Capítulo 18
En lo que esperamos el fin del mundo, les traigo un nuevo capítulo recién sacadito del horno!
Responsabilidad
El sol se asoma en el cielo durante la mañana, después de días de haber sido cubierto por densas nubes. La ciudad Veilstone parecía tan sólo un poco más activa que el día anterior. Menagerie había logrado aterrorizar a la población muy efectivamente después de todo, además nadie tenía ni la más remota idea de lo que pudieran estar planeando esos seres, era vivir con el alma en un hilo. A la población no le quedaba más que confiar firmemente en la AIP.
Lillie se despierta, apenas había podido pegar la pestaña durante toda la noche, se sentía absolutamente agotada. Y aun había tanto que hacer, tenía que buscar más entrenadores para la AIP, y no iba a hacer labor fácil. Cuando fundó la organización miles respondieron al llamado de inmediato, pero eso sólo era porque las bestias sólo se portaban como vulgares ladronas. Ahora ellas actuaban como auténticas terroristas, muchos agentes de la AIP habían muerto, así que aunque la paga era buena, el trabajo ya no era nada glamuroso.
La chica enciende el televisor de pantalla plana de su elegantísima habitación. No era porque le gustara ese aparato, sino que ella, como presidenta de la AIP, no podía permitirse el ser ignorante de la situación actual, eso era simplemente imperdonable.
Se sorprende mucho al ver a Miette de nuevo en la televisión, bueno quizá no debería, es obvio que la chica después de ser "rescatada" regresaría a su trabajo como una persona normal, pero si le sorprendía lo rápido que ella había superado experiencia tan traumática. En fin, no era momento de pensar en ello, lo importante aquí es que esa reportera había estado en la asamblea de ayer y seguramente reportaría los cambios que Lillie había anunciado.
Miette sonríe a la cámara como toda una profesional. Porta un elegante traje sastre color azul marino, decorado con un pequeño broche, claramente muy fino, de una rosa dorada. "…¡Y volvemos con más noticias! Como les decía antes del corte, Lady Lillie Fleur, presidenta de la AIP , declaró que habría una restructuración completa de la organización, todo para poder ser más eficiente en la lucha contra Menagerie ¿Pero qué tan enserio se toman sus miembros su ocupación? Veamos, los siguientes videoclips."
Lillie arquea una ceja, ni siquiera procesa del todo las venenosas palabras de la reportera. Todo iba bien hasta ese cuestionamiento. Siente su corazón hundirse tan pronto comienza a ver aquellas escenas. La cosa no había estado nada tranquila anoche, pero no sólo eso, esta se había degenerado a la cosa más absurda y humillante del mundo, simplemente no podía creer que todas esas personas a las que ella respetaba pudieran ser capaces de comportarse de esa forma. Sus manos tiemblan, su rostro está totalmente enrojecido. No recuerda la última vez que se sintió tan enojada.
Como si fuera a acabarse el mundo, Lillie se viste, se arregla y sale disparada de su recamara, rumbo a su oficina. Pronto toma su elegante teléfono celular y comienza a hacer unas cuantas llamadas. Primero a Clemont, luego a Zoey, luego a Paul y finalmente a Drew y a May, a todos les ordena apersonarse en su despacho, de inmediato.
Lillie se abre la puerta de su oficina y se sienta en su enorme sillón, frente a su mesa de cristal. Se toca las cienes, aun esforzándose por mantener a raya su respiración. ¿Qué clase de cosas pensarían de la AIP? ¡Serían el hazme reír del planeta entero! ¿Cómo rayos permitió ella que esto pasara?
Paul es el primero en llegar, está muy desvelado, la enorme herida que había sido curada apenas hace unas horas le había impedido conciliar el sueño. "¿Y ahora qué pasó?" Comenta con seriedad, caminando hacia el escritorio de Lillie.
La chica abre los ojos al ver la herida en el rostro de Paul. "¡¿Qué te pasó a TI!?" Le pregunta, levantándose de golpe y acercándose a él, examinándole la cara de muy cerca.
Paul mueve la cabeza instintivamente para atrás, nada personal, solo le disgustaba inmensamente el contacto físico. " Ah, es una larga historia, mejor dígame para qué me mando a hablar."
Zoey es la segunda en entrar. Al ver a Paul siente su estómago revolverse, pero decide ignorarlo totalmente, aunque no iba a negar que verle el rostro así la hacía sentir…considerablemente mejor de estar en el mismo lugar que él, logra suprimir una sonrisa y voltea hacia Lillie. " Lamento la tardanza, ¿Qué fue lo que pasó?"
Lillie de inmediato se pone a la defensiva al tenerlos a ambos ahí, ojalá no hubiera otro conflicto como el de ayer ¡Ya tenía suficiente con lo que estaba ocurriendo! "E-es un asunto muy grave, n-necesito que lleguen Clemont, Drew y May."
Paul y Zoey levantan una ceja, consternados.
"Bueno, si es tan grave hay que empezar ya." Comenta el chico, cruzado de brazos, Zoey niega con la cabeza. ¿Qué acaso no oyó a Lillie?
"Vamos a darles un par de minutos, por lo mientras, creo que es importante que me digas que te pasó en el rostro Paul." Comenta Lillie, en tono insistente.
Paul suspira, esperaba no tener que andar explicando a todos su herida, pero era obvio que vendrían a hacerle esa y más preguntas. " Básicamente me atacó una de las taradas de Menagerie."
"U-una bestia!?" Exclama Lillie sorprendida.
"No conozco a otras taradas…bueno, aparte de Zoey, claro."
"¡PAUL! P-por favor, no empieces…" Lillie voltea nerviosamente hacia Zoey, quien está cruzada de brazos contra la pared, apretando sus manos fuertemente contra sus brazos. Es obvio que está furiosa.
"No fue muy difícil destruir a esa bestia. En pocos minutos la vaporicé, estaba conmigo una civil, la escritora Ada Corveille, quien sólo salió con lesiones menores. Y bueno, a mí sólo me rasguñó la cara la pendeja esa, nada de qué preocuparse, fui a la clínica y me atendieron."
Lillie suspira. " Me alegra que hayas logrado mantener la situación bajo control, pero les voy a pedir algo ambos…sé que es difícil, ¿Pero no pueden dejar sus diferencias de lado? Necesitamos más que nunca estar unidos."
Ambos se dirigen miradas de odio, pero asienten silenciosamente con la cabeza. La tensión no se ha ido y es obvio que esto no es una paz estable, siquiera medianamente duradera, pero al menos intentarían estarse quietos en los próximos minutos.
Drew había llegado junto con May, Clemont venía de ellos a la máxima velocidad que sus piernas le permiten carraspea la garganta. "Lillie…¿Nos llamaste?
La chica asiente con la cabeza, enfocándose, nuevamente al serio problema " Gracias, por venir, tenemos un problema crítico. Un video de la fiestecita absurda de noche fue mostrado por televisión nacional, y probablemente internacional."
Todos se miran horrorizados. "¡¿Qué!?" Gritan al unísono, excepto Paul.
"¿De qué fiesta hablan?" Comenta Paul indignado con que se haya realizado una cosa así en las circunstancias actuales.
"Una reunión que hicieron algunos de nuestros miembros, la verdad la mayoría de nosotros estuvo ahí pero nos fuimos relativamente temprano."
Paul frunce el ceño. "¿En qué demonios estaban pensando?"
Todos se miran entre sí. " No creímos que se fuera a salir tan de control." Responde May, con cierta timidez.
"Ese es el problema, nadie aquí piensa. ¿Y que harás al respecto Lillie?" Pregunta Paul muy bruscamente.
"Para eso los he llamado aquí, necesito que vean la gravedad del asunto y me ayuden a tomar una decisión." Lillie toma un control remoto pequeño, que se encuentra sobre su escritorio y presiona el botón de encendido, y el monitor enorme de su despacho se ilumina. Este graba ciertos programas, particularmente los de noticias, así que tan sólo después de un par de botones presionados, la pantalla muestra nuevamente a Miette, diciendo su breve discurso antes del bochornoso video.
Los presentes de inmediato se muestran horrorizados ante lo que veían. Incluso en las partes donde no había conductas anómalas, el vocabulario usado era terriblemente vil y grosero. Dawn y Ash estaban en la mayoría de las tomas, demasiado cariñosos el uno con el otro, como si estuvieran solos en una habitación.
Zoey estaba particularmente agitada por ello, estaba muy agitada, y se notaba en su respiración, que era corta y poco profunda. Aprieta sus puños con fuerza, intentando controlarse pero no podía, deseaba salir de ahí de inmediato.
El video, que parecía eterno por fin acaba. Y todos permanecen en incómodo silencio.
"E-estaba pensando en que deberíamos sacarlos a todos ellos de la organización. Pero en las circunstancias en las que estamos, no- no creo que sea posible." Explica Lillie, apagando el monitor.
"Pero si no vamos a sacarlos de aquí, tenemos que darles un castigo verdaderamente ejemplar ¿ No es así?" Comenta May, mirando a los presentes.
Paul niega con la cabeza. " Bueno siendo honesto sólo dejaría a Dawn y a Ash, al menos por que han sido útiles, pero los demás no merecen ese mismo privilegio."
Clemont suspira. " Quizá pero…por ahora si necesitamos a toda esa gente, no podemos darnos el lujo de sacarlos."
Lillie se toca la frente. "Debería hacerlos pedir una disculpa pública por su conducta, pero eso no es siquiera suficiente.
Drew asiente con la cabeza. "Si, pedir una disculpa difícilmente es un castigo, tenemos que ser inmisericordes." El joven voltea a ver a Zoey, quien ha estado inusualmente callada. ¿Tú qué opinas Zoey?"
La chica no responde, está sumida en sus pensamientos. Ni siquiera estaba ponderando el castigo, sólo estaba repasando mentalmente las imágenes que ahora tenía de Dawn en su cabeza, una y otra vez. Y cada vez que esa película mental se repetía, la chica se disociaba de lo que estaba pasando a su alrededor, ya ni siquiera llegaban a sus oídos las palabras de sus compañeros. Podía escuchar una risa similar a la de Dawn, como si se burlara de ella, con una claridad increíble, como si estuviese hablándole directo al oído.
Pero la discusión continuaba sin ella, a pesar de lo extrañados que estaban todos ante su falta de participación, había que llegar a un acuerdo.
Un rato más tarde, en la pequeña habitación compartida por Dawn y Serena, la peliazul despierta. No en la mejor de las condiciones más adecuadas, siente que su cabeza va a partirse en dos, ¡Qué migraña más intensa! Además que tiene unas nauseas horribles, y era claro que no sería la primera vez que vomita en las últimas horas, considerando el estado de la habitación…estaba asquerosa. Un milagro era que no haya muerto por broncoaspiración durante la noche.
"…N-no vuelvo, a tomar así…" Comenta Dawn sujetándose la cabeza con una mano y con la otra arregla el tirante de su blusa, que estaba por debajo de su hombro.
La chica mira a todos lados, y se da cuenta que está sola. Menos mal, ya se ha llevado desagradables sorpresas antes.
Dawn ríe un poco, recordando lo que podía del desastre que fue anoche, la verdad que se había divertido muchísimo. La verdad se la había pasado genial también con Ash, aunque tampoco recordaba tanto, ojalá el si se acordara de todo lo que hicieron.
La puerta se abre. Es Serena, quien de inmediato arruga la nariz al ver el desastre de la habitación y a Dawn. "Oye, Lillie te busca, dice que es urgente y que más te vale no tardar."
Dawn se estira, con toda la calma del universo. "No pretenden que no me arregle primero ¿verdad? Además tengo una cruda brutal."
Serena suspira, molesta. "Sólo apúrate, no creo que estén de humor para esperarte." Contesta la chica, cerrando la puerta.
Dawn frunce el ceño ante la actitud dura de Serena ¿Ahora qué le pasa?
Qué fastidio, ahora ni siquiera podía entrar a su habitación porque estaba toda asquerosa. En fin, esa era la menor de sus preocupaciones, las palabras de Zoey revoloteaban en su cabeza. Sobre todo los comentarios acerca de Miette, ya no se sentiría nada cómoda teniéndola cerca, ya lidiará con eso después, por ahora le interesa averiguar qué fue lo que pasó con Ash y Dawn anoche ¿Por qué se pusieron mal tan rápido? Por más que lo pensaba no tenía sentido. Eso sin mencionar que tenía que buscar a Clemont en un rato, había prometido ayudarlo con lo de la bestia que tenía captiva, en serio que deseaba darle una mano a su amigo, pero sabía también que Paul estaría ahí ¿De qué utilidad podía ser ella ahora?
Pronto Dawn se ve así misma caminando hacia la oficina de Lillie, no está nerviosa, aunque ciertamente debería estar aterrada, tomando en cuenta lo que había pasado, pero sinceramente esa preocupación ni estaba en su mente. Más le angustiaba el como iba a quitarse la cruda que traía encima.
Al llegar a la oficina, se da cuenta que sus compañeros de fiesta están esperando fuera. Todos quejándose del dolor de cabeza y las náuseas. Ash quizá más que los demás, pero al verlo Dawn no puede evitar sonreírle.
"Fue divertido anoche ¿no?" Comenta la chica sentándose justo junto a noche.
Ash le corresponde la sonrisa. " La verdad sí, aunque no me acuerdo de mucho."
Dawn se entristece al oír eso. " Ah, que mal, esperaba que me contarás lo que habíamos hecho. " Comenta, soltando pequeñas risitas traviesas. "Deberíamos repetirlo alguna vez."
Ash la mira, la verdad ahorita, con su dolor de cabeza, ni ganas tenía de pensar en eso. De hecho se sentía mal también porque no había entrenado prácticamente nada el día de hoy, ni siquiera por algunos minutos. Tan pronto y Lillie le dijera lo que tenía que decirle, regresaría por Pikachu y se pondrían al corriente con su entrenamiento, quizá hasta pudiera decirle a alguien más que los acompañe.
Pronto la puerta se abre, y salen Drew, May, Paul, Clemont y finalmente Zoey. Ninguno les dirige siquiera una mirada a los que estaban ahí, y comienzan a hablar entre ellos.
"Bueno, ch-chicos Paul y yo vamos a ir a encargarnos de la prisionera. Espero poder traerles bastantes datos útiles." Comenta Clemont, despidiéndose de sus compañeros y alejándose del grupo, seguido por Paul, quien sólo hace un gesto con su mano, sin decir una palabra.
Zoey se aleja en dirección contraria, sin decir una sola palabra, alejándose a paso rápido. Drew y May se quedan solos y voltean a ver al grupo, aun furiosos por sus acciones.
Drew les dirige una mirada fría y les habla con cierta dureza. "¿Y ustedes que esperan? Entren ya."
"¿Qué fue lo que pasó Drew?" Comenta Ash, totalmente ajeno a esa mirada sucia que le había dirigido el peliverde.
"Vaya y todavía se hacen idiotas, estoy asombrado en verdad." Dice, dándose la vuelta, May siguiéndolo de cerca.
El grupo de fiesteros se mira entre sí, ahora ligeramente asustados.
"¿Y ahora que les pasa a ellos?" Pregunta Kiawe poniéndose de pie.
"No sé pero están muy raros." Comenta Mallow de inmediato, ella también levantándose. "¿Creen que sea por lo de ayer?"
"Ni que hiciéramos algo malo." Responde Dawn de inmediato, con brusquedad, la verdad el ser ignorada por los chicos y más por su amiga Zoey la hacía sentir increíblemente incómoda. Odiaba sentir que la gente estaba molesta con ella y que no pudiera confrontarlos ahí en el momento, tendría que esperar.
Kenny traga saliva. "Quizá se nos pasó la mano…pero nadie nos ha dicho nada…"
Lana lo mira con cierta molestia. "Y entonces porque crees que nos hablaron con tanta prisa?"
El chico traga saliva de nuevo, y estira el cuello de su camisa. "Sí pero a lo mejor es por otra cosa."
Lillie se asoma y les dirige una mirada seria pero que escondía muchísimo enojo. "Entren de una buena vez. No creo que en sus circunstancias deberían estar tranquilos."
El grupo avanza en silencio al interior de la oficina, Lillie cierra la puerta con fuerza y de inmediato corre a su escritorio, golpeando la mesa con sus palmas. "¡¿EN QUE DEMONIOS ESTABAN PENSANDO!?"
Ash es el primero en hablar. " La verdad si nos pasamos un poco, pero…no creo que sea para tanto." Dice, intentando no alterar más a Lillie, pero eso evidentemente no funciona.
"¿¡QUÉ NO ES PARA TANTO!? ¡TODAS SUS MARRANADAS SALIERON EN LA TELEVISIÓN! ¡SOMOS EL HAZME REÍR DE LA REGIÓN ENTERA!" Grita la chica, su rostro rojo de la furia.
Los chicos se miran los unos a los otros, atónitos. "¿Pero, cómo pasó eso?" Pregunta Mallow, antes de cubrirse la boca con sus manos.
"No sé, ustedes díganme." Contesta Lillie, con dureza. "Eso no importa ya, es obvio que fue la reporterita esa, Miette, pero lo que interesa ahora es que ustedes se hagan responsables del montón de estupideces que hicieron."
Kenny de inmediato habla, su voz temblando. "¿N-nos van a correr?"
Lillie lo mira con aun más enojo. "Ganas no faltaban. Pero si les voy a decir que tres cosas van a pasar con ustedes, la primera es que me van a acompañar a una conferencia de prensa y van a pedir disculpas públicas por su asquerosas conductas. Y la segunda es que Drew, May, Clemont, Paul y Zoey les vamos a dar, cada uno, un castigo a nuestra discreción, como los niños chiquitos que son, así que les recomiendo que no hagan ningún tipo de planes extra, porque se la van a pasar ocupados toda la semana. Y finalmente, van a limpiar todo su desastre de anoche, ya le he dicho al personal de limpieza que ustedes se harán cargo. ¿Alguna duda?" Pregunta, sus manos sobre el escritorio, mirando furiosamente a los presentes quienes sólo niegan tímidamente con la cabeza.
"Bien. ahora fuera de aquí que no quiero verlos ni en pintura. Ah y obviamente espero que hagan un mejor trabajo contra las bestias de Menagerie. No me hagan cambiar de opinión respecto a permitirles que se queden aquí." Advierte, haciendo un gesto con su mano, corriéndolos de su oficina.
Ash mira al grupo, y se rasca la nuca. "Creo que si la regamos ¿Verdad?"
Dawn suspira, molesta e irritada, había preferido casi cualquier cosa a que la pusieran a la limpiar, y menos ahora." Obviamente, sino para que decirnos todo eso?"
"Al menos no nos despidieron." Contesta Ash rápidamente. " M-mejor empezamos con la limpieza…¿no? Luego vemos lo de los demás castigos…y la conferencia de prensa."
Los chicos se ponen a trabajar, buscando los rincones de la AIP donde hubiera evidencia de su desastre. En cambio, Serena se dirigía hacia el laboratorio de Clemont, nerviosa, quizá arrepintiéndose un poco de haber ofrecido su ayuda. Toca la puerta, con cierta timidez. Quizá no la escucharían y podría irse, y fingir demencia respecto al asunto.
Para su desgracia, Clemont de inmediato abre la puerta y la invita a pasar. Paul le dirige una mirada fría a Serena. "Ella nos va a ayudar?"
"Ah, sí yo…" Serena iba a decir algo pero Paul la interrumpe bruscamente.
"¿Para qué la trajiste Clemont? ¿Le dijiste que iba a interrogar a esta bestia?"
Clemont traga saliva. " Bueno, no dije que era específicamente un interrogatorio."
Paul suspira. " Mira, no te voy a mentir, voy a hacer hablar a esa bruta así me tarde todo el día y toda la noche. No quiero que me estorbes."
Serena se molesta ante ese comentario, está fastidiada que la vean como alguien débil. "Haz lo que debas hacer, puedo manejarlo."
Paul ya no dice nada, sólo se encoge de hombros. El chico levanta su puño y se coloca un par de nudillos metálicos en las manos, con pinchos. "Estoy listo, ahora muéstrame a esa cosa."
"Aquí está." Comenta Clemont, presionando un botón en su control remoto, causando que unas cortinas se muevan hacia los lados y que unos muros de cristal bajen. Ahí se encontraba Onca, amarrada con fuerza con unos extraños dispositivos que rodeaban su cuerpo, que emitían una luz roja. Los músculos de la bestia se veían dolorosamente tensos. De inmediato, al ver a su captor la bestia gruñe, mostrando una hilera afiladísima de dientes.
"No se preocupen, no puede hacer nada más que pelar los dientes, el artefacto que le coloqué hace que la mayoría de los músculos no vitales se contraigan dolorosamente."
Paul no puede evitar soltar una mueca cruel al ver a ese monstruo, se toca la herida de su rostro, esta cosa se parecía a la bestia que le atacó ayer, pero más robusta y con más ornamentos encima, usando sedas blancas y adornos de oro con plumas. Eso no le importaba en lo más mínimo, sólo esperaba que no fuera de lengua suelta. Entre más durara esto, mejor.
Serena sigue a los jóvenes por atrás, sabe que verá algo fuerte, y que probablemente la vaya a afectar emocionalmente. Pero ya se hizo la fuerte, y aunque desearía irse de ahí, no le queda más que seguir disimulando.
"B-bueno…e-es hora de que nos des algo de información…" Comenta Clemont, con cierta timidez, la bestia se carcajea como una bruja vil.
"JAJAJAJAJA la AIP es más patética de lo que pensaba!" Exclama Onca, retorciéndose de la risa ante ese intento de cuestionamiento.
Paul se adelanta. "Déjamela a mi Clemont, ustedes sólo observen la magia."
Onca alza una ceja al ver a Paul acercarse a ella. Le muestra de nuevo esos dientes, gruñendo.
Paul se cruza de brazos. " Bien, podemos hacer esto por la buena…o por la mala. ¿Por qué no nos cuentas un poco de Menagerie."
"¿Qué tal sino? Mis hermanas pronto me sacarán de aquí y los exterminaran a todos ustedes, harían bien en no tocarme, ya que si me ven herida…les irá mucho peor de lo que pueden imaginar, bola de pendejos." Replica la bestia, sonriente, deleitándose en su imagen mental de esa masacre, imaginando a la AIP teñida de rojo.
"Esperaba que dijeras eso." Paul sin esperarse más le revienta un golpe en el rostro a la bestia inmóvil, las púas de su nudillera enterrándose en la piel de la bestia. Paul no es ningún tonto, sabe que esto apenas le hace daño a la bestia, que si bien tiene una herida abierta, esta cierra casi de inmediato. Va a necesitar mucho más que eso para causarle genuino malestar y más aún para hacerla hablar. Pero no importa, este golpe fue de lo más disfrutable, así que lo que seguía tenía el potencial de ser orgásmico. El chico conecta varios golpes contra la prisionera, uno tras otro. Todos en la cara de esa horrible criatura.
"Pfff, ¿Eso que fue? Creo que hasta me he dado golpes peores por mero accidente." Onca sonríe, genuinamente divertida. Su rostro está sangrante y moreteado, pero sus heridas pronto empiezan a sanar.
Paul le sujeta la cabeza y la golpea contra la mesa un par de veces "Apenas estoy empezando, ¿Sabes? Una de las tuyas me hizo una herida ayer, aunque la destruí sin problemas, aún me siento molesto y que mejor que desquitarme con otra puta sucia como tú."
Onca mira a Paul de reojo, totalmente desconcertada. Intenta librarse de sus ataduras, el oír del triste destino de su compañera la pone furiosa." ¡¿Qué hiciste qué!? ¿A quién?" Ruge la bestia, Paul solo la sujeta con más fuerza contra la mesa.
"Lo que oíste, ni me acuerdo como era, para mi todas ustedes son iguales." Comenta, con malicia, viendo como la expresión de la bestia dio ese cambio tan radical. Provocarla era mucho más fácil de lo que pensaba.
"Ustedes son los que son iguales! ¡No puedo distinguir entre ninguno de ustedes, simios asquerosos!" Replica Onca, indignadísima, su rostro enrojeciéndose de la furia que sentía.
Paul suelta a Onca y se le queda viendo detenidamente. "Que criatura más asquerosa, mi compañero fue demasiado amable para amarrarte así nada más, como si fueras humana, creo que mereces un trato mucho más adecuado, eres un animal apestoso después de todo."
El chico camina hacia el escritorio de Clemont y toma un par de tijeras. Onca le gruñe tan pronto se acerca de regreso, el chico corta, ni corto ni perezoso las bonitas sedas que cubren el cuerpo de Onca, dejándolas hechas pedazos, haciendo que cayeran al suelo. De igual forma, se deleita en quitarle los opulentos adornos de oro que la decoran, dejándola totalmente desnuda.
Clemont se voltea de inmediato y Serena sólo se cubre la boca, por lo humillante de la acción.
Onca detesta ser vista por los humanos así, no tendría problemas de que sus compañeras la viesen pero, estas sucias criaturas seguro sólo ven su hermoso y divino cuerpo con morbo.
"Mucho mejor, un animal no tiene por qué usar ropa, es antinatural."
"¡N-no soy ningún animal!" Replica la bestia, intentando librarse de sus ataduras, pero sus músculos se quedan en su lugar. " Tan pronto salga de aquí te haré pedazos ¿Me oyes? ¡Pedazos!"
"Si, sí, lo que digas." Replica Paul, metiendo su mano en el bolsillo, y sacando una cajetilla de cigarros. Le ofrece, sin decir una palabra a Clemont y Serena, ambos niegan con la cabeza, sintiéndose asqueados, saben hacia dónde va esto."
El chico enciende uno de los cigarrillos, lo fuma brevemente, sacando bastante humo de su nariz. Sin previo aviso entierra el cigarro en el pelaje dorado de Onca. La bestia no cambia su expresión, eso tampoco le duele.
Paul nota que la quemadura, que debería quedarse ahí en circunstancias normales se desvanece en tan sólo unos segundos.
"Impresionante…" Murmura Clemont, genuinamente asombrado con ese factor de curación natural de las bestias, incluso si no la sacan absolutamente nada de información, los datos que van a obtener de la biología de las bestias son invaluables.
"Vaya, estoy de acuerdo, es bien fastidioso lo rápido que se curan. Pero sé, por la experiencia, que ustedes pueden sentir dolor, supongo que tendré que esforzarme más. "Clemont, no me gusta que exista el riesgo que esta tarada nos rasguñe ¿Tienes algo para solucionar eso?"
Onca de inmediato se alarma al escuchar eso, ¿No estarán pensando en…? "¡N-no te atreverías a hacer tal cosa!"
"¿Qué no?" Paul se encoge de hombros y camina hacia Clemont. "Dime que tienes algo para esto, no creo que sus uñas las regenere tan rápido."
"¡Claro que se me regeneran rápido imbécil, soy una orgullosa guerrera de Menagerie, mi cuerpo vive para el combate, perder una garra no significa nada. ¡NADA!"
Serena sujeta nerviosamente su rostro, sintiendo la imperiosa necesidad de contradecir a la bestia. "No es del todo cierto, si se daña mucho la uña a veces crece mal o ya no crece jamás"
Clemont traga saliva. "Eso es cierto, pero si con los humanos es difícil llegar a tal grado ¿Cuánto necesitaríamos hacerla a ella?"
Paul niega con la cabeza. "No te atormentes por ello, es necesario hacérselo. ¿Crees que el calor ayude?"
"¿El calor?" Pregunta Clemont, ladeando la cabeza.
"Ya sabes, calentamos un alicates y le arrancamos las garras así, de ahí podemos terminar de lastimar la uña, quizá con la misma pinza o con otra cosa." Explica el chico, emocionándose ligeramente con la idea. No sólo era un procedimiento muy doloroso, sino que evidentemente era humillante para ese animal estúpido. Que herramienta más maravillosa para quebrarla por ambos frentes.
"Es una zona sensible, así que creo que si pudiera funcionar." Comenta Clemont, no le agradaba mucho llegar a esos extremos, y más sin haber intentando algo menos…fuerte. Pero pronto el recuerdo de su hermana llega a su cabeza, disipando toda duda que el chico pudiera tener.
"Perfecto, ustedes pongan a calentar los alicates." Ordena el chico, dirigiendo su atención de vuelta a la prisionera para seguir golpeándola un rato más.
Serena traga saliva, siente sus propias uñas doler ante lo que le pasaría a esa bestia. Siente que no puede ver tal tormento pero quiere seguir haciéndose la fuerte. Trata de pensar en todo lo malo que han hecho estos monstruos a la buena gente de la ciudad, pero aun así, con todo eso, piensa que quizá el límite de lo permisible ya fue cruzado.
Clemont toma unos alicates de una caja de herramientas, y le pide a Serena que se lo detenga. La chica accede, mirando aterrada a tal aparato, escuchando los gritos de la bestia.
El rubio toma un par de guantes, para protegerse las manos, y retira los alicates de la mano de Serena. El chico camina hacia un mechero de Bunsen que estaba sobre una mesa y prende la flama. Coloca la punta de las pinzas al fuego, esperando a que se pusieran rojas.
"Podrías ahorrarte todo eso si comenzarás a hablar." Comenta casualmente Paul, levantándole el rostro a la bestia, quien le escupe de inmediato en la cara, mostrándole sus afiladísimos dientes.
"Nunca diré una maldita palabra, así que puedes hacer lo que quieras, mi corazón es fiel y leal a Menagerie." Comenta la bestia, con orgullo casi palpable. Siente que darles una muerte limpia a los humanos que atacó, debido a su honor de guerrera, fue un desperdicio, y más si a ella no le iban a dar el mismo privilegio.
Paul la mira con desdén, claramente entretenido. "Cómo quieras." Dice el chico, volteando a ver a las pinzas que ya estaban al rojo vivo. Su mente entreteniendo más ideas, en caso de que esto no funcionara. Ojalá la bestia soportara bien esto, sería decepcionante si así no fuera después de todo. Ya que no podría intentar más cosas, o quizás sí, ni que a nadie le fuera a importar realmente. Este animal no tiene derechos como las personas o los Pokémon.
