Hola a todos, ya tengo listo el Capítulo 7 de "No Apagues La Luz Todavía".
Siendo sincera estoy muy nerviosa de escribir lo siguiente ya que este capítulo es el más importante sobre el pasado de Lottie, se ve una pequeña parte de su más grande secreto y el porqué no está con su familia.
Quiero agradecer a todos los que han estado conmigo desde que empecé a reescribir la historia. Si, está historia yo la tengo terminada desde que tenía 12 años, lamentablemente perdí el cuaderno donde estaba escrita la misma.
Ha tenido algunos cambios, me gusta como ha quedado el resultado final.
Sin más que decir disfruten del capítulo.
Advertencia 1: Violencia.
Advertencia 2: Lenguaje Vulgar.
Advertencia 3: Daño emocional.
Advertencia 4: Muerte de un personaje.
Harry Potter le pertenece a JK Rowling.
No Apagues La Luz Todavía: Capítulo 7: El Pasado de Lottie Parte 3
Harry no podía creerlo, se había tardado más tiempo del habitual para llegar a su casa con la esperanza de que ella ya no estuviera ahí.
Pero seguía estando presente, sentada en una silla mientras aún estaban comiendo. Sentía tanta repulsión al verla, el sentimiento era mutuo, lo podía ver en sus ojos marrones.
Sin siquiera saludar a su familia e invitados, se acercó directamente a la mujer que al notar que se dirigía hacia ella se levantó con rapidez de la mesa.
-¿Qué haces aún aquí? No eres bienvenida.
-¡Papá!
-¡No te metas Albus! Ni siquiera es contigo esta conversación.
-Primero que nada, Buenas tardes señor Harry Potter. ¿Cómo está? De malas al parecer. Yo estoy bien gracias por preocuparse por mí. Le sonrió con burla sin dejarlo hablar en ese momento.
-No tengo porque soportar esto.
-¿Acaso cree que yo si tengo que hacerlo? Me parece que tenemos que aprender a llevarnos bien.
-¿No tienes otro lugar donde irte? ¡En la casa de los Potter no eres ni serás bienvenida!
Scorpius trató de decir algo al sentirse indignado por el trato que estaba recibiendo la pelinegra, Louis lo tomó del brazo evitando que interviniera en lo que estaba pasando. No le gustaba la actitud de su tío con la "Amiga de Albus" para él eso era, quería creerlo con todas sus fuerzas.
-En realidad sólo íbamos a comer. Las galletas que hizo su suegra me recuerdan a mi familia. Cuando se dio cuenta había hablado de más, eso no tenía porque saberlo el padre de Albus. Sonrió porque eso era lo mejor que sabía hacer.
-Claro te han de recordar lo pobretones que debieron haber sido y que sólo eran felices con las sobras de los demás. Harry cruzó los brazos sobre su pecho al terminar de hablar.
Los ojos marrones de Lottie demostraban lo que sentía en aquel momento, ira contenida. Si algo no le permitía ni a los más allegados de su vida era burlarse de su familia. Su sonrisa sardónica desapareció en el instante, Harry había encontrado su punto débil e iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos para provocarla.
-¿Qué fue lo que dijo?
-No hagas como que no me escuchaste. Si estás lejos de tu familia, es porque ellos te desprecian. Quizás tu madre se avergüenza de ti y tu padre no quiere saber nada, debe sentir asco al ver en lo que te has convertido. Eso es lo que opino de alguien que es una simple muggle tan inútil y tan poca cosa como tú.
Dolía. Por dentro su corazón estaba roto, porque el Señor Potter le estaba gritando con fuerza sus mayores temores, sabía que si su madre estuviese viva ella hubiera sido la primera en apoyarle. Su padre hubiese hecho hasta lo imposible para que sus errores fueran corregidos. Pero decirle sin saber nada de su vida, que ellos la despreciaban le colmaba la paciencia.
El entrenamiento que duró años se estaba tirando a la basura en ese momento si el Hombre que todos parecían conocer menos ella no se callaba en aquel instante, no iba a poder controlarse, eso la asustaba, no debía perder el control, apretó aún más fuerte su abanico en su mano izquierda.
-¡Padre ya basta! ¡No te voy a permitir que la ofendas más! La voz de Albus reclamando hizo que ambos lo observaran, el azabache menor sabía que para Lottie era doloroso que le hablaran de su madre.
Una mujer que el ya no tendría el gusto de conocer personalmente.
Harry ignoró por completo a su hijo, porque ni siquiera el iba a detenerlo. Antes de seguir atacando de manera verbal a quien tenía en frente, notó que Lottie suspiró con fuerza mientras arreglaba sus lentes, tomó del brazo a Albus, vio directamente hacia los ojos verdes de Harry y exclamó:
-¿Ya terminó? Disculpe Señor, me encantaría quedarme más tiempo aquí, pero siento decirle que jamás pedí su opinión.
-¿Qué acabas de decir?
-Que todo el mundo puede ser estúpido alguna vez, pero usted abusa de ese privilegio.
A Harry Potter esa frase le hizo perder todo el autocontrol que poseía, nadie se atrevía a llamarlo de manera tan despectiva saliendo bien librado de castigo.
-¡Desgraciada! ¡Infeliz! ¡No te voy a permitir que sigas siendo grosera conmigo! Alzó su mano derecha dispuesto a abofetear a quien en ese momento era una invitada en su casa.
Lottie hizo a un lado a Albus para evitar que el mismo pudiera intervenir, levantó el brazo procurando no lastimar aún al azabache mayor con rapidez sujetó la mano derecha de Harry apretando con fuerza su antebrazo aprovechó el momento para sacar su abanico, estirarlo para finalmente colocarlo en la garganta de "El Hombre Que Vivió" hizo presión pero no la suficiente como para doblegar al hombre al suelo.
Aunque estaban en una posición en la cual el adulto podía empujarla, Harry no pudo hacerlo, se sintió amenazado cuando observó que los ojos marrones de Lottie estaban dirigiéndole una advertencia silenciosa. El abanico ni siquiera le estaba haciendo daño pero le daba la sensación de que si se movía solo un poco iba a terminar con el cuello partido en dos. Podía sentir el toque suave de la mano de ella en su antebrazo.
-Señor Potter, No se qué cualidades pueda tener que compensen esa actitud que tiene. Simplemente estoy cansada de su arrogancia. ¿Se da cuenta de que la gente solo lo tolera por interés? Sus berrinches no son actitudes de alguien de su edad.
Estaba atrapado. No sabía que decir.
Ella se estaba conteniendo.
El pelinegro mayor sabía que su varita estaba en el bolsillo de su túnica, podía alejarla de el con un Expelliarmus o un Stupefy pero sentía que no podía moverse. Por un momento, un instante, le pareció verse a sí mismo de pequeño cuando aún dormía bajó las escaleras de la casa de sus tíos, sintió que Lottie le representaba y que él en ese momento representaba a su tío Vernon.
Los patrones de violencia eran hereditarios.
Lottie dejó de hacer presión en el antebrazo de Harry cuando finalmente notó que todos le observaban, si hacía su siguiente movimiento Albus la iba a odiar, debía irse de ahí, o se arrepentiría después si realmente llevaba a cabo lo que quería hacer. Lo soltó mientras el pelinegro mayor le dirigió una mirada llena de temor mezclada con asco.
Llevaba años de entrenamiento para evitar este tipo de situaciones, si tan solo alguien la hubiera detenido años atrás quizás ni siquiera estaría presente en ese lugar, quizás estaría viajando o podría haber estudiado lo que quería en realidad.
Suspiró, cerró los ojos un breve momento. Necesitaba calmarse, no salirse de la rutina.
Aquella vez actuó por imprudencia y lo único que consiguió fue que la situación se saliera de sus manos, misma que hasta la fecha le sigue cobrando el precio de su error.
Debía ser lo que siempre se le enseñó en la organización; alguien que evitara los conflictos, a menos que no quedara otra salida.
-Lamento mucho que hayan presenciado esto. Muchas gracias por todo señora Potter. Y a usted le exijo que sea la primera y única vez que habla cosas que no conoce. No prometo ser cortés la próxima ocasión que intente ponerme una mano encima. -Amenazó a Harry quien por primera vez en años desde que Voldemort fue derrotado sintió temor hacia otra persona- Me retiro, que pasen buenas tardes. Salió de la casa sin siquiera tocar la puerta, la misma había quedado abierta desde que el Patriarca Potter entró a su casa.
Miles de preguntas llenaron la mente de Harry.
¿Por qué alguien tan indefensa podía provocarle tanto terror con solo mirarlo?
¿Quién era realmente esta mujer que había embrujado a su hijo menor?
¿Por qué sentía tanto desprecio por alguien que simplemente no lo conocía en realidad?
El Hombre que Vivió debía dejar sus pensamientos de lado al ver como los ojos verdes del único hijo que los había heredado lo veía con frustración, enojo y dolor por lo que acababa de pasar.
Finalmente reaccionó, el estuvo a punto de golpear a una persona que solo se estaba defendiendo de su ataque, había actuado exactamente igual que sus tíos con él.
Se había convertido en lo que juró nunca ser.
Pero no podía evitarlo, la mujer no le agradaba. Así como él era considerado arrogante a ella le veía como un estorbo alguien que sobra en su entorno.
Alguna vez el fue criado por muggles, descendía de los mismos por parte de madre, pero no encontraba explicación de tal repulsión.
Harry no quería reconocer que su negación se debía a que esa persona era mayor que Albus. No quería que lo volvieran a engañar. Además esa mujer llamada Lottie estaba demasiado anciana para ser la pareja de Albus. ¡Bien podría ser su hermana mayor!
¿Pareja? Ni siquiera había bebido, la ira le hacía imaginar que salían.
-¡Padre! Tenemos que hablar. El tono frío que usó Albus para hablarle le hizo saber que se había equivocado.
Otra vez estaba sintiendo que su relación de padre e hijo se estaba rompiendo una vez más.
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Sin tener un lugar fijo comenzó a caminar, estaba segura que se perdería por segunda vez, no podía regresar con Albus por lo que había pasado, el hombre era su padre, ella lo había amenazado indirectamente.
Tantas despedidas en su vida, las que más le dolían eran las que no habían podido ser posibles. A los que nunca más volvió a ver.
Pudo ver un parque en la lejanía recordó que de pequeña le gustaba subirse a los columpios mientras su padre la empujaba para poder balancearse en el mismo.
Ya no era más una niña notando que el lugar estaba desierto, se sentó en el columpio más grande, balanceándose por su cuenta, sintiendo el viento en su rostro pensando en su pasado.
Casi rompió a llorar al reconocer que no era la mejor persona del mundo, ni siquiera era la indicada para que sus peticiones fueran escuchadas. Pero sus ojos marrones con sorpresa vieron a una hermosa mujer rubia frente a ella. Detuvo el juego temiendo ser regañada, era una adulta usando cosas de niños.
-No tienes porque detenerte. Fue la respuesta de la enigmática mujer.
-Se que es un juego para niños pero… Estuvo a punto de levantarse, estaba cansada de los problemas del día de hoy.
-Es divertido balancearse. Agregó para finalmente sentarse con ella e imitar su acción.
Lottie le sonrió a la desconocida sin bajarse del columpio, volvió a cerrar sus ojos al sentir el viento en su rostro moviendo sus cabellos. No todos eran como el Señor Potter.
No todos eran tan malditos como su tía. Como la mujer que alguna vez le hizo creer que la quería y en la primera oportunidad que tuvo le dio la espalda. Habían veces donde deseaba que las cosas no hubieran pasado como ocurrieron. Pero en medio de ese dolor que llenaba su pecho, sonrió porque ahora tenía a Albus con ella. Sus ojos verdes era lo que más le gustaba de él.
Los recuerdos la hicieron viajar en el tiempo.
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Los primeros meses después de la muerte de Carrie fueron los más difíciles para Edward. Se vio obligado a dejar la oficina donde trabajaba tiempo completo, solicitó trabajo desde casa ya que debía cuidar a su hijo pequeño, debía velar porque Lottie continuara su vida escolar.
No iba a dejarlos solos, no podía ser egoísta y dejarle todo el peso del hogar a su pequeña hija que a penas tenía 6 años, aunque Lottie hacia todo lo posible por aminorar la carga de su padre. Suficiente habían tenido con todo lo que había pasado en ese año.
Ivy observó a su hermano en silencio sintiéndose asqueada por la situación, lo único bueno de todo, era que ella no estaba obligada a cuidar a los dos mocosos que tenía por sobrinos.
Los amaba a su manera. Siempre y cuando no tuviera que hacerse cargo de ellos.
Una noche fría de diciembre se dio la siguiente conversación.
-¿Papi? Los ojos marrones de Lottie veían a su padre fijamente, estaba avergonzada.
-¿Sucede algo mi amor? Preguntó el temiendo que algo le hubiese pasado, una pesadilla o un dolor de estómago.
-Si. Estaba pensando si era mejor dejar de estudiar para ayudarte con mi hermanito.
-No. No dejarás de estudiar. Necesito que aprendas mucho. Al volver de la Escuela, cumplir con tus tareas es que me ayudarás con él. Es mi última palabra.
El primer año pasó con lentitud para aquella familia, Edward arreglaba autos, llevaba facturas contables, todo en la comodidad de su hogar mientras velaba por el bienestar de sus dos hijos.
Sus dos hijos eran sus pilares, estaba dispuesto a sacrificarse por ellos, los amaba con cada latido de su corazón.
Así pasaron los años, Lottie tenía ya 12 años y Matt 5 años. Adoraba ver cómo su pequeño hermano hacía rabietas cuando ella lo llamaba con su sobrenombre odiado por él.
-¡Pequeñín!
-Hermana, no me digas así. ¡Algún día yo seré más alto que tú y la pequeñín serás tú! Matt le sacó la lengua a Lottie mientras ella solo reía.
-Faltan muchos años para ver eso, mientras tanto seguirás siendo mi pequeñín. Respondió tocando su nariz con suavidad.
-Lottie, volveremos pronto, llevaré a tu hermano al doctor para su revisión anual. Así que tendrás que ir sola a la escuela.
-Claro papá. ¿Nos vemos en la tarde para almorzar?
-Si, mi amor.
Los tres sonrieron compartieron un abrazo en silencio sin saber que no se volverían a encontrar en el mismo lugar.
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Lottie se cruzó de brazos ante el letrero que estaba en el portón de la escuela.
¡No habían clases y ningún maestro dijo nada al respecto! No era la única que veía con molestia la cartulina de color blanco.
Debía volver a casa, para anticipar el almuerzo, tomó su mochila mientras caminaba de regreso a casa.
Llegó a la misma, sin saber lo que pasaba dentro de aquellas cuatro paredes, su destino estaba a punto de cambiar para siempre.
Entró sin hacer ruido, solo pudo escuchar los gritos desesperados de su tía, su ropa estaba rota mientras aquel hombre estaba sobre ella tratando de violarla. No lo pensó dos veces tomó el bate de béisbol de Matt acercándose detrás de aquel hombre.
-¡De ahora en adelante serás mi puta personal! ¿Me escuchaste Ivy?
Ivy solo gritaba pidiendo ayuda, creyendo que sería imposible que alguien llegara para salvarla, Edward había llevado a Matt al doctor y Lottie no volvería de la escuela en un par de horas más.
-¡Déjame en paz!
-¡Jamás! ¡De ahora en adelante…!
El hombre no prosiguió hablando, un fuerte golpe se escuchó en la casa, el mismo quedo "inconsciente" encima de la mujer, Ivy no entendía que había pasado hasta que vio a su sobrina parada detrás de ellos con el bate en sus manos, mientras el mismo tenía sangre en la parte superior.
¿Por qué su sobrina estaba ahí? ¡Debía estar en la escuela! ¿Acaso se había fugado?
Lottie estaba temblando frente a su tía, ella solo había hecho lo que su instinto le decía que hiciera, lo único que pudo hacer ante el miedo fue tomar con más fuerza el juguete de su hermano.
No había medido su fuerza al golpearlo, varias veces le habían dicho que era demasiado brusca al golpear. Creyó que las personas exageraban pero ahora comprobaba que no le mentían.
-¡Alto! -Exclamó un oficial de policía apuntando con su arma de fuego a la adolescente presente, el mismo había escuchado los gritos de la mujer, al ver la puerta abierta entró con cuidado de no ser visto ni escuchado fue el único testigo de cómo Lottie había golpeado con fuerza al sujeto en la cabeza, aún estaba aferrada al "arma" que tenía sangre aún fresca en la misma- ¡Baja el arma!
Lottie tenía un mal presentimiento, algo muy malo había hecho. El oficial tocó el cuello del inconsciente, verificando sus puntos vitales. Confirmó lo que había pasado.
-Este hombre está muerto.
Culpa y remordimientos fueron los que llenaron los pensamientos, el corazón de Lottie quien al escuchar lo que le decían, soltó el bate que cayó directo al suelo, cubrió su boca con sus manos las cuales vio horrorizada.
Eso no podía estar pasando, eso no pudo pasar, ella no era una asesina.
Lottie solo quería ayudar, solo quería evitar una tragedia, ella no quería ver a su tía sufrir.
-¡No te muevas! ¡Quedas bajo arresto, tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas puede ser usado en tu contra! Siguió apuntando con su arma dispuesto a disparar si ella daba un movimiento en falso.
-Yo… Yo… solo quería protegerla.
-¡Todo lo que digas puede ser usado en tu contra! Se acercó a ella sin dejarle de apuntar con el arma para evitar que huyera, un paso en falso que diera la menor y no duraría dos veces en disparar.
-Pero, señor…
Ivy decidió que debía intervenir, Lottie no debía ir a la cárcel, quitándose el cadáver de encima con esfuerzo, se logró colocar de pie.
-¡Sharlotte, ve a tu alcoba! Exclamó tenía que pensar en algo para evitar que su sobrina pisara la cárcel.
-Tía… Sus ojos marrones estaban llenos de lágrimas, sentía que la cabeza le iba a estallar por el dolor, su corazón latía con fuerza por el miedo que experimentaba.
-¡Que vayas te digo!
No intentó replicar más corrió directo a su habitación, encerrándose en la misma, no pudo evitar llorar mientras se lanzaba a su cama, cubriendo su rostro con la almohada para que los gritos no pudiesen ser escuchados.
No sabía que pensar. Ella no era mala, no era una asesina, ella no quiso matarlo, solo quería detenerlo.
¡Su padre! ¿Qué le diría su padre al saber lo que había hecho? ¿Qué pensaría Matt de su hermana mayor? Aunque fuera un niño pequeño, estaba segura que su pequeñín podría rechazarla.
No quería sentir el rechazo de lo único que le quedaba, de lo más importante de su vida: su amado padre y su querido hermano. Llorando, rota como se sentía, trató de darse consuelo abrazándose a sí misma.
Sin saber la conversación que mantenían su tía Ivy y el oficial en el lugar de los hechos.
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-Señora, debo llevarme a su sobrina. El que esté buscando maneras de detenerlo no evitara mi cometido.
-¡Ella es una niña!
-Cometió un homicidio involuntario.
-No se la lleve a la cárcel.
-A decir verdad no es esa la propuesta que tenemos para ella. Sonrió con cinismo al decir aquella oración.
-¿Qué?
-Señora su sobrina es un verdadero prodigio, solo vea lo que causó con un golpe. ¿Se imagina usted lo maravilloso que sería si estuviese entrenada en el arte del sicariato?
Ivy estaba asustada, ¿Habría una salida fácil ante esto? No podía permitir que supieran que su amor por el dinero fácil le había llevado a esta situación.
-Señora, si me llevo a su sobrina a la estación tendrá que estar recluida un tiempo en lo que un juez decide su condena. Al ser un homicidio involuntario enfrentaría desde la absolución hasta una condena de 20 años en prisión. ¿Quiere arriesgarse? Si tiene suerte la podrían absolver del crimen, si no la condena más suave sería 5 años de prisión además, el padre e inclusive usted podrían ser sancionados por permitir este tipo de actividades ilícitas.
-Yo no soy culpable de lo que hoy pasó, jamás le pedí que me defendiera. Ivy reconocía en su mente que era una mala agradecida con Lottie, pero ella no iba a pagar las consecuencias de sus actos.
- Por otra parte si usted me permite llevármela le ofrecería una mejor vida a la niña. No enfrentaría la cárcel, además que las ganancias que pueda recibir en la organización sería una parte para ella y la otra para usted.
-¿De cuánto estamos hablando?
-Ya nos estamos entendiendo. Le propongo deshacerme de la evidencia. Es decir llevarme a este cadáver, el arma homicida y a su sobrina. Puedo hacer pasar la muerte del sujeto como un accidente, con la pequeña Sharlotte podemos fingir que se trató de un secuestro.
-¿De cuánto estamos hablando? Repitió la mujer quien tratando de complacer su avaricia creyó que hacía lo mejor para su sobrina.
-En este momento puedo darle 1,000 euros. Lo demás se irá depositando en una cuenta después de que ella haga los "trabajos"
-Trato.
Con aquella palabras selló el destino de su sobrina, al menos sacaría algo de provecho con la venta.
En ese momento Ivy no entendía que estaba condenando a la familia de su hermano al dolor.
Se había quedado dormida en la cama sin saber cuánto tiempo había pasado. Incluso creyó que todo era un sueño. Pero al notar que tenía el uniforme puesto se dio cuenta de su realidad, había matado a un hombre.
Y las consecuencias de sus actos la estaban acechando, la puerta fue botada con brusquedad mientras dos hombres la sujetaban de los brazos, no entendía que estaba pasando.
-Señorita Sharlotte Elwes Owen. Me tomo el atrevimiento de informarle que a partir del día de hoy usted forma parte de la Organización "Murder Inc Queen and King", su tía la ha vendido por 1,000 euros. Deberá irse con nosotros ahora y será entrenada para ser una asesina a sueldo.
-¿Qué? ¡No, no, no! Esto no es posible. Mi tía no puede haberme hecho algo así. Yo no quiero ir con ustedes.
-No estás en posición de negociar. ¡Llévensela!
-¡No por favor no me obliguen a ir! ¡No! ¡Papá! ¡Matt! ¡Al menos déjenme despedirme de ellos! Tomó el abanico que su padre le dio hacia tan solo unas semanas atrás como pudo, lo apretó tan fuerte contra su pecho sin dejar que se lo quitaran de ese lugar.
-Repito, no estás en condiciones de negociar, maldita sea. ¡Cúbranle la boca! ¡Si sigue gritando tienen autorizado golpearla!
Y así fue como se la llevaron de su casa en su pequeño pueblo en Norfolk. Alejándola por muchos años de las dos personas por las que siempre amó y nunca dejó de pensar, su padre Edward y su hermano Matt.
Cuando llegó a "Murder Inc Queen and King" lo primero que hicieron fue cambiarla de ropa, le dijeron que estaba demasiado fea para ir a la rama de la prostitución. La suya siempre sería el asesinato.
Agradeció internamente que la vieran fea, de por sí ya era horrible que tendría que ser obligada a tomar "medidas drásticas" llámese de otra manera el homicidio como tal con otras personas.
Recibió demasiados golpes los primeros días al negarse a seguir las nuevas instrucciones, tenía prohibido demostrar sus sentimientos, incluso al llorar recibía azotes en la espalda hasta sangrar, la amarraron contra una silla, mientras le repetían una y otra vez sus nuevos propósitos. Si se equivocaba le quitaban la comida solo le daban un pequeño pan duro con un vaso de agua.
Su abanico se volvió su soporte, en los días más oscuros donde creía que no volvería a ser la misma, los meses donde luchó, día y noche para que sus sentimientos no fueran cambiados.
Fue lo único donde logró ganar, en otros aspectos se vio obligada a ceder.
Sería mentira el decir que perdonó a su tía por lo que pasó. La realidad era que le dolía solo recordarla. Habían noches donde Lottie deseaba que Ivy estuviera pudriéndose en el infierno, pedía no volverla a ver o no se contendría.
La primera misión que tuvo fue la más difícil de su vida, no lo hizo sola. Le acompañó uno de los más experimentados de la organización.
La persona tenía los ojos vendados, mientras ella sostenía el bate con el cual debía matarlo.
-No quiero hacerlo, no puedo. Sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos sin poder derramarlas.
-No tienes opción, simplemente terminas con el trabajo o yo mismo me encargaré de que tu familia pague el precio de tu error. ¿Edward Elwes se llama tu progenitor no? ¿Matt Elwes es el nombre de tu hermano, cierto? Se burló de Lottie mientras ella se tensaba.
-Perdóneme por favor.
El golpe dado solo fue escuchado por los presentes.
Esa noche Lottie no pudo dormir, los remordimientos le persiguieron por varios días.
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Había pasado 16 años lejos de su familia y lo único bueno de estos años fue su mejor amiga Amelia Smith, la única que le tendió la mano en ese frío lugar. Quién hizo que sus días fueran más cálidos.
Gracias a ella aprendió a sonreír de nuevo, a ser calmada en muchas situaciones. A que si debía atacar era por algo serio y no por impulsos.
Pero esos serian recuerdos para otro momento.
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Haber jugado con el columpio le hizo recordar buenos tiempos. Le gustaba mucho saber cómo estaría su padre y hermano actualmente. Lo último que supo fue que Matt su "Pequeñín" estaba trabajando, su padre ya era jubilado, vivos estaban los dos.
¿Y ella? De ella no sabía nada y lo prefería así.
-¿Eres Sharlotte Elwes? Preguntó la mujer mayor a la menor.
-Si lo soy. ¿Usted es?
-Soy Luna Scamander. He leído mucho de ti estos últimos días. Me gustaría invitarte a tomar algo.
-Mucho gusto Señora Scamander. Un placer conocerle, claro me gustaría poder asistir. Sonrió como siempre debía hacerlo, a pesar de todo en ese momento ya se sentía en paz. Se alegraba de haberse ido de la casa de los Potter, porque el señor Harry ,le había colmado la paciencia.
-¡Lottie! ¡Lottie! Supo de quién se trataba sin siquiera voltear. Porque aunque no llevaba mucho tiempo, en dos días para ser exactos, ya distinguía a la perfección las voces con plenitud.
-¿Scorpius? Preguntó aún balanceándose en el juego infantil.
-Te hemos estado buscando. Exclamó preocupado, sabiendo que ella no conocía el lugar creyó que estaría perdida preguntando cómo volver.
-¿Hemos?
-Si, Albus, Louis y yo. -El rubio de ojos grises notó que Luna estaba presente- Buenas tardes Señora Scamander. Un gusto saludarle.
Luna solo asintió observando al adolescente.
-No debieron preocuparse por mí. No después de como traté al padre de Albus.
-Lottie, no debes sentirte culpable al contrario el Señor Harry actuó de manera grosera contigo, fue normal que te defendieras. ¿Nos vamos? Scorpius estiró su mano para que Lottie pudiera levantarse, ese gesto le hizo recordar a su hermano Matt.
Tomó la mano del rubio mientras la nostalgia se sentía a flor de piel, no podía dejar de pensar en Matt, se despidió con un gesto de la señora Scamander, lentamente se levantó del columpio, se paró junto a Scorpius comenzando a caminar para alejarse del pequeño parque.
Debía disculparse con Albus.
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Queridos lectores hasta aquí llega el capítulo del día de hoy. Quiero agradecer a cada uno de ustedes.
A continuación explicó algunos detalles importantes de la trama.
Penas de cárcel en Inglaterra: En mi investigación previa pude saber que en casos de homicidios involuntarios es un delito de menor gravedad que un asesinato. Dependiendo del juez que emita el juicio un acusado por este delito dependiendo de las pruebas puede enfrentarse hasta ser encontrado absuelto (inocente) o enfrentarse condenas de hasta la cadena perpetua. Esto aplica para los mayores de edad.
En casos de menores de 14 años antes de una condena se analiza si eran consientes de sus actos a la hora de cometer el delito (Lottie tiene 12 años cuando ocurre está situación) en las leyes de tribunales de menores por edad al momento del crimen sería catalogada como "Niña" en la escala legal de edades.
Cuentan con tres escalas legales: edades comprendidas de 10 y 14 años son "Niños" de 15 y 16 años son considerados "Jóvenes" y de 17 años son considerados "Semiadultos".
La mayoría de edad es a los 18 años.
Se debe comprobar que el niño puede diferenciar entre lo bueno y malo para poder dar una sentencia. Adicional que los padres o tutores del menor pueden ser sancionados si se comprueban que han descuidado al menor, que en base a este mismo es que ha cometido el delito.
Las condenas oscilan entre la absolución del crimen, sanciones vigentes del derecho penal juvenil y la condena en cárcel o centros de detención.
Inc Murder Queen and King: Murder, Inc., Asesinato, Inc. Homicidio Inc. (o Asesinato Incorporado, Homicidio S.A., Asesinato S.A. o los Chicos de Brownsville; conocidos en los círculos del Crimen organizado como La Comisión) fue el nombre dado por la prensa Estadounidense a un grupo de sicarios del crimen organizado que tuvieron actividad en la década de 1920 hasta la década de 1940 en donde cometieron cientos de asesinatos en nombre de la mafia italiana y la mafia judeoestadounidense de los Estados Unidos y donde formaron los primeras bandas del crimen organizado en Nueva York y en otros lugares de la Unión Norteamericana. El nombre fue una invención periodística. En su biografía el arrepentido mafioso, Joe Valachi, insistió en que Murder, Inc. no cometió crímenes a nombre de la mafia.
En inspiración a esta red delictiva es que la Organización Queen and King lleva su nombre. Su nombre en español vendría siendo Asesinato Incorporado Reina y Rey. Ya que es una organización que trabaja secretamente para el gobierno y con el nombre se puede entender para quién trabajan. Al igual que el modo de operar para los "Encargos"
Ojo que esto es solo ficción. Hace años que llamé así a la organización y no quiero cambiarle el nombre.
La moneda oficial de Inglaterra es la libra esterlina pero en esta historia utilicé los euros por ser la segunda moneda más negociada del mundo después de los dólares.
Espero haber dejado claro esta parte en la que me basé para la historia.
Espero tengan un lindo día.
Atentamente,
Sharlotte Soubirous.
