¡Feliz 2022 chicos! ¡Qué genial es traerles continuación de esta historia a inicios de año ;v!" Espero les agrade y no se olviden de comentar

Capítulo 31: Cáncer

Los gritos llenos de horror que salen de las bocas de Serena y Dawn resuenan con intensidad en los helados corredores cristalinos. ¡Apenas y habían tenido tiempo de poner sus brazos al frente, para intentar protegerse del par de fieras que se les lanzaron encima! No sólo era la potencia de la mordida en sí, sino el afán de las bestias por arrancar cada fibra de tejido muscular, desprendiendo las extremidades de una en una para triturar el hueso y llegar a la deliciosa médula ósea.

Las pobres chicas no podían hacer más que preguntarse internamente, entre el shock y el llanto… ¿¡De dónde habían salido estos monstruos!?

Pero Paul no se permite perder el tiempo con preguntas irrelevantes; tan pronto le es posible, considerando su delicado estado, grita a los pokémon que les acompañaban: "¿¡Qué esperan ustedes tres!? ¡Ataquen!"

Los pokémon también habían sido tomados por sorpresa, pero rápidamente lanzan ataques para salvar a las chicas. Piplup salta a la defensa de Dawn, usando pico taladro para que esa bestia asquerosa soltara a su entrenadora. Gengar lanza una bola de sombras que golpea a Lupine, quien estaba por morder el cuello de Serena. El ataque logra el efecto deseado pero también hace a Serena caer al piso, hiriéndola ¿A quién le importa mientras le haya salvado? Weavile ataca con rayo de hielo, pero el ataque no las convierte en bloques helados, sólo las hace retroceder varios metros.

Lupine y Lupineé los miran maliciosamente, sus bocas escurriendo de sangre mientras se relamían los labios; esa probada de la carne de las chicas que lograron arrancar, que comieron… fue deliciosa ¡Necesitaban más! Así que se ponen en posición para abalanzarse de nuevo, las devorarían sin fallo alguno. Sin embargo, estas dos no tienen una buena capacidad para retener atención, así que su ataque pronto se detiene ¿Por qué? Por el atuendo de "bestia" que usaba Dawn.

"¡Mira Lupine! ¡Esa chica va di-vi-na!" Exclama Lupineé, acercándose peligrosamente a Dawn pero para admirar la amalgama de prendas que la hacían ver como una de las suyas.

"¡Ay sí! ¡Está precioso! ¡No sabía que las humanas pudieran vestirse tan bien!" Ella igual se acerca, fascinada por el atuendo.

"¡Tienes que darnos tips fashionistas!" Gritan las bestias al mismo tiempo, sus pupilas formando estrellitas.

Dawn no puede procesar lo que las bestias le dicen, está pálida, sus piernas tiemblan sin control alguno, decir que su brazo tenía una herida era poco. Las fauces de la bestia habían dejado un agujero grande e irregular que se extendía por gran parte de su extremidad. No sólo era enorme en extensión sino también en magnitud del daño causado a la chica, era posible ver una parte del húmero expuesto. Naturalmente no paraba de sangrar, formando grandes charcos rojos a pies de la chica.

Las heridas de Serena eran bastante similares pero ya que ella se protegió con el antebrazo, las llagas zigzagueantes de los colmillos de la fieras muy posiblemente dañaban nervios necesarios para mover la mano adecuadamente. La chica no podía contener sus lágrimas, pero no podía ni siquiera gritar, sólo sostenía su brazo en dolor agónico ¿Cómo siquiera cubrir estas heridas? ¡Ojala no tuvieran que cauterizarse! Las gemelas Lupus vuelven en sí al ver a Paul, sus orejas peludas moviéndose ligeramente. "¡Ay no Lupine! ¡Olvidamos que la señorita Tengu nos ordenó desaparecerlos!"

Paul mira a sus camaradas con preocupación palpable. Tiene que sacarlas de aquí y rápido.

La sonrisa de Lupineé no desaparece, incluso si ese descuido era grave. "¡Empecemos por comernos al feo ese! Después a la castaña sabrosa y al final, una vez que tengamos los tips, devoramos a la fashionista!"

"Y yo que pensaba que no podían ser más brutas." Paul se pone de pie con cierta dificultad, y se coloca frente a las chicas, poniéndose entre ellas y las feroces gemelas. "Yo me encargo, atrás."

"Pero aun no estás bien…" Comenta Dawn, sosteniendo su herida.

"¿Y ustedes si?" Dice con acidez, tomando control de los tres Pokémon a su disposición. "¡Weavile tajo umbrío! ¡Gengar bola de sombras al suelo bajo esas idiotas y Piplup, rayo burbuja!"

Los ataques de los Pokémon llueven hacia las bestias, y llueve cristal, producto del impacto de estos movimientos. Las bestias únicamente se sacuden los escombros, su denso pelaje les daba una resistencia espectacular, resiliencia que parecían no tener.

"¡Grosero!" Exclama Lupine, agitando su cuerpo.

"Ay si gemelis, este humano no tiene clase, que bueno que vamos a matarlo primero. Aunque acuérdate que yo ya aparté las vísceras." Comenta Lupineé, adelantándose, pero su hermana la jala de la cola.

"¡No se vale! ¡Yo quiero las vísceras! ¡Nunca me tocan las vísceras!" Gruñe Lupine, iniciando una absurda discusión con su gemela.

"¡Yo nací dos minutos antes que tú, las vísceras son mi-as!"

"¡NO! ¡Yo soy la más cute, así que hoy comeré vísceras!

"¡No eres más cute que yo! ¡Yo soy más cute!"

"¡No es verdad!"

"¡Qué sí!" Las bestias se gruñen y se lanzan la una contra la otra, en un arranque de ira para demostrar e imponer dominancia, a mordidas. Las de Menagerie prácticamente no se atacan entre sí, pero estas dos tienden a pelearse por nimiedades…claro estas discusiones no eran más que escaramuzas entre dos fieras que tenían por instinto el dominar a la otra, establecerse como la alfa.

Mientras, el trío de la AIP ya se había alejado, dejando atrás un camino ensangrentado que seguramente llevaría a estas dos rápidamente hacia ellos tan pronto acabaran su pequeña discusión. Los tres sabían que no podía detenerse, si es que querían escapar con vida. La pobre Serena buscaba frenéticamente algo en su bolsa para que ella y Dawn pudieran detener ese sangrado tan horrendo, ensuciando su pequeño bolso de sangre en el proceso.

"¡Vamos, vamos, vamos, lo que sea lo que sea!" Comenta la castaña, su voz quebrándose, repleta de pánico.

Dawn aún no puede ni hablar, voltea hacia Paul y Serena, incapaz de esconder la angustia que la invade. Comenzaba a sentirse mareada, así de rápido estaba perdiendo sangre y cierto era que pronto su compañera estaría igual. Quizá puedan parar el infernal sangrado, pero seguro las heridas están terriblemente infectadas….es imposible que la boca de esas sea…limpia.

Paul niega con la cabeza y le quita rápidamente el bolso a Serena para revisarlo el mismo. Encuentra un par de paños blancos pequeños, estos pueden ponerse encima de la herida para….tratar de que el sangrado sea menos absurdo, pero sin un torniquete estas dos morirían aquí mismo. El chico se quita su bufanda blanca y violentamente la arranca en dos tiras, que utiliza para que sirvan de torniquetes improvisados, primero comienza con la peliazul, enredando cuidadosamente la tela por debajo de la herida antes de la articulación del codo, lo suficiente como para ralentizar el sangrado pero sin detener la circulación del resto de la extremidad.

"Coloca esto sobre tu herida y presiónalo, Serena tú has los mismo" El chico les da a ambas los paños, toma la tela restante y la envuelve justo encima de la muñeca de Serena.

"Gracias Paul." Agradece la chica, esforzándose por esbozar una sonrisa, a pesar del dolor. Debía mantener la compostura

El chico la mira, y voltea la mirada, esas palabras son incómodas. "No es nada, emm…en todo caso deberían regresar usando esa cosa que encontramos ¡Busquen ayuda cuanto antes! Yo puedo encargarme de esto."

Las chicas no eran tontas, no iban a protestar….apenas y podían mantenerse con los ojos abiertos, estaban perdiendo muchísima sangre. ¿Pero acaso podían culparse? Recibieron un ataque bajo, sin previa advertencia, una genuina emboscada.

El chico gira hacia atrás y no ve a las taradas, pero si alcanza a oírlas, sus gruñidos y chillidos. "…Pero deberíamos buscar un lugar más seguro para abrir el portal, nos van a encontrar muy rápidamente." Paul mira a Gengar quien levitaba con esa sonrisa terrorífica tan característica. "Vas a cuidarnos la espalda, necesito a estos dos adelante para otro ataque." Ordena, mirando a su Weavile y a Piplup.

Las chicas asienten con la cabeza y corren tras Paul, quien ya al menos se sentía aliviado del efecto de la neblina, o eso parecía. Los trozos de tela se teñían de rojo, y sólo podían pedirle a su Dios que eso fuera suficiente para que no desangraran, necesitaban atención médica, y pronto.

Brachyura corría por la parte superior de la estructura cristalina, debe saber que rayos está pasando aquí ¡Es imperdonable el hecho de que la más grandiosa de las ceremonias de Menagerie estuviera siendo saboteada! Por supuesto que a diferencia de la AIP, quienes corrían en círculos como imbéciles, la bestia de las tenazas navega los laberintos cristalinos con absoluta facilidad, con conocimiento preciso de adonde ir.

Pronto llega al Salón de los Sépalos, el lugar donde las chicas, Dawn incluida habían sido despojadas de sus ropas para que se les colocara los necesarios atuendos ceremoniales todo con tal de ser arrastradas al Círculo de las Estrellas. Suspira fuerte al ver a Nectura en el piso y a Lapin cuidando de ella. Con preocupación se acerca a sus compañeras. "Me alegra ver que están con vida ¿Pero que rayos te pasó Nectura? ¡Tienes el exoesqueleto dañado!"

Nectura se había herido a sí misma para que fuera creíble que una humana la hubiese lastimado lo suficiente como para escaparse. "Oh…es que, la chica de la AIP me atacó, no pude contenerla ya que me tomó de la cabeza y la azoto varias veces contra ese pilar." Comenta señalando una columna. "Fue patético porque baje mi guardia…lo siento mucho, pero ya mis heridas van sanando"

A Brachyura se le hace rara la respuesta, poco creíble…ah Nectura ¿En que estaba metida ahora? No quería indagar en eso por ahora, ya…le preguntará después que demonios hizo. "Entiendo, y tú Lapin ¿Por qué no la detuviste?"

"¡E-Es que salió por atrás con un pokémon enoooooorme con llamas en la espalda y me asuste y corrí hacía Nectura para ver qué había pasado!" Exclama tomando sus largas orejas y jalándolas hacia abajo escondiéndose tras ellas.

Brachyura niega con la cabeza. "Esto es un desastre… ¡Un total desastre! ¿Saben en qué clase de problema estamos metidas? La AIP anda por aquí causando destrozos, de hecho la Señorita Tengu envió a las gemelas Lupus a destruirlos, para que nadie se entere que estuvieron aquí, mucho menos la Gran Reina….hablamos de la ceremonia más importante." Los ojos de Brachyura se hacen como platos. "¡LA CHICA ESA DE LA AIP DEBÍA HUNDIRSE EN EL CÍRCULO!"

Las tres se miran horrorizadas, fácil sería ir por esa chica… ¡Pero el ritual está más que iniciado! No hay posibilidad de arrojarla, debían capturarla y esperar otro ritual. Aunque ese no era el problema más grande, la cosa estaba en que las gemelas Lupus, OBVIAMENTE no sabían eso y para este punto ya la habrían masacrado.

"¡Nectura, Lapin! Detengan a esas dos y asegúrense que la peliazul este bien, su destino es ser una de nosotras y no podemos permitir que eso cambie ¡Rápido!" Brachyura entiende que ambas están asustadas, heridas y que no son bestias fuertes. "Escúchenme, si pueden evitar pelea es mejor, sólo secuestren a la peliazul y que las gemelas devoren a los otros, no se expongan innecesariamente ¿De acuerdo?...y les pido sean sigilosas NADIE puede enterarse de esta…situación"

"¡Entendido mi Señorita!" Lapin sale de su escondite entre sus orejas, colocando su mano firmemente en la frente, en señal de obediencia.

Nectura se levanta y agita sus alas rápidamente, elevándose. Esto era muy problemático…quería que sus planes marcharan como ella deseaba. El destino podía esperar tantito ¿No? "Si, señorita Brachyura, la traeremos a toda costa." Responde con firmeza, ah…odia cuando todo se complica.

"¡Perfecto, ahora vayan, yo iré a buscar a Obvibos y Bjorn ¡Es imposible que hayan sido derrotadas por esos simios repugnantes! Las centinelas seguro vieron algo, estaré con ellas y si es posible las ayudaré." Explica la bestia de tenazas antes de marcharse, Nectura y Lapin salen volando y corriendo, respectivamente, del Salón de los Sépalos.

Brachyura se dirige hacia los balcones desde donde las centinelas de los cielos observaban la mugrosa ciudad ¡Ellas debían saber algo! La bestia se acerca a una pequeña campana de cristal que colgaba de una de las adornadas columnas y la toca con fuerza. Tres bestias aladas van hacia ella, todas aves de presa y se arrodillan. La primera, llamada Leucos, de alas negras como la noche, pero de cabello totalmente blanco (de ahí su nombre) y con garras de un color amarillo intenso, la mitad de rostro estaba cubierto por el de un ave con largo pico afilado. La bestia junto a ella, Aquila era un poco más pequeña, pero igual de imponente y su plumaje era café. Ambas orgullosas damas águila. La tercera, llamada Falco, era pequeña y feroz, su cuerpo adornado por plumas grises con otras de color blanco, la máscara de ave mostraba a una de un pico pequeño pero tan afilado como era posible, y era conocida por ser increíblemente veloz.

"Un momento ¿No son cinco de ustedes? ¿Dónde está Níval? "Pregunta Brachyura volteando

Las arpías se miran entre sí. No sabían nada de su hermana, la bestia de plumas blancas como la nieve, con toques de obscuridad. Leucos habla por todas. "N-no tenemos idea…"

"¡Cómo no van a saber! ¡No es posible que no hayan visto nada….!" Brachyura está muy alterada pero intenta mantener la compostura. "Miren, iré abajo a investigar, Obvibos y Bjorn deben estar ahí, y seguro encuentro a Nival, s-seguro atacó a algún humanillo repugnante. Aunque pienso que la AIP pronto tratará de atacar por abajo, así que estén al pendiente por que requeriré su asistencia."

"¡Si señorita!" Exclaman las tres, avergonzadas por cometer tal error en su perfecta visión. "A su señal volaremos en su auxilio." Dicen, antes de volver a sus posiciones.

"Esto no puede ponerse peor." Brachyura toca su pierna derecha, justo en la rosa dorada que lleva, con todo el orgullo del universo, tatuada en ella. Esta comienza a brillar, justo como lo hacía el adorno de rosa de Bjorn y esto le permite a la artrópoda bajar a la ciudad. Que horripilante lo que ve. No era la destrucción absoluta de la patética construcción humana, eso estaba genial. Pero si era angustiante que la tormenta feroz de Skadi, haya sido reducida a unos copos de nieve cayendo suavemente ¿Qué pasó con ella? ¿¡Y por qué las centinelas no dijeron nada del cambio en la intensidad de la tormenta!?...Ah…el ritual del círculo de las estrellas, claro. Y peor aún, a sus pies yacía, toda fracturada y en charco de sangre la pobre Nival.

"¡Oh por la gran Reina! ¿Qué te pasó!?" Exclama acercándose con cuidado al cuerpo inerte de la bestia, lágrimas en sus ojos, seguramente ya está muerta.

Pero para su sorpresa y alivio, la arpía abre un ojo y hace una señal con el pulgar de que estaba bien. Si, aunque Paul la arrojó de tal altura, quizá por un milagro obscuro…ella estaba con vida, eso sí, hecha pedazos, sus alas y patas totalmente fracturadas. De su boca brotaba sangre, al igual que de su frente, había tenido una contusión horrible.

"Señorita…Los de….la AIP…." La bestia tose sangre. "…atrás de mi…atacaron de sorpresa…n-no tuve tiempo y me tiraron….n-no puedo volar y…p-pensé que nadie vendría…" La emplumada no puede seguir hablando y queda callada, luchando por respirar.

Brachyura levanta con delicadeza a su compañera, tan suavemente como puede. "Tranquila, vas a estar bien. Gracias por decirme como llegó la AIP a nuestro palacio. Te llevaré con tus compañeras, no quiero que te lastimes más, le dirán a Veada que te atienda cariño mío, todo saldrá de maravilla y te vas a curar." La bestia silba con fuerza, la señal que había acordado con sus compañeras arpías las cuales rápidamente bajan, para socorrer a su amiga.

"¡Q-QUÉ TE PASÓ!?" Exclama la bandada al unísono.

"La AIP, eso pasó. ¡Rápido! ¡Qué la curen de inmediato!" Exclama, apresurando a las arpías quienes pronto se llevan a su compañera caída.

Brachyura suspira, un poco aliviada al ver que la pobre Nival es llevada a un lugar seguro, donde podrá ser atendida. "Entonces sólo me falta encontrar a Bjorn y Obvibos, no pueden haber caído ante esos idiotas, es imposible. Tan pronto como me reúna con ellas…." La bestia mira sus tenaza brevemente, tiembla bastante… está absolutamente furiosa; continua su camino, mordiéndose los labios, esto es simplemente inaceptable, ahora es cuestión de mero orgullo ¿Van esos simios asquerosos salirse con la suya? Jamás.

Clemont mira al cielo, la tormenta helada se había reducido a una ligera nevada…pero no hay razón para animarse ni un poco, sabe bien que aunque la ventisca se detenga por completo para nunca volver, esto no era más que el inicio de una pesadilla ambiental de proporciones nunca antes vistas. ¡Esto no iba a resolverse por arte de magia!...ya puede pintar el panorama oscuro en su mente, la catástrofe ambiental, las repercusiones en la cadena trófica y en la seguridad alimenticia ¿Serán competentes las acciones que se tomarán para mitigar esos daños? Él lo dudaba.

¡Cómo se le iba la mente al futuro! Esas cosas no eran relevantes en este momento… era primordial llevar a Ash a un lugar donde se le atendieran esas heridas y era imperativo comunicarse con el resto de la AIP ¡Ni siquiera sabían que ellos dos seguían con vida! mucho menos tenían conocimiento que Paul y Serena ya se habían infiltrado al interior de aquella estructura escalofriante.

"Cl-Clemont…ya puedo caminar por mi cuenta…enserio…." Comenta Ash suavemente, estaba en la espalda de Luxray, malherido…abrazando a su querido Pikachu quien aún no despertaba.

"No digas tonterías Ash." Replica de inmediato el rubio. "No tienes razón para mentir así, tus heridas son muy graves, y lo único que hemos hecho es ganarte tiempo… te repito que no puedes hacer mucho en tu estado, hay que enfocarnos en tu recuperación, en eso puedes ayudarnos."

"¡Ustedes están haciendo todo! ¿Y yo qué? ¡Sé que las cosas son graves, pero odio que no pueda auxiliarlos en absolutamente nada…!"

"¡Por eso debes recuperarte! ¡Para que tengas la oportunidad de ayudarnos como siempre lo haces! Si mueres aquí, ahora sí que en realidad no podrás ayudarnos en nada, pero sigues vivo y debes hacer lo posible por recuperarte."

"Bueno…su-supongo que tienes razón, pero eso no significa que me guste la idea." Contesta el azabache, mirando a un lado.

"Ash…" Clemont suspira, no había forma de cambiar la opinión del chico, al menos sus heridas evitarían también que Ash hiciera cualquier estupidez que se le ocurriera, con lo impulsivo que es. Continúa caminando por algunos metros más, era difícil avanzar por las calles congeladas y destruidas por los bloques de hielo que habían caído, estaba por volverse a perder en sus pensamientos pesimistas pero un zumbido en el cielo lo distrae de inmediato, sus ojos brillan como estrellas al ver que ese ruido venía de uno de sus inventos aéreos.

"¡SÍ!¡ SÍ! ¡Es Lambda-0X76!" Comenta emocionado, esperando un poco a que el artefacto estuviera a altura suficiente como para tomarlo entre sus manos.

"¿D-de qué hablas Clemont?" Pregunta Ash confundido, no ayudaba en nada que se sentía fatal y luchaba simplemente para mantenerse consciente.

"¡Es uno de mis preciosos drones! ¡Debió ser enviado por los demás!" Exclama, esperando a que pronto se proyectara un bello holograma del mensaje enviado, pero nada sucede ¿No enviaron algún mensaje? El rubio analiza su dron, quizá hay algún daño pero no encuentra "¿Y esta nota?" Clemont inspecciona la nota pegada con cinta en la parte inferior de su dron, que no alcanzó a ver en su primera inspección:

"Contestanos!" decía en caligrafía apenas legible, seguro por la prisa.

"Ah. Imagino que sólo le pegaron la nota y lo encendieron. Sin instrucción previa, todos mis drones están diseñados para buscar mi localización, aunque ahora pensándolo bien ese diseño podría ser un riesgo sin mejores regulaciones, he de trabajar en actualizar esa función, limitarla no sería difícil y podría diseñar un algoritmo simple que permita a los demás usarlos en todo su glorioso potencial…."

"¡Contesta…el mensaje!" Exclama Ash de repente, asustando un poco a Clemont y sacándolo de su tren de pensamientos.

"¡Cierto, cierto!…Veamos." El chico teclea rápidamente algunas funciones y pronto procede a hablar. "Chicos, la situación aquí es fea. Me dirijo a algún hospital o la AIP por que Ash está herido de gravedad, Paul y Serena se encuentran ya en el cristal de Menagerie….no nos hemos encontrado con nadie más. ¡Les envió mis coordenadas!" Finaliza, colocando un comando más que hace que el dron vuele de regreso a la AIP. "Creo que podemos esperar…el clima está despejado así que mi querido dron no tendrá problemas en llegar…espero."

Por varios minutos hay silencio incómodo entre los chicos, ansiedad palpable. Pero pronto el azabache reinicia la conversación. "¿Cómo crees que están las cosas ahí?" Pregunta Ash, genuinamente preocupado.

"Debe ser toda una pesadilla…" Comenta el chico, suspirando nuevamente. "Sólo espero lleguen pronto refuerzos me preocupa que pronto nos ataquen, estamos en una muy mala posición.

"¿Y si nos ocultamos cerca de aquí?" Sugiere el azabache, Clemont asiente con la cabeza.

"Es lo mejor, hay que evitar cualquier problema…"

Quizá ya no había necesidad de tal cosa, pronto se escucha el rugido de un Charizard, era el de Kiawe, que pronto aterriza junto a los chicos, llevando a su entrenador y a Mallow en su espalda "¡Qué alivio verlos enteros!"

"Ni tan enteros." Piensa el rubio, aliviado de que al menos la ayuda ya está aquí. "Escuchen, Ash y Pikachu están muy graves ¿Tenemos donde atenderlos?"

Mallow se rasca la cabeza. "El Centro Pokémon y el hospital no se dan abasto, no hay energía aun y hay demasiados heridos y enfermos que es imposible ya atender más. En la AIP es lo mismo pero están improvisando una enfermería en el edificio para ayudar a quienes falten, ahí lo pueden recibir."

"Sí, que se lo lleve Charizard… ¿Mallow te regresas con ellos?" Agrega Kiawe, dirigiéndose a su compañera.

"Claro, pronto regresamos, al menos ya se puede volar con facilidad. En breve deberían ir llegando los demás, no todos claro…no queremos que pase lo de la última vez, pero si varios de los nuevos entrenadores." Charizard baja su cuerpo, para permitir que el azabache y su pokémon sean subidos a su lomo.

"¡Perfecto! Esperamos aquí entonces. Recupérate Ash y… no hagas nada tonto por favor." Pide Clemont, angustiado por la salud de su viejo amigo, lo que menos quiere es perder nuevamente a alguien a quien tiene en tan alta estima…ya había tenido suficiente de eso.

"L-lo prometo" Murmura el chico, avergonzado por la situación, para luego ser llevado de vuelta a la cede de la AIP.

"Vas a estar bien, verás que si Ash." Dice Mallow, buscando consolarlo un poco. "Y Pikachu también por supuesto" Sabe además que hablar del pokémon del chico distraerá bastante

"Atiendan a Pikachu primero…yo aún aguanto." Pide Ash, su compañera lo mira, algo exasperada.

"Hay espacio para los dos, no es necesario que te pongas así." Finaliza Mallow, poniendo su atención en la ruta que seguía, pendiente de cualquier posible peligro.

De regreso en el suelo, Clemont concentra de nuevo su atención en el problema con Menagerie. "Escucha Kiawe, la bestia que nos atacó es extremadamente peligrosa, no pudimos matarla….sigue bien viva. Paul al parecer se encontró con una igual de fuerte…no sé si logró matarla o no."

"Es Paul, seguro la mató y más" Comenta el moreno, no hay mucho que pensarle a esa situación.

"Si, traía el cuerno de la bestia en su mano…oh además él y Serena ya están ahí arriba. No sé nada de ellos, pero deberían estar bien…."

"Bueno al menos detuvieron lo de la ventisca, ¿Tardarán más?"

"No lo sé, Dawn y Zoey parecen estar ahí también…ellos fueron a buscarlas así que presumo no regresarán hasta encontrarlas."

"Cierto, entonces deberíamos encargarnos de cualquier bestia que ande por aquí." Sugiere Kiawe, Clemont estaba por guiarlo hacia donde estaba aquella bestia que casi mata a Ash, pero son bruscamente interrumpidos.

"¿Nos buscaban?" Brachyura estaba frente a los chicos, sus ojos irradiando odio puro y concentrado. No estaba sola, sino que a su lado estaba Bjorn y Obvibos, estas últimas ya más sanadas de sus heridas, pero la primera aún tenía la terrible herida en el ojo realizada por Serena y la última no había crecido su cuerno de regreso.

Clemont y Kiawe tragan saliva, pero pronto las miran desafiantes. "¡Qué conveniente!, ya no tenemos que ir por ustedes… ¡Hacen nuestro trabajo más fácil!" Exclama Kiawe, dejando salir a su Marowak de Alola de su pokébola, listo para deshacerse de ellas.

Las bestias sueltan una sonora carcajada, pero aun con tan absurdo comentario, les era difícil esconder su rabia. El sabotaje realizado hacia ellas, en su sagrada ceremonia y los ataques humillantes ejecutados por este grupito eran imperdonables.

"¿Es todo lo que tienen que decir?" Pregunta Brachyura, moviendo impacientemente su brazo, en el cual sostenía un látigo ornamentado. "Les diría que es último que dirán pero aún queda oírlos gritar." La bestia hace una pausa y ladea su cabeza. "Mis amigas y yo estamos furiosas. Es lógico que procedamos como veamos más conveniente."

"¿Y cómo es eso?"

"Ya no perdamos más el tiempo chicas, hay que recordarles a estos que con nosotras no se juega." Las bestias no se arrojan sobre ellos, sino que rápidamente se mueven hacia las casas aledañas. Las acciones hablan más que las palabras, no había necesidad de enfrentarse a estos idiotas directamente. No aun, no…hay cosas mejores que hacer antes.

Kiawe parpadea. "¿Qué…qué harán?"

Los ojos de Clemont se abren como platos, de inmediato se da cuenta de la intención de las bestias. "¡RÁPIDO HAY QUE DETENERLAS!" Exclama, acercándose hacia ellas tan rápido como es posible, su Luxray siguiéndolo de cerca. Pronto Kiawe corre con él, dándose cuenta de las intenciones de esas malditas.

Los dos y sus Pokémon se detienen frente a una de las casas cercanas, donde las bestias habían entrado con violencia. Brachyura traía jalando a un hombre de edad avanzada, arrastrándolo sin piedad. "Ah, tantos años sólo para morir por culpa de la AIP."

El pobre hombre no puede ni contestar, está aterrado de lo que vaya a hacer este monstruo, no por el…sino por sus familia que aún se encontraba dentro.

"Esto es demasiado fácil" Brachyura se prepara para tomar al hombre entre sus tenazas para partirle los huesos a la mitad, pero pronto a orden de Clemont, Luxray se lanza hacia Brachyura para morderla con colmillo rayo, un movimiento talmente imprudente.

El ataque nunca llega a la bestia, ella había visto la reacción de los chicos con detenimiento, desde el rabillo de su ojo. Sonríe con malicia, podría esquivar eso con facilidad ¿Pero para qué molestarse? La bestia levanta al hombre con su tenaza y lo coloca entre él y Luxray, quien no tiempo para detener su ataque, ni siquiera para dirigirlo a otro lado, por lo que el hombre recibe el fatal ataque. Incluso si el pokémon hizo lo posible por disminuir el daño que estaba causando al hombre, la avanzada edad de la víctima le impide sobrevivir a la electricidad del ataque, que le rostiza el corazón en un instante, dejando su cuerpo tieso, sin vida.

Los chicos miran incrédulos lo que había pasado.

Brachyura se ríe. "¿Y tú eres el más listo de la AIP? Increíble." La bestia deja caer el cuerpo del hombre, así como esta, recordándoles quien le había hecho eso. "Bueno, eso fue una buena broma, muy divertida, pero…chicas es hora de ponernos serias." La bestia silba, y pronto se ven las siluetas de cuatro arpías volar como relámpagos, aterrizando junto a las otras bestias, se trataba de las centinelas de la estructura.

El grupo de bestias se miran entre ellas, con seriedad de muerte y se colocan frente a Brachyura, arrodillándose de espaldas. La bestia de las tenazas comienza a hablar, su voz quebrándose "Chicas, hemos fallado una vez más a Menagerie…U-us-ustedes no han podido detenerlos y yo no estuve ahí para ustedes, para cuidarlas y llevarlas a la victoria…no queda más que….expiar nuestros pecados…" Brachyura levanta el látigo ornamental que sostenía, y tras tragar saliva y mirar con los ojos cristalinos a sus amigas utiliza el látigo ornamentado para azotarlas, con fuerza y vehemencia. ¡Qué difícil era contener las amargas lágrimas! Este látigo estaba diseñado para causar inmenso dolor… con pequeñas púas de un cristal pequeño similar a la obsidiana que se adherían a la piel, arrancándola con cada golpe, era como si alguien las desollara lentamente con pinzas muy finas, haciendo el proceso lo más tortuoso posible. Pero esto no sólo era una exhibición masoquista, el dolor estaba lejos de ser el único propósito de este artefacto. Se sentía asquerosa al hacerles esto, era una medida que jamás había tomado, era simplemente tan cruel ¡Las adoraba con el alma! ¡Que a ella le llovieran esos latigazos como bestia de mayor rango! ¿¡Por qué tenía que hacerlas pasar por esto!?...tristemente, era lo único que podían hacer para acabar con todo.

Las bestias golpeadas sollozan, temblando incontrolablemente, sus ojos llenos de lágrimas…sus cuerpos emitiendo obscuridad pura. Pronto, gritos horrendos emanan de sus bocas, más horrendos de los que había lanzados mientras eran laceradas. Es horriblemente claro lo que pasa, se escuchan huesos romperse y reacomodarse dolorosamente, fibras musculares se estiraban brutalmente para acoplarse a…las nuevas formas que tomaban este grupo, creciendo en talla, viéndose…cada vez menos humanoides, en una transformación absolutamente excruciante, que destrozaba los nervios, dejándolas con una sensación de dolor punzante perpetuo, como ser atravesado por agujas filosas al rojo vivo, en poco tiempo casi nada quedaba de sus bellos rasgos exóticos….fieras, ahora sí que lucían como tal.

Clemont y Kiawe sólo pueden verlas con incredulidad, incapaces de comprender que estaba pasando. Sus esfuerzos se habían concentrado en procesar la muerte de aquel hombre…y aun no salían de su shock, pero las figuras cambiantes de esas bestias los obligan a concentrar su atención en ellas….y sienten profundo miedo al presenciar el resultado de ese brutal espectáculo.

Mientras tanto, Paul y las chicas corrían por los pasillos de la estructura cristalina, frenéticamente, rodeados de una densa capa de polvo producto de los ataques que lanzaban sus Pokémon. No sólo no habían encontrado donde esconderse, puesto que Lupine y Lupineé los habían encontrado con facilidad y los perseguían como si fuesen pequeños animalitos indefensos en un bosque inmenso, sino también que en uno de esos ataques les habían hecho perder el amuleto de la rosa dorada, que les habría permitido escapar rápidamente de ahí. Las bestias se les aventaban encima, con toda la atención de despedazarlos vivos, y los pokémon del grupo tenían enormes problemas para frenar su terrible avance, era como si todos esos ataques no tuvieran siquiera el más mínimo efecto en esas dos. La velocidad de los ataques de las bestias hacía imposible el sacar más pokemon por lo que Gengar, Weavile y Piplup estaban completamente agotados.

Serena, veía doble, estaba perdiendo ya mucha sangre. Y más con las nuevas heridas realizadas, que si bien no eran de la misma magnitud que la mordida, no eran heridas leves. La situación es horrible…y es claro que no van a salir con vida. ¿Qué es lo más prudente?

Paul lo piensa….lo más lógico era seguir el sólo…dejarlas atrás. Había que pensar en lo que resultaría más benéfico, la decisión era clara más no fácil. No sabía ni siquiera si sugerirlo, obvio las dos se opondrían, el mismo estaba totalmente en contra de lo que pensaba.

Serena voltea a ver a Paul "¡N-nosotras intentaremos mantenerlas a raya! ¡Vete de aquí! ¡Rápido!" La chica le indica a Gengar que haga llover más bola de sombras sobre esas dos, está desesperada…

"¡Piplup, torbellino! ¡Rápido!" Dawn ni siquiera puede voltear, no puede ceder ni un centímetro más a estas psicópatas. Pero escucha todo… ¿Realmente las dos iban a aceptar morir así? Con lo mal que se siente es probable que aunque logren derrotar a esas dos, no sobreviva a sus heridas…qué difícil es aceptar eso.

Paul iba a protestar pero esa noción era inútil. Estas cosas eran así, de haber sido él, el resultado sería exactamente el mismo. Estaba seguro que esta sería la última vez que las vería, así que sólo atina a decirles. "Lo, lo si-siento tanto…" Para pronto correr de ahí a toda velocidad, seguido por su Weavile, él debía seguir a su entrenador. Gengar y Piplup permanecen junto a las chicas, defendiéndolas tanto como les era posible.

Ahora todo parecía depender de él, ….aunque sabe que quizá debería buscar a la pelirroja, pero en el mejor de los casos no iba a cooperar, seguro al oír que Dawn estaba en tal estado, tendría un arranque de ira esquizofrénica e intentaría matarlo a él y el obviamente la mataría a ella antes de que eso pasara. ¿Qué era lo más probable? Que ella estuviera muerta, ya sea asesinada por alguna bestia o incluso por mano propia, con lo desquiciada que está. "Qué horror…ella es la única que podría ayudar…si confió en que lo hará es mejor darme por muerto."

Paul baja una serie de escaleras, tan rápido como le es posible, no tiene ni la más mínima idea de donde lleven, pero obviamente este lugar no era infinito…tenía que haber otra salida, algo más que encontrar.

¡Casi resbala! Eso lo habría matado. "¡Maldita sea, maldita sea!" Exclama, enfureciéndose más y más, aunque parecía imposible. Intenta poner más atención, pero era un esfuerzo enorme…no sabe si las chicas siguen vivas, si las bestias ya las devoraron y vienen tras él, no puede perder ni un segundo más, pero tampoco puede soportarlo más. "¡Weavile! Regresa con Serena y Dawn ¡Rápido!"

El pokemon parece dudar por breves instantes, pero pronto recupera la compostura y obedece. Paul piensa rápidamente en que Pokémon utilizar ahora, Aggron era lento…pero podría despedazar a cualquier bestia que se le pusiera enfrente, por ahora deja salir a su Frosslass, un tipo fantasma le permitiría advertirle de posibles amenazas, y le cuidaría la espalda.

Paul continúa bajando y bajando, a punto de resbalar varias veces….hasta llegar al ansiado fondo, hay un camino extenso atrás de él, pero no es lo único. Hay una puerta enorme, extremadamente ornamentada. En cada lado había estatuas bestias doradas de aspecto totalmente vil, como si custodiaran la puerta. Sea lo que sea…esto es importante.

"¡Aggron! ¡Abre esa maldita puerta!" El pokemon sale de la pokébola y con su enorme cuerpo arremete contra la puerta, abriéndola de par en par. Era impresionante el hecho que esta no sufriera ningún daño en el proceso.

"Puta madre…" Paul entra a la habitación, no sabía que le perturbaba más, si el suelo y paredes de aspecto cósmico, como si estuviese parado en alguna nebulosa o…ver a la pelirroja esa crucificada en el medio de la habitación, maldita sea, lo sabía lo sabía. Avanza hacia ella, seguro ya estaba bien fría.

"¿Y qué carajos crees que haces aquí?" Skadi bloquea el paso de Paul de la nada, asustando un poco al chico con su repentina aparición, la bestia no se había recuperado de sus graves heridas, aun respiraba agitadamente. "¡Desaparece de inmediato!"

¿Iba a tomarse la molestia de pelear con ella para salvar a quien odiaba? ¡No valdría la pena! Pero no tiene muchas más opciones.

¡Qué más da!