Una disculpa por la tardanza con este capítulo en particular, la vida se puso fea y pues se vio inevitablemente desplazado, eso sumado con las dificultades técnicas de este capítulo ( Enserio perdí la cuenta de cuantas veces tuve que rescribirlo) Espero al menos sea de su agrado.

Capítulo 16: Descontrol

La pequeña reunión seguía, el ambiente lenta, pero seguramente se tornaba más jovial. El alcohol ya había por lo menos relejada un poco a la mayoría de los chicos de la AIP, quienes platicaban casualmente entre sí. Primero estaba el grupo de los amigos que Ash hizo en Alola, Kiawe, Mallow, Lana y Chris, los cuatro tirándole a Paul, cosa obvia, no tenían dudas de que el tipo era una egoísta sociópata que no debería estar cerca de otras personas ¿Cuántos no murieron por su culpa? Incluso entre copas se les notaba el enojo, pero el sentimiento parecía diluirse poco a poco. Por otro lado Lillie conversaba, algo silenciosamente con Drew y May, ninguno de los tres podía dejar el trabajo de lado, al fin y al cabo había que restructurar la organización, buscar gente, reforzarlo absolutamente todo. Saywer y Úrsula, por diferentes que fueran ambos, tan sólo se limitaban a escuchar silenciosamente el rumbo de las conversaciones, Sawyer buscaba un momento oportuno para intervenir, tampoco quería causar un alboroto defendiendo las acciones de Paul, y Ursula bueno, ella parecía esperar a que comenzaran a hablarse cosas mucho más íntimas, sabe que con el alcohol ahí es solo cuestión de tiempo. Finalmente, Kenny, quien aunque ni siquiera era agente de la AIP, estaba ahí de colado, espiando a Dawn desde lejos.

En tanto Dawn y Ash ya se habían decidido, hablarían un poco con Serena, quizá no era prudente amargar más la noche con cuestiones relacionadas con su pobre dinámica de equipo pero si era importante reparar la brecha creada.

Miette por supuesto se escandaliza al escuchar los planes de estos dos, Serena está sufriendo en grande y no va a permitir que nada ni nadie le levante esos ánimos, ella debe estar tan miserable como sea posible. Así ella misma deba sufrir también. "¡E-esperen…emm… ¿Quieren ver cómo me tomo esto de un solo trago?"

Los chicos se miran los unos a los otros, terriblemente confundidos, eso fue inesperado, y seguramente podía esperar a que conversaran con Serena. Miette se pone de pie y empina la botella sobre sus labios y comienza a beber…tan rápido como puede; las ganas de vomitar son casi irresistibles, comienza a arquear ligeramente, tomar esta cosa era como dar un largo y profundo trago a una botella de vinagre… pero de alguna manera continua con diligencia su hazaña.

Naturalmente se gana las miradas de extrañeza de prácticamente todo el mundo, menos de Kiawe, quien sonrié ante la oportunidad de poner más interesante el ambiente.

"¡Ha! Ya te quiero ver que lo hagas con este licor que traje directito de Alola, se llama el Okelahao." Comenta, sosteniendo orgullosamente una pequeña botella entre sus manos, a la cual le da un besito.

Miette arquea una ceja y sonríe, aun tratando de no vomitarse. "B-bueno…¿Por qué no nos enseñas?"

La atención estaba en el chico de piel obscura, quien sirve su bebida mítica en un vaso de mediano tamaño y procede a sorberlo nada más así. Cabe destacar que el olor de la bebida era fuertísimo, y no era necesario ni acercarse para saber que lo potente que era.

Mientras todos estaban volteados, impresionados con la hazaña del chico, Miette pone su atención en las botellas abiertas de Ash y Dawn, y rápidamente toma de su saco una pequeña botella, su gotero con Nettare di la passione. Este par no merecía el honor de probar tal bebida, pero esto requería acciones drásticas, así que sin más coloca una gotita en cada botella, muy poco como para perjudicar la salud de un humano, pero si lo suficiente como para causar una serie de efectos bastante…entretenidos. "Nunca debes dejar tu bebida sin vigilar, es una regla básica ¿No?" Piensa Miette, con una enorme sonrisa de oreja a oreja, mirando las botellas.

Úrsula abre los ojos, claramente había visto a la chica verter algo en las bebidas de esos dos, tonta no era, sabía bien que las bebidas estaban adulteradas. ¿Pero que iba a hacer al respecto? ¿Advertirles? Claramente no, por ella les podían poner arsénico y le podría importar menos. Más bien quedo en completo deleite con la conducta perversa de Miette. Finalmente, alguien con quien valía la pena entablar una conversación. La chica se pone de pie y camina casualmente hacia el nuevo objeto de su interés.

Serena en cambio se sentía profundamente aburrida, y su cara larga ciertamente había interrumpido y evitado cualquier intento de parte de Clemont de entablar plática con ella. ¿Cómo es que las cosas habían llegado a tal punto? ¿No acaso habían viajado juntos por la región Kalos, durante tanto tiempo? El pasar de los años era difícilmente algo positivo, sobre todo en estas circunstancias.

Sin duda le sorprendería inmensamente el levantar el rostro, y encontrarse con la cálida sonrisa del chico que tanto amaba. Esa expresión la hacía sentir liviana y hacía que sus preocupaciones se desvanecieran. Ah, y Dawn estaba junto a él también.

"¡Hey Serena!" Exclama el azabache, tan alegre como de costumbre. "¿Todo bien?... Te notamos un poco triste…"

Serena sonrié, su rostro llenándose de un tierno rubor. " Ah…y-yo estoy bien…sólo he estado pensando en algunas cosas…nada más." Comenta con cierta timidez, dirigiendo su mirada lejos de sus compañeros de equipo.

Ash quedó super convencido con esa respuesta, pero Dawn solo niega con la cabeza, a ella no le veía la cara de tarada. Y hablando de caras, ese rubor en el rostro de Serena, por alguna razón, la hacía molestar bastante. La peliazul se detiene un momento a pensar en las razones de ese disgusto, era evidente que sus filosofías de vida eran totalmente distintas, pero fuera de ellos ¿Había razones lo suficientemente claras para justificar su desprecio?

"Tenemos que hablar pronto de nuestro rendimiento en equipo, la verdad los tres estamos haciendo las cosas muy mal" Comenta Dawn, como si quisiera disipar un poco la atmósfera romántica que instigaba Serena.

Serena suspira, el rubor lentamente desvaneciéndose de su linda cara. " Ah…si, en eso tienes mucha razón."

Ash ladea la cabeza ¿Qué no había hablado de eso ya con Dawn? Ah, claro palabra clave ahí, solo habían hablado ellos dos…sin Serena, eso no contaba como una discusión grupal.

"Aunque seguro que es mejor dejarlo para mañana, hoy será nuestra última noche de diversión en muuuucho rato." La peliazul sonríe, casi traviesamente. " Aunque enserio que preferiría pasarla en un antro o algo así, aquí en la AIP siento que nunca salgo del modo trabajo."

"¿Has ido a esos lugares?" Preguntan Ash y Serena al unísono, sorprendidos.

"Lo dicen como si yo frecuentara bares de mala muerte, jajaja obvio sólo lugares chic." Afirma la peliazul, con cierto orgullo.

"Ehh…¿Lugares qué..?" Pregunta el azabache abruptamente, Serena y Dawn niegan con la cabeza.

"Quiere decir a la moda, distinguido." Comenta Serena, algo enternecida con la actitud de Ash, a el no se la daba nada sino tenía que ver con el mundo de las batallas Pokémon, aunque claro que como su vida giraba entorno a ellas, el chico funcionaba bastante bien.

"Un día deberíamos ir a un lugar así, les juro que son de lo más divertido. Digo de Ash no me sorprende que jamás haya pisado un antro pero creí que Serena sería más divertida en ese sentido."

Serena se incomoda un poco por el comentario. "B-bueno, es sólo que…prefiero lugares con menos bulla."

"Por qué no continuamos nuestra plática en la mesa? Quiero regresar a mi cervecita pronto." Sugiere Dawn, dándose la vuelta y colocando sus manos en la cintura.

Ash le sonríe nuevamente a Serena. " Ven con nosotros ¿Vale? Ah! Y Clemont también vente, no estés tan solito."

Serena asiente con la cabeza, mientras se pone de pie, pero Clemont sólo sonríe un tanto incómodo y niega con la cabeza.

"Oh, yo estoy bien aquí, me gusta ver no más…" Afirma, volviendo a prestar su atención en la maquinita que estaba arreglando. Tampoco estaba de muy buen humor para esto, el reparar esa máquina era simplemente un método de escape. La verdad es que, como lo había comentado con Serena minutos atrás, estaba más preocupado por la bestia horrorosa que había capturado, no porque se fuera a escapar, las probabilidades de que eso pasara eran prácticamente nulas, de hecho, según sus cálculos era más probable que cayera un meteorito y volara en mil pedazos la Tierra. El valor de la prisionera no sólo se calculaba en función a la información que le pudieran sacar respecto a su asquerosa organización terrorista, no eso iba mucho más allá. Recuerdos de alguien especial, de su propia hermana llenan su memoria, y lo ponen inusualmente nervioso. "…Sólo estaré aquí un rato más."

El trio le mira fijamente varios segundos, Ash no tiene mucha idea de las cosas que pasan por la mente del chico, pero Dawn y sobre todo Serena pueden percibir la ansiedad del chico. "Bueno, si tu lo dices." Ash y Serena regresan a la mesa. La castaña voltea para todos lados y no ve un lugar donde pueda sentarse, pero pronto Ash le acerca una silla, colocándola a lado de la de él. Una pena que a la derecha estuviera sentada Dawn, sino las cosas podrían ser un poco más románticas.

"Ah ya regresaron" Exclama Miette, nada emocionada de ver a Serena sonriendo, pero si extasiada de ver a estos dos caer en su mortal trampa. " ¿Ya conocen a Úrsula? Es una chica bien interesante…"

Dawn bufa, claramente molesta. "¿Qué haces aquí?"

"Uuuuy lo mismo que ustedes, ¡Me ando divirtiendo!, ¡Qué triste que yo no sea bienvenida!" Úrsula junta sus dedos de tal forma que formen un corazoncito, pero pronto los separa, simulando un corazón roto.

"Vaya no les conocía ese lado tóxico, quién lo diría." Rie Miette, divertida con la actitud de la chica de cabellos rosas.

"Es que no sabes las cosas que ella ha dicho y hecho." Añade Dawn, indignada, Miette y Úrsula se carcajean, esto prometía.

"Pero no te fastidies Dawn, yo ya me iba." Añade la chica, sonriente, levantándose de la silla, Miette se levanta junto a ella, por ahora no tenía razón para quedarse ahí con ellos, sería mucho más divertido observar desde una distancia prudente.

Ash sólo las ve alejarse, increíblemente confundido. ¿Quién rayos entiende a las mujeres?

Dawn le da un trago a su bebida, sin notarle nada diferente. "No soporto a esa tipa, ¿recuerdas lo mucho que me molestaba?" Pregunta Dawn, dirigiéndose a Ash.

"¡Claro! Siempre decía cosas muy hirientes!" Exclama el azabache, sosteniendo la botella entre sus manos, dando un trago corto, incapaz de notar algo raro con su bebida, Miette y Úrsula al ver que los dos ya habían dado el primer sorbo hacen una mueca perversa como las viles brujas que son.

"Bueno, después del Gran Festival de Sinnoh se volvió unas quince o veinte veces peor, es una auténtica sociópata." Añade Dawn, sin ocultar su pobre opinión de la chica de cabello rizado.

"Oye Dawn no digas eso." Comenta Serena, impactada por el uso de ese término tan fuerte.

"Es que no la conoces Serena, esa tipa está mal." Afirma Dawn, dándole otro trago a la cerveza. " Una vez la muy maldita me destrozó un vestido con unas tijeras antes de un concurso."

"¿Enserio hizo algo así?" Pregunta Serena, impresionada, sorbiendo un poco de su bebida. "

"Y eso… es la punta del iceberg, c-cada vez era más grosera, más malintencionada. Elaboraba los planes más perversos para mantenerme fuera de los concursos, sólo porque jamás me pudo ganar…bueno, creo que lo hishoo una vez y ya por eso se sintió tocada por Dios." El habla de Dawn había comenzado a entorpecerse, lo que resultaba extraño si se consideraba que no llevaba ni una cerveza, al menos para lo que no sabían que su cerveza había sido adulterada.

"Dawn ¿ya se te subió?" Pregunta Serena, arqueando una ceja.

"¡Ay claro que no! -hic- No llevo ni una, esh imposible que se me suba tan pronto." Agrega, dando otro sorbo. "¿En que estaba? ¡Ah si! Hablaba de esa tarada de Úrshula, les digo que mushas veces quien me salvaba de sus maldades era la Zoey, siempre un amor ella…y hablando de ¿Dónde rashos se metió? ¡Lillie!" Grita la chica, levantándose sin mucha gracia y dirigiéndose hacia la rubia.

La rubia, quien estaba hablando con Drew y May, se voltea sorprendida, ya no estaba acostumbrada a escuchar que se refirieran a ella por su nombre de pila, no porque le disgustara, sino porque el título de "Presidenta" era lo que más se usaba para llamarla. " ¿En qué puedo ayudarte Dawn?"

"Donde está Zoey? N-no la -hic- veo, desde hace rato." Pregunta Dawn, poniéndose de pie avanzando hacia la rubia, quien sólo pone una expresión de pena.

"La verdad no sé…emm hubo una situación en nuestra reunión, Paul la hizo enfurecer y ella se fue. Creí que me contactaría pero no he tenido noticias y veo que tú tampoco." Admite Lillie, bastante avergonzada.

Dawn se rasca la nuca. "¿A dónde se habrá metido? Voy a hablarle…" La chica toma su celular de su bolso, después de buscarlo por unos diez minutos, todos la habían estado mirando muy extrañados.

La chica marca y pronto su llamada es respondida. "¡Zoey!...Ah…perdón -hic- ¿Mamá?…No! Sho no estoy borracha, ahí luego te hablo bye…" La chica cuelga, y trata de fijarse mejor en elegir el número correcto, y finalmente parece conseguirlo.

"¡Zoooooey! ¿O es mi mamá otra vez?" Pregunta la peliazul, esperando no oír la voz decepcionada de su madre.

"Zoey definitivamente…suenas rara. Has estado bebiendo, ¿Verdad?" Pregunta la pelirroja en el otro lado de la línea, ella manejaba su vehículo y estaba obviamente preocupada.

"Uun poquito no más, pero y tú? ¿Dónde estás o qué?" Pregunta Dawn nuevamente, en su cabeza aun no se registraba el hecho de que su ebriedad era groseramente obvia.

"Ah, yo…yo voy de regreso a la AIP, salí a dar una vuelta, es todo." Responde la pelirroja, un tanto dudosa.

"¡N-no estoy en altavoz!, puedes decirme que cosas andabas haciendo." Sugiere Dawn traviesamente

"¡Dawn! Te he dicho la verdad, necesitaba despejarme. Bueno en todo caso ya voy en camino, no creo tardar mucho." Replica de inmediato, su voz en un tono extremadamente serio.

"¡El ambiente esta buenazo, todos estamos aquí!" Exclama la chica peliazul. "Igual y te sirve para re-relajarte -hic."

"Honestamente no estoy de humor. Preferiría pasar la noche en otro lado, sobre todo si hay mucha bulla. Pero me asusta la idea de que ya andes tan mal."

"¡Sho estoy bien, no hay de qué preocuparse!" Dawn cuelga por error. Ups. Bueno, no importa, su amiga venía en camino finalmente ¿Verdad?

Zoey arroja el teléfono al asiento del copiloto, no quería despegar los ojos del volante, sabe que eso es absurdamente peligroso. Pero la conversación que acaba de tener con Dawn, lejos de aliviarla emocionalmente, le habría producido una fuerte sensación de ansiedad. No tiene idea de como la peliazul acabó así de mal, apenas podía hilarle bien las palabras ¡Quién sabe que tan grave será cuando la vea en persona!

"Válgame… no quiero ni llegar, pero a la vez…Dawn. Me preocupa…no pienso dejarla ahí en ese estado, y menos con esos idiotas cerca, estoy segura de que se aprovecharían de ella."

La chica suspira profundamente, aprieta el volante, procurando ser cuidadosa para conducir, pero no se fija que estaba manejando cada vez con más rapidez. Dawn muchas veces le calmaba los pensamientos, pero quizá, un número mayor de veces, la había hecho sentir angustia profunda, preocupación contante. Había razones muy poderosas para estar angustiada, pero no era sano seguir ponderando en esos pensamientos, sabía bien que la preocupación pronto degeneraría en una profunda angustia, y esa angustia llevaría a una cascada de pensamientos oscuros y desesperantes. Zoey suspira, recordando los bellos momentos del pasado donde ella era una experta manejando sus emociones. Trataba de mantenerse al margen, el lidiar con tantas cosas, todos los días hacen del control emocional algo imperativo, pero le era difícil, cada día le era más tortuoso no mostrar lo voluble de sus emociones, lo que ocurrió hoy en la AIP era muestra de ello. ¿Sabía por que las cosas eran así? Claro que lo sabía, y había recordatorios constantes, pero cada vez que trasladaba su mente al momento donde empezaron sus líos, empezaba a sentirse considerablemente peor, simplemente no valía la pena sentirse tan miserable. Y no era como si pudiera externarlo, nadie tenía porque escuchar sus estúpidos problemas ¿A la gente que le va a importar eso?

La chica frena en seco, estuvo a punto de chocar. "…Demonios…"

Nada lejos de ahí, en el hospital de la ciudad, Paul estaba siendo curado de sus heridas por una enfermera, tan amable como el, quien fuertemente presionaba la torunda con alcohol contra los rasguños realizados por esa insidiosa bestia. Obviamente el chico trataba de aguantar el dolor tan bien como podía, ahí mismo, en esa pequeña sala, se encontraba la poco probable acompañante del chico, Ada Corveille.

La enfermera bosteza y sin nada de ganas dice ." Ya ahorita que lo vea el doctor." Mientras sale de la sala.

Honestamente Ada ya quería irse de ahí, poco o nada le importaban las heridas de este sucio humano, pero sabe bien que si se fuera así por las puras sería muy sospechoso. Sus propias heridas le preocupaban aun menos, ella, como la bestia que es, tiene un factor de regeneración celular mucho más veloz que cualquier humano, sus heridas sanaban absurdamente rápido. Podía alentar su ritmo natural de curación un poco, si se concentraba en ello, pero le parecía odioso estarse limitando, pero claro, una chica humana que regenera sus heridas a velocidad vertiginosa no era algo normal.

"¿Y … como se siente?" Pregunta Paul, ojeando a la mujer. Esperaba que le hubiera ido mucho peor, era sólo una chica después de todo, pero lo cierto era que estaba realmente sorprendido, ella estaba como si nada.

"Bien, no te preocupes por mí." Responde Ada, cortante.

"¿Entrena Pokémon? Se ve que es una persona fuerte, sería de gran utilidad en la AIP." Comenta Paul, mirando fijamente a Ada, quien no sabe si reírse como la arpía que es o clavarle sus garras en la cara a este imbécil.

"¡¿La AIP!?" Exclama, haciendo lo imposible por esconder su desagradable risa. "Ah, no gracias, yo no entreno Pokémon, me parece una pérdida de tiempo."

La expresión de Paul no cambia demasiado pero si parecía ligeramente decepcionado. "Ya veo, pero si, no es para todos."

" Si, sinceramente tengo cosas mucho más importantes que hacer como para perder el tiempo en esas criaturas inferiores, que asco me dan los Pokémon."

"Entiendo…" Paul no dice nada más ¿Quién es él para decir algo contra ese punto de vista? Sus métodos de entrenamiento ya no eran tan brutales, pero eso no quería decir que no fuera alguien bastante agresivo con sus Pokémon. Aunque si que le impresionaba ese odio tan palpable que sentía Ada hacia los Pokémon, si le parece bastante inusual, pero es su opinión al fin de cuentas. Odiaba a ala gente que buscaba incansablemente el hacer cambiar a otros de opinión.

Un médico entra a la sala de curación. "Va a necesitar que le pongamos unos puntos en esa herida, vamos a dejarla un poco abierta para poder ver si hay signos de alguna infección y también veo necesario el recetarle antibióticos."

Paul suspira. "Bueno, no quiero retenerla más, gracias por acompañarme hasta acá." Responde, mirando hacia el suelo.

Ada suspira. " De nada, cuídate" La chica se da la vuelta y se retira sin más, ojalá que la próxima vez que se encontrara con este tarado fuera en el campo de batalla, se sentía mal por no haberlo matado…incluso si el chico sólo estaba defendiéndose de esa bestia nueva. Y hablando de eso, ahora podía regresar y cuestionar a su líder al respecto, todo había sido tan raro ¿Por qué habría tomado tal decisión?"

El chico la ve alejarse, mientras el médico se prepara para suturarle la herida más grande. " Me hubiera gustado hablar más con ella…" Paul ve al médico tomar una jeringa, para aplicarle anestesia local en la herida, el piquete casi no dolió, pero esa anestesia le quemaba por dentro, que bueno que Ada ya no estaba ahí, o lo vería casi retorcerse del dolor. Aunque tomando en cuenta la verdadera naturaleza de la chica, a ella le fascinaría eso más que nada.

La atmósfera alegre de la AIP sólo crecía. Los grupos de personas que conversaban parecían estarse divirtiendo más y más. Ahora sonaba una movida canción, sirviendo para desviar un poco el aire de seriedad y profesionalismo que siempre rodeaba a la AIP. Dawn estaba recargada en la mesa, platicando con Kenny, quien no le quitaba la vista de encima a sus piernas, Dawn ni cuenta se daba, sólo continuaba hablando sin parar.

"Mírala nada más, se nota que le encanta andar de coqueta. " Dice cruelmente Miette, señalando a Dawn, como si de entretenimiento barato

"¡Y yo que pensaba que yo era la única que sabía cómo divertirse aquí!" Exclama Úrsula, fascinada. "Y dime, ¿Qué le pusiste?"

Miette sonríe, oh ciertamente no era prudente revelarle todo a esta chica. Aun no al menos. La mira fijamente; Úrsula es una mujer bastante linda, con un evidente gusto por la maldad y una enorme capacidad de hacer daño, al menos si las palabras de Dawn respecto a ella eran ciertas. Debía estudiarla un poco más, pero era casi obvio que una persona con esas características…haría una adición simplemente magnífica a las filas de Menagerie. De hecho le extrañaba congeniar tan bien con una humana a la primera, le buscaba signos de que fuese una de las suyas, pero sabía bien que de ser así ya lo sabría. Bueno, de entre toda la bola de imbéciles que son miembros de la AIP debía haber alguien que estuviese en el bando equivocado, ¡Que morbo le causaba pensar en que clase de bestia se convertiría! " Me estoy adelantando, yo ni siquiera me encargo de tan maravilloso proceso, pero ya le haré saber a mi amada Reina Macherie."

"Es un líquido bastante especial, aunque no se sí deba decirte más al respecto. Podría meterme en problemas…"

Úrsula esboza una sonrisa. "Ah ya veo, heh…no hay problema entonces, pero me vas a matar de la curiosidad."

"Si tanto quieres saberlo, podemos contactarnos después." Sugiere Miette, esbozando una sonrisita traviesa.

"Fantástico, no puedo esperar." Úrsula comenta, dirigiéndole una mirada curiosa a Miette, siempre apreciaba la oportunidad de aprender de nuevas formas de hacer miserables a los demás.

Dawn observa a su alrededor, el ambiente va levantándose a paso lento, y eso definitivamente no le agrada mucho. Quiere que las cosas se pongan realmente emocionantes ¿Sino que caso tiene tener una reunión si solo iba a ser una bola de pláticas aburridas sin sentido alguno?

"¡Oigan, esto está muy aburrido…hay que jugar a la botella!" Exclama Dawn, aplaudiendo para sí.

De inmediato silencio, seguido de emocionados gritos de varios de los presentes, quizá algunos pensaban que estaban demasiado sobrios para eso aun, pero que va, era una forma de poner más entretenido el ambiente y de deshacerse, de una vez por todas de la pesadumbre que había estado revoloteando sobre ellos.

Por fin se te ocurre una buena idea!" Exclama Úrsula, aplaudiendo lentamente.

Dawn le contesta inmediatamente, frunciendo el ceño " Ah no, tu no juegas."

"No era mi intención entrometerme, tú lo sabes." Úrsula sonríe volteando a ver a Miette, quien le devuelve el gesto de regreso.

"Yo si quiero participar, espero no haya ningún problema." Comenta Miette, volteando a ver a Ash, nuevamente el azabache era su blanco.

Y hablando de Ash, el chico era un desastre como Dawn. Su capacidad de habla ya estaba limitadísima, así como su capacidad de autocontrol, ahora sólo bañaba a quienes estaban cerca de el de muestras de amistad. Abraza a Serena, con bastante fuerza, aunque no lo suficiente para agobiar a la castaña.

"¿Ya te he contado cuando gané la liga Alola?" Le pregunta, quizá por tercera o cuarta vez en un mismo periodo de 20 min.

"¡Sí! Ya- me has contado…pero si deseas contarme de nuevo, n-no tengo problema, aunque me preocupas Ash, ya te ves mal." Contesta Serena, colocando su brazo en el hombro del chico, quien le toma la mano, haciéndola ruborizar.

"Estoy bieeen! ¡N-nada malo me pasa!" Responde Ash, en un tono alegre aunque increíblemente entorpecido, aquella vil gotita fue suficiente para dejarlo así, como si hubiese tomado por horas. Y se notaba, la inmensa mayoría de los demás ni siquiera estaba cerca de quedar en tal estado.

"¿Estás seguro?" Pregunta nuevamente Serena, sólo para ser bruscamente interrumpida por Miette.

"Vénganse vamos a jugar a la botella!" Exclama, tomando a Ash del brazo, quien de inmediato se apunta para participar, sin tener realmente noción de lo que estaba haciendo.

"¿¡A la botella!?" Pregunta Serena, sintiendo su corazón casi salir de su pecho. ¡Tendría nuevamente una oportunidad de besar a Ash!

Miette nota esta expresión soñadora y se deleite en cambiarla a una de angustia. " No eres tu la única que puede ganar y mira, básicamente todos aquí entraron, ¿Qué probabilidades tienes de que te toque besar a Ash."

Serena siente a su corazón hundirse un poco.