¡Lamento la tardanza! La universidad me agarró un poco de bajada. Pero bueno aquí esta el capítulo 15, espero les agrade 3.

Capítulo 15: Reunión

Dawn parpadea, genuinamente sorprendida, la reacción tan improvisada de Lillie dejaba tantísimo que pensar. Si ella decía que Zoey llegaría en cualquier momento, era muy probable que esto fuera así, pero la pelirroja siempre había sido una persona muy formal y puntual, no podía imaginarse que ella, elegiría llegar tarde a esta importante reunión. La peli azul muy discretamente toma el celular de su bolso y de inmediato busca a Zoey entre sus contactos y le escribe un mensaje. "¿Todo bien Zoey?" La chica se queda con su dispositivo en la mano, para asegurare que se diera cuenta tan pronto su mensaje fuera contestado.

Lillie carraspea la garganta y continúa hablando. "Bueno, prosigamos. Como pueden ver, Drew y May han llegado de vuelta para darnos una mano. Ellos hicieron una investigación respecto a Menagerie todo este tiempo, así que su conocimiento será invaluable para nuestra causa, es por esto mismo que ellos dos serán las cabezas del nuevo Departamento de Investigación.

May saluda con su mano a los presentes, sonriendo con mucha dulzura, muchos chicos quedan cautivados con la expresión tan tierna de la chica. Drew en cambio permanece inmóvil, escuchando atentamente a Lillie.

"Obviamente nuestro querido Clemont seguirá a cargo del Departamento de Biología y el de Tecnología, de modo que podamos tener información muy certera de como destruir a las bestias de Menagerie…" Lillie voltea hacia Clemont como para pasarle la palabra, pero el rubio niega sutilmente con la cabeza, una cosa era simplemente pararse frente a todos y otra muy diferente era hablar ante ese mismo público."…Cómo saben, Clemont capturó a una fiera el día de la batalla, fue gracias a esa hazaña que las demás decidieron huir del campo de batalla, o al menos eso creemos. Pero eso también supone un enorme riesgo para nosotros, no tenemos idea de cuando las bestias vendrán a liberar a su camarada. Clemont, creo que es muy importante que nos digas como evitaremos que eso pase."

El chico da un paso hacia el podio, y traga saliva, toma el cuello de su camisa y lo jala ligeramente. No era porque no supiera que decir, simplemente estaba muy nervioso de hablar ante todas esas personas.

"Emm…bueno, en el transcurso de estos días…emm, des-después de la batalla...emm instalé un mecanismo de seguridad en donde se encuentra la prisionera. Es-b-bastante complejo… técnicamente hablando, pero básicamente va a dejar inmóvil a cualquier bestia que se acerque demasiado al sitio. N-no se preocupen, sólo emm, sólo las bestias deberían ser afectadas, tristemente por las limitaciones energéticas no podemos expandir este sistema al resto de la ciudad…" Termina el chico, dándose la media vuelta para irse, pero tropezando antes de bajar del podio.

Miette suprime una risa. Qué tontos, estaban dando tan valiosa información al enemigo y no tenían ni idea. Aunque si admite que la situación de Onca es preocupante, pero sólo por la posibilidad de que torturen a tan hermosa criatura, la Señorita Macherie se haría cargo de todo, seguramente.

"Gracias Clemont." Lillie de inmediato trata de centrar la atención de nuevo en ella, para que todos olviden el tropiezo del rubio. "Y bueno, Paul no ha llegado, pero he decidido que el siga en su actual posición, obvio trabajaremos muchas cosas él pero…" La rubia debe quedarse callada, de inmediato ve el descontento en la cara de prácticamente todos los presentes. "Todo estará bien y sino mejora pues tendremos que quitarlo del cargo…"

Una chica se para de su asiento de golpe, se trataba de Mallow. "Lillie ¿Es enserio? Nosotros casi morimos ahí, ¡Es más mira, mira! ¡Una bestia mordió mi pierna!" La chica de cabello verde señala su extremidad, y efectivamente, tenía unos dientes afilados marcados en su piel morena. "Paul no hizo nada, NADA por ayudarnos, yo creo que deberías mandarlo de patitas a la calle, y estaba confiada en que así sería."

"Ay cariño, ¿Qué culpa tiene el que todos sean tan incompetentes?" Responde Ursula, sonriendo venenosamente.

"¡¿Qué dijiste!?" Mallow se dirige a la chica, pero de inmediato Kiawe la regresa a su lugar.

"¡Basta! Como dije…si el no cambia su actitud se irá, pero por el momento no podemos hacer un cambio, aun así, tomaré el desconecto respecto a esta decisión muy en cuenta." Lillie trataba de calmar la situación, sabe que esta no será la última vez que haya conflictos por lo de Paul. "…Zoey naturalmente seguirá ayudándonos a manejar las situaciones con los rehenes, es una certeza de que esas bestias volverán a tomar prisioneros a gente inocente. Además, quiero anunciar la formación de un escuadrón elite, compuesto por los agentes más prominentes de la organización. Ash, Serena y Dawn ustedes fueron el pilar de la operación del rescate de los rehenes, así que de ahora en adelante serán promovidos a Agentes Elite, sus funciones irán más allá de solo combatir directamente a Menagerie, pero ya hablaré personalmente con ustedes en su momento.

Ash estaba por agradecer a Lillie por esta oportunidad, pero es bruscamente interrumpido por Úrsula, quien se para de su silla, genuinamente indignada. "¡Sawyer y yo matamos a muchas más bestias que estos tres! ¡No es justo que a ellos les estén dando esa posición!" Sawyer, sólo coloca la palma de la mano en su rostro y niega con la cabeza.

"Habría que analizar la batalla a detalle y obviamente tomar el testimonio de Paul, pero ya habrá tiempo para eso..." Comenta Lillie, sonriendo muy incómoda, parecía que con cada cosa que decía una potencial pelea iba a comenzar.

La chica de cabellos rosa vuelve a su lugar muy molesta y le dirige una mirada asesina a Dawn, quien le saca la lengua. Úrsula se cruza de brazos, muy disgustada. "Pero me la vas a pagar, maldita puta" Piensa, sin dejar de ver a la peliazul.

"Por último, resulta evidente que necesitamos conseguir muchísima más ayuda. Muchos entrenadores que no habían tenido la oportunidad de trabajar como agente serán promovidos de inmediato, y entonces se asignaran nuevos grupos el día de mañana; y no sólo eso, debido al gran número de heridos y muertos que hubo en la última batalla, todos tomarán un curso obligatorio de combate cuerpo a cuerpo." Los presentes se miran unos a otros, muy sorprendidos. "Sé que la situación esta negra, y no los culparía si decidieran irse, pero… no podemos permitir que Menagerie se salga con la suya." Concluye la chica, la sala queda en completo silencio, Lillie baja del podio y suspira, aliviada de que no haya tenido una masacre en el lugar.

"¡Lo hiciste muy bien! ¡Me sorprendió lo poco que duró, imagine que estaríamos aquí por horas!" Comenta May, tomando del hombro a la rubia, quien sólo sonríe, muy feliz de no tener que estar ya frente a esa multitud de mal carácter.

"Creo que las quejas nos las irán haciendo saber con los días, pero bueno al menos reconocen que detener a Menagerie es más importante que cualquier otra cosa." Comenta Drew, viendo a los agentes de lejos.

Kiawe repentinamente se acerca a la presidenta de la AIP , sonriéndole. "Lillie ¿Nos acompañas? Vamos a tomar unas cervezas, en la sala de estar."

La rubia se rasca la cabeza, le encantaría para el tiempo con sus antiguos compañeros de la Escuela Pokémon, pero tiene muchísimo trabajo que hacer, y ciertamente no puede darse el lujo de sumergirse en esos placer tan vacíos. "Me encantaría, pero tengo mucho trabajo, no es lo más apropiado para este momento."

"Ándale, es algo tranquilo, además te ves muy agotada, es sólo para que te relajes un poco ¿Qué dices? Ah y ustedes también vengan, no vamos a dejarlos fuera." El chico se dirige hacia May, Drew y Clemont.

Drew voltea a ver a May, la parejita se miran fijamente por varios instantes y asienten con la cabeza, ninguna palabra fue necesaria para llegar a un acuerdo. "Mientras sea tranquilo, los acompañamos."

"¿Y tú Clemont?" Pregunta el chico, el rubio solo limpia sus lentes nerviosamente con su camisa.

"Y-yo pasó…hay mucho trabajo que hacer en el laboratorio…" Explica, colocando sus lentes de vuelta, Kiawe lo toma del brazo bruscamente.

"¡Sólo una y ya, es para que no se pongan mal, vamos!" El chico jala al pobre Clemont hacia el grupo de agentes que habían decidido ahogar los malos tiempos.

"Creo que no tengo de otra…" Comenta Lillie, totalmente resignada, avanzando con Drew y May.

"Se avecinan tiempos muy duros, sería bueno despejarse unos minutos." Comenta May, tomando a su novio Drew del brazo y recargando su cabeza en su hombro.

Mientras tanto Serena, sintiéndose terriblemente cansada, decide que es hora de irse de ahí y mejor descansar el resto de la tarde y noche, mañana será otro día. Se pone de pie sigilosamente, no queriendo llamar la atención, y camina con lentitud hacia la salida. Sin embargo, su plan no iba a resultar, puesto que Miette la toma del brazo.

"¿A dónde vas?" Pregunta la chica.

"Sólo…iba a alejarme de aquí, honestamente no quiero lidiar con nada ahora. Simplemente quiero dormir el resto del día." Contesta la chica, emocionalmente muy drenada.

"¡Pero no puedes hacer eso! Tus amiguitos de la AIP tomarán un par de cervezas, Dawn y Ash irán también, ¡No puedes simplemente irte a dormir como si nada!" Le dice muy seriamente, mirándola fijamente a los ojos.

Serena traga saliva y mira hacia donde están ellos dos, platicando muy animadamente con Kiawe. Sí, realmente no parecen siquiera estar preocupados por el hecho de que ella se alejó durante la reunión, estaban muchísimo más ocupados con sus nuevos planes.

"¿Ves? Los dejas solos menos de una hora y Dawn ya te sacó miles de kilómetros de distancia, dudo mucho que quieras dejar que las cosas se sigan dando así…" Miette le da palmaditas a Serena en la espalda. "Bueno, es tu decisión, yo si los acompañaré…al contrario tuyo, no me voy a desanimar sólo porque una chica como Dawn ande cerca de Ash." Agrega la chica, diciéndole adiós a la castaña con la mano.

Después de un largo y triste suspiro Serena se aproxima a la multitud, no sabía porque se atormentaba así misma de esta forma, entre más pensaba en las cosas, más inútil se sentía al respecto; pero no encontraba como meterse en la conversación, así que decidió acercarse a Clemont, quien parecía igual de perdido que ella. "¿Vas a tomar?"

Clemont sonríe, algo incómodo. "Sí, pero solo un poco para que no me fastidien, tengo tanto trabajo…"

"Yo también, sólo haré acto de presencia. Imagino que irás a ver lo de la bestia que atrapaste." Comenta Serena, mirando a los chicos platicar tan a gusto.

"A decir verdad, quería ver si Paul se aparecía primero, el quedó de ayudarme con eso. Pero si gustas irme a dar una mano eres totalmente bienvenida…" Sugiere Clemont esbozando una sonrisa muy amigable a Serena que levanta un poco el ánimo destruido de la chica, al menos alguien la tomaba en cuenta en este lugar.

"No tienes que preocuparte, esas cosas no son mi fuerte, pero con todo gusto te ayudo." Responde, esbozando una pequeña sonrisa.

Clemont corresponde al gesto, pero con una sonrisa mucho más grande y alegre "¡Muchas gracias Serena!"

En tanto los chicos hacían planes para disfrutar de lo que posiblemente sería la última tarde libre que tendrían en muchísimo tiempo, Paul continuaba buscando a la escritora que tanto admiraba. Pero era como si la dama se hubiese desvanecido por completo, el nunca se imagino que una mujer pudiese ser tan escurridiza; era probable que ella viviera cerca de la librería y por ello abandonó la calle con tanta facilidad, pero el chico ya había preguntando por todos lados y nadie sabía decirle si habían visto a una mujer como la que describía.

Finalmente llega a un lago en el parque central de la ciudad, exhausto, ya eran muy pasadas las seis, lo ejecutarían al llegar a la AIP, así que al menos quería cumplir con su cometido. Aunque admite que seguramente hubiera sido una mejor idea dejar las cosas en la librería y regresar a la agencia.

Por la hora y por lo ocurrido en los últimos días, el lugar estaba casi vació; eso era bueno puesto que nadie vería la derrota en el rostro de Paul, o eso era lo que pensaba. Pronto siente una mano en su hombro, y voltea de inmediato, ahí estaba esa mujer que tanto había buscado, mirándolo con seriedad.

¡Que ganas de fracturarle el hombro en ese mismo momento! Pero bueno, una vez que el humano estúpido le entregara lo que olvidó, no habría porque molestarse con el… hasta que llegara el momento indicado para acabarlo en nombre de Menagerie, por supuesto. "Creo que tienes algo que me pertenece." Comenta Ada, intentando no dejar en evidencia su desdén por Paul.

"Ah…" Paul no esperaba toparse con ella aquí, y menos que ella lo abordara directamente, tarda un poco en reaccionar, haciendo que la escritora le dirija una mirada de impaciencia. El joven extiende su mano, entregando la carpeta y los lentes obscuros. "Lo siento mucho." Se disculpa, su rostro levemente ruborizado, el joven se sentía increíblemente incómodo, su actuar era otro y era absurdo quedar en ridículo así.

"No te preocupes." Contesta Ada a secas, aliviada de ya poder ir a resolver asuntos mucho más relevantes, estaba por darse la vuelta cuando escuchó al tipito de la AIP mencionar el nombre de su alter ego humano.

"¡S-señorita Corneille…!" Exclama el chico, dando un paso al frente.

Ella voltea, visiblemente irritada. "¿Sí?" Enserio no podía creer que los humanos pudiesen llegar a ser tan detestables.

"Sólo quería decirle que en verdad admiro su trabajo como escritora." Admite el chico, esquivando la mirada de Ada, molesto con su propia actitud tan patética, tan fácil que habría sido decirle eso desde un inicio, pero no, tuvo que hacerla perder tanto tiempo.

Ada permanece en silencio varios instantes, esa opinión de Paul no iba a hacer que ella dejarla de odiarlo de la nada…pero ciertamente estaba muy intrigada, eso era inevitable, quizá era un demonio al servicio de Menagerie, pero su corazón siempre estaría con las letras. "¿Lo dices enserio…?" Le pregunta, su rostro suavizándose un poco, sin que ella se diera cuenta.

"He leído gran cantidad de textos muy escabrosos, es mi estilo, pero creo que usted es la mejor exponente de ese género. Y no soy alguien que acostumbre a dar cumplidos, en lo absoluto." Contesta con franqueza, ahora sí mirándola a los ojos, como para que no hubiera ni una pizca de duda de que decía la verdad.

"Bueno, este tipo es peor que la media humana, pero al menos tiene muy buen gusto." Las palabras del chico habían acariciado delicadamente el ego de la escritora; no iba a negar que se sentía casi tan bien como cuando se transformaba. Ante ese comentario sólo podía realizar otra pregunta. "Te agradezco tanto…y dime, ¿Cuál ha sido tu obra favorita?" El tono de la chica si era más cálido, pero no dejaba de ser muy serio en ningún momento.

"Definitivamente la Oda al Vicio, creo que nunca había visto tanta crueldad, ironía y crudeza tan perfectamente redactada, además que la caída de la protagonista hacia esas tendencias genuinamente psicópatas es un viaje fascinante." Explica, sonriendo ligeramente.

Los ojos de Ada se abren, realmente impresionada. "No…esperaba eso, usualmente Envenéname es la respuesta más común que he recibido."

"Bueno, ese es muy buen libro, pero es bastante menos fuerte que los demás no sólo en lo explicito de sus escenas si no también en su comentario social."

"Pienso lo mismo, aunque sinceramente fue más culpa de la editorial que cualquier otra cosa, apenas daba mis primeros pasos en la literatura y no me dieron tanta libertad para expresarme, ese libro pudo ser tantísimo más…" Suspira, entristeciéndose al recordar aquellos tiempos. "Al menos creo que mi más reciente obra le hace mucha más justicia."

"La leeré tan pronto me sea posible…" Asegura Paul, sintiéndose mucho mejor que hace rato, al menos ya estaba en una posición menos incómoda.

Paul y la escritora se quedan mirando por varios momentos, hasta que ambos se ven forzados a esquivar miradas. "Bueno…No te quitaré más el tiempo."

Ada en parte estaba aliviada de que el tipo se fuera, pero parte de ella también estaba ligeramente decepcionada de que la conversación tan elevada no pudiera seguir, era una sensación tan extraña. "Gracias…y emm cuídate."

Paul le esboza una pequeña sonrisa, y cuando estaba por darse la vuelta e irse, lo que parecía una fuerte corriente de viento casi lo hace caer…aunque era más correcto decir que algo corrió a toda velocidad cerca de él, tan rápido que era posible afirmar, con toda certeza, que no era humano. De inmediato alcanza una de las Pokébolas de su bolsillo, colocándose frente a Ada, quien no parece asustada por la repentina intrusión, sino más bien sorprendida.

Una figura inhumana se para frente a ambos, Ada se queda helada; Paul sólo puede ver a una amenaza más de Menagerie.

La bestia en cuestión tenía una figura particularmente esbelta, con largas patas ferales, una cola igual de extensa, y garras en lugar de manos, su cuerpo estaba cubierto por pelaje dorado con manchas negras, su rostro tenía marcas negras saliendo de él, su cabello era corto y rubio con un par de orejas ovaladas. Su vestimenta era casi nula, sólo unas bandas muy sencillas que cubrían su busto, así como un taparrabo corto, con algunos adornos dorados,para la parte inferior de su cuerpo.

"¿¡Una nueva bestia!?…Imposible, la gran Macherie nunca ocultaría la llegada de una nueva…" Se pregunta Ada, genuinamente confundida.

La bestia sonríe maliciosamente al verlos, ella ciertamente no tenía ni la más mínima idea de que la mujer frente a ella era también una poderosa bestia. Las bestias tenían formas de identificarse en forma humana, con tal de no atacarse por error, esta parecía no tener ni la menor noción de tales códigos, lo que ya era raro en sí mismo, las bestias recién unidas a Menagerie rara vez salían a causar caos, había primero que enseñarles todo lo necesario.

"¿No tienes nada mejor que hacer, bestia patética?" Comenta Paul.

La bestia estira los brazos, admirando su cuerpo y colocándose como una fiera cuadrúpeda, de hecho, su forma era mucho menos humanoide, incluso para los estándares de Menagerie. "En realidad esto es muy importante, aunque honestamente me hubiera gustado que hubieras sido un poco más difícil de encontrar." La mueca del monstruo se hace más grande mostrando sus afilados colmillos. "Sería muy grosero traerle tu cabeza como trofeo, pero imagino que tu carne sabe bastante bien, se nota que te alimentas bien y ejercitas; en cuanto a la chica creo que hará un buen regalo para la gran Reina de las bestias."

Ada está en shock absoluto, la bestia frente a ella no sabe absolutamente nada, sólo tiene el conocimiento básico: Servir a Macherie, Reina de las bestias. No podía revelar su identidad, así como así y menos por la ignorancia de esta novata, pero a la vez, si no lo hacía la pobre estaría en grave peligro, Paul no era alguien a quien se podía subestimar, ella lo sabía mejor que nadie.

"Deja de parlotear." Comenta el chico, liberando a Electrivire de la pokébola, que perfecta oportunidad para desquitarse por lo ocurrido en la batalla de hace unos días, por lo ocurrido en la AIP.

"Uy, tú mugre cosa esa no va a salvarte, mi nombre es Acinonyx, y heh, digamos que soy bastante veloz." Comenta, relamiendo sus labios.

Ada toma del hombro a Paul. "¡No puedes pelear contra ella! ¡No hay forma en que la derrotes!" Le dice, intentando bajar la sed de pelea del chico, con la esperanza de que no se defendiera, no tiene la seguridad de que la nueva bestia tenga capacidad alguna para pelear contra él.

"¿Por qué tan negativa? Me encargaré de ella sin problemas." Comenta, confiado.

Acinonyx ríe, genuinamente divertida, y tal como una fiera salvaje se lanza al ataque. Corría como un animal cuadrúpedo, a una velocidad vertiginosa, avanzando en círculos, Paul e incluso Ada, que siendo una bestia tiene mayor lucidez que un simple humano, tienen serios problemas para poder identificar su posición exacta. La fiera maculada salta y va directo hacia Ada, extendiendo sus garras, lista para clavárselas.

Paul alcanza a empujar a Ada al suelo, quien sólo se queda paralizada, ¿Enserio estuvo a punto de ser atacada? No podía creerlo. El shock le impide reaccionar, mientras el chico luchaba en el suelo por quitarse a la bestia de encima, las uñas afiladas del monstruo clavándose en sus brazos. "¡No te quedes ahí, corre!" Exclama, indicándole con la vista su Pokémon que ataque a Acinonyx, sólo para recibir un zarpazo en el rostro, causando un sangrando abundante las garras de la fiera moteada ardían terriblemente al contacto con la piel del chico.

Electivire ya estaba irritado con esa criatura que se atrevía a atacar a su entrenador, pero verla intentar morder su cuello como si fuera una genuina presa lo enfurece por completo. Carga puño trueno y avanza tan rápido como les posible, pero a pesar de su velocidad no alcanza a atinar el movimiento, ya que la fiera al verse atacada no tarda en volver a correr en círculos, su risa maniaca resonando con fuerza.

"¿Cómo pudo atacarme? ¿Qué acaso nadie le dijo? ¡La gran Macherie debió explicarle… e-esto no tiene sentido!" Piensa Ada, mirando a su camarada, incapaz de entender lo que está ocurriendo. Siente a alguien jalarla del brazo, era el tipo de la AIP, bajo cualquier otra circunstancia, simplemente rechazaría ese gesto, y se uniría a su compañera en la obvia misión de asesinar al chico. Pero ahora, incluso ella no tenía ni idea como actuar ¿Se dejaba atacar o revelaba su identidad? Queda de pie, incapaz de moverse, incapaz de articular una sola palabra coherente.

"¡No dolerá mucho!" Grita Acinonyx, clavando sus ojos amarillentos en Paul, sólo para arrojarse de nuevo sobre él, abriendo sus fauces para enterrar sus largos y blancos colmillos en el cuello del chico. Ni iba a molestarse en pelear contra Electrivire, ese Pokémon no era la presa.

Paul, quien aun seguía en el suelo, por puro instinto extiende su pierna, metiendo una patada al abdomen de tal monstruo, quien se queda sin aire, dándole un poco de tiempo al chico de ponerse de pie.

"¡IMPACTRUENO!"

El Pokemon se rodea de electricidad y deja salir una poderosa corriente eléctrica que le da de lleno a la fiera. Está obviamente grita, la electricidad corriendo por su cuerpo por varios momentos, pero sólo queda ligeramente rostizada del pelaje, ya que pronto está de nuevo corriendo en círculos como toda una maníaca. "¡¿Es lo mejor que tienes!?"

Ada obviamente no aprecia que su compañera que no conoce sea atacada por este humana, pero tampoco le agrada la idea de que ahora está en el piso, con ella encima, recibiendo un zarpazo en el rostro. Quizá la herida en sí no era lo preocupante, ella era una fiera de alto rango y eso sanaría muy pronto, pero ciertamente era algo totalmente diferente estar en el otro lado de la balanza, incluso si era momentáneamente.

Posiblemente lo mejor en este momento, era defenderse…de alguna forma. Extiende rápidamente sus brazos, rodeando con sus manos el cuello de Acinonyx y lo aprieta con firmeza. Obviamente siendo también un miembro de Menagerie su fuerza era sobrehumana, y aunque su compañera toleraba la maniobra, claramente esto no era lo que esperaba y se veía incapaz de zafarse de las manos de Ada, quien de hecho sólo presionaba lo suficiente como para que dejara de atacar, claro que Paul vio esto como la oportunidad idónea para deshacerse de esa molestia.

Acinonyx sujeta el brazo de Ada, intentando librarse, pero parecía que estos estuviesen hechos de piedra, no había manera que fuera a quitarse esas manos de encima. Ada ve el temor en el rostro de su compañera, y cree que es buen momento para liberarla, posiblemente esta decida retirarse, es la opción más sabia, pero tan pronto y suaviza el apretón, Electrivire a orden de Paul golpea a Acinonyx con puño trueno, dándole en el rostro y de hecho le tumba varios dientes, que quedan tirados en el suelo.

Sangre roja brotaba de la quijada de la bestia, quien sólo gruñe a Paul, aun recuperándose de la sorpresa que fue que una "humana" pudiera sujetarla con tanta facilidad, le costaba incluso cerrar sus garras, pero esto era por que la estática del puño trueno le había causado una parálisis.

Paul le devuelve una pequeña expresión sádica, apunta a la fiera y exclama. "¡Giga impacto!" Electrivire se envuelve en energía pura y se dirige, tal como un meteorito a la superficie de un desafortunado astro, hacia la desdichada; quien sólo se queda viendo horrorizada, encuentra imposible moverse, no sólo por la parálisis, sino porque ese movimiento tan devastador sólo puede inspirar terror puro, de ese que incapacita.

"¡Pero…la Reina me prometió que…" La bestia balbucea sus últimas palabras, claramente incrédula.

Ada cierra los ojos con fuerza, no iba a ver final tan horrendo. Los gritos de Acinonyx resuenan en el lugar, como si se tratara de una pequeña habitación cerrada. La resistencia de las bestias recién creadas era por mucho inferior a las veteranas, quienes además tenían mucha más habilidad en combate, Ada probablemente habría sobrevivido a eso…pero su pobre camarada, en cambio, fue vaporizada casi al instante, sólo podía desear que el dolor hubiese sido inexistente y que esos alaridos hayan sido de horror y no de agonía.

Siente inmenso odio ...pero a la vez, ve a Paul sujetándose el rostro, examinando la herida de su brazo, bañado en sangre. Por más que lo detestase, no podía culparlo…a su parecer el había sido también una víctima. Obvio le disgustaba inmensamente el hecho de que el no le diera a su compañera la oportunidad de escaparse, pero Acinonyx iba a matarlo sin importar que… Ada encontró que se sentía profundamente conflictuada por lo ocurrido, más de lo que debería.

Había tanto que pensar.

Paul voltea a ver a la escritora, no puede culparla por haberse quedado paralizada, seguro era la primera vez que era atacada por una de esas taradas…y aun así logró detener a la fiera del cuello, eso…realmente era inesperado y ciertamente no terminaba de procesarlo, todo había pasado tan rápido. Ya habría tiempo para eso, por ahora se limita a extender su mano hacia Ada, para ayudarla a ponerse de pie.

Para desconocimiento de Ada y Paul, alguien más había atestiguado aquel enfrentamiento, se trataba de Zoey, quien no estaba nada lejos del sitio del ataque. Se encontraba de pie, junto a un enorme árbol, mirando fijamente a Paul y su inesperada acompañante, aprovechando la cobertura que le proporcionaba la vegetación del parque; no parecía haberse recuperado del dolor inmenso que había sufrido en su habitación hace tan sólo unas horas, de hecho, se le notaba más agotada. Sus ojos rojos no reflejaban el brillo de la poca luz que en ellos incidía, seguro un truco óptico. Su rostro mostraba la seriedad de alguien que, a pesar de la fatiga, analiza con todo el detenimiento posible lo que ocurre. Sin más, la pelirroja se da la media vuelta y se va, a paso veloz.

"Debería descansar más… apenas y puedo caminar así." Comenta para sí, tambaleándose ligeramente al avanzar. Logra llegar hasta su vehículo, que estaba estacionado justo junto a la banqueta del parque, al abordarlo sólo atina a cubrirse el rostro con ambas manos, sentía su cabeza estallar. Por más que deseaba quedarse ahí a pasar la noche, tenía muchos asuntos pendientes…y no podía dejar que Paul la viera cerca de ahí. Antes de arrancar el vehículo, Zoey toma su teléfono celular y naturalmente no le impresiona ver las cientas de llamada perdidas de Lillie y los demás, pero lo importante era que había recibido varios mensajes de Dawn, todos de visible preocupación. Primero había sido sólo uno, justo a la hora de la reunión, pero luego habían sido varias más, cada uno reflejando más y más urgencia…la pelirroja siente su corazón latir insanamente, sus mejillas se tornan coloradas y una sonrisa de encanto se dibuja en su rostro.

Era como si todo lo que la estuviera angustiando se desvaneciera, como si jamás hubiese existido. Guiada por esa deliciosa sensación, la pelirroja presiona el pedal con fuerza, acelerando, obviamente iría, tan pronto fuera posible a lado de Dawn, pero antes quería traerle un pequeño presente, para agradecerle tan lindo gesto.

La noche ya había caído, pero ninguna estrella era visible en el cielo cubierto por nubes horrendamente grises, el clima se rehusaba a mejorar…en cambio el ambiente de la AIP era, al menos por el momento, lo opuesto a lo que había sido en muchos días. Las voces resonaban con fuerza, ya que prácticamente todos los agentes estaban reunidos en la sala de estar. Algunos estaban sentados en el sofá, otros en sillas, pero casi todos estaban alrededor de la larga mesa, la cual tenía botellas (principalmente de cerveza, pero también había otras bebidas más fuertes) y platos con botanas sencillas, primordialmente frituras. Para cualquiera fuera de la organización habría parecido un acto absolutamente indigno, pero lo cierto era que en la AIP este tipo de reuniones no eran tampoco cosa rara (la gran diferencia en este caso era el número de entrenadores presente) ya que muchas veces era necesario ahogar las penas y quizás resultaría sorprendente saber exactamente cuántos entrenadores habían agarrado este terrible hábito desde que entraron a la AIP.

"Nada como tomarte una copita cuando las cosas están saliendo mal." Comenta Dawn, tomando un pequeño sorbo de su bebida, miraba

Sawyer voltea a verla, confundido, el en cambio ni siquiera planeaba tocar la suya, jamás había tomado en su vida. "¿Cómo puede ser eso posible?"

Clemont se ajusta los lentes. "Bueno, el alcohol es un inhibidor del Sistema Nervioso Central, en teoría te relaja, independientemente de cómo te sientas, aunque es obvio que diferentes individuos mostrarán diferentes reacciones a esta sustancia." El chico toma un sorbo de su cerveza, no le gustaba demasiado el sabor, sólo lo hacía por pura cordialidad.

Sawyer asiente con la cabeza, pensando en aquella explicación repleta de tecnicismos, el sí la había entendido bastante bien, pero la mayoría de los presentes simplemente la ignoraron, no querían ponerse a pensar en esas complicadas palabras, sólo deseaban, aun si no lo decían, que se les olvidaran sus penas.

Miette se encontraba de colada con los agentes, entada a la izquierda de Ash, observándolo de reojo ya que el aun parecía procesar la complicada explicación de Clemont. Mira la cerveza frente a ella con bastante asco, esa cosa la haría vomitar sin lugar a dudas. Desde que se transformó en una hermosa y divina bestia, sólo toleraba las cosas que fueran exageradamente azucaradas. Lanza un largo suspiro y finge tomar de la botella, para no levantar sospechas; el olor le parecía repugnante, claramente no estaba lo suficientemente dulce, no era como el indulgente licor que era fermentado de unas frutas únicas que crecían solamente en el reino de las bestias. Las fieras le llamaban "Nettare di la passione" y la bebida era consumida por ellas en grandes cantidades, especialmente en épocas de celebración. Esa si embriagaba rápido, nublando los sentidos en su totalidad, un humano no sería capaz de tolerarla, seguro les dejaría con un hígado cirrótico en pocas horas, si es que sobrevivieran al coma alcohólico producto de su consumo. Pero para ellas, esa bebida era lo mejor de lo mejor, y muy fiel a su nombre, dicho néctar aumentaba terriblemente el libido de quienes la consumían. Miette siempre cargaba un pequeño gotero, era un endulzante fascinante, pero demasiado bueno como para ser desperdiciado en esta bebida tan corriente.

Dawn, quien estaba sentada a la derecha de Ash, mira a la chica con curiosidad, le intrigaban bastantes cosas de ella. No sabía si sentía cómoda teniendo a esa chica cerca, sus actitudes para con Ash (especialmente después de que fue rescatada) le daban mala espina. "Así que trabajas en un noticiero …"

Miette rápidamente responde. "Así es, ¿Qué con eso?"

"Heh nada, es sólo que me parece un medio bastante pesado, incluso más tóxico que los concursos Pokémon." Comenta, sin dejar de sonreír.

"Ah sí, puede ponerse bastante rudo, y más si uno es particularmente sensible…" Comenta, con una falsa sonrisa en el rostro.

"¿Y porque dejaste las performances?" Pregunta Ash de repente, causando que Miette casi comenzara a toser como loca, el azabache apenas había tocado su bebida, tampoco era muy fan de idiotizar así los sentidos.

"Aaaaah…eso es…una larga y muy aburrida historia, no quiero dormirlos con ella…" Comenta, nerviosamente golpeando sus dedos sobre la mesa.

"¡Tenías mucho talento!" Comenta Ash, haciendo presión con el tema, sin notar la incomodidad de la chica.

Dawn coloca sus nudillos en su barbilla, recargándose en la mesa, con una sonrisa traviesa en el rostro. "¿Sabes? Cuando la gente dice que la historia es larga aburrida…usualmente es todo lo contrario…"

Miette esquiva esa mirada acusadora, demonios como le irritaba, quería clavarle un aguijón en medio de la cara a ella también. "Sólo…sucedió, no fue lo mío…" comenta muy a secas, dando un sorbo a la cerveza, como para acabar con esa incómoda conversación, sólo para casi verter todo el contenido de su estómago al percibir a la bebida con sus papilas gustativas.

Dawn y Ash notaron que Miette hizo un drama para dar ese sorbo, pero ya la chica se veía muy irritada, tanto que Ash lo notaba, así que deciden ser cordiales y dejarla en paz.

Ash ya deseaba irse a entrenar, pero algo había llamado su atención "Oye, ¿Qué le habrá pasado a Serena? Se ve…" Pregunta el azabache, mirando a la castaña, quien estaba sentada por su cuenta, bueno, Clemont estaba a lado suyo, pero no conversaban, el rubio ocasionalmente la miraba nerviosamente pero ya no se había atrevido a entablar conversación con ella...no se veía que estuviera de humor para hablar en ese momento.

"Tristísima…" Comenta Dawn, negando con la cabeza, estos días ella había estado tan desconectada con Serena, no se llevaban mal, pero ahora habían hablado muchísimo menos de lo normal, casi como completas extrañas. Quizá las actitudes de la castaña no eran mucho de su agrado, pero sería horrible de su parte no hablar nada. Si había logrado entrar al denso cráneo de Ash, Serena no debía suponer mucho problema.

"¡Pues vamos a hacerle compañía!" Exclama Ash, sonriendo tan sinceramente como siempre, las cosas no habían estado nada sencillas últimamente, pero confiaba en que todo se resolvería para bien.

"Bueno…TU compañía sí que le haría el día…" Piensa Dawn, sin dejar de observar a su compañera.