"Por favor, ayuda a los estudiantes de Kivotos…"

No sé por qué, pero escuchaba una voz distante que me está llamando, no la he escuchado nunca en mi vida pero por alguna razón la siento acogedora… como si de una manta me estuviera cubriendo para darme su calor… es lo que siento, pero… a la par se oye tan triste…

"Te lo suplico Amon-sensei… solo tú puedes hacer algo para salvar a la ciudad, te lo pido…"

Yo…

En aquel momento abrí los ojos, me encontraba en la cama de mi apartamento… solo había sido un sueño, aunque se sintió muy real, en aquel momento revisé mi teléfono, eran apenas las siete y media de la mañana, era temprano y aún me faltaba para ir al trabajo.

- Ya qué… - Sin más ganas de continuar durmiendo, me levanté para desayunar algo, solo me esperaba otro día más… pero antes siempre realizo algo antes de prepararme para empezar la mañana.

- … Veamos sí puedo. – De una caja saqué unas joyas, dejándolas sobre la mesa, me senté, en aquel momento tomé una de ellas y extendí mi mano. - … Transfiriendo mana.

No lo dije antes pero soy un mago… o bueno, un intento de ello; lo cierto es que provengo de una familia bastante exitosa de magos los cuales han destacado bastante en el mundo, pero yo soy la excepción a la regla… me han dicho que poseo circuitos mágicos débiles, que no tengo talento para la magia, si quiera puedo hacer un hechizo de Gandr sin que la joya salga defectuosa, debido a esas circunstancias he sido el rechazado de la familia, alguien el cual no puede conseguir nada, por esa razón me expulsaron del que fue mi hogar, mis hermanos han conseguido más logros y todos estudian en la torre del reloj, mientras que yo… simplemente trabajo en un centro de llamadas.

- … Tsk, otra vez un fallo. – Veo que la joya volvió a tomar un color oscuro, resultado de que no pude hacerlo, así que la tiro a la basura y lo intento nuevamente, esa ha sido mi rutina de todas las mañanas, con la esperanza de que al menos uno de cien intentos pueda funcionar pero ha sido en vano, quizás todo lo que han dicho de mí sea verdad y no tengo talento para la magia, tal vez deba rendirme.

Decidí dejar ese intento en vano y prepararme para salir a trabajar, que no pueda usar magia no quiere decir que no intente ganarme la vida, poniéndome mi traje, salí en aquel momento de mi apartamento en camino a mi trabajo.

Como dije antes, trabajo en un call center, quizás no es el mejor trabajo del mundo, a decir verdad, muchos lo odian, pero al menos me da de comer y me ayuda a vivir un día más, siendo que no es la mejor paga que se pueda dar, es lo único que he podido conseguir dado mi currículo.

- Sí, que problema tiene… sí… entendido… escuche, esta línea no es para que usted busque saber cómo desatornillar una computadora, solo resolvemos dudas relacionadas con teléfonos, gracias. – Y colgué, ese era el tipo de llamadas que recibía al menos dos veces al día, no entiendo como hay gente que no logra saber el propósito de esta línea. – Estoy agotado…

- Amon Einhart, se le solicita en la oficina del gerente. – Escuché mi nombre por el altavoz, no sé qué es lo que quiera el gerente conmigo pero no puedo rechazar un llamado. Caminé hacia la oficina de este, tocando la puerta.

- Soy Amon Einhart, estoy aquí.

- Adelante. – Con eso, abrí la puerta, observando a quien es mi jefe sentado en su escritorio. – Gracias por venir, puedes tomar asiento. – Hice casi y fui a sentarme en aquel momento. – No hagamos esto muy duradero… resulta que recibí una queja respecto al servicio que proporcionas. – Enarqué una ceja.

- ¿Una queja? Según tengo entendido, hago lo estipulado en el reglamento.

- Y lo entiendo bien, pero parece que ciertos clientes… no se sientes cómodos con el tono de tu voz. - ¿En serio? No creo hablar tan mal al respecto. – Y créeme que no es algo tan reciente, al menos hemos recibido unas veinte quejas al respecto y todos tienen ese punto en común ¿no crees poder hacer algo al respecto? – Solté un suspiro.

- Escuche… creo hacer un buen trabajo al respecto y no me he desviado para nada de las indicaciones, sí hablo así es por como soy y no es algo que pueda cambiar.

- … Entiendo… realmente has sido un buen trabajador, bastante cumplidor pero… eso es todo lo que tienes y como tú, hay miles, lamento decir esto… pero estás despedido. – Por el rumbo al cual iba la conversación, ya me lo esperaba.

- Ya veo… gracias por todo.

- Eres una buena persona, simplemente no encajas en este trabajo. – Con esas últimas palabras, salí de la oficina, ya solo me esperaba irme de ahí y acabar desempleado otra vez. Mi siguiente rumbo me llevó a una cafetería donde me vería con alguien.

- Otra vez fui despedido… - Bajé la mirada mientras observaba mi café sobre la mesa. – Ya son al menos unas tres veces en estos cinco meses y esta ocasión es mi tono de voz ¿puedes creerlo?

- La verdad es que sí, a veces suenas algo tétrico. – Aquel que estaba en la misma mesa que yo era Gilbert Andrukas, un amigo de hace muchos años, asistimos a la misma secundaria y preparatoria, y como deben de saber, también proviene de una familia de magos. – Pero seguro no supieron apreciar tu esfuerzo.

- Eso es lo que piensa, pero al final no pude hacer nada… ahora no sé cómo voy a sobrevivir a fin de mes, solo obtuve una pequeña liquidación de unos cien euros.

- Seguro podrás conseguir trabajo, existen muchas oportunidades ahí afuera.

- Eso lo dices porque bien estudias en la torre del reloj. – Volví a suspirar. – Solo mirarme, tengo veintiún años, soy un fracaso como mago, mi familia me destierra de mi casa y ahora he sido despedido unas tres veces, no podría ser peor.

- No tienes por qué martirizarte, las oportunidades acaban llegando cuando menos las esperes, debes de tener fe. – Algo lo cual aprecio bastante es que Gilbert es muy amable conmigo, a diferencia de otros magos que son asociales o muy despreciables, él ha sido el único que me ha ofrecido su amistad, es una rareza ver tal nivel entre magos. – Deberías intentar en otro sitio, seguro llegará un trabajo el cual puedas realizar sin problema alguno.

- Por supuesto, pero han hecho los requisitos demasiado imposibles, mira que pedirle a un novato diez años de experiencia, estas empresas se están volviendo muy exigentes.

- Solo tienes que seguir buscando. – Revisó su teléfono. – Es momento de qué me vaya, nos vemos luego Amon. – Él se despidió mientras me quedé un rato más, sus palabras positivas no eran malas, pero realmente me estaba quedando sin opciones, ya no sabría qué más buscar.

Un rato después salí de la cafetería, solo me esperaba regresar a mi apartamento, quizás navegar por internet un tiempo y así pasar mis días buscando otro trabajo hasta que me corten los servicios.

En aquel momento vi algo en el aire, era una especie de papel que cayó cerca de mí, brillaba de un modo bastante sospechoso por lo que llamó mi atención, fui rápidamente a ver de qué se trataba, recogiéndolo.

- ¿Acaso nadie más lo vio? – Fijándome a los alrededores, nadie más se dio cuenta de ese papel, entonces lo vi, brilló con fuerza que me cegó por unos cuantos segundos. - ¿Qué fue eso? – AL disiparse la luz, vi con mayor claridad ese papel. - ¿Una carta?

Era una especie de carta, pero no como las que puedes encontrar en los naipes, sino que tenía una extraña figura, como un caballero que sostiene una espada, en sí la carta era de un color marrón más tenía ciertos detalles que me hacían verlo como algo más valioso.

En ese momento escuché un fuerte ruido, tan distraído estaba con la carta que no me di cuenta de algo… estaba en medio de la calle y justo en ese momento, a pocos centímetros, estaba un camión… me iba a arrollar, solamente pude cerrar los ojos esperando mi triste destino, como es que fui tan tonto para ir a plena calle a ser atropellado, esto realmente es un final digno de un fracaso como yo.

El sonido de un tren en movimiento, el sentir del suave asiento de cuero, al abrir mis ojos se logró observar una vista totalmente diferente… me encontraba dentro de un tren, no sentía ni una pizca de dolor o una gota de sangre salir de mi cuerpo, me encontraba ileso, a pesar de que obviamente un vehículo fue en dirección hacia mí y era una muerte segura.

- ¿Qué habrá pasado?

- Me alegra que estés aquí, sensei. – Escuché una voz, observé al frente, encontrando a una chica, se observaba herida.

- O-Oye ¿estás bien?

- Descuida, no es nada. – Esa voz… la reconocía en algún lugar. – Solo… quiero pedirte un favor.

- Por supuesto, aunque no sé si pueda ser de ayuda… ahora mismo estoy desempleado… - Me rasqué la nuca.

- Ayuda a las estudiantes de Kivotos, por favor, necesitan a alguien que las guíe… un profesor, un adulto que pueda resolver sus problemas, y ese adulto eres tú, Amon-sensei.

- Tú… ¿Cómo sabes mi nombre? – Ella me sonrió.

- He esperado bastante tiempo por tu llegada, Amon-sensei, puede que en un principio estés confundido, pero sé que podrás manejarlo… no, tengo la certera confianza en que lo harás. – En ese momento todo comenzó a ponerse en blanco.

- Espera, aún tengo preguntas qué hacerte. – Extendí mi mano pero se sentía muy lejos como para alcanzarla, entonces escuché que me dijo una frase la cual se quedó grabada en mi cabeza… y entonces todo desapareció…

"POV. 3era. Persona."

- ¿Estás segura de esto? – Alguien se apareció atrás de aquella chica, no se observaba bien su figura pero se veía que era alguien alto y que llevaba un traje, se dejaba ver parte de una barba blanca. – Solo hago esto porque me parece entretenido, así que no tengo razón para juzgarte, pero es que él…

- No. – Ella negó con la cabeza. – Sé muy bien que Amon-sensei es el adecuado para el trabajo, después de todo es quien yo escogí y sabrá trabajar junto a las estudiantes, además de que reconozco muy bien su valor… igual que tú. – El hombre se rascó la nuca.

- Es cierto… por esa razón le dejé esa carta y seguro encontrará más, puede que sus circuitos mágicos sean de baja calidad, pero no quiere decir que no tenga el poder necesario para manejarlo, al final es diversión para mí, buena suerte. – Y este desapareció, la chica siguió mirando al frente con una sonrisa.

- (Buena suerte, Amon-sensei…)


"POV. Primera persona."

- Alto. – Antes de darme cuenta, ya no estaba en ese lugar, ahora me encontraba en otro sitio totalmente diferente, miré para todos lados para encontrarme con solo una calle, por unos momentos creí que solo fue un sueño o un tipo de visión y estaba de regreso en Inglaterra pero no, los edificios eran distintos, al final resultó ser verdad. – Ah… no sé que fue lo que vio en mí, un fracaso…

No había nada de mentira ahí, no era más que alguien de veintiún años sin trabajo, creo que me llamó sensei y, según tengo entendido, es la palabra japonesa para profesor, yo realmente no tengo nada de profesor ni que pueda enseñar a unos niños en algo, esa chica pudo haberse equivocado conmigo y quizás buscaba a alguien más… pero dijo explícitamente mi nombre.

- No hay caso en pensar tan duramente… - Había algo claro y es que ya no estaba en la tierra, era una ciudad diferente, algo lo cual no podría diferenciarse de un lugar como Nueva York o Tokio, se veía muy moderno todo, por ahora mi objetivo era saber más al respecto, en eso busqué mi teléfono pero mi mano encontró otra cosa. – Esta carta… - Aquella carta la cual había tomado, todo empezó debido a que la recogí, así que vino conmigo además de lo poco que poseía, no entiendo cuál será el funcionamiento de esta carta o su significado pero es algo que puedo dejar para después, tengo que encontrar un punto de partida para conocer esta ciudad.

Comencé a caminar por las calles, notando algo, además de la obvia modernidad de los edificios, pude ver los alrededores y a su gente, como es que la mayoría son animales antropomórficos o robots, y no estoy bromeando, es tal y como lo describo, animales que visten trajes y ropa como personas normales, además de robots con pantallas por rostro y niñas, estas llevan uniformes por lo que deben de ser estudiantes, pero sí es todo lo que conlleva en cuanto a los habitantes de esta ciudad no me deja más que pensar en que todo se vuelve más raro con el tiempo.

No quiero decir que no lo sean, pero la falta de adultos humanos me parece algo preocupante, ya que no podría averiguar más al respecto sobre la situación actual y acercarme tan casualmente a un perro que camine en dos patas y preguntarle sobre que es esta ciudad no es una opción realmente, esa chica del tren realmente me dejó en un gran problema.

- Oye. – De repente escuché una voz llamándome, volteando la vista me fijé en dos chicas que me estaban llamando, por sus ropas arrimadas y el hecho de llevar cubrebocas, sin contar sus miradas de pocos amigos, daba por hecho que eran delincuentes. - ¿Qué haces en nuestro sitio de descanso?

- ¿Sitio de descanso? – Pregunté.

- ¿Qué más idiota? Aquí es donde nos reunimos.

- Deberías conocer bien cuando un lugar ya está aparcado. – Una de ellas se acercó, apuntándome peligrosamente con su bate. – No es que buenas venir solo y escapar sin algún tipo de consecuencia.

Esto es malo, realmente no deseo ponerme en problemas con algunas delincuentes estudiantiles, sobre todo porque ellas están armadas y yo no, eso me pone en una gran desventaja… lo mejor que puedo hacer es jugar la carta del comodín y tratar de engañarlas.

- ¿Acaso no saben? Soy un mago. – Respondí, intentando poner mi sonrisa más segura, ambas chicas se quedaron calladas por unos segundos.

- ¿Acaso estás mal de la cabeza? ¿Un mago? Es lo más estúpido que he escuchado.

- Quizás nosotras debamos hacer magia y convertirte en una masa inerte. – Ok, mi plan A no funcionó y solo conseguí enojarlas más, esto encendía la alarma en mi cabeza de que debía de huir.

- No estoy mintiendo, sino, miren esto. – Busqué en mi bolsillo, tomando una de las joyas fallidas a las que imbuí mana de Gandr. – Un solo lanzamiento de esta joya y será como un proyectil veloz que te golpeará.

- ¿Ah sí? Quisiera verte intentarlo. – Se fueron acercando peligrosamente, el tiempo se iba acabando y mis opciones se iban reduciendo, eso me dejó una sola cosa por hacer.

- Muy bien, aquí tienen. – Coloqué la joya en mi dedo y la impulsé, disparándola a las delincuentes, claro que no esperaba que sucediera algo, después de todo es solo un producto sin valor que acabé haciendo.

- Ya nos molestaste. – Ambas empezaron a correr hacia mí, solamente podía esperar que sucediera una paliza dolorosa a manos de esas delincuentes.

*BOOM*

Poco me esperaba que una gran explosión se llevara a cabo en el mismo sitio, justo cuando lancé el Gandr, este hizo contacto con la delincuente que estaba al frente y al chocar, terminó generando una explosión más grande de lo que esperaba.

- ¡Cuidado!

- ¡Rápido, huyan, nos atacan!

- ¡Llamen a Valkyrie! – Observé a los alrededores como los transeúntes empezaban a huir y llamar desesperados por ayuda, no sabía cómo es que mi Gandr fallido acabó causando todo esto pero no era el momento de pensar, sino de huir.

Aprovechando la confusión, corrí lejos de ahí, si no me encuentro en la escena del crimen, no habrá sospechas sobre mi persona por lo que me alejé lo más que se pudo hasta que no veía nada sobre lo ocurrido, ya me encontraba a salvo.

- Menos mal… ahora… como fue que explotó la joya… - Eso era lo que no entendía, sé muy bien que mi mana es mínimo, mis circuitos mágicos son muy débiles como para generar una explosión de tal tamaño con un solo Gandr, solo espero que esas chicas puedan estar bien, recibir una explosión en sus propias caras es sinónimo de una muerte segura, pero sentía que podrían ser más duras de lo que creo. – Por cierto, llevaban algo así como halos sobre sus cabezas.

Este mundo no dejaba de volverse más loco con cada cosa que pasada, realmente tengo que averiguar dónde estoy, así es que continué avanzando hasta ver un sitio donde pueda obtener la información que busco.


"Rin POV"

Estos últimos días no han sido más que trabajo y llamadas de preocupación, debido a la desaparición de la presidenta del consejo estudiantil, la torre santuario quedó desactivada sin su dueña que pudiera hacerse cargo y con ello muchos servicios de Kivotos quedaron inutilizables, al final toda la responsabilidad ha caído en manos del consejo estudiantil, más concretamente en mi persona, como vicepresidenta, soy la que sigue en la cadena de mando y me ha tocado recibir miles de mensajes y llamadas de las otras academias respecto a la situación actual, no cabe duda que mi estrés no ha hecho que aumentar bastante estos últimos días.

- Necesito un descanso… - Me acaricié la sien, no tenía tiempo de pensar en descansos, no cuando la ciudad se encuentra en un punto crítico, así que solo me esperaba más firma de papeles y trabajo de oficina.

- Rin-san, ha surgido algo grave. – Ayumu entró en aquel momento a mi oficina, levanté la vista de la hoja.

- ¿Qué ocurrió Ayumu?

- Han llegado reportes de una explosión ocurrida en la calle central, según los testigos, un par de delincuentes entraron en un enfrentamiento contra lo que parece ser… un adulto humano. – Eso acabó llamando mi atención, mis ojos se posaron rápidamente sobre Ayumu.

- ¿Dijiste un adulto humano? – Ella asintió tímidamente… realmente había llegado, según el último mensaje que había dejado la presidenta, habló acerca de un adulto que vendría a ayudar a Kivotos… un sensei, me levanté de mi asiento. – Hay que buscarlo, es importante.

- ¿Lo es? – Preguntó ella con curiosidad, volteé a verla.

- Es quien nos ayudará a traer el orden a la ciudad nuevamente. – Sí lo que la presidenta dijo en su mensaje es cierto, el sensei es una pieza vital para la ciudad y para la recuperación de la torre santuario, debo de localizarlo y hablar con él, de ese modo todo volverá a funcionar, los engranajes de Kivotos volverán a correr como siempre.


"Amon POV"

Llevo caminando un buen rato y no hago más que encontrar animales antropomórficos, robots y niñas con halos ¿realmente no hay adultos normales en esta ciudad? Es lo que me he estado preguntando estos últimos minutos, sí algo me quedó claro es que no hay una sola persona normal, lo que sea que me haya transportado esa chica del tren, no parece que pueda regresar a Inglaterra, tal parece que no tengo de otra más que aceptar mi destino.

- Supongo que viviré aquí de ahora en adelante… - Solo espero llegar a encontrar un lugar con información, pero será un fastidio volver a encontrar un trabajo y no quiero volver a saber de call centers en toda mi vida, pero siendo alguien foráneo aquí… ¿podré encontrar uno?

- Disculpa. – Me llamaron, volteé a ver para encontrar a dos chicas, por sus uniformes blancos y chalecos que llevaban, además de sus gorros azules, inquirí que son policías. – Deseamos hablar con usted.

- Está bien, pero no creo haber hecho nada malo. – No quisiera que supieran sobre mi involucramiento en la explosión, es mejor ir con cuidado.

- No es nada de eso, solo deseamos que nos acompañes, debes de estar perdido ¿no? – Asentí. – Iremos a un sitio donde podrán responder tus preguntas.

Me resulta algo sorprendente que sepan sobre que busco información, pero no debe de ser nada raro si parezco ser el único humano aquí en comparación a ellas que llevan esos halos, supongo que ser alguien sin uno debe parecerles extranjero; decidí no decir nada más y simplemente las seguí, subimos entonces a una camioneta la cual una de ellas comenzó a manejar y avanzamos en silencio.

Puedo decir que tengo suerte ya que me llevarán a un posible lugar donde pueda obtener más información sobre mi llegada a esta ciudad, es mejor sí acabo poniéndome al corriente de lo que sucede y maniobrar mi próximo movimiento, por ahora lo que la chica del tren dijo es que debo ayudar a esta ciudad ¿Cómo lo haré? ¿Acaso el sitio a donde voy me dará más detalles? Hay mucho que responder y esas dudas pueden continuar creciendo.

Fue en aquel momento que vi un edificio alto, por la estructura de este, parecía ser del gobierno de esta ciudad lo cual era mejor para mí, ya seguro responderían todo lo que tengo en mente.

- Hemos llegado, puedes entrar donde te estarán esperando.

- Gracias por el aventón. – Agradecí a las dos policías mientras hice mi camino a la entrada del edificio, entré viendo a más chicas caminando por ahí llevando papeles o cajas, tal parece que la cadena de mando en esta ciudad pone a esas chicas con halos por encima.

- Eres Amon Einhart-sensei ¿no? – Una chica de largo cabello rubio y ropaje blanco se acercó a mí, ella igual llevaba un halo pero tenía una forma distinta al de las demás, era mucho más elaborado que otros que haya visto.

- Esto, sí… - Respondí, eso la alegró por debajo.

- La vicepresidenta de está esperando, acompáñame. – Acompañé a esa chica por el pasillo, seguro esta vicepresidenta pueda saber más sobre mi condición y por su título, ya intuyo que es alguien importante; llegamos hasta un ascensor por el cual subimos en silencio, tal parece que esta chica rubia no es alguien que hable demasiado, la vi de vez en cuando y se observaba algo nerviosa ¿seré yo? No creo ser alguien que cause miedo, sí es por mi apariencia, soy alguien promedio, no tengo un rostro feo ni tampoco mi complexión es demasiado ancha, puede que ella sea así por naturaleza.

El ascensor se detuvo y al abrirse la puerta, caminamos un poco más hasta llegar a nuestro destino.

- Te está esperando ahí adentro, nos vemos. – Ella se despidió, observé la puerta al frente con la placa que tenía el nombre de Nakanami Rin, no quise ser maleducado así que primero toqué la puerta.

- Adelante. – Escuché la voz de una chica al otro lado, ya que me estaban dando el permiso, la abrí, observé a la persona al otro lado, aquella chica posee un largo cabello oscuro, lleva lentes y el mismo uniforme blanco de la chica rubia, una diferencia era en sus orejas las cuales eran puntiagudas ¿un elfo? Tal parece que existen todo tipo de razas aquí, del mismo modo su halo tiene una forma diferente al de otro, seguro que eso dicta su importancia en este mundo. – Te estaba esperando, Amon Einhart-sensei.

- Así que saben mi nombre ¿alguna razón? – Pregunté, no es que sea alguien tan famoso, ella caminó un poco hasta sentarse en su escritorio.

- Todo tiene una razón de ser sensei, antes que nada déjame presentarme, me llamo Nakanami Rin, soy la vicepresidenta del consejo estudiantil, la autoridad gubernamental que controla la ciudad académica Kivotos.

- Kivotos… - Durante mi época de estudiante investigué bastante sobre geografía ya que es vital para encontrar líneas ley en distintos puntos para potenciar el mana, sé que Kivotos está situado en Grecia pero no es una ciudad tan futurista como lo que he visto.

- La razón por la que estás aquí es a consideración de la presidenta del consejo, ella personalmente te sugirió para que seas nuestro sensei a cargo del club creado exclusivamente por ella.

- Así que un profesor a cargo de un club ¿puedo tener más detalles? Y más que nada ¿Quiénes son mis alumnos?

- Eso ya deberías haberlo visto Amon-sensei, todas nosotras somos tus alumnas, Kivotos es una ciudad habitada mayormente por alumnas, aunque tu trabajo no es realmente enseñarles, ya en sus respectivas escuelas ellas aprenden a base de Blu-rays que contienen todos los conocimientos necesarios, tu funcionamiento como sensei es otro muy distinto, aunque luego puedo otorgarte detalles al respecto, hay otro asunto importante que tratar. – Ella se cruzó de brazos. – Actualmente la ciudad está en un problema, la torre santuario, considerado el edificio que controla toda la ciudad, su tecnología, energía e información, está desactivada debido a la desaparición de la presidenta.

- ¿Ella desapareció? – Pregunté, solo pude ver a Rin soltar un suspiro.

- Así es… de un día para otro se fue sin dejar rastro, a pesar de nuestros esfuerzos por intentar encontrarla, no hemos dado con alguna pista de su paradero, lo último que dejó fue una nota avisando sobre tu llegada y la apertura del club del cual estarás a cargo, más información sobre ello no hay.

- ¿Realmente? Ni siquiera porque yo fui escogido, no es que la conozca. – Esta presidenta es realmente un personaje misterioso, no creo haberla visto en ninguna parte ni tengo recuerdos de un encuentro con ella.

- Lamento no tener más información al respecto, pero sí ella misma lo recomendó a usted, es que debe de tener lo necesario para ser nuestro sensei y yo confío en su intuición. – Rin debe tener en alta estima a la presidenta, yo no poseo nada especial realmente, solo soy un intento de mago, pero sí esta chica cree que puedo hacer un gran trabajo como profesor, deberé poner de mi parte en ello. – Descuide que no le dejaremos solo, nosotras en el consejo estudiantil estaremos para apoyarle cuando podamos e incluso le pagaremos por ello.

- Eso era lo que quería escuchar, la verdad es que hace poco fui despedido de mi anterior empleo jeje… nunca creí que obtendría otro tan pronto.

- Le aseguro que tendrá todas las comodidades necesarias, lo primero a realizar es recuperar la torre santuario y entonces todo se pondrá en marcha. – En aquel momento sonó un altavoz que ella poseía en su escritorio.

- Rin, las representantes de las escuelas están aquí y no se ven muy pacientes que se diga. – Escuché a otra chica que habla de forma desganada al otro lado. – Es mejor sí se encarga usted. – Pude ver a la pelioscura masajearse la sien.

- No deja de acumularse los problemas… lo siento sensei, pero debemos encargarnos de ello, si puede acompañarme.

- Claro Rin, vamos. – Ella sonrió suavemente mientras caminó a la puerta, yo la seguí por detrás, tal parece que ella está sufriendo bastante con la situación actual y no la culpo, saber que tu superior desapareció, dejando a la ciudad sin servicios y tener que lidiar con las quejas de los ciudadanos es demasiado para una sola persona, quizás mi llegada tenga que ver con arreglar lo que sucede aquí en Kivotos, es algo que averiguaré con el tiempo.


Acompañando a Rin por los pasillos, me explicó ya un poco más al respecto sobre mi función en esta ciudad, aquel club que la presidenta abrió se llama SCHALE, por lo que llegó a decir, es una especie de club extraoficial que no tiene ningún tipo de alineamiento con alguna escuela u órgano gubernamental de la ciudad, es totalmente independiente por lo que cualquier estudiante de cualquier escuela puede ser reclutado para trabajar en este, yo soy el profesor y asesor de ese club donde debo de acudir a las peticiones de los alumnos de las diferentes escuelas y ayudarlos, algo así como un arreglatodo, pero abarca toda la ciudad. A decir verdad no lo veía nada mal, claro que no tiene una finalidad concreta pero no considero que los problemas de las estudiantes en esta ciudad lleguen a ser demasiado graves, puede que hasta solo me piden cosas como dar asesorías y situaciones de ese tipo.

- Espero haya quedado claro Amon-sensei. – Asentí. – Bien, ahora que quedó claro, solo nos queda recuperar el control de la torre y devolver la energía a Kivotos.

- ¡Exijo hablar con la presidenta! – Escuché una voz enojada al otro lado de la puerta, solo pude ver a Rin la cual expresaba su obvio agotamiento.

- Vamos… - Ella abrió la puerta, en aquella habitación se encontraban al menos unas cuatro chicas que estaban presentes. - ¿Les puedo ayudar en algo?

- Por supuesto que sí, la ciudad se encuentra en un pésimo estado y no podemos aguantar más, así que quiero presentar mi queja con la presidenta. – Habló la chica del frente, esta poseía un cabello oscuro atado a dos coletas, su uniforme poseía un chaleco blanco con blusa negra y falda del mismo color.

- Realmente necesitamos saber cómo está la situación, en Trinity no podemos aguantar más. – La segunda chica poseía un uniforme de color negro, su blusa sobresalía demasiado por el tamaño de pecho que poseía además que su falda tiene una semiabertura lateral, su largo cabello negro y alas del mismo color que llamaban la atención la complementaban.

- Entiendo su preocupación y quisiera hacer algo, pero la verdad es que la presidenta desapareció.

- ¡¿Ah!? – La chica de las coletas expresó su asombro. - ¿Realmente se fue?

- Así es, no dejó ni un solo rastro a pesar de que buscamos por todas partes, lamento no poder decir más.

- Esto es asombroso… - Esa chica soltó un suspiro, llevando sus manos a su cintura. – Mientras nos seguiremos quedando sin energía y además el estado de la ciudad no podría ser peor, delincuencia por todos lados, robos hasta ataques a gran escala de pandillas con tanques involucrados. - ¿Tanques? A poco realmente pueden conseguir algo así.

- Tampoco todo está perdido, la presidenta dejó a alguien que puede hacerse cargo, se encuentra aquí. – Y entonces me presentó, ganándome la mirada de las chicas, no podía evitar sentir que me observaban penetrantemente.

- … Hola. – Saludé.

- ¿Un adulto? – La de las coletas no parecía estar convencida de que pueda hacer algo.

- Así es, él es Amon Einhart-sensei, fue recomendado personalmente por la presidenta para ser el nuevo profesor que estará a cargo del club SCHALE, anteriormente solo la presidenta tenía el control y sabía encender la torre santuario pero con sensei aquí, él podrá encargarse y la mayoría de nuestros problemas se resolverán. – Anunció Rin, eso pareció llamar la atención a esas chicas pero solo había un pequeño detalle… no sé cómo activar esa cosa.

- Bueno, sí la propia presidenta fue quien escogió a esta persona, no debería haber problemas. – La chica de coletas se acercó. – Ya que serás nuestro sensei no deberá haber problemas en presentarnos, me llamo Hayase Yuuka, provengo de la escuela de ciencia Millennium, trabajo como tesorera así que manejar números no es problema para mí. – Expresó ella con una sonrisa segura, debía ser buena como para declarar algo así.

- Ya que estamos con las presentaciones, yo sigo, me llamo Hanekawa Hasumi de la fuerza de justicia de Trinity, un gusto conocerla, sensei. – Se presentó la de cabello largo, por detrás se encontraban otras dos, una de ellas poseía cabello castaño, lentes y orejas puntiagudas de igual forma, su uniforme posee una blusa de color beige con una falda rojiza.

- Soy Himomiya Chinatsu representando al comité disciplinario de Gehenna, sí tiene algún problema o resulta herido, puedo ayudarle. – La última lleva un largo cabello blanquecino con una forma que hace parece que tiene alas en los laterales, un uniforme de color grisáceo con un cinturón a su alrededor.

- Soy Morizuki Suzumi de los cuerpos de vigilancia. – Ya ahora que conocía a estas cuatro chicas, todas distintas y como veo, portan armas todas por lo que deben de saber pelear, tal parece que en esta ciudad es normal aunque no sea realmente así en el mundo que yo conozco.

- Sensei, su misión será activar nuevamente la torre santuario, ya que fue recomendado por la presidenta, quizás pueda encargarse de activarla, solo hay que preparar un helicóptero y…

- ¿Hola? Rin, nos ha llegado un reporte proveniente de la vigilancia de la torre santuario, parece que un grupo de delincuentes ha decidido tomarla.

- ¿Cómo? – La sorpresa en la voz de Rin no se hizo esperar, tomando la atención a aquel holograma. – Momoka ¿puedes decir más detalles?

- Realmente no hay mucho que decir, son delincuentes que decidieron tomar las riendas del asunto pero no es todo, una peligrosa criminal ha decidido escaparse de la correccional y decidió infiltrarse en el edificio del club SCHALE, por lo que nos dicen, se trata del zorro de la calamidad.

- … Genial… - No creo que haya visto a una persona más estresada que ella ahora mismo, entonces me miró. – Lo siento sensei, cambio de planes, va a salir junto a ellas cuatro a recuperar el edificio del club y activar la torre santuario.

- Un momento ¿vamos a ir? – Preguntó Yuuka, no muy convencida. - ¿Qué no es su trabajo?

- Ya tenemos las manos demasiado llenas como para hacer algo… de igual modo, pueden considerarlo un primer trabajo de SCHALE, una vez recupere el edificio, hasta podrían ser las primeras reclutadas por él.

- Supongo que es algo que puedo hacer. – Respondí, aunque no sé cómo es que ellas puedan ayudarme, sé que tienen armas pero estamos peleando contra un grupo grande.

- Sí esto ayuda a la ciudad, entonces ofreceré mi apoyo a sensei. – Exclamó Suzumi.

- Me aseguraré de curarlos si reciben daño. – Sonrió Chinatsu, Hasumi asintió.

- Parece haber muchas esperanzas en sensei, por lo que haré lo mismo, estaré confiando en usted. – Me miró la pelinegra, solo quedaba Yuuka, esta se cruzó de brazos y tras unos segundos suspiró.

- Muy bien… pero lo hago por mi academia, que eso quede en claro.

- Con todo decidido, pronto partiremos, los acercaremos al objetivo lo más que se pueda. – Rin empezó a hacer una llamada, entonces saldría con estas chicas a recuperar ese edificio, solo espero que no llegue a ser tan problemático, pero no es que pueda confiar demasiado en ese presentimiento.


El plan era simple: nos transportarían a las cercanías de la torre donde nos bajaríamos para avanzar a pie, las chicas aseguran que son resistentes a las balas y que pelearán mientras que yo estaré en una posición segura dirigiéndolas, a decir verdad no es algo que me acomode totalmente, no me siente bien dejando que todas ellas hagan el trabajo mientras que yo, como el adulto que soy, simplemente tengo que estar mandándolas a la pelea y resulten heridas, seguro hay algo que puedo hacer.

Rin ordenó que un helicóptero nos llevara, aterrizando en el helipuerto, nos subimos a este, ahí la piloto dio señal de que llegaríamos a salvo al lugar indicado, empezando a volar, las chicas prepararon sus armas.

- Sensei, creo que ya sabe qué tiene que hacer, debe quedarse detrás de nosotras para protegerlo. – Expresó Hasumi.

- Puede ir a mi lado, estará seguro conmigo. – Sonrió Chinatsu.

- La verdad es que no me sienta bien dejar que ustedes hagan todo. – Respondí. – No lo siento correcto desde mi punto de vista.

- Sensei, nosotras somos resistentes a las balas gracias a nuestros halos. – Explicó Yuuka. – Solo nos hacen daño superficialmente y con una buena cantidad podemos acabar desmayadas pero no estamos en un peligro grave por ello.

- La única forma de que podamos morir es si destruyen nuestros halos. – Respondió Suzumi, así que esa es su fuente y en general, su vida. – Pero hay esa regla no escrita de que no está permitido atacar el halo de otra estudiante, más que nada por cuestiones éticas que hasta las delincuentes siguen.

- Aunque siguen siendo problemáticas. – Hasumi soltó un suspiro, seguro que ella ha lidiado con ese tipo de situaciones en muchas veces.

- Parece que pronto llegaremos al punto de partido. – Yuuka observó de frente a la puerta, el helicóptero empezó a descender sobre la calle, justo al frente se veía una torre con un edificio por debajo, ese debía ser el lugar. – Muy bien, hay que movernos, cuando usted diga sensei. – las chicas me miraron, ellas eran las que pelearían pero igual esperaban mis ordenes, debían de tener se confianza depositada en mí, no podía defraudarlas, ahora mismo ya no soy un mago fracasado, un desempleado que no tiene nada, sí puedo ayudar dentro de lo que cabe, eso haré.

- Bien, vamos entonces. – Señalé. Comenzamos a movernos, las chicas sacaron sus armas mientras avanzaban, por lo que había informado Rin, un grupo de delincuentes habían tomado la calle en dirección a la torre, todo encabezado por una estudiante a la que llaman zorro de la calamidad, solo por el nombre señala que es alguien muy peligrosa sí es que tiene un título propio por encima de la delincuente promedio.

- Tengan cuidado, parece que igual tienen un tanque, así que necesitarán protegerse. – Informó Rin por radio, Yuuka hizo un ruido de desgano.

- Genial, no podría ser mejor y ahora llegan con que tienen un tanque.

- Eso no evitará en nada el avance de nuestra misión. – Señaló Suzumi, a pesar de que tienen un tanque, no es la gran cosa la verdad, un solo disparo es suficiente para matar a unas cinco personas por lo menos pero ellas lo dicen como si nada… estas chicas son más misteriosas de lo que pensaba, al menos en cuanto a sus habilidades.

- Nuestra prioridad estará en proteger al sensei, no podemos dejar que le alcance alguna bala, al no tener halo, moriría con facilidad. – Explicó Hasumi, las demás asintieron. Seguimos avanzando por la calle hasta ver las primeras muestras del grupo de delincuentes, ya se veían a algunas al frente.

- Ahí están, prepárense para el ataque. – Las tres chicas al frente cargaron sus armas, Yuuka fue la primera apuntando con su arma, disparó contra una delincuente la cual recibió el daño, cayendo al suelo desmayada.

- ¡Nos atacan! – Aquello alarmó a las demás que se pusieron al ataque.

- Por aquí sensei. – Chinatsu me llevó por detrás de un vehículo estacionado para protegernos, las demás estaban disparando contra las delincuentes, aunque recibían disparos, no les pasaba nada más que rasguños y continuaban, no era broma cuando decían ser resistentes, pero no era suficiente para mí, sí pudiera hacer algo…

- Es cierto. – Recordé lo sucedido hace poco, no sé por qué pero ese Gandr que lancé explotó con fuerza, quizás suceda lo mismo con los otros que tengo. – Tengo que ir.

- ¿Sensei? – Salí de mi escondite para sorpresa de Chinatsu, sé que ella buscó detenerme pero no podía quedarme de brazos cruzados, me adelanté quedando junto a las otras chicas.

- ¡¿Qué está haciendo sensei!? – Yuuka estaba confundida y preocupada, la miré a los ojos.

- Lo siento pero no puedo quedarme quieto. – Tomé uno de los Gandr de mi bolsillo y apunté al frente con mi mano. – Solo espero que funcione.

En aquel momento lancé la joya, esta voló a toda velocidad hacia el grupo de delincuentes, con toda la esperanza de que pudiera explotar, en ese momento ocurrió.

*BOOM*

- ¡Oh mierda!

- ¡Cuidado! – Yuuka invocó una especie de escudo que la rodeó y se puso enfrente de mí, pedazos de escombros salieron volando debido a la fuerza de la explosión, levantando un gran humo, al momento que se despejó, vi a las delincuentes tiradas en el suelo, realmente había funcionado.

- Sirvió… - Expresé por debajo, en ese momento Yuuka me vio con enojo.

- ¡Qué diablos estaba haciendo sensei, eso fue peligroso! – Me regañó.

- Esto, lo siento, pensé en ayudar así que lancé uno de mis Gandr, no pensé que tuvieran tanta potencia.

- Eso fue muy descuidado de su parte, sí le hubiera pasado algo, la ciudad estaría en problemas. – Ella se cruzó de brazos. – No lo haga de nuevo ¿entendido?

- Claro. – Ella aún se veía algo molesta pero entendía que lo hacía por preocupación hacia mí, solo que lo escondía bajo esa faceta de molestia. Gracias a esa prueba descubrí que mis Gandr tienen una gran potencia de fuego ¿Cómo es que sucedió? No tengo idea realmente, hasta hace poco no eran más que simples joyas normales, basura la cual no absorbió nada de poder mágico pero ahora tienen una potencia igualable al de una granada… ¿Qué es lo que sucede en esta ciudad?

- Hay que seguir avanzando, nos estamos acercando. – Informó Suzumi, continuamos el avance hacia el edificio y, como es de esperarse, se encontraban más delincuentes disparando contra nosotros. – Yo me encargo.

Ella sacó una granada que tenía en su bolsa y la arrojó, pensé que explotaría pero en realidad soltó humo, eso fue aprovechado por las demás que dispararon contra estas para derrotarlas.

- No nos queda mucho camino. – Gracias al esfuerzo de las chicas, fuimos disminuyendo la distancia y nos acercábamos a la torre, ya con esto podría terminar todo.

- Hay algo raro aquí, el informe dijo sobre que hay un tanque y que el zorro de la calamidad está cerca, pero no los hemos visto. – Yuuka tenía un presentimiento al respecto, del mismo modo me parecía raro no ver nada al respecto, fue ahí que nuestras sospechas se confirmaron.

- Se acerca un tanque. – El informe de Chinatsu mostró como un tanque salió de un costado, y no estaban bromeando… realmente es uno.

- Esto es realmente genial, hay que protegernos. – Yuuka sacó ese escudo que la rodeó totalmente. – Sensei, será mejor que se aleje.

- … Yo igual puedo hacer algo, ya viste como pude hacer explotar con mis joyas anteriormente. - Ese era mi sentimiento, si podía ser de utilidad, lo haría.

- Deje de decir tonterías, no puede enfrentarse a un tanque, sin un halo, morirá rápidamente.

- ¡Cuidado! – Hasumi nos advirtió demasiado tarde, el tanque había disparado un proyectil que iba directamente hacia nosotros, la explosión sería más que suficiente para matarme…

- ¡Sensei! – Yuuka se lanzó hacia mí para cubrirme, en aquel momento el proyectil cayó justo sobre nosotros, generando una gran explosión.

- ¡Sensei!

- ¡Amon-sensei! – Creí escuchar a las chicas gritar pero todo estaba oscuro y mis oídos retumbaban por la explosión.

- Ugh… - Pensé que acabaría totalmente herido pero me encontraba ileso, debido a Yuuka que saltó hacia mí y parte de su escudo me cubrió, pero al verla…

- Ah… sensei… menos mal está bien. – Ella… estaba herida, la explosión la alcanzó peor de lo que pensé, aunque no había perdido algún miembro, si tenía varios rasguños y estaba sangrando de la cabeza.

- Yuuka… yo…

- No diga nada… - Ella buscó levantarse a pesar de su estado actual. – Por favor… pónganse a salvo, nosotras nos encargaremos de esto… para eso somos sus alumnas.

No está bien, nada de esto lo es, ver a estas chicas arriesgar sus vidas para protegerme, aunque sean resistentes a las balas, no quiere decir que no sufran dolor y ver a Yuuka me hizo entenderlo… me hizo ver lo realmente débil que soy, el haber nacido con circuitos mágicos débiles, ser considerado un fracaso que ni puede lanzar un hechizo correctamente… todo el abuso e insultos que recibí de mi familia y del mundo de los magos, todo empezó a regresar hacia mí, haciéndome sentir como una basura… pero del mismo modo estaba enojado.

- No… esto no acabará así. – Comencé a caminar al frente para sorpresa de Yuuka y las demás.

- ¿Qué está haciendo sensei? – Creí escuchar a Chinatsu llamarme pero no volteé, simplemente continué al frente.

- Voy a protegerlas… porque son mis alumnas. – Sonreí de un lado… como es que terminaron las cosas así, realmente no me sentía con ganas de hacer todo eso de ser un profesor, pero ahora… ya tenía un motivo más que suficiente para moverme… en aquel momento sentí un calor en mi bolsillo. - ¿Qué?

Saqué lo que tenía ahí… era la carta que había recogido antes de que el camión casi me atropellara, de repente empezó a brillar con una gran intensidad que me rodeó.

- ¡Que es esto! – En aquel momento… información empezó a llegar a mi cabeza.


Japón, era Edo, existió durante los tiempos del shogunato una fuerza militar sumamente conocida la cual se encargó de proteger al país y encargarse de los rebeldes que pudieran perturbar al gobierno… ese grupo se llamó Shinsengumi.

Conformado por tres facciones, fueron fieles al emperador Tokugawa así como enfrentarse en las guerras de la restauración Meiji, un grupo sumamente valeroso pero que llegó a su final cuando empezó la nueva era donde los samuráis ya no eran necesarios, muy pocos llegaron a sobrevivir para tomar distintos caminos… uno de ellos, uno de los capitanes originales del shinsengumi, conocido por su destreza pero igual por su habilidad llegó a tener una vida tranquila, debido a sus hazañas, le hizo ganarse un sitio como un héroe… un asesino, distintas historias se contaron de él pero solo se tiene una certeza… marcó su nombre para siempre en la historia y en el trono de héroes…

Ese hombre es… Hajime Saito.


"Yuuka POV"

No estaba entendiendo que era lo que sucedía, de repente Amon-sensei empezó a brillar lo cual nos dejó ciegas, pensé que podría haberle alcanzado un proyectil del tanque pero entonces ocurrió algo que no me esperaba.

- … ¿Sensei? – Ahí estaba él pero se veía distinto, su ropa cambió totalmente, ahora llevaba una gabardina de color negro con un traje y pantalones del mismo color, en su costado parecía portar una espada, del mismo modo que su cabello ahora tenía un aspecto un poco más corto y revuelto.

- ¿Ese es sensei? – Preguntó Hanekawa Hasumi a mi lado, tan confundida como lo estoy ahora mismo, en eso Amon-sensei volteó a vernos.

- Descuiden chicas, a partir de ahora me encargo yo. – Declaró con calma pero… sentía que podía confiar en esas palabras, poseían una fuerza distinta a como era antes… sensei se veía mucho más confiable y poderoso.

- E-Espera, no puede simplemente ir así con una espada. – Exclamó Hinomiya Chinatsu, solo pude ver a sensei sonreír de lado.

- No hay problema, después de lo ocurrido me siento un poco… motivado.

Sensei comenzó a caminar lentamente hacia el tanque ¿acaso está loco? No puede hacer nada contra una maquinaria así, no importa que ahora parezca más fuerte, es un completo suicidio lanzarte de frente a un tanque, me gustaría regañarlo pero no puedo moverme demasiado.

- Déjame te ayudo a curarte. – La chica de Gehenna se acercó, aplicando su módulo de curación con su aguja, en ese momento me sentí un poco mejor pero tardaría en recuperarme.

- ¿Qué es lo que hará sensei? – Preguntó Hanekawa.

- No tengo idea… - Respondí por debajo. Vimos como sensei se fue acercando al tanque.

- Oye ¿realmente piensas enfrentarte a mí? Tengo la mayor potencia de fuego gracias a esta hermosura. – La delincuente que manejaba el tanque se jactaba de lo fuerte que es pero no pareció afectar en nada a sensei. – No dirás nada ¿eh? Veamos sí con esto cambias de opinión.

Ella disparó en aquel momento, el proyectil fue directo a sensei, solo podía esperar que explotara en su cara… pero no pasó, de algún modo este fue cortado en dos.

- ¡Que carajos! – La delincuente solo pudo expresar asombro del mismo modo que estábamos las demás, sensei soltó un suspiro.

- ¿Realmente piensas darme más trabajo? Deseo acabar esto lo más pronto posible, voy a proteger a esas chicas con todas mis fuerzas, es mi trabajo como profesor.

- ¡No te pongas engreído, todas, disparen! – El resto de delincuentes comenzaron a disparar contra sensei, ni siquiera yo creía que él pudiera esquivar una ráfaga de balas pero sucedió lo imposible.

- ¡Está atravesando las balas como si nada! – Exclamó Morizuki, parecía como que sensei caminaba de frente mientras las balas pasaban a través de su cuerpo y él seguía ileso.

- ¡Qué diablos le pasa!

- ¡Es un ser sobrenatural! – Las delincuentes comenzaron a asustarse y la verdad es que me sentía un poco así… Amon-sensei no era alguien normal, cuando apenas lo conocí me parecía la típica persona despreocupada y que quizás valoraría más su propia vida que la de otros pero ahora era alguien distinto ¿él es realmente así?

- Sí ya terminaron… es mi turno. – En ese momento desapareció, fue tan rápido que no vi que pasó.

- ¡Ugh! – De repente escuché un quejido, sensei estaba ahí, había golpeado a una de los delincuentes con la empuñadura de su espada, eso causó que cayera desmayada, la había derrotado en cuestión de segundos.

- Eso fue rápido… - Hanekawa se quedó boquiabierta, es que fue como sí se moviera a la velocidad de la luz.

- ¡D-Disparen! – Volvieron a disparar contra él pero ocurría lo mismo, desaparecía y al momento siguiente derribaba a otra delincuente, así fue sucediendo con todas.

- No sabía que sensei era tan fuerte… - Comentó Hinomiya, yo ya estaba mejor en ese momento.

- Gracias. – Le agradecí, solo seguía observando a Amon-sensei acabar con esas delincuentes con facilidad. – Realmente no entiendo que es lo que sucede y como es que sensei ganó esa fuerza, es totalmente extraño para alguien sin un halo.

- Solo hay algo seguro… sí sensei es alguien así de fuerte, puede que sea el adecuado para ser nuestro profesor aquí en Kivotos, seguro podrá sobrevivir. – Hanekawa sonrió por debajo. En aquel momento sensei había acabado con cada una de los delincuentes, solamente quedaba el tanque.

- Supongo que solo quedas tú. – Observé como la delincuente encima estaba aterrada. – Es mejor sí te rindes… por favor hazlo que esto no tiene mayor sentido.

- E-Eso… ¡Jamás, como delincuente que soy, no retrocederé ante nada! – Ella se preparó para disparar otro proyectil, sensei suspiró.

- Ya veo… no me dejas otra opción. – Desenvainó su espada, ahora que observaba, la hoja brillaba relucientemente. – Usaré mi carta final… esta es la fuerza del tercer capitán del Shinsengumi. – Volvió a desaparecer, eso parecía ser todo para la chica del tanque, entonces observé el brillo de la hoja. – Esta es una hoja sin forma, pero la uso para cortar a mis enemigos. – Ocurrió entonces, empezó a lanzar diversos cortes por todos lados del tanque, era una velocidad la cual podía decir que superaba al humano promedio pero no parecía hacerle nada al acero. – ¡Esta es mi fuerza!

Al acabar sus cortes, guardó su espada nuevamente, pensé que no le hizo nada al tanque pero me equivoqué.

- Q-Qué. – Para mí total asombro, el tanque acabó cortado en pedazos, lo que debió ser una coraza de acero acabó rebanada como si de jamón se tratara, la delincuente cayó al suelo debido a que no quedaba nada. – E-Esto no puede ser posible, es un maldito tanque, una espada no puede hacerle nada.

- Ese fue tu error… - Sensei se acercó a ella. – No es una espada normal, así como que tampoco soy un espadachín normal, ahora, sé una buena chica y descansa. – Y entonces la golpeó lo suficiente para desmayarla… así terminó todo.

- Sensei… acabó con todas las delincuentes. – Solo pudimos quedarnos quietas observando todo, se supone que el hombre que debíamos de proteger fue quien nos acabó protegiendo al final.

- Oigan chicas, voy a entrar primero al edificio, es mejor sí apresan a todas ellas ¿sí? – Fue lo que dijo antes de entrar a la torre… simplemente… que fue lo que sucedió.

- … Es mejor si llamamos a la policía, hay que llevarlas a la correccional. – Hanekawa reaccionó antes pero estaba segura que se encontraba tan asombrada como nosotras, Amon Einhart-sensei… que clase de hombre será realmente…


"Amon POV"

No sé qué fue lo que me pasó, pero en el momento que aquella carta brilló, sentí un cambio en mi cuerpo, de repente obtuve este conocimiento y maestría en la espada, además de la velocidad y hasta mi mana se potenció, la vida de la figura histórica conocida como Hajime Saito se impregnó en mi cabeza, me sentía como mí mismo pero a la vez como otra persona, como el capitán de la tercera división del shinsengumi… y todo fue gracias a esa carta.

- Tal parece que no es una carta normal… - Ya hecho está todo, no me quedaba de otra más que avanzar y finalmente reclamar esta torre, seguro las chicas tendrán miles de preguntas una vez salga pero realmente no tengo idea de cómo responderles, todo esto es tan nuevo para mí como lo es para ellas. Alejé por unos momentos esos pensamientos para continuar al frente; al haber acabado con esas delincuentes noté que faltaba algo, según recuerdo, lo dicho por Rin es que había una criminal peligrosa, el zorro de la calamidad pero no llegué a sentir su presencia en el camino, así que tiene que encontrarse más adelante.

En el momento que entré al edificio, este se veía bien equipado, según Rin, es el edificio designado al club del cual voy a preceder, simplemente me esperaba algo más que solo un cuarto pero tiene todo lo necesario, aulas, una sala audiovisual, mi propia oficina, hasta hay una sala de juegos, tal parece que esa presidenta lo pensó todo para dejarme un lugar para mí y mis estudiantes.

En aquel instante logré sentir una presencia en una de las habitaciones, parece que nuestra criminal está aquí, sujeté la katana mientras me fui acercando, tomando la perilla de la puerta, la abrí lentamente.

- ¿Ara? Pero a quien tenemos aquí. – La persona que estaba adentro tenía una voz suave y melodiosa, no llevaba un uniforme como las demás pero sí unas ropas orientales que me recuerdan a un kimono, solo que más corto, su cabello negro que ondulaba, pero lo más significativo es la máscara que llevaba puesta. - ¿Un adulto?

- Hola, no sé si vine en el momento adecuado ¿eres la criminal que escapó?

- ¿Y qué si lo soy? Solamente decidí atacar esta torre para divertirme un rato, pero no esperaba ver llegar a alguien ¿puedo tener el placer de saber con quién converso?

- Por supuesto, me llamo Amon Einhart, soy el recién asignado profesor en esta ciudad y se supone que este edificio es del club del cual estaré a cargo.

- Así que Amon-sensei… jeje, ya veo, un gusto conocerlo, me llamo Kosaka Wakamo. – De repente mis instintos me alertaron del peligro que se estaba aproximando, esa chica tenía un aura peligrosa que la rodeaba, tal parece que la experiencia del héroe que me presta sus poderes puede saberlo. – Muy bien sensei, vamos a divertirnos un poco, sí lograste superar a la banda de delincuentes que reuní, es que debes de ser fuerte.

- ¿Realmente es necesario hacer esto? Simplemente quiero acabar rápidamente.

- Vamos sensei, ve esto como una lección que tienes que enseñarme. – Ella sacó su arma, tal parece que no puede irse tranquilamente, solté un suspiro nuevamente.

- Pero que jovencita más animada tenemos… sí eso quieres, te lo demostraré. – Quiero acabar lo más pronto posible por lo que me acercaré con mi velocidad sin hacerle mucho daño; empecé a caminar hacia ella buscando hacerla bajar la guardia, eso causó que ella se mostrara algo confundida, quizás no podía verlo por la máscara pero se encontraba indefensa, fue el momento en el que decidí actuar, me moví a tal velocidad que me vio desaparecer.

- ¡¿Eh!? ¿Dónde está? – Aprovechando su momento de confusión, acabé a solo centímetros de ella y con mi espada realicé un corte, pero no fue para hacerle daño… sino para cortarle la máscara, en el momento que se partió en dos finalmente logré ver su rostro, nada mal realmente, tiene un rostro hermoso aunque marcado por el asombro de mi acción. – Ah… ah…

- ¿Ya entendiste? No deseo hacerte daño realmente, así que puedes irte tranquilamente. – Esperaba que eso fuera suficiente para hacerla ver que no puede hacer nada, ya entonces me di la vuelta para ir a recuperar la sala pero entonces…

- Y-Yo… - Volteé a verla, pensé que podría haberla hecho enojar por haber roto su máscara con mi corte preciso, así que me preparé para cualquier cosa pero al verla… ¿se sonrojó? – E-Esto… ¡Lo siento, me voy! – Y salió volando en un par de segundos, eso me dejó totalmente confundido.

- ¿Qué le pasó?

- ¡Sensei! – En aquel momento llegaron Yuuka y las demás chicas. - ¿Está bien?

- Hola, ya me encargué de todo, encontré a Wakamo y la enfrenté, luego de una demostración ella escapó.

- La encontró y sobrevivió, tuvo suerte. – Comentó Hasumi. – Ella es realmente peligrosa ya que le encanta causar caos en Kivotos.

- En tal caso, mejor hubiera escapado, pero viendo lo ocurrido… - Chinatsu desvió la mirada. Es verdad que antes causé todo un espectáculo, deben de tener muchas preguntas.

- Sensei ¿Qué fue todo eso? De repente un brillo lo rodeó y cambió de ropa, además de tener esa espada y habilidad, queremos saber. – Yuuka me bombardeó de repente, no sabía que decir.

- Esto… la verdad es que tampoco tengo idea, todo esto es tan nuevo para mí como lo es para ustedes.

- ¿En serio no tiene nada que decir? ¡Cortó un tanque como si nada! – Entendía la euforia que Yuuka estaba sintiendo actualmente pero es cierto que no tengo respuestas para lo acontecido.

- Debo decir que se vio asombroso sensei, podría ser un gran cuerpo para los vigilantes. – Expresó Suzumi.

- Me encantaría, pero ahora tenemos un asunto pendiente… ¿pueden contactar a Rin? Yo me adentraré a ver qué puedo hacer aquí.

- Claro sensei, puede ir. – Hasumi empezó a hacer la llamada mientras las demás se quedaron a hacer guardia, ya es momento de restaurar este sitio y la energía de la ciudad entonces.


Me adentré más al edificio, ahora que no había ningún problema pude inspeccionar mejor las habitaciones y con apreciación, la presidenta no escatimó para nada en gastos para tener todo listo, si me dijeran que esto es una escuela, me lo creería y es que tiene el equipo necesario, además de su respectiva sala de descanso, no he encontrado otro lugar mejor equipado en toda mi vida.

En ese momento vi unas escaleras que llevaban a una sección subterránea, parece que hay pisos bajos tierra así que tuve que averiguar mejor; mientras más descendía, menos luz se asomaba por lo que saqué mi teléfono para tener una fuente de iluminación. De ese modo continué descendiendo hasta llegar al fondo de observé una puerta, no dudé demasiado en abrirla cuando llegué a ver algo, una especie de tableta que estaba ahí.

- ¿Qué será esto? – A simple vista es una tableta cualquiera, de aquellas que venden en los centros comerciales o tiendas de tecnología, pero el hecho de esta hasta aquí abajo e incluso encontrarse en un pedestal señala lo importante que es, en ese momento la tomé. – Veamos por donde se enciende…

Para mi sorpresa se acabó encendiendo sola, como sí mi tacto fuera más que suficiente para prender la pantalla, en aquel momento solo mostraba un fondo en blanco cuando unas letras negras comenzaron a asomarse.

"Introduzca la contraseña"

- ¿Contraseña? ¿Qué contraseña? – Ahora sí que me encontraba acorralado, no tengo idea de alguna contraseña para poder encender esta tableta, tampoco creo que las contraseñas universales como la sucesión del uno al cinco o las teclas de un teclado puedan servir, esto me pone en un gran problema.

"Sensei, recuerde las siguientes palabras…"

De repente, la voz de la chica del tren llega a mi mente, repitiendo una frase… quizás…

"We thirst for the Seven Killings.

We bear the koan of Jericho"

De forma automática escribí aquello en inglés y ocurrió un cambio, ahora se mostraron otras palabras en la tableta.

"Contraseña identificada, acceso al Shittim Chest, iniciando el sistema operativo A.R.O.N.A para la identificación biológica… bienvenido, Amon-sensei"

Antes de que pudiera decir algo más, todo cambió a mi alrededor, ya no me encontraba en esa habitación oscura sino que estaba en otro paisaje distinto, solo podía sentirlo como un salón destrozado, a través de la ventana solo se lograba ver el azul, y no solo el cielo, también el suelo, como si fuera el mar pero es solo, solo hay pupitres al frente, ahí estaba una sola chica la cual dormía.

- Jeje… deliciosos pastelillos de crema… - Por las palabras que expresaba y la baba cayendo de su boca, era obvio lo que estaba soñando, me acerqué y la piqué un poco. – No más crema batida, por favor…

- Esto… ¿puedes despertar?

- ¿Eh? ¿Y mis pastelillos? – Ella empezó a despertarse, viéndose confundida por haber interrumpido su sueño. – Tan a gusto que estaba soñando con pasteles… un momento ¡¿Amon-sensei!? – Y en aquel momento despabiló, acercándose a mí. – Finalmente está aquí Amon-sensei, lo estaba esperando.

- ¿Me estabas esperando? Mejor dicho ¿Dónde estoy?

- Se encuentra dentro de la Shittim Chest, me llamo Arona, soy el sistema operativo dentro de la tableta, puede verme como su fiel asistente. – Esta chica llamada Arona era una pequeña de cabello azul pálido, ojos azules, su uniforme se conforma de una blusa azul con una falda blanca. – Realmente me alegra verlo aquí.

- Pues… un gusto conocerte Arona, de algún modo ahora estoy aquí en esta ciudad como un profesor.

- Eso lo sé, después de todo la tableta no funciona con nadie más que con usted, sí logró poner la contraseña, eso significa que ahora las funciones de la tableta así como de la torre estarán bajo su control, tendrá a toda la ciudad en la palma de su mano.

- Toda la ciudad… no gracias, demasiada responsabilidad para mí. – Apenas estoy saliendo de un empleo y ahora me dicen que tengo que encargarme de una ciudad entera, es demasiado excesivo. - ¿Crees que pueda pasar el control a alguien más?

- … Sí puede, el control de la energía y tecnología de Kivotos puede ser manejado remotamente por alguien más sí usted lo autoriza.

- Eso me parece perfecto, ya luego podré pasárselo a Rin.

- Antes de eso sensei, hay que iniciar la verificación biológica y entonces podremos empezar. – En ese momento extendió su mano, mostrando el meñique. – Entrelace su meñique con el mío.

- ¿Cómo una promesa?

- Claro. – Respondió ella alegremente. – Así ya tendrá acceso a todas las funciones de la tableta. – Parece algo infantil, ya de por sí todo esto de adentrarme a la tableta y que esta chica sea el propio OS supera por mucho mis expectativas, no había razón para quejarme.

- Entendido, será una promesa entonces. – Entrelacé mi dedo con el de ella y entonces surgió un pequeño brillo, los ojos de Arona se iluminaron por unos segundos.

- Detectada huella dactilar… registrado el sello de Amon Einhart-sensei… listo. – Ella volvió a ser la misma. – Ya tiene acceso a las opciones de la Shittim Chest y de la torre santuario pero… hay algo raro…

- ¿Sucede algo? – Le pregunté, ella me vio con confusión.

- De repente se ha desbloqueado otras dos funciones de la tableta que desconocía… ¿Qué son las líneas ley y el deposito de cartas de espíritus heroicos? – Aquello me asombró ¿Cómo es que hay opciones de líneas ley y espíritus heroicos?

- Arona, las líneas ley son líneas que existen en toda tierra, estas poseen un rastro de mana el cual, sí se llega a realizar una conexión con una de ellas, puedes nutrirte de ella, en cuanto a espíritus heroicos, son antiguos héroes, magos, figuras que han dejado su marca en la historia sea por logros, masacres, descubrimientos o hasta formar parte del folklore de alguna cultura, eso les ha dado el privilegio de ascender a un sitio llamado el trono de héroes. – Todo eso lo leí en la biblioteca de la casa de mi antigua familia, hablaba acerca de como hubo guerras ocultas entre magos donde invocaban estos espíritus heroicos… era llamada la guerra del Santo Grial.

Eso significa que… la carta que recogí, no era una carta cualquiera, ya el nombre del depósito lo dice todo, esta es una carta de espíritu heroico, al agarrarla y entonces verme en una situación de peligro, pude fusionarme con el héroe que contenía esta y usar sus poderes prestados, por eso es que obtuve toda esta información sobre Hajime Saito en mi cabeza.

- Wow, sabe mucho sensei. – Arona me vio con brillo en los ojos.

- Bueno… es que estudié para ser un mago… aunque no lo pude lograr.

- Para nada sensei, es asombroso. – Tal parece que ella es fácilmente impresionable. – De momento noté que se registró una carta… dice que es llamada "Saber"

Así que el espíritu de la carta es Saber… es bueno saberlo, así ya lo tengo registrado y seguro podré aprender más en el futuro, pero sí es apenas una… eso significa que existen más cartas y con las demás clases… Saber, Archer, Lancer, Rider, Caster, Assassin, Berserker… esas son las clases principales con las cuales un espíritu heroico pueden ser invocados pero igual existen las clases extra Ruler y Avenger, de momento son las clases que son descritas en los libros pero pueden haber más, eso lo tomaré en cuenta, sí hay más cartas de estas clases, puede que las encuentre aquí, en esta ciudad.

- Sí ya terminamos, es momento de que regrese… puedo salir de aquí ¿verdad?

- C-Claro sensei, jamás lo dejaría encerrado. – Arona se sorprendió un poco. – Muy bien Amon-sensei, estaremos trabajando juntos de ahora en adelante.

- Por supuesto Arona, será un placer. – Y todo comenzó a brillar nuevamente.

Al disiparse la luz, estaba de regreso en la habitación subterránea, en ese momento noté que mi ropa había vuelto a la normalidad, ya había separado el poder de la carta Saber, en ese momento tomé la tableta y la abrí, fue entonces que se mostró la pantalla de cartas, ahí estaba el símbolo del Saber, tal parece que al encontrar una, esta se registrará en la tableta.

- Sensei, veo que lo ha conseguido. – Rin bajó en aquel momento. – Ha logrado recuperar el edificio de SCHALE y con ello la torre santuario, buen trabajo.

- No fue nada… ya tomé esta tableta, Shittim Chest se llama ¿no? – Ella asintió.

- Es la tableta que dejó la presidenta para usted, con ella puede acceder a todas las funciones de SCHALE así como manejar la torre santuario… aunque de preferencia, nos gustaría si pudiera transferir esa autoridad al consejo estudiantil, en ausencia de la presidente, nos haremos cargo del manejo de Kivotos en todos los aspectos.

- Por supuesto, no me siento en confianza para mandar una ciudad en su totalidad jeje…

- Muy bien, entonces haga la transferencia. – En aquel momento busqué dentro de la tableta en las opciones, fue así que encontré la transferencia del poder, introduje que fuera hacia el consejo, una vez una barra de carga llegó al cien por ciento, el control fue transferido.

- Listo Rin, el consejo ya tiene la administración de la torre. – Respondí, ella sonrió suavemente.

- Gracias sensei, ahora Kivotos podrá volver a la normalidad y prometo trabajar lo mejor posible en ausencia de la presidenta.

- Solo no te estreses demasiado, tomarse un descanso no es nada malo. – Sugerí, ella asintió.

- Una vez todo se estabilice, podría pensármelo… entonces sensei, es mejor que regrese, espero mucho de usted y que pueda ayudar a las estudiantes de Kivotos en todo lo posible.

- Por supuesto Rin, nos vemos. – Ella se despidió subiendo las escaleras, ya entonces todo acabó… así empieza mi vida en esta ciudad con un nuevo trabajo y una situación la cual nunca había esperado.

- ¿Está seguro de esto sensei? – Arona apareció en la pantalla de la tableta. – La administración de la torre es más segura sí la maneja desde aquí.

- Lo estoy Arona, es demasiada responsabilidad para mí, como alguien que realmente no ha tenido mucho en la vida, fui rechazado por mi propia familia y busqué sobrevivir a base de trabajos pequeños y engorrosos, no me siento en confianza para encargarme de algo grande, por eso prefiero dejárselo a quienes si puedan.

- Sensei… - De repente ella se vio triste, no podía entristecerla.

- Descuida que no me molesta para nada, prefiero enfocar todas mis energías en ayudar a las estudiantes como pueda.

- … Entendido, entonces trabajaremos con todo lo que se pueda. – Eso la alegró, menos mal. – Sensei, siento algo, parece que la señal de línea ley está brillando… justo debajo de usted.

- ¿Debajo de mí? - ¿Acaso hay una línea ley justo en este edificio? Hablando de suerte, sí puedo dibujar un círculo mágico y establecer la conexión, tendré un suministro de mana con el cual experimentaré todo esto que es nuevo para mí, sí no creo estar equivocado, ahora que puedo usar los poderes de los espíritus heroicos, puede que mis circuitos mágicos se hayan fortalecido, capaz y todo inició una vez llegué a Kivotos… el hecho de que mis Gandr sean potentes es prueba de ello. – Ya haremos la conexión, Arona, hay mucho trabajo qué hacer.

- Por supuesto sensei, puede contar conmigo. – Hizo un saludo al otro lado de la pantalla. Puedo llamarlo un primer día muy agitado en el trabajo, pero esto me ha abierto muchas oportunidades, Kivotos… esta ciudad esconde muchas cosas y no sé qué haré específicamente como profesor pero tomaré este trabajo en serio, mientras que me iré fortaleciendo como mago igualmente… es el momento de tomar las riendas de mi vida nuevamente, una la cual creí que se me había privado.


Hola a todos, RinMakoto reportándose con un nuevo fic, esta vez decidí traer una pasión actual mía como lo es Blue Archive junto a otra pasión ya de años como lo es el Nasuverso, la verdad que Blue Archive es un juego que me ha gustado bastante y lo he disfrutado por un par de años tan así que lo tengo al día, incluso tengo una gran lista de chicas, con todo eso en mente he decidido escribir este fic, combinando lo que sé del Nasuverso, tomando lo de las cartas de clases que aparecen en el anime de Prisma Illya pero lo trasladé aquí a que se puedan usar sin necesidad de un bastón mágico como Ruby o Saphire, ya con eso tengo cosas que decir.

No usaré servants populares, mi intención aquí es que las cartas sean de servants no tan populares o representados en fanfics, así que pueden descartar de antemano que use a las Seibas, Emiya, Cu, Scathach y todos los de Stay Night/Extella/Apocrypha, quiero darle su oportunidad a servants no tan populares, por eso es que inicié con Hajime, no hay muchos fics donde él sea un foco principal y lo mismo haré con las demás clases.

Con eso digo, usaré todas las clases, no solo las principales, sino igual las extras, así que habrá Alter ego, Foreigner, Mooncancer y hasta Pretender, aún no tengo decidido que servants usaré en todas las clases así que sugerencias, estaré gustoso de escucharlas.

Ya con este cap largo que abarca todo el prologo iniciamos con este fic, solo espero que lo disfruten, leeré todos los comentarios sí tienen algo que se pueda mejorar, siempre estoy dispuesto a ello, espero les guste, nos vemos en el próximo cap. Saludos.