Hola amigos ya tengo listo el capítulo 5 de "No Apagues La Luz Todavía"

Este capítulo inicia el arco que me gusta llamar "El Pasado de Lottie" solo puedo decir que preparen sus pañuelos.

Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

La letra cursiva son recuerdos. Tendrá dos tipos de narración presente y pasado.

No Apagues La Luz Todavía: Capítulo 5: El Pasado de Lottie Parte 1

Habían veces donde deseaba que todo fuera un sueño, que al despertar pudiera ver a su hermano pequeño, a su padre a su lado.

Pero sabía que no lo era, está era su realidad, estaba muy asustada reconociendo que no sabía nada de ellos, ni podría decir cómo era que le recordaban. Habían pasado muchos años de aquella tragedia si podía llamarle de esa manera.

Lottie se ha dado cuenta que estuvo durmiendo en los brazos de Albus. Se sonroja al reconocer que lo suyo es un amor a primera vista. También se pregunta que pensará Albus al saber su verdad.

Aquellos secretos que se obligó a guardar desde niña, que aún debe ocultar siendo adulta, acaricia el rostro de ese joven que se ha ganado su corazón, solo le pide a la vida una oportunidad para no lastimarlo.

Y así llegan a su mente los recuerdos de los últimos años…

Sharlotte Elwes ve a través de la ventana como si fuera un espectador más, algunos acontecimientos de su pasado. A veces le gustaba imaginar que su vida era como un cuento narrado a otra persona.

Nació en el seno de una familia amorosa. Sus padres se casaron a una edad considerada demasiado mayor por la mayoría de las parejas de Norfolk, sus padres tenían 30 años cuando ella nació. A pesar de eso tuvo una infancia feliz. Su madre solía estrecharla en sus brazos mientras le decía que ella era su princesa.

Edward Elwes y Carrie Elwes (de soltera Owen) la habían amado desde el primer instante en el cual supieron que tendrían una hija. Tenía una tía llamada Ivy Elwes hermana de su padre, una mujer que era considerada una de las más hermosas del condado. A pesar de eso nunca se casó ni tuvo una familia propia, decía que era mejor así ya que nunca se vio a si misma de esa manera.

Podía recordar los tiempos en los cuales al atardecer su madre, su padre y ella remojaban sus pies en el rio mientras su tía los observaba en la lejanía.

Fueron buenos tiempos.

Aquellos donde todo era miel sobre hojuelas.

Antes que todo se fuera al demonio.

Sharlotte admiraba a su tía, la consideraba su segunda madre, era su única familiar además de sus padres. Carrie había perdido a sus padres cuando era una niña, y en el caso de Edward su madre falleció poco después del nacimiento de Lottie y en honor a la bisabuela fue nombrada Sharlotte, aunque el nombre real de la misma era Charlotte, a veces Lottie se preguntaba porque sus padres cambiaron una sola letra de su nombre, decían que era único y la pronunciación era muy diferente al otro nombre. Sonreía ya que creía fielmente que siempre podía contar con su familia que su tía jamás le daría la espalda, que sería la persona que le apoyaría en las buenas y en las malas.

Sharlotte desearía no haber sido tan ingenua como lo fue en antaño.

Sus primeros recuerdos de la infancia iniciaban a los tres años. Los primeros dos años le parecían borrosos lo cual era normal en cualquier ser humano, no poder recordar todo lo que había hecho en su pasado, su pasatiempo favorito era pintar con crayones, su color favorito era el azul. Podía recordar con plenitud cuando su madre y ella pasaban lindos momentos juntas, le gustaban los vestidos pomposos parecidos a los de la época victoriana ya que con ellos se sentía como la princesa que era ante los ojos de sus padres.

Le gustaba mucho ir al pequeño mercado, al río y ver el atardecer mientras jugaba con sus muñecas. Disfrutaba de ir a la escuela e hizo un par de amigos.

Así transcurrieron rápidamente tres años de su vida.

Carrie sonrió ante su hija cuando le entregó de regalo un peluche pequeño, era un conejito blanco. Los ojos marrones de Lottie brillaron con emoción al ver el regalo sabía que su madre se lo había hecho con mucho amor.

-Gracias, Mami te quiero.

-Y yo te quiero a ti, mi pequeña Lottie.

Lottie. Así le llamó su mamá, por eso se presentaba de aquella manera. Para sentirse más cerca de ella, para que todos supieran que aquel sobrenombre le recordaba los buenos tiempos.

-Hola mucho gusto. Mi nombre es Sharlotte Elwes Owen pero todos me dicen Lottie.

A algunos les parecía divertido cuando la niña al conocer a alguien se presentaba así. Al principio su sonrisa estaba llena de felicidad, con el tiempo el sentimiento se fue inundando de nostalgia.

Ivy sonreía ante su hermano y cuñada, verlos felices era el mejor regalo que podía pedirle a la vida. A diferencia de Edward ella no estuvo interesada en las familias, se consideraba un espíritu libre.

Finalmente Lottie recibió la que siempre consideró la mejor noticia de su vida.

Muy pronto sería una hermana mayor.

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-¡Mamá, no quiero ir a la práctica de Quidditch! Susurra Albus mientras abraza más a Lottie contra su pecho. Dormido como se encuentra es ajeno a lo que ella medita.

A Lottie le parece que Albus es demasiado tierno, en sus brazos siente paz, aquella que le ha faltado por muchos años, la que no creyó que iba ser capaz de recuperar, aquel pasado que ya no puede volver pero que desea aferrarse.

Su vida cambió de un momento a otro, un día era feliz rodeada de su familia que la amaba y al siguiente estaba sola. Sintiéndose traicionada por una de las personas que más quería en el mundo. Acarició el rostro de Albus a penas sabía su nombre, su edad y que era un mago. Además que su padre era alguien famoso influyente.

No pertenecía a su mundo, no sabía dónde estaba pero no era ingenua. Se había dado cuenta que estaba dentro de una comunidad secreta, todas las personas con las que había cruzado palabras eran magos, hechiceros o brujas como los solían llamar de donde ella provenía.

Desde que formó parte de "La Organización" comprendió que los seres humanos guardaban muchos secretos, a pesar de asustarse ante lo desconocido aprendió desde joven a encubrir sus sentimientos. A diferenciar cuando corría peligro, y sobre todo a llevar una actitud divertida sin importar la situación. Quería volver a los suyos, quería saber que le habían dicho a su padre de su desaparición. ¿Acaso habían tenido las agallas de decirle lo que en verdad pasó? ¿O lo hicieron pasar como una desaparición forzada?

Dudas que le carcomían la mente durante las noches frías de invierno. ¿Su papá aún la quería? ¿O la odiaría por lo que había pasado? ¿Su hermano aún la recordaba? ¿O ya la había olvidado?

Siguió acariciando el rostro de Albus con lentitud no queriendo despertarlo, algo que no consiguió ya que notó como lentamente los ojos verdes del pelinegro se abrieron con lentitud.

Albus sonrió recordando que había dormido abrazado al lado de Lottie, creyó que había sido un sueño muy bonito pero al sentir que algo acariciaba su rostro le hacía saber que había sido real.

-Quiero pedirte disculpas. Anoche solo te tomé de los hombros y ni siquiera esperé una respuesta de tu parte. Lamento eso pero como habrás podido notar hay veces que solo hago las cosas sin pensarlo tanto.

-Como cuando nos conocimos.

-Oh, ahora comprendo porque ese señor me atacó con la ramita, lo siento ya se que es una varita. Lottie sintió el momento exacto en el cual Albus acarició su mejilla con dulzura, había dejado sus lentes encima de la mesita de noche que estaba cerca de la cama.

-Hay tantas cosas que quiero decirte y otras tantas que me gustaría aprender sobre ti. Los ojos verdes del pelinegro se posaron en sus labios los cuales estuvo a punto de besar antes de que su abuela llegara a su apartamento evitando lo que pasaría.

-Albus. Quizás no te guste saber quién soy en realidad. Sus ojos marrones se llenaron de tristeza, su corazón latía con fuerza dentro de su pecho, a pesar de que había luchado durante tanto tiempo contra las sensaciones negativas que sentía día con día, sentimientos a los cuales se resignó con el paso de los meses de que se fueron convirtiendo en años.

Albus no quiso agregar nada más cuando sin pensarlo se acercó a Lottie los ojos marrones de ella brillaron con fuerza cuando no se alejó de él, permitiéndole finalmente besarla. Un beso tierno, dulce, uno que desbordaba los más sinceros sentimientos. Rozando sus bocas mientras la estrechaba aún más contra su cuerpo.

Mientras los sentimientos cálidos llenaban el corazón de Lottie, sus recuerdos volvieron de nuevo a ella, tratando de no arruinar el momento, de compartir algo tan especial para los dos. No era su primer beso, pero eso no era importante en ese momento, todo aquello había quedado atrás. Se dejó llevar por lo que sentía.

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Lottie dio pequeños saltitos mientras jugaba con su vestido. Le llenaba de emoción ser hermana mayor. Aún recordaba cuando sus padres no quisieron explicarle de dónde vendría el bebé. Solo sabía que a su madre le estaba creciendo el estómago.

-Tía Ivy.

-Dime, Sharlotte. ¿Qué quieres?

-¿Por qué le está creciendo la panza a mi mami?

-Porque ahí está creciendo tu futuro hermanito o hermanita. Respondió la mujer con fastidio, reconocía que la única niña a la que podía soportar era su sobrina pero habían veces donde incluso ella la sacaba de quicio.

-No entiendo.

-Aun estás muy pequeña para saberlo, aunque te lo explique no lo vas a entender. Acarició su cabeza con ternura a pesar de todo la quería.

Si Lottie pudiese dar una respuesta a su yo de niña también sería ambigua para decirle las cosas. Solo puede sonreír al recordar la respuesta a su tía.

-¿Mi mami se comió una pelota de básquetbol?

Ivy estalló en carcajadas por las ocurrencias de su sobrina, a veces olvidaba que solo era una niña de seis años.

Ahora dolía tanto llamarla por su nombre, por su pronombre, por su lazo de sangre. ¿Por qué la traicionó de aquella manera?

A veces las personas en las que más confías son las que te dan los golpes más duros de la vida.

Para Lottie el nacimiento de su hermano fue en un abrir y cerrar de ojos, cuando se dio cuenta su madre y padre volvían del hospital con un pequeño bultito en sus brazos, cubierto por una pequeña mantita de color azul.

Ahí estaba su hermanito.

-Sharlotte, queremos presentarte a tu pequeño hermano, su nombre es Matt. -Dijo su padre sonriéndole- Ven te enseñaré como debes sostenerlo.

Lottie se sonrojó, sintió en su corazón una gran alegría que la llenaba en todo su ser. Olvidó por completo que quería una hermana para jugar, sentía que el bebé era demasiado pequeño; indefenso, que ahora era su responsabilidad ser la mejor de las hermanas mayores. Su padre no soltó al pequeño Matt mientras ayudaba a su hija a sostenerlo. La pequeña pelinegra estrechó al bebé muy cerca de su corazón, el mismo latía con fuerza, cuando finalmente logró tenerlo en sus brazos, el bebé abrió sus ojitos e hizo algo que nadie más esperaba en la habitación, sonrió.

-Hola Matt, yo soy Lottie, soy tu hermana mayor. Yo cuidaré de ti. Te quiero, pequeñín. Le dio un pequeño beso en la frente a ese bebé que ahora formaba parte de su vida.

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Cuando recuerda finalmente dónde está ahora, es al sentir las manos de Albus sostener su cintura mientras el lentamente trataba de levantarla. ¿Cuánto tiempo llevaban besándose? Había perdido la noción en medio de sus recuerdos.

Se alejó de Albus rompiendo el beso, en realidad no quería terminarlo, pero necesitaba respirar un poco, se recostó en el pecho de Albus en sus brazos se sentía en casa, en familia, aquel sentimiento que tenía años añorando.

En aquel lugar solo tenía a Amelia, la única que le ayudó mucho en aquellos años. Ahora tenía a Albus y por alguna razón que no podía explicar aún también sentía que podía confiar en Scorpius, en el señor Draco y en la señora Hermione.

Albus no quería que ese momento se acabara quería seguirla besando, seguirla acariciando; llegar hasta el final con ella. Incluso se imaginó que Lottie estaba en sus brazos de otra forma que lo hizo sonrojarse de golpe.

Estaba enamorado de esa mujer de ojos marrones que encontró por casualidad cuando iba a ir al callejón Diagon.

Se tomaron de las manos mientras volvían a verse a los ojos. Querían que ese momento durara una eternidad. El encanto del momento se rompió cuando Albus notó la lechuza en la ventana. Era una invitación de su madre Ginny para almorzar, en la misma le pedía que llevara a su "invitada" y a Scorpius.

Albus no entendía porque su madre lo estaba haciendo. ¿Su padre la había puesto al corriente?

-Lottie. Mi madre quiere conocerte.

Lottie sintió una presión dentro de su pecho al saber que la madre de Albus quería conocerla. Hacía muchos años que no asistía a un almuerzo sin dobles intenciones, se sintió insegura, que no daba la talla, de por sí estaba por debajo de cualquier "mago" que tuviera frente a ella, aún quedaba la respuesta del "Ministerio" ya que al parecer no estaba permitido que un ¿Cómo la habían llamado? No se acordaba pero al parecer los de su clase no podían vivir junto a los magos.

Y no los culpaba sabía que habían secretos que debían ser guardados con el más profundo recelo como la "Organización"

En medio del silencio que reinó el lugar mientras Albus se iba a cambiar para el almuerzo familiar Lottie se hizo una pregunta al terminar de arreglarse mientras sostenía su única posesión importante, un abanico.

¿Qué harían con ella al saber la verdad?

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Queridos lectores hasta aquí llegaría la actualización del día de hoy. Muchas gracias a las personas que leen la historia. :3 aunque sea solo una pero gracias por hacerlo.

Tengo una sorpresa especial. Mandé a hacer una hermosa comisión de mi querida Lottie y de Albus. El arte le pertenece a DawnDarling y será ahora la nueva portada de la historia.

Ella es muy amable y sus dibujos son hermosos, 100% recomendada quienes quieran alguna comisión pueden buscarla en redes sociales, yo la encontré en Facebook, superó todas las expectativas que tenía para el mismo. Amo como dejó a mi hermosa Lottie y a Albus. Y no tengan pena pueden hablar con ella, para cotizar precios por su hermoso arte.

Que tengan un hermoso día. El trabajo tan espectacular que hizo ella merece mucho amor, reconocimiento y muchas solicitudes también, próximamente le encargaré más trabajos a ella.

Y soy muy feliz por el resultado final.

Atentamente,

Sharlotte Soubirous.