Disclaimer: Todos los personajes y el universo de Naruto, le pertenecen a Masashi Kishimoto.
-¿Sabes una cosa? yo nunca sentí, con nadie,
esta... esta, alegría de los músculos.
Galeano, Días y noches de amor y de guerra.
Uno, dos, tres, cuatro… los números hasta el diez salen de mi boca una y otra vez sin descanso. Tengo sed, tanta sed, gateo un poco entre algunos escombros y me acurruco en un rincón cerca de un árbol. Una explosión más o menos cerca, calculo unos cien metros a mi izquierda; me hace estremecer.
Uno, dos, tres, cuatro… como quisiera estar con Kakashi ahora ¿Dónde estará? Abrazo mis rodillas y cierro los ojos un momento. Hace tres días que duermo así, me enrollo en algún rincón de la aldea y pestañeo más largo de lo normal, eso es todo desde que llegaron las tropas de ninjas renegados gritando consignas sobre acabar con el país del fuego y con los líderes asesinos. Kakashi salió a hacerles frente sin ningún miedo aunque le supliqué que esperásemos a Naruto que estaba de camino.
Entraron destruyendo todo a su paso, casas y edificios de la zona civil fueron los más afectados, aunque gracias a la evacuación preventiva de Tsunade no hemos registrado heridos ni bajas no shinobi. No estoy tan preocupada por Sarada, el refugio de la montaña Hokage esta totalmente fuera del alcance de los enemigos, ahora mismo es el lugar más seguro de la aldea y probablemente del país; aunque la extraño como loca.
Ha pasado una buena media hora desde que me escondí cuando los ratoncitos de tinta de Sai me encuentran, cinco segundos después el pálido rostro de mi amigo aparece por la obertura de mi refugio.
-Feita- dice levantando una mano.
Le gruño como respuesta, necesito cinco minutos más de paz.
-Vamos te necesitan en el frente- le gruño otro poco- Tengo agua- añade con un tono cantarín como si hablase con una niña pequeña.
Salgo de mi escondite a gatas y le quito la cantimplora de un manotazo, el líquido está tibio pero no me importa, se desliza por mi garganta como si fuese agua de algún manantial sagrado.
-Está bien- digo, mi voz de hoye un poco temblorosa- Vamos.
Montamos una de las bestias de tinta y Sai nos hace volar sobre la aldea, a lo lejos distingo la cabeza enorme de Gamabunta por sobre las copas de los árboles.
-¿Dónde vamos?- pregunto gritando un poco para hacerme oír por sobre el sonido de las batallas y el rugido del viento.
-Vamos hacia Naruto.
Suspiro, ese es el frente principal en la primera línea, el lugar del cual me han mantenido estrictamente alejada los últimos tres días luego de que colapsara en medio de una pelea y pusiera en peligro a todos mis amigos. Desconozco si Sai recibió órdenes de llevarme allí o si lo hace por iniciativa propia pero se lo agradezco en silencio. Necesito volver, necesito enfrentarme a todo esto y estar con las personas que amo.
-¿Vas a portarte bien feita?- Sai ladea un poco la cabeza en mi dirección y vuelve a usar ese tono cantarín.
-Si, sí, claro- respondo dándole un golpe en la nuca.
Aterrizamos un par de cientos de metros tras la sombra de los sapos de Naruto, justo fuera de los muros de la aldea. Antes de que pueda internarme en el bosque Sai me toma del brazo y me obliga a mirarlo a los ojos.
-Hablo enserio- dice- Tienes que estar bien, no podemos terminar con esto sin ti, estamos cerca, muy cerca, pero todos nos encontramos al límite de nuestras fuerzas ¿lo entiendes? No puedes volver a colapsar, te necesitamos.
Se me acumulan lágrimas en los ojos y me pican al intentar retenerlas, finjo un absceso de tos para controlarme y luego abrazo al flacucho pálido frente a mí.
-Lo siento, lo siento, lo siento- le digo, porque es verdad, no puedo expresar lo mucho que lo siento por no haber sido lo suficientemente fuerte, por no haber estado a la altura de la situación y haberlos puesto en peligro a todos- Esta vez lo haré bien, lo juro.
Sai asiente y nos metemos entre los arboles corriendo a toda velocidad. Diviso la cabellera desordenada de mi mejor amigo, es como un destello rubio que pasa volando por mi lado y se estrella contra el tronco de un árbol grande. Llego a su lado de un salto, de reojo veo que Sai se debate entre acompañarme o ir a ayudar en la batalla, al final decide confiar en mi y desaparece entre los árboles.
Naruto está inconsciente, me agacho a su lado y acuno su cabeza entre mis brazos, utilizo mis palmas para buscar el problema; una leve contusión en la cabeza, dentro de un par de minutos debería encontrarse bien pero acelero el proceso usando un poco de chakra en la zona. Siento el peso de una mirada muy familiar en mi nuca, no me volteo a verlo, sé que está allí, me llega el rumor de algunas patadas y kunais atravesando el aire, y, a pesar de todo, me siento segura de que Sasuke esté allí velando por nuestra seguridad. Naruto parpadea de inmediato y fija sus ojos en mí, su expresión dolorida se suaviza cuando me reconoce.
-Estas aquí- dice.
-Ya no me iré a ninguna parte.
Le beso la frente y se pone de pie de un salto, lo sigo sin dudar. Naruto comienza a revisar sus articulaciones y estirar las extremidades mientras habla a toda velocidad.
-Te has perdido de mucho, resulta que el Madara marca chancho quiere terminar con la aldea de la hoja y todo el país del fuego, al parecer son ninjas que siempre siguieron al Madara verdadero pero nunca fueron lo suficientemente fuertes como para que él los considerara, o Obito, o Akatsuki. Ahora se reunieron, entrenaron y tienen unos cuantos ninjas con jutsus especiales que han estado causando muchos problemas y destrozos- abro la boca para decir algo pero Naruto me detiene- Ya sé que son niños- dice- Kakashi se encargó de dejarnos muy claro eso- hace una pausa para respirar y voltear a verme- No son tan peligrosos como suponíamos pero están muy organizados y planean asediar la aldea hasta que no quedemos sin comida.
-No permitiremos que eso pase.
Naruto salta a la rama alta de un árbol cercano y se rasca la nuca.
-¡Por supuesto que no! Ahora que la abuela Tsunade identificó y juzgó- hace una nueva pausa porque ambos sabemos que más que juzgar, mi maestra se dedicó a quebrarles el cuello- A los traidores de dentro de la aldea, sólo nos queda quitarnos de encima a estos molestos idiotas.
Sin quererlo suelto una risita.
-Tienes razón, sin contactos dentro no pueden hacernos daño, bueno ya estoy aquí, nadie perderá el tiempo yendo al hospital a curarse. Acabemos con esto.
Corremos en dirección a la batalla. Shikamaru mantiene inmovilizados a cuatro ninjas a la vez, suelto un silbido de admiración que provoca que voltee a ver y guiñe un ojo con sorna. Más allá distingo los insectos de Shino, oigo las voces de Kiba y los ladridos de Akamaru. Asumo que Ino y Shizune deben estar muy ocupadas en el hospital reemplazando a la directora caída en desgracia.
Naruto trepa la espalda de Gamabunta y me invita a seguirlo, imprimo un poco de chakra en mis pies para no perder el equilibrio sobre su gigantesca cabeza gelatinosa. Desde ahí puedo verlo todo, hay un par de hectáreas del bosque en llamas, algunos equipos de ninjas y Ambus pelean por aquí y por allá contra enormes batallones de ninjas enemigos, tal como dijo Naruto; a excepción de los niños con habilidades y jutsus especiales, el resto no deben ser muy peligrosos, tenemos inferioridad numérica porque el Hokage a destinado grandes cantidades de ninjas a proteger la aldea y la montaña, investigar y buscar posibles traidores que puedan quedar dentro de la aldea. Por consecuencia sólo algunos equipos de élite se encargan de la batalla en primera línea.
Me invade una sensación de enorme alivio al notar que, en realidad, sí que podemos con esto, no es que mis nervios y la interferencia en mi cabeza que empezó hace algunos días se apaguen definitivamente, pero creo que podré mantenerlas a raya el tiempo suficiente como para traer a todas estas personas que amo con vida devuelta a casa, o lo que quede de ella.
Gamabunta da un manotazo al aire y manda volando por los cielos a cuatro hombres que intentaban llegar a nosotros.
-Te lo digo- dice Naruto sentado de piernas cruzadas en lo más alto de la cabeza viscosa- Esto se vuelve aburrido, desagraciadamente me he quedado con muy poco chakra como para entrar en modo sabio otra vez y Kurama no quiere cooperar, de ser así acabaría con todos estos inútiles en un pestañeo e iríamos por unos ramen de Ichiraku.
En ese momento diviso un sapo amarillo que se posa en la copa de un árbol y nos saluda.
-¿Para qué llamaste a Gamatatsu?- digo observándolo mientras nos hace señas con una pata.
-¡No lo llamé!- responde mi amigo sin voltear a verme- Se vino con Gamabunta y por más que le he pedido que vaya a ayudar a los demás dice que es muy torpe.
-Lo es- interviene Gamabunta con una voz ronca y grave que hace retumbar mis pies.
Le grito a Naruto que me daré una vuelta para ver si alguien me necesita pero por lo mirada que me echa creo que ambos sabemos que en realidad voy en busca de Kakashi. De todas formas salto desde la cabeza del sapo al árbol más cercano y tomo un par de kunai que cuelgan de mi cintura. Tengo que usar uno de inmediato cuando un tipo alto de piel amarillenta intenta derribarme en medio del salto, lanzo sin apuntar demasiado pero sé que doy en el blanco cuando oigo el familiar sonido gorgojeante de alguien que se ahoga con su propia sangre, evito mirar pero la sola imagen mental me hace estremecer.
Aterrizo en el piso luego de saltar un par de ramas y comienzo a correr hacia cualquier parte, ¡cuán bien me vendría el Byakugan de Hinata en este momento!, me tiemblan un poco las manos pero las cierro en puños y me obligo a seguir mi camino. Distingo rastros de un chakra familiar en algún lugar a mi derecha y un segundo después un enorme rayo azul me ciega por un instante.
Corro en esa dirección a toda velocidad. Oigo la voz de Kakashi gritando ordenes y maldiciendo casi al mismo volumen: él está bien… esta vivo y bien.
Me interno en un claro formado por un incendio reciente, examino el terreno y percibo presencias al otro extremo del bosque. Podría ser una trampa, oigo el chirrido del chidori de Kakashi aun a una distancia considerable. Tengo que pasar por allí si quiero llegar a él así que doy un paso al frente en el claro arrasado por el fuego e ignoro las volutas de humo que emergen bajo mis pasos.
Ni bien llego al centro me atacan por ambos flancos, me agacho para esquivar una enorme shuriken que pasa rozando mi oreja izquierda y en cuanto veo una oportunidad pateo el suelo con suficiente fuerza como para abrir el piso en innumerables grietas bajo los pies de los muchos ninjas que surgieron de entre los árboles. Algunos ponen cara de incredulidad pero otros varios se preparan para atacarme a distancia, junto a tiempo Sai aparece sobre mi cabeza montado en su bestia voladora y me saca de allí. Gracias a Kami no hace ningún comentario al respecto.
-Gracias- digo a gritos mientras me quito de la ropa el polvo y las cenizas a manotones.
Sai no responde.
-¿Ino está bien?
-En el hospital- dice.
Veo que giramos en dirección a Naruto nuevamente, Sai pretende llevarme devuelta con el equipo.
-Oye, necesito ir hacia allá- tiro de su manga, Sai me dedica una mirada de preocupación- Estoy bien lo juro- su mirada baja hasta mis manos que no han dejado de temblar- Estoy bien esto no es nada, lo juro, lo juro Sai. Lo tengo bajo control.
-No puedo llevarte con él Sakura- dice- No si no estoy seguro de que podrás con esto- Abro mucho los ojos cuando una oleada de histeria inunda mi cuerpo- No ha ocurrido nada malo- dice- Kakashi esta bien, solo necesita concentrarse, contigo allí colapsando no tendrá opción.
Cierro los ojos un momento para respirar profundo. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… sé que Sai solo intenta ayudarme, pero necesito ir allí, esta vez podré controlarme, esta vez sé que Naruto y los demás están bien y tienen las cosas bajo control. No perderé los estribos de nuevo, podré pelear hombro a hombro con Kakashi y los demás, sé que puedo…
...
La batalla empezó de pronto, Shikamaru había montado una pequeña reunión de consejo de emergencia cuando se detectaron los primeros ninjas enemigos en la frontera. El objetivo era determinar los siguientes pasos a seguir y dibujar las líneas de nuestra estrategia general, pero por desgracia los enemigos utilizaron algún jutsu de trasportación o medio de transporte demasiado eficaz porque en menos de una hora de iniciada la reunión los teníamos en los anillos exteriores de la aldea.
Primero oímos una explosión, segundo un llamado amplificado solicitando la presencia del Hokage de la aldea a cambio de no destruir todo a su paso. Kakashi no lo pensó, se puso de pie y se volteó hacia la ventana con intensiones de saltar. Salté de mi silla impulsada por la desesperación y lo afirmé por el brazo antes de que pudiera hacerlo.
-Sakura…-dijo apretando los dientes y clavándome la mirada en los ojos. Ni siquiera miró a nuestro alrededor, creo que al igual que a mi dejaron de importarle todas aquellas personas "importantes" que había en la sala.
-No vayas, no vayas busquemos otra forma- dije, intenté sonar formal pero estoy completamente segura de que se oyó como la súplica desesperada que era- Naruto ya viene, esperemos por él.
El llamado al Hokage volvió a oírse y retumbar en las paredes de la torre.
La mirada de Kakashi se volvió suave, recorrió mi rostro y se detuvo un segundo en mis labios justo antes de endurecerse y soltarse de mi agarre de un tirón. Saltó por la ventana sin mirar atrás. Dos cuerpos de Ambus le siguieron de inmediato, luego salté yo y Shikamaru me siguió en el acto. Cuando llegamos a la muralla Kakashi estaba de pie frente al que parecía ser el líder, exigía saber sus condiciones e intentaba ser diplomático dentro de lo posible.
Estábamos dentro de la aldea, había al menos una decena de casas destruidas sin motivo a nuestro alrededor y mi mente tuvo un espantoso flash back directo al día en que llegué y encontré a mis padres muertos entre los escombros del refugio. Me obligué a resistir, pestañeé varias veces y aprete los puños para concentrarme.
Las conversaciones no estaban yendo a ningún lugar, yo miraba la cima de la muralla comiendo ansias por ver aparecer la cabeza rubia de Naruto por sobre ellas, y le imaginaba cayendo con toda la fuerza del modo sabio sobre este montón de idiotas que amenazaban todo nuestro mundo.
La comitiva de Konoha la conformábamos Kakashi, Tsunade, Shikamaru, Shizune, Ten Ten, yo y un montón de Ambus silenciosos. Pronto se nos unieron Akamaru, Chöji y los demás. Divisé a Yamato y Rock Lee sentados en un tejado cercano, listos para actuar.
Éramos ridículamente pocos, y ellos una cantidad gigantesca de cabezas que podía divisar fuera de la aldea hasta perderse en los espesores del bosque. Comencé a ponerme nerviosa cuando Kakashi levantó la manos.
-Esta bien, entiendo, entiendo sus razones- dijo- Aunque no las comparto y no puedo dejar que exterminen la aldea. Lo siento mucho ¿Qué puedo hacer para evitarlo?
-Morir.
Kakashi soltó una risita grave, dos tipo se abalanzaron sobre él y lo siguiente que oí fue el chirrido metálico del shidori arañando mis oídos. Le vi impactar al hombre con el que había estado hablando, a mi alrededor se desato una batalla infernal, intenté correr hacia adelante con los puños rebosantes de chakra pero mis piernas no cooperaron.
Ten Ten aterrizó a mi lado y me quito del camino de un ataque enemigo, jadee cuando caímos al suelo envueltas en una nube de polvo.
-¿Estas bien?
Respondí asintiendo con la cabeza, nos pusimos de pie y Ten Ten desapareció de mi vista, intenté enfocarme en una tarea a la vez. Me atacaron por el costado y respondí dando un puñetazo tan fuerte que pude sentir como le destrozaba los huesos de la cara al maldito imbécil. Me faltó el aire de inmediato ¿Dónde estaban los demás?
Corrí en dirección a la muralla y me uní a la barrera humana que acorralaba a los enemigos guiándolos fuera de la aldea. A esas alturas toda la manzana se había convertido en escombros y no había nada que salvar. Oí un grito de Naruto a lo lejos, seguido de un temblor que remeció el piso bajo mis pies, ladridos de la jauría de Kakashi pasaron entre nosotros y se unieron a la batalla. Desee poder hacer más.
Trepé un poste cercano y me percaté del problema, los enemigos se amontonaban en la puerta, usaban esa supuesta desventaja como un arma a su favor, sacrificaban a los del frente mientras los ninjas del fondo atacaban a mis amigos por sobre sus compañeros. Sin pensarlo mucho salté sobre un par de cabezas y derrumbé el arco de la puerta de un puñetazo. Aplasté decenas de ninjas en el proceso, los de fuera retrocedieron y yo… completamente fuera de mi misma caí de pie sobre mi desastre y me quedé viendo los charcos de sangre que surgían de los cuerpos aplastados.
Una onda de ultrasonido me alcanzó y caí sobre los pedazos de muralla destruidos, me golpeé la cabeza con una punta sobresaliente y perdí el conocimiento por un par de segundos. Desperté siendo arrastrada por Buru lejos de la muralla.
-Sakura chan- dijo- estás bien…
Me puse de pie con cuidado y apliqué un poco de chakra en la herida de mis costillas. Cuando iba a ocuparme de la cabeza Shino cayó a mi lado con una fea herida en el cuello. Me agaché a su lado y me puse manos a la obra. Instale mi centro de operaciones bajo el alero de un árbol y algunos de los perros de Kakashi se encargaron de traer los heridos más fáciles de transportar hasta mí.
Gamabunta apareció a las afueras y pude ver su gigantesca cabeza por sobre la muralla, gran parte de los enemigos había sido expulsada de la aldea, otros se habían escabullido por las calles de Konoha y ahora eran perseguidos por ninjas de menor grado, mientras otros… muchos otros yacían muertos y apilados en la entrada gracias a mi…
Volvieron a temblarme las manos cuando curaba la pierna de una chica de cabellos oscuros. Yamato apareció para decirme que Sai necesitaba ayuda en el bosque. Me puse de pie y lo seguí sin hacer preguntas. Mientras corría pensé en lo mucho que me habría gustado tener mi mochila de médico pero tendría que conformarme con lo poco y nada que me quedaba en los bolsillos del chaleco.
Curar en campo abierto en medio de la batalla siempre era, obviamente, mucho más peligroso, me puse alerta, intenté agudizar todos mis sentidos pero una especie de ruido blanco llenaba mi cabeza a ratos impidiéndome pensar con claridad. Clave la vista en la parte posterior de los pies de Yámato para no perderle el paso y agudicé mi oído todo lo que pude. No percibí los ninjas que nos cayeron de la copa de un árbol, Yámato me empujó a un lado y acabó con ellos sellándolos en sendos brazos de madera que surgieron desde el piso, le agradecí y le indiqué por señas que mi cabeza no estaba del todo bien para excusarme. Me miró con cara de preocupación y quiso cerciorarse de que estuviera en condiciones de seguir adelante, le aseguré que esta todo bien y continuamos corriendo a toda velocidad.
Cuando llegamos Sai había logrado escabullirse hasta la orilla de un riachuelo e intentaba lavarse la herida de la muñeca con la mano izquierda. Ni bien me vio estiró el brazo en mi dirección y noté que un kunai le había cortado las venas del brazo derecho, se acostó en el pasto completamente pálido por la perdida de sangre y cerró los ojos dejándome hacer mi trabajo. Limpié el corte y detuve la hemorragia como pude, un torniquete bajo el codo y de inmediato pude tener una mejor visión del problema, utilicé hilos de chakra para unir el venas y tejido antes de liberarle el brazo, la piel sobre la herida parecía firme pero delgada así que tuve que improvisar una venda gruesa cortando un trozo de mi playera. Lo mandé a descansar un poco en la aldea y aunque parecía en desacuerdo, aceptó ir a hidratarse y comer algo antes de volver. De todos modos estaba demasiado débil para hacer otra cosa.
Cuando Sai se fue me sentí agotada, miré a mi alrededor y distinguí algunos rastros de Chakra familiares, me puse de pie con un poco de dificultad, tantas horas de batalla y curación seguidas me estaba pasando la cuenta, y ni hablar de la interferencia en mi cabeza que, cada ciertos minutos, me dejaba en negro y hacía que sintiera como si se me reiniciara el sistema. Caminé en esa dirección todo lo rápido que pude, un árbol se partió a la mitad a mi derecha, eché a correr, un brazo salió de la nada y me arrastró tras un tronco.
Era Rock Lee.
-Sakura-chan- dijo.
-Hola, ¿Dónde están todos?
Me hizo un gesto con la cabeza hacia arriba y luego otro para que guardara silencio.
Distinguí el cabello blanco de Kakashi antes de que saltara a una rama más lejana. Presté más atención y descubrí que si me estaba quieta podía acceder mejor a mis sentidos, vi pasar a Genma y percibí el rastro de Yamato en algún lugar, por supuesto estaba segura de que habrían Ambus pero no pude encontrarlos.
Todo pasó muy rápido, Lee me tomó por el hombro para quitarme de camino, caí de bruces al suelo y al voltearme vi que se peleaba con un tipo muy alto, repté en reversa para alejarme un poco de la batalla, alistándome para intervenir en cuanto viera una oportunidad, entonces oí una explosión. Fue algo extraño, una combinación de ondas de sonido con algo eléctrico, algunas decenas de metros a nuestras espaldas.
-Ve- gritó Lee- Estaré ahí en un momento.
Antes de darme cuenta había corrido hasta el lugar, divisé cinco cuerpos distribuidos en lo que abarcaba mi visión. Dos Ambus, Genma, Anko y Shikamaru. Kakashi estaba de pie algunos metros por delante sosteniendo uno se sus brazos contra el pecho. No lo pensé, me lancé hacía el Ambu que tenía más cerca lo más deprisa que pude, mi cabeza comenzó a zumbar pero no tenía opción. Kakashi desvió un ataque con el brazo bueno y pateó a un tipo en la cara.
Cuando estaba alcanzando a Genma entendí que no me quedaban fuerzas, respiré profundo e intenté acceder a todo el chakra acumulado en el Byakugo no In, no había pasado suficiente tiempo y sabía perfectamente que durante el embarazo no había podido acumular chakra pero no tenía otra opción; sentí que chocaba contra una enorme pared. Intenté de nuevo, sentí las corrientes de Chakra bajando por mi rostro y luego nada…
Arrastre a Genma junto a los demás y suspiré. No tenía suficiente, usarlo no sólo estaba fuera de mis posibilidades ahora sino que sería muy peligroso, sin embargo, aun podía intentar con el renacimiento de la creación. Inspiré e hice los sellos sin detenerme a pensarlo más.
De inmediato me sentí renovada, salté hacia adelante y en menos de un minuto tenía a todos los heridos a mi lado, hice lo que pude con ellos, el tiempo apremiaba, Anko me aseguró que se encontraba bien e insistió en que fuese a ayudar a los demás. Corrí hacia Kakashi sin necesidad de más insistencia, se veía agotado y no paraba de recibir ataques de uno y otro lado.
Una niebla espesa nos rodeó justo cuando llegué a su lado. Yamató y Rock Lee llegaron sólo unos segundos después, no pudimos ver desde donde nos atacaban, solo pude sentir como mis órganos comenzaban a vibrar en mi interior, actué por instinto, renovada como estaba, ignorando el zumbido de mi cabeza me puse por delante de los demás y encaje todo el ataque en mi cuerpo… me curé al instante.
-Sakura deja de hacerlo- oí la voz de Kakashi, débil, muy cerca de mi oído derecho- Eso te va a costar muy caro.
Le ignoré, si el costo de salvarle la vida a él y las personas que amaba era acortar un poco la mía, entonces me parecía una ganga. Vengan, pensé, no saben lo que les espera.
Cuando la niebla se disipó vi mi oportunidad, intentaron atacar a Kakashi por el costado pero fui mucho más rápida, eran tres, estoy segura de que sólo pudieron oír el grito de mi Shanaro antes de perder la vida.
Uno de ellos quedó tirado a mis pies, lo patee para darle la vuelta… un renegado de la aldea del sonido, seguramente el responsable de sacudir nuestros intestinos; era solo un niño.
Di dos pasos atrás desconcertada, mi cabeza se apagó y volvió a funcionar de inmediato, volteé hacia los demás y eché a correr en su dirección sin ver realmente nada. Me atraparon los brazos de Kakashi, no fui capaz de detenerme, el zumbido se hizo cada vez más fuerte hasta ser insoportable.
Kakashi me gritaba algo.
-Era un niño, era un niño…
Creo que balbuceaba, Kakashi intentó calmarme diciendo que los había salvado, logré fijar mis ojos en él y usar mis últimas reservas de chakra para sanarlo. Percibí que llegaban un montón de enemigos y algunos rastros conocidos se ponían de nuestro lado, entonces perdí la conciencia.
Desperté cuando Tsunade gritaba a alguien.
-¡Obedezcan!
-El Hokage aquí soy yo…- era Kakashi.
-Pero está claro que tu juicio se nubla cuando se trata de ella. ¡Fuera!- volvió a gritar y sentí que alguien me llevaba en andas a través del bosque.
Volví a despertar en el hospital. Ino me sonrió y luego golpeó el sello de mi frente con un dedo.
-Suerte que tienes esa cosa- dijo- O ahora estaría llorando tu muerte.
Me senté en la camilla sin esperar su permiso, se veía cansada. Me quitó las agujas del brazo y se sentó en un taburete junto a mi camilla.
-Casi haces que te maten, y a todos…- dijo- Salvaste al Hokage, aunque los Ambus murieron, ¿mal momento para colapsar eh? Shikamaru te trajo devuelta, dice que Kakashi se puso en mucho peligro para salvarte después... apuesto que no eres la única que tiene sentimientos ocultos ¿eh?- inquirió.
Le gruñí. Quise contestar pero sólo me salieron palabras inconexas. Respiré… la interferencia en mi cabeza había disminuido considerablemente pero no se había ido del todo.
-Tengo que volver- fue lo único que pude decir.
-No.
Ino se largó sin darme tiempo de discutir más, en su lugar volvió una señora de cara amable a la que estoy segura de haber visto antes, me aseguró que estaba bien, que en la aldea no corría peligro. Una y otra y otra vez. Contamos hasta diez, luego hasta cien y luego hasta mil antes de que me diera cuenta de que estaba hiperventilando y mi respiración se calmase.
Estaba por amanecer cuando se fue, no desaproveche ni un segundo, me escabullí por el pasillo hasta las escaleras de emergencia y llegué a mi oficina. Busqué mi ropa en el casillero y salté por la ventana antes de que alguien notara mi ausencia. Tardé poco en descubrir que las cosas no estaban tan bien como pensaba en la aldea, aun perseguían a algunos ninjas enemigos allí y el destrozo era considerable al acercase a la muralla. Recorrí la aldea manteniéndome en los pocas zonas oscuras que quedaban, el sol comenzó a bañar las calles y con él llegó también la amenaza, muy probable, de que enviaran a alguien a buscarme.
Divisé un par de Ambus flacuchos como Sai pasar saltando por los tejados a lo lejos cuando me encontraba a medio camino de mi casa, necesitaba comer algo y buscar provisiones, logré escabullirme a costa de invadir al menos una decena de casas ajenas. Cuando me metí por la ventana de mi habitación era cercano al medio día y atontada como estaba, tardé en darme cuenta de que no estaba sola.
Ino levantó las cejas cuando caí de cuclillas dentro de mi habitación.
-¿Es enserio frentona?- suspiró- ¿Tu casa? Tienes que estar muy mal…
Puse los ojos en blanco pero no respondí, en vez de eso pasé por su lado y me dejé caer de bruces en la cama, reprimí un sollozo cuando percibí el aroma de Kakashi en ella.
-Ahora…- dijo- Si no quieres que te reporte de inmediato y procedamos a encerrarte en una sala acolchada del hospital, me dirás que es lo que está ocurriendo en esa cabezota tuya ahora mismo.
Me volteé sobre el colchón para quedar boca arriba e intenté ser lo más concisa posible.
-Me golpeé la cabeza ayer por la mañana, estuve trabajando mucho, intenté usar el Byakugō no Jutsu, pero no pude acceder a todo mi chakra, la cabeza me ha estado zumbando mucho, los sentidos me fallan y no puedo controlar la ansiedad, al final hice el sello yin para liberar el chakra acumulado y usé el jutsu creación de renacimiento.
Ino se sentó a mi lado y asintió con seriedad.
-Por eso no pude encontrar nada mal dentro de ti cuando tu revisé, ¿no curó el zumbido de tu cabeza?
-Mas o menos- respondí siendo sincera.
-¿Cuánta vida perdiste?
Me encogí de hombros, no tenía importancia.
-Oí a Kakashi y Tsunade discutir…
Ino me pasó una mano por la frente y comenzó a repetir todo lo que le había dicho Shikamaru; Kakashi se curó del todo gracias a mí, me quitó de en medio y recibió un montón de ataques directos para protegerme, Tsunade enfureció cuando le vio así y puso en duda de juicio como Hokage en frente de todos, se gritaron un par de cosas, al final Kakashi cedió porque yo no reaccionaba. Ino asegura que no lograban arrancarme de sus brazos e insistía en traerme de vuelta él mismo.
Suspiré.
-Tsunade va a matarme.
-Y si a alguien le quedaba duda de que había algo entre tu y el Hokage puedes dar por seguro de que ya no es así.
No me moleste en negar nada.
-Tengo que volver.
Ino se puso de pie y me hizo señas para que la siguiera escaleras abajo, preparó algo de comida rápida y me aseguró que en el refugio todos estaban de maravilla y fuera de peligro.
-Kakashi dejó un par de perros que no paran de seguir a Sarada a todas partes.
No pregunté más. Comí hasta hartarme y disfruté la forma en que mis energías se recuperaban gradualmente.
-No voy a volver al hospital.
-Lo sé- respondió- No diré nada pero no puedo evitar que te busquen, si el Hokage o Tsunade se enteran de que te perdimos de vista podrían rodar un par de cabezas.
Desde ese momento me dediqué a huir, sanar ninjas que encontraba por las calles y dormir acurrucada en escondrijos sucios. Me atraparon una vez y me llevaron devuelta, Ino me ayudó a escapar. Descubrí que contar hasta diez una y otra vez me mantenía más o menos cuerda y el zumbido de mi cabeza disminuyó hasta casi desaparecer. Sai me encontró al tercer día.
...
-Sai- digo- Sólo llévame allí, sé que aun confías en mi o no habrías ido a buscarme a la aldea en primer lugar.
-No puedes volver a poner la vida del Hokage en peligro Sakura, te traje porque te necesitamos y porque somos un equipo- sentencia aunque redirige la bestia en la dirección que le señalo.
Asiento varias veces para dejar clara mi postura, aunque de nuevo me pican los ojos y tengo ganas de llorar.
Yamato y Genma siguen allí, son los primeros que diviso, más adelante Tsunade tiene a un ninja agarrado por el cuello. Kakashi, de pie a su lado la observa en silencio.
Salto de la bestia antes de que toque el suelo y corro en su dirección, ambos me miran, Kakashi frunce el ceño pero me recibe en sus brazos cuando me lanzo hacia él.
-Estas bien, estas bien, estas bien- digo mientras lo reviso por todas partes. Tiene la ropa sucia y rota y el pelo un poco chamuscado en las puntas pero esta sano.
-¿Qué estas haciendo aquí?- pregunta, no se oye enojado pero la preocupación destila en sus palabras.
No respondo, me volteo hacia mi maestra y observo al ninja que cuelga de su mano. Es un niño…
-Es sólo un niño- grito tapándome la boca en el acto.
Kakashi me toma por el hombro para impedir que me acerque más.
-Ya, ya- dice mi maestra sin mirarme- El holgazán de aquí ya nos prohibió matarlos, estate tranquila- zarandea al niño un poco y luego lo suelta- Sólo nos aseguramos de que no pueda huir, este acaba de intentar matarnos…
Miro a Kakashi que se encoje de hombros, de inmediato un par de Ambus aparecen y se llevan al muchacho inconsciente camino a la aldea.
-¿Ya estas bien?- pregunta Tsunade- ¿No vas a perder la razón y desmayarte de nuevo?
Sacudo la cabeza con fuerza. Me indica por señas que me acerque y cuando lo hago me da un fuerte golpe de la cabeza. Kakashi no interviene pero me sujeta por el codo para que no termine de bruces en el piso.
-A trabajar- dice luego- Queda muy poco por hacer pero todos parecen estar al límite de sus fuerzas ¿pueden encargarse?
Ambas asentimos, unimos fuerzas y chakras para invocar a Katsuyu-sama y la enviamos en versiones pequeñas a curar a todos nuestros amigos.
Pasan horas antes de que podamos capturar a todos los niños, no tenemos restricciones a la hora de matar a los demás, pero por el bien de mi equilibrio mental mantengo las muertes al mínimo.
Cuando entramos en la aldea esta atardeciendo y los escombros del arco que eché abajo son bañados por una suave luz naranja. Estoy al límite de mis fuerzas por lo que Kakashi decide cargarme en su espalda, creo que nos dirigimos a la torre, sin embargo, cuando abro los ojos percibo que me ha llevado directo hasta el hospital.
Dentro las cosas están que arden pero Kakashi se las arregla para encontrarme una camilla y hacerle prometer a medio mundo que no me dejarán salir de allí hasta que esté completamente bien. Como de costumbre no permite que lo atiendan y se larga de allí tan rápido como puede.
-Hola de nuevo- dice una versión demacrada de Ino- En hora buena frentona, todo salió bien.
-Te ves terrible.
Ino hace una mueca y un gesto con la mano como restándole importancia al asunto y me asegura que yo me veo mucho peor. Me acerca un espejo y me cuesta horrores reconocer a la mujer que veo allí. Tengo unas ojeras oscuras y amplias, las mejillas hundidas y la piel de un color grisáceo nada saludable.
Volteo el espejo para no seguir viéndome y en cambio clavo los ojos en la cara igual de demacrada de mi amiga. Nos miramos un rato en silencio y luego nos echamos a reír. Al final, Ino me inyecta suero y le hago un espacio en la camilla a mi lado, nos dormimos al instante.
Cuando despierto a la mañana siguiente solo puedo pensar en Sarada, en cuando la necesito y extraño. Ino sigue durmiendo a mi lado y decido dejarla descansar unos minutos más. El temblor en mis manos a disminuido tanto que soy capaz de quitarme la sonda del suero yo misma y ese pequeño triunfo me produce una exquisita oleada de satisfacción personal.
La puerta se abre y por ella entra Kakashi ataviado con sus ropas de Hokage, no se detiene, camina directo hacia mi y toma mi rostro entre sus manos antes de besar mi frente.
-Gracias- dice.
Tomo sus manos y las beso en silencio. Quiero preguntarle por mi hija, por los niños capturados y por todos los demás pero, como de costumbre, se adelanta a mí.
-Sarada está bien, Sai la traerá en cualquier momento, Pakún también está con ella- dice- Los demás están bien, algunos recuperándose aquí mismo, ya tendremos tiempo de hablar de lo demás…
-Usaban niños… ellos- comienzo a decir- Pero nosotros… he estado pensando.
Kakashi me obliga a callar dándome un apretón en las manos que no ha soltado en ningún momento.
-Ya habrá tiempo- dice- Prometo escuchar todo lo que tienes para decir.
Asiento, por ahora esa promesa me parece suficiente, además me dará tiempo para ordenar mis ideas, ver a los niños allí, morir por montones, me ha hecho pensar en todo lo que está mal, tengo una hija, Sarada podría querer ser una kunoichi y terminar como ellos, ¡Por kami! Yo fui sólo una niña en batalla hace años… no podemos seguir así.
De pronto Kakashi toma mi barbilla y me obliga a sostener su mirada, ladea un poco la cabeza y se inmiscuye en mis ojos, es uno de esos momentos en los que intenta sumergirse dentro de mí, en los que se asoma a mi interior e intenta descifrar todos mis secretos. Solo que, a estas alturas ya no creo tenerlos. Le dejo hacer lo que quiera, sonrío un poco y el achina los ojos cuando me devuelve el gesto.
-Estamos en un hospital ¿saben?- oigo la voz de Ino a mis espaldas y Kakashi me suelta la barbilla con tranquilidad- Hokage-sama ¿podría por favor dejar que me largue antes de que esto se ponga más raro?
Alcanzo a golpear a la puerca en la frente antes de que la puerta se abra y por ella entren nuestros hijos corriendo, Inojin y Sarada se encaraman en la camilla que se queja bajo el peso de los cuatro. Abrazo a mi niña y le beso las mejillas mientras ella se ríe y le oigo decir "mami, mami" un millón de maravillosas veces. Luego mira a Kakashi y estira los bracitos en su dirección, siento una pequeña puntada de celos en el pecho.
Kakashi hace una pequeña reverencia y le acaricia el pelo mientras le explica que debe ir a trabajar, luego se inclina hacia mi y susurra en mi oído.
-Nos vemos en casa.
Antes de desaparecer en una nube de humo y hojas. Me quedo sonriéndole al espacio vacío antes de voltearme a ver a los demás.
-A Naruto no le va a gustar nada esto- canturrea Sai mientras ayuda a su mujer a bajar de la camilla y cruzan miradas falsamente consternadas.
Los ignoro. Al final no me dejan salir del hospital hasta bien entrada la tarde y Sarada se queda conmigo todo el tiempo. A eso de las 6 de la tarde Tsunade viene por mi y luego de un chequeo rápido, me entrega ropa limpia y se encarga de mi hija mientras me alisto para largarme.
Insiste acompañarnos a casa y por el camino me va lanzando miradas de todo tipo por sobre el hombro. No me atrevo a preguntar pero veo sospecha, reproche y algunos toques de preocupación en sus ojos.
-Tenemos que hablar- dice de pronto, Sarada se ha dormido en sus brazos por lo que asumo que es precisamente eso lo que a estado esperando- ¿Desde cuando te estas acostando con Kakashi?
Me atraganto un poco con mi propia saliva por la sorpresa, sabía que iría de esto pero no esperaba que, de hecho, fuese a ir directo al grano.
-No me estoy…
-Sakura por favor- me interrumpe- Te conozco como si fueras mi propia hija, evítate las mentiras y suéltalo ¿Qué esta pasando exactamente?- hace una pausa en la que creo que me dejará contestar pero luego continua- Sé que ese holgazán se preocupa mucho por todo el mundo, pero jamás lo había visto actuar de una forma tan irresponsable por nadie, pensé…- se le corta la voz un poco y siento como se forma un denso nudo en mi garganta- Por un momento pensé que los perderíamos a ambos.
Me seco rápido la comisura de los ojos con la manga de mi suéter. Quiero responder deprisa pero me angustia imaginar a Kakashi siendo irresponsable por mí, es algo, completamente imposible, el jamás pondría en riesgo a todos lo demás solo por una persona.
-Creo que…- comienzo a hablar en un tono muy bajo- Nosotros, digo yo, no puedo hablar por él, nos hemos apegado mucho este último tiempo.
Tsunade me mira de reojo y sé que he dado la explicación más pobre de la historia de las explicaciones pobres. Le sonrío un poco y ella frunce el ceño.
-Parece más que apego- dice- Por favor habla con la verdad o me obligaras a sacártela a golpes.
Suspiro derrotada. ¿Qué puedo hacer más que decir la verdad? Tomo a mi maestra por la muñeca y la guío hasta una banca a la orilla del camino, estamos peligrosamente cerca de casa y sé que Kakashi estará allí de un momento a otro.
-Lo cierto es que…- ¡Por kami! Quién diría que hablar se volvería una tarea tan difícil, me tiemblan un poco las manos pero sé que es producto de los nervios y no de algún ataque de algo- De un tiempo a esta parte he dejado de verlo como el ex sensei, amigo y líder que siempre ha sido para mi, quiero decir, él es parte de mi familia, como usted y los demás pero…
-Pero a este quieres llevártelo a la cama cada vez que puedas.
-¡Shishou!- la regaño mirando para todas partes con las mejillas acaloradas.
Tsunade suelta una risita que se oye entre divertida y resignada.
-Esta bien- dice- Supongo que no puedo hacer nada, no te voy a mentir, no sé si esto es la mejor idea del mundo y de seguro mucha gente estará en contra, sobre todo esos vejestorios del consejo pero… al final del día es tu decisión.
Asiento despacio y observo a mi hija dormir en los brazos de aquella mujer a la que quiero tanto.
-Hablé con él- añade después de un rato cuando nos estamos poniendo de pie para seguir nuestro camino- Tranquila no le amputé ninguna parte del cuerpo si eso es lo que te preocupa, por favor niña no me mires así.
Intento superar la parálisis que me produjo aquella información e intento actuar lo más normal que me permiten mis pobres nervios en ese momento.
-¿Y?
Tsunade se encoge de hombros cuando estamos frente a mi puerta.
-No me corresponde a mi decirte nada- dice- Solo quería que supieras que yo ya hice mi parte, ya sabes, ponerlo en su lugar y amenazarlo con una muerte lenta y dolorosa si llega alguna vez a hacerte el más mínimo daño.
Me llevo una mano a la frente y aguanto la ganas tremendas que tengo de hacer un hoyo en la tierra del jardín y enterrarme entre las rosas para siempre. Tsunade apoya una mano en mi hombro.
-No puedo permitir que alguien vuelva a hacerte daño, el desgraciado del Uchiha se escapó por poco y espero que se mantenga bien alejado de mi para siempre, pero, no volveré a cometer el mismo error- sentencia con tono serio- De todos modos, conozco a este otro idiota desde que era un crio… no tiene escapatoria.
Asiento en parte aterrada y en parte llena de un sentimiento de gratitud y cariño que me llevan a abrazarla, aunque de manera rápida y con cuidado de no aplastar a Sarada entre nuestros cuerpos.
-Ahora toma- dice pasándome a mi hija- Por favor descansa y vuelve a la terapia cuando puedas.
Me despido de ella con una corta reverencia y entro en la casa con cuidado de no despertar a Sarada, no me molesto en prender las luces, simplemente paso de largo por la sala de estar y subo las escaleras hasta mi pieza. Luego de sacudir un poco dejo a Sarada entre las mantas de su cuna y suelto un suspiro cansado.
¿Qué le habrá dicho Kakashi a Tsunade en su conversación? Aunque supongo que fue más una sesión de tortura y amenaza imagino que habrá tenido la oportunidad de defenderse, después de todo es el Hokage.
Intento estirarme y hago movimientos circulares con los hombros para liberar la tensión de mi cuello y espalda, estoy por empezar a mover la cabeza de un lado a otro cuando unas manos grandes y cálidas se posan en mis hombros y comienzan a dar pequeños masajes circulares sobre mis músculos cansados.
-Kakashi- suelto en un susurro de alivio tan evidente que le hago soltar una risita.
-¿Sí?
-No pares…
Suelta otra risita y siento su aliento tibio cayendo sobre la piel de mi cuello.
-Claro- sus dedos masajean mi cuello, dan toquecitos suaves en mi mandíbula.
Dejo caer mi peso sobre él, mi espalda contra su pecho y cierro los ojos. Inspiro su aroma, ese olor mezcla de jabón, bosque y cuero de los guantes, me siento feliz, mis músculos se relajan, creo que todo mi cuerpo se regocija por estar otra vez en su manos. Quiero decírselo; que nunca me sentí así con nadie, pero masajea mis sienes y siento que no soy capaz de mantenerme cociente un segundo más.
-No te vayas- suplico.
-Nunca.
holi!
creo que esta vez me demoré menos en actualizar o no? estoy contenta, más o menos conforme con el resultado, lo revisé harto pero siempre se escapan cosas: espero sepan perdonar.
Como dije en algún momento esto va a tener aprox 10 capítulos, bueno serán 11 jajaja porque esto no puede ser el final, quedan cositas aun, espero escribir un último cap decente y un poco más largo para cerrar bien, en todo caso tengo ya otra idea que tengo muchas ganas de escribir, obviamente con esta misma pareja porque yo no tengo gustos, tengo obsesiones jajaja
Espero que se haya entendido que lo de en medio es un flash back, y que sepan perdonar y entender que aunque no hubo tanto momento kakasaku era una parte de la historia que tenía que desarrollar si o si por Sakura, en todo caso lo poquito que pasó, lo considero muy importante y significativo. De todas formas les compensaré en el siguiente cap.
Oigan, gracias por leerme siempre y dejar comentarios tan bonitos y entretenidos, me encanta leerles y que me digan lo que piensan, recuerden que las criticas y sugerencias siempre son bienvenidas cuando son de forma respetuosa y de verdad las agradezco demasiado.
Besitos! gracias.
