Y llegamos al treintaaaa! Gracias por leerme hasta aquí. Espero les guste mucho este capítulo y se que he estado jode y jode con el tema pero contesten esta encuesta, que me permitirá entender que opinan del fic y sus personajes, la cual, no sé porque fanfiction no deja poner el link, pueden encontrar en mi página de facebook.

Capítulo 30: En el círculo de las estrellas húndanse

Paul, Dawn y Serena continúan avanzando por la estructura cristalina, ahora bajaban por unas tediosas escaleras, en forma de caracol ¡Parecían no tener fin! Hasta ese momento no había habido señal alguna de las bestias, y eso, lejos de tranquilizarlos, los hacía sentir como si fueran acechados desde sombras que no podían ver. Después de todo ¿Cómo fiarse de estas malditas? ¡Era absurdo hacerlo! En cualquier momento, eventualmente…como un depredador inmisericorde, ellas los atacarían. Era tanto su paranoia que habían elegido quedarse con un pokémon sigiloso cada quien. Serena con el Gengar de Ash, Paul con un Weavile y Dawn con su pequeño Piplup. Apostando todo al poder de pasar inadvertidos.

Avanzan, y avanzan ¿Cuándo se acabarían estas eternas escaleras? Su recorrido parece una infame eternidad que los pone más y más ansiosos entre más se adelantan, de hecho aunque apresuren la marcha sólo tienen la impresión de ir más lento.

Pero para su enorme fortuna, estas escaleras no eran realmente perpetuas, ni solitarias. Tan pronto pisan lo que es uno de los últimos escalones…oyen voces.

Una puerta enorme, que seguro no fue cerrada por mero descuido. Tras ella un corredor en forma de un gigantesco anillo; con una escena que casi los hace vomitar del terror. Decenas de bestias, preparándose para una "celebración". Dentro del anillo se encuentra una especie de cilindro gigante, sostenido por columnas art noveau. Esta vez no tienen mujeres agonizantes adheridas a ellas, sino figuras de diversas bestias, preciosas columnas que eran perfectas para que los pobres diablos de la AIP pudieran agentes ocultarse. El cilindro está decorado por vitrales, igual en art noveau, las decoraciones más pesadas están en la parte superior, lo que les permite ver lo que ocurre. Las bestias están apuradísimas, colocando floreros con rosas doradas, adornando el retorcido salón con sedas. En medio hay muchas chicas llorando, con vestidos ceremoniales, ahora portan coronas con rosas doradas. Veada con su gentileza, intenta calmarlas, hablándoles de su nuevo y brillante futuro. En la parte central, hay una laguna obscura, un pedazo del cosmos del que chispean estrellas. De este emana una cantidad inmensa de magia negra. Todo esto, para el más magnifico de los rituales, el más divino: El círculo de las estrellas.

Pero usualmente el ritual es procedido por Macherie, pero su majestad se niega a aparecer. Crow Tengu suspira, y como bestia de mayor rango en la zona, ya que Skadi tampoco está, se prepara para iniciar el ritual, indicándoles a sus compañeras que la hora ha llegado.

Las bestias presentes pronto se arrodillan, prácticamente todas sosteniendo ramos de rosas doradas entre sus garras; tenazas en el caso de Brachyura, quien se pone inmensamente nerviosa al percatarse que Nectura y Lapin no estaban presentes, al igual que Obvibos y Bjorn…. "¡Algo terrible debe haber pasado!". Desea intervenir pero la ceremonia empieza. Sería un sacrilegio interrumpir, pero tan pronto tenga la oportunidad, irá a investigar.

Absoluto silencio reina en la habitación. Hasta la AIP intenta esconder sus agitados respiros, el frenético latir del corazón.

Frente a Tengu, ante las demás bestias, cuatro bestias, que se veían más bien como espejismos, se materializan. No eran bestias con un cuerpo físico como las demás, Macherie las había creado para que le sirvieran en roles específicos, en este caso, el de observar la ceremonia en su nombre.

La primera de ellas, Azure tail, es una bestia celestial, sabia y extremadamente seria. Su figura es la de una mujer que tiene por mitad de cuerpo el de un dragón azul, usa un kimono, tiene cuernos saliendo de cabeza y sus manos son garras cubiertas de escamas; de los volantes espinosos de su cabeza, brotan hermosamente dos adornos que flotan con esferas al final de ellos, simulando los bigotes de un gran dragón.

La siguiente, llamada Vermilion wing, es una fiera hermosa. Su cabello son dos alas larguísimas, con las que rodea su exuberante cuerpo cubierto de joyas y con las cuales vuela, las alas miden más de dos metros. Sus manos y pies son garras de ave, y de su cóccix sale una hermosa cola emplumada. Su plumaje es de color escarlata y en su cabeza, descansa la cabeza de un ave de presa, tapando la mitad de su rostro. Por su porte, se nota que extremadamente elegante y a la vez un depredador feroz.

White claw es la tercera de las bestias celestiales presentes y es terrorífica. Esencialmente su forma es de una esfinge tigre blanco, su aspecto es extremadamente feral, pero conserva dos hermosos senos junto con su rostro humano precioso con exóticos ojos ámbar. Sus garras están cubiertas de armadura metálica china. Su cabello está peinado en una larga coleta de color morado, del cual salen sus orejas redondas. En sus hombros porta grandes hombreras metálicas con adornos orientales y su cola atigrada tiene adornos de guerra. Su mirada revela que es una bestia de poco sentido del humor, toda una guerrera.

De entre las cuatro celestiales Black Shell tenía el aspecto más extraño, incluso para bestia temible. Ella es una criatura humanoide de piel blanca casi fantasmal, cuya mitad inferior del cuerpo es de una larga serpiente con escamas tan pálidas como su piel. Su cuerpo está decorado por un imperial hanfu y su cabello está peinado como el de toda una emperatriz, decoraciones de oro y joyas rojas. Su cuerpo serpentino en sí, envuelve una enorme tortuga, con rostro casi de dragón hecha de obsidiana. Aquella estatua parpadeaba lentamente, lo que apunta a que es un ser vivo. Daba la impresión de ser una arrogante noble.

"¡Hermanas mías!" Tengu extiende sus emplumados brazos y mira a su público. "¡Bajo la honrosa mirada de las celestiales, quienes observaran la ceremonia en nombre de la Gran Reina Macherie! ¡Y con la presencia de todas ustedes, mis queridas" Tengu hace una breve pausa y exclama. "¡Demos inicio al ritual de Círculo de las Estrellas! ¡El más sublime y glorioso rito de la creación!"

Tan pronto como Tengu termina de hablar, diez bestias arpía de plumas de colores, divididas en dos grupos de cinco ubicados a cada lado de la habitación. Comienzan a cantar una sonata con voces aterciopeladas, simplemente divinas. Acompañaban la bella melodía que entonaban desde sus siringes con las notas de las liras, decoradas en el estilo predilecto de Menagerie, que sostenían entre sus garras, tocándolas con destreza.

Domatore! ¡Escucha mi llamado, préstame el poder de la Gran Monarca para poder llevar a cabo tan sagrada ceremonia!" Tengu exclama alza su garra derecha, y tras un breve destello, invoca un cetro necesario para el ritual. Este era un bastón largo de color púrpura, con ornamentos curveados y puntiagudos, como si fuese la enredadera de una rosa, además que poseía una pequeña barra lateral en la base, antes del orbe, de la que caían dos hermosas joyas. El orbe del cetro emitía magia negra, decorada con estrellas que chispeaban delicadamente. Cuando Macherie no se encontraba presente, este artefacto era necesario para la ejecución del ritual del círculo de las estrellas.

"Ustedes, pequeñas…que tristeza que hayan caído en la mentira más absurda de todas…. ¡QUE SU ESPECIE ES LA CÚSPIDE EVOLUTIVA DEL UNIVERSO! ¡¿CÓMO OSAN LOS HUMANOS TENER TANTA ARROGANCIA CUANDO NO SON MÁS QUE SUCIOS MONOS SUBDESARROLLADOS!?" Tengu hace una breve pausa, ladeando la cabeza y mirando a las pobres chicas que lloran. "Es impactante enterarse que existe una especie que estaba sobre todas." La arpía camina entre las elegidas, quienes la miraban absolutamente aterradas. Ella levanta el rostro de una de ellas con el cetro, delicadamente. "¡Fijen la mirada en sus toscas manos, sus cuerpos… no son nada especial! ¡Es una cruel broma! ¡Jugada por su creador sobre sus propias creaciones! Dense cuenta que son joyas en bruto e incompletas. Entre más pronto acepten que su condición como defecto se darán cuenta que están en una posición favorable para trascender." La arpía suspira, sonriendo con vileza y pronto señala al aquelarre de bestias que estaban hincadas detrás. "¡Ahora, obsérvenos con cuidado, a nosotras: las hijas de las estrellas! Somos hermosas como el miedo que inspiramos, el organismo definitivo….y ustedes, deben limpiar sus lágrimas de tristeza y cambiarlas por unas de alegría. Con la magia de nuestra Reina, la Gran y gloriosa Macherie, todo es posible.

Los chicos de la AIP, no podían hacer nada más que ver la retorcida ceremonia. ¿Ayudar a las chicas? Eso sería un suicidio, pero a la vez, no hacer nada los pone en un riesgo inmenso; si esto era el ritual que fabricaba en masa a esas enfermas, no hacer nada sólo les traería más enemigas. "Esa imbécil sólo habla puras sandeces ¿Qué se supone que hagamos?" Comenta Paul en voz baja, viendo con particular repudio a la harpía que casi lo deja estrellado en el suelo.

"¡Ni idea, pero esto no pinta nada bien! ¿Vamos a quedarnos aquí?...¿Sin hacer nada?" Replica Serena, casi en un murmullo

Dawn está helada, totalmente paralizada. De no haber logrado escapar, ella estaría entre esas pobres desdichadas. A punto de ser convertida en una de esas monstruosidades, sin pensarlo la peliazul comienza a respirar cada vez más rápido, al punto de hiperventilar. Sentía sus mejillas enrojecer, la temperatura de su cuerpo elevarse, sudor frio caer de su frente y un escalofrío horripilante recorrerla de pies a cabeza. Claro que este no era el momento más prudente para tener un ataque de ansiedad así que, notando que Dawn estaba haciendo demasiado ruido con su respiración, Paul le cubre la boca con ambas manos.

"¡Shh! ¿Quieres que nos oigan? Si salimos con vida, puedes darte el lujo de tener una crisis existencial." Le dice el chico sintiéndose un poco mal de callarla así de abruptamente.

"Dawn tranquila, no estás ahí, todo estará bien." Le dice Serena, intentando calmarla, los pokémon la veían nerviosos.

La peliazul mira a Paul extremadamente molesta ¿Era necesario silenciarla así? No, pero sólo puede callarse, él tiene razón. Si los descubren están muertos…entonces los tres, incapaces de hacer algo útil, sólo pueden continuar de observadores de la ceremonia.

Tengu camina entre las elegidas, levantando la vista de algunas y mirándolas con extraño deseo de ayudarlas, como quien ve a una animalito indefenso. "Ustedes, entre los millones de simios idiotas que conforman su especie, han sido consideras como dignas de ser una de nosotras. Tu eres una bailarina, tu chef, tu eres una ladrona profesional y tu una científica extraordinaria, solo por mencionar unos cuantos ejemplos." Comenta, dirigiéndose a cada una de las chicas mencionadas. "Sus habilidades, su ser entero será aprovechado al máximo aquí. Belleza, maldad, destreza e intelecto, son perfectas para nosotras; incluso si aún son pequeños brotecillos deseosos de florecer hermosamente en rosas doradas."

Serena se cubre la boca con ambas manos. Ve el terror en las chicas, sin importar de donde vengan, esto no es más que cruel tortura y lavado de cerebro. Y pensar que Dawn podría haber estado ahí. "Esto…es…asqueroso."

"Sólo a ellas se les ocurre decir tanta estupidez. Son un maldito culto" Comenta Paul de inmediato, haciendo una expresión de asco, aun tapando la boca de Dawn.

"Puedes soltarme ya…" Piensa la peliazul, mirando a Paul intensamente. Ser sujetada así por él, considerando lo ocurrido entre ambos, era la experiencia más incómoda de la vida.

Los labios de la harpía que precedía la ceremonia forman una retorcida sonrisa. ¡Qué forma tan rara de expresar júbilo tienen las bestias! "¡BIENVENIDAS SEAN A SU NUEVA Y GLORIOSA EXISTENCIA! ¡Sea cual sea la forma que tomen, tengan la certeza de que la atesoraran más de lo que les pudiera haber gustado ese burdo saco de huesos y viseras que llaman cuerpo!" Exclama, emprendiendo un vuelo corto y delicado. La base del suelo donde están las aterradas mujeres pronto se inclina todo sobre sí mismo, convirtiéndose en un gigantesco embudo, que las arrastra inmisericorde hacia el agua obscura y cósmica. Obviamente empiezan a gritar histéricamente, pero las bestias mantienen la compostura, esto siempre pasa, sin embargo, muy pronto todo se llenará de la más enorme alegría.

La primera chica, de hecho una modelo profesional, sólo ve su ser acercarse a lo que era el más temible cuerpo de agua existente. La pobre intenta sujetarse de algo, lo que sea que pueda salvarla, pero sólo consigue agarrar el pie de otra víctima, ayudando a que ambas se precipiten más rápido. Se sumergen en algo que se sentía como las aguas pesadas, llenas de minerales de un manantial, la sensación de ahogo es angustiante, más aun cuando son jaladas hacia la profundidad por las corrientes acuáticas del círculo, no verían la superficie en bastante rato. Tan sólo las burbujas del aire escapando de sus pulmones salen brevemente a la superficie.

La bestia de negras plumas apunta el cetro Domatore, hacia el círculo obscuro; sus camaradas cantoras detienen su melodía de sus liras, ahora solo cantaban, voces que ahora suenan más como un coro eclesiástico del mal. Las demás bestias se levantan, colocando una pata adelante y otra atrás, sus brazos levantados hacia el frente, como si ofrecieran los ramos de rosas resplandecientes que portan. Momentos después tanto como la maestra de ceremonias, como las bestias presentes y las del coro entonan un poema retorcido:

¡En el Círculo de las Estrellas húndanse!

¡Al lago ineludible y profundo caigan!

¡Reciban el regalo, en sublimes fieras transfórmense!

¿Qué es la humanidad? ¡Tan solo basura que las estrellas detestan!

¡Quitina, máxima resistencia has de obsequiar!

¡Escamas, brillo y filo vil han de dar!

¡Plumas, la bendición del vuelo deben regalar!

¡Pelajes, a sus formas desnudas belleza han de otorgar!

¡Al Círculo de las Estrellas las semillas caen!

¡En sus aguas mágicas, rápidamente crecen!

¡Lindos brotes, llenos de sueños y potencial, surgen!

¡Y finalmente, las exquisitas rosas doradas con encanto florecen!

¡La vida, pertenece a la Gran Reina!

¡También todo el pasado!

¡El presente ella gobierna!

¡Y el futuro de todo, el cosmos ya le ha otorgado!

Paul no puede evitarlo, suelta a Dawn, sólo para poner su mano contra su propia frente. ¿Qué clase de mierda fue eso? "Mátenme ¿Qué carajos con eso?" Comenta, sintiendo vergüenza ajena.

Serena en cambio estaba más aterrada por esa ominosa escena. "N-no sé qué decir…es como una misa obscura."

"Es una misa obscura." Recalca Dawn, sobando su rostro, mirando a Paul con reproche. "Fue lo mismo allá arriba, puras palabras confusas y cosas horrendas." Recuerda amargamente, su corazón traicionándola de nuevo con los sonoros latidos.

Una vez terminado el poema, flamas purpureas se encienden violentamente por toda la habitación, soltando una neblina de ese mismo color, que de inmediato llena las fosas nasales de las presentes; un aroma similar a la más fragante flor, al perfume más exquisito. ¿Hay aroma mejor que este?

Las manos de las chicas alcanzan a verse extendiéndose fuera de la superficie del agua antes de hundirse, deseosas de escapar. Pronto las bestias estallan en algarabía, ya que del círculo sale una explosión vertical de obscuridad pura, ya todas estaban en lo más profundo y pronto renacerían en la perfección. Esto es, una señal que hace que todas las bestias lancen sus ramos de flores hacia el mismo, entre chiflidos y gritos de celebración.

Serena y Dawn no tienen casi tiempo de contemplar esa fiesta que estaba armando Menagerie. La neblina las rodea y la recuerdan de inmediato, más que nada por lo sublime que era su fragancia y por el efecto que parecía tener en los hombres. El pobre Paul arqueaba, intentando no quejarse de la horrenda pestilencia que estaba matándolo.

"Qué…qué asqueroso, voy a vomitar." Comenta el chico en voz baja, mareado. Ni Zoey le causaba nauseas tan poderosas y repentinas. Ya había oído hablar de esta niebla, de boca de Ash, sólo que aún no tenían idea de donde salía y por qué tenía ese efecto en los portadores del cromosoma Y. Hace su mejor esfuerzo por pensar en algo bonito, para no ser un patético y vomitar.

"¡Maldita sea! ¡Te-tenemos que irnos de aquí pero de ya!" Exclama Dawn, sujetando del torso a Paul para que este no colapsara. Casi se muere del susto, habló muy fuerte, pero parece que su voz fue ahogada entre los gritos del festejo bestial.

"¿¡Pero a dónde!? ¡Están por todos lados! Y la neblina…" Serena es bruscamente interrumpida por Dawn, en un tono grosero.

"¿Yo que quieres que sepa?" Replica Dawn, mirándola con molestia ¿Qué tiene que pensar ella todo?

"Wow Dawn, bien útil tu mugre comentario.". Piensa Serena, volteando a todas direcciones, ir hacia a las bestias era entregarse a la muerte, y atrás sólo estaban esas eternas escaleras en forma de caracol. ¿Adelante?...Sólo parecía haber más. ¿Retroceder o avanzar? Un total dilema

"Deberíamos avanzar…veo más escaleras, quizá tengamos más suerte por ahí…" Sugiere Serena, indicándole a Dawn que sigan.

La peliazul iba a protestar, ¿Pero había alternativa? Atrás no había nada, ella lo sabía. Sólo se perderían, al menos si continuaban podrían encontrar alguna forma de salvarse. "Bien, pero ayúdame con Paul." Serena asiente y entre las dos ayudan al entrenador a seguir adelante, sus pokémon siguiéndolas con sigilo.

"¿Paul? ¿Cómo estás? ¿Sigues ahí? ¡Resiste!" Le preguntan entre ambas chicas.

Paul razona que si le duele todo y se siente miserable sólo podía significar que estaba ya en el infierno al que sabía que se iría al finalizar su vida o que seguía con vida. "Estoy de ma-ra-vi-lla, como pueden ver, señoritas." Las chicas tuercen los ojos, hasta medio muerto este era sarcástico a un nivel difícil de entender. Pero al menos sabían que tardaría un buen rato en caer inconsciente.

El fiero combate entre la bruja del invierno y Zoey continuaba, muy para el deleite de la vil Reina Bestia. Skadi apenas y logra esquivar los salvajes ataques de los Pokémon de Zoey, si esto sigue así, de verdad la matará. Ella no podía acabar con la vida de Zoey, porque la Reina definitivamente la quería viva, pero esa cortesía no se extendía a su más leal seguidora. Sólo hay una manera de salir de esta, debe vapulear a la pelirroja tanto como sea posible como para hacerla desmayar. Volando entre un impactrueno y psicocorte, y luego entre una lluvia de bolas de sangre, cortesía de Mismagius, la bestia logra aproximarse a Zoey. "Detente de una buena vez o te aseguro vas a sufrir, muchísimo." Le dice, mirándola fijamente.

Zoey sólo le devuelve una sonrisa, la ilusión de Dawn abrazándola de la espalda, escudándose. "¿Crees que vas a lastimar a Dawn? ¡SOBRE MI CADAVER!" La pelirroja se dirige a sus Pokémon, quienes están detrás de Skadi. ¡INÚTILES, MATENLA DE UNA BUENA VEZ!" Ordena, su voz llena de furia.

La bestia por poco y no la cuenta, cuando una ráfaga de ataques casi la golpea por la espalda, eso le pasa por distraerse así. Los ataques naturalmente no se desvanecen de la nada, estos dan directo a donde esta parada la coordinadora, haciendo que su cuerpo se arrastre y de varias vueltas por el suelo. Skadi vuela rápidamente hacia la coordinadora, es ahora o nunca.

Y nunca, pensaron los pokémon de Zoey, atacándola de nuevo, con rapidez y furia absoluta. Varios de estos ataques si alcanzan a la bestia, hiriéndola y tirándola de los aires.

Zoey yace boca arriba en el suelo, escupe sangre. Su cuerpo está lleno de raspones y heridas abiertas de diversa magnitud. La chica se toca la cabeza, como si por breves momentos se despertara de la magia maldita que la tenía poseída, tiene una herida sangrante en la frente. El cuerpo le duele bastante, y les es imposible ponerse de pie. Sin embargo pronto ve a la ilusión de Dawn, prácticamente sobre ella, abrazándola.

"Lo siento mucho Dawn… no creo poder ganarle." Comenta, mirando a aquella cruel mentira con vergüenza.

"Lo lograrás, no hay imposibles para ti….nunca los ha habido." Responde la falsa Dawn, besándole la mejilla y después los labios.

"Eres tan gentil…" Le dice Zoey, permitiéndose besarla por cuenta propia también, rodeando su cintura con sus brazos. La ilusión le corresponde, incluso llevando el beso a un nivel más allá de lo tierno, uno más apasionado, lleno de lujuria incluso; las lenguas de ambas enredadas.

Bien dicen que el paraíso y el infierno son terrenales.

Aquel beso termina de forma abrupta, ya que Zoey es mordida en los labios por el cruel producto de la brujería de Macherie. "Ponte de pie, destrózala; tu único propósito es protegerme y amarme." Le dice, con una sonrisa cruel en sus bellos labios, desvaneciéndose, sólo para aparecer de nuevo a lado de ella.

Con el vigor renovado, la pelirroja se levanta de pie, apretando los puños y los dientes contra sus labios, haciéndose mucho daño. Le frustra mucho ver como sus Pokémon no habían sido capaces de acabar con la vida de la bestia, se le abalanzaban encima como monstruos sin mente y la herían, de hecho la harpía estaba siendo más torpe en sus intentos por librarse de esos Pokémon y de evadir sus ataques; de hecho ya ni siquiera había podido emprender vuelo.

"¡Quítenseme de encima!" Skadi, lanza miles de fragmentos de hielo a alta velocidad, lanzando a los Pokémon de Zoey al aire, y dejándolos tirados en el suelo, incapaces de moverse y heridos de gravedad, tanto que bajo de ellos se formaban charcos rojos.

"¡NO SIRVEN PARA NADA!" Exclama, acercándose a la bestia, con visible repudio. "¿NO VEN QUE LA VIDA DE DAWN ESTÁ EN JUEGO? ¡LO HARÉ CON MIS PROPIAS MANOS!"

Skadi levanta la vista, tratando de recuperarse un poco de aquellas laceraciones que eran como metal hirviendo contra su hermosa piel. Pero no tiene siquiera tiempo de levantar la vista al frente. Pronto recibe un puñetazo en el rostro, por parte de Zoey. Usualmente este tipo de heridas serían insignificantes, pero en este caso era un golpe lo suficientemente fuerte como romperle los huesos.

Zoey se le va encima y la golpea una y otra vez, sin parar, sin descanso alguno, totalmente poseída por una rabia difícil de describir.

Macherie aplaude encantada, devorando otra cereza chispeante de su tazón. "Aaaah Zoey, sí que das un buen espectáculo. Debería volverte mi entretenimiento personal, harías un magnífico trabajo haciéndome reír." La monarca, arroja otra cereza a su boca, para dirigir su mirada hacia Skadi. "¡Qué decepción, esperaba más de ti, pero al menos ya tengo tu reemplazo! Sólo ríndete y muere de una vez!"

La pelirroja aprieta el cuello de Skadi con ambas manos. "ESCUCHA A LA REINA, ¿NO SE SUPONE QUE LAS BESTIAS SIEMPRE LA OBEDE-"Skadi rasguña el rostro de Zoey, con sus enormes garras, dándole varios zarpazos consecutivos. Pronto jala de sus cortos cabellos a la pelirroja, mientras se pone de pie. "La única que da pena aquí eres tú, mira que besarle los pies a una ilusión sólo porque te trata un poco mejor que Dawn."

CALLATE!" Exclama la pelirroja, enterrando su codo en el abdomen de la bestia, haciendo que suelte su cabello. Ahora es su turno, sujeta a la bestia de la cabeza, arrancándole la bonita pluma que la adornaba. "¿¡Y TU ACASO NO DAS PENA!? ¡MIRATE, ERES UNA ASQUEROSA BESTIA! ¡ME TRAICIONASTE! ¡TODO PARA UNIRTE A ESTAS BUENAS PARA NADA!"

Skadi abofetea a Zoey, quien le regresa el golpe de inmediato. "¡Sabes bien que si entendieras tu lugar, no estarías reclamándome nada!" Exclama, cacheteándola de nuevo, sujetándola de la blusa. "¿ASQUEROSA BESTIA? ¡TU ERES EXACTAMENTE IGUAL A NOSOTRAS!

"¡¿TODAVÍA ME HECHAS TODA LA CULPA A MI!? ¡BASTARDA!" Zoey sujeta el brazo de la bestia antes de que conecte otro golpe. Skadi la suelta, pero sólo para detener sus golpes, ambas viéndose inmovilizadas por la otra, viendo quien podía tirar a su oponente primero. "¡Y NI SE TE OCURRA LLAMARME BESTIA DE NUEVO, PUTA MISERABLE!"

"¿TAN DÍFICIL ES ENTENDER? ¡SIEMPRE HAS SIDO UNA JODIDA TESTARUDA!" Exclama la bestia, ganando la batalla y tirando a la chica al suelo, tratándole de dar arañazos, los cuales Zoey más o menos le logra detener. "¡SI ME HUBIERAS HECHO CASO TU VIDA NO SERÍA UNA MIERDA!"

"¿¡POR QUÉ SIEMPRE SOY LA QUE SE EQUIVOCA!?" Zoey jala las plumas de la cabeza de Skadi. La bestia rápidamente comienza a asfixiarla, con sus propias garras.

"¡PORQUE ERES UNA IDIOTA! ¡TU SÓLA TE METES EN PROBLEMAS! ¡TU TE CAUSASTE TODO ESTO!" La bestia aprieta el cuello de la chica con fuerza. "SI DEJARAS DE ANDAR DE MASCOTITA FALDERA DE DAWN, SE VAN TUS PROBLEMAS, ¡PERO ADORAS QUE ELLA TE TRATE COMO BASURA! ¡QUIZA ES LA ÚNICA FORMA EN LA QUE TÚ ENTIENDES!"

El oxígeno ya no llega al cuerpo de Zoey, su consciencia comienza a desvanecerse. No siente a Dawn junto a ella y eso le angustia inmensamente. Las palabras de Skadi sólo abren más las heridas. "Dawn, no me trata como basura… ¿o sí? Ella se preocupó por enmendar nuestra amistad...pero quizá sólo porque le convenía hacerlo." "Yo la amo…."

A los oídos de la bruja invernal no llega el soliloquio de la pelirroja, sólo el final de este, lo único que ella alcanza a verbalizar antes de desmayarse por la hipoxia.

"…pero quizá, sólo es obsesión."

Skadi deja de asfixiarla, le toca el cuello, ¿Para qué? Si la hubiera matado, Macherie le habría hecho a ella algo peor por arruinarle sus planes. Zoey definitivamente vive. "Sólo es obsesión." Contesta la bestia, su respiración entre cortada.

"¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡FANTASTICO JAJAJAJAJAJA! DEBERÍAAJAJJAAJA, HACERLAS PELEAR AJAJAJA POR TOOOODA LA ETERNIDAD, SÓLO USTEDES DOS JAJAJA." La Reina pierde totalmente la compostura y cae de su trono, estallando a carcajadas. "Siii esa es una ideaaajajaja brillanteee! ¡Brillante!"

La bestia mira a su líder, con molestia y pronto ella se deja caer el piso. No va a desmayarse, pero está totalmente exhausta. Su corazón late a toda velocidad y nota que sus heridas tardan más de lo normal en sanar. También está mentalmente cansada, ni siquiera comprende las crueles palabras de la reina, sólo se le queda mirando a Zoey, y le sujeta la mano.

"Y…JAJAJAJA CUANDO ELLA TE JALÓ LAS PLUMASSJAJAJAJA" Macherie sólo recordaba las partes más hilarantes de aquella patética pelea. Estaba encantada, todo esto era el más maravilloso circo que hubiera presenciado. Sí, esta monarca estaba teniendo un ataque de risa que estaba ya durando más de cinco minutos y no paraba.

Skadi suspira, y solo atina a decir. "Ya todo estará bien, Zozo."

Macherie finalmente se pone de pie. Limpiando una lagrima de risa que tenía en su ojo derecho. Camina amenazante hacia la pelirroja, levantándola del cuello. "Ahhh….Terminemos esto. Odio dejar las cosas incompletas." La Reina, con su brazo izquierdo hace que una cruz enorme y bizarra se forme desde el suelo. Está tenía dos filosas estacas colocadas verticalmente en los extremos derecho e izquierdo. Macherie, con facilidad ya que la magia se le da tanto como la crueldad, levita el cuerpo herido de Zoey.

"¿Estarás pensando algo? ¿O Skadi te dejó más idiota de lo que estabas? Bueno, ya sabes cómo va esto ¿Verdad que lo recuerdas? Grita hasta que tus pulmones exploten, Dios no quiere oírte." Le dice con acidez, crucificándola de inmediato, las manos de la pelirroja clavándose totalmente en las estacas.

Zoey hace una mueca doloroso, claramente estos es excruciante, pero no abre los ojos. Que bien por ella, porque no vería que Macherie, ya le había terminado de rasgar toda la ropa, hiriéndola aún más en el proceso. La sonrisa sádica de la reina jamás se desvanece mientras abusa de ella de esta forma.

"Skadi. Asísteme en este ritual." Ordena la vil bestia, apenas poniendo atención a su seguidora, que aún seguía en el suelo.

La bestia, apenas y puede ponerse de pie. Lo logra, pero sus patas tambalean, ella también estaba muy herida. "Por supuesto, su-su majestad." Responde, mirando hacia abajo.

"La última vez, esto fue realizado por una manada de simios idiotas y por eso no salió como debía. Esta vez será perfecto, conmigo aquí esto será muy fácil. Pero rara vez este tipo de cosas necesitan…de un solo ser." La bestia voltea hacía Skadi sonriendo con malicia. "Por eso necesito de tu magia y la de…" La monarca frunce el ceño y su mira de izquierda a derecha. "¿¡Y DÓNDE ESTÁ CROW TENGU!?

Skadi cierra los ojos, asustada. "De-debe estar oficiando el ritual del Círculo de las Estrellas…" comenta en voz baja, temiendo la ira de Macherie.

Macherie, pone su cabeza de lado y suelta una risita traviesa "Tanto me divertí que lo olvidé." La reina fiera suspira. "Tengu siempre participa en esa ceremonia, este yo ahí o no. Es su rol principal en Menagerie…" La bestia se pone a pensar, muy detenidamente. "Esta ocasión es importante…pero también, debería apersonarme al ritual. Debo ver a esas dulzuras recién salidas de la obscuridad, estoy particularmente…impaciente de ver a la linda Dawn ¿En qué se habrá convertido? ¡He de traerla aquí también para que vea esto! JAJAJAJAAJA" Dice entre risas. "Iré por ellas, me quedaré ahí un rato y regresaremos para llevar acabo el ritual. Tu presencia no es necesaria." Tras esas palabras, Macherie se desvanece, en una neblina de obscuridad adornada por estrellas.

Su subordinada más cercana, suspira, aliviada de seguir con vida. Se sienta cerca de la cruz, mirando a su amiga ahí. "¿Verdad que eso fue horrible? La gran Macherie puede ser brutalmente cruel, pero créeme, todo esto será para bien." Pronto se recuesta a pies de la asqueante crucifixión. "Espero podamos participar un poco en el Círculo de las Estrellas, ojalá alcancemos la fiesta de los placeres terrenales...ahí habrá el banquete más sabroso de todos y la mejor orgía en la que estarás en tu vida."

Aunque el ritual estaba llegando al clímax, a la parte donde emergerían tantas bestias adorables y tiernas, Brachyura siente que no puede esperar más e intenta escabullirse, pero Crow Tengu la ve y de inmediato, si bien sigilosamente para no detener los festejos, la detiene.

"¿A dónde vas Brachyura? ¡Sabes bien la importancia de esto! ¡No puedes simplemente irte!" Le reclama, alarmada ciertamente por esa acción.

"Mi señorita, creo que algo horrible ha pasado. Nectura, Lapin, Obvibos y Bjorn no están aquí." Responde mirando hacia abajo.

"¡¿QUE!?" El color casi se va del rostro de Tengu. "N-no puede ser… ¿Crees que…?"

"Si, la AIP." Contesta, mirando hacia las escaleras. "No sé como pero sé que fueron ellos…y ahora que lo menciona, creo que la chica de la AIP que había sido elegida para ser elevada, no está."

Tengu, sostiene su rostro con ambas manos, horrorizada. Trata de pensar en una solución, le preocupa mucho la salud de sus compañeras y también el hecho que esos de la AIP anden libres por ahí. Pero si detiene la ceremonia, la Reina desatará toda su furia. "Brachyura, por favor, ve a buscar a las otras…y…"

Dos bestias de aspecto canino se acercan, las dos extremadamente similares. Tenían abundante pelaje gris y blanco, que cubría gran parte de sus cuerpos, exceptuando sus rostros y sus torsos. De su cabeza salían orejas puntiagudas, y de sus labios se asomaban las puntas de sus colmillos. Sus patas eran digitígradas, y tenían largas colas peludas saliendo de su cóccix. Ambas portaban collares de cuero con pinchos, color rojo. Aunque eran en apariencia física, casi totalmente indistinguibles, una tenía los ojos azules y la otra los tenía verdes. Y si uno quería ser obsesivo con el detalle, sería posible darse cuenta que una de ellas tenía el pelaje un poco más desarreglado que la otra. Sus expresiones reflejaban que, no eran las espadas más filosas de Menagerie.

Ambas hablan a la vez, casi en perfecta sincronía. "¡Señorita Tengu! ¡Nosotras oímos algo, pero no quisimos interrumpir!"

Brachyura y Tengu voltean hacia las bestias idénticas. Ni como regañarlas por no decir nada. "¿Qué oyeron, Lupine y Lupineé?"

"Pues, primero mi orejita se movió, y que le digo a Lupineé que mi oreja se había movido."

"Y que yo le digo a Lupine, ¡Oh no, mi orejita se movió también! Y ella me contestó ¡Si es que mi orejita se movió porque oí algo!"

Brachyura y Tengu suprimen una risa. Este no era el momento. Tengu carraspea con la garganta. "¡Les pido vayan al punto, esto es una urgencia!...Brachy por favor, ve arriba de una vez." La bestia de las tenazas sale hacia las escaleras en espiral que conducían a la parte superior de la estructura, donde había visto por última vez a Nectura y Lapin.

Lupine asiente a la orden de la harpía de plumas negras "Oh si, y después de eso, nos concentramos en oír lo que hizo que se movieran nuestras orejitas y yo oí un: "¡Ni idea, pero esto no pinta nada bien! ¿Vamos a quedarnos aquí?...¿Sin hacer nada?"

Lupineé agrega. "Y yo oí un "¡Shh! ¿Quieres que nos oigan? Si salimos con vida, puedes darte el lujo de tener una crisis existencial. Y pensé ¡Qué raro! Y…"

Tengu las detiene antes de que sigan hablando sin parar. Con eso ya está más que confirmado que estos idiotas estuvieron bien cerca de aquí. "Gemelas lupus. ¿Pueden detectarlos aún?"

"Oh si, ya no los oímos mucho, pero todavía huelen, y es horrible, ay no." Comentan al unísono, mortificadas.

"Sean buenas chicas y mátenlos, que no quede nada de ellos ¿Oyeron? ¡Nada! Devoren sus huesos, nadie puede enterarse que esos buenos para nada entraron aquí ¡Corran chicas!" ordena su superior, indicándoles con el dedo índice que se fueran.

Las expresiones sonsas de las bestias gemelas se borran. Una mueca terrorífica, digna del depredador que representan se dibuja en sus caras, sus pupilas se contraen y corren como auténticas fieras, utilizando sus cuatro extremidades. De inmediato van hacia las escaleras que llevaban a la parte inferior de la estructura.

No tardan nada en dar con el pequeño grupo de humanos y Pokémon, sólo era necesario asomarse ligeramente. Si, son dos chicas lindas, un tipo todo feo y tres Pokémon asquerosos. Justo lo que habían oído las orejitas, lo que habían olido las naricitas.

"Oye Lupineé. ¿Los atacamos por la espalda?" Pregunta Lupine, relamiéndose con deleite.

"Yo creo que si Lupine, mira, sólo caminan y arrastran a ese tipo feo." Contesta olfateando el aire. "La neblina no llega aquí todavía yo digo que sigue vivo… ¡Pido los intestinos!" Lupineé sale corriendo a velocidad vertiginosa.

"¡Ay noo es justooo, siempre te quedas con lo más rico!" Le reclama, corriendo tras ella.

Serena y Dawn miran consternadas a Paul, ya la neblina no era detectable pero él seguía muy mal, casi inerte; justo lo mismo que había ocurrido con Ash. Era obvio que las bestias, siendo todas de género femenino, hasta el momento, iban a tener poderosos disuasorios para el sexo opuesto. No le sorprendería que hubiera más de esos, peores que la neblina.

"¿Crees que vamos a salir con vida?" Pregunta Dawn repentinamente, suspirando con fuerza, aun no estaba a salvo de ser tirada ahí con las otras chicas y eso la perturbaba. La verdad era que no podía concentrarse bien en lo que debía.

"Sí, seguro." Alcanza a contestar Paul, a pesar de su estado, con la misma acidez de siempre.

"¡No gastes energía en sarcasmo! Y tengan un poco más de fe. Encontraremos a Zoey y salvaremos a la región. Y ni digas que lo primero no es necesario, Paul. "El chico tuerce los ojos ¿De cuándo a acá lo manda Serena? Si no se sintiera tan absolutamente miserable ya le habría contestado.

"Ojalá la veamos pronto, me angustia no saber de ella." Comenta Dawn, muy tensa, sólo quiere salir tan rápido como sea posible de este sitio. Antes de que Serena pudiera contestarle, escuchan jadeos tras ellos. Giran la cabeza rápidamente y sólo pueden ver a dos monstruos feroces, arrojándose sobre ellas, con sus fauces abiertas.

Delicioso banquete.