Hola queridos lectores del mundo de Harry Potter, después de varios días o semanas creo les traigo actualización de mi historia.

Muchas gracias por leer, espero disfruten la lectura del día de hoy.

Sin más que agregar doy por iniciado el Capítulo 2.

Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

No Apagues La Luz Todavía: Capítulo 2: Los Malfoys y Albus.

Harry Potter observó a su hijo sin poder creer lo que escuchaba. ¿Por qué se ofrecía a hospedar a esa mujer en su apartamento? La mujer de cabellos negros era más que conveniente que se quedará en las carceleras del ministerio de Magia. Si en realidad era una muggle todos corrían peligro sobre todo porque no sabían quien la había enviado a su mundo en primer lugar.

Que ocultaban aquellos ojos marrones detrás de esos lentes que le ayudaban a ver mejor. Quizás el azabache no era el más indicado para juzgar tomando en cuenta que el también descendía de muggles por parte de su fallecida madre Lily Evans Potter.

-¡Tú no vas a hospedarla en tu apartamento, Albus!

-Lo haré con o sin tu consentimiento padre, soy un adulto independiente. No vivo en tu casa para que me digas que hacer y que no.

-Mientras Potty y el joven Albus dejan de jugar a la casita le invito a comer Señorita Elwes me imagino que desde que llegó solo ha sido interrogada. Venga conmigo. Exclamó el rubio mientras alzaba su brazo para que Lottie lo tomara y se sujetara a él.

-Muchas gracias Señor Malfoy.

-Mi nombre es Draco. Trátame así, desde que pusiste a Potter en su lugar eres alguien agradable para mí. Respondió Draco sonriendo con cortesía, aquella joven que guardaba secretos dentro de su mente le parecía alguien que sería de mucha ayuda si podía descifrar como llegó con ellos.

Quizás era alguna espía de los otros mundos mágicos que hizo aquella entrada para tomar desprevenidos a todos. O quizás si era una muggle común que por error llegó a su mundo.

Se sorprendió al ser tratada con familiaridad por el ¿Mago dijo que era? No podía negar que no había comido nada desde el día de ayer, así que un trozo de pan y un vaso de agua le harían mucho bien.

Draco sonrió sabiendo que estaba a punto de entablar una amistad con esa joven mujer. ¿Qué edad tendría? Era más joven que él, pero era mayor a Albus e incluso a Scorpius.

Lottie le devolvió el gesto, a pesar de que no conocía al hombre rubio que poseía elegancia digna de admirar le agradeció en silencio el ser alguien caballeroso con ella. Estaba acostumbrada a ser tratada con rudeza, sabiendo que no era importante que solo debía cumplir la misión que le encargaran ese día. Vio sus manos con asco, llenas de polvo pero a su vez llenas de tanto dolor ajeno.

-¡Buenas tardes Señor Malfoy! ¡Es un gusto poder atenderle el día de hoy! ¿Mesa para dos? Su hijo ya le está esperando donde siempre se reúnen. Le saludó cordialmente el hombre que estaba en la puerta del restaurante, se sorprendió al notar que las mesas flotaban.

-En está ocasión será mesa para tres. Tenemos compañía.

-Oh ya veo. No le parece demasiado joven para usted. Si es para su hijo está demasiado grande para él.

Lottie sintió que el aire le faltaba en los pulmones al escuchar aquel diálogo, sintió que sus mejillas se tornaban rojas pero del enojo que sintió, sabía que el hombre no tenía idea de lo que hablaba era incómodo. Ella no estaba saliendo con nadie. Bueno hasta ahora la única persona que le había hecho sentir especial era Albus Potter. Pero eso no era algo que fuese a hablarlo con unos desconocidos. Sintió culpa al reconocer que no le era indiferente el hijo de aquel hombre que casi se volvía loco al no ser alabado en público.

Y que ella era mucho mayor a él. Eso no importaba realmente, no era tan obvia la diferencia de edades si lo veías desde ese punto.

-Blaise. No seas grosero con mi invitada. Ella no es mi pareja. Mucho menos está saliendo con Scorpius. Es una amiga a quien invité a comer algo.

-Lo lamento mucho Señorita, no quise ofenderla.

Lottie fue incapaz de responderle, sabía que no era su culpa, pero ella había llegado a ese lugar con intenciones coquetas. Tenía 28 años, ya no era una adolescente de 15 años que tenía las hormonas alborotadas que soñaba con un príncipe azul, que la rescataba de la torre del dragón. Si demasiados días encerrada en su "habitación" le hizo imaginarse muchas veces que aquellos cuentos eran reales que viviría feliz junto a su amado en un lugar donde solo pudieran estar ellos dos, con dos hijos. Ella en casa preparando la comida mientras su amado trabajaba y llegaba a casa a cenar.

Si tenía fantasías muy irreales.

Pudo volver en si cuando entraron al lugar y vio lo que parecían ser criaturas de piel verde y muy bajitas. Se asustó tanto que lo único que pudo hacer fue esconderse detrás de la capa del señor Malfoy. Draco observó sin poder contener su risa al ver a la mujer actuando como niña pequeña.

-Ellos no van a hacerte nada. Son Elfos.

-¿Elfos? ¿Qué no existían solo en los cuentos de hadas?

-¿Qué son los cuentos de hadas? Preguntó el actual patriarca de los Malfoys.

Antes que pudiera responderle notó que había alguien más frente a ellos un joven de ojos grises y cabello rubio, similar al señor Draco.

-Padre, los cuentos de hadas son de origen muggle. Son historias que se escriben en libros, narran aventuras, acción. Pero son llamados "fantasía" porque las personas que los escriben lo consideran irreal. Aunque la realidad supera la ficción. Exclamó sonriendo aquel joven tan parecido pero al mismo tiempo tan diferente al hombre del cual ella se estaba escondiendo detrás de su capa.

¿Por qué habían tantas cosas ilógicas en este lugar? ¿De verdad las ramitas eran en realidad varitas? ¿Podían hacerle daño con las mismas? Salió detrás de la capa del mago y le sonrió al joven Malfoy.

-Señorita Elwes, es un gusto presentarle a mi hijo Scorpius Malfoy.

-Mucho gusto joven Malfoy, mi nombre es Sharlotte Elwes. Estrechó su mano a manera de saludo.

-Mucho gusto Señorita Elwes. Scorpius se sonrojó un poco al verla. No conocía a nadie con ese apellido. ¿De donde provenía la mujer de ojos marrones? No solía ser tratado con tanto respeto, aún habían personas que lo señalaban por ser un ex Slytherin.

-¿Sharlotte? Hace un momento dijiste que te llamabas Lottie. Draco la observó fijamente, ¿Le había mentido acaso?

-Lottie es un apodo. Sharlotte es mi nombre real, pero como usted mismo lo ha dicho prefiero que me llamen Lottie. Sin incomodarse le sonrió al rubio.

Draco se relajó al ver que su respuesta no tenía dobles intenciones, la invitó a sentarse en la silla para que pudieran comer en paz.

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Harry y Albus llevaban cerca de dos horas peleando sobre la decisión de Albus de hospedar a la mujer misteriosa en su casa.

El mayor no quería admitir que sentía que su hijo peligraba junto a esa mujer que se había negado a alabarlo y sobre todo se había burlado en su cara.

Incluso Hermione observó al padre al hijo y al ministerio completo quienes tomaban zumo de calabaza sin dejar de ver el espectáculo gratis que daban ambos Potter en la oficina.

¿Porque Harry sentía repulsión por la mujer? ¿Dónde la había conocido Albus?

La mujer si era muggle como decían los rumores no era un peligro para nadie, en el instante que se confirmara que no tenía vínculo con el mundo humano, le borrarían la memoria y ella no recordaría nada. A menos que fuese una Squib. En ese caso no podían hacerlo por respeto a su familia mágica.

-¡Albus Severus Potter! ¡No quiero que hospedes a esa mujer en tu apartamento! ¡Malfoy ya se ofreció como voluntario y podrá darle todas las comodidades que se pueda en lo que se decide que hacer con ella! Harry se sentía hastiado, durante años trató que su hijo no siguiera siendo amigo del joven Malfoy. Y ahora pasaba esto, Albus tenía que decirle donde había conocido a la mujer.

-¡Papá! Es mi apartamento. Además todo esto pasó porque mi tío Ron la atacó primero y la trajo hasta acá.

-Mientras ustedes dos pelean, Malfoy ya se llevó a la señorita Elwes. Exclamó Ron Weasley quien al escuchar su nombre no se quedó callado mientras seguía observando la pelea familiar comiendo pollo frito como si estuviera en la sala de su casa.

-¿Qué? Gritaron al unísono al notar que no están presentes los dos mencionados.

-¡Ronald! ¡No mal informes las acciones de Malfoy! Se la llevó a comer porque alguien aquí la interrogó varias veces y no le ofreció un vaso de agua a la Señorita Elwes. Hermione Weasley se preguntaba porque aún Ron se comportaba como un niño. Hacía tantos años que no lo eran más atrás había quedado la jovencita de 17 años que había luchado junto a su mejor amigo y su actual esposo en una guerra mágica.

Dejaron de reclamarse en aquel momento. Ahora debían esperar que Malfoy trajera de regreso a la mujer de cabello negro.

Albus observó con molestia a su padre. Quería ayudarla, saber todo de ella, saber de dónde provenía, protegerla, entender porque para ella todo esto era una novedad. Sus ojos marrones lo veían con admiración e incluso aunque había notado que había peleado con su padre, quería conocerla mejor.

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Lottie no dejaba de asombrarse a cada momento al notar como los platos con la comida que habían pedido llegaban flotando desde la cocina principal. Quería hacer tantas preguntas a los presentes, pero no quería quedar como una tonta.

Los Malfoys le parecían personas muy agradables solo faltaba conocer a la matriarca de aquella familia. Casi gritó cuando el tenedor se elevó con un trozo de comida y se alzó directo a su boca. La comida sabía deliciosa no podía negarlo.

-¿Y dígame algo Señorita Elwes usted tiene familia? Preguntó el joven Scorpius mientras su padre lo observaba suplicándole que no le hiciera más preguntas incómodas.

-¡Scorpius!

-No se preocupe Señor Malfoy. Y respondiendo a tu pregunta joven Malfoy, tengo un padre, una tía y un hermano menor. Sonrió con ternura recordando aquellos tiempos donde ella jugaba con su hermanito mientras su padre arreglaba su auto sin dejar de vigilarlos realmente. Al pensar en la hermana de su padre su corazón se rompió dentro de su vientre habían cosas que no se podían olvidar ni mucho menos recuperar.

-¿Y su madre?

-¡Scorpius!

-Mi madre murió poco después del nacimiento de mi hermano.

Notó que los ojos del joven se llenaban de lágrimas al terminar de escucharla.

-Lo lamento mucho, yo no tenía idea.

-Tranquilo joven Malfoy. Eso fue hace muchos años aún me duele no tenerla conmigo pero no debe preocuparse.

-Scorpius. No hagas más preguntas incómodas.

-Perdón padre.

-Señor Draco. No lo reprenda el solo quería conocerme mejor.

-No debió hacerle de ese tipo de cuestiones.

-No sé que pueda estar pasando para que el Joven Malfoy haya reaccionado de esta manera, yo no quise ofenderlo de ningún modo. Mejor cambiemos de tema. ¿Dígame Joven Malfoy aún está estudiando?

-No en realidad ya me gradué de Hogwarts. Estuve en Slytherin.

-¡Wow! ¿Slytherin?¡Slytherin! No tengo idea de que sea, pero cuéntame más.

-¿De verdad? No vas insultarme por pertenecer a la casa más discriminada por los magos.

-Joven Scorpius no entiendo cómo funcionan muchas cosas aquí, pero si estoy segura de algo. Si usted estudió en Slytherin, sea cual el motivo por el cual llegó a ser parte de aquella casa como le llama es porque vieron su potencial, no permita que ningún idiota lo haga sentir mal con palabras de envidia.

Los ojos grises de Scorpius brillaron ante la mujer, Draco no pudo evitar sonreír de manera sincera. Si antes le caía bien por decirles sus verdades a Potty, ahora le agradaba más por animar a su hijo. Estaba seguro que su estancia en su hogar sería agradable.

Por primera vez en años Scorpius fue libre para contar con alegría su experiencia en Hogwarts mientras lo escuchaban con genuino interés sin hacerle un gesto de desprecio.

Draco vio la hora en su reloj debía volver al ministerio.

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Regresaron los tres al lugar donde había iniciado todo, comían un helado mientras Draco Malfoy reconocía que le haría bien tener a alguien más que los elfos en casa.

Harry Potter lo observó con desagrado al ver que la mujer sonreía hablando con Scorpius quién sabe qué cosas.

Draco estaba decidido a hospedarla en sus dominios, si Albus iba a querer saludarla el no le negaría la entrada a su mansión. Norma que no aplicaría con Potter, el podía irse volando en un dragón si creía que iba a entrar solo porque la señorita estaba bajo investigación.

-¡Albus! -Escuchó que lo llamaba la mujer de ojos marrones tomando a su hijo de la mano para Harry no paso desapercibido el sonrojó que cubrió las mejillas de su hijo- Ven conmigo.

Albus no se negó a irse con ella. Harry deseo mandarla a volar en aquel momento sobre una escoba y que no regresará jamás.

Draco se burló de Harry, excepto en el instante en el cual notó que la leona Granger estaba ahí. Para el seguiría siendo Granger. No Weasley. Aunque le doliera reconocerlo.

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Queridos lectores hasta aquí llega el capítulo del día de hoy quiero agradecer a Zorc por sus comentarios en el capítulo anterior y a Kevin Hernandez2 por su alerta y agregar mi historia a favoritos.

Que tengan un hermoso día.

Atentamente,

Sharlotte Soubirous.