Los días pasaron, y el comité de Suna llegó a la aldea como estaba programado. El hokage y el consejo los recibieron en la puerta como era tradición. Naruto tuvo que estar ahí por partida doble, ya que era al mismo tiempo el hokage y el novio.
Hubo cierta sorpresa cuando los miembros de la aldea de la arena se dieron cuenta que el Uzumaki era el godaime. Por supuesto nadie dijo nada al respecto y lo trataron como el protocolo exigía que se tratara al líder de otra aldea.
El único que no cumplió fielmente el protocolo fue Kankuro, el cual no pudo contener su sorpresa y, si no fuera por el codazo que le dió su hermana, habría hecho un comentario fuera de lugar.
Temari, aunque no lo dejó ver, se sintió aún más aliviada de ser prometida al rubio con ese nuevo dato. Había temido realmente cómo la gente la trataría, pero ahora que sabía que iba a ser la esposa del hokage era poco probable que la trataran mal.
El ojiazul se sentía bastante incómodo entre los dignatarios extranjeros, pero no lo dejó ver. Su trato con los hermanos fue mucho más ameno, dejando a un lado el hecho de que la rubia en realidad era su prometida y tenía que informarle sobre su otra prometida.
Aún recordaba cuando tuvo que hablar con Hinata al respecto. Su única gracia salvadora fue que Hiashi había hablado primero con su hija por lo que ella no lo culpó por la situación. El jinchuriki sintió que se le quitaba un enorme peso de encima cuando la chica lo aceptó sin problemas, aunque todavía se cuestionaba por qué no reaccionó negativamente a la noticia.
Tazuna había recibido su solicitud para construirle una casa y se había presentado en Konoha con un grupo de trabajadores. La mansión, porque la estructura era demasiado grande para ser llamada casa, estaba siendo construida en ese momento. Incluso con un par de docenas de trabajadores y un par de cientos de clones, el lugar no estaría acabado hasta al menos uno o dos meses. Actualmente estaba viviendo en su antiguo departamento.
Después de la recepción, algunos miembros de ambos consejos se reunieron y discutieron sobre la nueva alianza mientras que los hermanos Sabaku y el hijo del destello amarillo se fueron a Ichiraku a comer y hablar.
-Entonces, ¿qué tal todo en Suna? - les preguntó alegremente el rubio mientras se sentaba en un taburete.
-No muy bien - reconoció el titiritero con un suspiro.
-Lamento escuchar eso - dijo con sinceridad el ojiazul.
-Descuida - desestimó el pelicastaño.
Los chicos comieron y hablaron alegremente sin mencionar en ningún momento el tema del matrimonio político entre sus aldeas. Cuando se estaba haciendo tarde, el contenedor del kyubi les llevó a su hotel y se despidieron por el día.
A la mañana siguiente, el antiguo miembro del equipo 7 se dirigió a su oficina y, junto a un puñado de kage bunshin, se puso a hacer el papeleo. El día anterior se lo había tomado libre y debido a eso tenía más documentos para leer o firmar que de costumbre. Esperaba poder acabar para el mediodía y tener la tarde libre para hablar con Temari sobre su situación.
Su relativa paz se acabó cuando un anbu se paró frente a él con un shunshin, ya podía decir que algo había pasado y no sería agradable.
-Hokage sama, hemos detenido a Sasuke Uchiha y lo hemos llevado a una celda - informó.
-¿Qué ha hecho esta vez? - preguntó soltando un suspiro irritado.
-Irrumpió en la sala donde los dignatarios de Suna y algunos miembros del consejo, incluido los ancianos, estaban hablando sobre posibles formas de mejorar las relaciones entre ambos pueblos. Nada más llegar, empezó a gritar y exigir que fuera él el novio, que era un Uchiha de élite y merecía una mujer fuerte como esposa. Rápidamente oso y yo lo inhabilitamos. Él fue a dejarlo en una celda y yo vine a informar - explicó el enmascarado.
Naruto se frotó las sienes con fuerza. El teme le había estado dando dolores de cabeza casi desde el comienzo de su mandato. Primero había irrumpido en su despacho exigiendo que le diera acceso a la biblioteca del hokage. Cabe decir que no lo había hecho.
Luego de escuchar por varios minutos al emo gritar sobre que era un Uchiha, una élite y que merecía lo mejor, ordenó a uno de sus anbu que le sacaran de la torre y no le permitieran entrar a menos que lo ordenara.
Al ver que con él no tenía suerte, fue al consejo a reclamar lo que, según él, se merecía. Sorprendentemente, al menos para el vengador, el consejo se negó, lo cual lo cabreó aún más.
Al final recurrió a Kakashi afirmando que, como era su sensei, debería ayudarlo, tanto a convencer al rubio de darle acceso a los jutsus más poderosos de la aldea como a hacerse más fuerte. El pelinegro se encontró con que el peliplateado solo lo ayudaría a entrenar y nada demasiado alto para su nivel.
Por si todo eso no fuera suficiente, Sakura se había enterado de su negativa a ayudar a su enamorado y había entrado a su oficina gritando en la misma línea que el Uchiha. Su destino fue el mismo que el del ojinegro.
A partir de ese incidente vio a la pelirrosa de forma diferente y su "amor" por ella desapareció relativamente rápido. El hecho de que su prometida de ojos perlados fuera una chica encantadora y de buen corazón solo ayudó a que todo fuera más rápido.
-Manténgalo en la celda por el momento. Iré a ver a los dignatarios y luego le haré una visita. Decidiré después qué castigo darle - le informó a jabalí, quien asintió y abandonó el lugar en un shunshin.
Soltando otro suspiro, el Uzumaki salió de la oficina para ver a las víctimas del Uchiha mientras dejaba a sus clones haciendo el papeleo. Se alegraba de que sus duplicados ya no fueran tan rebeldes como antes.
No tardó mucho en llegar al lugar. Las personas seguían hablando de las formas de mejorar las relaciones entre sus dos pueblos, pero también había algunos comentarios sobre la actitud del Uchiha.
Rápidamente hizo notar su presencia y preguntó a toda la sala si todos estaban bien, a lo cual todos respondieron afirmativamente, pero unos pocos miembros del consejo de Suna pidieron un castigo para Sasuke. Él les aseguró que sus acciones no serían ignoradas.
Estuvo allí un rato hablando con algunos miembros sobre los detalles de su matrimonio y el tratado. Sorprendió a más de uno con sus conocimientos en los campos de la economía y la política, y se ganó la aprobación de los que dudaban de sus capacidades.
Una vez que consideró que estuvo el tiempo suficiente, se disculpó y salió. La gente entendió que estaba ocupado y no dijeron nada a su partida. Nada más salir del lugar, soltó un suspiro. Realmente ser hokage era algo duro.
Sin un momento que perder, se dirigió a la prisión anbu para ver a su compañero de equipo. Quería terminar cuanto antes para volver a su oficina y terminar el papeleo. Le gustaría conocer a Temari un poco más antes de presentarle a Hinata. Por suerte, su otra prometida estaba en una misión y tardaría un tiempo en volver.
-Dobe, te exijo que me sueltes - fue lo primero que le oyó decir una vez estuvo frente a su celda.
-Sasuke, has irrumpido en una sala llena de dignatarios de otro país exigiendo cosas que no conciernen. ¿Qué demonios pensabas que iba a suceder?, ¿que aceptarían tus demandas solo porque eres un Uchiha? Despierta. Tu apellido no vale nada en el mundo real - le regañó.
-No intentes darme lecciones, dobe. Soy mejor que tú y mi clan es el más grande. No mereces todo ese poder, yo sí - deliró.
-Sasuke - suspiró exasperado - va siendo hora que te des cuenta de las cosas. Hasta entonces, estarás aquí encerrado pensando en tus acciones - dijo y se alejó.
-Dobe, ven aquí y libérame. Dobe, no me ignores - despotricó el pelinegro.
-No lo suelten hasta que yo lo diga. También, si Sakura causa problemas, tienen permiso para detenerla y encerrarla hasta nuevo aviso - les ordenó el rubio a un par de anbu.
-Hai, hokage sama - afirmaron ambos.
Salió del lugar y se dirigió a su oficina. Esperaba que nada más le pasara.
Parecía que se había gafado con ese pensamiento ya que justo entonces un anbu apareció frente a él en un shunshin.
-Hokage sama, sus clones me han mandado a darle esto - dijo, le dió el pergamino y se fue.
Confundido, desarrolló el pergamino y se puso a leer. ¿Qué podría tener el pergamino? Normalmente los clones se disipan cuando quieren transmitirle algo. Sus preguntas fueron rápidamente resueltas al poco de leer.
Rápidamente salió corriendo hacia la puerta de la aldea. La misión de protección al País de las Nieves que le había dado al equipo 8 era más peligrosa de lo que se informó originalmente y necesitaban ayuda. Su prometida de ojos de luna necesitaba su ayuda y él iría a rescatarla incluso si como hokage no tenía permitido salir del pueblo.
