¡Hey banda! Les traigo una continuación recién sacada del horno, disfrútenla mucho, comenten y gracias por seguirme leyendo 3
Capítulo 32: Fortuna
El frio ha disminuido considerablemente en ciudad Veilstone, pero eso no significa que las personas que la habitan este fuera de peligro. Clemont ha sabido esto desde el inicio, pero nada lo había preparado para lo que acontecía. ¿Quién siquiera pudiera haberlo predicho? Asesinó a un hombre inocente en lo que fue una cruel broma jugada por esas psicópatas. Sus ojos se posan en las figuras grotescas y horripilantes de aquellas criaturas. Sus cuerpos habían dejado de ser humanoides, pero sus rostros no del todo. Bjorn, por ejemplo ahora lucían feroces fauces demoniacas atascadas de filosos colmillos; un cuerpo enorme y bestial con esa cara retorcida no hacía más que hacerlo temblar. Obvibos, ahora era una criatura cuadrúpeda, con gruesos cascos, cubierta totalmente de pelaje blanco, su único cuerno afilándose y creciendo a un tamaño absurdo. Las cuatro arpías lucían como cuatro gigantescas aves de presa, sus labios transformados en afilados picos, sus enormes ojos diabólicos brillando con malicia.
Brachyura suspira, ¿Por qué tuvo que recurrir a esto? ¡Qué doloroso ver a sus hermanas así! "¡MATEN A TODOS!" Exclama, indicando a sus compañeras que se lancen como los monstruos que son contra toda ciudad Veilstone
Los monstruos se mueven de inmediato ante la orden de su Señorita. Obvibos con su nueva forma no tiene problemas en embestir los edificios aledaños y como si fuese una bola de demolición los hace pedazos. Esto era una zona residencial así que de inmediato se oyen los gritos de cientos de personas que ahora estaban atrapadas bajo los escombros de lo que eran sus hogares, tan pronto esos edificios se vienen abajo, se oyen explosiones provenientes de los ductos de gas y el cielo se llena de un humo negro, la bestia continua su camino de destrucción en línea recta, guiada por un impulso homicida difícil de describir.
Clemont no tiene palabras en este momento, solo ese acto fue suficiente para dejarlo totalmente paralizado. ¿Qué hacer? ¿Qué demonios hacer para detener a esta bestia? ¡Es como un terremoto! El mismo no puede mantenerse de pie, queda de rodillas en el suelo junto a Kiawe. Su cerebro apenas empieza a trata de formular un plan para mitigar este desastre, pero pronto las demás monstruosidades empujan su razonamiento al vacío.
Bjorn, con la nueva forma que tenía de un enorme depredador de pelaje blanco e instinto depredador insaciable, derriba las puertas de los hogares que no habían caído por obra de Obvibos, dándose un festín con la gente y Pokémon que encontraba dentro. Primero es enfrentada por un valiente pero tonto Lillipup que ladra al monstruo, este pokemon tan pequeño es pisado por la bestia, reduciéndolo a una plasta amorfa en el piso. La bestia camina hacia la dueña del pobre pokemon quien lanza su último grito en el momento en que Bjorn la parte verticalmente en dos de zarpazo, naturalmente la carne de la chica es rápidamente consumida. Ojalá pudiera hacerle esto a la mocosa que le arrancó el ojo.
Las aberraciones aladas hacen lo suyo, con la gente que ya huye despavorida de sus hogares, tanto de las otras bestias como de los incendios que habían comenzado a reducir hasta los escombros más minúsculos a cenizas. Tan pronto se fijan en una víctima en particular, se lanzan como misiles, y con las garras los levantan en el aire y con sus afilados picos les arrancan la cabeza, las extremidades o simplemente les destripan en el aire, engullendo las vísceras y dejando lo demás caer al piso. De hecho en varias instancias entre dos monstruosidades aladas sujetaban a la misma persona y la partían a la mitad, compartiendo el botín. Ni pokémon ni personas eran perdonados
Un joven que corre tan rápido como puede, sosteniendo a un zigzagoon entre brazos, pasa muy cerca de los chicos de la AIP que están boquiabiertos. "¡HAGAN ALGO IDIOTAS!"
Mallow llega justo a tiempo para ver la carnicería. Tampoco puede procesarlo, apenas había dejado a Ash en la AIP había visto los edificios caer y explotar. "¿¡PERO QUE CARAJOS!?"
Clemont traga saliva, pocas veces su mente se queda en blanco. Era humano después de todo, el cerebro es propenso a saturarse de emociones intensas y bloquearse. ¿De verdad era tan inteligente como decían? "¿De qué me sirve el cerebro sino pienso ágilmente?" alcanza a ponderar, pero Kiawe lo saca bruscamente de ese estado de shock.
"¡VOY POR LA QUE ESTÁ TUMBANDO LA CIUDAD, USTEDES ENCARGENSE DE LAS OTRAS!" Le grita a Clemont, jalándolo de los hombros "CONCENTRATE! ¿ENTIENDES LO QUE DIJE? ¡NO IMPORTA COMO, HAY QUE PARAR ESTO!" Finaliza, subiendo al lomo de su Charizard y emprendiendo vuelo veloz.
Clemont traga saliva y mueve su cabeza de un lado a otro, en la escuela la situación era horrenda pero esto era otro nivel. El rubio alza la vista y retoma su compostura al ver el rostro sádico de Brachyura mirándole de vuelta. La bestia tenía dibujada una sonrisa cruel, estallaría en carcajadas en cualquier momento. Seguro se veía tan patético. ¡Y no podía permitirse tal cosa! ¡No contra ellas! ¡No contra las enfermas que desaparecieron a su querida hermana! El hecho que ellas hagan esto por un ridículo ritual "arruinado" es una burla en comparación con lo que deberían hacerles por todas las vidas que han tomado no solo hoy, sino a lo largo de los meses. Para ellas esto es un juego y él está harto. Quiere retribución, va a hacerlas pagar por todo.
Pone su mente al fin en frío, concentrándose en aquella bestia de tenazas. "Mallow, ¿Cuándo vienen los demás?"
"Ehh, espero que pronto, no vamos a poder con esto solos…a…a-algún plan?"
"Ninguno, no queda más que hacer una Ash y esperar lo mejor." El chico corre, su Luxray siguiéndole de cerca.
Mallow está muy de acuerdo ¿Qué más pueden hacer ellos tres? Deja a salir a Tsareena de la Pokébola y pronto va hacia el campo de batalla.
La bestia de las tenazas mira con cierto interés al rubio, le había impresionado que este tomara una mirada de determinación tan repentina, habría preferido verlo aterrado, pálido y confundido. "Vaya, parece que tienes testículos después de todo."
Clemont le lanza una mirada sucia. Ni siquiera responde a ese comentario. "¡Luxray ataca! ¡Colmillo rayo!"
El pokemon se mueve a gran velocidad y salta hacia Brachyura, la bestia recibe la mordida en su tenaza derecha, sintiendo la descarga eléctrica pero nada que su cuerpo resiliente no pudiera manejar. Sacude bruscamente su tenaza y lanza a Luxray varios metros hacia atrás, el Pokémon no cae, gira su cuerpo y aterriza sobre sus cuatro patas.
Brachyura sonríe, su corazón de guerrera comienza a latir más rápido, ¡Qué agradable cuando una presa no cae con facilidad! Lame su tenaza y carga contra el pokémon y su entrenador, preparándose para golpearlos con toda la fuerza de sus pinzas.
Mientras tanto, Serena y Dawn hacían lo imposible por resistir el brutal e inescapable ataque de las gemelas Lupus. Estaban exhaustas y malheridas ¡Y esas condenadas estaban como si nada! Sonreían mostrando sus dientes afilados, constantemente relamiendo sus labios.
Dawn suspira, definitivamente no veía salida alguna a esta situación. Probablemente necesitarían a toda la AIP solo para frenar a estas dos. ¿Cómo siquiera pudieron ponerles un alto en la escuela? Le encantaría saber eso en este momento. La peliazul mira brevemente a Serena y brevemente se pregunta ¿Qué estará en su cabeza? Ella siempre creyó que cuando uno está en las ultimas una película de su vida pasaría frente sus ojos, pero nada de eso. Ella no sentía nada de eso, sabía que moriría pero su mente estaba en blanco, lanzando órdenes ciegamente a su Pokémon. Comandos que eran inútiles.
Serena voltea a la peliazul y tenía un sentimiento bastante similar, en definitiva el fin de uno es demasiado difícil de aceptar, y aun así en estas circunstancias era mucho más fácil admitir derrota y dejar de prolongar lo inevitable. Aunque en realidad estaba muy consciente que lo único que podían hacer era darle tiempo a Paul para que el arregle este desastre, lo único que las mantenía peleando.
"¡Esto es muy divertido Lupine! ¡Pero la Señorita Tengu va a enojarse si no nos apuramos!" Comenta la bestia a su hermana gemela quien asiente con la cabeza.
"¡Además que mi naricita huele que ya pronto servirán el banquete celebratorio!"
"¡La mía también! ¡Seguro servirán medallones de solomillo humano!"
"¡Con salsa ahumada de ciliegias!"
Antes de que la bestia pueda concordar con su hermana, ambas reciben un ataque explosivo que las hace retroceder varios metros, una combinación de bolsa de sombras y torbellino. "¡Qué groseras! ¡Estábamos hablando!"
"¡Las humanas no tienen clase Lupineé!"
Las chicas ya se habían adelantado varios pasos junto con sus Pokémon, quizá y podrían huir, pero razonaban que quizá podrían haberlas dejado hablando y esas brutas se olvidarían de perseguirlas. Muy tarde para eso, las feroces gemelas ya se habían lanzado contra ellas, sus fauces listas para engullirlas y desaparecerlas del mapa.
Se oye un silbido fuerte, que hace que las bestias se detengan en seco, sus orejitas moviéndose ligeramente. Ambas voltean hacia ese sonido.
Nectura y Lapin estaban agitadísimas, por poco y no alcanzas a estas dos. "¡Gemelas! ¡Deténganse!" grita la bestia de largas orejas, escondida detrás de Nectura.
Nectura avanza hacia las bestias gemelas. "Chicas, eeeh, ha habido cambio de planes, ¿Por qué no regresan al Círculo de las Estrellas? ¡Nosotras dos nos haremos cargo!"
Lupine mueve su cabeza hacia la derecha como cachorro confundido. "¡Pero la Señorita Tengu dio una orden!"
"¡Sí sí! Pero a nosotras nos dijo que…había cambio de planes, ¡Ya pronto sirven la cena! ¡No querrán quedarse sin comer! ¿Verdad? Sería una pena que no probaran el maravilloso postre que hice para la ocasión!"
Los ojos de las bestias se iluminan y pronto corren hacia la retorcida reunión, pensando solamente en comer sin parar.
Con eso resuelto Nectura se dirige hacia las chicas, quienes ya se estaban escabullendo hacia las escaleras que llevaban a la parte profunda del recinto. "¿Ni unas gracias?" Se ríe. "Las gemelas no habrían dejado NADA de ustedes.
"¡COMO SI FUERAMOS A AGRADECERLES! ¿ESTÁN IDIOTAS O QUÉ?" Contesta Dawn.
Serena asiente y voltea hacia Dawn. "Esa bicho no es fuerte, en la escuela logré herirla de gravedad."
Dawn sonrió por primera vez en un buen rato. "La peluda aquella es una cobarde, ni siquiera pudo atacarme cuando escapé."
Nectura está furiosa, si su piel no fuera azulada, se vería un fuerte rubor, eso sí, una vena está saltando de su frente. "¿C-cómo que bicho? ¿¡Cómo que no soy fuerte!?"
"¡Yo no soy ninguna cobarde!" Replica Lapin. "¡Tu atacaste de la nada! ¡No cuenta!"
Nectura saca el aguijón del dorso de su humano, pero pronto lo retrae nuevamente. "¡Deberían agradecer! ¡Tienen un destino hermoso y las salvamos de ser simple carne de cañón para su "organización" " La bestia ríe, pero su compañera la mira extrañada.
"Oye Nectura, sólo nos mandaron a capturar a la de pelo azul, no a la otra."
Nectura suspira, ¡Como si fuera a dejar que mataran a Serena! No, no le interesaba verla muerta. ¡Quería que sufriera, que su corazón se hiciera pedazos y su vida se desboronara! ¿No sería genial que la imbécil esa se quitara la vida? ¡Ese si era un escenario delicioso! A pesar de la fuerte regañada que recibió por parte de la Gran Reina por meterse en donde no la llaman, estaba dispuesta a arriesgarse por un capricho destructivo que ni ella podía explicar.
"Lapin, solo sígueme la corriente."
"¡No! ¡Sólo venimos por una humana! ¡Hay que matar a la otra! ¡Nos meteremos en problemas! ¿Por qué te interesa tanto la otra?" Pregunta la bestia mirando a su compañera. "No creo que sea muy normal"
Nectura traga saliva, pero no piensa desistir. "¡Prometo contarte luego….pero ahora… a las dos nos vendría de perlas traer a las dos! ¡Imagina que arrastras a las dos ante las demás! ¡Nadie te trataría como un bebé miedoso jamás! ¿Lo has pensado?" Nectura sonríe levemente, sonrisa difícil de leer.
Las orejas largas de Lapin se extienden y sonríe. Ella es una bestia relativamente joven, más que Nectura incluso, y como tal sus superiores constantemente la cuidan y la protegen, tanto como sea posible. "¡Tienes razón! ¡Las dos ganamos!"
"Tu ve por la peliazul, yo me encargo de la castañita." Sin esperar una respuesta la bestia del aguijón se para frente a las chicas. "¿Van a venir o vamos a tener que arrastrarlas? Esas heridas se ven muy feas y las necesitamos con vida."
Dawn arquea una ceja. "¿Para su estúpida ceremonia? ¡Prefiero estar muerta!"
"¡Pfff no sabes de lo que hablas! Ahorita estarías en la gloria absoluta!" La bestia se dirige a ambas jóvenes. "Pero el destino es inescapable ¿Saben? No importa que hagan, todo está escrito."
"¡Ya no soporto oir todas sus estupideces! ¡Piplup, pico taladro!" El pequeño Pokémon extiende su pico el cual brilla y gira, dirigiéndose hacia Nectura, quien esquiva, todo con tal de intentar alcanzar a Serena, su blanco predilecto. Pero el ataque del Pokémon no es en vano, puesto que Lapin no alcanza a reaccionar a tiempo y recibe el ataque en el abdomen, el cual pronto empieza a sangrar.
La bestia se asusta, ella era muy nueva en Menagerie y su cuerpo no estaba nada acostumbrado al combate. Por ello solo salta hacia atrás para abrir distancia entre su adversario. Dawn junta todas sus fuerzas y corre para acercarse a aquella cobarde y pequeña bestia.
Serena se siente muy débil, pero al menos contra Nectura si tiene una oportunidad, le ordena al Gengar de Ash que ataque con bola de sombras. Nectura intenta detener el ataque con ambas manos pero ella no es lo suficientemente fuerte como para detenerlo así que pronto el movimiento le explota. Al menos su exoesqueleto le permitirá recibir un par de golpes así.
Tan pronto Lapin vio acercarse a Dawn intentó darse a la fuga, pero la peliazul no se lo permitió, tirándola al piso con el torbellino de Piplup. Y no solo eso, la chica ordena al Weavile de Paul saltar por encima de la derribada y herida bestia para bloquearle el paso. Lapin tiembla, es difícil no sentirse mal por ella, es tan pequeña y adorable de cierto modo. Dawn no tiene la sangre fría de Paul para matarla con violencia, pero sabe que debe acabar con ella. No hay de otra. Una bestia menos es un mundo más seguro. Le daría el honor inmerecido de una muerte rápida.
"¡Nectura! ¡Ayúdame!" Exclama Lapin, aterrada.
Obviamente Nectura la escucha y voltea de inmediato hacia ella. Su caprichito de querer mantener a estas dos piezas en su tablero de ajedrez imaginario, que nadie en Menagerie entendería, estaba poniendo en grave peligro a la pequeña bestia. Sin embargo su ágil mente se da cuenta que esta situación es…favorable de cierto modo. Ella no quiere que estas dos se queden aquí, quiere que vivan. Dawn será usada para empujar a Serena a un lago de brea ardiente. Y Nectura disfrutaría cada momento como la más dulce fruta, hasta entonces podría ser feliz. No sabía bien como poder efectuar su plan con todos estos problemas, pero ahora tiene la excusa perfecta: la debilidad de ambas. Antes de recibir el siguiente ataque de Gengar, puño de hielo, Nectura hace lo posible por salir lo menos lastimada posible, solo para volar por encima de Dawn a toda velocidad y jalar del brazo a su compañera, sacándola del peligro, cargándola entre brazos. Debe irse de ahí pronto o estas dos la alcanzarán. Qué extraño, debería hacer lo imposible por hacer ganar a Menagerie y no habría sido complicado pero su egoísmo estaba guiando la mayoría de sus acciones.
"El destino vendrá por ustedes, recuerden." Les dice, antes de salir a toda velocidad de esos pasillos cristalinos.
Las entrenadoras se miran mutuamente…, eso….eso fue muy extraño. ¿Por qué cometerían semejante error estas bestias? Bien podían haberlas dejado morir a manos de las otras dos.
"No entiendo…." Serena intenta pensar en algo lógico pero ya está demasiado cansada, le sorprende más bien seguir con vida, naturalmente su cabeza está fuera de ideas.
Dawn la mira y la toma del hombro, su habla se interrumpe constantemente, las heridas necesitan ser curadas "Que…Querían capturarnos para volvernos como ellas…."
Serena suspira, agotadísima, sus fuerzas desapareciendo. Esas palabras no quiere oírlas jamás. "En todo caso, estamos a tiempo para alcanzar a Paul." La chica se da la vuelta, avanzando hacia las escaleras que ya estaban prácticamente frente a ellas.
"¿Tanta fe le tienes?" Comenta la peliazul, Serena sabe que no es el momento para ese tipo de preguntas triviales.
"Sabes bien que él tiene toda la habilidad necesaria para manejar esto."
Dawn tuerce los ojos. "En eso tienes razón, solo no estoy acostumbrada a confiar en el" Enfatiza la chica, guardando una vez más sus muy amargos recuerdos.
Serena la mira exasperada. "Sé que fue difícil lo que pasó entre ustedes, pero no pienses en eso ahora…n-no es momento."
La peliazul se enfurece al oír esas palabras ¡Cómo si pudieran decirle que pensar y cuando! "No hables de lo que no sabes Serena. Tu no entiendes esto, es obvio."
Serena se toma el cabello, como quiere asfixiarla, pero sabe que es importante trabajar en equipo lo más pronto posible, es lo que va a salvarles el pellejo. "No eres la única que ha sufrido aquí Dawn. ¡Pero esas cosas no importan aquí! ¡NADA IMPORTA! ¿Tienes idea de lo mucho que me gustaría estar cuidando a Ash? Está súper mal herido…quizá no lo vuelva a ver….y…sé que no queda de otra más que olvidarme de eso ahorita…." Los ojos de la castaña se humedecen y las lágrimas brotan con libertad. "¿No acaso estamos en la AIP para proteger a la gente?, en este momento…nada más importa que detener a estas locas."
Dawn se queda en silencio unos momentos. Analizando las palabras de Serena con cuidado, le había perdido bastante respeto a la chica por su actitud en las semanas previa, pero le impresionaba que si podía mantener bien fría la cabeza, no como ella. La peliazul tenía mucha dificultad para dejar el pasado atrás, incluso para resolver una crisis inmediata. Quizá no puede olvidarse de lo acontecido, pero no se quedará de brazos cruzados. "Sigamos."
Ambas bajan por las escaleras en caracol, con cuidado, un resbalón aquí sería el fin. Bastante ruido llega a sus oídos entre más avanzan, el ruido inequívoco de una pelea. Seguro Paul está abatiendo a alguna bestia. Sus sospechas se confirman rápidamente cuando al terminar de bajar esas tortuosas escaleras ven una puerta enorme abierta de par en par, y dentro de la habitación que estaba tras ella ven claramente al joven, así que corren hacia él.
"¡Paul!"
El chico voltea, sorprendido. Esboza una breve sonrisa, pocas veces estaba tan feliz de ver a alguien. "Genial verlas con vida, no se angustien, ya estoy por acabar con esta patética arpía."
Skadi ve con desesperación como Serena y Dawn junto con una manada de Pokémon hacen acto de aparición. ¡Como si las cosas no pudieran ponerse peor! La batalla con Zoey la dejó muy lastimada y apenas y puede sobrevivir a los ataques inmisericordes de Paul, ese estúpido Aggron es un tanque que puede soportar sus ataques helados, pero en su defensa, ella está demasiado cansada y debilitada. ¿Dónde rayos está Macherie? ¡Esperaba que volviera al momento! Ella no tendría ningún problema en hacer polvo a este cretino, sin siquiera mover un dedo. ¡Seguro estaba demasiado concentrada en… ver qué clase de nuevas bellezas salían de su pozo de obscuridad…la bestia reacciona, sus ojos haciéndose como platos. ¿Esa era Dawn!? ¡¿FRENTE A ELLA!? ¡MALDITA SEA! Esto se iba a poner peor, cuando la Reina se enterará que la peliazul nunca fue hundida en el Círculo de las estrellas con las demás. "
No sólo estaba fallando miserablemente en defender esta habitación sagrada, donde el destino alcanzaría a su amiga Zoey. Ahora todo era peor, muchas veces peor. Macherie tiene un temperamento horrible y no sabe cuántas bestias vayan a sufrir castigos terribles por fracasar en sus encargos especiales, por arruinar la sagrada ceremonia. Ella misma está así por un simple caprichito de la Reina, no hay forma de que salga con vida de esta.
Su tren de pensamientos es interrumpido al recibir de lleno un ataque de cola de hierro de Aggron. Siente la vida escaparse de su cuerpo, mientras choca contra una de las columnas de la cósmica habitación. No ayuda que es bombardeada por una ráfaga de ataques nuevos cortesía del resto de apestosos Pokémon. Está hiperventilando, hasta las chicas parecen en mejor estado que ella.
Veía lo que pasaría frente a sus ojos, ella perdería el conocimiento, ellos liberarían a la pelirroja y sino la mataban, Macherie lo haría de una forma peor que ellos. ¿Era su destino acabar así? Las cosas están escritas en las casi eternas estrellas y no hay forma de alterar esa visión, sólo se puede aplazar lo inevitable.
No era su estilo, ni como humana, ni ahora como una bestia de tanto poder, pero las circunstancias empujan a los seres a hacer cosas que jamás harían. La bestia razona que si escapa y todo sale mal, podrá regresar a Menagerie cuando logre poner de nuevo las cosas en orden, como debe de ser, bajo el absoluto control de las bestias. Los humanos ya tienen perdida la guerra. En caso que Macherie regrese y acabe con esta peste en breve, que sería el mejor de los escenarios, bastaría con regresar y traerle cosas para comprar su buena gracia de nuevo. Como puede la bestia se levanta, casi tambalea, extiende sus brazos con cierta elegancia. "Aunque me derroten, es imposible que salgan de aquí con vida ¿Saben eso verdad? En fin, no pienso perder ante ustedes ni avergonzarme frente a mi Reina así que tomen su insignificante victoria. Se las regalo." Skadi se transforma en una ventisca helada que sale a toda velocidad de la habitación, dejando casi congelados a los tres jóvenes y a los Pokémon.
"¡Maldita cobarde!" Exclama Paul, ¡Cómo le hubiese gustado terminar de aplastarla!
"Las…las otras dos también retrocedieron…bueno fue un poco más complicado que eso…" ¿Será por el ritual? ¿Tanta importancia le dan? ¿O es más el deseo de complacer a esa cruel regente de ellas? Se pregunta Serena, analizando con cuidado la situación, ahora que puede permitírselo.
Dawn camina hacia la enorme cruz en medio de la habitación, ver a Zoey colgada ahí le hiela la sangre. ¿Está viva? No…no la ve respirar. Una angustia muy profunda la inunda. Tan poderosa que la hace querer gritar y llorar con histeria. Paul la ve de reojo y se acerca.
"No sé qué le pasó pero la bestia aquella dijo que aún vivía." Comenta con frialdad, aunque a decir verdad era difícil ver a alguien en ese estado, que alegría no ser ella.
Serena apenas ve la terrible situación en la que esta Zoey, camina hacia sus compañeros. "Y…y que haremos…n-no podemos dejarla ahí."
"En mi opinión será una carga si la bajamos. No tenemos ni cómo sacarla. ¿Importa mucho?"
"¡Paul no digas esas cosas! ¿Eso pensaste al dejarnos atrás?"
El chico niega con la cabeza. "Sabes a lo que me refiero, estamos aquí con un propósito, la encontramos sí, pero no hay nada que podamos hacer. O se muere pronto o las bestias le hacen quien sabe que, nuestro objetivo es detener esta cosa de seguir aterrorizando la ciudad. Cualquiera de nosotros pudo o puede morir, perdimos a casi toda la AIP la otra vez. Una vida o cientos de miles de asesinatos, así son las cosas chicas."
Dawn mira al chico incrédula. ¿Tanto le sorprende? Ella misma aceptó su final hace unos minutos cuando él las dejó. Todo era por un bien mayor. ¿Qué era lo que sentía? ¿Por qué acepto morir para darle valioso tiempo a Paul pero por qué no puede aceptar que la pelirroja se quede aquí? "¡No!, te-tenemos que bajarla, tenemos que…"
Casi como si hubiese sido invocada, Zoey abre los ojos de golpe, una facie que solo mostraba confusión ante su situación. Así que solo obedecería al instinto de liberarse, jalando con fuerza su mano derecha para liberarse de la estaca que la sujetaba. La escena era horrible, porque obvio la chica grita agónicamente mientras su mano se desgarra para intentar zafarse, queda un agujero sangrante en su palma.
Todos estaban en shock.
"Vaya, esta mujer no se muere fácil." Comenta Paul. "Frosslass, sácala de ahí, se vaya a terminar de matar cuando caiga al suelo."
El pokémon obedece, aunque sus poderes no hacen que la liberación sea menos dolorosa, tan solo la hacen más rápida y efectiva, ya que la pelirroja queda segura de rodillas en el piso.
Estaba ahora hiperventilando y mira sus manos, no recordaba cuando la clavaron, pero se acordaba con cierta claridad de lo que había pasado antes…y buena razón tenía para tratar de enterrar todo al respecto. Y más cuando Dawn llega a su lado para atenderle las heridas de las manos, su corazón empieza a latir salvajemente…pero esta vez no por sus obvios sentimientos de amor hacia ella.
Como un camión la realidad la golpeó. La Dawn que protegió fervientemente, la Dawn que la apoyó, que la animó, que la besó….era una ilusión. La chica baja la mirada, incapaz de ver a la peliazul real.
Serena se aproxima también a ayudar, ella y la peliazul adjudican el hecho que ni siquiera las vea a simplemente el trauma de haber estado colgada ahí por quien sabe cuánto. Con tanta delicadeza envuelven sus manos heridas con trozos de tela que tenían de sobra.
Paul voltea hacia ella y crudamente le pregunta. "¿Puedes pelear aun? Vas a quedarte atrás sino puedes hacerlo."
Las chicas giran hacia el chico, si…sí que tiene hielo en la sangre.
Zoey levanta la vista y clava los ojos directo en Paul. "No soy problema tuyo. Puedo arreglármelas perfectamente sin ti, sin ustedes. ¡Váyanse!"
La sangre de Paul empieza a hervir, esta tipa loca es una orate y honestamente fue un desperdicio ayudarla. No sabe más que abrir su hocico a lo idiota.
Serena se interpone entre ambos "¡Basta! ¿¡Pueden dejar de pelear por un minuto!? ¡Necesitamos arreglar esto y pronto! ¡Los cuatro!" La chica gira hacia Zoey y luego hacia Paul.
Zoey suspira y asiente levemente con la cabeza, Paul gira la mirada. "¿Pero siquiera puede combatir? No veo que tenga más pokémon disponibles."
La pelirroja gira rápidamente y ve a sus cuatro Pokémon en el suelo, inmóviles, está segura que están muertos. Después de todo lo que paso, no hay forma en que puedan seguir con vida. Está por gritar pero Serena una vez más intenta calmar las cosas. "Están muy heridos, pero si los regresas a sus Pokébolas estarán a salvo ¿No? Si no tienes más Pokemon podemos prestarte algunos, es lo que hemos estado haciendo todo el día." Serena se siente tan mal por poner la situación como un eufemismo.
Dawn se impresiona nuevamente, Serena pudo calmarlos antes de que escalaran las cosas como usualmente pasa. Ella sí jamás habría podido hacer tal cosa, sería la última persona en lograrlo. "Serena toma las pokébolas del bolsillo de Zoey y guarda a todos sus Pokémon, en lo que termino de curarla ¿Vale?"
Paul decide que lo mejor es calmarse un poco y tomar esto con tanta frialdad como pueda, Zoey le hace perder el quicio muy rápidamente pero si ella está dispuesta a seguir ordenes, está dispuesto a tolerarla. "¿Qué Pokémon te quedan?"
"Mi gastrodon y…y…tengo un braviary que puede….puede ayudarnos a salir de aquí."
"Al menos se le ocurrió en traer a un volador fuerte, las cosas pintan ligeramente mejor" Piensa el joven. "¿Y sabes algo de cómo podemos detener esta cosa estúpida?"
La chica mira hacia un lado, intentando ignorar las gentiles manos de Dawn. "Sí. Skadi cometió el error de decirme, cuando…me llevó aquí. Supongo que pensó que todo estaba asegurado.
Paul la mira con desconfianza, y buena razón tiene, ella se fue casi voluntariamente con la bestia ¿Qué rayos con eso? Pudo ser porque le interesaba más, como siempre, la vida de Dawn… pero si se le ocurría mentir, iba a arrojarla desde lo alto como lo hizo con aquella patética arpía.
"…Me dijo que…que e-estas estructuras están piloteadas siem-siempre por una bestia, en una sala de control en la parte p-profunda de las mismas, le dicen… Il mio cuore." Explica, mirando a Paul.
"¿Por qué te diría eso? …ah en fin…No veo lugar más profundo que esta zona, debemos estar cerca." Comenta el joven, impacientándose.
"E-es mejor que vayamos lo más pronto posible. La reina estuvo aquí hace unos momentos, cuando regrese va acabar con todos nosotros."
Dawn se pone pálida. Las imágenes de su encuentro con ese demonio la llenan de terror. Instintivamente busca de quien sujetarse, la persona más cercana, Zoey. Pero la pelirroja ni siquiera voltea a verla, evita su mirada a toda costa. La peliazul le busca el rostro, pero no lo encuentra y de inmediato siente la necesidad de ponerse a la defensiva, odia que no la miren a los ojos.
Paul se da la vuelta. "Acabemos con esto de una vez por todas."
El momento más importante de la sagrada ceremonia de las bestias estaba por comenzar, prácticamente todas las bellezas de Menagerie se encontraban reunidas de aquella caldera de obscuridad que era su génesis. ¡Qué emoción sería ver qué clase de divinas criaturas emergen! Muy pocas estaban enteradas de la pesadilla logística que estaba ocurriendo bajo sus narices, así que hacían las preparaciones tradicionales.
Ya habían dispuesto largas mesas repletas de comidas exquisitas, platillos que claramente habían sido preparados por alguien que no sólo es hábil en la cocina, sino por un absoluto chef profesional. Este banquete obviamente jamás sería probado por sucias bocas humanas, esto iba más allá de la razón, eran platillos celestiales de los que jamás tendrían receta.
El banquete sólo era el inicio, pronto se embriagarían con galones de Nettare de la Passione, bebida que nublaría sus sentidos y estimularía su libido. Lo que seguiría ser natural, una orgía desenfrenada bajo la lluvia de pétalos dorados ¡Esta era una ocasión que debía celebrarse con todo! Es por ello que también habría otra clase de entrenamientos para satisfacer los deseos de todas las bestias. Las particularmente violentas anhelaban divertirse en el círculo de sangre.
Macherie observaba complacida el cómo proseguía su amado ritual. Estaba ansiosa, quería ver a sus nuevas súbditas, quería ver a Dawn, podría apostar que la chica se volvería, por su personalidad una bestia de escamas y muy venenosa. Aunque siempre el Círculo de las Estrellas daba sorpresas. Crow Tengu se encontraba parada junto a la reina. La ojeaba de cuando en cuando nerviosamente ¿Por qué todas estaban tardando tanto? ¿Qué rayos había pasado?
La reina habla repentinamente "Crow Tengu…."
La bestia casi salta al oír su nombre ser pronunciado por su reina, le temblaban las patas y sus plumas negras estaban erizadas. "'S-sí mi Gran Reina?"
"Tan pronto emerjan las bellezas del círculo, me acompañaras a mis aposentos, requiero de tus servicios." Ordena, demasiado enfocada en aquel pozo de obscuridad burbujeante como para notar el nerviosismo de Tengu.
"A-absolutamente, su majestad" Tengu suspira con ansiedad, esto estaba haciendo poco para calmarla.
"Quiero ya desenvolver los regalos que Skadi me ha dado ¡Dicha la tuya que me acompañaras en el glorioso momento!" Macherie muerde su labio y sonríe con fascinación, abrazándose y temblando, de excitación y emoción pura. Pocas veces permite que le vean así. Y ni siquiera se avergüenza, naturalmente, ella está por encima de todas y cualquier cosa que haga debe ser vista con ojos de adoración.
Sin embargo el hecho de que su líder este tan feliz, pone nerviosa a Tengu. Usualmente estaría tan encantada de verla así, pero ahora no, si todo sale mal… ¡No quiere ni pensarlo! ¡Quiere salir y tomar control de la situación! ¡Pero no puede hacer más que preceder esta ceremonia y lo que la reina tenga planeado después! El volátil carácter de Macherie no debe ser provocado, jamás, eso es LEY.
Solo a la AIP se le ocurre violar tal ley celestial.
