Lucy y Homura retomaron el concurso de miradas silenciosas justo después de que sonó el primer impacto. Esta vez no había ningún pensamiento oscuro respecto a la otra en sus mentes, pero la tensión que había en el ambiente se mantuvo. Es más, se acrecentó de manera inconmensurable en cuanto fueron conscientes de la situación y silenciosamente se confirmaron entre sí que había sido un disparo, quedándose heladas.
Cinco segundos de silencio más tarde en el aire volvió a viajar, hasta llegar a sus oídos, las ondas sonoras de una segunda detonación. Homura sudó en frío, puesto que dados los papeles que jugaban entre sí aquellos hombres y la relación que tenían, entendió rápidamente quién era el que le disparaba a quién.
一Gray… 一murmuró preocupada y con los ojos bien abiertos, tal vez, en esta ocasión había alcanzado el límite real de la paciencia de Natsu.
Lucy la escuchó y, aterrada, se puso a hablar sin pensar antes.
一¡¿Habrá descubierto lo del beso?!
Lucy recordó, en los siguientes dos segundos, que Gray Fullbuster le había dejado bastante claro que si él, osea Natsu Dragneel, se enteraba de lo que había ocurrido, iban a rodar cabezas. Y, cuando Homura volteó a verla con un semblante de muerte espantoso que le caló hasta lo profundo, el segundo recuerdo que se le vino a la memoria, era que si eso salía a la luz… Su cabeza estaba asegurada en la guillotina, pero ahora no sabía exactamente en manos de quién iba a quedar.
一¡Tú! 一le gritó一 ¡¿Besaste a Gray?!
一En realidad… 一agachó la cabeza avergonzada一 Se podría decir que él me besó a mí…
Después de aquella explicación, los deseos de Homura por apuñalarla tantas veces hasta dejarla como un colador de cocina se acrecentaron hasta ponerle los ojos rojos por la cantidad de vasos capilares que se estaban reventando debido a lo rápido que la presión le estaba subiendo, pero no tenía tiempo para ocuparse de esa "princesa" cuando la persona que amaba estaba en riesgo. Así que le dedicó una última mirada seguida de un claro ultimátum antes de salir por la puerta en dirección a la otra habitación:
一¡Si algo le pasa a Gray por tu culpa, considerate comida para los cerdos…!
Lucy tragó saliva ligeramente, pero instantes después, el fresco que le llegó del pasillo la hizo percatarse de algo: Homura había dejado la puerta totalmente abierta y todos parecían sumamente ocupados en el otro asunto…
¿Alguien había dicho "¡Hola, soy la libertad!"?
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¡Bang!
Un tercer disparo hizo mella en los oídos de Gray. Ese era otro motivo por el que resultaba ser la burla de la familia: Tenía tímpanos sensibles, y si de por sí detestaba el estallido de los fuegos artificiales durante los festivales de verano en su pueblo natal desde que era niño, el ruido que hacían los calibres le molestaban hasta lo más profundo y trataba de evitarlos todo lo que podía, pese a la naturaleza de su trabajo.
¡Bang, bang!
Llegaron los disparos cuatro y cinco, que impactaron contra el marco de uno de los ventanales y en un jarrón que lucía caro, haciéndolo volar en mil pedazos. Uno de esas filosas rebabas viajó directo hasta la mejilla de Natsu, quien aún apuntaba el arma en esa dirección, haciendo un corte largo pero muy poco profundo desde la mandíbula hasta el pómulo y, como parecía más el rasguño de un gato, ni siquiera se inmutó ante el ligero ardor que le cosquilleó en la piel ni la diminuta gota de sangre que se derramó por ello.
一¡Ya basta, Natsu! 一le gritó Gray一 ¡Tranquilízate! ¡Asustarás a los huéspedes! 一y trató de detenerlo nuevamente, abrazándolo por la espalda para inmovilizarlo, pero su superior estaba cegado por la ira, y todos en la familia sabían que cuando eso pasaba, no había manera de frenarlo hasta que se le pasara la furia por sí misma luego de un rato.
一¡A la mierda los huéspedes! 一anunciaba a todo pulmón, con tanta intensidad que su voz se volvía ronca sólo del esfuerzo一 ¡Sí tienen problemas conmigo que vengan! ¡Les volaré la cabeza si es necesario! 一decía, mientras apuntaba con su veintidós aleatoriamente y a todas partes, en busca de un nuevo objetivo一 ¡Este hotel pertenece a la familia Fairy Tail! ¡Y mi papá es el líder! ¡Eso me convierte en el dueño! ¡Este es mi puto hotel y no necesita huéspedes! ¡Qué todo se vaya a la mierda! ¡Tampoco necesitamos camas! 一disparó a la cama一 ¡No necesitamos jacuzzis! 一disparó al jacuzzi一 ¡Y no necesitamos jodidas televisiones de plasma! 一entonces le disparó a la televisión, que también había recibido los impactos uno y dos, porque por eso empezó todo.
Gray juró que pasaría menos tiempo con Homura. Iban también hasta que volvió a pensar en voz alta, justo como ella lo hacía, y se le escapó decir que la mujer había roto la pantalla de la habitación de Lucy Heartfilia cuando ésta había tratado de pedir ayuda desde allí. Y, por supuesto, como era de esperarse…Los actos de Kogetsu enfurecieron de inmediato a Natsu, quien comenzó a disparar sin ton ni son a todas las cosas que había en la habitación, porque claro, ¡si Homura lo decía, no eran necesarias! (nótese el sarcasmo).
¡¿Cuándo dejaría esa mujer de complicarle las cosas más de lo que ya eran?!
一¡GRAY! 一gritó la aludida, irrumpiendo de inmediato.
一¡Homura! 一exclamó él con frustración一 ¡Ahora no!
一¡¿Qué ocurre?! 一insistió en saber.
No obtuvo respuesta, todos entraron en un incómodo silencio. Tampoco es como que Natsu le fuese a disparar, no hacían eso entre familias a menos que realmente se vieran traicionados de alguna forma grave, pero nadie allí estaba feliz y agusto con la situación.
De pronto, Natsu se dio cuenta de algo: Si los tres estaban allí, entonces…
一¡Lucy! 一gritó y todos cayeron en cuenta.
El primero en reaccionar fue Gray, quien salió de inmediato: La puerta abierta, la habitación vacía y el pasillo desolado. Ella ya no estaba, se había escapado.
一Se fue… 一dijo con voz bajita antes de salir corriendo para tratar de encontrarla e interceptarla antes de que saliera del hotel.
Gray cerró los ojos cuando un grito, prácticamente demoníaco, salió del pecho de Natsu Dragneel:
一¡KOGESTU!
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Tan sólo un piso más abajo, escondida entre la pared y una gran maceta a principios del pasillo, estaba Lucy Heartfilia en cuclillas, con los ojos fuertemente cerrados y tapándose los oídos con ambas manos. Estaba totalmente aterrorizada y después de ver lo que vio, ya no podía pensar más en escapar sin que le diera una ataque de ansiedad.
En este punto, es importante aclarar que tanto Natsu, como Gray y Homura, hablaban en japonés entre ellos (pero por la magia del narrador, el lector puede entender lo que están diciendo, pero Lucy no). Y ella no comprendía ni una sola palabra de lo que Natsu Dragneel gritaba en la suite mientras disparaba como loco de un lado a otro, pero eso no era necesario para darse cuenta de la situación y horrorizarse ante el monstruo que era en realidad ese hombre.
En cuanto vio la puerta abierta, ¡claro que corrió de inmediato pensando huir!, pero cuando ya estaba al inicio de las escaleras, la mirada profundamente triste y melancólica que poseía Homura Kogetsu en todo momento, se le vino a la mente justo después de oír a Natsu desgarrarse la garganta con sus gritos… Y no pudo seguir corriendo. La pobre Homura, ¿en qué clase de infierno acabaría viviendo si ella escapaba?
Así que movida por un acto de humanidad, dio media vuelta y recogió sus propios pasos por el pasillo hasta llegar a la puerta de la suite en donde estaban los asiáticos discutiendo y se asomó un poco… No le gustó nada lo que vio: Natsu Dragneel, el "hombre perfecto" de sus sueños, convertido en una bestia, cegado por la ira. Una tensión asfixiante en el ambiente y la habitación destruida por las balas y a Homura paralizada, al igual que ella, por el miedo. Gray, un poco más relegado en la esquina, observando con tristeza y resignación todo cuanto ocurría, con las manos prácticamente atadas.
Entonces, hubo una palabra que salió de la boca de Natsu que ella sí pudo identificar: "¡Lucy!". Él acababa de decir su nombre y se le heló la sangre. Vio a Gray correr a la salida, empujando la puerta en toda su amplitud, por eso ella pudo esconderse en el espacio entre la madera y la pared para que no la descubrieran.
Gray volvió anunciando algo que tampoco entendió, y después miró desde su escondite cómo corrió por el pasillo hacia los pisos de abajo. Imaginó que iba a buscarla. Entonces, la segunda palabra que salió de los labios de Natsu Dragneel y que logró captar, la horrorizó por la manera en la que salió de su garganta:
一¡KOGETSU!
Escucharlo así, inmediatamente la volvió un animal presa y sintió terror. Vagamente se preguntó si eso era lo que sentían las víctimas del asesino serial en las películas. Escuchar el estridente llanto de Homura, lastimándole los oídos por lo chirriante que resultó ser (como un taladro tratando de perforar una placa de metal), fue lo que la hizo querer alejarse lo más posible de allí.
Sus pies se movieron solos, bajó por donde Gray se había ido y, al comprender que él podría encontrarla, halló su escondite tras la maceta, en donde se quedó para tratar de calmarse. Y, mientras estaba allí, temblando de miedo… No pudo evitar no recordar: Su mente de inmediato escarbó en recuerdos que ella quería enterrar en lo más profundo. Viajó a su época de estudiante, al momento de aquella fiesta en donde también estuvo escondida así, pero tras las cortinas de la ducha dentro de un baño. Otro grito de Kogetsu viajó desde arriba, igual de doloroso que el que retumbó en sus recuerdos por toda su cabeza.
Entonces, Lucy no pudo más y ella lanzó el propio desde lo más profundo de su corazón, lleno de sentimientos. Desatándose en llanto y abrazándose a sí misma hasta volverse un ovillo tembloroso y patético. Queriendo desaparecer del mundo y morir, o despertar en otra realidad incluso. Cualquiera de esas dos opciones estaría bien.
Su corazón se detuvo y dejó escapar otro grito cuando la sujetaron del brazo con fuerza y de un tirón brusco la hicieron ponerse de pie.
一¡Aquí estás! 一era Gray, quien a violentos jalones, perdido de sí mismo por la situación, la llevaba de vuelta a donde estaba el demonio Dragneel.
Ella se retorció y se resistió lo más que pudo. No quería volver allí, pero así como en la noche de la captura, había que recordar que Gray era muchísimo más fuerte que Lucy y, estando furioso, no iba a ser precisamente cuidadoso. Le dolía el brazo, le ardía, y de seguro después iba a tener un gran y sanguinolento moretón, con la forma de las manos de Fullbuster.
Una vez enfrente de la suite en donde los gritos de Homura se intensificaban, Gray abrió la puerta y arrojó a Lucy adentro, con tanta fuerza que la inercia hizo que cayera en el piso. Desde la entrada, bloqueando la salida con su cuerpo, él buscó a Natsu con la mirada antes de volver a decirle cosas que Lucy de nuevo, no entendió.
一¡Aquí está tu jodida perra, Natsu! ¡Ya basta!
Natsu Dragneel tenía sujetada a Homura por el cabello, ésta estaba de rodillas a sus pies, llorando. Lucy sintió la mirada de Natsu sobre ella, pero se negaba a verlo en ese estado otra vez, no podría resistirlo.
一¡Mira lo que estás haciendo! 一seguía Gray一 ¡Estás loco, nunca antes te habías comportado así por una mujer! ¡Da igual el sueño de porquería y esa pintura de mierda! ¡Tú nunca serías capaz de lastimar a alguien de la familia! ¡¿De verdad vale la pena, hijo de puta?!
Hubo silencio, únicamente interrumpido por el constante llanto de Homura y de Lucy. Natsu caminó hasta la rubia sin decir nada, hasta pararse delante de ella, con Kogestu al lado, aún sujeta del cabello. Parecía que Gray había dado en el clavo de alguna forma, porque parecía mucho más calmado y hasta arrepentido, él lanzó un grave y profundo suspiro antes de soltar a Homura.
一Pídele perdón y acaba con esta mierda… 一demandó.
Nastu Dragneel quería que Homura le pidiera perdón a Lucy, por algún motivo. Lo había dicho en el idioma de nuestra protagonista, para que todos los presentes allí entendieran sus deseos.
Lucy vio en silencio a Homura.
Homura vio en silencio a Lucy.
Ambas mujeres estaban en el suelo, a sus pies, con la respiración entrecortada por el llanto. Esta vez no había ninguna tensión, ni mucho menos rivalidad, porque las dos se habían convertido en víctimas.
一Di una orden, Kogestu… 一repitió, contenido, perdiendo la paciencia poco a poco de nuevo.
一Y-yo… 一Homura trató de hablar, pero no podía, era demasiado orgullosa después de todo一 Lo… Lo sien…
一¡NO! 一gritó Lucy, interrumpiendo a la asiática a media frase, abrazándola fuertemente. Simplemente no podía permitir que ocurriera aquella salvajada tan injusta.
Homura se petrificó ante las acciones de Heartfilia, pero después de unos segundos, su cuerpo languideció y perdió las fuerzas poco a poco, junto a su carácter y su voluntad, quedando como niña pequeña entre los cálidos brazos de Lucy, llorando libremente. Los dos hombres allí presentes mentirían si dijeran que el corazón no se les conmovió hasta lo más profundo ante tal escena, pero desviaron el rostro y escondieron sus afligidas almas, porque los yakuzas no lloran ni mucho menos, muestran debilidad.
Lucy, una vez que logró tranquilizar a Homura, caminó de rodillas hasta aferrarse a las piernas de Natsu. Él también se congeló y no supo qué hacer, únicamente atinó a mirarla en ese momento, con los ojos vidriosos, el puchero en los labios y la cara roja a raíz del incesante llanto que corría por sus mejillas: Era una mujer hermosa.
一Por favor… 一rogó Lucy一 Yo rompí la televisión, yo fui la que trató de escapar… No los culpes a ellos dos, sólo estaban haciendo su trabajo lo mejor que podían… Por favor… 一Natsu sintió un nudo en la garganta y la irremediable culpa le golpeó en todo el cuerpo como una violenta ola de mar que se quebraba encima de él y lo revolcaba hasta arrojarlo en la orilla.
Un poderoso tsunami que arrastraba todo a su paso y, a su mente, se le vino la imagen de la pintura de La Gran Ola de Kanagawa de Katsuhika Hokusai, con la espuma efervescente haciendo ruido en su oído y él, era la balsa que iba a ser sacudida y despedazada por el violento movimiento del mar. Lucy era la ola, por supuesto.
一Por favor… 一repitió ella.
Y, en ese momento, Natsu entendió que estaba totalmente indefenso ante la presencia de aquella mujer. Eso era, totalmente injusto… Negó lentamente la cabeza con los ojos cerrados y se apartó un par de pasos hacia atrás. Llevó sus manos a la cabeza y se masajeó un poco las sienes, antes de mirar directamente a Gray para dar las siguientes indicaciones:
一Llévala a otra suite, un piso más arriba… Limpia todo este desastre 一pidió refiriéndose tanto al desorden espacial, como al situacional一, y asegúrate de que todo esté en orden con el resto de los huéspedes. Yo estaré en la azotea, pensando un rato… Quiero estar solo.
Gray asintió en silencio y se hizo a un lado para dejar pasar a su superior, y cuando Natsu desapareció, su subordinado dio un gran suspiro de alivio. Él también había estado completamente aterrado y además, la impotencia que había sufrido instantes atrás todavía lo tenía con las manos temblando.
Se quitó el saco que llevaba puesto al acercarse a ambas mujeres y lo colocó sobre la espalda de Homura, quien todavía estaba en el piso, tratando de asimilar lo que acababa de pasar. Más adelante estaba Lucy, que por no haber entendido, no sabía qué ocurriría a continuación y la incertidumbre que la aquejaba era aterradora.
一Vamos… 一le dijo Gray, ayudándola a levantarse sujetándola del brazo, evidentemente más tranquilo y amable que cuando la encontró escondida detrás de la planta.
Lucy se quejó del dolor de inmediato pese a que el tacto ya no era agresivo. Gray miró el brazo y allí estaba el moretón: una mezcla desagrable de rojo, morado y negro que se le extendía hasta el hombro.
一Lo siento… 一se disculpó, tendremos que curar eso luego.
Y comenzó a guiarla fuera de la habitación, con suavidad, el tacto frío que naturalmente tenía ese hombre fue algo bastante reconfortante de sentir sobre su piel dada la temperatura que había en el ambiente, y por ende en su cuerpo, cuando todo ocurrió. Era como un analgésico natural.
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Lucy fue llevada a otra habitación en el piso de arriba y, al parecer, los rumores eran ciertos: Entre más arriba estabas en ese hotel, mayor lujo había. También se decía que ese lugar era manejado por una sección del crimen organizado extranjero, pero ese rumor ya no era necesario aclarar que era verdadero.
Era mucho más espaciosa, más elegante y hasta tenía un balcón con un gran ventanal por donde se veían todas las luces de la ciudad. Iban a dar las seis de la tarde, por lo que éstas se veían acompañadas por un precioso atardecer purpúreo con tintes rosados. Y, por si fuera poco, en esta suite el jacuzzi estaba allí mismo, en el balcón, volviéndolo algo sumamente romántico.
一Bienvenida… 一murmuró Gray al dejarla pasar.
El asiático observó de reojo el teléfono de la habitación, que estaba conectado y en línea. Por un segundo pensó en llevárselo también, pero miró un intante a Lucy, quien tímidamente se fue a sentar en la orilla de la king size a observar en silencio y, finalmente, Gray negó.
一Pienso que puedo confiar en ti… 一señaló el teléfono一 No hagas que me arrepienta. Servicio a la habitación es la extensión 01 y si necesitas algo de nosotros, marca asterisco 444. Es la línea directa a mi celular, en unos segundos volveré con hielo y un desinflamatorio para tu brazo.
Lucy asintió sin abrir la boca para nada.
Gray se dio media vuelta, dispuesto a irse a realizar los demás encargos que tenía pendientes. Se contuvo mucho rato en la puerta para no decir las palabras que le martilleaban en la boca para salir, pero finalmente se rindió:
一Es verdad… 一comentó一 Tú sí vales la pena.
Antes de que Lucy pudiera reaccionar, Gray salió de allí cerrando la puerta con fuerza. Y dejándola sola, en la misma situación que antes
Gray Fullbuster, al igual que Homura momentos antes, se replegó contra la puerta en el pasillo y se llevó las manos al pecho para tratar de contener los frenéticos latidos de su corazón. Debía recordarse a sí mismo mantener la mente fría, al igual que el resto de su cuerpo. ¡Era la mujer de Natsu de quien estaba hablando! ¡La que había escogido! De pronto se arrepintió de haberla besado… Jamás se le había pasado por la mente traicionar a Dragneel de alguna manera, ¡le debía la vida y eran amigos desde siempre…!
Y, sin embargo, no podía dejar de pensar en lo bonitos que eran los ojos de Lucy cuando ella lloraba…
¡Mierda!
Tenía que encontrar la forma de sosegarse pronto.
Sintió la vibración de su teléfono móvil en la pernera del pantalón. Fue un alivio momentáneo a todo lo que estaba sintiendo y lo conflictuado que estaba a raíz de ello. Lo fue, en serio, hasta que vio de quién era la llamada, entonces tuvo que maldecir por lo bajo antes de contestar.
一Gray, ¿por qué Natsu no responde su teléfono? 一preguntó la aguardentosa y apacible voz desde el otro lado de la línea.
"A Natsu no le va a gustar esto…" pensó.
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Natsu Dragneel dio una larga calada al cigarro mientras veía el mismo atardecer que Lucy, sólo que él lo miraba desde el techo de la gran edificación y ella desde el balcón de su suite. Al pensar en ello, sintió furia corriendo por sus venas hasta arremolinarse en su estómago, como una gran albóndiga de porquería que le había caído mal durante el almuerzo. Entonces arrojó el cigarro al piso y lo pulverizó con rabia, pisándolo y aplastándolo con la suela de su zapato, hasta que sólo quedó un polvillo marrón irreconocible. ¡Ese maldito viejo también fumaba cuando estaba en problemas y él no podía hacer lo mismo…!
一Sé que estás sensible y que no querías que te molestaran… 一dijo Gray desde la puerta de entrada al techo, sólo había dado un par de pasos hacia él, por si acaso一 Y puedes decirme que me joda en el infierno por esto, pero creo que es importante que sepas… Que tu padre llamó hace unos momentos para recordarte que el evento de tu hermana Erza es en un par de semanas, e inmediatamente después, iniciarán los preparativos para el tuyo. Sólo eso…
Y, antes de que Natsu reaccionara a sus palabras y se desquitara con él, Gray volvió por donde vino y se alejó lo más rápido posible. Natsu se quedó bufando allí arriba, ¡todo parecía ir de mal en peor!
¡Maldita sea! ¡¿Y ahora qué hacía?! Cada vez se parecía más a su padre. Si ese viejo se llegaba a enterar de lo que acababa de ocurrir, se burlaría de él en su cara y después le daría un cálido abrazo y le palmearía la espalda (nada más repulsivo que eso). Luego lo felicitaría y le invitaría un trago, y luego otro y así hasta emborracharse por completo y perder el conocimiento. Tal vez después entre ambos violarían a la mujer desnuda que les serviría de mesa para los alimentos. ¡Ya podía escucharlo atragantarse con sake y calamar seco mientras se carcajeaba de él!
一¡Te lo dije, Natsu! 一recalcaría, regocijándose de su triunfo familiar一 ¡Tú y yo somos más parecidos de lo que piensas! ¡Déjate de tonterías de una vez por todas y asúmelo! ¡Ven, toma el mando de la familia y destruyamos Raven Tail! ¡Qué no quede vivo ninguno de esos cabrones bastardos!
Raven Tail era la familia con la que disputaban el territorio y el poder sobre varios negocios. Antes, unas décadas atrás, su padre solía ser parte de la misma, pero levantó una pequeña revuelta con algunos miembros de su sector que no estaban muy conformes con la manera en la que se estaban manejando las cosas. Así que luego de un par de enfrentamientos en donde hubo muchas personas inocentes que terminaron involucradas, asesinatos, secuestros y un sinfín más de porquería, lograron emanciparse y así nació Fairy Tail. Se decidió llama a la familia así en honor a lo que representaba conocer si las hadas teían cola o no, una aventura eterna y libre... Más o menos. Además, Fairy Tail sonaba muchísimo más elegante que "Dragneel-club". Y desde allí, ambos clanes están en guerra constante.
Natsu Dragneel tuvo la fortuna (o la infortuna) de nacer ya en ese mundo tan cruel y frío y de ser el menor de cuatro hijos: Dos varones y una mujer antes que él. Así que ni de chiste heredaría el negocio familiar de su padre y él estaba perfectamente bien con eso (no es que ser la cabeza de un montón de delincuentes fuera el sueño de toda su vida), ocupándose de sus propios asuntos, cuidando el culo de Gray para que no lo desmembraran en cualquier momento por ser un maricón, y también el de Homura, para que los imbéciles que habitaban en ese bajo mundo no se pasaran de listos y ella terminara con una panda de niños destinados a ser yakuzas, así como ellos. Además, los intereses de vida de Natsu eran otros… Aunque debía mantenerlos en secreto porque, si se llegaban a saber, tal vez no sólo desmembrarían a Gray por maricón, sino a él también.
No obstante, por cosas que prefería no recordar, su padre de pronto empezó a decir a los cuatro vientos y a todo el mundo que él sería quien heredaría la cabeza de la familia pronto. Lo haría justo después del matrimonio de su hermana Erza con el cuñado del jefe de Crime Sociére, otra familia con la que estaba tratando de hacer buenas migas… Y también de su propio matrimonio con Lisanna Strauss, la hija de en medio de la rama principal de esa misma familia.
Y, como él no quería estar involucrado en esas mierdas de negocios familiares y matrimonios ambiciosamente fructuosos (porque como todos los protagonistas histéricos, según Aristóteles, quería creer que él era diferente a los demás y que algo mejor le esperaba en algún otro lado a futuro), rápidamente fingió "asuntos importantes" en el hotel del país en donde se encontraba actualmente, le gritó un par de cosas a su padre acerca de ser mejor que él (mismas que el jefe tomó como broma e ignoró) y huyó junto a sus subordinados de confianza a retrasar el momento de la guillotina nupcial todo lo posible, al menos hasta encontrar lo que realmente quería hacer con su vida.
Después, durante una encomienda de su progenitor aprovechando que se encontraba por allí, visitó el maid café Sweet & Meow & Happy en donde se topó con Lucy Heartfilia y prácticamente la amó desde el primer instante. Obsesionándose con ella porque lo que sintió al conocerla fue algo nostálgico, quizás íntimamente relacionado al pasado (como un montón de globos liberándose al mismo tiempo o como niños soplando cientos de burbujas que se elevaban al cielo), y estaba dispuesto a descubrir qué era aquella extraña conexión.
Cuando menos se dio cuenta, ya llevaba poco más de un mes siendo cliente frecuente de ese negocio y traicionando a su padre… De cierta manera.
Pero después de lo ocurrido durante la tarde, en esos momentos, le parecía más que repulsiva la idea de descubrir parecerse a su papá más de lo que creía. Debía de encontrar la forma de solucionar eso primero, ya después vería qué hacer con Lissana, su padre, y todo el asunto ese del matrimonio.
