Capítulo IV:
#4. Ángel enviado desde arriba, sabes que haces que se ilumine mi mundo.
Cuando estaba triste, cuando estaba herido.
Tú viniste a levantarme.
.
.
.
ANGELS HIDE
.
.
La vida es una bebida y el amor es una droga.
.
.
―¿Lo vas a hacer o no?―
Naruto frunció el ceño acomodando su camisa frente al espejo, yo suspire sentándome en su cama ya rendido de pedirle ayuda a este imbécil.
―¿Si o no? Naruto ― Exigí ya más enojado, estaba por levantarme de la cama e irme de su dormitorio cuando el Uzumaki se volteo a verme con una sonrisa socarrona.
―¿Tanto te gusta?― Dijo divertido y yo desvié la vista ―Si no me dices no pienso ayudarte―
Suspire ya rendido y clave mis ojos en los azules de Naruto, el rubio sonrió de lado y levanto las cejas divertido.
―La conozco de niños― Suspire ―Del orfanato― El rubio asintió y se le borro la sonrisa.
Naruto ya conocía mi historia, se la había contado cuando nos conocimos hace ya más de tres años, cuando llegue a este Colegio y ese rubiecito se pego a mí llamándome -obligándome a ser- su mejor amigo, nunca pude quitarme a ese niño de encima.
―Pero ella no me recuerda― Murmure algo frustrado de Sakura.
Naruto largo una risita baja y sentí el colchón hundirse a mi lado cuando el rubio se sentó junto a mi en la cama.
―Ya lo hará― Comentó pasando su mano por mi hombro y lo apretó levemente obligándome a verlo a los ojos ―Nos encargaremos de que te recuerde―
.
Cuando la vi ingresar al salón de fiestas con aquel vestido rojo sentí que el corazón se me detenía, nunca la había visto tan hermosa como esa noche. Naruto me guiño un ojo al pasar frente a mí y lo vi acercarse a la pelirrosa y su amiga, el estómago se me estrujo cuando el idiota del Hyuga se les acercó pero respire más tranquilo cuando a quien invito a bailar fue a Tenten y no a Sakura. Naruto tomó la mano de Sakura y la guio a la pista de baile, yo me acerque despacito sin perderlos de vista.
―Creo que te la van a quitar― Hablo Sai a mi lado.
Yo sonreí cuando Naruto clavo sus ojos en mí y avance unos pasos acercándome a ellos.
―Sakura es mía― Bromee logrando que Sai sonriera y me aproxime de prisa a la pareja.
Naruto la tomó de la mano obligándola a girar y yo aproveche ese instante para tomarla de la cintura y acercarla a mí, el aroma a cerezas me embriago.
―¿Te da vergüenza invitarme a bailar? Pequeño― Bromeó pasando sus manos por mis hombros y me acerco más a ella.
―Cállate―
La escuche reír por lo bajo y sus mejillas se tiñeron de rojo cuando clave mis ojos en ella. Yo solo quería besarla en ese preciso momento.
― Ángel―
―¡Eres un imbécil, Hyuga!―
Y el idiota de Neji lo arruino todo. La pelirrosa se me escapo de las manos corriendo detrás de su amiga, el castaño sonrió sobándose la mejilla tras el golpe que le había dado Tenten y yo respire frustrado cuando me di cuenta que otra vez esa maldita niña se me escapaba de las manos.
―Casi, Uchiha― Bromeó Sai cuando me acerque a él.
Tome uno de los vasos color rojo de la mesa y bebí un gran trago de aquel asqueroso ponche adulterado con vodka barato por mis amigos.
―La noche aun no termina, Inomura―
.
La había seguido hasta su dormitorio y había visto a Sai ingresar a los pocos minutos detrás de ella, fruncí el ceño al oír el grito de Sakura y abrí la puerta sin permiso.
―Suéltame―
―¡Suéltala!― Grite tomando al pelinegro de la chaqueta y alejándolo de la Haruno.
Sai retrocedió sosteniendo su nariz luego de casi rompérsela en el proceso, largo una risita burlona e intento avanzar unos pasos mirándome de forma divertida.
―No te atrevas a tocarla― Lo amenace.
―Ay por dios― Comentó burlón ―¿Te la quieres coger tu primero? ―
―Ya basta― Chillo la Haruno histérica a mi lado ―¿Quién carajos se han creído ustedes dos? Lárguense, lárguense de mi habitación― Grito furiosa la muy mala agradecía y nos empujó a ambos a la salida del dormitorio.
―Sakura― Le reclame enojado.
Ella me ignoro y me cerro la puerta en la cara, Sai largo una carcajada tras el portazo, me miro divertido avanzando por el corredor del edificio y yo lo alcance de prisa.
―Carajo― Me queje.
―¿Me pase?― Preguntó divertido Sai a mi lado, yo lo mire furioso ―Si que es mala agradecida esa perra― La insulto por lo bajo ―Creí que saltaría a tus brazos agradecida que la hayas salvado de mí―
―Cállate― Grite ya más furioso y me encamine a mi dormitorio dejando al pelinegro atrás.
No era así como debía terminar esa noche, Sakura no debería haberme echado a mi, debería estar agradecida. Yo la salve.
―Maldita, molestia― La insulte dando un portazo al ingresar a mi dormitorio.
Me quite la ropa para poder darme una ducha y calmarme un poco, esa noche había sido un desastre. Serían cerca de las dos de la mañana cuando escuche los golpes en la puerta, me levante aún de muy mal humor pero toda la rabia que sentía se desvanecieron al verla de pie al otro lado de la puerta.
―¿Qué haces aquí?― Pronuncie intentando no sonar muy emocionado y ella clavo sus ojos en mí torso desnudo.
Reprimí la sonrisa al notar como me miraba
―Solo quería darte las gracias. No te trate de la mejor forma― Comentó algo avergonzada y bajo la cabeza observando sus pantuflas.
Yo me permití observarla detenidamente, el cabello suelto y húmedo, ese remeron holgado y el abrigo de lana que la hacia parecer más pequeña de lo que en realidad era, ya no llevaba maquillaje pero tenía las mejillas y la nariz muy rojas.
―Lo que Sai hizo― Comente frunciendo el ceño ―No esta bien, es un idiota y deberían expulsarlo― Pronuncié y esperaba que Sakura no me hiciera caso y no lo acusara con el decano o mi amigo me acusaría de ser el autor intelectual de aquel plan de mierda.
―Bueno yo― Hablo e ingreso al dormitorio sin permiso cuando le abrí más la puerta ―No me lo esperaba de ti―
―¿Por qué?― Pregunte molesto cerrando la puerta y el cuarto se sumió en una penumbra solo rota por la lucecita de la lámpara de noche junto a la cama ―¿Por qué soy un imbécil niño rico y materialista?― Dije de mala gana.
Sabía lo que Sakura pensaba de mí, pensaba que era igual a Neji o a Sai y odiaba que pensará eso de mí. ¿A caso no se daba cuenta quién era yo? ¿No notaba que éramos iguales? ¿Qué veníamos del mismo lugar?
―Y clasista― Susurro divertida con una sonrisa de lado.
―Y clasista― Repetí ―¿Qué quieres? Sakura― Sé que parecía que estaba enojado y lo estaba pero conmigo mismo, no con ella.
No quería que se fuera, quería que se quedara allí conmigo esa noche pero más que nada quería que ella quisiera quedarse conmigo.
―Ya te dije, solo darte las gracias― Suspiro ―Te traje un regalo para hacer las pases―
Supe en ese momento que esa mocosa solo me estaba tomando el pelo.
―No, gracias―
―Aburrido― Resoplo divertida haciendo que la sangre me hirviera aún más ¿Cómo podía estar allí, a tan solo dos metros de mí y que no sintiera que el corazón se le salía del pecho como a mi? ―Todavía que vengo aquí a darte las gracias, mal agradecido―
Mal agradecida ella, que la salve del idiota de Sai -a pesar que yo mismo lo mande- y no fue capaz ni de abrazarme.
―Ya me las diste, te puedes ir― Hable enojado y apoye la mano en la puerta dándole a entender que quería que se fuera ―¿Qué más necesitas?― Pregunte de mala gana al ver como negaba con la cabeza divertida y se bajo del escritorio para acercarse a mí.
―Alguien que cuide de mí―
El corazón se me hizo un vuelco al oírla.
―¿Cómo?― Tartamudee sin entenderla.
―Alguien que me abrace y me diga que todo va a estar bien aunque sea mentira― Comento en voz baja cada vez mas cerca de mí―Porque la vida no vale la pena para gente como yo pero se hace más fácil cuando alguien cuida de ti―
―No hablas en serio ¿Verdad?―
Y comenzó a reírse de mí. Ahí supe que esa desgraciada seguía sin saber quien era yo. Quizás en todos esos años que no nos vimos, en todos esos años que vivió en aquel prostíbulo había cambiado y ya no era la Sakura de la cual me enamore de niño. Quizás ella ya estaba enamorada de otro y yo como un idiota rezando para que al menos recordara mi nombre.
―Es una broma, bebé―
―Déjate de estupideces― Bufe hastiado de su actitud―Si no necesitas nada más, ya te puedes ir―
Fue en ese momento que a ella se le borro la sonrisa, paso su mano por mi mejilla acariciándome con ternura y aproximó sus labios a los míos, su aliento cálida golpeó mi mentón, me moría de ganas de besarla. De hacerla mía allí mismo.
―Quiero darte las gracias de forma correcta―
Y supe que no podía adelantarme aún. Sakura seguía creyendo que solo era un niñito mimado y clasista y hacerle el amor esa noche solo lo arruinaría, así que me aleje levemente y observe como sus ojitos brillaban mirándome avergonzada.
―Creí que querías besarme― Dijo alejándose de mí y yo sentí como si me arrancaran un pedazo del corazón ―No te gusto― Lo estaba mal interpretando todo ―Lo siento, mejor me voy―
¿Acaso no se daba cuenta de lo mucho que me gustaba? ¿Tan ciega e idiota podía ser?
―Me gustas y muero de ganas por besarte, Sakura― Me confesé evitando que se fuera, era lo último que quería que hiciera ―Pero nuestro primer beso tiene que ser especial― Dije divertido, ella largó una risita baja creyendo que bromeaba pero la realidad es que hablaba muy en serio.
Camine a la cama abriendo las frazadas y rogué que por una vez en su vida esa niña hiciera lo que le pedía y lo hizo, se metió en la cama conmigo. El calor de su cuerpo inundo el mío y ese aroma a cerezas se impregnó en la almohada. Yo solo podía ver esos ojos verdes en la penumbra de mi dormitorio.
¿Era mucho pedir que esa noche nunca acabara?
―Mi ángel―
.
―¿Trajiste almuerzo?― Ella negó con la cabeza, las clases habían acabado hacia unos quince minutos ―Ten― Comente entregándole aquella bolsa de papel de Burger King.
―¿Es para los dos? ― Me preguntó con una sonrisa entre abriendo la bolsita de papel y sus ojitos brillaron al ver las hamburguesas con papas fritas, yo asentí ―Voy a aprontar la mesa― Chillo y la vi encaminarse a una de las mesas de mármol que adornaban el campus.
―Deja de mimarla tanto se supone que te la quieres coger― Murmuro Suigetsu a mi lado cuando la pelirrosa se alejo―Me parece que va a ser otro el que termine enamorado en navidad― Bromeó divertido enseñando sus dientes puntiagudos
―Cállate― Murmure y sonreí de lado sin despegar mis ojos de ella que se encontraba sacando la comida y acomodándola sobre la mesa a unos metros de mí.
―¿Ya te la cogiste?― Me preguntó el albino observándola y Sakura volteo a vernos agitando su mano para llamarme.
―Casi― Sonreí ―Pero con esto la tengo entre mis dedos― Dije burlón y me encamine a la mesa con ella.
Sakura iba a ser mía y si tenia que jugar sucio para que nadie mas se acercara a ella, lo haría.
.
Cuando la vi escaparse a media noche del Colegio y encontrase con aquel pelirrojo en la estación de autobuses, un presentimiento muy malo me invadió. Aumento cuando la vi salir del lugar a las pocas horas y casi perder la conciencia de lo drogada que iba, me tome la libertad de llamarla, no podía dejarla así, sola y drogada bajo la lluvia en la madrugada. Ella me contestó a los pocos minutos.
―Por favor. Ven por mi, Sasuke―
Yo intente demorar, quería salir ya corriendo y subirla a mi coche pero Sakura estaba drogada no era idiota y sabría que la había estado siguiendo, espere veinte minutos en mi coche observándola acurrucarse contra la pared de la estación de autobuses en un vano intento de cubrirse de la lluvia, cuando había pasado un tiempo razonable pasé por ella.
Esa noche prácticamente la obligue a quedarse a dormir en mi dormitorio, deje que se diera una ducha caliente y cuando salí del baño note que el efecto de lo que sea que se haya metido había desparecido.
―Mañana vamos a hablar tu y yo― Pronuncié desde la cama cuando la pelirrosa quiso darme una explicación.
Levante las frazadas invitándola a dormir conmigo y ella corrió de prisa a la cama como si fuera una niña pequeña. Esa noche me pidió que la besara por primera vez.
―Sé que dijiste que nuestro primer beso tenia que ser especial pero es que― Hablo de prisa tapada hasta la cabeza entre las frazadas, su voz ya se comenzaba a apagar ―Hoy perdí a alguien que quiero y― Las primeras lágrimas ―El efecto se está yendo― Yo ya sabia que hablaba de las drogas ―¿Puedes por favor darme mi beso ahora? ―
Por supuesto. Era lo único que había querido desde que apareció nuevamente en mi vida. No se que había hecho yo para que los ángeles se apiadaran de mí y la volvieran a poner en mi camino pero esta vez yo no dejaría que nadie me la quitara.
―Nuestro primer beso, ángel―
Yo no pensaba dejar de besarla, por esa noche y por el resto de mi vida.
.
―Te escuchó―
Ella apretó la taza de té entre sus manos, respiro profundo y bajo la cabeza observando el humo que salía de aquella taza color verde. Estábamos en mi habitación y Sakura de había despertado hacia tan solo diez minutos, yo no permití que se marchara esa mañana.
―Sakura― La rete severo sentándome a su lado en la cama.
Ella sonrió con tristeza y volteo a verme.
―Ayer fui a despedir a un amigo a la estación de autobuses― El estómago se me estrujo al oír esa palabrita, amigo.
―¿Qué clase de amigo?― Quise quitar todo matiz de celos de mi voz pero no lo logré, ella largó una risita baja.
―No es esa clase amigo― Pronunció divertida ―Me salvo la vida un par de veces y le debía una― Explicó, quiso seguir hablando pero a mi ya me bastaba con lo que me había dicho.
―Yo salvaré tu vida a partir de ahora― Ella río divertida y rozo su nariz con la mía cuando se acerco a mí ―Ya empecé anoche―
Sakura asintió antes de besarme, sus labios rozaron los míos y metió la lengua despacito en mi boca. A mi me encantaba todo de ella. La apreté de la cintura y la empuje levemente para poder recostarla en la cama y ella se alejo de prisa de mí, fruncí el ceño ante es acción.
―El té― Indicó divertida y yo le quite la taza de las manos para dejarla en la mesita de noche, ella envolvió mis hombros con sus brazos para poder acercarse nuevamente ―Ahora si―
.
A medida que las semanas pasaron nuestra relación se intensificó, ya no podía estar lejos de ella y se que a Sakura le pasaba lo mismo pero se contenía tanto cuando estábamos juntos por eso cuando apareció esa noche en mi dormitorio y me pidió que la hiciera mía supe que Karin había echo un buen trabajo, había metido esas ideas en esa linda cabecita rosada.
―Quiero que me hagas el amor, Sasuke―
Y por supuesto que lo hice.
.
―¿Qué le dijiste?― Le pregunté recostándome en el casillero de junto y la pelirroja se tenso a mi lado.
―No se de que hablas― Se hizo la desentendida sacando los libros de su casillero.
Yo clave mis ojos en Sakura que venía caminando y charlando muy divertida por el corredor escolar con mi hermano mayor, me había estado ignorando desde que hicimos el amor por primera vez hace ya unos días.
―Karin― La amenace pero no quite mis ojos de la pelirrosa y mi hermano, Itachi me observó de reojo con burla.
Yo fruncí el ceño enojado cuando ella clavo esos verdes en mí.
―La verdad― Chillo cerrando el casillero de un portazo y yo voltee a verla en ese momento ―Que solo utilizas a las mujeres― Yo largue una risita baja ―Como la ibas a usar a ella―
―A ella no― La interrumpí y la Uzumaki quedó tan roja como su cabello.
Sonreí de lado y divisé mi objetivo a unos metros en su casillero, en ese preciso momento solo quería estamparla contra su casillero y besarla.
.
― Molestia― La nombre divertido cuando salimos al patio escolar y ella frunció el ceño enojada.
―No quiero ir al cumpleaños de Neji― Chillo caprichosa como por cuarta vez en los últimos quince minutos, yo sonreí y mis ojos bajaron despacito por su cuello hasta el inicio de la camisa escolar observando el sostén color rosa que se traslucía a través del uniforme ―¿Me estas mirando las tetas?― Preguntó divertida.
Yo no deje de ver su escote.
―Tienes una mancha― Le dije apoyando mi dedo índice en su camisa blanca, justo en el medio de su pecho donde empezaban los botones.
Ella frunció el ceño y bajo la vista para ver la supuesta mancha, era mentira, solo quería subir mis dedos despacito por su cuello a su mentón para poder acercarla a mí y besarla, ella sonrió contra mis labios pasando sus manos por mi espalda y me acerco más a ella. Yo solo quería que todos nos vieran, que todos supieran que Sakura Haruno era mía.
.
―Te vas a congelar― Comente observando a través de la ventana de mi habitación.
Caía tanta nieve ese día, nos habíamos despertado hacia tan solo quince minutos pero la pelirrosa ya se encontraba cambiándose para abandonarme. Bueno en realidad debía ir a bañarse y cambiarse el uniforme para asistir a clases pero yo odiaba tanto cuando se tenia que ir.
―Suerte mi chico va a prestarme un abrigo― Comentó divertida.
Cuando voltee a verla ya estaba vestida y tenía aquella sudadera negra entre sus manos.
―Esa no― Dije serio aproximándome a ella, Sakura rechisto cuando le quite la prenda de las manos ―La tengo desde niño y me la vas a robar― Comente divertido y Sakura entrecerró los ojos enojada.
―Entonces te debe quedar chica― Replicó e intento quitarme la sudadera de las manos ―No seas egoísta― Chillo y yo aproveche a abrazarla por la cintura con mi brazo libre ―Voy a morir de frio―
―Te presto otra ―Intente convencerla ―La que tú quieras―
―Quiero esta― Chillo caprichosa y apretó la tela entre sus manos―Prometo devolverla― Dijo con un puchero ―Por favor― Rogó y a mi casi se me cae la baba cuando agito sus pestañas.
―No la vas a devolver, ladrona de mierda― La insulte divertido haciéndola reír.
―Cuando la quieras me avisas y la pasas a buscar por mi dormitorio y te espero con ella puesta― Dijo rozando sus senos con mi pecho, sentí como tiraba de la sudadera y mis dedos fueron cediendo el agarre sobre el abrigo ―Sin nada debajo―
Yo solté la sudadera ya rendido ante ella.
―Bien― Acepte.
Sakura chillo victoriosa y extendió la sudadera ante ella, estaba por colocársela cuando sus ojos se clavaron en aquel bordado del abanico rojo y blanco que estaba cubriendo la rotura en el lado izquierdo del pecho. Prueba de aquella bala que había atravesado mi piel hace ya más de tres años.
―¿Qué es este abanico?― Preguntó curiosa y yo me acerque unos pasos a ella.
―El emblema de mi familia― Explique ―Si tienes suerte quizás un día lo uses― Dije a modo de broma haciéndola enojar.
Sakura inflo las mejillas de forma infantil y dejo de ver aquel abanico bordado, paso la sudadera por sus brazos pero nuevamente se detuvo observando la manga, esta vez si noto aquella costura que ella misma había hecho cuando éramos niños. Hace nueve años atrás. Frunció el ceño concentrada observándola y tuve la esperanza que la reconociera, que reconociera esa sudadera y esa costura malhecha, hecha por ella misma pero no, no la reconoció, sonrió y se colocó la sudadera que le quedaba algo holgada.
―¿Cómo me queda? ―
Yo sonreí aproximándome a ella y pase la yema de los dedos por el pecho izquierdo, sobre aquel abanico bordado a mano, todos sabían que pertenecía a mi familia. Quizás no era mala idea que Sakura usara mi sudadera después de todo. Así todos sabrían a quien le pertenecía.
.
¿Estás lista?* Sasuke.
Sakura no me respondió ese mensaje. luego de irse esa mañana de mi dormitorio no volví a verla en todo el día pero habíamos quedado en ir al baile de Navidad juntos. Había estado rara los últimos dos días pero esta noche si ella aún tenia una mínima duda de mi yo me encargaría de borrarla.
―¿Vas por tu chica? Uchiha―
Yo sonreí de lado al oír a Neji, acomode el nudo de mi corbata y agarre aquella pequeña cajita de terciopelo roja guardándola de prisa en el bolsillo de mi pantalón antes que mis amigos la vieran y fuera el hazme reír de ellos.
―Es la gran noche― Hablo Sai a mi lado ―Hoy sabremos si la becada esta enamorada de ti o no ― Yo fruncí el ceño enojado al oír como la llamaba y Sai retrocedió con una sonrisa fingida ―Sakura― Se autocorrigió de prisa.
―Claro que esta enamorada― Bromeó Suigetsu pasando su brazo por mis hombros y yo sonreí de lado ―Si se le cae la baba cada vez que ve a nuestro chico―
Escuche las carcajadas de mis amigos y Naruto me sonrió cuando pase frente a él para retirarme de la sala común que compartíamos con los chicos.
―Bueno si me disculpan― Murmuré abriendo la puerta de la sala con una sonrisa ―Debo ir por mi novia―
Escuche las risas burlonas cuando cerré la puerta detrás de mí y apresure el paso al dormitorio de Sakura. Mis manos me sudaban y sentía que el corazón se me saldría del pecho. Toque tres veces la puerta antes de oír sus pasos acercarse, la puerta se abrió despacito y yo fruncí el ceño viéndola aún en pijama.
―¿No te has cambiado? ―
Sakura no respondió solo sonrió pero era sonrisa fría y déspota, carente de cariño o amor, abrió más la puerta y entonces lo vi.
―Sasuke― Hablo asustado Lee desde la cama semi desnudo.
Yo estaba apunto de reventar su cráneo contra el piso cuando Sakura largo una risita baja y estiro su mano en mi dirección, entre sus dedos estaba aquella bolsa de papel con el vestido que le había regalado.
Yo no entendía nada.
―El cuento de hadas se acabó, pequeño―
.
.
Pon tus alas en mí.
Me haces sentir borracho y drogado.
(Hymn for the weekend – Coldplay)
.
.
