Nota: Adertencia, contenido erótico. Leer bajo su propia responsabilidad.
一Esta es la "A", puedes reconocerla porque es una cruz y tiene un pez entrando al agua en ella… Si le pones mucha imaginación, claro. Mira, si le dibujas la cara y la corriente puedes verlo más fácilmente… 一explicaba Homura, dibujando en una libreta un símbolo que ahora, ya no era tan ajeno a los ojos de Aline.
Ésta le ponía atención, aunque estaba confundida, y no precisamente porque las lecciones de Homura fueran complicadas. Sino que, por algún motivo, estaba tratando de enseñarle japonés, las clases en sí eran algo bastante extraño. Kogetsu simplemente había entrado a la suite de Lucy, no tocó la puerta, y la encontró en el balcón, admirando el atardecer y pensando en muchas cosas.
Homura ya se encontraba mejor, Gray había atendido gentilmente sus heridas y la consoló hasta que logró sosegarse y respirar normalmente. Se había dado un baño muy caliente y burbujeante y había comido su platillo favorito (ramen de soya con camarones tempura y tocineta al lado) y eso la había reconfortado bastante. Ahora que lo veía con la mente más clara, Natsu no le había hecho mucho, un par de jalones de cabello y gritos (no la juzguen, es lo único que conoce)… Al menos no le había amputado nada (si hubiéramos hablado de Igneel padre de Natsu, tal vez no la hubiese contado). También se había puesto su yukata, las ropas tradicionales de su país siempre le levantaban el ánimo.
Cuando su mirada con la de Lucy se encontraron, esta vez en lugar de tensión, rivalidad y un montón de cosas desagradables, sólo hubo una sonrisa mediana (por parte de Lucy, claro está) pero muy sincera. Se alegraba de corazón que Homura estuviera bien, dentro de lo que cabe. Kogetsu la llamó a sentarse en la cama y una vez allí, sacó la libreta y el bolígrafo que llevaba y se puso a darle clases sin decir nada más, enfocada en explicarle a Lucy el hiragana (el silabario principal del japonés) lo mejor que podía.
一Y esta es la "O", es muy parecida a la "A" pero al final de este trazo parece que hay medio huevo cocido, ¿lo ves? Sólo necesitas imaginar la yema. Mira, se la voy a dibujar para que sea más claro 一decía mientras pintaba un circulo amarillo en medio del trazo que había hecho一. Ahora ya puedes leer un poco, si juntas la "A" con la "O" se forma mi palabra favorita… Ao… Quiere decir azul. ¿Verdad que suena bien? También es un nombre. Si algún día puedo tener una hija, se va a llamar así… 一se sonrojó de inmediato al percatarse de que había hablado de más acerca de ella misma. Sacudió su cabeza y miró a la rubia, tratando de tener la misma mirada filosa y la sonrisa perturbadora de siempre (ahora por mera voluntad)一 ¿Tienes alguna duda?
一De hecho, sí 一murmuró Lucy, pero pensó un rato antes de decirlo: 一¿Por qué estás enseñándome japonés?
Homura cambió de semblante nuevamente, agachó su cabeza avergonzada y desvió la mirada para responder. De hecho, su plan inicial no era enseñarle a escribir las vocales en el hiragana, quería decirle otra cosa pero como creyó que sería difícil hacerlo con palabras, pensó en escribirlo. Sin embargo llegado el momento, se acobardó y cuando menos lo notó, ya estaba explicando que la "A" era un pez y la "O" medio huevo cocido.
一Verás… 一pensó una excusa, mientras garabateaba en la libreta algo para sí porque, si no lo escribía tal vez acabaría diciéndolo en voz alta, como dictaba su mala costumbre一 Si vas a ser la mujer de la próxima cabeza de la familia, entonces necesitas hablar al menos un poco el idioma…
Esa explicación le heló la sangre a Lucy unos momentos. Era un recordatorio de que estaba secuestrada y de que, en cualquier momento, el monstruo que era Natsu volvería y quién sabe qué sería de ella. Y, ni bien hablando del Rey de Roma, la puerta había vuelto a abrirse, dejando entre ver por la ligera ranura que se hizo los ojos rasgados, negros y burlones de Natsu Dragneel.
一Debo irme… 一anunció Homura, poniéndose de pie, dejando a propósito la libreta sobre la cama para que Lucy pudiera verlo一 Aunque quiero aclarar que no por esto somos amigas, o algo así 一Lucy se asomó a ver qué era lo que Kogetsu había escrito.
¡Cómo le hubiera gustado saber leer algo más que la "A" del principio! Así podría saber que Homura había escrito la palabra "gracias" en su idioma natal.
Natsu se hizo a un lado para dejarla salir de la habitación una vez que la puerta estuvo abierta en su totalidad. Deteniéndola unos momentos antes de que ella se fuera, a mitad del pasillo.
一¡Homura! 一la llamó por su primer nombre, como primera muestra evidente de arrepentimiento. Al menos lo era para ellos, porque para los japoneses era bastante significativo que te llamaran por tu nombre de pila一 Mañana antes del desayuno baja al segundo sótano, tengo que hablar contigo…
Homura no respondió, temió decir algo erróneo ahora que Natsu se veía más sereno y empeorar las cosas de nuevo, así que simplemente se dedicó a sonreírle y a asentir después, momentos antes de proseguir su camino hasta desaparecer en alguna de las habitaciones para buscar a Gray.
Lucy observó quieta, muy quieta… esperando que el color de su vestido se camuflajeara con el de las sábanas, como lo hacían algunos animalitos con su pelaje para despistar y evitar a sus depredadores. Esto mientras Natsu cerraba la puerta y ella veía su espalda. Además, él le puso seguro a la cerradura (esta vez, quería asegurarse de que nada ni nadie lo interrumpiera. Podría ocurrir un terremoto o haber una bomba en el hotel, daba igual… nada lo distraería lo suficiente como para dejar de enfocarse en Lucy Heartfilia y en los asuntos pendientes que tenía con ella).
Y, una vez asegurado, se viró hacia Lucy, quien tragó saliva y tembló de miedo. De nuevo no había entendido lo que le había dicho a Homura hacía rato y con ese hombre, ya no sabía si estaba de mal o buen humor o de lo que era capaz de hacer y hasta dónde podía llegar. Ya no era nada del Natsu Dragneel de sus fantasías y le aterrorizaba conocer al verdadero.
¿Cuáles eran sus límites? Estaba a punto de descubrirlo.
一Hora de pasar a asuntos más importantes… 一dijo.
Se quedaron unos instantes en profundo silencio, en medio de una pelea de intensas miradas. Se analizaron mutuamente, esperando el siguiente movimiento del otro… Hasta que finalmente, Natsu carraspeó la garganta y decidió hablar. En realidad, había dado una orden clara y concisa:
一Quítate la ropa…
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Su cerebro debía de estar siendo manipulado por un mono cirquero que tocaba los platillos. Sí, de seguro era eso, o al menos eso quería creer fielmente Natsu porque, ¿de qué otra forma se explicaba que cuando abriera la boca sólo empeorara las cosas con respecto a Lucy?
Sólo quería estar con ella a solas un par de instantes, disculparse por haber sido un animal bruto y salvaje, hablar con ella y responder todas las dudas que tuviera al respecto y después hacerle el amor toda la noche si las cosas se arreglaban de la mejor manera posible, pero al verla ahí tan indefensa y quieta sobre la cama, su lado racional y humano había dejado de funcionar nuevamente. La deseaba, ¡Dios, la deseaba mucho! y ella ya estaba prácticamente servida en bandeja de plata al estar sentada de esa manera sobre la cama.
Él no quería verla como un imbécil en silencio durante tanto tiempo (como lo hizo), pero le había quitado las palabras de la boca con la sensualidad que derramaba por cada poro de su cuerpo y que ella no notaba en lo absoluto. Lo único que pudo sacar de su boca al abrirla para arruinarlo todo nuevamente fue una orden, y ya que repetimos esto último, vamos a añadir que esa orden era totalmente inapelable y por supuesto, indiscutible.
Y, sin embargo…
一N-no.
Fue la dudosa, pero llena de valor, respuesta que obtuvo. Lucy se había atrevido a negarse, pese a todo, incluso se alejó un poco, recorriendo lenta y cautelosamente la orilla de la cama mientras Natsu procesaba y asimilaba ese monosílabo que lo había dejado estupefacto.
一¿Cómo? 一preguntó, sin poderlo creer todavía. Tal vez estaba soñando o había escuchado mal.
一Dije que no… 一repitió Lucy, un poco más compuesta.
"No debió de haber dicho eso…" pensó Natsu. Es que, pese a que esa orden no era lo que quería decir en realidad, recibir esa negativa fue como una patada en el hígado, lo cuál no era bueno, considerando el mal genio que solía tener. ¡Era el hijo del jefe después de todo! ¡Jamás le negaban nada y siempre había obtenido todo lo que quería! ¡Un "no" era simplemente intolerable! Si ella hubiera sido dócil y hubiera comenzado a deslizar el vestido por sobre su cuerpo, él la hubiera detenido y le hubiera pedido perdón y comenzaría desde cero otra vez, pero bien dicen que el "hubiera" no existía… Además, de haber sido así, la erección entre sus pantalones no crecería como lo estaba haciendo en esos momentos. Su miembro se quemaba, prácticamente ardía por atención.
一¿No? 一susurró bajito y cuando Lucy asintió temerosa, soltó una carcajada burbujeante de su ronco pecho一 ¡Dijiste que "no"! 一reía, después, se detuvo y la miró con esos ojos burlones llenos, prácticamente se desbordaban de un inmenso y caliente deseo一 Nadie te dijo que tenías permiso de decir que no…
Fue lo último que dijo antes de salir tras ella. Lucy había tratado de huir a encerrarse en el baño en cuanto leyó sus intenciones, pero Natsu la había interceptado de la muñeca y de un sólo tirón la arrojó sobre la cama, tan fuerte que incluso rebotó una vez al caer sobre el colchón, las sábanas comenzaron a arrugarse. Después, como un tigre, se abalanzó sobre ella, poniéndose por encima, sujetándole los brazos a los costados de su cabeza.
Pronto, lo único que se escuchó en el ambiente de la habitación fueron las agitadas respiraciones de ambos debido al forcejeo. Estaban mirándose nuevamente, cara a cara, fundiéndose en los ojos del otro. Lucy quería negarse, todavía quería seguir diciéndo que no, pero en cuanto sintió el peso de Natsu Drageel sobre ella y sus labios estuvieron a escasos centímetros de los de él, su bajo vientre se tensó, y comenzó a calentarse. Era un monstruo, ya lo sabía, pero acababa de descubrir que seguía excitándola en sobre manera y que el deseo por tenerlo entre sus piernas se acrecentaba a cada segundo que pasaba y seguiría así mientras estuvieran en esa posición.
Todavía seguía debatiéndose lo que debía hacer a continuación para no perder su dignidad y al mismo tiempo conservar su vida, cuando su corazón se agitó y gritó como un loco. Fue en el momento en el Natsu, en vez de atacar su cuello con los dientes o mancillar la parte de arriba del vestido para lamer sus pechos, decidió terminar de romper la distancia que aún existía en el cara a cara y la besó de una manera casi animal, pero completamente inolvidable. Era tan erótico, intenso, pero a la vez tan romántico, que simplemente terminó por desconectar la última neurona funcional de su cerebro, dejar que se inundara con la tibia saliva de Nastu Dragneel y se dejo ir, perdida en cada una de las sensaciones que estaban atacando su sistema nervioso y la enviaban directo a un lugar parecido al paraíso.
¡No podía creer lo que le estaba ocurriendo! Y con el hombre con el que siempre fantaseaba, fuera él mismo que imaginó o no, el hecho de volverlo algo real y tangible le era un completo deleite. Toda esa emoción se sumaba a las cosquillas que le hormigueaban por todo el cuerpo.
Instantes después, Natsu rompió el beso después de morder ligeramente el labio inferior de Lucy. Ella lo había dejado prácticamente sin aliento con un simple encuentro boca a boca, ¡estaba totalmente enloquecido embriagado por el sueño que era esa mujer! Se moría de ganas por arrancarle todo y demostrarle con firmes y suculentas estocadas lo que ella misma había provocado, pero se contuvo… Porque nunca nadie lo había besado de esa manera, tan cálido y dulce, incluso dentro de lo pasional. Al hacerlo, sintió que su corazón se ablandó hasta volverse de algodón de azúcar, ni más ni menos. Natsu aseguraba que, si de casualidad llegaba a mojarse, su corazón terminaría por desvanecerse en algún lado y la culpa sería únicamente de Lucy Heartfilia.
Así que, como ya había recobrado un poco de humanidad luego de semejante experiencia, aún con la respiración errática, se dispuso a negociar con ella:
一Muy bien… 一suspiró, tenía el aliento de ella rozándole la cara y eso no lo ayudaba a concentrarse como era debido一 Tienes dos opciones… 一Lucy lo miró atenta, Natsu tenía las mejillas totalmente sonrojadas一 Si justo ahora dices "no", entonces no sé qué vamos a hacer a continuación…
Lucy enarcó la ceja, no supo si debía reír o de qué manera tenía que reaccionar ante semejante enunciado.
一¿Y si digo un "sí"? 一cuestionó curiosa y cierta coquetería.
Natsu sonrió con una confianza sobrehumana.
一Entonces voy a hacerte el amor como nunca nadie te lo ha hecho…
A decir verdad, Natsu no tenía una cuantiosa competencia si es que considerábamos su sentencia anterior y nos poníamos a enlistar a cada hombre con el que Lucy había tenido sexo. El número total de la lista ascendía a uno y ese, era Sting Eucliffe. No obstante, aunque Natsu no tenía muchos rivales, tampoco lo tenía sencillo pues, como ya habíamos mencionado antes, Sting era lo único que Ali conocía en ese ámbito y, además, era el autodenominado "Rey del Sexo" por lo que había dejado la vara un poco alta… El vago pensamiento de creer que Natsu Dragneel la saltaría con total facilidad pasó por la cabeza de Lucy apenas unos instantes.
Eso porque, de por sí, Natsu ya no la estaba dejando pensar con claridad del todo. ¡Estaba haciendo trampa y tentándola a decir que sí! ¡Sí, y mil veces sí! Había comenzado un vaivén sobre sus caderas, aún con las ropas puestas y únicamente para rozarse y que ella pudiera sentir la enorme y caliente erección que escondía tras sus pantalones. Excitándola, humedeciéndola, haciendo que las ropas quemaran y que ella sintiera la desesperación de despedazarlas por completo con sus propias manos, hasta destruirlas para que dejaran de estorbarle.
Todavía no había dicho que sí verbalmente, pero su cuerpo entero ya había hablado por ella. Inconscientemente, también había comenzado a mover ligeramente sus caderas para aumentar el roce, todo esto, mientras Natsu la miraba directamente a los ojos desde arriba, con ese brillo burlón que era tan molesto, pero incitante a la vez, que poseía en esas orbes verdes y alargadas.
Él dejó de moverse unos instantes a propósito con la excusa de escuchar su respuesta (en realidad era para molestarla un poco), pero ni bien se detuvo, esta vez fue Lucy quien le rodeó el cuello con ambos brazos y lo atrajo hacia sí para devorar sus labios con ansia y desesperación, tomándolo por sorpresa unos segundos, antes de que captara que ya no necesitaba esperar a escuchar un soso monosílabo para poder tomarla. Ella ya le había dicho más que dos simples letras cuando sintió que mordía sus labios para que la dejara pasar y volver ese beso algo más íntimo y húmedo.
Con sus dos grandes manos, rasposas y calientes, comenzó a recorrer la piel desnuda de las piernas de la rubia. Eran lo primero que estaba disponible dado el corte del vestido, haciendo que ella comenzara a dejar escapar los primeros gemidos sobre los labios de Natsu. Y es que, a diferencia de Gray cuyo tacto parecía ser de hielo todo el tiempo, su contraparte, Natsu, parecía fuego. Todo su tacto elevaba la temperatura de cualquiera al instante, como si ese hombre tuviese corriendo lava por sus venas en lugar de sangre.
Se deshizo del candado que Lucy tenía por sobre su cuerpo para poder tener más libertad y, entonces, frenó el beso para poder mover su boca y su lengua hacia su cuello, el lóbulo de sus orejas, hasta dejar el rastro de saliva en el inicio de los pechos. Sin importarle el costo del vestido, fue él quien hizo realidad los primeros deseos salvajes de Lucy por romper la ropa, tomó el escote por ambos bordes y haciendo gala de una gran fuerza, sin mucho esfuerzo destrozó la parte de arriba de la prenda, dejando al aire dos grandes y suculentos pechos con los pezones duros, cubiertos por una ligera y transparente capa de tela perteneciente a la lencería que ella tenía por debajo.
De prisa y sin perder el tiempo, los atacó como dos deliciosos frutos prohibidos. Con las manos, con la lengua, la boca, con los dientes… Con lo que pudo para poder devorarlos cuanto antes. Todo mientras Heartfilia se retorcía bajo su cuerpo. Y ella, dejándose llevar por sus instintos y la experiencia previa que tenía (era poca, pero definitivamente útil, considerando que había sido Sting con quien la había adquirido), se movió hasta lograr llevar sus dedos al broche del pantalón de Natsu, lo abrió y cuando tuvo libre acceso, metió una mano por entre las ropas, hasta llegar a sentir un duro y palpitante miembro que era la fantasía de cualquier mujer.
"Si tan sólo Mirajane supiera que su cálculos fallaron totalmente…" pensó, mordiéndose los labios luego de escuchar a Natsu lanzar un suspiro ante su tacto mientras comenzaba a deslizarse hacia arriba y hacia abajo por todo el largo, jugando con la punta al mismo tiempo para poder hacerlo maldecir por lo bajo y cerrar los ojos con fuerza. Sintió su irregular aliento rozarle los pechos y cosquillearle la piel cuando él se detuvo unos instantes debido a las corrientes eléctricas que recorrieron su cuerpo cuando ella comenzó a masturbarlo.
Natsu bufó como una animal en brama y decidido a no perder más el tiempo, por lo que se deslizó hasta ponerse a la altura de las caderas de Lucy. Sujetó ambas piernas con fuerza, dejando la marca blanca de sus dedos sobre la piel, y las separó de un sólo movimiento. Después hizo a un lado el faldón del vestido, dejándola expuesta. Tuvo, ante sus ardientes ojos llenos de deseo un sexo sonrosado, palpitante, húmedo y apretado en unas diminutas bragas abiertas por el centro. Pasó su lengua por sus labios antes de embutir su rostro entre las piernas de Lucy. Ella suspiró por este gesto, había sido tan sexy de ver y, después, ya no pudo suspirar más porque tuvo que gemir.
Él lamió en repetidas ocasiones todo el largo de su entrada, sintiendo el sabor en su lengua antes de introducirla en el túnel, mezclando su saliva con los fluidos de Lucy. Allí se movió en círculos mientras, al exhalar, su aliento le rozaba el clítoris, enviando cientos de sensaciones a todo el cuerpo de la fémina, quien había perdido por completo el pudor y había comenzado a hacer ruido… Mucho ruido como el que estaba acostumbrada hacer, deleitando los oídos de Natsu, y alzando las caderas para aumentar el tacto, rodeándole el cuello con las piernas para que no se le ocurriera detenerse.
Entonces, justo cuando empezó a sentir los principios del climax, Lucy miró hacia abajo para darse cuenta de que Natsu miraba hacia arriba, para ver con detalle cada una de las expresiones que ella estaba haciendo. Él acababa de hacer realidad la primera fantasía que había tenido con él y ella, se dio cuenta de que Natsu Dragneel cumpliría su promesa rápidamente, porque ya había superado a Sting y eso, que todavía no llegaban a la mejor parte.
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Hola, hola, soy yo de nuevo! Muchas gracias por su comentarios, de verdad me motivan mucho y me ayudan a mejorar. Como verán, ya iniciamos con un contenido más fuerte que irá creciedno en todos sentidos debido al ambiente en el que se desarrolla la historia. Yo sé que aquí hay menores de edad gente sensible a ciertos temas, así que para que no haya momentos desagradables ni incómodos para nadie, me gustaría saber qué sienten al respecto de estos temas, qué les gusta y qué no, para tomarlo en cuenta y poner las etiquetas correspondientes, así podrían saber cuando saltarselo y yo les indicaría dónde continuar. ¿Les parece? Muchas gracias en serio por todo el apoyo.
¿A cuantos les gusta el Grayza? Esto de las peticiones está siendo fructuoso y ya me pidieron otra historia y, de nuevo, primero la estoy haciendo fic porque es otra temática que no conocía, a mí me gusta esta pareja (no es que no me guste ni el Gruvia ni el Jerza) y como casi no hay material de ella decidí tomarlos como eje. Así que me quisiera saber si les agradaría leer algo con ese ship para subirla en cuanto termine esta. Gracias.
