"Festejo"

Cosas pasaron desde esa noche, no solo un simple dolor de cabeza, también descubrir a los días –por medio de una prueba de embarazo–, que Kobayashi fue embaraza habiendo interrumpido el coito.

Difícil al principio, la ingeniera fue aceptando la idea, dejando que ese feto se desarrollará con naturalidad dentro de ello, aún con las consecuencias que trajo consigo la sola idea de que una humana tuviera un Dragomano.

Esa nueva vida, fue uniendo a la familia, tanto biológica como adoptiva, quiénes llevan una buena relación únicamente por el bebe. Mientras que fue reforzando aún más la relación sentimentalmente entre los progenitores.

Si bien fue desaprobado por Damocles, con el tiempos se fue abriendo gracias a su hija. Y todo fueron planeando cosas e ideas para cuando naciera, así como asegurarse que tuviera una buena protección durante y después del embarazo.

Aparte de los dolores corporales que se hicieron mayores, los cambios de rutina y desarrollar un particular gusto por comer hielo, nada fuera de lo normal. Aunque el embarazo fue retrasado más de una vez por lo anormal del desarrollo, siendo que tuvo que pasar un año para que la niña naciera sana y salva.

Pero al final del tercer día, venía la calma, una calma antes de una tormenta llena de pañales sucios, llantos, hasta el desconcierto de como podría crecer y desarrollarse una niña con tantas peculiaridades en su ser.

Aunque no podían simplemente ignorar el hecho que había una nueva integrante, así que una sorpresa las esperaba en casa.

El ambiente es tenso entre los conocidos, gotas de sudor frío caen de la frente de los presentes, atentos a escuchar. Hace un minuto, Lucoa dio el aviso de que están subiendo, los segundos se convirtieron en minutos.

Los nervios, las manos húmedas, la respiraciones lentas, todos están haciendo un esfuerzo por contener la emoción que reservaba para el momento esperado.

—¿Tanto se tardan? —pregunto alguien al aire, siendo silenciado rapidamente por su pareja.

La señora Kobayashi, al igual que su marido, son los más nerviosos e incontenibles, desde que llegaron, no pueden evitar sentir la urgencia de conocer a su nieta.

Cuando el pequeño pelirrojo vio a su gemelo, con notable emoción y nerviosismo, tanto por las voluptuosas mujeres presentes como por su sobrina, no le llevo la contraria.

—¿Crees que ella sepa de la sorpresa? —cuestiono el niño, esperando alguna suposición de su hermano.

—No, ese hombre dijo que se encargó de mantener todo en secreto.

Todo se alertaron al oír un chirrido, volviéndose tan silenciosos como si no estuvieran ahí, escuchando los leves crujidos que hace el suelo, con el paso de tres individuos.

Tan pronto como la mano de alguien se toco la tecla, saltaron.

—¡BIENVENIDA A CASA!

Se oyó el gritó de todo un grupo de personas en todo el piso y sus alrededores.

Un enorme cartel está sobre todos, escrito en fibrón negro el mencionado gritó, globos de color rosas cuelgan del techo, a su libre antojó, mientras hay un desfile de tortas y tartas sobre la mesa esperando ser comidos.

Kobayashi se sobre salto, soltando un suspiro cuándo vió que se trataban de sus conocidos. Extendiendo los brazos acercándose a su familia y ellos igual, con la mayor sonrisa que todos pudieron ver de parte de la cuatro ojos.

Los cuatros rodearon a la hija mayor de la familia con alegría, riendo, soltando palabras motivadoras y teniendo una breve charla antes de dejarla para que hable con el restó.

—¿Donde esta la nueva integrante de la familia? —pregunto la señora Kobayashi, con un tono infantil y suave.

—Estan por conocerla —dijo Tohru, mientras entre sus manos cargaba un moisés para bebe.

Aquél objeto fue cargado hasta el mostrador, dónde la sirvienta tendría el honor de levantar el telón que cubría a su hija del sol, dejando ver todos al producto de su noche.

Entre gordas frazadas de color blanco, se halla una bebe dormida con su mameluco rosado, su piel clara, su ondulado –y escaso– cabello rojo, su mejillas levemente enrojecidas, sus cachetes firmes y gorditos, mientras en su babero está escrito su nombre.

Nadie pudo contener el mismo comentario, suspirando ante la tierna e inocente figura de Kazumi la nueva integrante de los Kobayashi.

—Es tan lindo como duerme ella —comento la mujer mayor, mientras con un dedo, acariciaba uno de los cachetes de su nieta.

—Es una niña muy preciosa, bien hecho muchacho —felicito el patriarca de los Kobayashi, dándole una palmada en la espalda a Takiya.

—De nada, aunque el mayor trabajo se lo llevó su hija, no me den tanto crédito —desvio la atención su compañera, de paso quitándose la mirada de una celosa dragona.

Durante tres horas, toda la atención giro en torno a Kazumi, comiendo uno que otro postre para celebrar, viéndo a la niña interactuar con los presentes una vez despertó, prestando especial atención a Lucoa al ser quien tenía los pechos más grande del lugar –Iruru tuvo que guardar sus pechos para aparentar ser normal delante de los padres de Kobayashi, a pedido de la propia Kobayashi–.

La pasaron bien teniendo charla, tomando té, conociendo a las nuevas conocidos y a los viejos conocidos. Nadie le desagradaba a nadie por la ocasión, disfrutando de simplemente pasar el tiempo juntos gracias a la bebe.

Cuándo los Kobayashi se retiraron, no sin antes dejar uno que otro regalo, volvieron a felicitar a los padres, despidiéndose de ellos y marchando se para un largo viaje en carretera.

—Me debes esa palmada —dijo Tohru una vez que solo quedaban las personas que conocían la magia.

—Lo siento, no era mí intención —corresponde Takiya, riendo un poco por miedo—. El papá de Kobayashi es un tipo muy agradable.

—Se notaba. Me cae bien, aunque no puedo evitar pensar que tiene un bigote parecido al de mí papá —comento Kanna.

—Jajajaja —rio Kobayashi, cargando a su hija en brazos—. Ahora que lo mencionaste no puedo evitar verlo igual, ambos son bastante grandes.

La bebe comenzó a jugar con uno de los regalo de su madre, una maraca colorida y pequeña para que pudiera entretenerse.

Elma comenzó a comer a gran escala, devorando su trozo de torta de un solo bocado, sirviéndose otro.

Ya todos pudieron actuar con naturalidad, volviendo a sus actitudes sin la presencia de la familia de Kobayashi. Ambas progenitoras las habían convencido de actuar decentes, en especial Tohru por lo importante que era el festejó.

Todos se fueron yendo, quedando solo quienes vivían en ese departamento.

A la noche, todas deben dormir, teniendo que adaptarse a la nueva situación familiar, y preparándose para los momentos estresantes.

No hay miedo en el presente, todo está arreglado, no habrán dragones de dudosa moral, por qué los contacto de Damocles se encargarán de ellos; los dioses no intervendrán, Loki dejo en claro que la niña es también su hija, al poseer el espíritu reencarnado de la espada; las facciones no podrán ir contra ellas, Elma es la madrina de Kazumi por lo que también es su protectora, así que la armonía actuaría a traición de ella y a extensas de Telne, y Damocles acepto ser el padrino.

No quedo un clavo suelto, todo fue pensado y planeado, así cuando naciera estuviera tan protegida como ningun otro bebe.

Solo hay dos mujeres que duermen en la misma cama, con su bendición en una cuna, y una larga vida por delante.

Fin.