1.

Como era usual, Inosuke estaba tratando de competir con Tanjiro con resultados nulos.

—¡Gonpachi! —gritó, nuevamente Inosuke—. ¡Mírame! ¡Te demostrare que soy el mejor! —exclamó, mirándolo solo a él, a pesar de que el chico estaba con Kanao y Zenitsu conversando.

O lo que podría llamarse conversación, porque Tanjiro trataba de lograr charlar con la chica que lanzaba la moneda para saber si contestar o no y el rubio lo que decía, la mayor parte de sus palabras eran halagos hacia la muchacha.

Luego de decir aquello, demostró una increíble hazaña que de seguro, según él, Monjirou no podría superarlo. Al finalizar dirigió su orgullosa mirada sobre su contrincante.

—¡Hey! ¿Por qué estas mirando tan tranquilo y sereno? —Al menos, esta vez lo estaba mirando—. ¡ESO NO ME GUSTA!

—Es solo que no esta tan entusiasmado como tú—comentó Zenitsu.

Inosuke se llevó las dos manos sobre su cabeza.

—¡Agghhhh! ¡Me cabreas! —gritó furioso a su rival—. ¡Te venceré! ¡Soy el mejor!

—Tranquilo, lo eres —repuso Tanjiro para calmarlo.

No obstante, eso lo molesto más. Quería competir ¡Quería derrotarlo!

—Por cierto, Kanao_chan —inició Zenitsu—. A ti no te gusta ese tipo de chico ¿No? —susurrando lo ultimó—: Tan molesto.

—¿HUH? —enojado por el insulto que ESCUCHÓ.

Kanao lo miró fijamente antes de lanzar la moneda y comprobar si podía responder o no.

Al ver que salió cara, abrió la boca en señal de que le iba a decir algo.

—Expresas tus sentimientos honestamente y pareces divertirte con eso —hizo una pausa—. Además de que intentas siempre dar lo mejor... —dijo—. Eso me gusta.

Zenitsu tenía la boca abierta por oír aquello. Tanjiro estaba sorprendido como indico al quedarse paralizado sin dejar de observarla. Por otro lado, el aludido de tan bellas palabras comenzó a sentir algo reconfortante en su interior, una calidez que raramente sentía, un latido de su corazón que rara vez escuchaba.

Se había calmado, olvidándose de su irritación inicial mientras no dejaba de mirar a la chica con rara admiración. Incluso podía ver brillos en su persona.

Se llevó una mano a su pecho.

—Algo extraño está pasando con mi corazón ¿QUE MIERDA ME PASA?

Zenitsu quien de todos era más perspicaz en asuntos de amor, rápidamente supo lo que estaba sucediendo.

—¡¿TE ENAMORASTE DE KANAO?!

—¿Enamorarme? —preguntó desenfrenado—. ¿Amor?

Al preguntarse aquello sintió como un fuego quemaba la piel de su cara, una que le cubría la máscara y por eso nadie se percató de su intento sonrojo.

—¡ESCUCHEN! —gritó, luego de un segundo de asimilarlo hizo una declaración.— Ninguno ponga sus manos en ella ¡ES MÍA! ¡Porque soy el primero que la encontró!

Kanao lo seguía mirando con la misma expresión. Zenitsu estaba impactado por los inesperados sucesos. Tanjiro inconscientemente apretó sus puños.