Naruto estaba meditando en lo alto de uno de los postes del puente. La mayoría de los obreros y Tazuna estaban tomándose un descanso mientras que unos pocos daban instrucciones a los clones del rubio.
Estaba siendo un día productivo. Gracias al reinicio anterior tenía algunos conocimientos prácticos que pudo ayudar más que los primeros días del reinicio anterior. Los trabajadores y el viejo constructor estaban encantados por su participación.
El ojiazul estaba feliz de ayudar. Incluso si era un poco repetitivo, le alegraba ver la esperanza renovada de las personas. También le era útil para aprender el oficio. Nunca se sabía cuándo lo podría necesitar.
La razón por la cual estaba en el poste meditando era doble. En primer lugar, estaba analizando los recuerdos que había recibido de los kage bunshin disipados, tanto en la construcción como en el entrenamiento. La segunda era su práctica en el pulso de chacra. Era más fácil ejecutar y afinar la habilidad cuando estabas quieto y en calma.
Estaba un poco harto de tener una habilidad que no podía usar. El pulso de chacra era tremendamente útil y no podía usarlo con seguridad debido a su inexperiencia. Eso iba a terminar pronto si tuviera algo que decir en el asunto, lo cual hacía.
Concentró su chacra sin necesidad de sellos manuales y lo liberó lo más delgado posible. El proceso fue lento debido a que quería hacerlo bien y realmente no había prisa. Su chacra se fue vertiendo poco a poco en el ambiente. En lugar de acumularse todo alrededor del Uzumaki, se fue alejando, empujado por el nuevo chacra que quería ocupar su lugar.
Lo mejor de usar este tipo de pulso lento en lugar de uno rápido era que podía sentir todo. Claro, con el pulso rápido también lo podía hacer, pero era tan rápido que realmente lo único que podías notar con firmeza eran las firmas de chacra de las personas y algunos animales. El pulso lento te permitía sentir todo con claridad. También consumía mucho más chacra, por lo que no era muy recomendado, especialmente en combate.
Desde lo alto del poste y con los ojos cerrados, el jinchuriki pudo "ver" las siluetas de los trabajadores, Tazuna y sus clones. Sentir no haría justicia a lo que su pulso de chacra le estaba informando. Él podía "ver" en su cabeza cada sujeto en el puente con bastante claridad. Claro, no había colores, solo siluetas, pero era impresionante. También estaba el hecho de que podía "ver" el contorno del puente, los materiales y las herramientas que había en el lugar. Fue extraño, pero asombroso.
Más pronto de lo que le hubiera gustado tuvo que dejar de sostener su técnica. El pulso de chacra lento consumía mucho chacra incluso para sus estándares. Usarlo más tiempo lo dejaría vacío y agotado, y aún tenía varias horas en el puente antes de que su cliente y él volvieran a la casa.
Sakura estaba en medio de su nuevo régimen de entrenamiento. Era duro, muy duro. Había hablado con su sensei del régimen de entrenamiento que le había aconsejado su compañero de equipo. Kakashi lo había apoyado absolutamente. Se suponía que era algo adecuado para genins recién graduados.
Nunca se había dado cuenta de su falta de forma física hasta el día anterior. Ella siempre pensó que estaba en el promedio. Fue por eso que le preguntó al peliplateado si el régimen de entrenamiento estaba bien o era exagerado. Fue bastante deprimente darse cuenta de lo débil que era realmente.
Después de pensarlo, se dió cuenta que todo era su culpa. No podía culpar a nadie más salvo a sí misma. En su afán por intentar captar la atención de Sasuke había descuidado completamente su entrenamiento físico con el fin de estar guapa para él. Un grave error. No la malinterpreten. Seguía enamorada del pelinegro y quería captar su atención, pero no a costa de su carrera shinobi.
Hacía mucho tiempo que se había olvidado por qué se metió en la academia para convertirse en una kunoichi en primer lugar. Había querido demostrar que una chica nacida civil podía ser tan fuerte y famosa como Tsunade de los sannin. Sin embargo, se había convertido en todo lo contrario, una fangirl.
Aunque aún le dolían las palabras de Naruto, no podía evitar darle la razón y las gracias. Necesitaba esa llamada de atención. Mejor ahora que todavía podía corregirse que más adelante cuando fuera demasiado tarde.
Hizo una pausa después de terminar su serie de abdominales. El sudor corría por su frente y todo su cuerpo se sentía cansado. No había pasado por algo así desde el inicio de la academia. Estar sudorosa era lo último que quería, ya que pensaba que era asqueroso y que si su enamorado la veía, jamás querría salir con ella.
Suspiró. Había estado recriminándose a sí misma sus viejos hábitos desde el día anterior. Otro que tenía y había decidido eliminar era hacer dieta. Su compañero y sensei le habían dado una larga charla sobre lo malo que era la dieta para el cuerpo de una kunoichi. Si comía de más, entonces debía quemarlo entrenando. Comer de menos solo le quitaría energía a su cuerpo.
Estuvo descansando unos minutos antes de ponerse de pie con piernas temblorosas. Aún le quedaban varios ejercicios por hacer antes de acabar el entrenamiento por el día. No veía el momento de que llegase la hora de la cena. Hacer tanto ejercicio la dejaba sedienta y hambrienta. Por el momento solo podría calmar su sed.
Sasuke estaba irritado, muy irritado. A pesar de que estaba en su tercer día, solo había podido llegar hasta poco más de la mitad del árbol. Ser el último de su equipo no era algo que pensó alguna vez sucediera, pero ahí estaba.
Que el Uzumaki lo superara era un poco molesto pero entendible. Hace tiempo que entendió que el rubio había estado ocultando su fuerza en la academia. ¿El motivo? No tenía, pero era lo de menos. Era más fuerte y hábil que él y lo aceptaba, a regañadientes.
La Haruno, por otro lado, era algo que odiaba y no podía soportar. Que su inútil fangirl fuera mejor que él era inaudito. ¿Cómo demonios iba a vengar a su clan y matar a su hermano si una niña inútil era mejor que él?
Para rematar su desgracia, sus dos compañeros de equipo se estaban haciendo más fuertes mientras él se quedó atascado en ese ejercicio inútil. Quería gritar de frustración. Querría exigirle a su sensei que le enseñara algo útil. Queria golpear algo para calmar su malestar. ¿Por qué no podía ser tan fuerte y talentoso como Naruto?
Bufó ante el último pensamiento. Si alguien, alguna vez, le hubiera dicho que se haría esa pregunta, habría pensado que era idiota. La idea de que el dobe de la clase era en realidad un prodigio era impensable en ese entonces.
¿Cuánto habían cambiado las cosas desde que se graduaron de la academia? Demasiado para su gusto. Pasó de ser considerado un prodigio y el novato del año a que él mismo se diera cuenta que era el último.
No se le escapó la ironía de todo el asunto. Se suponía que ese equipo estaba compuesto por el novato del año, la mejor kunoichi de la clase y el último muerto. Él había sido considerado el primero y Naruto el último. Al final resultó que era lo contrario. No había olvidado las palabras de Iruka sensei el día de las asignaciones.
Se estaba hundiendo en su autodesprecio cuando recordó a Itachi y las últimas palabras que le dijo. Odiarlo y hacerse más fuerte. No tenía tiempo para el autodesprecio. Tenía que hacerse más fuerte para matarlo, y eso era lo que iba a hacer.
Con ánimos renovados y odio en sus venas, agarró firmemente el kunai y canalizó chacra en su pies para subir al árbol. Nunca se dió cuenta de la presencia de Kakashi y su mirada de desaprobación.
Hola, espero que os haya gustado el capítulo. Sé que no es muy emocionante, pero no quería centrarme exclusivamente en Naruto y quería dar un poco más de protagonismo a Sakura y Sasuke, especialmente la primera ya que casi no la menciono en la historia y siempre fue como fangirl. En cuanto a los sentimientos oscuros de Sasuke, recuerden que en este reinicio Naruto no le explicó por qué a Sakura se le dió mejor el ejercicio de escalar árboles. En lugar de esto, Kakashi se burló diciendo que Sakura tenía más oportunidades de matar a Itachi que él.
Comentarios a las reseñas:
carlos29: me alegra que te haya gustado. Y como dije en el capítulo anterior es del libro "El arte de la guerra" de Sun Tzu.
Alex Hatake: gracias, me alegra que te guste. En cuanto a esperar, solo una semana.
RaionFY: me alegra que te guste. Tu idea es buena, pero arruinaría lo que tengo pensado escribir para la historia. Además, hacer eso se podría considerar insubordinación por ir contra las órdenes de Kakashi.
