¡Estoy de regreso! Con una continuación recién sacada del horno, lamento muchísimo la tardanza pero la vida universitaria simplemente no da tregua. Agradezco de corazón a todos los que me han leído hasta aquí, me motivan mucho a seguir escribiendo este conjunto de locas ideas que sale de mi cabeza. ¡Sin más que decir les dejo el capítulo!

Capítulo 25: Invierno

Serena caminaba con bastante dificultad por el parque central de la ciudad. El viento se había vuelto vicioso, era helado y hasta sentía que lastimaba su piel por su baja temperatura aun con su grueso abrigo. El termómetro marcaba cerca de cero grados centígrados y, predeciblemente, nieve comenzaba a descender del cielo, dejando a todas las personas que ahí se encontraban, o que se asomaban por la ventana, totalmente impactadas, muchas de ellas nunca habían visto nieve en sus vidas.

La chica castaña mira su reloj. Ha deambulado la ciudad por horas, ya son cerca de las seis de la tarde y teme que el frívolo clima sólo se ponga peor. ¿Podría volver a la AIP en caso de una tormenta helada? Quizás no. En ningún momento vio a bestia alguna haciendo de las suyas, las imaginaba en lo alto de algún edificio, reunidas en un círculo mientras realizaban un ritual insano para traer este clima horrible, nada más alejado de la realidad.

"Tal vez debí quedarme en la AIP, aunque sea a hacer papeleo…pero que pérdida de tiempo." Suspira la joven, dando la vuelta para regresar. Voltea a su derecha y se fija en la cafetería que estaba más cerca de la plaza central se llamaba "La corona". Uno de los meseros andaba ya metiendo todas las sillas del exterior del negocio, obviamente en este clima nadie se sentaría afuera. Pero Serena se imagina a este bonito lugar, que da la ilusión de estar vacío por lo espacioso que es como un sitio idóneo para su cita con Ash. La terraza sería el mejor lugar, mucha mayor privacidad, buena vista al hermoso parque y por lo tanto una vibra más romántica.

Sonríe, no puede evitarlo, muchos pensarían que estar soñando con esas boberías de lugares románticos es la mayor pérdida de tiempo, pero a ella este tipo de cosas le llenan el corazón de pensamientos puros y positivos, la hace genuinamente feliz. Platicar con alguien a quien amas, ambos viéndose mientras el café humea…buscando un tema de conversación, por trivial que sea, sólo para encontrar cosas más interesantes de las que hablar conforme pasa el tiempo. ¡Pedir un postre incluso! Y limpiar delicadamente la comisura del labio de la persona que se siente frente a ti que la ha dejado mancharse de betún mientras come y te observa.

Serena suspira, embelesada con el pensamiento, vapor de niebla saliendo de su boca. Si, puede verse a ella y Ash en este lugar, disfrutando de una tarde para ambos, como si crearan un pequeño mundo en esta simple cafetería.

La chica ya estaba por partir, pero mira, por pura casualidad al suelo y de inmediato nota algo curioso atascado entre sus pies, el viento amenazando con llevársela. Lo recoge rápidamente, con cierta delicadeza pero también con nerviosismo, se trataba de una larga pluma, de barbas color blanco con negro en la punta y en ciertos puntos a lo largo de la estructura, el cálamo, el extremo duro de donde Serena sujetaba la pluma, era excepcionalmente rígido. Lo realmente sorprendente era su longitud, más de 40 centímetros seguramente.

"…¿Será de algún Pokémon?" Se pregunta, analizando aquella extraña pluma. "Mejor le mandaré una foto a Clemont, a ver que me dice. Si resulta ser de alguna bestia es mejor que me quede cerca…aunque necesitaré un abrigo más grueso." Serena saca su teléfono celular, le toma una foto a la pluma y la envía de inmediato a Clemont. La chica entra a la cafetería, no quiere que el viento, que se vuelve más violento le quite valiosa evidencia de las manos. Se sienta entonces a esperar, pidiendo un café para no ser vista como una huésped indeseada.

"¿Qué opinas de esta pluma? Se ve rara, ¿No crees?" En la AIP, Clemont casi de inmediato ve el mensaje. No reconoce que la pluma perteneciera a algún Pokémon, pero tampoco era la autoridad de aves en la región.

"¿Dónde la encontraste? ¿Puedes traerla al laboratorio?" Pregunta Clemont, rápidamente respondiendo al mensaje.

"Lo haría si pudiera, está…nevando. Creo que estoy atascada aquí por ahora."

"¿¡NEVANDO!?" Exclama Clemont, poniéndose de pie y corriendo hacia la ventana más cercana. Honestamente con todo el trabajo que había tenido hoy día, apenas y le dio importancia a lo del anómalo clima. Si esto no es culpa de esas estúpidas bestias quemaría su doctorado en ciencias y se lo comería.

Corre hacia donde tiene encerrada a Onca, como nunca ha corrido en su vida, llega agitado y el corazón casi le reviente el pecho. Se siente aliviado al verla ahí aun, restringida de realizar cualquier tipo de movimiento, apretando sus afilados dientes con fuerza. Aun sigue sometida a esos sonidos enloquecedores y lejos de poder adaptar su oído a ellos, solamente ha seguido sufriendo por muchísimo tiempo.

Con el presionar de un botón Clemont detiene la tortura auditiva y hace un cuestionamiento muy simple. "¿Quiénes de ustedes pueden controlar el clima?"

Onca intentaba recobrarse de aquellas frecuencias que la hacían querer vomitar y retorcerse, pero por aquellas ataduras le era físicamente hacerlo sin recibir una muy desagradable descarga eléctrica. Pronto la mueca de dolor en el rostro de la maculada bestia se torna en una de sadismo puro. "Heh, ¿Qué tipo de clima? Las bestias somos …muy talentosas y hacemos muchas cosas ¿No recuerdas que una de nosotras invocó lluvia para frenarles el paso?"

Clemont aprieta los dientes ¿Qué acaso esta fiera no sentía el frío? Bueno…debe ser su pelaje. "Hablo del frío, está nevando aquí, no…más bien en toda la región."

Los ojos de Onca se iluminan y suelta una larga carcajada. "¡Jajajajaajaja! ¡Espero que no tengas ningún arrepentimiento rubio idiota! ¡Pronto está región no será más que una tundra sin vidaaaAAAAAAARGGGG!"

Clemont presiona de nuevo el botón que controlaba la tortura. No va a sacarle una respuesta directa a esta ¿Verdad? Era mejor dejarla así, dudaba que las demás vinieran a salvarla, al menos por ahora. Eso sí, lo último que había dicho ese animal preocupaba. ¿Enserio querían dejar a la región entera así? Eliminar sin piedad el hermoso paisaje de Sinnoh, los pastizales, bosques, humedales y volverlos parajes helados similares al polo sur del planeta, un frío pedazo de Tierra cubierta eternamente por hielo.

"Ah… no debí enfocarme sólo esto, y menos habiendo tan terrible crisis climática." El rubio piensa, dándose la vuelta y suspirando. No sabe que de tanta ayuda podría ser la información que tengan disponible quien quiera que se haya encargado de estudiar esta anomalía, pero es por seguro que es mejor que el tome las riendas de esto. Con ese pensamiento en mente, Clemont sale de su laboratorio y se dirige hacia el crudo exterior, para encontrarse con Serena.

En su camino hacia el exterior, Clemont encuentra a un grupo conformado por muchísimas caras nuevas, que estaban recibiendo un tour por la AIP por parte de Lillie. Paul, Ash y su Pikachu se encontraban ahí, caminando junto a los nuevos reclutas. Tan concentrado estaba en sus propios asuntos que había olvidado totalmente que hoy la AIP conseguiría nuevos miembros.

El grupo prestaba muchísima atención a la explicación de Lillie, era obvio. Pronto trabajarían aquí y era imperativo conocer hasta el más mínimo detalle para no ser una carga, algunos tomaban nota, otros simplemente escuchaban atentamente. Sin embargo, una de las chicas parecía estar distraída, mirando en todas direcciones, en actitud curiosa. Una vez que Ash y Paul notan a Clemont mirándolos fijamente, avanzan hacia él.

"Eligieron entrenadores muy fuertes ¿No es así?" Clemont comenta, sonriente.

"No se puede decir que los elegimos, Paul descartó de inmediato a más de la mitad…" Ash se queja, mirando de reojo a Paul, quien le devuelve una mirada pesada. Su Pikachu sube rápidamente a su hombro, quizá como para calmar un poco a su entrenador.

"Tu querías pelear contra todos ellos. No teníamos la eternidad para elegir gente, además hicimos un torneo, sólo aquellos que mostraron no ser patéticos se quedaron." Recalca el joven, claramente estaba cien por cierto seguro que su decisión había sido absolutamente correcta.

"¡Pero discriminar a la gente por no tener Pokémon evolucionados hasta su última etapa es horrible!" Reprocha nuevamente el azabache, su Pikachu enteramente de acuerdo con ella afirmación. A Paul en cambio parece importarle muy poco lo que este par opine en estos momentos.

Clemont se acomoda sus lentes con su dedo índice. "Bueno…para un criterio de selección rápida, creo que no estuvo mal, en otras circunstancias creo si hubiéramos podido darnos el lujo de ser más detallados con las elecciones, pero tienes que recordar que somos, o más bien éramos apenas treinta personas.

Ash queda en silencio, meditando las palabras de Clemont, quizás ya no era prudente insistir en el tema. "¡Aunque podría ir a buscar personalmente a esos entrenadores, disculparse, retarlos a una batalla y tomar una decisión! " Piensa, sin poder suprimir una sonrisa de fascinación ante el prospecto de poder combatir contra esos entrenadores rechazados por estándar más ridículo. ¿Aunque cuando tendría de hacer tal cosa? Era más probable que este pensamiento feliz de él nunca se realizará.

"Por cierto Clemont, ¿Sabes a ciencia cierta qué está pasando allá afuera?" Inquiere Paul, buscando desviar la conversación lejos de cualquier imbecilidad que Ash esté pensando.

"No, aparentemente se trata de una bestia, bueno la que tenemos ahí en mi laboratorio prácticamente lo confirmó…pero ya la conoces, no piensa decirnos absolutamente nada. Lo que si dijo es que la región entera se volverá una tundra sin vida."

Paul bufa, la simple noción de que una mugrosa de Menagerie tuviera tal poder era simple y sencillamente absurda. "Por favor Clemont, creería esa tontería de la boca de Ash, ¿pero de la tuya? Dime que tienes otra fuente que no sea la boca asquerosa de ese animal."

Clemont suspira. "Ah… desafortunadamente no, quizá solo la evidencia de hace unos días en el asedio de la escuela, cuando esa bestia hizo llover por toda la ciudad."

"Claro, recuerdo eso, pero eso no quiere decir que tengan el poder de cubrir a toda la región Sinnoh en hielo." Paul recalca, aunque pronto una idea llega a su cabeza. "Quizá son varias bestias del mismo tipo, que estén causando este en clima en cada una de las ciudades de la región."

"Esa es una teoría muy buena…" Piensa Clemont, aunque para él está teoría tenía un enorme problema. "Sin embargo es muy poco común que encontremos bestias con las mismas habilidades… si consideramos que la región Sinnoh tiene, tomando sólo los asentamientos principales, al menos 14 ciudades, estamos asumiendo que peleamos contra ese mismo número de bestias, todas idénticas o todas con la misma habilidad de bajar la temperatura de la región."

"En eso tienes razón, en la pelea de la escuela solo recuerdo haber visto un par o dos de bestias que eran tan similares que las pudieras llamar idénticas. Aunque todas muerden, rasguñan y hacen cosas detestables de esas, dudo que un número tan alto de ellas pueda controlar el clima a voluntad, de ser así el caso, creo que pudieron haberlo hecho desde el inicio, mucho antes de que nosotros les hiciéramos frente."

Ash mira a la ventana, viendo la nieve caer ferozmente. ¿Tiene algo útil que aportar? La verdad es que no se le ocurre otra teoría que no sea la de Paul. Sin embargo una pregunta de Paul lo devuelve a la realidad.

"Oye, sino mal recuerdo te oí hablar de que habías visto a la líder de esas enfermas. ¿No te enfrentaste también contra ella? ¿Qué tan fuerte era?"

Ash suspira. "Bueno la verdad no me enfrente a ella, recuerdo que estaba golpeando a Dawn y…umm…al vernos a mí y a Serena se molestó y simplemente se desvaneció."

Paul suspira decepcionado con la poca información que Ash es capaz de proporcionar de evento tan importante. "¡Qué animal tan cobarde! ¿Bueno, entonces que te dijo Dawn? Supongo que ella al menos pudo desafiarla."

"L-la verdad Dawn no ha hablado nada de eso, supongo que le dio bastante miedo…y bueno no ha mencionado el tema." Contesta Ash, la verdad es que el tampoco le había presionado para que contara más detalles al respecto, también porque en parte fue su culpa que Dawn fuera atacada por la reina de las fieras.

"Bueno…no la culpo, las bestias son bien aterradoras. Imagino que la que gobierna sobre ellas, debe ser una tipa de lo más ruin." Comenta Clemont, acomodando sus gafas de nuevo. "En todo caso, es mejor que ustedes dos vengan conmigo, Serena está afuera y…más que la pluma de bestia que encontró, me preocupa que este sola."

"¡Por ahí hubieras empezado! ¡No podemos dejar a Serena sola!" Ash de inmediato corre hacia la salida, sin esperar a que los otros dos lo siguieran.

Clemont y Paul se miran el uno al otro y encogen los hombros, sin embargo la voz de una mujer los detiene, era aquella líder de gimnasio, Candice, que había pasado las prueba de elección de entrenadores sin dificultad alguna. " Lamento interrumpirlos chicos, ¿Saben dónde puedo encontrar a Zoey?"

Paul tuerce los ojos, imposible esconder su desdén por esa mujer que le parece tan insoportable y odiosa. Ni siquiera se molesta en hacer caso a la pregunta de la chica, simplemente se da la vuelta y se aleja hacia donde se fue Ash.

Clemont con una sonrisa le indica la dirección sin mayor problema. "Oh, su oficina está en el séptimo piso hacia el fondo, es la más grande de ahí, no la perderás de vista."

La chica sonríe con delicadeza. "Muchísimas gracias, buena suerte con su misión, espero pronto trabajar con ustedes." Comenta, alejándose rápidamente. Sigue caminando por los pasillos de la AIP, mirándolos con de forma rara. No era la expresión de asombro que uno espera de aquellos se encuentran en este recinto, era más bien una de…¿Asco? Si, era una expresión de desagrado total, como si estuviera en el interior de una coladera de la peor calaña.

Después de andar un rato, la joven líder de gimnasio llega a las puertas de la oficina de Zoey. Ignorando la molestia absoluta de la secretaria que controlaba el acceso a aquel importante recinto. "¡OYE! NO PUEDES ENTRAR AHÍ ASÍ COMO ASÍ!" Repite una y otra vez.

Candice simplemente le lanza una sonrisa asquientamente dulce y abre la puerta sin más, entrando, azotándola. No le sorprende lo que ve adentro, obviamente Dawn también estaría aquí con Zoey, que absolutamente conveniente.

"¡Candice! ¿Cómo has estado?" Dawn estaba sentada junto a Zoey en su sofá, era evidente que aun no se habían apresurado a informar al resto de la AIP de lo que sabían hasta el momento, Zoey lo había prohibido explícitamente, llamando a su conocimiento acerca de la culpable " una mera teoría. Aunque obviamente tras ver que la tormenta caía con más y más vehemencia, Dawn había decidido en presionar a Zoey para que por fin dijera lo que sabía, sin embargo no entendía el porqué estaba tan reacia a hablar de esa bestia que se hacia llamar la bruja del invierno.

"¡Ahh mi querida Dawn! ¿Todo bien?" Tras una breve pausa la chica se dirige a Zoey"… ¿Así que aquí has estado mi querida Zozo?" Le dice, cerrando la puerta con seguro, para impedir cualquier interrupción.

Zoey conocía muy bien a Candice, ambas habían sido amigas desde hace muchísimos años, exactamente desde que eran niñas pequeñas. Sin embargo la expresión de Zoey no era una que uno normalmente le da a la gente cercana. Era una expresión de furia total, con un toque de temor en ella. "¿Qué demonios haces aquí?" Pregunta, acercándose con los puños apretados, repitiendo su pregunta una vez más, con más fuerza. "¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ!?"

Dawn de inmediato voltea hacia Zoey con absoluta incredulidad, jamás la había escuchado tan enfadada, de hecho se exalta cuando la pelirroja se pone de pie de golpe, trata de detenerla, jalándola del brazo. "¿Zoey? ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan molesta?"

Candice sonríe de forma adorable, moviendo su cabeza hacia un lado. "Vine a unirme a la AIP, aunque pensándolo bien creo que es mejor que abandone este chiquero pronto, es un sitio de lo más repugnante, no sé cómo puedes pasar tiempo aquí especialmente teniendo una mejor opción al alcance de una palabra tan corta." La chica es bruscamente interrumpida cuando Zoey la toma de la muñeca, apretándosela con fuerza.

"¡FUERA DE AQUÍ, O TE SACO A PATADAS!" Zoey levanta la voz, sus ojos furiosos clavados en los de su antigua amiga, ya había acortado la distancia entre ellas a unos pocos centímetros.

"C-cálmate por favor Zoey, n-no deberías ponerte así de la anda. ¿Por qué no nos sentamos un rato y-" Las palabras conciliadoras de Dawn son rápidamente silenciadas por la voz de Candice.

Candice, mira la mano de la pelirroja apretarse alrededor de su muñeca, es claro que le duele bastante pero sigue sonriendo de una forma que hace enojar aún más a la pelirroja. "¡Siempre tan necia! Deberías oír a alguien por alguna vez en tu vida, ¿Por qué no preparas un té Dawn?" La chica ríe como loca, como si esto fuera un momento de diversión.

El rostro de Zoey no cambia, pero si su tono de voz, es todavía más fuerte y agresivo. "DESAPARECE DE MI VISTA!" Exige jalando a la joven del brazo, prácticamente empujándola fuera, pero ella no parece estar dispuesta a salir, no en esos términos.

"¡No te angusties! Pronto me iré de aquí, claro, no saldré con las manos vacías aquí." Comenta Candice, posando sus ojos de forma maliciosa, encima de Zoey y después en Dawn. "En todo caso, ambas deberían despedirse inmediatamente de la AIP, un futuro brillante y lleno de felicidad les espera."

Zoey se queda helada por un instante. "N-no…no estarás hablando de…" Por primera vez esperaba respuesta de aquellos pensamientos intrusivos suyos, de aquella voz que constantemente murmuraba locura a su mente, esto debía ser obra de aquella entidad "¿¡Qué esperas!?¡ Explícate de una vez!" Grita a la voz de su pensamientos, quien la deja sin respuesta, como si se deleitara de verla sufrir.

Dawn sólo mira Candice con evidente confusión, ríe incómodamente sin comprender el actuar de sus amigas en lo más mínimo. "¿D-de que hablas? Díganme que es una especie de broma…"

Candice, aprovechando la distracción de Zoey le mete un zarpazo en el rostro. Las delicadas uñas de la chica parecen volverse las afiladas garras de una brutal ave de presa. La pelirroja retrocede algunos metros, sujetando su cara, de inmediato de su mejilla derecha empieza a escurrir bastante sangre. "¡ARRGG, D-DAWN, A-A-aléjate de aquí! R-rápido!"

"¿Qué demonios está pasando? "La confusión de Dawn es tal que le impide actuar con rapidez, la última vez que vio a Candice fue hace muchos años, con la misma Zoey y las tres se llevaban de maravilla. ¿Cómo es que las cosas llegaron a este extremo? ¿Es acaso la situación que Zoey le dijo que ya no soportaba?"

Candice levanta su mano derecha, y pronto unos hermosos cristales aparecen flotando, con delicadeza, con encanto, eran de color azul en forma de corazón. Los ojos de Zoey se abren como platos y empuja a Dawn al suelo, abrazando su cuerpo.

"¡N-no te muevas Dawn! T-te protegeré!" Exclama, su voz lejos de estar tranquila, de hecho ni siquiera su cuerpo es capaz de transmitir total protección mental, puesto que la peliazul siente el corazón de Zoey latir insanamente.

"¡Ah, claro que sabrías con que atacaría, siempre tan brillante Zozo, listas!?" Una terrible obscuridad rodea a la chica y su forma de Candice se veía menos y menos humana con cada segundo que esos corazones flotaban alrededor suyo, sus brazos se cubren de hermosas plumas blancas con manchas negras, la parte inferior de su cuerpo , del torso hacia abajo, empieza a asemejar a algún animal digitígrado polar, debido al denso pelaje blanco que la cubría. De la parte superior de su cabeza y de donde salen sus coletas, emergen plumas negras decoradas por joyas, y un suave pelaje blanco cubre su cuello con elegancia, finalmente una cola larga y peluda crece a la altura de su cóccix, era ahora una auténtica quimera; una que no temía en absoluto al frío, ya que su cuerpo estaba casi totalmente descubierto, sólo decorado por adornos de oro y lapislázuli. Tras reír un poco más pronuncia su ataque. "Heart bomb ~!" Tan pronto pronuncia esa curiosa frase, los corazones dejan de moverse alrededor de ella y estallan en cientos de pedazos de cristales muy afilados. Los cristales vuelan en múltiples direcciones, perforando las paredes y vidrios de la oficina de Zoey, así como otros objetos en la habitación. Naturalmente, la onda expansiva manda a Zoey y a Dawn varios metros hacia adelante.

Zoey tiene clavados en su espalda varios trozos de cristal, se nota que están bastante enterrados porque la blusa de la pelirroja está llenada de sangre, sin embargo su cuerpo ha sido un magnífico escudo para el de Dawn, que está básicamente ilesa, aunque aturdida.

"Espero no estés muy herida, usé una versión menos poderosa de mi ataque. Aunque he de decir que probablemente Dawn no habría sobrevivido esa." Comenta, acercándose hacia las chicas y levantando a Dawn del cabello, el aire furioso entra ahora por las parees destrozadas, cubriendo a Zoey y a Dawn de nieve, la cual parece simplemente desvanecerse del cuerpo de la bestia. La bestia carga a Dawn por encima de su hombro y está lista para salir, pero Zoey le sujeta el pelaje.

"¡No te lle-ves a Dawn, n-no la hieras, t-te lo suplico…!" Zoey apenas y puede hablar, tose constantemente sangre, definitivamente está muy mal herida, además gruesas lagrimas caen por su rostro, su cuerpo entero temblaba. Candice gira hacia a ella y su mirada se suaviza un poco, con su garra izquierda le levanta la cara.

"Si quieres en verdad asegurarte que Dawn este a salvo, entonces ya sabes a donde debes ir, conoces bien lo que debes hacer. No tardes y bueno, sabes bien que mi nuevo nombre es Skadi ¿No es así? Llámame como tal en esta forma." Comenta la bestia, dándose la vuelta y saltando hacia el exterior, deja caer el cuerpo inconsciente de Dawn por un breve momento en lo que lo captura entre sus brutales garras. Después extiende sus gigantescas plumas y se va volando, totalmente inmune a la terrible tormenta helada de afuera.

Zoey intenta desesperadamente ponerse de pie, es obvio que no puede siquiera seguirla…la chica se deja caer sobre sus rodillas, apoyando sus manos sobre el piso, y se queda viéndolo, casi incapaz de hacer algo más que sentir el peso de su propia vida colapsarse sobre ella. Ansiedad, un inmenso temor la llena casi de inmediato, quiere llorar, quiere gritar con todas sus fuerzas. Pronto su visión se torna obscura, su cabeza se siente como si le fuera a reventar y pronto colapsa sobre el piso.

Mientras tanto Serena se encontraba fuera de la pequeña cafetería donde se había refugiado, ya que las terribles condiciones climáticas asustaron a los empleados, forzándolos a cerrar. Serena no les reprochaba esta decisión, incluso ella que ya estaba acostumbrándose a que pasaran cosas tan extrañas sentía un profundo miedo, especialmente porque Clemont aun no llegaba. ¿Le habría pasado algo? Quizá se accidentó o…. "¡No es momento para pensar eso!" Piensa la castaña, sacudiendo su cabeza. "Debería llamar a Ash y a Dawn, espero no se encuentren atrapados dentro de algún edificio o algo así, aunque probablemente debería intentar regresar a la AIP también."

Sin embargo, una camioneta negra pronto se estaciona junto a ella, iluminando sus luces como avisándole que habían llegado por ella. El vehículo estaba todo lleno de golpes, su carrocería bastante aplastada y maltratada, el cofre estaba doblado como acordeón. De aquel vehículo bajan Ash y su fiel compañero y también Clemont que había estado conduciendo.

Los ojos de Serena brillan como estrellitas al ver a sus salvadores, especialmente a Ash, que predeciblemente la saluda con una cálida sonrisa. "¡Chicos! ¡Qué alegría verlos! ¡M-me tenían muy preocupada!"

"¡Lamentamos mucho haber tardado Serena!" Comenta Ash, rascándose la nuca, bastante apenado con la situación. "Paul iba a llevarnos, pero pasó algo terrible en la AIP y decidió quedarse, así que Clemont y yo nos llevamos su vehículo, aunque claramente no sabemos manejar muy bien verdad?" Comenta entre risas, señalando la camioneta de Paul, seguramente el joven no estará nada contento con como le dejaron su vehículo.

Pikachu corre hacia Serena, saludándola. "Pi-ka!" La chica naturalmente se agacha para cargar al Pokémon entre sus brazos. Pero la extrañeza de la situación pronto la hace volver a la realidad por lo que de inmediato pregunta por la situación de la AIP. "¿Qué fue lo que pasó?"

Clemont ajusta sus gafas. "Al parecer hubo una explosión en el séptimo piso del edificio central, pero no sabemos más detalles porque nos vinimos volando hacia acá, espero nadie haya resultado herido…aunque estadísticamente es muy poco probable que nadie haya resultado ileso.

"Una e-explosión?" Serena casi se desmaya de sólo oír algo tan horrible, no quiere ni siquiera que la imagen mental llegue a sus pensamientos, no quiere ni pensar en aquellos que muy seguramente resultaron heridos.

"En todo caso… ya debe estar prácticamente todos los de la AIP ayudando , e-es mejor que nosotros nos enfoquemos en resolver lo del repentino invierno ¿Has visto algo raro Serena? ¿Alguna bestia? La pluma que me mostraste definitivamente no es de un Pokémon." Pregunta Clemont, caminando hacia la chica.

"La verdad no. Dudo mucho que podamos encontrar algo en esta tormenta ¿No creen?" Comenta Serena, mirando como el viento se volvía más vicioso y cruel, golpeando la ciudad con fuerza.

Clemont suspira. "Lo mejor es que regresemos a la AIP, aunque tendremos que irnos lentito, quiero al menos regresarle un vehículo mas o menos completo a Paul. Quizás podríamos ir revisando la ciudad, ya saben a lo mejor vemos algo en el camino de regreso."

"¡Buena idea! Sería bueno ya encontrar al responsable de esto, antes que el clima empeore." Comenta Ash, subiendo de vuelta al vehículo, los demás haciendo lo mismo pocos momentos después.

El grupo avanza por el inclemente clima, ya la nieve estaba cubriendo las calles de la ciudad a una altura relativamente alta y pronto nadie podría avanzar por ellas. La luz natural de la ciudad estaba apagándose poco a poco, ya que la noche pronto caería, claramente esto no era una buena señal, especialmente porque el alumbrado público, que si bien ya estaba encendido, parecía iluminar inestablemente.

"Es probable que la infraestructura eléctrica de la ciudad se dañe severamente durante la tormenta, …seguramente no se tienen medidas para manejar una crisis de esta magnitud." Comenta Clemont, viendo los postes de luz titilar, pero enfocando su vista en la carretera nuevamente, ya que pasan por encima de un tope y casi salen volando.

"Y si la ciudad se queda obscuras será aún más difícil monitorear a esas odiosas bestias." Comenta Serena, sentada en el asiento del copiloto, mirando hacia la calle.

"¡Estoy seguro de que podremos con esto!" Dice Ash, metiendo su cabeza entre los asientos de adelante, su Pikachu hecho bolita sobre su regazo. "Es casi como en los viejos tiempos, cuando viajábamos por Kalos, sólo nos hace falta Bonnie ¿Verdad?"

A la mención de ese nombre, la mirada de Clemont se obscurece un poco, siente una lagrima escurrir por su mejilla. "Si…nos falta ella, y sería exactamente como en Kalos…" Comenta, intentando no sonar afligido, pero claro que Serena percibe su tristeza y voltea a verlo con preocupación.

Sin embargo, la castaña no alcanza a decir nada, ya que su viaje es interrumpido por unos gritos llenos de terror, no pertenecían a una sola persona, sino a varias, y todos eran de voces femeninas. De inmediato frenan la marcha y salen del vehículo, asomándose hacia la fuente del ruido.

"¡Hey! ¿Todo está bien? ¿Alguien necesita ayuda?" Grita Ash, avanzando hacia el origen de la conmoción, seguido por sus amigos. Tan pronto doblan hacia la derecha, se dan cuenta que en efecto, había muchas chicas necesitadas de ayuda y muy urgente.

Un grupo de chicas jóvenes, de entre quince y veinticinco años, se encontraban en a la intemperie, la tormenta helada azotándolas sin misericordia. Todas estaban encadenadas de manos y de pies, les era imposible escapar de sus celadoras, claro, un par de bestias que las empujaban una por una a un extraño portal que emitía energía mágica horrenda de color purpura y azul. Las desdichadas gritaban y lloraban desconsoladas, pero las crueles bestias hacían caso omiso a esas plegarias.

Una de las bestias, la que empujaba a las chicas hacia el portal era enorme, posiblemente aún más grande que la propia Brachyura, que media ya de por sí más de los dos metros de altura. Su complexión era musculosa, muy intimidante y gran parte de su cuerpo estaba cubierto por abundante pelaje de color blanco, y las secciones de piel visibles estaban pintadas con líneas azul marino, como si fuera pintura bélica. Sus garras eran enormes, con largas uñas obsidiana. No se le veía la mitad de su rostro, ya que ella usaba la cabeza de un animal como tocado, sólo haciéndola lucir más temible. Tampoco ayudaba el hecho de que no decía absolutamente nada, mientras diligentemente hacia su perverso trabajo.

La otra bestia era cómicamente disimilar a su camarada, era bastante pequeña, aproximadamente del tamaño de Serena. Esta bestia daba una vibra adorable, su cabello era blanco como la nieve y de su cabeza salían dos orejitas blancas decoradas con moños azules. Usaba un pequeño chal invernal, decorado con un listón y dos pompones del mismo color de sus moños. Usaba un vestido corto debajo de su chal, color blanco también, la parte inferior de su cuerpo estaba cubierta de suave pelaje, sus patas eran bastante más largas que las de otras bestias mamífero, estas parecían ser útiles para saltar y correr rápidamente. Tenía una colita blanca muy pequeñita. "¡Deberían agradecer su suerte!" Comenta la pequeña bestia, riéndose con el suplicio de las chicas. " Las hemos salvado de un destino terrible, sería adecuado que se arrodillasen ante nosotras y nos alaben como es debido!"

"…Lapin…" Habla la otra bestia, con seriedad absoluta.

"¿Qué pasa ahora Björn?" Replica la pequeña bestia, ligeramente fastidiada con esa actitud tan aburrida.

"La AIP está aquí." Responde Björn, señalando a Ash cuyo Pikachu estaba abajo gruñéndoles y a Serena quien ya sostenía una pokebola en su mano y a Clemont.

"¡EEEEP!" La pequeña bestia se esconde tras de su compañera. "¿¡De donde salieron!? ¡Parece una plaga! ¡Pensé que habíamos matado a la mayoría!" Grita, mirando a los chicos con genuino asco.

"Tu lo has dicho. La mayoría." Comenta la enorme bestia, dando un paso al frente.

"¡Liberen a esas chicas ahora!" Grita Ash, su Pikachu saltando hacia el frente, sus mejillas encendiéndose con electricidad.

"¡Espera Ash, quizás deberíamos revisar nuestra base de datos antes, si ellas estuvieron en la batalla de hace unos días, habría información de ellas." Comenta Clemont, sacando dicho aparato de su bolsillo.

"¿Mantienen una base de datos de nosotras? ¡ESO ES HORRIBLE!" Exclama la pequeña bestia, ahora sí, genuinamente asustada. "¡Quien sabe que cosas asquerosas hacen con ella!"

"¿Cómo que cosas asquerosas!? ¡ESTO ES CIENCIA!" Explica Clemont a toda voz, analizando ya a las bestias con su aparato, seguramente algo saldría de ellas. De inmediato se despliega la información necesaria. " Björn, una bestia de resistencia brutal, capaz de soportar grandes cantidades de daño directo sin problemas y… Lapin, probablemente es muy débil ya que prefiere simplemente alejarse del combate. Muy fastidiosa"

" ¿¡Cómo que soy débil y fastidiosa!? ¡Trae esa cosa aquí! ¡DEBEN APRENDER A PONER INFORMACIÓN REAL AHÍ!" Exclama la diminuta bestia, acercándose hacia los humanos sin ningún miedo, pero su compañera la toma de las orejas, levantándola del piso.

"No te metas en líos. Ya tenemos lo que queremos." Comenta Björn, metiendo a su compañera a través del portal, para depositarla del otro lado. Mira a las seis humanas que faltaban por empujar y usando su fuerza colosal levanta a tres con cada brazo. No le dirige una mirada más a la AIP, simplemente salta a través del vórtice, y este se cierra en un instante.

"¡COBARDES!" Ash pisotea el suelo, extremadamente molesto. "Sino me hubieras detenido podríamos haber salvado a esas chicas!".

"¡Necesitábamos saber antes a que nos enfrentábamos, no podemos ir por ahí tomando decisiones sin razonarlas antes! Además viste que una de esas dos es una bestia peligrosa, ¿Enserio es así como tú, Dawn y Serena resuelven las cosas?"

"¡No había tiempo para razonar! Había que actuar! ¿Ahora que vamos a hacer?"

Clemont se queda en silencio y mira hacia abajo, suspira, quizás Ash tenía razón.

Serena suspira. " Y-ya es suficiente, no vamos a ganar nada si nos culpamos los unos a los otros." La chica comenta, intentando aliviar la atmósfera tan densa. Gira la vista hacia arriba, y pronto sus ojos se encuentran con una visión terrorífica en los cielos. "Ch-chicos…¿¡Qu-é…qué…es eso de ahí!?" Exclama señalando el extraño objeto que flotaba sobre la ciudad, parcialmente oculto por la brutal tormenta, de hecho era apenas visible, pero estaba relativamente cerca de ellos ahora.

Los chicos miran hacia arriba y si, aunque hubieran querido explicarle a Serena lo que estaban observando no hubieran podido, ¿Cómo describirlo siquiera? Era como un cristal azul gigante, rodeado de otros cristales relativamente más pequeños, puesto que el principal medía aproximadamente lo mismo que un edificio. Seguro apenas había aparecido, era difícil que algo tan inmenso haya pasado desapercibido, aunque la tormenta hacia que la magnífica estructura se viera oculta por las nubes negras y el viento helado.

Mientras los chicos se rascan la cabeza, incapaces de entender lo que esa estructura representa, Dawn abre los ojos lentamente, le duele bastante la cabeza. No recuerda mucho lo que ocurrió, sólo que Zoey y Candice comenzaron a discutir, por razones absolutamente desconocidas para ella. Su confusión sólo aumenta más al verse así misma encadenada de manos y pies, rodeada de heladas paredes cristalinas. "¿D-dónde estoy!? ¿Z-Zoey? ¿Candice?"

Pronto, un montón de chicas son empujadas al recinto donde ella está apresada. Todas encadenadas como ella. Las mujeres chillaban mientras son obligadas a sentarse y mantenerse quietas, por orden de las dos bestias que las habían capturado, Björn y Lapin. Los ojos de Dawn se llenan de terror al ver a dos aquellas bestias, ¿Cómo es que llego aquí? ´¿Con que razón?

Lapin mira a las chicas, sonriendo con crueldad, sus incisivos largos asomándose por sus labios. "¡Silencio todas! ¡La gélida Skadi está por darles maravillosas noticias!" Exclama, en su voz aguada y estridente.

La bestia que había atacado a Zoey hace tan poco tiempo, hace acto de presencia. Moviendo su voluptuoso cuerpo con orgullo digno de la más grande exhibicionista. Las bestias presentes aplauden, ¿Cómo no maravillarse ante una de las preciosuras salvajes de mayor rango? De hecho, se decía que era una de las más cercanas a la reina, un ser que tenía de propósito directo el cumplir con todos sus caprichos, por ello tenía a tantas bajo su comando, no se puede cumplir con las ordenes de su majestad sin la ayuda adecuada. Entre sus afiladas garras, sostenía una pequeña varita mágica, con un cristal helado que giraba en la punta.

"¡Cambien esas caras tristes a preciosas sonrisas, niñas mías!" Habla Skadi, extendiendo sus brazos hacia los lados. "Han sido seleccionadas para ser perfeccionadas, muy pronto serán la mejor versión de ustedes mismas. Ustedes emergerán del capullito, convertidas en hermosas y simplemente divinas: ¡BESTIAS!" Proclama, causando pánico en la multitud de chicas. "Es una ceremonia de la más alta clase, así que hay que alistarlas como es debido. Mis bestias, o más bien, sus futuras compañeras, ayudarán con el proceso, bienvenidas a Menagerie."

Los ojos de Dawn se hacen como platos, ¿Enserio que sería transformada en una de esas criaturas espantosas y ruines? ¡No puede ser! ¿Cómo? ¿Cuánto tiempo le queda siquiera para planear un escape? Recuerda su encuentro con la reina de estas degeneradas, y como esta le dijo que ese destino, el de pertenecer a ellas, ya estaba decidido. El pánico, la mera idea de lucir como ellas, de que su mente se retorciera a tal punto que encontrara ese inhumano aspecto físico como el todo de la belleza la llena del pavor más grande…y paraliza su pensar.