Hola a todos, ya tengo listo el nuevo capítulo de "No Apagues La Luz Todavía" Espero sea de su agrado.

Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

No Apagues La Luz Todavía: Capítulo 6: El pasado de Lottie Parte 2.

Perdió la noción del tiempo, cuando tomaba el abanico en sus manos jugando con el olvidaba en el instante lo que hacía.

Ese era su mayor defecto, ya que a pesar de todo era lo único que había podido hacer ella sola en base a los recuerdos del que alguna vez tuvo su madre. Aunque el suyo jamás sería como el de ella.

El suyo era demasiado diferente, era mejor que nadie más que ella lo usara en todos los casos posibles. Sintió cuando tocaron a la puerta, sabía que era Albus, aún no podía creer que lo había besado, tocó sus labios cerrando por un momento sus ojos marrones recordó cuando el pelinegro la estrechó en sus brazos.

Salió de la habitación observándose una última vez en el espejo, llevaba una blusa de color azul, uno de los suéteres sencillos, arregló su cabello con su listón de color verde, acomodó sus lentes. La familia de Albus no iba a hacerle nada; si eso pasaba tomaría medidas drásticas, y por medidas drásticas se refería a salir corriendo como si la estuviera persiguiendo el diablo.

No corría peligro, sabía reconocerlo.

Lottie se siente nerviosa balbucea sin darse cuenta, solo espera que las cosas salgan bien, que no de una mala impresión ante los demás. De eso depende su reencuentro con sus seres queridos.

¿Hace cuántos años fue la última vez que estuvieron juntos en familia? ¿Cómo luciría Matt ahora? Su hermano había dejado de ser un niño hacía mucho tiempo. Ella ya no era la adolescente de 12 años que había sido tan ingenua para creer que la vida era de color rosa.

Necesitaba regresar con los suyos. Necesitaba tanto pedirles perdón por algo que a pesar de que no era culpa lamentaba tanto haber provocado.

Se abrazó a sí misma, no era momento de perder el control de sus emociones.

Realmente nunca fue un buen momento para hacerlo, quizás si no las hubiera perdido a los doce años nada de esto estaría pasando.

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Albus sonrió mientras terminaba de acomodarse la ropa, acaricia sus labios con ternura recordando el beso que le dio a Lottie. Sentir sus labios sobre los suyos es algo que jamás podría olvidar.

No conocía las intenciones de su madre, estaba seguro que su padre tenía algo que ver, normalmente almorzaba con ellos una vez por semana. Pero hoy no era el día que solía escoger. Desde que James se fue a Egipto, solo Lily quedaba en casa cuando no iba a Hogwarts, le llamaba la atención que su madre quisiera conocer a su invitada, aunque Albus quería que ella se quedara para siempre; sabía que en algún momento dependiendo la respuesta del Ministerio, era muy probable que Lottie se iría.

Dolía. Su corazón se rompía al pensar que no estarían más tiempo juntos. Si de verdad Lottie era una muggle la devolverían a su lugar de origen, le borrarían la memoria, ella lo olvidaría a él.

No podía aceptarlo, no quería hacerlo, adoraba a Lottie con todo su ser, no le importaba que llevaran tan poco tiempo juntos, solo quería estar a su lado, desde joven el pelinegro de ojos verdes aprendió a valerse por sí mismo.

Pero no sabía hacerlo en el mundo muggle, sabía que eran muy diferentes mientras los magos parecían vivir en la edad media, los muggle vivían en un mundo más moderno. Aunque no tenían magia para sobrevivir sabía que tenían tecnología, aparatos inteligentes, podían curarse sin necesidad de pociones.

No era la primera vez que se asustaba porque toda su vida fue rechazado por la sociedad mágica, pero ¿Él sería lo suficientemente capaz de ayudar a Lottie? O en el peor de los casos ¿Ella lo dejaría de lado por considerarlo un inútil?

En medio de aquellos dolorosos pensamientos se acercó a la puerta de la habitación que le asignó a la pelinegra de ojos marrones, suavemente la tocó para que ella finalmente saliera del lugar. Se aparecerían en la casa de sus padres.

Lottie le sonrió al salir mientras tomaba su mano entre las suyas, sin agregar más lo abrazó recostando su cabeza en el pecho de Albus, podía escuchar los latidos acelerados de su corazón.

Ella debía ser fuerte por los dos. Siempre lo fue por los que la rodeaban; esta no sería una excepción.

-Estoy lista, ya podemos irnos. ¿Cuál es el camino más rápido para llegar? ¿Iremos caminando, en vehículo o en transporte público? Lottie preguntó sonriendo sin comprender porque Albus la observaba sin saber que responder con seguridad.

-Mi escoba está en el taller. Lo más viable es que usemos la red de polvos flu.

-¿La que? ¿De que? Aunque trataba de entender en realidad sentía que Albus le hablaba en otro idioma.

-Es un medio de transporte común que usamos. Tengo que lanzar los polvos dentro de la chimenea, decir con claridad a que lugar vamos, luego entrar en ella mientras nos envuelven las llamas de color verde y estaremos en el lugar que yo diga. Solo sujétate fuerte para no lastimarte al salir. ¿Me entendiste? Preguntó el azabache esperando una respuesta de quién estaba a su lado, la tomó de la mano, si era la primera vez que usaría el medio le ayudaría para que no se lastimara.

-Con que eso fue realmente lo que pasó.- Se dijo a si misma sin agregar nada, aunque quería preguntar tantas cosas- Al ¿Qué pasa si alguien entra a la chimenea sin decir a qué lugar va con exactitud?

-La red flu lo transporta de todas maneras, pero puede que lo lleve al primer lugar que se asemeje a lo que uno busca.-Albus tomó un puñado de polvo lanzándolo a la chimenea agregó- Por favor llévame a casa de mis padres. -Sonrió al ver las llamas verdes que iluminaban la chimenea de su apartamento- ¿Estas lista para irnos?

Lottie asintió sujetándolo de su mano derecha, trataría de no gritar esta vez. De igual manera haría todo lo posible por no salir expulsada de la chimenea como la ocasión anterior, no quería llenarse de polvo las manos de nuevo.

El primero en entrar fue Albus quién sostuvo a Lottie con su mano mientras ella se acercaba a la chimenea, solo esperaba no dar una mala impresión.

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-Tía Ginny, ¿A quien esperamos? Preguntó un chico de cabello rubio, ojos azules que se hallaba sentado en la mesa principal del comedor. Le llamaba la atención que su Tía Ginny preparara 5 lugares para comer. James aún no volvía de su viaje en Egipto y Lily aún estaba en Hogwarts.

-Tu primo Albus viene con una persona que está hospedando en casa.

-¿Y el tío Harry?

-Harry no vendrá a almorzar con nosotros hoy, él tiene trabajo extra. Ginny tenía más de 30 años de conocer a su esposo, así que ella era la persona que más intuía lo que el Hombre que Vivió sentía o pensaba.

Desprecio en su máxima expresión. Pero no a su hijo del medio con el cual había tenido problemas desde niño, a los cuales ella nunca intervino, si no a quien fuera su compañía. Una "Horrorosa Mujer" como la había llamado su esposo al llegar por la noche a su hogar, ella solo lo escuchó refunfuñar contra una tal señorita "Elwes" que no lo había idolatrado a morir, que había sido grosera con el e incluso había dudado de su madurez.

Ginevra desde ahí se interesó por conocer a dicha persona. Desde que Voldemort, el único, el más grande enemigo de su esposo y de la comunidad mágica había muerto muchos años atrás, no había conocido a alguien que en tiempos recientes Harry desaprobara tanto, quería comprender la razón por la cual le pasaba esto al hombre que amaba con todo su ser.

¿Qué había hecho la Señorita Elwes para ganarse el desprecio de su esposo?

-¿Y el otro lugar para quien es Tía?

-Es para Scorpius, el mejor amigo de Albus. Le envié una invitación a él personalmente. Ginny sabía que su hijo olvidaría invitarlo.

Las llamas verdes inundaron la chimenea mientras la pelirroja y el rubio vieron dos figuras aparecer entre las mismas. Albus y su acompañante habían llegado.

Lottie se sorprendió al ver que ya estaban dentro de la casa, tal y como le pasó la primera vez, Albus ya le había explicado la manera correcta de sostenerse para no salir expulsado de la red flu. Eso explicaba porque ella había caído contra el suelo cuando hizo su llegada inesperada a ese mundo. ¿Quién podría culparla por haber creído que iba a morir quemada viva en la misma? Jamás se habría imaginado que existían seres similares a ella con habilidades mágicas.

Cuando el humo se dispersó fue que notó a una mujer mayor de cabello rojo. ¿Sería ella la madre de Albus? Los nervios por conocerla aumentaron, sin darse cuenta comenzó a jugar con un pequeño mechón de su cabello, ignoró por completo al joven rubio presente quien se ruborizó al verla.

Estaba pensando en hacerle una broma a su primo, había escuchado a su tío decir que Albus estaba hechizado por una anciana. Se imaginó a una tierna viejecita con bastón llena de verrugas, ya tenía todo planeado los saludaría diciendo:

-Albus, no me dijiste que irías con James a Egipto, tal parece que te gustó la cultura Egipcia.

-¿Por qué lo dices? Imaginaba que el le respondería.

-Es que trajiste algo contigo que pertenece a un museo. ¡Te gustan las momias! ¡Jajaja!

Su imaginación concluía con la mujer alzando su bastón tratando de golpearlo.

Pero ante él no estaba ninguna anciana.

Y las palabras bromistas murieron en su garganta.

Albus tomó a Lottie de la mano, se sentía protegido al hacerlo, tenían muy poco tiempo de estar juntos, pero el ya la consideraba su novia, era demasiado atrevido al reconocerlo pero era la verdad, en una ocasión su abuelo Arthur le dijo que la primera vez que vio a la abuela Molly supo que estarían juntos toda su vida. Su amor fue a primera vista. Y lo mismo le había pasado a él. Una segunda estela de fuego verdoso inundó la chimenea, Scorpius salió caminando de la misma, miró a su mejor amigos sostener a la mujer de la mano; sonriendo con cortesía a todos, saludó a los presentes.

Ginny se presentó a si misma como la madre de Albus y esposa de "El Hombre que Vivió" notó confusión en los ojos marrones de la mujer quien al percatarse que no sería agredida se relajó. Era mayor que los tres varones presentes pero mucho más joven que la mujer adulta.

-Mucho gusto Señora Potter. Mi nombre es Sharlotte Elwes. Pero usted puede decirme Lottie.

-¿Cuántos años tienes? No parece que hayas conocido a los chicos en Hogwarts.

-¡Mamá! Los ojos verdes de Albus demostraban lo frustrado que estaba en ese momento. Su padre lo había sacado de quicio la última vez. Esperaba que su madre no cometiera los mismos errores.

-Tengo 28 años, Señora Potter.

El silencio reinó en aquel instante, Ginny no podía encontrarle nada malo a la chica frente a ella. Era más grande que Albus, pero eso no tenía nada de extravagante. Su hijo ya era un adulto que sabía que hacer y que no.

¿Qué era lo que despertaba el desprecio de Harry?

-Entiendo. Tomen asiento vamos a comer, y después podremos charlar para conocernos mejor. Indicó finalmente para que todos estuviesen cómodos.

Aquella convivencia le recordaba a su anterior hogar, la señora Ginny no era una idiota como su esposo. La comida era exquisita, hasta que le dio una mordida a una galleta con chispas de chocolate, la saboreó pero lo que no había comido de la misma se dedicó a mirarle, la sensación de nostalgia se alojó dentro de su pecho.

Dolía por dentro.

-¿Sucede algo señorita Elwes? Preguntó Ginny al notar que solo veía la galleta.

-Esta galleta sabe igual a las que hacía mi madre.

-Las preparó mi abuela Molly. Exclamó el rubio de ojos azules tratando de llamar su atención.

-¿Y tú eres? Preguntó Lottie notando finalmente que eran cinco los comensales presentes, le dio un poco de pena el haber ignorado al joven. ¿Sería el hermano de Albus?

-Soy Louis Weasley.

-¿Weasley?

-Soy primo de Albus, mi padre y la madre de él son hermanos.

-Entiendo. Mucho gusto joven Weasley. -Sonrió observando la galleta a medio comer en su mano -La Señora Molly cocina delicioso. Susurró cerrando por un breve momento sus ojos como si pudiera volver a vivir el momento.

De nuevo se sumergió en los recuerdos de su pasado tan lejano, tan cercano, tan ausente.

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Los primeros dos meses de vida de su hermano siempre serían los mejores recuerdos que tenía de esa época, se sentía orgullosa de ser una hermana mayor que ayudaba a su madre a cuidar a su hermanito. Tan pequeño e indefenso.

Le gustaba mucho ser la denominada hermana responsable. Ayudaba como siempre en casa, le agradaba ver a su madre cantarle canciones de cuna al pequeño Matt.

Se hallaba ansiosa por ir a estudiar tenía una exposición sobre los colores, a Lottie le llamaba la atención la clase de arte. Le gustaba tomar su lápiz y dibujar, le apasionaba pintar con sus crayones.

-Lottie. Escuchó la voz de Carrie, llamándole con cariño.

-¿Si, mamá?

-Ven un momento, por favor.

Obedeció en el acto sin saber porqué, como si algo intuyera su pequeño cuerpo. Su madre acarició su cabeza lentamente mientras le depositaba un pequeño beso en la frente.

¿Por qué esta muestra de cariño era diferente a las que le había dado antes?

-Sharlotte, mi niña, mi pequeña Lottie. Piensa que mamá está y estará siempre contigo. Que sin importar lo que pase mi amor por ti será eterno. Te amo, siempre lo haré.

-¡Oh mami! Que tierna eres. Nos vemos más tarde. Salió corriendo sin mirar atrás, ni siquiera pensó en devolverle el beso o el abrazo a su madre.

Ese día regresó más temprano de la escuela, entró saludando a su madre, mientras ella lavaba los platos, prometió ayudar con lo que le faltaba realizar en casa, dio la vuelta para cambiarse el uniforme escolar cuando escuchó que algún objeto de vidrio caía al suelo rompiéndose en pedazos, después sabría que fue una taza, para finalmente oír que algo pesado caía al suelo.

Regresó preocupada a la cocina, no sabía que hacer al notar a su madre, inconsciente en el suelo.

-¿Mami? Preguntó sin obtener respuesta.

Los llantos de su hermano menor le hicieron despertar de el letargo en el cual había quedado sumergida en aquel momento.

-¡Matt!

Corrió subiendo las escaleras, tomó a su pequeño hermano en brazos, trató de tranquilizarlo sin éxito, lo estrechó contra su pecho mientras lo cubría con una pequeña sábana para finalmente salir corriendo de la habitación, tenía que encontrar a alguien que ayudara a su mamá.

Llegó hasta la casa de una vecina, su hermano seguía llorando mientras ella trataba de mantener la calma, tocó la puerta lo más fuerte que pudo hasta que una mujer de mediana edad apareció frente a ella.

-¿Sharlotte? ¿Sucede algo? La mujer supo que algo malo había pasado al ver como Lottie contenía las lágrimas mientras el pequeño Matt seguía llorando.

-Mi mami está desmayada en el suelo de la cocina, no se puede mover. ¡Por favor, ayúdenme!

Tenía que ser fuerte, algo dentro de su pecho le decía que debía serlo.

Nunca le quedó claro lo que pasó ese día, solo puede recordar que la vecina se encargó de llamar a una ambulancia, a su padre y a su tía.

Su tía llegó a recogerla junto a su pequeño hermano a quien finalmente Lottie logró tranquilizar, los llevó a la casa, les dio un baño con agua caliente, les dio de comer, esperó un tiempo prudente para mandarlos a dormir por esta noche ella los cuidaría.

-¿Tía Ivy?

-¡Sharlotte! ¡No te levantes de la cama! Debes volver a descansar.

-¿Dónde están mis papitos?

-En el hospital. Pronto volverán.

Cerró los ojos tratando de dormir, creyendo en las palabras de su tía. Nunca más volvió a ver a su madre, su padre regresó llorando, destrozado como nunca lo había visto antes.

Según le explicó su tía, y que le tomó un par de meses comprender era que su madre había sufrido un derrame cerebral mientras hacía sus quehaceres. Carrie luchó toda la noche por su vida, pero no había logrado sobrevivir la noche.

Su madre no volvería. Lo único que quedaba eran sus cenizas en una urna que ahora estaba enterrada en el cementerio.

Se arrepentiría por muchos años el no haberle dicho esa misma mañana que la amaba, también se reprochaba el no haberla abrazado creyendo que la vería otra vez. Solo recordaba que las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos marrones deslizándose por sus mejillas, gritó hasta sentir que no podría hacerlo más. Inconsolable como se encontraba llegó a caer hincada en el suelo de su recámara.

Su mami había muerto, Lottie jamás se portó mal a su parecer. ¿Por qué la habían castigado quitándole a su amada madre?

¿Cómo le explicas a una niña pequeña que ella no es culpable del ciclo de la vida?

Edward Elwes, aunque sentía que su mundo se caía a pedazos, sabía que no podía rendirse, tenía a dos pequeñas personas que seguían sus pasos.

Sus amados hijos que eran lo único que le quedaba de Carrie, por ellos debía luchar hasta que fueran hombre y mujer de bien.

Ivy fue la única que se sentía fuera de lugar, creyó que su hermano le pediría cuidar de sus hijos, aunque fueran sus sobrinos, no pudo esconder el asco que le daba tener que cuidar a dos mocosos que no eran suyos.

Agradeció que al final no le tocara cuidarlos.

Ese solo fue el inicio de lo que al final se convertiría Ivy Elwes.

Lottie seguía sin comprender porque ya no tenía mamá, su papá tuvo que solicitar un empleo en casa para cuidar tanto de ella como de Matt, cuando se cumplió un mes del deceso de Carrie, Lottie fue al cementerio llevó una pequeña cartulina donde se podía leer lo siguiente: "Mami, te extraño, vuelve a casa" "Mami, te amo" la dejó encima de la lápida, no fue consciente de cuánto tiempo se quedó frente a la tumba de su madre, se quedó dormida, reaccionó cuando su padre sumamente preocupado la encontró ahí.

Se abrazaron y lloraron frente a la tumba. Lottie prometió ese día que jamás volvería a preocupar a papá, que sería la mejor hermana mayor para Matt.

Hubiera querido cumplir esa promesa.

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Lottie no se da cuenta que una lágrima se ha deslizado de su ojo izquierdo, solo pudo regresar a su realidad cuando sintió la mano de Albus en su rostro limpiando con dulzura ese pequeño rastro de dolor.

Nota la preocupación de quien considera su novio, aunque él no le haya propuesto nada, de su suéter saca el abanico que le ha acompañado desde los 12 años. Tiene que calmarse, tiene que comportarse.

Es lo único que puede hacer, no se puede romper, no puede llorar, no debe hacerlo.

Albus la abraza, ella recupera su serenidad en el instante, sonríe en silencio, aunque no pretende arruinar el momento, es tarde, acaba de dejar una mala impresión para la señora Potter.

-¿Qué sucede? La pelirroja interroga al notar que la chica sin poder decir nada se aferra a su hijo con fuerza. Corrobora lo que su corazón de madre ya intuía.

Su hijo está enamorado, es correspondido con plenitud.

-Solo recordé a mi madre, ella falleció cuando yo era una niña. Disculpen mi comportamiento en estos momentos.

Louis es el primero en cubrir su boca con sorpresa mientras Scorpius desde lo más profundo de su alma comprende a Lottie. El no hace mucho tiempo que perdió a su madre, Astoria Malfoy. Ginny siente un escalofrío recorrer su cuerpo, siente culpa.

No debió pedirle a su madre que hiciera ese tipo de galleta a la manera muggle, debieron hacer los tritones de jengibre.

Se escucha el cerrojo de la puerta ser abierto por un Alhomora, Harry ha regresado a su hogar. Para nadie pasa desapercibido las dos miradas que se encuentran en casa. Harry observa a la visita con asco y Lottie lo imita con burla al sentirse menospreciada.

Albus ya tomó una decisión, nadie lo haría cambiar de opinión, ni siquiera su padre.

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Queridos amigos hasta aquí llegaría el capítulo de hoy. Muchas gracias por sus comentarios. Honestamente estoy muy emocionada por retomar está historia que guardé muchos años en lo más recóndito de mi mente y corazón. Este es el capítulo más largo de la historia, cabe resaltar que originalmente estaba narrada en primera persona, pero el cambio nuevo le ha sentado de maravilla.

Muchas gracias por leer cada actualización.

Que tengan un lindo día.

Atentamente,

Sharlotte Soubirous.