El día terminó. Marín comenzó a guardar todo el material que había ocupado para impartir la clase a las pequeñas. Después de despedirlas y enviarlas a su cabaña, pensó en Shaina, en el dorado de Leo y en como algo tan simple habría tomado fuerza sobre ella. Pero en verdad no negaba que creer que Aioria podría haberse aprovechado de la de Ofiuco le helaba la sangre.

Pero, no debía engañarse ella misma, Aioria jamás habría si quiera, pensado en mirar los pechos de alguna mujer. ¿ Cómo lo sabía? Lo sabía, eso se reflejaba en la mirada inocente de él, por qué incluso ella misma era una mujer voluptuosa y jamás le había mirado con perversión. Oh si, era ella la pervertida.

Tan sólo haber resuelto el malentendido, todo habría sido más fácil.

Se quedó pensando unos segundos y miró por la ventana hacia afuera. la noche era tan refrescante.

—Shaina...— Logró balbucear su nombre. Así que salió de ahí para ir donde su amiga.

Fue entonces donde lo observó, sentado sobre unas ruinas a la entrada de las barracas. su cabellera dorada lucía sedosa. Sus ojos parecían extrañados y tristes.

— ¿ Que haces aquí caballero de Leo? —

— Por favor Marín, no me hables con indiferencia. No puedo seguir con esto y debemos hablarlo, ya sea que desees o no.— De verdad pedía angustiado.

Ella no podía seguir en su papel de víctima. Debían arreglar eso cuánto antes e ir con la cobra para poderlo solucionar de una vez por todas.

— Lo siento aún sigo sorprendida, escuchar a mi amiga y hermana de armas contarme ese sueño me dejó totalmente incrédula, sin embargo, que tú confesaras aquello, me dejó un poco decepcionada. Cómo broma era risible, y yo...

Aioria escuchaba atentamente.

— Reconozco que fue mi error no decirte lo que sucedió el día que traje de regreso a Shaina al santuario. Pero no hubo una mala intención, ella estaba ahí, casi moribunda a pesar de haberle perdonado la vida, agonizante por las quemaduras, estaba realmente mal Marín, yo no podía con ello, si ella moría a pesar de mi ayuda era algo que no me habría perdonado, hice lo que pude. — Aioria se haló los cabellos rubios hacía atrás, aún le costaba recordar eso. — Tenía una fiebre increíble y yo no podía hacer nada. Ella se levantó, me habló como si yo fuera otra persona y entonces...— tragó y siguió — dijo algo que no pude entender y solo cubrió mis labios con los suyos. Después, se desmayó en mis brazos. Estaba en un momento totalmente vulnerable, yo sólo la sostuve y le recosté de nuevo. —

Ante las palabras angustiadas, la pelirroja, relajó sus hombros para dejar ir la pesadez que cargaba en ellos.

— Shaka apareció y me ayudó a estabilizarla, sin su ayuda, ella solamente habría llegado a morir, de eso estoy seguro. —

El griego sonrió débilmente, no creía que su verdad fuera tomada por la mujer que debía admitir ahora, que amaba y que no se perdonaría el saber que la perdería por falta de sinceridad.

— Y te creo. El sueño de Shaina es simplemente la regresión de una escena vivida en el pasado. Debí entenderlo entonces, confío en ella tanto como en ti. — Por fin la guerrera se quitó el metal del rostro y se colocó frente al rubio para mirarlo a los ojos.

Aioria clavó su mirada en la de ella. Verde y azul, ahora se fijaban sin dudas y con ese amor que solo ellos se profesan, uno verdadero.

— Marín ahora se que te amo, o tengo algo más allá que un simple sentimiento de amistad, mírame, sueno ridículo y no me importa... — Suspiró —Perdona que tuviera que esperar tanto para decírtelo. Siempre lo he estado, se que no puedo hacerlo por qué debería solamente luchar por la paz en la tierra y proteger a Athena, pero... maldición, te amo y pueden darme azotes, o expulsarme pero no me importa ya. Yo... no dejaré de quererte. —

El griego parecía un niño lleno de emoción y sinceridad.

Los ojos de Marín se llenaron de lágrimas y sin pensarlo se alzó para rodearle el cuello y juntar sus labios en un beso muy tierno. El griego lleno de felicidad, la sostuvo por la cintura. Así se mantuvieron por minutos.

— Entonces, debemos luchar por estar juntos, tengo una ley que me rige y eres tu quien ah visto mi rostro por primera vez, no pienso matarte, no podría, yo también te amo Aioria y es tiempo que lo acepte y me enorgullezca decirlo a los cuatro vientos. — Terminó por derramar un par de lágrimas, confesar sus sentimientos por él de oro, había sido satisfactorio.

Ambos se fundieron en un beso largo.

Después hablaron de cómo poder enfrentarse a la diosa de la sabiduría.

— Saori no será uno problema. Es sensible y comprensiva. — Marin acotó recargada sobre el pecho del griego junto a las ruinas. El latir de su corazón era como un arrullo, que por un momento se olvidó de Shaina.

— Espero que tengas toda la razón. —

La japonesa se abrazó al caballero aspirando el perfume corporal que de el desprendía. Y es que de ahora en adelante estar tan cercas del caballero de Leo le permitiría disfrutar de esas sensaciones nuevas para ella.

— Creo que ese prudente ir con Shaina y explicarle todo. — El griego le acarició la cabellera.

— No he tenido la oportunidad de hablarlo de mujer a mujer con ella. De hecho incluso admito que le evadi desde entonces. Eso me deja como una mala amiga, ella debe creer que me encuentro enfadada por la revelación. Y si, no reaccioné de la mejor forma pero...— Ella negó teniendo vergüenza.

— Pero lo hablaremos y todo estará bien. Ya verás. — Le besó la frente y le tomó la mano para ir en dirección de la cabaña de shaina.

Al llegar, intentaron llamar desde afuera pero no hubo respuesta. Al parecer la cabaña se encontraba absolutamente sola.

— ¿ A dónde pudo haber ido?— Se preguntó Marín viendo por las rendijas de la madera.

— No encuentro un apice de su cosmo.— Aioria fijó concentrándose para poder encontrar a la caballero.

— Iré a ver por la ventana. Tal vez está abierta y pueda ver si es que dejó alguna nota.—

Marin se dirigió justo donde mencionó. entró por una ventana que daba hacia la mesa y parte de la cocina.

Observó en dirección de la habitación de la guerrera. Ahí estaba, recostada sobre la cama.

Marín se acercó y le llamó en varias ocasiones pero no hubo un apice de que la cobra despertara. Tocó el pulso. Aparentemente todo estaba en normalidad.

— Esto ya no me parece normal. No creo que ella tome somníferos. — Revisó el buró y no encontró ni una pastilla.

Salió por la puerta y le contó a el dorado lo que sucedía adentro.

— En serio me preocupa, no me responde. —

— Permite que entre. Yo veré si es lo que creo. —

Y así el dorado entró. observo a la guerrera, su apariencia era tan pacífica que cualquiera diría que solo dormía.

— Lo vez, está inconciente. Esto no me gusta para nada. —

— Es curioso. Durante el entrenamiento se enfrentó con Shura, créeme, le dió un buen golpe y ella salió despedida casi le rompe un brazo. Mira, — Señaló la máscara rota. — Imagino que pudo ser una contusión severa. Lo mejor será ir a informarle a Saori o Shion si es posible.

— ¿ Puedes hacerlo?, yo me quedaré con ella en tanto vienes con alguno de ellos. — La japonesa le pidió al rubio sentándose al lado de su amiga y cubriéndole con una sábana.

— Por supuesto. regresaré tan pronto como pueda. —

Templo principal.

Shura aún se encontraba sobre una rodilla. Había pedido ver a la señorita Saori.

Sentada sobre su silla ella le sonrió maternal.

— Puedes decirme que te ha traído hasta aquí con tanta urgencia.

— Si no fuera importante de por hecho que no me atrevería a interrumpir mi señora.—

— Te escucho. —

— Hace unos días me encontré absorto en el desempeño de un caballero femenino. El cosmos que ella posee, fue decreciendo hasta el punto en que hoy para comprobarlo, le rete a un entrenamiento, el cual no pudo hacer frente. —

— Solo hay dos caballeros femeninos, de armaduras de plata, Marín y Shaina. — La diosa se mostró interesada. — Debe ser notorio la diferencia entre alguna de ellas y un caballero dorado. No sé si fue sensato de tu parte proponer algo como eso a una de ellas. No las subestimo, pero ustedes deben ser concientes. —

— Les había pedido que tuvieran respeto hacia ellas. Con lo que pasó hace un año entre el caballero de escorpión y la de Ofiuco, debió ser más que suficiente para no entrometerse con alguna.

Shion había tomado una distancia prefiriendo que Athena se hiciera cargo está vez. No obstante, se adelantó diciendo aquello.

— Le pido me disculpe, no sé a ciencia cierta que ocurrió en aquella ocasión, lo que me trae aquí, es un asunto que me ha despertado interés. —

— Tal vez no signifique nada. —

— Yo creí lo mismo. Pero lo que sucedió hoy, no logro entenderlo. —

— ¿ A qué te refieres?— señaló Shion.

— Hace unos días, tuve un sueño,. Algo extraño, bueno les diré, yo era un hombre que navegaba por los mares protegiendo a un joven que huía de su país junto a su esposa embarazada, después de navegar unos días, conocía en un puerto a una mujer que después de creer que era otro tipo de persona...— dudó en continuar, se apenó.

— prosigue Shura.—

— Recuerdo perfectamente el rostro de la mujer que ayudó a la embarazada. —

Saori se quedó sorprendida. Nunca creyó que un simple sueño tomaría relevancia alguna.

—¿ Es esto que deseabas contar con tanta inquietud?, Dime ¿ que tiene de especial?—

— Hoy por accidente rompí la máscara del caballero femenino de Ofiuco y su rostro es exactamente el mismo que soñé—

— Coincidencia, ¿ es todo?—. Shion se mostró presuroso.

— Bueno el hombre al que debía proteger era Aioria y estoy seguro que la mujer japonesa que en el sueño era su mujer, es el caballero del águila. No recuerdo el rostro de ella, sin embargo el de aquella mujer que yacía en el lecho conmigo era... ella, el caballero de Ofiuco. Todo lo reviví en un flashback en cuestión de segundos. Justo cuando la toqué.

Tanto la diosa y el sumo sacerdote, se quedaron impactados. La joven se levantó y camino directamente a el de capricornio. Se arrodilló frente a el y colocó su mano derecha sobre el hombro del español. cerró los ojos por unos segundos.

— Relájate por favor y trata de recordar ese sueño. — pidió amablemente.

Fueron un par de minutos en los que la diosa pudo observar todo el sueño. Tal fiel al que tuvo la italiana. Después de unos instantes cuando quiso regresar hacia la memoria inconciente de Shura, su sorpresa fue ver a la chica de cabellos verdes sobre su cama.

Inmediatamente Saori se levantó un tanto sobresaltada. Shion le tomó del brazo al ver la palidez de ella.

— Princesa, ¿estás bien?— rogó preocupado.

Con delicadeza le dirigió al asiento donde ella se encontraba con anterioridad.

— ¿ sentiste eso? — respiró con rapidez. — Tu sueño se conectó con el de Shaina, pude notarlo estoy segura que ella también tuvo esa experiencia. —

Ambos dorados se quedaron perplejos. las palabras de Saori no tenían un poco de cordura.

— ¿ Que quieres decir Athena?—

— No estoy segura Shion, pero al parecer es algo inexplicable, no entiendo la conexión de ambos entre el sueño. —

Shion se quedó unos momentos discutiendo con el de capricornio. Hasta que Saori pareció tener una idea.

— Los sueños, pueden ser tomados como anhelos profundos que pueden ser realizados a libertad. Aunque con lo que dices y con lo que vi. Todo se realizaba en épocas del renacimiento todo era tan claro. — Estaba impresionada.

— No puedo creerlo mi señora. —

— Es posible. A menos que... no, eso no. — tomo con fuerza a Nike en su mano.

— Dígalo, ¿que cree que sucede?—

— Me parece que es una manipulación de origen superior. —

—¿ A caso algún Dios?— Shura se levantó y oprimió sus puños.

— Me temo que si.

— ¿ Quién podría tener potestad para hacer algo como eso? — El español rugió furioso.

— La verdadera cuestión es, ¿ Cómo pudimos haber sido tan ignorantes?.

— Existe solo alguien con ese poder. Morpheo —

Los dos hombres se quedaron absortos en la declaración de la diosa.

— ¿ Pasó inadvertido?, ¿ cómo?— Shion caminó de un lado a otro.

— Deberíamos sentiré su poder. El cosmos de un Dios siempre se detecta, ¿ Por qué fallamos.?.—

—Por qué no está como un dios encarnado si no más bien de la forma en que en la antigüedad solita ser. El se presentaba en sueños de quien fuera, ya sea Reyes, en la plebe e inclusive dioses. Puede tomar las formas de seres humanos y crear a placer un caos. Lo preocupante es... poderlo ubicar.—

— Podría ser en otro sueño de alguien que ya ah sido víctima de él. — Shion puntualizó.

— Como yo. — el español dijo con voz firme.

El paso firme de un nuevo visitante resonó por el templo principal.

— Perdón la intromisión mi señora. Deseo informarle de algo relevante, le ruego me pueda escuchar—

El león dorado se postró ante la mirada inquieta de los tres presentes.

— No es un buen momento Aioria. Te pido regreses a tu templo, es imperativo que nos encontremos en alerta. —

— Debe ser así señor, pero le pido solo unos minutos de su tiempo.—

— Si haz venido hasta aquí con tanta preocupación, debe ser importante.— Saori dijo compasiva.

— Vengo de las barracas de las caballeros femeninos—

— Aioria, eso está prohibido. —

— Lo sé señor pero si he de recibir un castigo, será después, por qué ahora hago presente mis sentimientos por el caballero de águila, Marín. —

— Es eso lo que te tiene tan eufórico. Bueno será Saori quien determine si es licito o no. Por ahora sí es todo retirate. —

— Espera Shion. —

La diosa sonrió al escuchar las palabras del griego.

— Creo que tus sentimientos son verdaderos. Si son correspondidos no hay nada que debatir. Eres libre de amar a quien tu desees. Honra tu título Aioria de Leo. —

El caballero rubio sonrió complacido. Pero pronto recordo lo que le había traído hasta ahí.

— Bueno, también he venido a informar sobre el estado en el que se encuentra Shaina. Marin fue hacia su cabaña, le ha encontrado inconciente. No tiene ninguna herida aparentemente. —

Todos se mostraron interesados, inclusive Shura.

— Creo que se debe al pequeño entrenamiento que tuviste con ella Shura. — Aioria señaló un tanto irritado. — Te sobrepasaste, tal vez esté conmocionada por el ataque que le diste. —

— Basta Aioria, Shura ah contado una versión que hemos recién analizado. —

—¿ Y que sucede?, Alguno de ustedes debería ir con ella. No es posible despertarla. — De verdad el león estaba preocupado por la cobra.

— Puedes entonces no perdamos el tiempo. — el español se adelantó a la salida son siquiera ver si era seguido por los demás.

Bajaron rápidamente por todos los templos, avisándole a sus residentes no abandonarlos y estar atentos. Sin embargo Aioria fue detenido en el templo del escorpión.

— Seguro que tú sabes lo que ocurre Aioria. Athena no se ve tan preocupada. —

— No se si sea algo de que preocuparse. Shaina está inconciente, no responde a nada. Podría ser algo de gravedad. —

El griego se sorprendió. La joven de Ofiuco parecía un tanto turbada cuando el la encontró. por la mañana. Pero también le observó muy dispuesta a enfrentarse al caballero de capricornio.

— Quisiera poder verla. Hoy antes de que el sol saliera estuve con ella, tuvimos una plática amena, parecía un poco preocupada por un sueño que tuvo, de verdad parecía muy angustiada. —

El rubio creyó inmediatamente que habría sido el que tuvo y que lo involucraba, pero prefirió que el de escorpio le sacara de la duda.

—¿ Que te contó.?—

— Ah, bueno era sobre el mito de medusa, ella estaba muy agobiada . Dijo algo como que parecía ser ella; medusa, estaba muy triste y decepcionada. Vaya, debió estar demasiado dispersa cuando Shura... Bueno, Saori ah pedido no salir de aquí, así que espero no sea nada y ella vuelva en si. —

— Eso esperemos Milo. —. Aioria siguió su camino, dejando al moreno con una gran duda.

Saori pasó a la habitación de la guerrera, junto a Marín que se encontraba limpiando su rostro sereno.

— Señorita, aquí está usted. Eso es bueno. —

La diosa le sonrió y con delicadeza tomó el pulso de la peliverde.

— Parece estar bien. Es como si ella durmiera. —

— Si, no ah tenido buenos sueños últimamente—

— ¿ que sabes Marín?, por favor cuéntame—

La japonesa dudo en poner a discusión los sueños de su amiga pero al final y viendo la situación no tuvo opción.

— Eso es todo mi señora. —

— Bueno, son sueños que claramente recuerda. A lo que me reafirma solo una cosa, Morpheo ah estado jugando con ella y alimentándose de su cosmoenergia, imagino que su cuerpo se encuentra agotado. —

—¡ Morpheo dice!— La japonesa se alteró. — Un nuevo enemigo sobre el santuario y no fuimos capaces de advertirlo. Pero, ¿donde se encuentra?—

— No tiene forma física y me preocupa que pudiera tenerlo si es que encuentra a alguien con un cosmo superior.

— Maldito, —

— Te entiendo, pero debemos ser precavidos. Aún existe la opción de poderlo sellar. Pero para eso debo ubicarlo antes de que se fortalezca. —

— ¿ cómo harás tal cosa Athena?—

— Necesito un voluntario. — Saori miró hacia la ventana, la luna se veía hermosa desde ahí.

— Yo me ofrezco mi señora. — El español se introdujo dentro de la habitación, ambas mujeres le miraron sorprendidas.

— Shura, eso sería darle en bandeja de plata lo que desea. —

— Como dice, el verá que puede tomar mi cosmoenergia y justo ahí usted podrá sellarlo, Saga o Shaka pueden enviarlo a una dimensión diferente donde usted podrá sellarlo. —

El plan de Shura no parecía tan descabellado. Ojalá y diera resultado.

— Parece muy fácil. — Marín se mostró incrédula.

— Debemos arriesgarnos. —

— Debemos hacerlo cuánto antes. —

.

.

.

Shaina pudo tranquilizarse después de que Seika le llamara. Pagaron su cuenta y regresaron a la casa de la italiana. Cuando entró se sintió extraña pero feliz de estar ahí.

— Bueno mi hermano no vendrá hasta la noche si así que podemos hacer la cena y pensar en como le dirás, aún no me haz dicho cómo te sientes. —

— ... diferente.—

— debe serlo, ahora tendrán un hijo. Su felicidad, no podría estar más completa. Son afortunados hasta hace apenas un año que por fin se decidieron a casarse y ahora serán padres y yo una tía muy feliz—

Shaina sonrió pero forzadamente. era inaudito como es que ahora estaba con Seiya, su amor de la niñez al que juraba amar. El era todo, responsable, amoroso y aún fiel a su deber de caballero de Athena. Al final él la escogió a ella, por fin supo valorar todo lo que ella había estado dispuesta a hacer por el amor hacia el.

Terminaron de hacer la cena y la noche llegó.

Casi media noche y ni una señal del japonés. La joven, lo esperó sobre la cama, en medio de la oscuridad.

Pero, el pegaso llegó casi a la una de la madrugada. La italiana se emocionó. Cuando el castaño atravesó la puerta, ella sonrió y su corazón latió. Sin embargo, Seiya parecía sorprendido.

— Creí que irías con Seika. — Dejó su cazadora sobre el sillón de la habitación.

Había algo diferente en él, siempre había sido educado y tierno, pero hoy parecía frío e indiferente.

— Cambié de planes, sabes yo. —

— Debiste avisarme. Ahora estoy aquí y es demasiado tarde. —

— Seiya ¿ sucedió algo? — se acercó a él pero éste se alejó un par de pasos .

— Es sólo que no puedo seguir con esto. —

— ¿ De que hablas?—

El joven se frotó el tabique exasperado.

— No quiero seguir contigo.— el la miró directamente.

— ¿ por qué? , ¿ que sucede?—

— Me he cansado de está farsa. No puedo seguir pretendiendo fingir que te amo. Ya no puedo, no deseaba lastimarte pero creo que me equivoqué y tu no eres la mujer a quien deseo tener. —

Shaina sintió derrumbarse y el corazón quebrarse. Era un dolor horrible. Pero debía saber si era verdad lo que ella sospechaba.

— Saori. Es ella, a la que siempre haz amado. — Lo señaló exigiendo las respuesta.

— Eso es obvio. Pero ya deberías saberlo.

— No...— Dijo en un susurro.

Se tomó la cabeza con ambas manos. Eso no podía estarle sucediendo, no ahora.

— Lo siento, pero tú obsesión te llevo hasta aquí. Al principio pensé que era lo correcto pero, ahora tengo una relación clandestina con Saori.

— Te atreviste...—

— Y no me importa ya nada. —

Shaina ya no puedo escuchar más. Así que salió. Corrió escaleras abajo y salió del edificio, esto no podía estarle pasando. Ella estaba feliz, casada con el hombre que deseaba tanto. Y un hijo, de él.

Sin mirar al cruzar la calle, no fue capaz de ver el auto que no pudo detener su andar y terminó por arrollarla. Ella fue lanzada varios metros dejándola inconciente.

Shaina...Shaina...

Escuchó la voz dulce de su amiga. Marin.

continuará...

gracias por leer.