Hola amigos tengo lista la siguiente parte de "No Apagues La Luz Todavía"

Espero que puedan disfrutar la siguiente parte de la historia.

Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

No Apagues La Luz Todavía: Capítulo 4: La Matriarca Weasley

Molly Weasley a pesar de los años transcurridos aún sonreía observando a su querido Albus, para ella cada uno de sus hijos, de sus nietos eran sus pequeños. Podrían ya ser adultos con sus vidas hechas, sus nietos comenzaban a recorrer caminos distintos que sus padres.

Su curiosidad pudo más ante el enojo de Harry, no podía entender el enojo, la frustración que sentía el hombre a quien ella consideraba uno de los suyos.

Le llamó la atención la mujer frente a ella, de cabello negro, ojos marrones. No parecía pertenecer a su mundo. Los rumores aún no comprobados indicaban que la chica era una muggle.

Arthur siempre quiso ir a ese mundo. A pesar de que ya no eran tan jóvenes como antes sabía que su amado esposo aún quería viajar a aquel mundo. Pero entre los magos seguían los prejuicios sobre los muggles. Los seres que no poseían magia, Molly aún se preguntaba porque los consideraban tan peligrosos.

¿Qué podrían hacer aquellos seres sin ningún tipo de magia? Además de todo lo que habían creado por épocas.

Lottie se sentía observada la mujer regordeta de cabellos pelirrojos en algún momento de su vida le sonrió con dulzura. A parte de Albus, era la segunda persona que le sonreía. Aunque el señor Draco y la Señora Hermione le habían sonreído sentía que lo hacían más por cortesía.

-Mucho gusto. Soy Molly Weasley, soy la abuela de Albus. ¿Tu eres? Preguntó esperando saber si la mujer era de confianza.

-Un gusto en conocerla señora Molly Weasley. Mi nombre es Sharlotte Elwes, pero me gusta más que me llamen Lottie.

-¿Eres amiga de Albus?

-Nos conocimos hoy en realidad.

-¿Cuántos años tienes?

-Tengo 28 años.

-¿Y tu familia…?

-Abuela ya fueron muchas preguntas por hoy, papá y el ministerio la interrogaron durante horas. Albus detuvo la conversación.

Cualquiera podría pensar que Albus estaba celoso de la situación y si que lo estaba, porque el quería estar un momento a solas con ella. Conocerla más de lo que se había podido notar en un par de horas estando con ella. Casi le daba un beso.

Molly entendió que la chica estaba cansada de tantas preguntas, aún habían muchos días para preguntarle todo lo que quería saber. Si era una muggle sabía que Arthur le haría un sinfín de preguntas.

-Querido Albus traje una galletitas caseras para que las degustemos con Té. Sacó su varita de su abrigo e hizo aparecer sobre la mesa del comedor la bandeja llena de galletas, la tetera y tres pequeñas tazas de porcelana.

-¡Wow! ¿Cómo fue posible que hiciera esto? Preguntó maravillada Lottie viendo como la tetera sin que nadie la sostuviera llenaba las tazas con agua.

-Es magia pequeña Sharlotte.

Molly notó que los ojos marrones de Lottie brillaron sin dejar de ver las tazas. La matriarca sentía que estaba viendo a una pequeña niña con un juguete nuevo. Si fuera parte del ministerio ahí mismo hubiera comprobado que ella no era parte de este mundo.

Muchas dudas quedaban dentro de su cabeza. ¿De donde salió está mujer? ¿Por qué estaba en su mundo?

Esas preguntas quedarían para otro día. Cerró los ojos fingiendo que no había notado que su nieto tomaba de la mano a la mujer ayudándola a sujetar la taza de porcelana. Le recordaba a ella y a un Arthur más jóvenes.

Por un momento se burló de su querido Harry. Llegó a su casa reclamando a todas partes que Albus estaba compartiendo su tiempo con una mujer grosera. ¿La grosería que cometió? Ah sí decirle sus verdades a Harry, la matriarca no podía entender porque Harry se había llenado de prejuicios con los de su propia sangre. No había nada que temer, Lottie no le haría daño a su nieto, podía notar que entre ellos había algo especial.

Lily Evans había nacido de padres muggles, sabía que la familia materna de Harry siempre fue un problema, que no lo trataron bien. Pero el azabache mayor había pertenecido a aquel mundo incluso sus hijos habían robado el auto de Arthur rescatando al Salvador del mundo mágico cuando tenía 12 años.

Sabía que los autos no volaban en aquel mundo. Lo que si lo hacía eran los aviones. Mismos que aún su esposo quería descubrir cómo era que se mantenían en los cielos sin caer llegando muchas veces a su destino.

Almas gemelas, amor a primera vista es lo que estaban viendo sus ojos. No todos eran afortunados de encontrar a su otra mitad, no era para que la malinterpretaran pero ella sabía que algunas parejas solo se casaron por el calor del momento. Muchas cosas había callado con el tiempo. Algunas aún no era tiempo que fueran aún contadas.

Hizo una promesa frente a su nieto y aquella joven. Ella los iba a ayudar incondicionalmente. ¿Qué tipo de Matriarca sería si no apoyaba a uno de los suyos? Incluso Harry, Hermione y sus demás hijos políticos tendrían su ayuda si llegaban a hacer lo que realmente querían y no lo que esperaban los demás de ellos.

Comieron galletitas caseras mientras Lottie las mordía como si tuviera años de no comer una de las mismas, incluso comentó que sus preferidas eran las que tenían chispas de chocolate.

-Las galletas con chispas de chocolate eran las que mi mamá me hacía cuando estaba triste. Gracias por las galletas y el te Señora Molly.

-Puedes decirme Abuela. Además algo me dice que serás parte de mi familia.

-¡Abuela! ¡Que cosas dices! El sonrojo que cubrió las mejillas de Albus le hizo reír a carcajadas, le recordaba a Ginny cuando era joven, cuando aún quería mantener en secreto el amor que le tenia a Harry.

Molly hizo una anotación mental, la próxima vez haría muchas galletitas con chispas de chocolate.

Invitaría a Lottie a su casa en la madriguera, sabía que Arthur y Lottie se llevarían muy bien. Su casa se sentía vacía ya todos sus hijos hicieron sus vidas y eran muy felices, entrañaba el bullicio de una numerosa familia.

Solo en festividades era que se reunían todos de nuevo.

Lottie no sabía que era tener una numerosa familia, aunque eso jamás fue importante sin dejar de tomar la mano de Albus pensó en su padre, en su hermano.

Haría cualquier cosa por saber que había sido de los dos hombres más importantes de su vida. ¿Estarían bien? ¿Ella los habría cuidado?

Habían pasado muchos años desde que los vio. Ya no recordaba la voz de su padre y estaba segura que su hermano ya no era el mismo de sus recuerdos.

Fue la noche más larga de su vida. No pudo conciliar el sueño pensando en tantas cosas que sabía que aunque hubieran pasado de otra manera otro destino habría tenido.

Incluso pudo sentir cuando Albus la cubrió con una sábana porque ella se había quedado sin una encima de ella. Era normal en aquel lugar no estaba acostumbrada a dormir con ellas, cualquier día cualquier momento era usado para llevar a cabo los deseos de aquellos que querían "limpiar" la sociedad.

Pensó que la Matriarca Weasley era una hermosa mujer, incluso se preguntaba si ella habría pasado por tragedias como todos en la vida. Tenían magia.

Las ramitas podían hacer cualquier tipo de hechizo incluso habían bebidas que curaban con rapidez. Pero su tecnología no era amplia como la de ellos.

Eran tan diferentes pero al mismo tiempo tan iguales. Se preguntó si ellos tenían cárceles y si sus gobiernos hacían lo mismo que le hicieron a ella.

Albus no había salido de su habitación cuando ella se sentó en la cama. Los ojos verdes del chico se abrieron con sorpresa al saberla despierta.

Quizás era atrevida al pedirle lo siguiente pero era la primera vez en muchos años que no dormiría cerca de alguien. Amelia ya no estaba, el tiempo seguía transcurriendo. Se sintió asustada como cuando era una niña pequeña y los truenos la asustaban al caer en medio de la lluvia.

-¿Albus? Lo siento. Tengo miedo. Lamento pedirte esto. Pero, ¿Podrías quedarte conmigo esta noche? No puedo dormir.

La luz de la habitación estaba apagada pero el sonrojó del chico era evidente, asintió mientras se sentaba a la orilla de la cama. Nunca pasó por su mente que Lottie lo tomaría de los hombros, acostándolo en la cama, abrazándolo como si fuera un peluche. El no entendía que muchos pensamientos negativos pasaban por la mente de la mujer frente a él.

Habían cosas que Albus aún no sabía de ella, cosas que Lottie no sabía de él. Pero solo por un momento ella quería sentirse protegida , el quería protegerla el resto de la eternidad. Solo así pudo conciliar el sueño hasta que sintió que Albus acariciaba su cabeza.

El la observó dormir tranquila en sus brazos, parecía un ángel, algo le había pasado y el quería sanar sus heridas. Cerró los ojos durmiendo al final, no quería que ese momento se terminara jamás.

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Queridos lectores hasta aquí termina el capítulo de hoy. Es algo corto pero me gusta como quedó. Quería comentarles que en el próximo capítulo tendremos una edición especial. Será una parte del pasado de Lottie. Hablara sobre su padre, su hermano y "Ella" se sabrá a quien es que se refiere Lottie y porque no la llama con ningún nombre o palabra más allá del pronombre. Quizás odien a este personaje

Sin más que agregar gracias por leer.

Atentamente,

Sharlotte Soubirous.