一¡Pero, Gray! 一(al parecer ese hombre, sí era el famoso "Gray") reclamó bajando el filo de su cuchillo hasta ponerlo a un costado de su cuerpo. Estaba, realmente, decepcionada.

一Yo me haré cargo… 一se limitó a responder.

Ella suspiró con pesadez y después de un audible chasquido de lengua, enfundó su arma. Lucy miraba todo solamente de reojo, se sentía intimidada al tener a esa chica tan cerca y eso que le sacaba una cabeza entera (y un poco más) de altura.

一Puedes retirarte 一dijo Gray.

一¡Pero…!

一¡Dije que yo me haría cargo! ¡Sabes que no me gusta que me hagas repetir las cosas! ¡LÁRGATE! 一levantó la voz, autoritario. Lucy tembló al oírlo, pero no podíamos culparla, esta vez incluso Homura había trastabillado un poco. Así de aterrador podía llegar a ser.

Antes de irse por la puerta, miró con profundo recelo y resentimiento a Lucy. Diciéndole entre dientes:

一¡Dale gracias a Dios porque tienes un lindo trasero y bubis redonditas…! 一bufó, tomándo a Lucy desprevenida y haciendo arder sus mejillas en rojo brillante.

Caminó a paso firme y apresurado, incluso, al pasar a lado de Gray, se atrevió a darle un ligero empellón para hacerlo a un lado antes de salir azotando la puerta. El hombre cerró los ojos y aspiró con fuerza para tratar de encontrar el perdón en alguna parte de su corazón y poder dárselo a una mujer tan complicada como Homura Kogetsu. De esta forma, pareció tranquilizarse un poco luego de exhalar.

一Maldita sea… 一murmulló entre dientes y avanzó hacía la televisión (hasta sus movimientos eran tan perfectos, precisos y acordes a su imagen)一 Ahora debemos pagarla y dar explicaciones. 一tomó el borde de la pantalla y con ligero enfado notó que ese aparato definitivamente ya no tenía arreglo一 ¡Será un ojo de la cara! Y él no va a estar muy contento con esto cuando se enteré por qué se rompió… Va a joder a Homura hasta que le pida perdón de rodillas a esta zorra.

Lucy reprimió el deseo de responderle que su madre era la zorra, no era buena idea, pero eso le ofendió tanto que tuvo que morderse la lengua para no responderle. ¡Después de todo la tenían retenida allí contra su voluntad, y de seguro por una equivocación! ¿No podrían al menos no llamarla de esa manera?

No obstante, también aprovechó que él estaba metido en sus pensamientos y, cuando creyó que no le ponía tanta atención a ella, comenzó a alejarse lentamente y paso a paso hacia el baño (de seguro Kogetsu estaba todavía cerca, así que la puerta no era una alternativa viable). Ya se encargaría luego de explicarle (perfectamente a salvo y encerrada en la ducha) el error que había cometido al llevarla allí y lo haría pedirle disculpas. Eso era seguro.

Avanzó ligeramente como un cervatillo tembloroso y casi pudo pasar a la etapa en donde olvidaba la discreción y se convertía en una cabra loca para entrar lo más pronto posible al lugar seguro. No obstante, cuando estaba a tan solo un metro de la puerta del baño, su marcha se vio interrumpida abruptamente cuando él volvió a hablar. Al oírlo, ahora parecía que era Lucy la que había sido tocada y debía permanecer quieta o perdería (la vida). Gray acababa de ganar el juego de los encantados.

一Si sabes que tengo todas las llaves de este lugar, ¿verdad? 一mencionó sereno, sin mirarla siquiera, inmerso en su labor de revisar el aparato. Lucy maldijo en voz baja, era cierto que no lo había pensado一 Ya vi que no… 一sonrió divertido, le encantaba poder tener el poder absoluto de todo lo que pasaba en esa habitación al menos durante unos momentos. Se acercó un poco más al panel para ver a través de las grietas provocadas por el cuchillo de Kogetsu y así leer mejor lo que Lucy estaba haciendo一 Así que un correo de auxilio, nada mal… No se me ocurrió que utilizarías la televisión para algo algo así 一admitió, y mentiría si dijera que Lucy no infló un poco su ego con ello一 ¡Pero qué interesante dirección de correo! "Demon bed" ¿es tuyo? 一ella se sonrojó y permaneció en silencio一 ¡Ah, no es así! Tú eres Kittycat Princess 一reprimió la risa, Lucy maldijo nunca haber cambiado esa tonta dirección de correo一 Interesante. La otra debe ser conocida tuya, estoy intrigado… Pero también me causa curiosidad tu selección de usuario. Una gatita y una demonio, las dos deben ser tremendas putas… 一rió, con ese sonido tan infantil que emitía de la garganta y que tanto irritaba a Lucy (el mismo que escuchó luego de que la pusiera en el maletero del auto), ella se negó a admitir que, al menos, su dirección no era así por las intenciones que él estaba pensando一 Y el otro… 一leyó el correo de su madre一 Es de una simple anciana.

Era un hecho, ya la había hecho enfurecer. Una cosa era molestar y burlarse de ella y su amiga (porque estaba segura de que a Mirajane no le importaría y que si estuviera allí, incluso ya lo hubiera convencido de irse a otra habitación, y ella… Bueno, pues Lucy odiaba tener que admitir que le complacía un poco el hecho de que alguien no pensara que fuera una mojigata por primera vez en su vida), pero su madre… ¡Ah no! Con esa santa mujer no se metía.

一¡Oye, imbécil! 一le gritó sin pensar, cuando él frunció ambas cejas y volteó a verla de manera instantánea, como un gato siguiendo la luz de un láser, Lucy se dio un golpe mental en la frente. El que no le hayan hecho nada hasta ese momento no la quitaba del peligro, ¿por qué justo en ese momento había decidido dejar de pensar tan meticulosamente las cosas antes de decirlas como siempre hacía?

Gray estaba molesto, sí… Su aura lo delataba, estaba creciendo cada vez más y más conforme se acercaba a ella. Como si quisiera deborarla, en todos los sentidos posibles de la palabra, hacerlo con ira, furia. Sus ojos delataban sus intenciones y habían perdido todo rastro de humanidad, estaban sin brillo… ¡Nadie en ese jodido lugar le diría imbécil a él! ¡Estaba a cargo y su trabajo le había costado ganarse el puesto! Sin embargo, comenzó a sentir curiosidad genuina de su víctima por el hecho de llamarlo así, con tanto aplomo. Indudablemente comenzó a desear someterla.

Lucy trató de no dejarse intimidar y mantenerse firme (¿qué le quedaba?, no iba a arrodillarse y a pedir perdón, eso sería el colmo), pero cuando él sonrió tan ladino y de una manera tan erótica… Retrocedió un par de pasos, y algo se desató en su bajo vientre.