Llegamos al capítulo 20 :D! Contra todo pronostico ( Y yo creyendo que tendría más tiempo libre con las clases en línea JAJA). Gracias por leerme chicos! Sus comentarios me motivan a seguir y más que trabajar en esta historia me encanta y me ha ayudado a mantener mi salud mental

Y…Antes de empezar me gustaría aclarar un par de cosas!

La líder de Menagerie, Macherie, es un ser extremadamente volátil, que muchas veces actúa de forma contradictoria a lo que se esperaría en su rol como matriarca de las bestias. Ella tiene razones muy poderosas para ser así, y muy pronto se las daré a conocer 😊.

Capítulo 20: Humillación

Una camioneta de color negro, con las iniciales de la AIP marcadas en blanco en sus puertas, se movía considerable velocidad por las calles de la ciudad, Zoey evidentemente iba conduciendo el vehículo, Dawn iba sentado en el asiento del copiloto, no dejó que nadie más le ganara ese puesto, aunque obviamente su elección de asiento incomodaba enormemente a la pelirroja. Ash, Pikachu, Kenny y Kiawe iban en la fila de asientos de atrás y finalmente Mallow y Lana se encontraban sentadas en la última hilera de asientos. Todos iban en silencio, estaban con la cola entre las patas, y por supuesto, lo que había ocurrido era grave de por sí.

"Repasemos el plan entonces." Comenta la pelirroja quebrando el silencio más no la tensión, sus ojos puestos en la autopista. "De acuerdo con la información que tenemos, esas dos bestias andan aterrorizando el sur de la ciudad, una vez que los vean seguramente los atacaran. Traten de no causar tanto destrozo, ya todos los tienen en la mira, de todas forma, iré con ustedes para poder aconsejarlos de la mejor manera ¿Entendido?"

"Si, de acuerdo Zoey, gracias." Comenta Ash, hablando por todos, de alguna forma. " Oye y…¿Sabemos a qué clase de bestias nos enfrentamos?" Pregunta, algo nervioso, no tanto por el hecho de pelear contra ellas en sí, ya estaba agarrándole el modo, sino por la densa atmósfera que los agobia a todos, es difícil interactuar así. Ojalá todo pudiera ser simple, cuando los altercados se resolvían casi de inmediato. Mira a su querido Pokémon que observa encantando por la ventana. ¡Cómo le gustaría estar en su lugar!

Zoey asiente con la cabeza. "Así es, de acuerdo con la poca información que nos llegó, ya nos hemos encontrado con esas dos bestias con anterioridad, posiblemente en el enfrentamiento de hace unos días."

Mallow revisa aquel magnifico aparatito portátil que guardaba información de esas asquerosas fieras. Y sus ojos se hacen grandes, llenos de rabia. "¡Por Dios…! ¡Una de esas fue la que me mordió la pierna en la batalla!" Exclama Mallow, enfureciéndose. Viendo la cicatriz en su extremidad.

Lana mira de nuevo la dichosa mordida. "Se nota que quiso hacerte mucho daño, creo que esa te la dejamos a ti, aunque se parece mucho a la otra, ¡Qué horripilantes son!

"Estoy de acuerdo, son feas por dentro y por fuera, lo peor es que siempre nos andan llamando horribles a nosotros." Comenta Mallow, tocando los puntos en la herida de su pierna con la mano.

"Jamás se han visto en un espejo." Recalca Dawn, recordando a muchas de las bestias que se ha enfrentado. Las que tenían aspectos insectoides eran las peores, le revolvían el estómago con mucha facilidad.

Zoey parece meditar los comentarios de las demás, ¿Debería hablar? Quizá a nadie le parezca lo que va a decir, ella rara vez expresaba su sentir respecto a las bestias, ya que sus sentimientos al respecto eran, por ponerlo de alguna forma, complicados. " Creo… que son extraordinariamente hermosas." Todos la miran, genuinamente extrañados.

"¿¡Oye pero de qué estás hablando!? ¡Son monstruos!" Kiawe le dice, tan confundido como el resto.

"Obvio, son perversas, pero me… sorprende que nadie de ustedes pueda ver la belleza externa que tienen, no sólo lo digo por sus caras y torsos que son casi totalmente humanos, también sus otros atributos, ya sean… un abrigo de pelaje suave, o plumas delicadas o incluso escamas que brillan a la luz… la combinación de sus preciosas facciones humanas y sus otras características es…sublime y de verdad soy incapaz de ver que parte de su físico es horroroso." Comenta Zoey, sintiéndose, en parte mal por pensar así.

"Bromeas ¿no? " Lana alza una ceja, ya todos miraban raro a la pelirroja. " No importa como se vean, creo que su belleza automáticamente se anula con lo malvadas que son."

"Sinceramente no creo que esas dos cosas sean sólo de ellas, conozco chicas que son hermosas y que pueden ser tan terribles como cualquier bestia."

Todos se quedan en silencio, discretamente voltean su mirada hacia Dawn. La chica peliazul se queda trabada, su rostro se llena de un rubor rojo intenso. Si eso fue una indirecta para ella, fue una muy tonta, porque ni funcionó. Poco le importaba que la situación no fuese la adecuada para iniciar una discusión, no iba a quedarse callada. "¡Vaya Zoey! No pensé que fueras del tipo de andar mandando indirectas." Comenta Dawn, dirigiendo sus ojos directo a la pelirroja, quien la mira de reojo por un mínimo instante antes de concentrarse en conducir. "Siempre te vi como alguien honesta y directa. Dime a quién te refieres."

Zoey incrementa la presión que sus manos ejercen sobre el volante, enfureciéndose. "Obviamente estoy hablando de ti."

Dawn la mira con muchísima rabia. " ¡Sabes muy bien que sino te hubieras puesto de pesada conmigo jamás te habría abofeteado!¡No me andes culpando a mi de TUS errores! ¿¡Qué derecho tienes tú a agarrarme de esa forma en que lo hiciste!?" Le recrimina, alzando la voz.

La pelirroja está genuinamente horrorizada con ese comentario, y para absoluto error de los que llevaba en el vehículo, Zoey pisa el acelerador "¿…Mi error?" La chica aprieta sus manos con más fuerza, enterrando sus uñas. Esta es la clase de momentos en la que realmente extraña su capacidad de manejar sus emociones perfectamente, nota de inmediato que ritmo cardíaco empieza a descontrolarse, sentía ahora una profunda ansiedad…¡Qué débil se sentía! Sin embargo, algo debe hacer para evitar que las cosas se vayan totalmente al infierno, respira. "Conecta la lengua con el cerebro, este no es el momento para esto."

"No, ya que andas de bocona, vamos a arreglar esto ahorita." Dawn ya gritaba, no hacía nada por disimular su enojo. "¿Qué derecho crees que tienes de decirme que hacer, y aparte de sujetarme de la forma en que lo hiciste, ¿Qué soy de tu propiedad o qué?"

Zoey suspira, acelerando un poco más, momento en que la atención de los demás se centra totalmente en la pelea entre ambas chicas. "Dawn, basta ya." Murmura la pelirroja, haciendo lo imposible por calmarse, pero sentía la sangre hervir. "No es momento para esto."

"Oigan chicas, ¿No creen que pudieran dejar esto para otro momento?" Comenta Kenny, con timidez, sabe bien que no es sabio meterse en discusiones ajenas, pero no va a quedarse en un vehículo conducido por alguien que está furiosa.

Los demás no se atreven a intervenir, aunque ganas no les faltaban, el vehículo ya estaba avanzando muy rápido, más de lo que se considera una velocidad cómoda. Pero quizá solo deban dejar que ellas resuelvan sus problemas.

"¡Contesta lo que te pregunté!" Exige Dawn, alzando la voz todavía más, sintiéndose profundamente indignada con la reluctancia de la pelirroja a responderle como era debido.

"No Dawn, no quiero hablar contigo, esta conversación se terminó." Comenta la pelirroja, intentando no levantar su propia voz, la verdad no tendría en hacerlos, en sus peleas contra Paul no le importaba mucho ponerse más agresiva, pero con Dawn… lo cierto es que sus sentimientos por ella suavizaban un poco la forma en que afrontaba esta situación.

"¡Estamos lejos de haber acabado esta conversación! " Asegura la peliazul, molestándose aún más. "Enserio Zoey, ¿Quién rayos te crees? ¿A ti qué te importa lo que haga o deje de hacer? ¡No te metas en lo que no te importa!" Le grita Dawn, sus mejillas enrojecidas.

Ash carraspea la garganta, intentando desesperadamente el detener el conflicto. "Ehh chicas…"

"NI SE TE OCURRA METERTE!" Dawn voltea hacia Ash bruscamente, mirándolo con ojos que matarían.

La pelirroja estaba por reventar, pero para su fortuna ya habían llegado al sitio donde las bestias habían sido vistas por última vez. De inmediato detiene el vehículo, cuyas llantas hacen un sonido chirriante al frenar, de ir más rápido habría perdido el control. Zoey hace hasta lo imposible por mostrarse lo más tranquila que puede, la única verdad es que tan pronto se viera sola, la tormenta realmente empezaría. Observa con cuidado el lugar, antes de detener el vehículo, puede ver una muchedumbre de gente uniformada, claramente policías. Esto iba a ponerse feo. "Llegamos." Anuncia, deteniendo y bajándose del vehículo, sin esperar a que los demás hicieran lo mismo.

"¡Odio que haga eso!" Exclama Dawn, quitándose el cinturón de seguridad y bajando de la camioneta. Pronto los demás la siguen, pero las ganas de regresar al interior de la camioneta se hacen imperiosas cuando los oficiales de la ley les dirigen miradas muy sucias.

Los oficiales concentraban su atención en dos bestias que se encontraban en lo alto del edificio, ambas tenían aspecto de reptiles, escamas brillantes cubrían cada centímetro de su cuerpo, y partes de sus bellos rostros. Tenían ojos amarillos de pupilas delgadas, y lenguas delgadas. La primera de ellas, tenía el cabello negro y sus escamas eran de color ocre, su sonrisa mostraba una hilera de afilados dientes y su cola era larga y estaba adornada con pequeños pinchos. La otra era más pequeña de tamaño, sus escamas eran verdes y su cuello estaba decorado con una red membranosa de color naranja. No usaban ninguna clase de ropa, sus cuerpos sólo estaban cubiertos por elegante joyería doradas y piedras preciosas de diversos colores.

"Pierden su tiempo, nosotras ya ganamos." Asegura la bestia de las escamas doradas, de nombre Gigantea. Su compañera, llamada Kingii, de escamas esmeraldas, asiente con la cabeza, jugueteando con su cabellera.

La oficial Jenny de ciudad Veilstone estaba con un megáfono en la mano y hablaba hacia las bestias. "Ríndanse de inmediato y ni se les ocurra resistirse al arresto." El arcanine de la oficial, como muchos otros de los Pokémon que los acompañaban gruñían con ferocidad.

Los demás policías miran con cierto miedo y extrañeza a la oficial ¿Y como iban a hacer que esas dos, que acababan de asesinar al alcalde de la ciudad, se entregaran al arresto como si nada?

Zoey carraspea su voz. Suena bastante fuerte, así que de inmediato atrae la atención. " Buenas tardes, oficiales, su intervención no es necesaria. La AIP puede hacerse cargo perfectamente."

La oficial Jenny a cargo, le dirige una expresión muy desagradable. "Oh, sabemos de lo que son capaces ustedes, no son los únicos con Pokémon y son claramente personas incompetentes así que no interfieran con los asuntos que ahora le corresponden a la policía."

Ash de inmediato se interpone, y con una mirada llena de determinación se dirige a la oficial de policía. "¡Nosotros nos haremos cargo! Estamos preparados para lo que …"

"Ash, cierra la boca, déjame esto a mí." Zoey se cruza de brazos. " La AIP tiene más experiencia combatiendo contra Menagerie. Ustedes deberían estar cumpliendo con otras funciones y no distraídos con algo que la AIP es perfectamente capaz de manejar."

"Sí, como no, ¿No seguirán tomados como el día de ayer? ¡Qué falta de respeto tan grande que siquiera vengan asomar sus narices por acá! ¡Váyanse o los arrestaré a todos por interferir con la ley!"

"No es su trabajo lidiar con las bestias, eso le corresponde a la AIP ". Insiste la pelirroja acercándose a la oficial. "Sino quiere tener un problema más grande le recomiendo que retire a sus oficiales de aquí y nos deje traba-"

La oficial había cerrado una de sus esposas alrededor de la mano de Zoey, interrumpiéndola bruscamente. Y ahora le levantaba la mano apresada, mostrando una expresión seria pero a la vez ligeramente triunfante. "Estás arrestada, por interferir con la ley."

"¡Oiga no puede hacer eso!" Grita Ash, los demás estaban boquiabiertos ante el cumplimiento de la amenaza.

"¿¡Ven lo que ocasionan con sus malditas estupideces!?" Grita la pelirroja, su rostro está rojo como sus ojos, de humillación pura. ¡Vayan y encárguense de esas dos bestias! ¡AHORA!"

La oficial de inmediato pone a la pelirroja de espaldas dispuesta a aprisionarle la otra muñeca. "Ya cállate. No querrás empeorar las cosas."

Zoey ya estaba muy molesta por lo de hace rato con Dawn, no, seguía furiosa por la maldita cachetada que la peliazul le había reventado en la cara, acto que seguro vieron estos policías con el video y que la había dejado como un hazmerreir. Difícilmente se iba a controlar así. "No va a arrestarme, ESTOY cumpliendo con mi trabajo, siempre lo he hecho y no van a ponerme en ridículo de nuevo. " La chica se da la vuelta con brusquedad y la oficial suelta las esposas, dejándolas, colgando del brazo de Zoey.

Ahora tienes otro cargo por resistirte al arresto, y por faltarle al respeto al heroico cuerpo de policía." Comenta la oficial con seriedad, ¿Porqué siempre tienen que poner resistencia? Estupidez absoluta.

Zoey suelta una sonora carcajada y le dirige una sonrisa sardónica. "¿Heroico? ¿Que tienen de heroico ustedes? Como si hicieran mucho aparte de multar gente por pequeñeces."

El rostro de la oficial Jenny se llena de furia absoluta, que ganas de cerrarle la boca a golpes a esta tarada. Pero debe calmarse, hay una situación más critica que lidiar con los bufones de la AIP. " Ustedes dos, arresten a esta, no podemos perder más tiempo."

Dos policías se acercan a Zoey y con algo de dificultad logran someterla lo suficiente para ponerle bien las esposas y arrastrarla hacia la patrulla.

Ash aprovecha sabiamente la breve conmoción causada por la pelirroja, ahora su vista estaba fija en las dos bestias que se reían como locas ante lo divertido que les parecía la escena. "Kiawe, libera a charizard y vamos tu y yo para allá, los demás busquen una forma de llegar ahí."

Dawn se cruza de brazos, viendo como Kiawe ponía de inmediato en marcha el plan de Ash. "Deberíamos ir todos, arriesgas a que nos arresten a las demás…" Comenta, Lana y Mallow asintiendo con la cabeza.

"¡Váyanse rápido!" Dice Ash, saltando ya al lomo del charizard, quien levanta vuelo.

Dawn suspira, largo y profundo, entre nerviosa por Ash que no fuera a matarse y angustiada por Zoey que ahora estaba bajo arresto, ¿Porqué siempre las cosas tenían que salir peor? "Togekiss no puede cargar mucho peso, mejor hay que entrar al edificio por la parte de abajo, seguro hay un elevador o algo …." Piensa la peliazul, analizando el edificio detenidamente con un ojo y con otro al grupo de policías que estaba cerca.

"Si, nosotras ni siquiera tenemos Pokemon voladores, no tenemos de otra." Agrega Mallow mirando discretamente al grupo de policías, algunos de ellos las miraban muy fijamente, preparándose quizá para arrastrarlas a la comisaría.

Las chicas se dan cuenta que ya no tenían más tiempo y que debían apresurarse sino deseaban acabar como Zoey. "¡Corran!" Dice Dawn, señalando la entrada del edificio a Mallow y Lana, que la siguen corriendo muy de cerca.

La oficial Jenny veía con cierto placer como la pelirroja era llevada en una patrulla a pasar un tiempo en prisión. Eso le enseñará a no fastidiarlos. Uno de los oficiales se acerca a su superior, tocándola del hombro. "¿Díaz, ahora que pasa?"

El uniformado mira con cierto miedo a la oficial Jenny, sabe que puede ponerse de pésimo humor con demasiada facilidad "Señora, la AIP se nos adelantó y…."

"¿¡Y LOS DEJARON IRSE SIN ARRESTARLOS!?" Pregunta la oficial Jenny, enojándose todavía más.

"Es-es que pensamos que como arrestó a su líder pues ya se irían..."

"¡PUES NO PIENSEN! ¡VAYAN POR ELLOS Y ARRESTENLOS A TODOS!" Grita la oficial, señalando al edificio. "Nadie se va a de aquí, hasta que estén la AIP y las bestias bien apresados."

En la cima del edificio, Gigantea esquiva sin mayor problema el lanzallamas del charizard de Kiawe, mientras que Kingii evade con elegancia un impactrueno cortesía de Pikachu.

"Los policías son horriblemente miedosos, al menos ustedes si proveen de buen entretenimiento." Comenta la bestia de las escamas doradas, movimiento su larga cola. ¿Sus amiguitas tardarán? ¡No querrán perderse de esta extraordinaria diversión!"

Ash frunce el ceño, y mira a Kiawe, ambos estaban pensando en lo mismo. ¿Cómo podían llamarle diversión a todo este caos que estaban provocando?

"¡La van a pagar muy caras por asesinar al alcalde!" Exclama Kiawe, furioso como las llamas de su Charizard, quien nuevamente lanza un ataque ígneo para carbonizar a alguna de esas sociópatas.

"¡Uyy! ¿Y exactamente que nos harán?" Replica Kingii, colocando una mano en la cintura, abriendo su boca para lanzar un chorro de veneno, mientras las membranas escamosas de alrededor de su cuello se levantan, haciéndola ver más terrorífica. "Nosotras ya cumplimos con nuestro cometido, no importa realmente si nos derrotan o no."

"Eso sin mencionar el tremendo drama que se aventaron ayer, ¡Oh por la Gloria de Macherie que dan mucha pena! Portándose como lacras auténticas, ¿Están seguros de que la AIP no es una especie de circo? Créanos que todas las bellezas de Menagerie disfrutamos enormemente sus babosadas."

"¡Que asquerosas…!" Replica Ash. "¿Cómo pueden tomar una vida de forma tan trivial, como si no valiera?"

Ambas bestias se ríen. "Bueno, las vidas humanas no valen absolutamente nada, son …como juguetes para roer y luego desechar, ¡No se lo tomen tan personal! Vidas inferiores como las suyas, existen para entretener a seres tan elevadas como nosotras." Concluyen, con sonrisas diabólicas triunfantes, las caras de incredulidad de los entrenadores eran todo lo que necesitaban, como la cereza en el delicioso postre.

Mientras tanto, Serena, Paul y Clemont continuaban en el perfeccionamiento de uno de los artes más antiguos de la humanidad: horas y horas de estudio enfocado a la cloaca del pensamiento humano, la tortura. Lo más bajo que la civilización mas elevada del planeta había conseguido, pero aquello en lo que destacaba más.

"Hay tantas cosas que podemos probar en esta puta miserable, creo que nunca acabaremos." Comenta Paul, cerrando el libro que sostiene entre sus manos, le gustaría revisar los escritos de Ada Corveille y ver que ideas tan sádicas ha plasmado esa mujer en papel, seguro de ahí vendrían gloriosas ideas. Clemont en cambio le dirige una mirada de desaprobación.

"No te dije nada antes, pero cuida tu lenguaje frente a Serena…" Pide el rubio, mirando fijamente a Paul, quien sólo le esquiva la mirada.

"¿Tanto le espanta?" Pregunta el chico, dirigiéndole una mirada de molestia a la joven.

"No es que me espante, pero no es precisamente agradable oírlas." Comenta la chica, ligeramente irritada.

"En fin, ¿Qué le vamos a hacer a esa tarada? Algo de información debemos sacarle. " Pregunta Paul, irritándose con el hecho de que por ahora esa bestia parecía que no iba a soltar nada de información.

Serena cierra uno de los libros que llevaba todo el día repasando. "Podrían dejarme…unos minutos con ella? Creo que se que podría funcionar."

"Ah si?" Paul levanta una ceja, incrédulo, si a él no se le ocurría algo, menos a esa niña llorona que lo único que hacia era pensar en Ash.

"¿Qué tienes en mente Serena?" Clemont en cambio toma con más seriedad la petición de Serena.

"Bueno…quizás estamos atacando el ángulo equivocado, es obvio que el martirio físico es lo que menos le importa…¿Podría intentar algo más?" Pregunta la castaña, levantándose de la mesa.

Paul bufa y se reclina en la silla. "Como quieras, yo pienso que aun podríamos hacerle cosas mas extremas y ver si se le afloja la lengua, pero lo que ustedes digan." Comenta, cruzándose de brazos y cerrando los ojos, no le tenía fe al plan.

"Sólo déjame intentarlo." Serena ya parecía irritarse más y más con la actitud tan pesimista de Paul. "Sino funciona siempre podemos buscar otra solución ¿No es así?"

"Serena está en lo correcto, nada perdemos. Eso sí, ten mucho cuidado, esa bestia, incluso en su estado es muy agresiva y peligrosa." Le dice Clemont, tomándole delicadamente la mano y acariciándola con suavidad.

La castaña sonríe y lentamente retira su mano. "Seré muy cuidadosa, gracias Clemont." Se limita a decir, para darse la vuelta y dirigirse a la prisionera, quien al ver a la joven acercarse no tarde en gruñir como una fuera, mostrando sus rotos colmillos de la brutal paliza que le habían propinado.

Serena se sienta frente a la bestia y se ve en la necesidad de respirar profundo. Aquella criatura le lanza una sonrisa sarcástica. ¿Qué puedo hacerle esta debilucha?

"Supongo que servir a Menagerie te llena de orgullo…algo difícil de entender para alguien como yo." Serena intenta mantenerse tranquila, recordando aquellas palabras del autor que había leído todo el día. Hay cosas más efectivas que una cruda tortura física.

"Exactamente niña boba, ¡ MENAGERIE es mi vida!, ¡Es mi todo!" Exclama Onca llena de orgullo, casi palpable, sin dejar de clavar sus ojos verdes afilados en Serena." Que pena que una cualquiera como tú jamás conocerá una gloria tan inmensa como la de arrodillarte y seguir ansiadas ordenes de la Reina Macherie"

Serena suspira nuevamente. Por más loca que esta criatura fuera, al menos tenía su vida resuelta, no como ella, aun luchando por el amor de Ash desde hace años." ¿Qué es lo que las hace a ustedes tan especiales?"

Onca sonríe con arrogancia. " Es obvio querida boba, toma un momento y observa tu patética forma en un espejo, después, obsérvame a mí. Soy perfecta. "

La castaña traga saliva. " Bueno…creo que nada es perfecto en el mundo ¿No crees?"

La bestia frunce el ceño, claramente fastidiada con tal atrevimiento." Sólo eres una humana, jamás entenderás lo que significa ser parte de algo que va más allá del entendimiento."

"Entiendo." Contesta Serena a secas, posando sus ojos azules en aquellas dagas que Onca usaba para ver. " Imagino que seres tan bellos como ustedes no son ni siquiera de este mundo."

Onca se estira, y ahora dirige su mirada hacia Clemont y Paul. "Si esos dos mierdas se van con gusto te cuento un poco más de eso…"

El rubio de inmediato niega con la cabeza y se acerca a la castaña, con toda intención de evitar que se quedase sola. "Serena…no creo que sea muy buena idea…" Paul toma del hombro a Clemont, interrumpiéndolo con brusquedad.

"Parece que está más dispuesta a hablar con ella que con cualquiera de nosotros dos, dejemos a las damas en paz un momento." Comenta el chico, en un tono de inusual interés en su voz. Clemont, no parece muy convencido, le da angustia dejar a Serena ahí, con ese monstruo que si bien está totalmente limitado en sus movimientos, no deja de ser una amenaza. Al menos sus palabras siguen despilfarrando veneno.

"Ya se han ido." Anuncia Serena, sintiendo su corazón acelerándose repentinamente. La bestia olfatea sutilmente a la joven, sus orejas peludas moviéndose ligeramente.

"Puedo sentir tu miedo, puedo oír el palpitar de tu corazón. Tu angustia me pone de muy buen humor, más del que puedes imaginar." Onca sonrió, mostrando sus rotos, blancos y afilados dientes, acercando su precioso rostro al de Serena, antes de ser inmovilizada por las cadenas especializadas de Clemont.

Serena se pone firme, calmando su respiración. Es obvio, estas fieras son primitivas y esos sentimientos como el miedo no sólo los detectan, sino que muy probablemente las estimulen al punto que las hagan sentir mucho mejor.

Onca pone una cara rara, mezcla de seriedad y una sonrisilla traviesa "Déjame platicarte un poco de Menagerie…¡SOMOS GRANDIOSAS! ¡JAJAJAJAJA es toooodo lo que necesitas saber! Somos hermosas y todo lo que hacemos es naturalmente adorable."

Serena frunce el ceño, esa no era la respuesta que esperaba oír. Pero claro, interrogaba a una bestia, claramente estaba totalmente demente. Debe pensar muy cuidadosamente lo que ha de preguntar. "¡Que autoestima tienen! Aunque presumo que su belleza no es lo único que trae ese orgullo…"

Onca sonríe nuevamente. "Obvio no. Yo por ejemplo, soy una guerra de gran poder, una de las más feroces combatientes en las filas de Menagerie, siempre lista para saltar al campo de batalla."

La expresión de Serena se torna un poco agría, desconcertando a la bestia. "He visto como ustedes pelean…siempre protegiendo…a las más vulnerables…" La castaña no podía negar que envidiaba la forma en que ellas cooperaban, en cambio ellos no eran más que problemas tras problemas ¿Cómo podían siquiera frenarlas, si ellos ni siquiera podían coordinarse en las cosas más simples?

Onca muerde sus labios, causándose inmediato sangrado. " Si. Así es, en Menagerie somos un equipo y jamás vamos a dejar a las más débiles atrás."

"Yo estaba rescatando rehenes…. así que no tengo idea que pasó después de que te capturaron, imagino que muchas de tus amigas fueron…"

La bestia ruge, perdiendo la paciencia de inmediato ante ese osado comentario "¡COMO TE ATREVES! ¡Si yo no estuve ahí, estoy segura de que una docena más de mis amadas compañeras habrían saltado a defender a las demás…!"

"¡Eso no puedes saberlo!" Replica Serena de inmediato, levantándose y colocando ambas manos sobre la mesa.

"Lo que si sé es que seguro mataron a cuanto humano asqueroso se pudo, ¿Cuántos quedaron con vida de tu grupito?" Onca intenta hacer lo mismo, pero las descargas eléctricas que recibe su cuerpo, la dejan totalmente inmóvil, incapaz siquiera de levantar la vista para encarar a esta tonta.

Serena suspira nuevamente. Obvio Menagerie les ganó, pero esta bestia está aislada, no tiene forma de saber el resultado real de la batalla, podrían decirle que sus amiguitas murieron y no tendría forma de comprobar la veracidad de tales palabras.

"Sólo pienso que deberías hablar pronto, se bien que cualquier tormento que quieras infligirte lo aguantaras bien…pero sabes que si no obtenemos la información que queremos, iremos por más y más de las tuyas. Tu estás aquí. No puedes protegerlas…a ninguna."

Las palabras de Serena golpeaban a Onca como un chorro de agua helada. Ella decía la verdad, Onca y muchas otras bestias se mofan de estos patéticos intentos de tortura, pero…las bestias recién ascendidas …ellas sufrirían mucho…y en vano. Ninguna de ellas tiene información que les pueda ser útil a esta bola de estúpidos.

Onca en sí, tampoco tiene un rango suficiente para saber información delicada, de aquella que es digna de la secrecía máxima. Pero algo puede decirles, algo que tampoco comprometa a su amadísima Menagerie, debe resistir de alguna forma y a la vez, debe proteger a aquellas que son vulnerables. Eso sí, tiene la certeza de que sus camaradas vendrán y harán volar las cabezas de estos palurdos, uno a uno.

Una expresión sarcástica se forma en el rostro de la vil bestia. "Te diré lo que sé, pero no soy una bestia que pueda darte información útil, si eso quisieran quizá deberían capturar a una belleza feral de mayor calibre que el mío…"