Los labios de la chica estuvieron por esbozar una sonrisa, pero se las ingenia para reprimirla, presiona sus puños ligeramente y respira y sólo comenta en un tono inusualmente estoico. "Supongo que es inevitable."
Al terminar su discurso interno, la chica se tira sobre la cama, y de inmediato siente un dolor punzante en la parte frontal de su cabeza, cómo cientas de agujas comenzando a perforar su cerebro, y que van avanzando por todo su encéfalo sin piedad alguna. De inmediato hace una expresión de dolor y aprieta los dientes con fuerza, cada nervio de su cuerpo era violentamente atormentado por esa sensación tan terrible; las ganas de gritar en agonía eran enormes, pero la aflicción era mucho mayor, hacerlo no solucionaría nada, sólo haría todo peor. Eventualmente ve el mundo a su alrededor obscurecerse y desaparecer.
La lluvia había cesado, pero el cielo seguía igual de gris, negándose a mostrar siquiera un poco de luz para los habitantes de la ciudad. A pesar del triste clima y de las circunstancias actuales, Paul va saliendo del edificio principal de la AIP, con toda la calma del mundo, ni siquiera lleva un paraguas consigo, quizá deseaba una excusa para no regresar al lugar en lo quedaba del día; fue una enorme molestia haber sido expulsado de esa sesión así. Al menos no lo habían obligado a buscar a la pelirroja y pedirle disculpas, eso si que hubiese sido de lo peor, y ciertamente era muy grato el ya no compartir espacio con ella así que de todas formas él había salido ganando.
Quedaba todavía un buen rato para las seis de la tarde, sería prudente irse a entrenar al parque central de la ciudad. Podría hacerlo en la arena de la AIP, pero era probable que Ash estuviera ahí, la actitud entusiasta del chico, aunque no le exasperaba como antes, aun le resultaba irritante en ocasiones, y lo que menos quería era que le quitaran la satisfacción de lo que era no estar cerca de esa pelirroja.
Por un buen rato Paul avanza por las calles de la ciudad, las cuales estaban relativamente vacías, después de lo ocurrido la gente tenía bastante miedo de salir de sus casas, y naturalmente aquellos que le reconocían le dirigían miradas pesadas que el ignoraba con relativa facilidad. En lugar de enfocarse en esas cosas triviales prefiere formular planes de entrenamiento en su cabeza, admite que había suavizado considerablemente la mano con sus Pokémon, pero ciertamente sus estándares eran más altos que nunca. Y más tomando en cuenta de que de ellos dependía de que esas insidiosas bestias dejaran de existir.
Ya estaba cerca del parque de su ciudad natal, pero casi que por instinto voltea hacia su izquierda al llegar a cierto edificio, era una librería, y fija su mirada en los libros que se estaban ordenados en la vitrina. No tenía usualmente el tiempo para ello, pero le gustaba bastante leer, especialmente textos dantescos, trágicos, aquellos que reflejaran la inmundicia del corazón humano; sentía que ese tipo de literatura le quedaba bien, además que era mil veces más digerible que una azucarada novela romántica.
¡Qué deleite! Ahí estaba el nuevo libro de su autora favorita, una mujer que era una deidad al redactar las cosas feas de la existencia, a su gusto nadie la igualaba en ese rubro. La obra en cuestión se titulaba: "Dama de la tristeza" y en la portada veía a una mujer de cabellos rubios, dibujada en estilo Art Nouveau, con una expresión de angustia absoluta en el rostro, gruesas lagrimas deslizándose por sus mejillas. El nombre de la autora, Ada Corneille, estaba escrito en finas letras doradas, justo arriba del título.
"Ya hasta se me había olvidado de que salía esta semana. "Comenta el joven sin quitar los ojos de encima a ese libro, los libros de esta mujer sólo lo impresionaban más y más, así que era obvio que iba a comprarlo en este mismísimo momento.
Por la emoción del momento, Paul estaba inusualmente distraído, ni siquiera se da cuenta como demonios termina en el suelo al entrenar a la librería. Maldita sea, siempre hay un idiota que no se fija al caminar, siempre. El chico abre los ojos y ve una mujer en el suelo, frente a él, ugg es una mujer, seguro será peor, definitivamente ella hará que el infierno le llueva encima. Iba a llenarla de insultos, se lo merecía por torpe, pero al ver de quien se trataba, el chico se queda sin palabras.
La mujer usaba una gabardina negra, bastante linda; adornada con un broche de una rosa dorada y su cabeza estaba cubierta por un elegante sombrero, ciertamente la dama no quería ser reconocida, pero debido a la caída, sus lentes obscuros yacían en el suelo. Ella levanta el rostro y al ver a Paul, su corazón enfurece. "¿Qué hace este humano estúpido aquí?" Piensa, haciendo lo imposible por no mostrar el asco que sentía.
Paul la reconocía sin duda alguna, su rostro era una mezcla de emoción y vergüenza absoluta ¿Por qué demonios le pasaban estás cosas a él? Tenía justo que conocer de forma tan absurda a su escritora favorita, esa dama en el suelo era Ada Corneille. Él se levanta de inmediato, y extiende su mano hacia la mujer. "Me disculpo, S-señorita Corneille." Comenta el chico, ruborizando ligeramente al darse cuenta de su propio tartamudeo, extiende la mano hacia la escritora.
Sin embargo, Ada no compartía esa fascinación. Ella ya odiaba al chico, y sabía que si el se enteraba de quien era en realidad, habría una lluvia de sangre y plumas negras. Si, esta delicada mujer era nada más ni nada menos que aquella bestia de alto rango, Tengu, la que casi acaba con la vida de Paul aquel fatídico día, sólo para ser humillada por el chico. Tristemente estaba muy ocupada, la Grandiosa Macherie le había dado instrucciones precisas de lo que debía hacer, así que no iba a perder el tiempo destazando a este infeliz, al menos por el momento. Naturalmente no acepta la ayuda para ponerse de pie, sin problemas lo hace por su cuenta, y sacude su gabardina. "Fíjate por donde vas." Exclama, tratando de ocultar su desdén, mientras camina lejos de él.
El chico traga saliva y sólo la ver alejarse, no iba a decirle cuanto le gustaba su trabajo, eso lo haría ver como un imbécil denso que no entiende que eso no haría nada por aliviar la molestia que siente la escritora en esos momentos. Pocas veces había deseado quedar bien con alguien tanto como con ella. Paul suspira, no hay nada que hacer, el ve por casualidad el suelo y se da cuenta que los lentes obscuros de Ada siguen en el suelo, junto con una carpeta negra. "Debe haber estado furiosa si olvidó algo tan importante." El chico voltea, para llamar la atención de Ada al gritar su nombre, pero ella había desaparecido.
"Por supuesto…" Paul recoge los objetos, quizá sería más lógicos dejarlos en la librería, ella seguro regresaría eventualmente. Pero ahora el deseo de no quedar mal ante una persona tan importante para él imperaba.
La decisión estaba tomada, la buscaría personalmente; era la excusa perfecta para redimirse ante una de las contadísimas personas que respetaba y admiraba y obviamente también así evitaría regresar a la AIP, con las pertenencias de Ada en mano, el chico sale corriendo, esperando encontrarla pronto.
El tiempo restante para la reunión era cada vez menos, era ya hora de ir prestando mucha atención al reloj para no cometer el error de llegar tarde. Pero ya que había aun tiempo que matar, Dawn y Ash se habían tomado la libertad de pasearse por los jardines de la AIP, esta zona estaba usualmente muy cuidada, las flores siempre tan envidiablemente hermosas. Sin embargo la tormentosa lluvia de esta semana, había dejado el lugar hecho un desastre, los pétalos de las plantas habían sido violentamente arrancados y estaban regados por el suelo, encima de varios charcos de agua que se habían formado, parecía que nunca habían hecho una labor de mantenimiento en el lugar; de hecho la fuente en medio del jardín, que poseía una estatua de una mujer preciosa, sosteniendo un cántaro de agua del que fluía el agua, también había sido víctima del mal clima, estando cubierta de manchas verdosas, el agua obviamente estaba de un color café enfermizo y turbio.
"Ah…que pena, tenía muchas ganas de ver las flores…" Comenta Dawn, decepcionada, la chica sostenía su Piplup entre brazos, quien se veía igual de triste que su entrenadora.
Ash y Pikachu definitivamente comparten el sentimiento. "Creo que con todo lo que ha pasado nos olvidamos de lo que pueden causar las lluvias…" El chico se rasca la nuca, su Pokémon baja de su hombro y ve con tristeza una flor que, aunque conserva sus pétalos, está doblada a la mitad como muchas de las otras plantas.
"Tiene sentido…" Dawn suspira. "Se que por ahora no es una prioridad, pero espero puedan recuperar este lugar, es mi parte favorita de la Agencia."
"Pienso lo mismo ¡Ya verás que todo mejora!" Sonríe el chico a la peliazul, quien le devuelve la sonrisa.
"Heh, siempre me pregunto como es que te pudiste mantener tan optimista…siento como si no hubieras cambiado en todos estos años." Comenta Dawn, mirando hacia la fuente, una melancolía inmensa llena sus azules ojos.
"La verdad no tengo idea…yo siento que todos, han cambiado demasiado, extraño mucho como eran las cosas antes, todo era tan simple." Admite el azabache, su voz llenándose también de ese sentimiento de añoranza.
Dawn voltea a verlo algo preocupada. "¿Crees que he cambiado para mal?"
Ash la mira varios instantes, parpadea, la pregunta lo tomó totalmente fuera de guardia. "¡Obvio no…! Digo…siempre has sido muy complicada, desde que te conozco, pero no eres mala persona."
"¿¡Complicada yo!?" Dawn ruge, totalmente avergonzada.
Ash pone sus manos al frente, para protegerse de la ira de la peliazul. "Es sólo que, siento que chocamos demasiado… más de lo normal ¿No crees?"
La peliazul suaviza la voz notablemente, su expresión volviendo a la dulzura usual. "Si, me he dado cuenta de eso, pero creo que es inevitable…cuando la gente crece, también lo hace el conflicto. Es muy difícil siempre estar de acuerdo en todo." Responde, mirando hacia abajo.
"¿Pero eso tiene que alejarnos?" Pregunta el azabache, volteando hacia la chica.
La expresión de Dawn se torna algo triste, pero se las ingenia para sonreír ligeramente. "Por supuesto que no…"
Ambos permanecen en silencio por varios segundos, contemplando el triste paisaje frente a ellos, que ahora quedaba como anillo a dedo con la melancólica conversación. Era fácil darse cuenta de que las flores que yacían lastimosamente en el lodo habían influenciado ese estado de animo en los jóvenes. Aunque ninguno de los dos creía que la situación entre ellos era tan mala como el penoso jardín. Avanzan por el jardín lentamente, viendo a sus Pokémon jugar en los charcos creados por la lluvia, dándose cuenta de que esas criaturas tenían más facilidad para ver las cosas positivas en una situación honestamente deprimente. Naturalmente carecían de un razonamiento tan complejo como el ser humano, pero eso no era algo malo, en lo absoluto.
La peliazul aclara la garganta, y rompe la quietud nerviosamente. "Dime Ash…alguien te ha hablado mal de mí?
Ash piensa su respuesta, intentando de recordar algo así. Quizá esa chica odiosa, Úrsula, le dijo algo alguna vez, pero realmente estaba muy ocupado pensando en sus futuros entrenamientos como para realmente tomarla en serio, además no es como si esa chica dijera cosas que merecieran ser escuchadas. "La verdad no… ¿Porqué preguntas?"
Dawn se muestra aliviada. "Es sólo que…" La chica se le queda viendo a su compañero por varios momentos, su rostro angustiándose más y más. "…no es nada importante, no te preocupes…" Dawn voltea tímidamente para la derecha, esquivando la mirada de Ash.
Por alguna razón el silencio de la peliazul ahora le había fastidiado inmensamente, pero no entendía bien el por qué, probablemente se sentía menos cómodo al darse cuenta de que ella no le tenía confianza. "¡Vamos, si…tienes algo que decir sólo dilo!"
La chica niega con la cabeza, posiblemente era una mejor idea cambiar el rumbo de la conversación y no tocar esa pregunta jamás. "¡Sólo es una tontería! N-no te angusties por mí…" Dawn piensa rápidamente en algo para hacer al azabache olvidar la pregunta, pero lidiar con situaciones incómodas no eran lo suyo, mucho menos bajo presión. "…y dime A-Ash… ¿Has besado antes?" Dawn queda con una expresión boba en el rostro, sabe que esa fue la pregunta más tonta que pudo haber hecho en el momento.
El chico obviamente estaba sorprendido con esa pregunta tan repentina, hasta el que normalmente es denso le había parecido increíblemente fuera de lugar, el azabache se rasca la cabeza, incómodo. "…Bueno…Serena me besó una vez…" Responde, acordándose de aquel fatídico beso.
"¡No te pregunte si te había b-besado! Además, lo de Serena es dominio público, todos lo saben." Replica Dawn, negando con la cabeza. "A lo que me refería es que si tú has besado a alguien…"
Ash de inmediato niega con la cabeza. "Eso sería muy raro ¿no?" Pregunta, levantando una ceja.
"¿Correspondiste al beso que te dio Serena?" Pregunta nuevamente la peliazul, muy atenta a la respuesta.
"No lo sé…" El chico se rasca la nuca, sinceramente en ese momento lo habían tomado totalmente por sorpresa, y ciertamente cualquier reacción que tuvo, o no, estuvo fuera de su control. "Todo fue muy rápido y confuso, no recuerdo tanto que pasó en ese preciso momento."
"Bueno, no me sorprende, si Ash correspondió es obvio que pudo ser algo involuntario, si le creo que no se acuerde, con lo denso que es. Serena si debe acordarse, aunque seguro nunca va a admitir que Ash no le correspondió su gesto." Piensa la peliazul, mirando hacia abajo.
"Y…tú has besado?"
Dawn honestamente no esperaba que el azabache siguiera ese hilo de conversación, estaba segura de que, una vez contestada la pregunta, el tema cambiaría a algo menos personal. Se queda muda, pero esboza una sonrisa misteriosa y traviesa, debe mantener las cosas interesantes. "Tal vez..." Comenta, evadiendo los ojos del chico, enroscando un mechón de su cabello en su dedo índice.
"Pero creo que es importante que sepas, usualmente las chicas no toman la iniciativa en eso de besar." Dawn hace una breve pausa, posando sus ojos azules en los de Ash. "Es algo muy atrevido."
"¡A mí me gusta lo atrevido!" Exclama Ash, quizá sin entender totalmente, el significado de esa palabra en este preciso contexto.
La peliazul se ríe no muy sutilmente, Ash sólo levanta una ceja, entre ofendido y confundido. "Ay Ash…nunca cambies."
El azabache sólo se confunde más ante esa reacción tan rara. "Bueno…n-no me dejes con la duda… ¿Has besado? ¡Yo ya te contesté!"
Dawn sonríe encantadoramente. "¡Yo también te respondí!
"¡Claro que no! ¡"Tal vez" no cuenta como respuesta!" replica Ash, enfadándose más.
"¡Claro que sí cuenta, una chica no va a revelar todos sus secretos!" responde Dawn, sacándole la lengua a Ash.
"¡No es justo, yo si te dije!"
"¿Qué culpa tengo yo de que seas taaan directo? ¡Pudiste haber creado un misterio!" Comenta la chica, muy sonriente., mirando la hora en su poketech. "¡Oh mira! ¡Ya es tardísimo, la reunión va a comenzar en unos minutos!" La chica sale disparada corriendo, Ash tras ella.
"¡Esto no ha terminado, Daaaawn!" Ash sigue a la peliazul, si sentía estafado, pero a la vez, el momento le estaba divirtiendo inmensamente, era una sensación bastante difícil de explicar, sencillamente no tenía sentido.
Claro que ese momento tan sentimental entre viejos amigos, no era algo que causara algo lindo en Serena. Ella y Miette se habían quedado detrás de uno de los arbusto del jardín espiando a los chicos. Miette de hecho había tenido que físicamente impedir que Serena interrumpiera el momento. Ahora la castaña lloraba, su mano tapando su propia boca, el comentario de Ash respecto al beso, había sido devastador.
Miette le daba palmaditas a Serena en el hombro, fingiendo interés en consolarla. "Ya ya, no te angusties, ¡tu sabe bien lo que paso ese día!" Comenta, sonriendo con sadismo al ver a Serena deshacerse así, obviamente la chica nunca se percataba de esas muecas crueles.
"… ¡N-nunca pensé que…ese beso haya significado tan poco para él!" Exclama, realmente entristecida.
Miette sonríe aun más, Serena era un blanco tan sencillo, era absurdo, pero satisfactorio. "¿Puedes culparlo? Sólo fue un piquito después de todo, sabes que por más que eso haya significado todo para ti, no es algo tan…memorable."
"¿Y ahora qué hago?... pensé que con ese gesto, todo estaría…"
"¡Oh Serena, no seas ingenua, ese piquito no es ni la punta del iceberg! Obviamente necesitas hacer mucho, mucho más para dejar algo que realmente signifique algo para Ash." La chica hace una breve pausa, y sus labios se retuercen más, acaricia el cabello de la chica. "Aunque quizá Dawn no tenga que trabajar tanto como tú."
"¿T-tú crees?" Serena luce genuinamente asustada, desea reprimir cualquier imagen mental que esas palabras lleven consigo.
"Absolutamente, tiene un encanto especial, debe tener a los chicos rendidos a sus pies; es quizá…sólo cuestión de tiempo."
Serena traga saliva, tenía una expresión como si le hubieran dado una noticia terrible. Miette la abraza, sus palabras venenosas sonaban bastante azucaradas, atrapando más y más a la castaña en su retorcido juego. "No te desesperes, quizá es sólo cosa de que te…moldees un poco más a los gustos de Ash ¿No?"
"Eso…no suena como una buena idea, de hecho, ni siquiera sé qué clase de mujer le guste a Ash…" La chica enrojece al decir aquellas palabras, no eran cosas que le gustaran pensar.
"Parece que tienes tarea…" Miette ve el reloj de su mano, sonriendo al ver la delicada rosa dorada detrás de las manecillas. "Ya casi es hora de su reunión ¿Verdad?, eso no puedo perdérmelo; pronto volveré a las noticias y es algo que debe reportarse a la ciudad." Comenta, sonriendo con emoción, después de todo cualquier información que pudiera sacar de la AIP era útil para Menagerie, estaba segura de que caería en la buena gracia de la Reina de las bestias si le conseguía una primicia jugosa.
La castaña seca sus propias lágrimas, sólo quería tirarse en su cama y no saber más, obviamente que no tenía nada de ganas de ir a una estúpida reunión, todos podrían verla con los ojos hinchados y su delicado maquillaje corrido. Además, su imaginación estaba volviéndose salvaje, no quería ni pensar que al llegar ahí viera a Dawn tomada del brazo de Ash o por el estilo, estaba segura de que enloquecería si eso pasara. "Quizá…sólo hare acto de presencia y me iré poco después, no es como si a alguien le importe realmente si estoy ahí." Piensa la chica, siguiendo silenciosamente a Miette.
Las dos caminan con prisa hacia la entrada principal de la AIP, ven a algunas personas entrar, Serena no los conocía personalmente, pero sabía que eran amigos de Ash de la región Alola. La verdad durante el memorial había estado tan concentrada en su compañero, que no se había dado cuenta que ellos habían salido con vida de la batalla contra Menagerie, se regaña así misma por esos pensamientos tan poco dignos para el momento, pero sinceramente no podía evitarlo.
En el camino hacia la sala de reuniones, las chicas permanecen en total silencio, Serena no tenía ganas de hablar, no después de haber visto esa interacción entre Dawn y Ash, ni siquiera su curiosidad respecto a la vida de Miette la iba a hacer conversas en estos momentos. Sólo desea acabar con esto, probablemente exageraba, pero algo tan simple como eso la había dejado exhausta.
Finalmente llegan a la sala de reuniones, parecían ser las últimas entrar a la habitación. El lugar obviamente era inmenso, tenía espacio para cientas de personas; puesto que no había más de treinta personas ahí, el lugar daba la sensación de ser mucho más masivo de lo que en realidad era. Había cientas de sillas acomodadas, pero sólo las de las primeras filas estaban ocupadas, los presentes murmuraban entre sí, se sentía el nerviosísimo en el aire.
Miette rápidamente se adelantó, olvidándose de Serena y se ubicó en una de las sillas de enfrente, de las pocas que quedaban vacías en esa fila, de inmediato tomó una grabadora de voz, lista para encenderla ¿Para qué esperar días a una conferencia de prensa? Odiaba a la AIP, pero al menos estaba feliz de que no fueran tan formales con respecto a este tema.
Serena tímidamente se sentó en la parte de atrás, una fila detrás de la tercera no había nadie ahí y los chicos de enfrente la tapaban, era muy fácil pasar desapercibido. Ve a Dawn y Ash sentados en la segunda fila, pero no se te atreve a hablarles y mucho menos a sentarse junto de ellos, a pesar de que había dos sillas vacías a los lados; su intención definitivamente no era quedarse a ser atormentada sin piedad alguna, se iría tan pronto fuera posible.
Los murmuros callan de inmediato en el momento en que Lillie se para frente al podio. Todos la miran expectantes, haciendo que la rubia ruborice ligeramente. "B-buenas tardes a todos…" La chica toca el micrófono, asegurándose que funcione, creando un desagradable sonido. "Lamento mucho la espera… sé qué todos están ansiosos de escuchar lo que tenemos que decirles." A su lado están de pie Clemont, May y Drew, los tres lucían demasiado cansados, era fácil darse cuenta de que habían pasado hasta el último minuto deliberando y organizando. Ni Paul ni Zoey no estaban ahí, de hecho, ni siquiera se habían molestado en llegar a la sala de reuniones, y esto extrañó a muchos, parecía que hubiesen sido reemplazados por May y Drew, quizá eso tenía sentido en el caso de Paul, pero no en el caso de la pelirroja.
Dawn levanta la mano. "Lamento interrumpir, pero ¿Y Zoey? Tampoco Paul parece estar por aquí."
Lillie voltea nerviosa hacia las tres personas a su costado, si, los otros dos no estaban ahí, no esperaba que dijeran nada, no estuvieron en la reunión después de todo, pero al menos tenían que estar ahí. Le pregunta a Clemont en voz baja si sabe algo, pero el rubio sólo niega con la cabeza.
"Ehh, deberían llegar en cualquier momento, pero iniciemos sin ellos." Comenta, visiblemente estresada con la situación, no debió sacar Paul, debió obligarlo a que fuera a disculparse con Zoey y hacer que ambos regresaran a la reunión, así las cosas, habrían finalizado más rápido.
