Bandaaaaaaaaaaa, han sido milenios pero por fin les traigo una continuación! Hay un poco de caos en mi vida familiar y por ello me tarde tanto. Pero es no importa, disfrutenla mucho, los quiero 3

Capítulo 38: Naturaleza humana

Un mes ha pasado desde la tragedia que sumió a la región Sinnoh en caos absoluto. ¿Por dónde empezar? La estructura cristalina de Menagerie al ser destruida cayó desde gran altura, causando un terremoto de 8.1 Mw, el cual dejo a la ciudad completamente aplanada; solo unos pocos edificios particularmente resistentes quedaron de pie. Veilstone no fue el único lugar que sufrió este brutal destino; Ciudad Pastoria y Pueblo Sosiego quedaron también reducidos a escombros, ciudad Hearthome sufrió muy graves daños. Pero a pesar de la desolación, muy poca gente fuera de esa área devastada sabía de lo ocurrido. Ciudad Sunnyshore sintió el sismo, pero por su tipo de suelo los daños fueron mínimos; Ciudad Júbilo, protegida por la cadena montañosa del Monte Coronet, tampoco fue dañada.

¡Y eso solo fue el maldito terremoto! El invierno cruel y repentino causado por la bestia Skadi trajo consecuencias que no desaparecerían por arte de magia. No sólo se trataba de cuestión de las miles de personas que murieron y de toda la infraestructura destruida, sino que muchos de los ecosistemas de la región fueron severamente afectados, viéndose cubiertos de nieve tan repentinamente. La seguridad alimenticia de la región se veía en peligro, debido a la pérdida absoluta de la producción agrícola y de los recursos obtenibles del humedal que rodea el área. Gracias a todo este caos, la región casi deja de ser funcional, con la imposibilidad de proveer las necesidades básicas de sus habitantes; sólo aquellas ciudades afortunadas de encontrarse en el sur de la región, junto al mar; pueden mantener semblanza de normalidad.

Lillie aprieta sus puños, notablemente nerviosa; mientras se dirige en un modesto coche a la Megalópolis de la región Sinnoh: Ciudad Júbilo. ¡Se sentía tan culpable! No era diferente de los politiquillos asquerosos con los que pronto se reuniría para sortear el futuro de la región. A muchos miembros de la AIP les había suavizado la situación real de la región, una mentira blanca, puesto que casi todos estaban recuperándose en Ciudad Sunnyshore; no había razón para causarles más ansiedad. Pero pronto comenzarían a indagar, merecen la verdad y después de todo es imposible limitar esta información a un muy selecto grupo de personas, especialmente cuando la realidad se va pasando de boca en boca ¡Habrá tanta confusión con información contradictoria! La rubia suspira, mirando por la ventana del vehículo que la lleva a la reunión gubernamental. Gracias a que las bestias asesinaron al alcalde de Ciudad Veilstone y por el caos que armaron no sólo fue imposible realizar elecciones, sino que aquella persona que por ley debía asumir el cargo provisional, simplemente se esfumó sin dejar rastro. Nadie quiere hacerse cargo, y por ello Lillie se volvió sin desearlo la representante temporal de la ciudad.

Lo peor es que no iba acompañada por sus amigos, ni colegas cercanos, gente con la que se sentía en relativa calma. Junto a ella iba la tétrica Ada Corveille, siempre juzgándola con esos ojos ámbar. Lillie traga saliva, mirando de reojo a aquella mujer; esa decisión fue inesperada y terrible, pero tristemente necesaria. Era imperativo tener gente a cargo de la organización: Primero a aquellos miembros nuevos, que se encontraban en muy buen estado de salud, se encontraban con Drew y May en Ciudad Veilstone, formando una brigada de rescate, si bien el edificio de la AIP tuvo la buena fortuna de no ser fuertemente dañado, aun había que realizar reparaciones y en caso necesario; evacuar el edificio completamente, para salvaguardar el equipo y la documentación vital. Mientras que en Ciudad Sunnyshore, Paul y Zoey, quienes aún estaban convalecientes, simplemente quedaron a cargo de asegurar un sitio que sirviera de sede provisional para la organización y de ahí, intentar reiniciar operaciones a la brevedad, Menagerie atacaría de nuevo, y más ahora que estaban tan heridos.

"Van a devorarla sin misericordia." Ada rompe el silencio, sin mirar a Lillie.

"¿C-cómo?" Lillie pregunta, asustada.

"¿De verdad puede creer que con esa patética actitud suya va a lograr algo en esa reunión? Esa gente quiere aniquilarla ¿No es acaso culpa de la AIP el mal manejo de la situación? Ellos anhelan tener a algún pobre diablo de chivo expiatorio y usted será la presa perfecta." Comenta, disfrutando el miedo en los ojos de Lillie.

La voz de Lillie parece quebrarse, a veces la rubia podía ser elocuente pero cuando estaba frente a ella, simplemente se sentía absolutamente intimidada. "…Sí, pero…"

"En esa sala no habrá excusa que valga. ¿No me juró que la AIP tendría un cambio radical? ¡Un cambio de 180°! Dijo que perseguiría a la bestias, como un depredador ¿Cómo se supone que haya ese cambio si usted tiembla como una absoluta cobarde ante el mero pensamiento de reunirse con gente que no son más que ceros a la izquierda?"

¡Qué mujer más arrogante! Lillie tiene un mes de conocer a la nueva socia de la AIP, pero siempre siente una distancia kilométrica con la nueva socia de la AIP. Podía jurar que Ada es muchísimo más fría que Paul, ella siempre tiene un toque de desprecio en su voz. "…Sólo no puedo evitarlo, no esperé encontrarme en esta situación."

"Minúscula alimaña patética." Aunque disfrutaba de esa tristeza y ansiedad, ahora un estricto contrato la obligaba a ayudarle. ¿Cómo levantar a un circo de quinta? ¡Ni la magia más poderosa de Menagerie podría hacerlo! Ah, tendría que intentarlo si deseaba regresar a su nido. "En fin, ayudaré a la imagen de estos payasos, a mi estilo."

"Escuche con firme atención, poseo una noción clara en demasía, de lo que dirán en ese concilio, usted como presidenta de la AIP y representante de Ciudad Veilstone, ha de estar absolutamente preparada para la nueva calamidad. ¿Comprende? Resulta evidente que la AIP carece de respeto, es el hazmerreír de la región entera, y es por ello que sólo existe una forma de obtener respeto y muy necesitada autoridad…."

La rubia parpadea, temía lo que esta frívola mujer le diría, pero no tiene otra opción que escucharla, como si su vida dependiera de ello.

Mientras tanto, en Ciudad Sunnyshore, la brisa marítima soplaba gentilmente en los rostros de Ash, Dawn y Serena; los tres se encontraban fuera de aquel hospital improvisado en el que estuvieron por semanas, también estaban junto a ellos el Pikachu de Ash y el Piplup de Dawn, quienes descansaban en brazos de sus entrenadores. Las chicas seguían algo pálidas, pero ya podían empezar a reincorporarse a la vida normal. Ayudarían a quienes lo necesitaban ahí adentro, sin embargo les habían informado que Zoey pronto vendría por ellos; para llevarlos a la nueva sede provisional de la AIP.

"Unas pocas semanas y ya debemos estar de vuelta en acción…" Comenta Serena, mirando el piso.

"¡Las bestias atacaran en cualquier momento! ¡No debemos perder un solo día más!" Exclama Ash, ciertamente exaltado. Espantando a Pikachu y haciendo que este salte fuera de sus brazos. ¡Qué ganas de electrocutar a este menso le dieron!

"Muy cierto…" Serena dice, volteando en dirección al chico, quien estaba justo a su derecha. "Además ellas no han atacado desde ese día ¿No? Eso… solo me pone más nerviosa."

"¡Y ellas no son el único problema! ¡No he estado ahí, pero Lillie me dijo que ciudad Veilstone está dañada!"

"Si, eso oí también ¿Qué tan fea estará la situación allá? No nos han pedido ir a ayudar ahí…quizá y tengan todo en orden, al menos en lo que cabe."

"¡No hay que esperarnos Serena! ¡Hay que ir de inmediato a ayudar en lo que se pueda!" Dice el chico a toda voz, casi a punto de salir corriendo.

"¡Espera Ash! ¡Recuerda que estamos esperando a Zoey!" Exclama Serena extendiendo su brazo para detenerlo.

Ash se detiene en seco, la promesa de pensar las cosas de repente se manifiesta en su cabeza. "Aaah, si…lo olvidé por un momento. Aun así, ¿No deberíamos decirle que vayamos a Ciudad Veilstone?"

Serena pone su mano en su barbilla pensando. "No creo que sea buena idea, ¿Tu qué opinas Dawn?... ¿Dawn?"

Dawn estaba totalmente ensimismada, mirando al frente, incluso su Piplup la veía con notable confusión. A Dawn le avergonzaba un poco su actual egoísmo, todo este caos iba a necesitar monumental trabajo en equipo y ella debía estar a las vivas. Pero siempre le daba prioridad a las cosas del corazón.

"Yo también te amo." Vaya frase tan fuerte, pero al menos tuvo tiempo estos días de ponderarla. No pensó nada de nada cuando se la dijo a Zoey, y ahora estaba en un dilema terrible. No había visto a la pelirroja desde aquel fatídico día, cuando la chica estuvo dispuesta a salvarla, abandonando su vida como si no valiera nada. Dawn muerde su labio suavemente, no podía evitar preguntarse ¿Realmente valía hacer algo así por ella? Para ella la realidad es simple: No importa que tan noble sea una acción, siempre hay intereses detrás. Conoce a Zoey desde hace más de una década, y cuando eran adolescentes, le fue obvio que la pelirroja desarrolló fuertes deseos "románticos" hacia a ella. Para ese momento la chica no creía ya en esas estupideces. Cualquiera que tuviera ese tipo de interés solo buscaba usarla como un objeto sexual y tirarla a la basura, nunca nadie ama en serio. ¡Si iban a tratarla así, ella sería peor!

Para Dawn esto era la norma, y Zoey no sería diferente, ciertamente prefiere tenerla de amiga, sabe que cuando la pelirroja obtenga lo que quiera, la abandonará sin más. ¡Pero esto le genera tanto conflicto! Zoey ha sido alguien que siempre le ha brindado su apoyo, incondicionalmente…pero seguramente esto sólo es una forma de hacerla creer que sus intenciones son puras ¡No hay tal cosa! La pelirroja es sagaz, obviamente sabe lo que hace y muy pronto se mostrará como los demás, aquellas pestes que buscan su afección solo por un rato. ¿Pero realmente podía creer algo así de alguien que salvó su vida?

Ni siquiera tras tanto análisis entiende lo que siente. Sabe que puede retractarse de lo que dijo, a costa de que la amistad entre ambas termine de forma tajante. Pero, quizá sea mejor aceptar los sentimientos de Zoey, especialmente porque le está muy agradecida por salvarla. Además no es como si fuera un noviazgo que sufriría, la pelirroja le parece atractiva; adora sus rasgos andróginos después de todo. Es una chica con clase, que además seguro le consentiría mucho ¡Tan atenta es!, aunque ojalá no sea tan melosa.

Pero más pronto que tarde, Zoey la arrojará a la basura, eso es el destino.

"¡TIERRA A DAWN!" Grita Ash con fuerza, asustando a la peliazul.

"¡Oye no me hables así!"

"¡PIPLUP!" El pequeño Pokémon también reclama a su entrenadora su falta de atención, aunque quizá sería demasiado picotearla.

"¡Te estamos hablando! Decíamos que deberíamos ir mejor a Ciudad Veilstone, seguro necesitan mucha ayuda ahí."

Serena mira detenidamente a de Dawn. Ah, le intriga tanto saber que tanto piensa que la tiene fuera de la realidad. "Estamos aún débiles, Ash insiste que vayamos pero todo a su debido tiempo ¿No?"

"Ah, sí, claro…sería tonto de nuestra parte ir ahí como estamos, solo estorbaríamos." Comenta, apenas regresando a la realidad de las cosas.

Ash no está contento con la respuesta, quiere moverse, quiere actuar. Pero les juró que pensaría las cosas, no le gusta nada no aventarse a ayudar.

"Ash cálmate." Dawn dice, mirándolo con molestia. "Seguro tendremos mucho trabajo que hacer aquí, créeme. Además tienen a gente en Veilstone, las cosas deberían estar bajo control."

"Pero si la ciudad está muy dañada seguro muchos perdieron la vida y muchos de los que sobrevivieron, perdieron la vida ¿Cómo es que mantienes bajo control una situación así?" Pregunta el azabache. "No tiene sentido que no nos necesiten ahí….en fin." Ash suspira, prometió pensar antes de actuar y no quiere causar problemas después de haber podido conciliar las cosas.

Para su buena fortuna, no tendrá que hablar más del tema, porque una camioneta algo vieja tipo pick up se estaciona junto a ellos. Zoey sale del lado del asiento del conductor, no se veía contenta de manejar este vehículo. "¡Chicos! ¿Qué tal? Lamento muchísimo haberme tardado, tuve un pequeño problema en el camino."

"No te preocupes Zoey ¡Qué alegría verte mejor!" Serena corre hacia la pelirroja y la abraza, no puede evitarlo, de cierta forma aun le parece surreal seguir con vida y simplemente le es imposible contenerse al ver a alguien que estima con bien. "¡L-lo siento! Sólo estoy muy feliz de verte bien, pensé que te tomaría mucho más tiempo reincorporarte después de lo que te pasó."

Zoey se ruboriza un poco ante el gesto de Serena. "Mil gracias Serena, aun me siento débil pero no tenemos el lujo de reponernos, hay mucho que hacer." La chica mira el vehículo, luego a Dawn. "Maldita sea, sólo hay un asiento de copiloto y Dawn obviamente se lo va a apropiar, no quiero ni pensar en cómo va a querer acabar con algo que ni siquiera empezó."

Ash ya estaba subido en la batea, con Pikachu sobre su hombro.

"Oh, ¿Sólo hay un asiento verdad?" Serena examina la camioneta y mira a Dawn, y mira a Zoey. No le gustaría irse atrás, siempre le han dado cosa las bateas, la gente suele salir volando; de hecho no le gusta que Ash esté tan entusiasmado de ir ahí, pero ¿Qué se le va a hacer? La cosa es que no sabe si Dawn quiera irse con Zoey o si Zoey NO quiera irse con la peliazul. Las notó raras desde aquella pelea en el cristal,…aunque aun así le daría pena pedir irse adelante ¡Esto no debería ser tan difícil!

Zoey rápidamente se pone en el sitio del conductor y cierra los ojos. "Hey, emm ¿Porqué no lo dejan al azar?" Sugiere intentando sonar casual. "Ella dijo que me amaba por el calor del momento, nada más, ahorita debe tener una cruda moral terrible. Se la evitaré, no hay necesidad de eso."

Dawn suspira, detecta de inmediato el nerviosismo en la voz de Zoey y cree saber bien porqué. "Lancemos la moneda Serena, yo pido cruz."

Serena lanza una pequeña al aire, y cae en cara. Dawn coloca su mano en su rostro, negando con la cabeza, subiéndose a la batea de la camioneta.

Ash se ríe bastante. "Siempre tienes muy mala suerte el juego de la moneda."

Dawn lo mira con fastidio, no quiere más comentarios ridículos en el trayecto.

Zoey suspira al ver a Serena como su copiloto. "Vamos entonces." La chica pisa el acelerador, les tomará media eternidad llegar a la base en esta basura. "Les explico las cosas, la AIP está operando en dos frentes. Uno en Ciudad Veilstone, otro aquí. Nosotros en Sunnyshore nos vamos a enfocar exclusivamente a mantener bien vigiladas a las bestias."

"¿Pero no necesitan ayuda en Ciudad Veilstone?" Inquiere Ash.

"…Ustedes preocúpense por lo que ocurra aquí ¿De acuerdo? Pienso que ahora que nos hemos ubicado en esta ciudad, las bestias dirigirán sus ataques aquí. Debemos estar totalmente listos para realizar nuestro trabajo, sólo eso."

"¿Y sabemos algo de las bestias?" Pregunta Serena.

"Ni una señal de vida de ellas. ¿Aterrador no?"

"Totalmente…."

"Siento que ambos bandos solo nos estamos lamiendo las heridas, ellas también salieron con pérdidas después de todo."

"¡Me enfurece que no seamos capaces de combatirlas de forma consistente! La información que tenemos no sirve!" Exclama Ash, furioso.

"Bueno entonces creo que te gustará el enfoque que le daremos a nuestras actividades aquí. Aun no estamos en posición de hacerlo, pero el plan de Lillie es cazarlas nosotros mismos, activamente."

"¿Fue idea de Lillie?" Serena ladea la cabeza, confundida.

"Si y digamos que fue no hubo posibilidad de dialogar con ella, yoopino que es mejor ocupar más ciudades en la región y así tener mayor oportunidad de avistar sus actividades."

"¿Nadie estuvo de acuerdo con lo de Lillie?" Comenta Dawn.

Zoey se sorprende de que Dawn no hubiera querido empezar su guerra verbal contra ella. "Es difícil decirlo, Drew y May están en Veilstone y naturalmente ven más urgente solucionar los problemas de allá. A Paul no voy a preguntarle y una mujer que empezó a trabajar con nosotros, hace menos del mes; estuvo rotundamente en contra."

"¿Qué mujer? ¿De qué hablas? Pregunta Ash, con justificada curiosidad.

"Ella es una renombrada escritora, me reservo mis opiniones respecto a la calidad de su obra, pero el caso es que es una mujer millonaria que básicamente está facilitando que nosotros podamos ponernos de pie. Se encargará de escribir artículos y propaganda para mejorar nuestra imagen pública. No necesito decir más respecto a lo último ¿Verdad?"

Ash y Dawn tragan saliva ¿Seguirá en pie eso de los castigos?

"Bueno, su nombre es Ada Corveille, sinceramente es una persona difícil y creída, usa siempre un lenguaje muy… ¿Cómo decirlo? Ostentoso. Pero ella nos está financiando así que supongo que no debo hablar pestes. Pero aun con eso, la decisión de Lillie fue categórica. Lo ordenó y se fue con esa mujer a Ciudad Jubilo, tengo entendido a alguna importante reunión."

"Oye Zoey, y sabes algo de Clemont? ¿Ya está bien? ¿Ya regresó?" Pregunta Ash, poniéndose notablemente ansioso.

"¿Qué paso con Clemont?" Serena voltea hacia la pelirroja.

"Bueno, cuando lo encontraron había recibido una herida fatal en la cabeza. Desde ese día tiene convulsiones constantes y básicamente tiene que estar sedado todo el tiempo. Fue absurdo tenerlo tanto tiempo en la misma zona de recuperación en que estuvimos nosotros. Por eso se lo llevaron a Ciudad Castelia, en la región Unova; ahí le están dando atención médica especializada; ojalá se recupere pronto, pero está muy grave." Explica la pelirroja, lanzando un profundo suspiro.

Con eso dicho, todos se quedan callados. Serena siente que va a vomitar, le es tan dificil pensar que antes de irse al cristal, habló con él y ahora estaba lejos en un estado deplorable, ni siquiera podría verlo ¿Y si no lo veía más? Ash siente nauseas también, una culpa inmensa, el pudo haber ayudado a su amigo y no pudo hacerlo porque no fue fuerte, todo porque una estúpida bestia lo hirió. El estuvo ayudando a los heridos y el mismo vio como Clemont no presentaba mejoría alguna, vió como se lo llevaron. ¿Volvería a verlo?

Tras unos agónicos 40 minutos, el vehículo se acerca a una zona portuaria, bloqueada con un alambrado y una caseta de vigilancia. Un guardia se acerca, y al ver hostilmente a Zoey (quien le devuelve de inmediato el gesto) les permite la entrada. Avanzan unos metros y el vehículo se estaciona, frente a un navío militar algo desgastado, pero ferozmente vigilado por decenas de militares. "Bueno, esta es nuestra nueva base. Bienvenidos"

Los tres miran incrédulos a la pelirroja.

"Es lo mejor que tenemos disponible. Les pido que guarden sus quejas, al idiota de Paul y a mí nos costó un trabajo horrible conseguir un lugar que siquiera estuviera dispuesto a alojarnos. Vayan, deben identificarse y entrar, ya ahí le explicaran cómo funcionan las cosas, en breve los alcanzo.

Ash baja de la batea, aun movido por lo de Clemont. Mira aquel navío, a él no le molestaba nada que esa fuera una nueva base, le parecía mucho más interesante que el enorme edificio donde estaban antes.

Serena baja del asiento del copiloto y va caminando hacia la nueva base ¿En qué rayos pensaban Paul y Zoey? Bueno si ellos llegaron a un acuerdo con esto, es porque estaban absolutamente desesperados. Pero si siente ansiosa de entrar, la atmosfera se siente muy controlada, con tantos soldados moviéndose de aquí a allá.

"Al menos no se quejaron, no quiero oír ni una más de esas…" Zoey baja del vehículo y se dirige hacia el navío, pero siente que es abrazada por la espalda.

Se queda paralizada, su corazón va a reventar y las lágrimas que tanto intenta mantener a raya van a salir sin control alguno. "Dawn por favor, te lo suplico… no lo hagas." Alcanza a murmurar.

En tanto Lillie y Ada se encuentran por fin en su destino, en medio de la bulliciosa ciudad, frente a un enorme edificio, la cede gubernamental de la región entera. La rubia suspira, dándose tanto valor como es posible. Ese edificio, con todo y los pequeños daños estructurales y la nieve que aún se encontraba en su techo y columnas era imponente. Ambas chicas estaban impecablemente arregladas, lo que menos querían era llamar la atención con un atuendo desastroso y Ada sostenía un bolso negro, algo abultado.

"¡Que desesperación con esta rubia tonta!" Piensa Ada, intentando ocultar su desdén. "Se ve tan llena de gracia pero no es más que una inútil insegura. Estos humanos idiotas necesitan un verdadero milagro." Darle imagen a la AIP, era como tratar de glorificar a un asqueroso bicho rastrero. Pero acordarse de que está exiliada de Menagerie la hace aterrizar violentamente a la realidad. Ella ya no es diferente de esta manada de simios. Lo único que puede hacer ahora es esperar agónicamente por el perdón que tanto anhela. Es un verdadero castigo, ayudar en un acto del circo más de quinta que existe.

Ada carraspea y habla con firmeza. "Le recuerdo que no debe mostrar nerviosismo alguno, nadie va a tenerle misericordia, estamos por entrar en las fauces de un demonio que no conoce y ya la detesta."

Lillie traga saliva, es horrible ser regañada como si fuese una niña pequeña. Ada se toma la molestia de enderezarle la espalda con brusquedad, posándola para hacerla ver dignificada.

"Mantenga su rostro neutral, cualquier emoción que perciban será usada en su contra." Comenta la vil mujer, esbozando una sonrisa cruel al acercar sus labios al oído de Lillie. A veces lo único que necesita una bestia es una minúscula dosis de miedo ajeno para sentirse mejor. "Toda esta situación es escatológica e invariablemente empeorará…pero a usted nada la debe afectar."

Lillie siente como si un demonio le susurrara al oído, pero Ada tiene toda la razón. Si desea mejorar las cosas, debe darse a respetar primero que nada. No puede darse más valor así lo deseara, así que por fin se prepara para entrar al futuro baño de sangre.

"'¿Señorita Lillie?" Una mujer bien arreglada, de traje sastre se dirige a la rubia, sosteniendo una tabla de madera con decenas de papeles; se veía extremadamente estresada. "La sala de reuniones está por aquí, le pido que me siga." Lillie una vez más traga saliva, asiente con la cabeza y camina tras la mujer, por un corredor elegante y bien cuidado.

"Ya la están esperando dentro." Comenta la mujer volteando y quedando frente a Ada. "Eh, usted, emmm ¿C-cuál es su nombre?"

"Eso no le concierne. Únicamente vine como consejera para la presidenta de la AIP, no entraré a la reunión a realizarse. ¿Tiene algún problema con mi presencia?" Comenta con desdén, tomando asiento en las sillas fuera a la habitación sin más.

La mujer niega y se retira velozmente, incapaz de mantener su profesionalismo.

Cuando Lillie entra a la reunión, pero esta ya estaba en sesión. No se esperaron a que ella llegara, como le habían dicho. Los dirigentes de casi todas las ciudades de la región se encontraban ahí, mirándola como si no valiera nada.

"Buenas tardes Señorita Lillie." Saluda el gobernador de la Región Sinnoh, un hombre delgado de tez detestable. "Un placer enorme de tenerla entre nosotros, ¡Qué dicha que haya salido ilesa de tal ecatombe!"

La rubia tiene en su cabeza las palabras de la escritora. El tono de este cretino estaba haciéndola enojar de inmediato, pero de alguna forma logra mantener un rostro neutral. "Gracias, igualmente." Lillie voltea hacia la izquierda y luego a la derecha. Estos malditos no le pusieron un lugar, no tenía donde sentarse.

"Señorita, como sabrá la actual crisis humanitaria supera la capacidad de la región." Dice el gobernador, con un tono indiferente.

"Si, resulta evidente que, emm, la situación es algo por lo que esta región jamás ha pasado."

"Exacto. Afortunadamente las otras regiones han enviado amplia ayuda humanitaria, particularmente Kalos, Galar, Unova y Alola, asumo que es por la presencia de la Fundación Aether en la última región?"

"…Seguramente." Contesta, tiene tiempo de no hablar con su madre, Lusamine, no ha querido que ella se involucre en sus asuntos; pero conociéndola, era obvio que enviaría tanto dinero como fuese necesario.

"La solidaridad de las demás regiones ya ha sido apropiadamente agradecida, será vital para la reparación de las ciudades dañadas."

"Si, concuerdo, es fabuloso que nos den la mano." Lillie hace una pausa breve, está nerviosa pero…Esto no va tan mal, ¿verdad? "Entonces…con todos aquí, imagino que hablaremos de como se distribuirán esos recursos que tenemos disponibles ¿No?"

De repente la vibra cambia en la sala, Lillie siente desprecio y burla de los presentes, aun si ninguno de ellos dice nada, ni una sola palabra.

"Bueno Señorita, seamos realistas, Ciudad Veilstone, Pastoria y los pueblitos aledaños no podrán ser reconstruidos. ¿Sabe cuánto costaría erigir esas urbes de nuevo? ¡No tiene idea! De hecho, ninguno de los gobernantes de esas ciudades pudieron acompañarnos hoy; tristemente no lograron sobrevivir al desastre. El área del humedal es lo único que valdría la pena restaurar pero ¿De que sirve? No es como si pudiera darnos recursos como antes."

Lillie comienza a ver en rojo, su mente apenas y puede procesar lo que le están diciendo.

"El dinero será únicamente para las ciudades que pueden ser restauradas, Ciudad Eterna, Ciudad Hearthome…incluso Ciudad Snowpoint! Pero lo mejor será, hacer evacuar a los supervivientes a…alguna otra ciudad."

"¿!De qué demonios habla!?" Lillie jamás había soltado un grito tan fuerte, tanto que la gente de política voltea a verla incrédulos, creyendo que se quedaría muda. "¡No puede dejar a miles de personas así! ¡Tenemos los recursos para hacerlo, con todas esas donaciones de las que habla, así como las que yo misma he asegurado, hay dinero de sobra!"

"Entienda, no es viable. Quizá le importa más rescatar el edificio de su organización ¿No?" El político parece reírse. "Bueno, ahora que hablamos de su AIP, creemos que su disolución es lo mejor para todos, evidentemente no han hecho nada bien, y solo causan más problemas! ¡Esta catástrofe la trajeron ustedes! ¡Si estuviera yo en su lugar, simplemente huiría de aquí sin dejar rastro!"

"¿De qué demonios habla!? ¡El invierno lo trajo Menagerie! ¡El cristal gigante ese lo trajeron esas bestias! ¡Mis agentes hicieron su trabajo y evitaron que ellas destruyeran la región entera! ¡Los que sufrieron por esas monstruos merecen toda la ayuda que este planeta pueda proporcionar!" Lillie toma aire, absolutamente furiosa. "No se trata solo de la AIP, se trata de esas miles de vida que van a abandonar."

"Usted quiso encargarse de Menagerie ¿No? Pidió subsidio gubernamental para hacerlo, pero ha sido dinero ue ha ido a la basura. No apoyaremos más a su fallida organización, por lo que simplemente la trajimos aquí para que firme este documento para disolver su estúpida organización, no se preocupe, ahí está escrito que le daremos dinero para liquidar modestamente a sus "agentes" En cuanto a Menagerie, las fuerzas armadas de la región pueden hacerse cargo sin mayor problema."

Lillie aprieta los puños, siente sus uñas enterrarse en sus manos, causándole sangrado. Jamás en su vida ha estado tan furiosa. Tenía más fe en la humanidad, pero el escenario dantesco que Ada le describió, se estaba cumpliendo como una asquerosa profecía. Se siente tan pequeña, nadie va a apoyarla y peor aún, a nadie le interesan las vidas que están en riesgo, vulnerables y heridas. La chica suspira con fuerza, haciendo lo imposible por mantener la compostura. "N-necesito un momento."

El gobernante sonríe, complacido con la reacción de la rubia. "Oh sé que es una decisión muy difícil, la esperamos para que firme, no hay prisa, no es como si hubiera algo que pudiera hacer."

Lillie sale de aquel lugar, temblando, rascándose la cabeza frenéticamente, casi hiperventilando. Todo parecía estar borroso, ojalá esto fuese solo una pesadilla. Voltea hacia Ada Corveille, quien no se sorprende de la brevedad de la reunión. Para la rubia es imposible mantener la compostura.

"¡Ada! Ellos, ellos van a abandonar todo, ¡A millones! ¡Y quieren deshacer la AIP! Me quieren fuera, ¿Qué haremos?" Casi grita con desesperación absoluta, tomando a la mujer de su elegante gabardina y dejándose caer de rodillas.

La vil bestia sonríe brevemente, "¡Oh si tan pudiera mostrar esta comedia a mis compañeras!" Piensa, antes de tomar a Lillie desde arriba y ponerla de pie. Su voz no muestra emoción genuina, pero para el estado exacerbado de Lillie, ese detalle pasa debajo de la alfombra. "¡Que decisión más absurda, tan asqueroso que piensen de esa forma…! Pero… ¿No es acaso lo que le dije que pasaría? Estábamos preparadas para esto."

Lillie recupera un poco de su compostura. "…No puedo creerlo, yo…"

"Tiene un as bajo la manga, recuerde, algo que hará a la AIP indispensable."

La rubia mira hacia abajo, el plan que Ada le propuso en camino a la reunión es insano. Pero, ella tiene razón, por más que quiera aferrarse a la idea de que se puede dialogar, esos asquerosos políticos dejaron las cosas muy clara. Le toma algunos momentos que impacientan enormemente a Ada.

"Hagamoslo, pongamos en marcha el plan."

Ada esboza una minúscula sonrisa, tétrica. "Si, es lo ideal. No podemos combatir ideas irracionales con raciocinio, no; si ellos van a portarse como locos idiotas babeantes, nosotros debemos portarnos como unos absolutos psicópatas y más ahora que nos creen acorralados. Pero si usted dice exactamente lo que le indiqué, ellos no tendrán más opción que aceptar nuestras condiciones, sin remedio."

La rubia respira profundamente, intentando calmarse. Toma el consejo de Ada de ir a los lavabos y mojar sus muñecas con agua helada, debe mantener compostura absoluta. Pasados unos diez minutos, ella decide regresar a la sala de reuniones, donde obviamente la esperaban con ansias. Esta vez, iba acompañada por Ada Corveille.

"¿Oh? ¿Necesita de apoyo emocional para firmar?" Comenta el político, burlesco." ¿Quién es esa damisela?"

Ada lo mira a los ojos, sus ojos ambar que infunden terror hacen que el hombre enfoque su vista en Lillie, poniéndole atención absoluta. Todos los que miraban a Ada terminaban haciendo lo mismo, buscando algo más placentero de observar.

Lillie carraspea la voz. "No firmaré, esto por-"

El gobernador suelta una risotada. "¿No? ¡No sea tonta! Es la salida más fá-"

"No interrumpa." Ordena la rubia, invocando tanta autoridad como le es posible. "Mi organización se niega a deshacerse, y por extensión, no aceptaremos ningun tipo de intervención externa que no sea monetaria." Dice, su voz resonando en el silencio y nerviosismo invocado por Ada Corveille. "La AIP posee la mayor cantidad de información respecto a Menagerie, bases de datos, documentos, planes de contigencia e investigaciones sin publicar; así como la gente con la mayor experiencia combatiéndolas." Lillie hace una pausa, mirando a su público a los ojos.

"De hecho mis agentes son gente muy orgullosa. ¿Creen que darán tanto tiempo de trabajo y sacrificio a gente que ni siquiera comprende la complejidad de las circunstancias? ¿A tontos que no entenderán jamás lo complejo que es pelear contra Menagerie?"

"¿D-de qué habla?" Dice el gobernador, confundido.

La chica se da más y más valor. La presencia de esa mujer hace maravillas, todos le prestan atención a la rubia. "Todos aquí somos humanos civilizados, capaces de llegar a un acuerdo. Entiendo con tristeza que no hay disposición para ayudar a reconstruir las ciudades, especialmente a corto plazo. Pero es absurdo dejar todo a la deriva, tierra de nadie…un regalo para las bestias. La cosa es simple, VAN a continuar subsidiando a la AIP y ahora con creces, les aseguro que tendrán un arma imparable. Un arma de destrucción masiva que va a aniquilar a las bestias de la faz de la Tierra."

Ada casi se rie ¡Que graciosos son los simios estos!

"Pero si deciden que van a tomar las riendas del asunto, que la AIP no debe existir más…me parece justo que empiecen de cero." Lillie duda un brevísimo instante ¿Enserio dirá esto? Pero la inspiración del momento la empuja a continuar. "Vamos a quemar todo ¡TODO! ¡No quedará ni un sólo documento que les vaya a ayudar! ¡NADA!

Ada encuentra todo esto tan divertido, lo único que la mantiene cuerda. Lleva un mes sin poder ver a sus amadas hermanas, prácticamente siente que enloqueció ¡Déjenla tener este momento! Una chica tan dulce, empujada a decir locuras con tanta facilidad, es un entretenimiento magnifico.

"¡N-no se atrevería!..." El gobernador tartamudea, todos en la sala empiezan a murmurar.

"Con una sola palabra mía basta para que todo ese trabajo desaparezca sin más. De hecho, mi personal está en…stand by, saben de mi postura, tienen la orden: Tengo gente en ciudad Veilstone, listos para destruir, a mi señal, todo el trabajo que hemos hecho." Lillie ve con cierta satisfacción como la cara de todos se pone pálida. "Les recomiendo dejar este trabajo a los únicos con los testículos en la región para arrojarse en combate contra Menagerie."

El político de quinta no tiene como contestar a la tan terrible amenaza.

"Son las cuatro de la tarde con 25 minutos, viendo la magnitud del asunto me parece razonable darles hasta media noche para llegar a un acuerdo. Señorita Ada, salgamos de aquí para ayudar a estos caballeros a decidir."

No puede creerlo ¿Qué carajos acaba de decir? ¿Estaba poseída? ¡Qué momento de demencia! El shock entra en su cuerpo. Simplemente no puede creer que esas aterradoras palabras, salieron de su boca.

"Oh Señorita Lillie, magnífico trabajo, ahora viene la parte fácil, tome su teléfono móvil y simplemente de la orden, deben saber que esto es enserio. ¡Que no hay mentira alguna! Ha logrado sembrar terror, no debe permitir que este sentimiento se esfume."

Lillie parpadea y se queda en silencio absoluto, la boca se le ha secado por completo. "Debe decirles que tan pronto y el gobierno decida meterse donde no le importa, que arda todo." Presiona la vil mujer, sin ápice de misericordia en su voz."

La rubia está en piloto automático. Toma de su bolso su teléfono, ¿Enserio va a seguir con este plan? ¿A quién le da la orden? Drew y May están en Veilstone, ellos serían los que iniciarían la quema de tan secretiva información. Pero ellos no son lo suficiente locos como para seguir ese plan pero, tal vez se sientan tan abrumados, que simplemente decidan seguir la orden tan pronto como ella lo diga.

"¡Por favor deténganse! A-aceptamos sus términos, todo lo que decidan." El tipo que fue enviado a frenar a la AIP casi se muere al ver a Lillie con el teléfono ¡No están bromeando! ¡Es real que van a hundir a la región completa! "Se lo ruego, por favor, vuelva a la habitación."

Lillie casi salta del gusto, pero Ada Corveille inmediatamente interviene.

"¿Y cómo sabemos que no nos mataran tan pronto y pisemos la habitación? ¿Creen que somos estúpidas? Si vamos a hablar, todos en el edificio dejaran sus pokébolas en una caja; al igual que cualquier arma." La mujer sonríe y mira a Lillie de reojo.

Lillie sabe qué hacer, en ese viaje hacia este lugar, Ada le dio bastantes sugerencias. Pero nunca pensó que haría lo que esas locas palabras le decían, sin embargo ya era muy tarde para bajarle intensidad al asunto. Toma una de sus pokébolas y deja salir a su Ninetales de Alola. La chica dirige su vista a la entrada del edificio, y le ordena al Pokemon a usar ventisca, congelando las puertas de entrada y salida del edificio.

El pobre sujeto se queda atónito, más gente sale de la sala de reuniones, invadidos por una poderosa ansiedad.

Ada sonríe al ver a tanto humanito sufrir, se dirige al tipo que seguía paralizado. "¿NO ENTIENDE? ¡OBEDEZCA!" Ada saca de su bolso, una pistola convencional, adornada con detalles de oro en forma de rosas. Eleva su brazo y apunta a la muchedumbre que se ha formado.

"…C-claro, ¡Claro! S-sólo un minuto, por favor, no se precipiten." Exclama.

Los ojos de todos se hacen como platos ¡Lillie no sabía que esta loca estaba armada! ¿Acaso no tiene pokémon? No tiene tiempo para reprocharle nada, los presentes se apresuran a recolectar todas las pokébolas, cada una de ellas es colocada en una caja de cartón.

Ada no está satisfecha. "Hay más gente en los pisos de arriba ¿No?"

"S-sí, sólo algunas secretarias y…."

"DIGANLES QUE BAJEN, DE INMEDIATO." Ordena, apuntándole a otra persona, a la alcaldesa de Ciudad Jubilo. "Rápido." Ordena Ada, disfrutando el momento, incluso si usar armas humanas está muy por debajo de una bestia como ella.

Su mirada no es poderosa como la de Ada Corveille, pero ahora Lillie tiene el control de todos en este lugar, ella tiene el poder aquí. Puede obligarlos a aceptar cualquier condición que ella tenga en mente, por terrible o desventajosa que esta sea para ellos.

El cielo es el límite