Casi se deshace allí mismo cuando él la miró confundido, pero de buena manera, o eso quería pensar al ver la sonrisa divertida con la que la observaba en silencio. Un montón de escenarios pasaron por su cabeza en sólo un microsegundo, la mala noticia era que en todas, ella acababa de hacer el ridículo, lo tenía por seguro. La peor, era que no había noticia buena en ese asunto.
Se golpeó mentalmente la frente con la palma, ¿qué había hecho mal?, ¿su pronunciación?, ¿había sido demasiado informal?, ¿se había equivocado con una palabra y había dicho alguna sandez…? ¡¿todas al mismo tiempo?! Eso sería lo más factible y algo típico de Lucy Heartfilia.
一¿Disculpa? 一le dijo él, pero ella apenas y le puso atención, seguía debatiéndose qué había hecho mal.
Tragó saliva, y después de darse un respiro, creyó encontrar en qué se había equivocado… ¡No le había dicho "amo"! Y esa era la regla principal para las camareras de un maid café… Y él era japonés, en donde el servicio era cinco estrellas siempre y trataban a los clientes como si fueran Dios, según había oído en uno de esos videos de "25 cosas que no sabías hace cinco minutos sobre…" que a veces ponía por aburrimiento. ¡De seguro estaba creyendo que era el peor maid café al que había asistido y se levantaría y se iría y sus compañeras, y sobre todo Mirajane, la mirarían mal por ello!
¡Tenía que repetirlo y hacerlo bien esta vez! Así que volvió a tomar aire y abrió la boca para hablar, de nuevo…
一Something is offered…? 一se detuvo en seco, ¿cómo se decía "amo" en inglés?
¡Aún más importante! ¿Por qué estaba tratando de quedar bien con ese cliente tan desesperadamente? ¡Para ella todos los que asistían a ese lugar siempre habían sido unos cerdos! ¿Por qué él no?
Estaba dándole tantas vueltas a su cabeza tratando de encontrar respuesta para al menos una de sus preguntas lo más rápido posible, que pronto dejó de estar presente, al menos mentalmente. En ese instante, Natsu Dragneel, bastante confundido a decir verdad, le sujetó amablemente el brazo para traerla de vuelta al presente…
一¡Oye! 一la llamó fuerte y claro, con una voz que haría estallar de hormonas a cualquier mujer一 Hablo tu idioma… 一se explicó一 Entiendo perfectamente, no necesitas usar inglés. 一aclaró con un ligero, pero muy sexy acento, que no impedía la comunicación para nada.
Para ese punto, Lucy ya había vuelto al presente y quería meterse debajo de la mesa, ocultarse con el mantel y no salir de allí hasta que ese hombre ya estuviera de vuelta en su país o, por lo menos, en el avión de ida y sin retorno, a muchos kilómetros de ella.
一L-lo siento… 一musitó avergonzada y agachó la mirada, ni siquiera se preguntó si sus mejillas estarían sonrosadas porque lo más seguro era que su cara entera estuviera tan roja como un tomate maduro.
Estuvo a punto de disculparse al menos otras tres veces antes de ir a encargarle la mesa a Mira, aprovechando que no estaba el jefe, cuando una nueva corriente eléctrica derritió su corazón por completo: Él había comenzado a reír otra vez, pero esa risa no se parecía en nada a la había creído escuchar momentos atrás, no… Era ronca, sí, pero también más alegre y fresca, no pegaba en lo absoluto con la fachada de hombre rebelde que proyectaba. Así, hasta casi podía parecer una persona normal, o por lo menos alguien amable…
一¡No te preocupes por ello! 一asintió, apretándole el brazo con un poco más de fuerza一 Puedes empezar de nuevo, prometo que no le diré a tu gerente… 一bromeó y entonces, pasó… Le guiñó el ojo.
Ese fue el fin para Lucy Heartfilia, algo nuevo y excitante se despertó en ella, algo distinto a lo que hubiera sentido antes en cualquier circunstancia. Fue totalmente como un click, tanto en su pecho como en su vientre. Natsu Dragneel la soltó, y ella notó como el lugar en donde había estado su mano había comenzado a cosquillear y a irradiar calor por todo su cuerpo a partir de ese punto, en donde tenía la piel de gallina.
一Seguro 一se relamió los labios al notar que él seguía mirándola, con esos afilados, burlones, pero tan perfectos ojos verdes de párpado simple y alargado一, ¿desea ordenar algo ya, amo?
Natsu abrió los ojos sorprendido al oírla utilizar esa palabra, no la creyó capaz de usarla después de lo ocurrido hasta el momento, y además pronunciarla con ese tono que la delataba por completo, como si le estuviera haciendo una felación mientras la palabra brotaba de sus labios. Le pareció algo sumamente interesante y divertido.
Por su parte, Lucy también estaba sorprendida pero por motivos totalmente distintos: Ella casi siempre se rehusaba a usar esa palabra que le parecía totalmente estúpida y que les inflaba el ego a los clientes, tanto que llegaba a ser más grande que el trasero gordo de algunos de ellos y que, por la vida que llevaban el tamaño era excesivo (sabía que los estereotipos estaban mal pero a veces le daba risa ver como eran verdad y a algunas personas les quedaba a la medida como un guante).
El punto era que se avergonzaba, odiaba, repudiaba, con toda el alma usar esa palabra, pero cuando tuvo que decirsela a Natsu, le fluyó con total naturalidad, como si fuera la verdad más grande del planeta y hasta descubrió el oscuro y excitante secreto de querer volver a decirlo tantas veces como fuera necesario para saciar ese deseo.
一Bien… 一le sonrió él一 La verdad es que nada de lo que estaba en el menú me llama la atención, ¿tú qué me recomiendas?
Estaba tan excitada que si Lucy no fuera tan tímida, hubiera dicho "a mí con crema batida y jarabe de chocolate sobre la mesa, ahora", sin pensarlo dos veces, pero como ella siempre buscaba pasar desapercibida y con tranquilidad, respondió la pregunta de manera normal.
一A mí me gustan las galletas gigantes de chocolate, cuando están calientes, las chispas están derretidas y son realmente deliciosas, amo…
一¡Bien! 一asintió一 Tráeme un par de esas, ¡y qué diablos, soy japonés! lo acompañaré con té verde, por favor…
一En seguida, amo…
No se cansaría de decírselo en cada oportunidad que tuviera.
Corrió hacia la barra para pasar las orden y registrarla, mirándolo de reojo todo el tiempo. En una de esas veces, en que desviaba sus ojos para dar un rápido vistazo, lo vio hablando por teléfono y, como buena entrometida de bajo perfil como lo son todos en algún momento de su vida, puso atención para poder escuchar un poco.
一Hablo en serio, Gray, los maid café son bastante divertidos… 一rió一 Si la comida es buena, tal vez vuelva mañana.
Y la cosa es, que Natsu Dragneel no sólo volvió al día siguiente, sino al siguiente y al siguiente también.
