¡Hola chicos! ¡Gracias por seguirme leyendo! Les traigo este capítulo recién sacado de un horno a mil grados de maldad para quitarle el frío a la AIP (?) Espero les guste el capítulo, que es bastante más largo de lo normal, ¡Y no se olviden de comentar! Ya sean halagos, dudas, sugerencias, especulaciones y mentadas de madre, todo es válido.

Disfruten!

Capítulo 29: Criogénico

Los inclementes vientos, que se hacían cada vez más helados, golpeaban sin misericordia al par de entrenadores que se encontraban frenéticos, intentando salvar la vida de su compañero. Clemont evalúa el estado de la herida, no solo es el sangrado que es difícil de contener, sino el riesgo que esa herida se infecte ¡Sólo Dios sabe qué clase de bacterias tengan las bestias en sus garras! Serena hacía presión tan fuerte como podía, el vendaje que usaba cubierto en sangre que manchaba sus dedos que además ya se sentían difíciles de mover por el frío, también había metido al leal Pokémon inicial de Ash dentro de su abrigo, el pobre estaba herido y moriría de frío sino se le protegía. Ya la temperatura había decaído tanto que los tres tenían heridas en los labios, que eran extremadamente incómodas y dolían bastante. Al menos la Braixen de Serena les proveía algo de calor con la varita que siempre cargaba.

Serena se dirige al rubio y lo mira con una angustia inmensa "¿Y bien Clemont? …Co-cómo vamos a salvar a Ash?" Le dice, tartamudeando, a estas alturas era imposible discernir si eso era por el frío o por la ansiedad.

Clemont suelta un suspiro y niega con la cabeza. "La herida no va a dejar de sangrar nunca, no sin ayuda hospitalaria, pero en este momento no hay ninguna posibilidad de llevarlo a ningún lado. C-creo que la única o-opción que queda es cauterizarla nosotros."

"¿¡Y que estamos esperando!?" Replica Serena de inmediato exaltándose.

"Bueno, es una urgencia…pero le va a doler a Ash y a nosotros en el alma, tenemos que calentar un pedazo de metal y colocarlo en la herida, será excruciante y le va a quedar una marca horrible por el daño que le haremos, pero al menos ganaremos tiempo."

Serena duda un momento, no quiere causarle más dolor al azabache. ¿Pero queda otra opción? Clemont sabe muchas cosas y si él dice que es la única salida, pues es lo que debe hacerse, por más terrible que suene. "¡Hay que hacerlo ya entonces…!" Responde, mientras Clemont se levanta y va hacia su mochila, sacudiendo la nieve formada sobre ella, sacando una placa de metal no tan grande, así como un par de pinzas para sostenerlo, se sentía como un herrero en estos momentos.

"Esta está limpia al menos, no podemos usar las que están por aquí, lo vamos a matar de un choque séptico." Comenta, dirigiéndose hacia Serena. "Ahora…umm dile a tu Braixen que ponga el metal al rojo vivo."

Serena traga saliva ¿Al rojo vivo? Es probable que Ash tenga un umbral del dolor, bastante alto ¿Pero un metal hirviendo contra una herida abierta? Era como lo que habían hecho a las garras de Onca para buscarle información, sólo que ahora lo harían con una persona tan especial para ella. "Braixen, ya…ya lo oíste." Ordena, su voz temblando, aun realizando hemostasia a la herida de Ash, ella habría amado tanto que con eso bastara para que el sangrado se detuviera.

La pokémon asiente con la cabeza, y coloca su varita llameante bajo la placa de metal, la cual pronto empieza a calentarse. Clemont tenía guantes de protección bastante buenos así que quemarse no era preocupación para él, pero le dolía en el alma hacer esto al pobre de Ash. Esto era un método arcaico para evitar sangrado, cuando la maravillosa tecnología de hoy en día no existía. Para un hombre de ciencia como el, hacerle esto a un querido amigo era barbárico y primitivo.

El momento tan temido llega, la placa de metal ardiendo. A Clemont y Serena se les detiene el corazón por un instante al ver el color rojo brillante de aquella placa que estaba lista para cauterizar esa hemorragia tan terrible. El rubio mueve la placa con cuidado pero rápidamente, sabe que con la temperatura actual del medio, el metal va a perder calor muy rápidamente. "Serena, no quites la venda, sino lo vamos a lastimar aún más."

La chica asiente con la cabeza y cierra los ojos. Y pronto se escucha un terrible sonido, no del metal contra la herida de Ash, sino de sus propios gritos, el dolor producto del intento rudimentario de salvarle la vida era algo imposible de describir, a él le han pasado miles de cosas, había sufrido muchas heridas, gran parte de ellas realizadas directamente por Pokémon peligrosos, pero esto tenía que ser lo más doloroso que había experimentado en su vida.

"¿¡PE-PERO QUE MIERDA ESTÁN HACIENDO!?" Eso es lo único que Ash logra decir antes de volver a sus gritos agónicos, que parten el corazón de sus compañeros, quienes intentan calmarlo, particularmente Serena.

"¡Tranquilo…tranquilo….! Ya…ya vamos a acabar, ¡N-no te muevas!" Le dice, sujetándolo con fuerza del brazo, para que no lo vayan a quemar en otra parte. "Es por tu bien Ash, créenos." Le dice la chica, pero sus dulces y ansiosas palabras difícilmente son escuchadas por los gritos que pega Ash. ¿Esto es ayuda? El ni siquiera recordaba con claridad que estaba desangrándose en medio de la calle nevada.

Esa agonía dura tan solo unos segundos, pero eso se sintió como una terrible eternidad que fue suficiente para dejarlo casi paralizado, del terrible dolor. Serena sacude su guante un poco y coloca su mano en la cabeza de Ash. "Ya…ya pasó….tranquilo." Le susurra en la voz más tranquila que puede sacar, aunque esos alaridos casi la matan de un susto.

"Ahorita deberíamos ponerle alcohol a la herida, pero no traje ni una gota, esperemos que nada malo pase en lo que vamos a buscar ayuda para él." Explica el chico, dejando a un lado el metal caliente, el rubio recuerda nuevamente el contexto en el que están y deshace su plan. "No creo que podamos conseguir ayuda. Llegar a la AIP nos tomará horas, y debemos resolver eso…." Comenta, señalando a aquel cristal lleno de insidiosas fieras demoniacas.

"¿P-pero entonces que vamos a hacer? ¡No podemos dejarlo así!... ¿P-puedes comunicarte con alguien? ¡Debe haber alguien!" Exclama la chica, roja de los nervios.

Clemont, ve dispositivo equipado en su reloj. Lo usaba para comunicación instantánea, pero ¿Para qué revisarlo siquiera? No había señal, él lo sabía, ya que le habrían llegado millones de mensajes de la AIP a estas alturas. "No hay ni una pizca de señal aquí, no hay forma de comunicarnos."

"Podríamos ir a la AIP, y usar el amuleto que…podría llevarnos al cristal allá para intentar frenar a Menagerie." Sugiere Serena, se le hacía un plan sólido pero la afirmación de Clemont lo refuta de inmediato.

"Para cuando lleguemos…probablemente ya estemos todos muertos por el frío, apenas y podemos movernos, pronto empezaremos a entrar en hipotermia. "Uno de nosotros podría llevarse a Ash y el otro ir por las bestias, pero es una movida suicida. Para ambas partes."

El azabache había estado escuchando la conversación, realmente estaba adolorido, casi inmovilizado por tremendo tratamiento. Pero él no era de ser una carga, él era una persona que poco le importaba su situación personal en una emergencia. Así que interrumpe la conversación.

"Vamos por las bestias." Dice intentando levantarse, pero sus esfuerzos son en vano, sólo queda tendido de nuevo en la nieve, su caída suavizada por Serena que aún lo vigilaba, y quien lo mira con furia e indignación.

"¡Ash no…no seas tonto! ¡No puedes ni caminar y quieres ir ahí a enfrentarte a ellas!? ¡Necesitas ayuda y ya!" Le dice, casi a gritos, Clemont está igual de escandalizado con tal propuesta.

"Por favor, no hay manera en que puedas pelear ahora, Pikachu ni siquiera puede combatir." Le dice cruzado de brazos

"Tengo otros Pokémon, s-solo necesito unos minutos, para recobrar fuerzas y podré ir a pelear." Comenta, intentando ponerse de pie, solo para ser detenido a la brevedad por la castaña.

"¡ESO NO IMPORTA!" Exclama el rubio, perdiendo la paciencia, y eso que tenía de sobra. "No vas a ir y punto."

Ash suspira, volteando a ver a su Pikachu y los rostros enojados de sus compañeros. "Entonces déjenme atrás. Detenerlas es más importante." No será una carga, sino puede ayudar, no va a estorbarles.

Serena niega con la cabeza. "¡SABES BIEN QUE NO PIENSO DEJARTE! ¡NO IRÁS PERO TAMPOCO TE ABANDONAREMOS!" Le dice, abrazándolo con delicadeza, sus lágrimas cayendo sobre el chico.

Clemont iba a decir algo más pero es interrumpido por una voz familiar. Voltea y se sorprende al ver a Paul ahí, bueno no le impresiona que el ande por ahí sobreviviendo en este clima, más le asombra que haya logrado encontrarlos.

"Tienen mal sus prioridades." Comenta Paul, con su expresión frívola de siempre. "Ash tiene razón, las bestias son prioridad ¿Saben la cantidad de gente que está muriendo? Hay que detener a esas putas y ya." Dice, casualmente caminando hacia ellos.

"¿¡Y que propones entonces!?" Exclama Serena, demasiado exacerbada por la situación.

"Tenemos de dos opciones. Ir los tres y dejar a Ash aquí, o que uno de ustedes, porque obviamente yo iré a destrozar bestias, se quede con él." Sugiere y tras una breve una pausa agrega. "Y no podemos ir a la AIP, mi Aggron destruyó bastante con su terremoto porque nos enfrentamos a una bestia estúpida" Dice, alzando el cuerno de Obvibos como trofeo. "Eso sin mencionar que ustedes dejaron hecho mierda mi vehículo, muchas gracias por eso." Comenta con acidez.

Clemont traga saliva. "Pero…aun funcionaba…. ¿No?" El rubio voltea hacia donde se habían estacionado y por supuesto que un trozo enorme de hielo se había caído sobre el dañado automóvil, aplastándolo.

"A estas alturas eso no importa, además quiero encontrar a la puta malparida de Zoey, para romperle la cara de nuevo, por no ayudarme contra la bestia. " Dice, ahora su voz llena de una furia muy intensa. " En fin, supongo que si hablaban de matar bestias ya tienen algo para ir por ellas ¿no?, dénmelo y decidan pronto quien irá conmigo... no más bien, Clemont ven conmigo, Serena seguro va a estar pensando en Ash todo el tiempo y será una inútil todo el camino."

Serena se indigna mucho ante ese comentario. Pero las palabras no le salen ¿No tenía el razón? ¿No era ella más que una tonta que pensaba en ese chico todo el tiempo? Incluso ahorita él ocupaba sus pensamientos. ¡NO!, ya era suficiente de que hablaran así de ella, así que con una expresión de seriedad mira al frío Paul. "Iré contigo, yo no sé manejar estas heridas, Clemont…. podrá ayudar a Ash mejor que yo, él se las ingeniará."

Ambos chicos la miran sorprendidos, Clemont sonríe al sentir determinación en las palabras de Serena. Paul esta impresionado de nuevo con esa actitud que escondía la chica detrás de su locura por el idiota ese.

"¿Y tus pokémon son fuertes? Porque aunque quieras pelear, con Pokémon débiles no harás nada." Pregunta, mirando a Serena con esa misma seriedad.

Serena se levanta con dignidad palpable, su cabeza bien en alto, le dolía en el alma haber dicho que era incapaz de cuidar de Ash ¿Pero para qué mentir?… Ella al menos sería útil en el campo de batalla, Clemont tenía más posibilidades de salvarle la vida al azabache. "Quizás no sean los más poderosos ¡Pero eso no importa! Puedo tomar los de Ash y usarlos a la perfección. ¿Algún otro problema?" Pregunta, mirándolo fijamente.

Paul suelta una minúscula sonrisa, difícil de leer. "Supongo que no los hay, sólo no te pongas histérica como la pelirroja asquerosa aquella." Comenta el chico, volteando su mirada hacia el cristal, no sabía si anhelaba más ver esa cosa despedazarse, ver la sangre de Menagerie correr por sus pies o patear a Zoey hasta matarla.

"Entonces está decidido" Dice Clemont, mientras Serena le pasa a Pikachu para que lo abrigue. Para que ella pudiera tomar las pokébolas del azabache.

Ash está devastado, no sólo fisca pero emocionalmente también. ¿Enserio no hay nada que pueda hacer? ¿Nada? Bueno al menos sus Pokémon ayudarán, pero el no. Deseaba tanto derrotar a esas malvadas que tanto sufrimiento estaban causando ¡No podían ser perdonadas! ¡Ni una de ellas! Pero en este estado, sólo está a un paso de ser un cadáver. Pero piensa un momento, aún hay algo que puede hacer, es mínimo, casi inútil y risible, pero debe hacerlo. Cuando Serena toma la última de sus Pokébolas, él se gira hacia ella muy ligeramente, apretando los dientes del dolor, solo para decirle.

"Lo van a lograr, sé que lo harán y….cuídate muchísimo Serena, pro-prometo estar bien, no te preocupes por mí. "Le dice, con las pocas fuerzas que le quedan.

La castaña lo mira con lágrimas en los ojos, está por llorar. Si habla, la cascada enorme de sentimientos brotará, tanto que decirle, tanto amor que reiterarle. Pero está consciente que debe ponerse seria en este momento. Sonríe un poco, una sonrisa que temblaba y asiente, ojalá sus plegarias fueran escuchadas y esta no fuera la última vez que se vieran.

Clemont entrega el amuleto de la rosa dorada a Paul, explicándole brevemente que al agitarlo brevemente este abre un portal, los que usaban las bestias para ir y venir de un lado a otro. "No quedan dudas que son unas cobardes. Esperemos esta cosa no nos lleve a otro lugar que no sea la estúpida cosa flotante esa. Vámonos ya Serena." Comenta sacudiendo el amuleto y formando otro portal de magia negra. El no muestra reacción alguna ante su aparición, sólo gira hacia la chica que ya estaba junto a él y ambos pronto desaparecen al pasar por ahí.

Mientras tanto, Dawn y su escape no están saliendo nada bien, incluso si las repugnantes bestias parecen estar ocupadas preparando su dichoso ritual del circulo de las estrellas y por ende no había sido encontrada por ninguna de ellas, este lugar es imposible de navegar. Es un absoluto y completo laberinto, puertas sin salida por todos lados.

Baja unas escaleras a lado de su Thyphlosion. Y ve unas ventanas por las que entra una corriente de frío terrible que casi la deja convertida en un bloque helado al instante, y más con el absurdo atuendo ceremonial que trae encima, que no da protección térmica y que hace que se le vea todo; quizá las llamas de su Pokémon la ayudaron a no morir congelada al instante. Aun así la ventisca no fue la única amenaza ahí en aquella aparente salida, ya que Dawn logra ver una figura humanoide, no tan cerca, pero era obvio que era una puta bestia: Una centinela que seguro la detectaría si daba un paso más. La chica con todo el temor del mudo se da la vuelta y comienza a subir las escaleras de lado, para evitar que la bestia que vigilaba afuera y alguna que pudiera estar adentro la tomaran por sorpresa.

Respira tan quedito como puede, igual su Pokémon está en modo sigilo. Al menos en la escuela había lugares donde había relativa confianza de esconderse, pero aquí no sabía en qué maldito momento iba a salirle una psicópata. Continúa avanzando por los corredores, de verdad que es retorcido lo que las bestias consideran como arquitectura y decoración. Muchas estatuas perturbadoras, que parecen tan vivas que siente que le suplican que las libere, lo que le pone la piel de gallina. Y todo atascado de rosas, le revuelve el estómago ya ver esa planta.

Se asoma a otra puerta, completa obscuridad. Sigue caminando con terror por los desconocidos corredores de este lugar, que aunque brilla con glamour, es más aterrador que una mansión maldita. El silencio tan intenso comienza a poner paranoica a Dawn, siente que hasta los latidos de su corazón harán que la descubran, y entre más piensa en ello, más es traicionada por su cuerpo. Otra puerta más, otra decepción. Ella busca luz, desesperadamente, algo que la haga regresar a salvo a la AIP. Se engaña, lo sabe, difícilmente sabe que encontrará tal cosa, de existir tal cosa, las bestias ya abrían invadido la AIP y los hubieran aniquilado a todos ¡Era así de sencillo!

Justo al final del corredor ve una puerta más decorada que las demás, es decir que se veía aún más perturbadora, tomando en cuenta el estilo predilecto de decoración de Menagerie. Dawn con mucho sigilo abre la puerta y pronto ve que está totalmente iluminada. ¿Habrá bestias atrás? ¿O acaso encontró sus más íntimos tesoros que podría usar en su contra?

Nada de eso, para decepción absoluta de Dawn el cuarto estaba repleto de los estúpidos accesorios que esas inmundas adoraban usar. "¡Sentido de la moda más repugnante!" Piensa la peli azul, acercándose para ver si acaso no hay algo útil aquí. "Ay Thyphlosion..., pura basura hay aquí…creo que jamás vamos a encontrar la salida." Su pokémon voltea hacia ella, mirándola con una expresión especial, pidiéndole que no se rindiera.

Dawn suspira, más desanimada que nunca, pero pronto se queda pensando. "¿Sería acaso posible…?"

La chica, empieza a mover las cosas de las bestias, con repelús y genuino asco, pero debe dejar eso de lado si es que quiere ejecutar su plan. Pronto encuentra algo que podría servirle. Un tocado hecho de pelaje, tiene la forma de la cabeza de una criatura vulpina, de ponérselo taparía la mitad de su rostro. El tocado era extraño en el hecho de que de atrás salían dos largos mantos que terminaban en garras que si parecían filosas. No sabía muy bien porque criaturas que ya tienen uñas tan peligrosas necesitarían algo así. ¿Quizá algunas necesitaban hacer un daño extra?

Muy reacia, Dawn coloca el tocado en su cabeza y pone sus manos dentro de aquellas garras peludas. "¡Qué horror!" Exclama, pronto silenciándose, por temor a ser escuchada. "Al menos es calientito y veo bien." Piensa, sintiéndose genuinamente mal, pero continua buscando más accesorios. Trata de poner en su mente el cómo se ve una bestia promedio en relación a su apariencia, bueno aparte de que son monstruosas, van vestidas de formas muy peculiares; encuentra una especie de chal blanco largo, adornado con un moño que poseía la rosa dorada en el medio. Por atrás el chal estaba cubierto en su totalidad de pelaje, lo que Dawn agradecía mucho, con esto puesto el frío había disminuido considerablemente.

Encuentra un cinturón de tela, que tenía un adorno de peluche largo, que honestamente parecía una cola. Dawn sabe que el accesorio va en la parte de enfrente, pero le da la vuelta para que debajo del chal parezca que tiene tal apéndice. Tristemente no encuentra zapatos, claro esas infelices nunca usaban tal cosa, pero si encuentra algo similar a calentadores para las piernas, decorados con gemas azules. "Mis pies van a quedar azules, pero ya ni modo, esto es lo único útil que hay." Dice, tomando brazaletes dorados preciosas joyas azules y colocándolos en sus brazos. No quiere encontrarse a ninguna bestia en realidad, sólo quiere que si alguna la llegue a ver de lejos, ni caso le haga, al verse a la distancia como una.

"¿Me veo horrible verdad?" Dawn suspira, mirando a su Pokémon con una sonrisa incómoda, quien sólo ladea su cabeza. Esto es tan cruelmente irónico, lo que menos quiere en la vida es ser una bestia y ahora parece una, al menos es solo un disfraz y nada más. La peli azul sale fugazmente de la puerta, cerrándola, agradeciendo no ver a ninguna bestia.

Camina con mucho cuidado, al menos ya no está congelándose y puede asomarse por las puertas de otros corredores con mucha más confianza, pero se da cuenta que cada vez que se acerca a una ventana ve otra bestia emplumada custodiándola. Además, si las derrota ¿Cómo piensa escapar? Esos vientos serían demasiado para Togekiss, y asume que están a una altura enorme, entonces eso va a acabar en una tragedia horrenda para ella y sus Pokémon.

Prosigue con su camino en la dirección opuesta ¿Cómo demonios se sale de aquí? ¿Habrá salida siquiera? No quiere caer en la desesperanza, pero es difícil no hacerlo. Si alguien estuviera aquí para auxiliarla esto sería menos tortuoso, incluso después de viajar sola tanto tiempo necesitaba ese apoyo emocional, a veces en formas extremas. Piensa en Ash, piensa en Zoey, en Paul y hasta en Kenny. "Cualquiera de ellos ya me habría sacado de aquí, Ash con fuerza bruta, Zoey y Paul con planes extremadamente calculados y eficientes y…. bueno quizás Kenny no sería de mucha ayuda." Se dice así misma, soltando una leve risita.

Justo baja unas escaleras que parecían infinitas, con cuidado no resbalarse. Y pronto empieza a escuchar una enorme conmoción que casi le causa un infarto.

Thyphlosion muy contra las órdenes de Dawn, se adelanta a ver, temiendo por la seguridad de su entrenadora. Dawn traga saliva, y sólo se asoma muy ligeramente, esperando que nada le pase a su Pokémon. Sin embargo, muy para su placer la conmoción estaba siendo causada por voces que reconocía bien, aunque no quería revelarse del todo ¿Qué tal si todo salía mal?

"¡Aggron, usa garra de metal!" Ordena Paul, a su Pokémon, quien azota a una bestia centinela contra la pared cristalina, una arpía cubierta en plumas blancas y densas, claramente hechas para sobrevivir en climas fríos, como la que había encontrado Serena ese mismo día, incluso alrededor de las patas de ave grisáceas, que tenía en lugar de piernas, poseía más plumas que le otorgaban calor adicional. La bestia sin embargo es extremadamente feroz, pronto arrojándose sobre Paul como un ave de presa, pero Serena pronto interviene, no con su Braixen ya que la había dejado atrás para que su magia ígnea mantuviera fuera de peligro a Clemont y Ash, sino con el Lycanroc de Ash.

"¡Vamos, accelroca y luego mordisco!" Exclama Serena, apuntando a aquella bestia emplumada, el pokemon arrojándose como un proyectil, mordiendo lo primero que tiene al alcance, las alas de la bestia, jalándolas sin piedad.

"¡Estúpidos! ¿¡Cómo es que llegaron aquí!?" Comenta la bestial amenaza, sin poder creer como dos humanos aparecieron justo detrás de ella solo para atacarla salvajemente. ¡Pensaba que la señorita Bjorn se había que encargado de eso! ¿La habían derrotado acaso? ¡Imposible! Y sus ojos se hacen como platos al ver que uno de los humanos, el apestoso macho de la especie, llevaba consigo el cuerno de la orgullosa Señorita Obvibos. ¡QUE FALTA MÁS GRANDE DE RESPETO! ¡No lo perdonaría!

Sin poder sacarse al Pokémon de encima, la bestia intenta volar pero es muy en vano, ya que Lycanroc pronto la jala hacia abajo, haciéndola golpearse contra el suelo. Paul mira muy complacido la escena, y ordena a Aggron simplemente aplastar la otra ala con su pata terriblemente pesada, inmediatamente fracturando sus huesos delgados y huecos diseñados para el vuelo. Tan pronto como el otro pokemon deja de morderla, Aggron hace lo mismo con la otra pata. No es necesario mencionar los gritos tan terribles que pegó la bestia, graznidos realmente fuertes, que sin dudas alertarían a las demás más temprano que tarde.

"¡Nos van a descubrir Paul!" Serena se tapa los oídos ante tal sonido, pero el chico suelta una sonrisa cruel.

"Siempre he querido hacerles esto a las arpías." Paul arrastra a la pobre bestia del cuello, asfixiándola para que no gritara más, hasta llegar al balcón donde ella hacia guardia. La levanta del cuello con ambas manos y en un parpadeo Paul la arroja desde lo alto de la estructura. Observa satisfecho como esta se precipita, le habría gustado ver el impacto pero esas estúpidas nubes bloquean su visibilidad, en fin ¿Qué más da? "Listo, seguro sus amigas centinelas ven su cadáver desde abajo, pero ya nos habremos ido para cuando ellas lleguen."

Serena estaba en estado shock absoluto por la frialdad en que Paul se había deshecho de la bestia, sin dudas el chico tenía pura crueldad reservada para ellas, en muchos sentidos se lo merecían ¿Pero no podían terminar las cosas de forma menos retorcida? Recuerda pronto lo del interrogatorio, y su combate contra Bjorn y de inmediato, toda su crítica a Paul se hace pedazos, no tiene nada que andar hablando de él. Pero sale pronto de su sorpresa cuando el chico le indica que deben continuar.

El Thyphlosion de Dawn llega hacia ellos, en posición feroz, pero se relaja al ver que humanos conocidos son los que estaban causando el escándalo. No guarda las llamas que brotan de su espalda, porque hay que seguir a la defensiva en estos momentos críticos.

Serena arquea una ceja. "Un Thyphlosion? ¿Qué hace por aquí…?" La chica vuelve a su estado de asombro. "¡E-es el de Dawn!" Exclama, obteniendo una afirmativa del Pokémon.

"Ah, si…ya se me hacía algo familiar, tiene rato que no veo a sus Pokémon." Comenta, caminando hacia adelante. "Al parecer la loca no mentía, las bestias si habían secuestrado a Dawn. Ella debe estar cerca, y Zoey también, Dawn tiene un efecto magnético en esa tipa." Paul se ve particularmente disgustado al decir eso, lo que intriga bastante a Serena, quien sabe que no es momento de indagar al respecto.

Dawn al oírlos cada vez más de cerca, se muestra ante ellos, casi brincando de alegría ¡Al fin llegaron a salvarla! La llegada de Paul es una excelente noticia...aunque no estaba tan segura respecto a Serena ¿Qué hace con él?. "¡Chicos!" Exclama, pero sólo Thyphlosion está feliz de verla, porque su salida repentina pone en alerta a Paul y Serena.

"¡Dios, justo nos deshicimos de una y en menos de un minuto sale otra!" Exclama Paul. "Bueno Aggron, es hora de destrozar a esta." Comenta con frialdad, ni se molesta en ver con detenimiento a la bestia, prefiere destruirla y preguntar después.

"¡Vamos Lycanroc atácala con mordisco!" Ordena Serena, muy exaltada como para fijarse quien era en realidad esa figura que ya asumían era una amenaza.

Obviamente Thyphlosion no iba a dejar que atacaran a Dawn así que utilizando lanza llamas golpea a ambos Pokémon, haciendo que estos frenen sus ataques, al instante, viéndolo con cara de ¿Pero qué demonios te pasa? Paul y Serena se quedan igual de confundidos que los pokémon que comandaban.

La peli azul estaba helada, vio su vida pasar frente a sus ojos, momentos grandiosos, locos y otros llenos de dolor y arrepentimiento. Casi muere del susto, y de todas formas iba a morir seguro del impacto de Aggron. Pronto vuelve en sí, después que un escalofrío recorriera de abajo hacia arriba por todo su cuerpo. "¿¡Pero qué les pasa idiotas!? ¡Soy yo! ¡Dawn!" Exclama quitándose el tocado de la cabeza.

Los ojos de Serena se abren como platos, estuvieron a punto de hacer un acto totalmente horripilante. "¡Dawn, oh Dios, casi…! ¡Discúlpanos no-no te reconocimos! "La chica iba a dar un paso hacia adelante pero Paul la detiene, bloqueándole el camino con su brazo.

"No seas ingenua Serena, no podemos confiar en ella. ¿Qué tal si puso a este pokémon bajo algún hechizo? Es raro que justo aparezca Dawn, tan de la nada y claro vestida de esa manera. Sabía que las bestias eran idiotas pero no puedo creer que piensen que caeríamos en esta basura de trampa. Ella no es Dawn, encárgate del Thyphlosion y yo de la bestia esta." Comenta señalando a Dawn y ordenando a su aggron que le dé con cabeza hierro.

La chica pone sus manos en alto "¡Paul eres un imbécil, soy Dawn! ¡Y puedo demostrarlo, tan sólo déjame hablar!" Exclama, cerrando los ojos. Conoce bien al chico, sabe que el golpea y pregunta después. Morir de esta forma, siendo confundida por una insidiosa bestia sería lo más espantoso que podría pasarle.

Serena voltea hacia el chico. "¡Detente Paul! Creo que dice la verdad, además si…si dice que puede demostrarlo, que lo haga ¿No?" La voz de la chica es rápida, no quiere ni siquiera ponderar la idea de que cometerían un asesinato sólo por una confusión. Quizá el chico tenía razón y esto era una trampa, pero de ser el caso no quedaba más que hacer el trabajo de siempre.

Paul tuerce los ojos "Ugg está bien, Aggron deja que bestia hable, pero sujétala. Serena verás que tengo razón, deberías aprender a no ser tan ingenua, quizá hoy se te quede eso en la cabeza." Dice el chico, cruzado de brazos. Serena le dirige una mirada de enojo pero no dice nada, por el momento.

Dawn en lugar de ser embestida por Aggron es levantada fácilmente por la tremenda fuerza del pokemon y pronto se haya así misma prisionera una vez más, esta vez de sus propios camaradas. Thyphlosion la ve con ansiedad, estaba por lanzarse a su rescate pero el Lycanroc le evitaba el avance, Serena muy reaciamente le había ordenado eso.

El frío chico mira a quien creía ser no más que una inmunda fiera con desdén. " Y bueno, ¿Cómo piensas convencerme de que eres Dawn?"

La solución a la pregunta de Paul es bastante simple, la bestia no tenía más que decir información que sólo Dawn sabría y es por ello que Serena traga saliva y mira a Paul con creciente ansiedad, ella no conoce bien a Dawn, son compañeras de trabajo pero estas últimas semanas apenas y se hablaban ¡Era como una extraña! La chica camina lentamente hacia la apresada y le pregunta algunos datos biográficos muy básicos, realmente lo poco que sabía de la chica que podía confirmar en el momento.

Dawn con toda seguridad responde. "Vengo de Pueblo Hojas gemelas, nací el 10 de noviembre, tengo 22 años y me he dedicado a la coordinación Pokémon hasta hace seis meses que fue cuando me uní a la AIP." La chica los mira expectantes, sabe bien que eso no será suficiente, al menos para convencer a Paul.

Paul levanta una ceja. "Vaya, al menos te sabes lo básico, eso hace tu estúpido engaño un poco más microscópicamente creíble." El chico se dirige hacia Serena. "Pensé que sabrías más de Dawn, creí que eran cercanas. ¡Y aquí es justo donde la maldita pelirroja esa sería de utilidad alguna! ¡Esa se sabe todo de Dawn! Quizá interrogarla es una pérdida de tiempo." Comenta, la realidad es que si creía que pudiera ser Dawn, pero había tanto en juego. Si acababa con la vida de la miserable y resultaba ser Dawn pues sería algo de lo que genuinamente se arrepentiría, una total tragedia. ¿Pero arriesgarse a que una bestia los aniquile a él y a Serena? Si la Dawn real seguía en peligro no habría forma de salvarla y bueno Zoey...ella que se joda. El punto es que sin ellos ahí no hay nadie más que pueda intentar detener a Menagerie y por ende está muy dispuesto a correr el riesgo.

"¡No seas tan apresurado!¿¡Quieres correr el riesgo de matar a Dawn!?" Le grita Serena, tomando por sorpresa al joven quien le sostiene la mirada.

"¿Y tu quieres arriesgarte a que una bestia mentirosa nos mate? Recuerda en que situación estamos, no deberíamos…." Paul es bruscamente interrumpido por la bestia.

"¡No te hagas el tonto Paul, sabes que ni siquiera necesitas preguntarme. ¡Cambiemos un poco las cosas! ¿Qué tal que yo suelto algunas cosas tuyas aquí frente a Serena?" Exclama, ofendida por ser llamada de esa manera, y más por el chico. Sabía que Paul era desconfiado a morir, pero esta era demasiado, al menos a su parecer.

La actitud de Paul hace un cambio de 180°, poniéndose totalmente a la defensiva, el color lentamente desapareciendo de su piel, aunque su rostro permanecía igual de inexpresivo, el joven sentía su corazón palpitar con fuerza. "¿Qué esperas?" Le pregunta, con menos desdén en su voz.

Dawn pasa a mirarlo con una cara muy difícil de leer "Decir que fuimos novios es nada. ¿Recuerdas que te besé por primera vez durante aquel eclipse solar? ¿Acaso todavía tienes en la cabeza todos los regalos que te daba? ¿¡Recuerdas cuando me colgaba de tu brazo!? ¿¡RECUERDAS CUANDO LO HICIMOS!? ¡Y ESPERO TE ACUERDES MUY BIEN DE CUANDO ME ABANDONASTE! ¿RECUERDAS LO QUE ME DIJISTE? ¡YA ME ABURRÍ DE TI, BYE!" Exclama la peli azul, absolutamente furiosa, lagrimas deslizándose por su rostro. Ella habría deseado no traer esas dolorosas memorias a su mente, había jurado salir adelante y ser una mujer libre de tales grilletes emocionales. Pero ahora todo estaba de vuelta y salió de sus labios cual cascada violenta.

Un silencio absoluto, Paul solo mira hacia un lado por algunos segundos, es imposible descifrar lo que está pensando. "Aggron suéltala." El chico dice, como si no hubiera pasado nada.

Una vez libre Dawn seca sus lágrimas y ni siquiera mira al chico, quien tampoco la mira cuando pasa junto a ella. "¿Te quedan dudas?" Le pregunta, la hostilidad aun palpable en su voz.

"Ninguna." Responde el joven muy a secas. "Ahora sigamos, con el griterío que armamos seguro ahorita viene una manada de bestias. Espero al menos tu disfraz sea útil para confundirlas, incluso si es por algunos segundos."

La peli azul suspira, realmente no espera que Paul se disculpe por casi matarla, no aquí frente a Serena. Es demasiado orgulloso para eso, y él lo vería como debilidad absoluta de su parte y sobre todo, una enorme pérdida de tiempo. Por ello, no valía la pena hablar del asunto ahora, eso ya la discutiría con él en el edificio de la AIP. Claro, eso suponiendo que salgan vivos de esta prisión cristalina.

Serena estaba tapándose la boca con ambas manos. ¿Para qué sorprenderse? ¿Para qué hacer preguntas o comentarios al respecto? Paul no tuvo forma de siquiera refutar lo que Dawn había dicho, todo eso debía ser pura y concentrada verdad. Ese enojo en el rostro de la peli azul era tan sincero, tan notable que se sentía en el aire. El tren de pensamientos de la castaña es interrumpido por Dawn.

"No sé ni cómo agradecerte Serena, te debo una muy grande." Le dice sonriendo ligeramente, aun enojada y asustada por lo ocurrido. Estaba genuinamente agradecida, sólo que sus emociones eran tan intensas que le era difícil expresar su gratitud en estos momentos. Algo era cierto, había subestimado el valor de Serena.

La castaña le devuelve la sonrisa y antes de que ambas jóvenes y sus Pokémon sigan al frío Paul le dice: "Ni lo menciones, me alegra mucho verte a salvo Dawn."

En lo más profundo, en aquella habitación cósmica dentro de la estructura de cristal, donde la reina Macherie se encontraba sentada gloriosamente en su trono; el duelo entre Skadi, bruja del invierno y Zoey empieza. El Gallade de la pelirroja se dirige de inmediato a golpear a Skadi con psicocorte pero Skadi no tiene problemas en esquivar tal ataque, pero no toma una actitud totalmente ofensiva, en su lugar intenta atrapar al Pokemon en un bloque de hielo. Zoey no duda en usar a otro dos pokémon de inmediato, su Mismagius y su Glameow.

Macherie se ríe bastante, para ella esto sería entretenimiento del bueno."¡Qué desesperada estás! Mira que usar a tanta repugnante criatura..." Comenta, sus ojos siguiendo a la pelirroja sin descanso.

Zoey mira a la Reina bestia con desdén y ordena a sus pokémon que con garra y bola de sombras destruyan el bloque. Evitando que Gallade sea congelado totalmente, sin embargo el frío deja ralentizado al Pokémon.

Skadi observa a Zoey fijamente, mientras bate sus hermosas alas. "Sé muy bien como peleas Zozo, practicábamos juntas cuando niñas ¿Recuerdas?, eres muy buena usando más de un pokémon, y confundes y distraes, pero estamos en niveles totalmente diferentes. No podrás conmigo, yo que tú me rendiría." Recomienda, no queriendo desatar todo su enorme poder.

"¡Saber cómo peleo no te garantiza nada!" Grita Zoey, enfurecida, ordenando a sus Pokémon lanzar una ráfaga de ataques, todos precisamente combinados hacia la bestia voladora.

Skadi vuela a lo largo de la habitación esquivando los ataques, con elegancia, casi como si jugara pero la bestia luce ansiosa. "Y todo por Dawn? ¿Ella que ha hecho por ti?" Baja y amenaza a sujetar a Zoey con sus garras de ave. Pero la coordinadora se tira pecho tierra, no sin mostrar una expresión de dolor en su rostro.

"Ve, estás muy herida, ¡Odio verte así! Sólo deja de pelear y todo saldrá de maravilla." Le dice la bestia dirigiéndose nuevamente hacia ella. "Después de todo, ¿Qué piensas lograr contra mí? ¡Yo que estoy congelando con tanta facilidad a tu miserable región!¡Si la Reina me lo ordena, congelaré al planeta en un abrir y cerrar de ojos, sin que tu y tus amiguitos puedan hacer algo al respecto, sólo verán como la vida que tanto valoran muere en pocas semanas."

Zoey ordena a su Glameow saltar, el felino obedece,usando su larga cola para lanzarse y caer en la espalda de Skadi, electrizándola con impactrueno de inmediato. Sin embargo esto no le hace nada, ella toma la cola de Glameow e impacta al Pokémon que ella misma ayudo a criar, hacia Zoey.

El golpe las hiere bastante a ambas, pero la pelirroja logra ordenar a Gallade y Mismagius que juntos ataquen a Skadi de nuevo, con una combinación hermosa de onda de vacío y psíquico, aunque no logran demasiado, ya que con dos hermosos cristales en forma de corazón la bestia refleja tales ataques de regreso no sin responder con una fuerte ventisca proveniente del batir de sus alas, que hace retroceder a ambos Pokémon violentamente.

Zoey le dirige una mirada de rabia, sabe que la bestia es muy poderosa, pero no piensa rendirse, ni dejarse humillar. "¿Así que si te mato no solo salvaría a Dawn sino a toda la región Sinnoh? ¡Con mayor razón no me rendiré jamás!" Exclama, haciendo mega evolucionar a Gallade de inmediato con la piedra llave que estaba incrustada en el broche de su saco. Ya con ese poderoso aumento de poder esperaba poder darle al menos un par de golpes. "¡Gallade, roca afilada! Glameow, usa las rocas que salen del suelo para saltar y ataca con garra de sombras!"

Skadi no sólo esquiva con gracia el ataque, sino que con sus alas crea una poderosa ventisca helada, acompañada de muchas de sus afiladas plumas, que hieren terriblemente a ambos Pokémon, dejándolos en el suelo.

"Me estoy conteniendo querida Zozo, sabes que ya habría matado a tus…pokemon de haber querido ¿Verdad? Ve, ni un solo rasguño sobre mí." La bestia extiende sus brazos y da una vuelta en el aire, presumiendo su cuerpo sin heridas.

Pero en ese momento Macherie bosteza y muestra una expresión de disgusto. "¿De qué sirve jugar si no te lo tomas enserio Skadi? Y yo que pensaba que eras enteramente obediente a mis deseos, mereces un castigo severo." Su mirada maliciosa se posa en Zoey. "¿Quieres ver lo que le haré? ¡Soy muy generosa con los que se esfuerzan para divertirme así que te daré un premio! ¡Te te concedo el poder de castigarla tú misma…!"

Zoey apenas logra ponerse de pie, las heridas pesándole. "¡NO QUIERO TU MALDITA AYUDA!"

La carcajada de Macherie resuena. "¿No deseas proteger a Dawn? ¡PENSÉ QUE LA ADORABAS! ¡Awwww y yo que pensaba que me mostrarías hoy lo que estarías dispuesta a hacer por ella!" Comenta, lamiendo la garra de su pulgar con deleite.

Los ojos de Zoey de inmediato se contraen. "Glameow y Mismagius, impactrueno hacia Gallade, y Gallade... ¡Lánzate hacia Skadi con cabezazo Zen! Los pokemon de forma prístina ejecutan tal combinación transformando a Gallade en una bomba rodeado de electricidad y brillo psíquico que le da a Skadi, quien obviamente está muy distraída escuchando a su reina, pero esto apenas fue suficiente como para hacerla retroceder un poco.

"¡Ya ríndete!" Exclama la bestia lanzando una ráfaga de aire gélido en dirección de sus contrincantes golpeándolos contra el límite de esta cósmica habitación.

Zoey escupe sangre, ya empieza a ver doble. Sus pokémon están muy heridos, con tan solo ese par de golpes están por desfallecer. Está en jaque, pero Skadi, sigue temerosa de lo que vaya a pasar, sabe bien que ella no se va a rendir y con esa propuesta de la monarca de las bestias las cosas sólo pondrían más complicadas.

La pelirroja voltea hacia Macherie, su corazón lleno de impotencia por ser incapaz de asegurar el bienestar de quien tanto adora. Tras una breve pausa, y con mucha renuencia, ella decide aceptar la oferta de la vil reina "Mal-maldita…mm…maldita sea…b-bruja sa-sádica, has lo que te-tengas que ha-ha-hacer, sólo dame el poder...de ganarle." Zoey apenas y puede hablar, sangre brotando de su boca, se ve como una indefensa criaturita a punto de ser fulminada por una feroz ave de presa ¡Qué humillante! No cabe duda que aceptar era su única opción para salvarse.

La reina sonríe complacida, mostrando sus colmillos feroces "¡Me encanta ver como tu desesperanza te lleva al límite! ¡Toma mi bendición y diviérteme, baila para mi! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!" Las manos de Macherie se rodean de una nube de magia obscura, que con un soplido delicado y majestuoso envía en dirección a la coordinadora. Skadi desea intervenir, pero sabe que si lo hace es probable que su Reina la mate cruelmente en ese momento. En un instante, al rodear a la pelirroja, gran parte del vapor maligno cambia de color, a un escarlata casi diabólico, sublimándose en un cristal que tras breves momentos toma, con absoluta perfección, la forma física de la mismísima Dawn, solo que rodeada de por esa neblina maligna. Casi de inmediato, la figura de Dawn se tira al piso y comienza a sollozar incontrolablemente.

Cuando Zoey se percata de esto, se pone de pie de inmediato, apenas y puede creer lo que ve, obviamente es una trampa pero ella es incapaz de verlo, la neblina obnubilando su mente. Corre tan rápido como le es posible hacia esa ilusión, incluso tropezando un par de veces, abrazándola con preocupación palpable. "¿¡Dawn!? ¿¡Que tienes!? ¡Dime que pasa!"

"¡Mi Zoeyque alegría verte…t-tienes que ayudarme…!" ¡Las bestias…quieren…ha-hacerme mucho daño, Skadi va a matarme… te-tengo tanto miedo!" La ilusión toma del rostro a Zoey, sus lágrimas derramándose sobre la pelirroja, infectándola con la maligna magia de la Reina Bestia.

"¡No! No van a hacerte nada ¡NADA!… Yo te salvaré." Comenta la pelirroja, en trance, limpiando las lágrimas de aquella Dawn ayudándola a ponerse de pie, permitiéndose rodearle la cintura.

La ilusión coloca su mano en el pecho de la pelirroja y voltea a verla, con los ojos aun humedecidos. "¿…De verdad?"

"Te lo prometo." Le dice, esbozando una sonrisa.

Aquella falsa imagen entonces se mueve hacia adelante, y deposita sus labios en los de Zoey. De inmediato ese beso irreal es correspondido de forma apasionada. La mente de Zoey se siente en el cielo, deleitándose al percibir las manos de Dawn jugar con sus cortos cabellos, rodeándole la nuca. Pegando su cuerpo con el de ella, ella se ve inclinada a hacer lo mismo de inmediato ¡Es hermoso, es un sueño hecho realidad!... ¡Al fin la peli azul había aceptado su corazón!

Pero pronto, cómo jugando con situación, Dawn ilusoria separa sus labios de los de Zoey, quien la mira con ansiedad, no quiere detener nunca ese momento. "Te amo tanto, sé que vas a matar a Skadi, confió plenamente en ti." La falsa imagen se mueve detrás de Zoey, abrazándola brevemente por atrás sólo para alejarse un poco y asumir un rol de espectadora.

Zoey voltea hacia Skadi, sus ojos brillando en odio bañando en color ámbar, sangre aun escurría de su boca, pero parece que sus heridas no son más un problema, apretaba los puños con fuerza poseída por una furia asesina, su cuerpo estaba ahora rodeado de un aura escarlata, pero no sólo era ella, también sus Pokémon estaban bajo estos mismos efectos malditos.

La ilusión tras ella con sus manos entrelazadas al frente sólo le dice en voz suave: "No te contengas, ella quiso herirme con su magia ¡Hay que detenerla!"

Macherie aplaude, fascinada, y se prepara para su retorcido entretenimiento. Pronto una estatua dorada de una mujer arrodillada, sosteniendo un plato hondo, adornado con rosas se materializa junto a ella. Aquel plato estaba repleto de frutos que parecían cerezas pero que soltaban pequeñas chispas como si fueran estrellas. La bestia toma una de esas bayas y la coloca en sus labios, engulléndola de un bocado ¡Qué delicia los frutos que crea Menagerie!

"¡Mi…mi reina, por favor deténgase! ¡Esto no es...necesario!" Implora Skadi, viendo como Zoey la miraba, con un odio imposible de poner en palabras, era genuinamente aterrador incluso para ella, se le ponían le erizaban las plumas y el pelaje.

La monarca de las bestias suelta una risita cruel "Era obvio que te castigaría por no esforzarte, me conoces bien y sabes que aborrezco estar aburrida. Quizá esto te motive a dar más de ti." Comenta casualmente, tomando otra cereza con sus afiladas garras, su boca siempre sonriente, su rostro perpetuamente vil.

Skadi voltea hacia Zoey y recibe de lleno una garra de sombras en el abdomen por parte de Glameow, ahora el efecto del ataque era totalmente diferente. La herida causada dejaba una marca que sacaba vapor rojo y ardía demasiado, como si la hubieran herido con navajas al rojo vivo. Ni siquiera se percató cuando la pelirroja había dado la orden de atacar.

"¡MISMAGIUS, CONCENTRA IMPACTRUENO EN UNA ESFERA Y GALLADE ENVIALA VOLANDO CON PSICOCORTE A ESA PUTA ASQUEROSA!" Zoey estaba poseída por una ira pura y concentrada tanto que sus dientes mordían sus labios y lágrimas de enojo salían de sus ojos, realmente era una cosa fuera de este mundo. Su cerebro no pensaba en otra cosa, ni siquiera era una respuesta normal de la amígdala de ataque o huida. La vil magia la había poseído y tomado ventaja de la fortaleza del vínculo entre humanos y Pokémon; así que si ella ahora estaba recibiendo vigor de su propia ira, pánico y tristeza sus Pokémon estaban siendo contagiados por esas mismas peligrosas emociones.

Skadi es golpeada por ataque, y grita, es como si le hubieran aventado una bola de metal ardiendo en el cuerpo. Macherie continúa riéndose como una desquiciada ¡Qué divertido será esto! Su cola se mueve de izquierda a derecha, la bestia más cruel de todas se emocionaba más y más.

DESAPARECE! ¡DESAPARECE! ¡MUERETE DE UNA VEZ!" Grita la coordinadora, ordenando más y más ataques, sus Pokémon poseídos por esos sentimientos tan intensos, sólo obedecían sin pensar las ordenes menos precisas menos calculadas y más imprudentes de la coordinadora: Lanzarse al cuerpo de Skadi como si fueran kamikazes, arrojar una lluvia de ataques que no sólo herirían a la bestia sino a su entrenadora, quien tenía los brazos extendidos, protegiendo a la Dawn que le incitaba a destruir a la bestia.

"¡Sí! ¡Si! ¡No le muestres misericordia! ¡No dejes de atacar! ¡Deja que el odio y la ira guíen tus golpes!" Aun con esas frases, las cuales nunca diría la peli azul, Zoey no podía percatarse de la farsa.

La bestia sabe que si no usa todo su poder va a morirse con absoluta certeza. "¡Bueno...no digas que no te lo advertí." Skadi se rodea de corazones cristalinos gélidos, de varios colores, y cae delicadamente junto a Gallade, empezando a girar como si bailara, golpeando al Pokémon repetidas veces con aquellos cristales, los cuales se destrozaban al impactarse con Gallade, el último de ellos golpeando al Pokémon tan duro que lo lanza en el aire varios metros. Utilizando sus patas para propulsarse en un instante, Skadi pronto alcanza la altura a la que arrojo al pokémon tan rápido que Zoey no pudo siquiera reaccionar a tiempo. Con esas mismas patas ella le propina una patada, rodeada de aura gélida al pokémon dirigiéndolo hacia Glameow.

El ágil Pokemon no es rival para aquella velocidad y recibe el impacto, ambos recibiendo mucho daño al momento de chocar. Pero como monstruos sin mente se levantan, aun heridos y todo cuando Zoey, con frialdad lo ordena. "¡MISMAGIUS, PSÍQUICO EN SUS ALAS! ¡RÁPIDO! ¡RÁPIDO! ¡Y USTEDES DOS, ATAQUENLA CON LO QUE SEA! ¡NO ME IMPORTA! ¡LA QUIERO MUERTA!"

Las alas de Skadi son jaladas, con brutalidad casi suficiente como para arrancárselas por el terrible Pokémon, quien buscaba anclarla al piso de inmediato. No logra zafarse bien de este poder, por más que agite sus bellas alas blancas, pronto recibe arañazos furiosos de Glameow en el rostro y un golpe de Gallade en la nuca que la hacen caer. La bestia a la brevedad crea más y más corazones gélidos, esta vez no nombra el ataque pero es más que obvio cual es en el momento que los bellos y letales cristales explotan en miles de trozos que llueven sobre los Pokémon y su entrenadora, rasgándolos violentamente aun con la protección utilizada por Mismagius, como si la onda expansiva de una bomba golpeara una gigantesca ventana y los bañara en vidrio.

"¿¡ESO ES LO MEJOR QUE TIENES!?" Clama la pelirroja entre risas, pero no estaba ilesa al igual que sus Pokémon, quizá esa magia le había dado la capacidad de sobrevivir a eso pero los cristales habían rasgado sus prendas y reabierto heridas. Zoey a punta su dedo hacia Skadi, aun riendo y le indica a sus Pokémon que ataquen, sin importarle que los estuviera poniendo en riesgo.

¿Cómo podía la Reina de las Bestias ser tan despiadada? Simple, su idea de diversión es cambiante y caprichosa, a veces pasaba por alto ciertas desobediencias a sus órdenes, sobre todo si ella veía potencial en que tal acción le daría entretenimiento de primera. Pero en otras, hasta la más mínima falta podía terminar en los más crueles ultrajes. "Es mi naturaleza ser así, nada que pueda o quiera hacer al respecto" diría su majestad si le cuestionaran al respecto.

La falsa Dawn sonríe complacida con la escena, y camina hacia la pelirroja, acariciando fugazmente el cuello de la pelirroja. "Bien hecho mi Zoey, dale el golpe final a esa infeliz, falta tan poco…" Le murmura aquella cruel ilusión, abrazándola.

Las cosas no iban a mejorar para nada en el edificio de la AIP, que lentamente estaba convirtiéndose en un bloque gigante de hielo. Todos habían sido convocados a una reunión de emergencia, al menos esta vez había más de treinta personas reunidas, listas y ansiosas por combatir. No podían esperar más.

Lillie carraspea, antes de hablar lo más alto que puede, ya que con la luz yendo y viniendo ni siquiera puede usar el micrófono. "Tenemos que movernos, pero no podemos hacerlo sino tenemos noticias del exterior. Clemont, Ash, Paul, Zoey…y presuntamente Dawn están ahí afuera, esperemos con vida, combatiendo contra Menagerie."

" ¡Jaja! Ojalá Dawn no esté con vida." Comenta Úrsula, solo para ser silenciada por sus compañeros, a quienes mira con desdén.

Lillie se le queda viendo ¿Por qué siquiera está aquí si se nota lo poco que le importa? En fin. "Bueno ¿Alguien sabe algo del exterior?" Pregunta, tratando de ocultar su nerviosismo y fallando miserablemente.

Tras un silencio incomodísimo de alrededor de treinta segundos. Drew, quien se encontraba junto a la rubia, toma la palabra. "Se aceptan sugerencias de cómo comunicarse con el exterior sin morir en el intento. Queda claro que nuestra mejor esperanza es que Clemont, si es que no está muerto, esté intentando contactarse con nosotros. Pero no podemos esperarlo, o seremos aniquilados sin siquiera poder dar pelea."

Alain, quien apenas había llegado, de inmediato replica. "Bueno no se bien dónde encontrarlo, pero ese chico seguramente tiene un dispositivo aquí, guardado que nos permita hacer eso. Es una suposición." Comenta poniéndose de pie.

"¿¡Cómo no pensamos en eso!?" Pregunta, a Lillie y a May quienes solo se encogen de hombros, es claro que el estrés impide a la gente pensar adecuadamente. "¡Kiawe, Lana y Mallow, sigan a May al laboratorio de Clemont y encuentren algo lo que sea, que pueda ayudarnos! ¡Los demás vamos a la entrada, hay que prepararnos y de ya!" Ordena el peliverde, bajando del estrado mientras los miembros de la AIP se preparan para ir a la entrada principal.

Todos deseaban vengarse de lo que pasó en la escuela y aunque muy probablemente este anhelo no se haría realidad en el futuro próximo, y menos en las terribles circunstancias actuales, había que al menos darles pelea a esas miserables. Que sorpresa se llevaron al llegar a la entrada de la AIP y ver que la ventisca…estaba lentamente disminuyendo su intensidad ¡Era un milagro!

¡Que va! Los milagros no existen.