Descargo de responsabilidad: Stephenie Meyer es dueña de Twilight. Drotuno es la mente maestra detrás de esta asombrosa historia, yo solo la traduzco con su permiso. ¡Gracias, Deb!
Disclaimer: Stephenie Meyer owns Twilight. Drotuno is the mastermind behind this amazing story, I'm only translating it with her permission. Thanks, Deb!
Muchas gracias, Sully por tu valiosa ayuda como prelectora. Todos los errores son míos, avísame si encuentras alguno. ¡Gracias!
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Capítulo 20
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BELLA
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Me desperté sobresaltada, confundida sobre dónde estaba, pero una mirada a mi alrededor me tranquilizó un poco. No estaba segura de que alguien tuviera ganas de irse a la cama esta noche. Estábamos acampando alrededor de la sala de estar.
Carlisle y Esme estaban en un extremo del gran sofá seccional. Alice estaba en el otro y yo con ella. Papá había tomado el sillón reclinable, lo que dejaba el medio del sofá para Emmett.
Y él era el único despierto, cambiando de canal.
—¿Estás bien? —me preguntó en un susurro.
Asentí, sentándome y frotándome la cara. —¿Qué hora es?
—Casi las dos.
Me levanté y fui a la cocina a buscar una botella de agua. Cuando Emmett se unió a mí, tomando asiento al otro lado de la encimera, levanté mi botella y le pregunté en silencio si quería una.
—Sí, seguro.
Mientras le entregaba el agua, le dije—: Uno pensaría que ya habríamos tenido noticias suyas.
Emmet sonrió. —Tal vez. James ha sido un cabrón escurridizo, pero Edward es perversamente inteligente. Siempre lo ha sido. Llamará cuando sepa algo. —Apoyó los codos en el mostrador, jugando con su botella de agua—. Si lo atrapan, entonces ustedes tendrán que permanecer protegidos hasta el juicio. El mejor escenario es que James no sobreviva. Eso deja a Powell libre de cualquier conexión con su sobrino y los libera de cualquier testimonio. Todos los casos estarán cerrados.
—Edward puede dispararle sólo por frustración.
Emmett sonrió, dejando escapar una ligera risa. —No te equivocas, Bella. —Golpeó mi botella con la suya en un brindis simulado y agregó—: Deberías intentar dormir un poco. Es posible que no escuchemos nada durante unas horas.
Asintiendo, suspiré profundamente. —Lo sé, pero no puedo. A veces solía esperar despierta a mi papá. Especialmente en cosas como esta.
Tomó un trago y sonrió con tristeza en mi dirección. —Me alegra que entiendas lo que hace Edward. Necesita a alguien que no se asuste por su trabajo.
—¿Su ex?
—Sí. ¿Te contó?
—Sí. Dijo que ella tenía problemas con su horario —le dije, poniendo los ojos en blanco ante eso—. Como si un policía tuviera un jodido horario establecido.
Emmett se rio, tapándose la boca para no despertar a todos en la otra habitación. —Ah, ella tenía problemas, de acuerdo —murmuró irónicamente, sonriendo ante mi resoplido—. Sólo la vi una vez, pero... Tú, me gustas. Eres buena para él.
Sonriendo, me encogí de hombros. —Bueno, me robó el gato. — Emmett sonrió en mi dirección, pero agregué—: Lo que me dice más sobre Edward que cualquier cosa que cualquiera de ustedes haya dicho.
Emmett asintió y ambos saltamos un poco cuando su teléfono vibró al otro lado del mostrador. Miró la pantalla y frunció el ceño.
—¿Por qué Garrett...? —deslizó la pantalla para contestar la llamada—. ¿Garrett?
Emmett era un tipo bastante tranquilo. Era rápido con una sonrisa y una o dos palabras de aliento, pero ver a ese hombre gigante ponerse blanco como una jodida sábana hizo que mis piernas comenzaran a temblar. Porque si Garrett estaba llamando – no Edward – y Emmett de repente se ponía de pie y caminaba de un lado a otro, entonces algo realmente jodido acaba de suceder.
Me tambaleé un poco y Emmett corrió hacia mí, pasando un brazo alrededor de mis hombros para guiarme hasta el taburete de la cocina. Sin embargo, su mano nunca abandonó mi hombro mientras escuchaba a Garrett al otro lado de la línea. Estaba lo suficientemente cerca ahora como para poder oír una palabra aquí y allá. Entendí palabras como bala, cirugía y murió al llegar al hospital.
—¿Em? —grité con los ojos rogándole que me dijera algo, cualquier maldita cosa.
—¿Están seguros? ¿Puedo entregártelos? —preguntó Emmett, apretando mi hombro suavemente.
Escuché a Garrett decir «James está muerto» al otro lado de la línea y jadeé.
—Bien. Bien. Los subiré a todos y vamos hacia ti —dijo Emmett, dejando caer su teléfono en su bolsillo. Todavía no me había soltado, pero agarró mi otro hombro para hacerme concentrar—. Bella, necesito que mantengas la calma, pero tu hermano apareció en el almacén esta noche. Se ofreció a James, pero lo que realmente hizo fue darle a James una distracción para que Edward y Garrett finalmente pudieran arrinconarlo.
Jadeé y mi boca se abrió. —¿Quién... Emmett, a quién carajo le dispararon? —grité y escuché a la gente uniéndose a nosotros en la cocina, y agarré la camisa de Emmett—. ¡Dime a quién le dispararon, Emmett!
—A Jasper... y a Edward.
Los jadeos detrás de mí fueron fuertes y de repente sentí que los brazos de mi padre me envolvían. Brevemente, dejé que el pánico aumentara. No podía perder a ninguno de los dos. Jasper, por más problemas que pudiera causar, era mi hermano. Pero Edward… Edward tenía mi corazón, y de repente, me arrepentí de no habérselo dicho. Demasiado pronto o lo que sea, debí habérselo dicho.
—¿Qué... qué sabes, hijo? —preguntó papá, abrazándome mientras las lágrimas brotaban y se derramaban de mis ojos—. Tranquila, Bells. No entres en pánico hasta que haya algo por qué entrar en pánico. —Esas palabras fueron susurradas contra mi cabeza cerca de mi oído.
—No saben nada todavía. Ambos están en cirugía. Eso es todo lo que sé.
—¿Dónde? —preguntó Carlisle.
—Virginia Mason.
Carlisle estuvo inmediatamente en su teléfono celular, dando nombres y solicitando información lo antes posible. Murmuró palabras como sobrino y estatus.
—Bells —susurró papá—, concéntrate, niña. Ve a vestirte.
Por una fracción de segundo, me apoyé en mi papá, pero mi mirada se volvió hacia la suya. —¡Jasper estaba planeando esto! —siseé, sacudiendo la cabeza. Les conté a papá y a Alice sobre esa llamada, pero pensé que estaba teniendo un mal día—, ese idiota testarudo... Parecía estar diciendo adiós.
—Bueno, puedes destrozarlo en el hospital. Anda. —Esperó hasta que me bajé del taburete antes de agregar—: Lleva a Ali contigo.
Mis ojos siguieron su mirada, y la pobre Alice estaba temblorosa y pálida, con las manos sosteniendo ese vientre suyo. Las lágrimas corrían por su rostro. A pesar de sus altibajos, Alice amaba a mi hermano y me dolía el corazón por ella. No saber nada era simplemente una porquería. Esos dos hombres necesitaban lograrlo.
—Mierda —dije con un profundo suspiro—. Vamos, Alice. Vamos a vestirnos. James está muerto, así que estamos oficialmente fuera de nuestro escondite. —Enlacé su brazo con el mío—. Y ahora mismo, desafiaría a quien sea que se me atraviese.
Emmett resopló, pero sacó su teléfono. —Rosie, llama a Tanya. Necesito que nos encuentre en el hospital.
Llevé a Alice escaleras arriba a su dormitorio. —¿Necesitas ayuda?
Ella sacudió su cabeza. —¿Qué hago... qué pasa si...?
—Lleguemos al hospital antes de hacer esas preguntas, Ali —la tranquilicé, apartándole el pelo de la cara. Lo tenía más largo y le quedaba bien—. Nos tenemos la una a la otra, ¿cierto?
Ella sollozó, asintió y se secó las lágrimas. —Sí, definitivamente.
~oOo~
Nos tomó poco más de una hora llegar al hospital y subir las escaleras. Todos estaban inquietantemente silenciosos, y Alice y yo estábamos muy nerviosas.
Garrett nos recibió en el pasillo. Parecía exhausto, enojado y estaba cubierto de sangre. Mis ojos se abrieron y apreté la mano de Alice.
—¡Ey! —dijo con un profundo suspiro, estrechando la mano de Emmett y luego la de Carlisle—. Me acaban de decir que Edward está en recuperación. Está bien, estable. —Se dio unos golpecitos en el hombro justo debajo de la clavícula, pero no hasta el brazo. —Recibió el disparo aquí. No hay huesos, ni arterias principales, ni órganos. Sólo músculo. Un maldito golpe afortunado, de verdad. Y si no fuera por Jasper, entonces no estoy seguro de que hubiera tenido tanta suerte.
—¿Y Jasper? —Alice preguntó en un débil susurro.
Garrett sonrió con tristeza. —Él está... todavía está en cirugía. La bala que alcanzó a Edward atravesó a Jasper primero. Aquí.— Señaló su lado izquierdo, justo debajo de las costillas y luego la espalda—. Le alcanzó el estómago, pero apenas rozó los riñones.
Carlisle asintió solemnemente y se dirigió a la estación de enfermeras más cercana. Sin embargo, Garrett se acercó a Alice y a mí.
—Necesitan saber que Jasper hizo que Edward jurara cuidar de ustedes dos... y del bebé —dijo nerviosamente. Sacudió la cabeza lentamente, mirándonos a todos—. Jasper sabía lo que estaba haciendo. Descubrimos que había estado trabajando en la fábrica de cemento. Estoy bastante seguro de que se estaba poniendo en posición para ayudarnos o matar a James por su cuenta. Esta noche, aprovechó la oportunidad para darle a James lo que quería: a sí mismo. Una vez que estuvo dentro de ese almacén, nada más le importó a James. Hasta que aparecimos para hacer cumplir la orden de captura.
»Antes de que pudiéramos despejar el área, James te amenazó, Bella. Y tu hermano perdió la cabeza. Golpeó al hombre hasta dejarlo sangriento. Edward estaba a punto de quitarlo de encima de James, pero tenía un arma, y antes de que pudiera apuntarle a Edward, Jasper se arrojó sobre él y pelearon. —Garrett se frotó la cara—. El arma de James se disparó y Edward disparó una bala. Yo también disparé. James estaba muerto antes de que Jasper y Edward cayeran al suelo. —Frunció el ceño y volvió a sacudir la cabeza lentamente—. La mierda más valiente que he visto en mi vida. Ambos.
Fue demasiado. Solté la mano de Alice, que estaba apoyada contra la pared, pero papá inmediatamente me abrazó con fuerza. No estaba segura si quería sacudir a mi hermano o abrazarlo. Sólo quería tener la oportunidad de elegir.
Porque había una razón por la que me había preguntado sobre Edward cuando hablamos antes. Jasper encontró lo único que pensó que podía darme: Edward. Había entrado en ese almacén con el único propósito de entregar a James. Había entrado allí pensando que podía acabar con todo.
—Vamos, Bells. Vamos a sentarnos en la sala de espera hasta que alguien pueda darnos una actualización. Edward estará bien. Y Jasper es fuerte, así que sólo tenemos que esperar. ¿Bueno? —Me tranquilizó, pero también tranquilizó a Alice.
Ambas asentimos y nos guio hasta la sala de espera más cercana. Encontramos a Rose y Tanya ya ahí. Ambas estaban vestidas con jeans y zapatillas deportivas, y lucían como todos nosotros, como si fueran las tres y tantas de la madrugada y nos hubieran sacado de la cama.
Emmett se acercó a ellas mientras papá nos llevaba a Alice y a mí a unas sillas en la esquina. Intenté no escuchar. No estaba segura de poder retomar la historia, donde mi hermano se arrojó frente a una bala dirigida a Edward. No éramos los únicos en la sala de espera, pero debido al tiempo, estaba en silencio. Incluso la televisión estaba a bajo volumen.
Mis ojos se sentían como papel de lija, ardiendo por las lágrimas que intentaba no derramar y por la falta de sueño. Me presioné los ojos con las palmas de las manos para aliviar un poco la presión y la picazón. Justo cuando estaba a punto de ir a buscar una taza de café solamente para hacer algo, apareció uno en mi visión.
—Está bien, probablemente no sea tan bueno como el de Common Ground, pero... mis opciones eran limitadas —dijo Tanya, tomando la silla junto a la mía.
Sonriendo en su dirección, tomé la taza. —Gracias.
—Rose y yo trajimos varios —dijo, señalando la mesa de café frente a nosotros—. Y un chocolate caliente para Alice.
Sonriendo, miré a Alice, quien le dijo gracias en voz baja.
Carlisle había desaparecido, pero podía imaginar que estaba usando todos sus contactos para conseguir información. Esme se sentó con Rose y Emmett, pero todos estaban en silencio. Garrett paseaba hablando por su teléfono celular con varias personas: una de ellas, su esposa, Kate, y la otra, su jefe, Banner. Esto último se refería al almacén, pero me di cuenta de que estaban contentos de que el caso hubiera terminado.
Tomando un sorbo de mi café, miré sin ver la televisión. Las noticias estaban la pantalla, pero sólo mostraban las historias normales: deportes, clima, crímenes. Pero no el crimen que tuvo lugar hace apenas unas horas.
Garrett y Emmett habían estado sumidos en una conversación, pero la voz de Emmett se elevó. —¿Por qué carajo Banner tomaría la placa de Edward?
Miré a mi padre, que los había estado observando en silencio, pero respondió antes que Garrett. —Porque alguien murió mientras se ejecutaba una orden judicial. Edward tendrá que ser absuelto antes de recuperar su arma y su placa. —Garrett asintió, pero no dijo nada cuando papá continuó—. No debería haber ningún problema. Parece que hay suficientes testigos para dar testimonio de que fue en defensa propia. Es el protocolo estándar.
—Él no hizo nada malo —afirmó simplemente Garrett—, Banner dará su informe y lo absolverán. También tomó la mía.
Arrugando la nariz, negué un poco con la cabeza. Me pareció una tontería, pero tampoco podía lidiar con el sistema de gestión de The Inferno. Estaba feliz de tener mi propio negocio.
Tanya resopló a mi lado. —Tu cara es una señal de neón de que no tienes paciencia para las tonterías burocráticas.
Sonriendo en su dirección, me encogí de hombros. —Ninguna en absoluto. Papá pasó por lo mismo cuando le dispararon durante un robo. Mató al sospechoso. Si no hubiera resultado herido, le habrían devuelto su placa, pero así fue —suspiré, poniendo los ojos en blanco—. Lo que me molesta son los imbéciles que hacen las preguntas. No hay zona gris. No hay compasión en cuanto a por qué la autodefensa era el único recurso. Entiendo que tienen un trabajo de mierda, pero yo no podría hacerlo.
—Asuntos Internos —respondió Garrett con una sonrisa—. Sí, están... Bueno, están ahí por una razón, pero tienden a hacer que todos sientan que han hecho algo mal.
Papá resopló. —Me alegro mucho de estar retirado. Pero Edward estará bien. Tiene una buena cabeza sobre sus hombros. Manejó todo mejor de lo que yo probablemente lo habría hecho. James sacó un arma y todos reaccionaron lo mejor que pudieron.
—Pero si no le devuelven... — comenzó Emmett, pero Garrett y papá lo detuvieron.
Garrett habló primero. —Lo harán. Banner ha estado supervisando todo este caso desde que descubrimos un patrón en The Inferno. Les dirá a todos que se vayan al diablo. Él estuvo allí esta noche, así que... no te preocupes.
—Todo lo que Edward quería era ser policía —dijo Tanya a nadie en particular—. Después de lo de sus padres, él no quería nada más que ser lo opuesto a su padre.
Emmett asintió, pero la miré. —Sí, puedo entender eso.
Tanya sonrió con tristeza. —Me alegro de que te lo haya contado. Me alegro de que entiendas... esto —señaló con el dedo a Emmett y Garrett—, esa es la mitad de la batalla.
Solté una carcajada, pero todos nos quedamos helados cuando Carlisle entró en la sala de espera. Su rostro usualmente estoico y tranquilo mostraba un poco de estrés, y antes de que pudiéramos entrar en pánico, caminó hacia papá, Alice y yo.
Acercando una silla, se sentó frente a nosotros. —Jasper superó la cirugía. Ahora está en recuperación y, a partir de ahí, lo pondrán en la UCI. Les diré que fue un momento delicado, pero su cirujano dijo que su corazón estaba fuerte, y que, a pesar de que la bala le había atravesado el estómago, Jasper había salido bien. Lo vigilarán de cerca para asegurarse de que no hay hemorragia. Estará inconsciente durante algún tiempo.
—Un momento delicado —repetí, porque sonaba como si casi perdiéramos a mi hermano.
—Casi lo pierden dos veces. Demasiada pérdida de sangre. Las heridas de bala en el abdomen pueden causar falla multiorgánica y, dependiendo de la trayectoria de la bala, varias cosas podrían resultar dañadas. Durante las próximas veinticuatro horas estarán monitoreando que no haya hemorragia o cualquier fallo orgánico: riñones, hígado, páncreas. Pueden verlo, pero no estará despierto ni consciente durante un tiempo.
—¿Pero... lo logrará? —papá le preguntó.
—Hubo muchos daños. Me gustaría darle algo de tiempo para asegurarme de que encontraron todos los problemas. Es afortunado de que sus riñones y páncreas no hayan sido tocados. Sabré más en veinticuatro horas —explicó Carlisle suavemente—. Si les parece bien, supervisaré su recuperación. Conozco su historial.
Papá y yo asentimos, pero Alice estaba a punto de desmoronarse.
—Gracias, Carlisle —susurró Alice, frotándose el vientre—, ¿cuándo podremos verlo?
—Una vez que lo lleven a la UCI podrán verlo, pero él no se dará cuenta —le respondió.
—Bueno.
Miré a Carlisle. —¿Y Edward?
Él sonrió un poco. —Está preguntando por ti —dijo, levantándose y ofreciéndome su mano—. Está bien después de la cirugía. De las dos, la de él era infinitamente más sencilla.
Carlisle me guio fuera de la sala de espera y por un par de pasillos. Todas las habitaciones y enfermeras parecieron desaparecer, pero antes de que entráramos a una habitación al final del pasillo, Carlisle me detuvo.
»Quiero… —suspiró profundamente, agarrando mis hombros suavemente—. Sólo quería preguntarte si estás lista para esto. Edward, a pesar de su inteligencia y valentía, sufre de ansiedad. Esa ansiedad sale... áspera. —Cuando solté una carcajada, él sonrió en mi dirección—. Estoy seguro de que lo sabes. Yo sólo... Te has vuelto importante para él, Bella. Trata de no tomártelo en serio si él…
—Estoy bien, Carlisle. Lo prometo. Él es mmm... Él también es importante para mí —interrumpí su charla nerviosa—. Ha mejorado, pero entiendo por qué estás preocupado. No voy a ir a ninguna parte.
Sin embargo, noté que el tío de Edward había diagnosticado a su sobrino, lo que probablemente explicaba por qué él y Esme eran tan buenos tratando con él. Sabían que sus reacciones a veces eran inevitables.
Y una vez más, mi odio por Ed padre estalló ardientemente. En el fondo, esperaba que el hombre al menos se hubiera orinado encima cuando acabaron con él. Tal vez se haya cagado. Quizás lloró como uno niño pequeño. Esperaba que al final entendiera lo horrible que había sido.
Pero lo dudaba.
Carlisle sonrió suavemente, deteniendo la cortina. No estaba preparada para ver a un Edward grande, fuerte y beligerante en una cama de hospital. Simplemente no lo estaba. Siempre parecía más grande que la vida, la valentía encarnada.
Largas pestañas descansaban sobre las pálidas mejillas. Su cabello estaba por todas partes, pero fue el gran vendaje en su hombro, junto con el cabestrillo para su brazo izquierdo, lo que hizo que las lágrimas corrieran por mis mejillas. En silencio, me acerqué para quitarle el mechón rebelde de la frente y esos hermosos ojos verdes se abrieron.
—Ey —susurré, inclinándome hacia su toque cuando alcanzó mi cara.
—Ey —dijo con voz áspera, secándome las lágrimas—. Técnicamente, todavía estoy de una pieza.
Resoplé, feo y crudo, y no estaba segura si era una risa o un sollozo. Me incliné, presionando mi frente contra la suya y tomando su rostro al mismo tiempo.
—Lo estás —sollocé—. Sin embargo, dijiste que volverías a casa conmigo. Definitivamente estás en problemas por romper la otra mitad de esa promesa, ya que todos hemos tenido que venir para acá.
—Sí, culpa mía.
Sonriendo y todavía sollozando, pregunté—: ¿En serio estás rompiendo conmigo aquí?
Soltó una risa cansada y me besó en los labios. —Nunca.
Quería asfixiarlo con besos, envolverlo y decirle que lo amaba. Recibí un simple beso antes de que Carlisle regresara a la habitación. Edward no me dejó ir muy lejos, entrelazando nuestros dedos cuando me alejé para ver a su tío.
—Van a llevar a Alice y Charlie a la UCI, Bella. Si quieres ir, puedo hacer que te esperen.
—Sí, por favor —asentí con vehemencia y luego me volví hacia Edward—, ya regreso. Yo sólo...
Besó mis dedos y asintió, pero miró a Carlisle. —¿Él... él...?
—Jasper sobrevivió a la cirugía —respondió cuando Edward no terminó su pregunta—. Ahora sólo tenemos que observarlo de cerca. Tiene suerte de que no le haya golpeado nada más que el estómago. Ambos son extremadamente afortunados.
Edward asintió, mirando en mi dirección. —Él... Bella, ¡acababa de aparecer ! No lo sabía. Hice todo lo posible para…
Lo besé. —Sé lo que hizo —dije suavemente, encontrando la mirada preocupada de Edward—. Específicamente aceptó un trabajo cerca del almacén de James. Esperó a que hicieras tu movimiento y entró allí para asegurarse de que lo único que quería y necesitaba volviera a mí. Tú. Quería terminar con esto porque sentía que me lo debe.
El ceño de Edward se frunció y sacudió la cabeza lentamente. —¡Podrían haberlo matado! —espetó, con las fosas nasales dilatadas.
—O podrías haber sido tú —respondí con calma—. No estoy segura de que me importen una mierda los porqués, Edward. —Me encogí de hombros antes de pasar mis dedos por su cabello—. James está muerto, pero ustedes dos no. Sólo puedo concentrarme en eso en este momento.
—Eso es lo que quiso decir —murmuró Edward, frotándose la cara con su mano sana—. Me dijo que te dijera que lo sentía, que «mamá estaba equivocada». Dijo que era la única manera de hacerlo.
Mi garganta se cerró con un nudo formándose en ella. —Sí, pensé que esa fue la postura que tomó. —Me incliné para besar su frente y luego sus labios—. Volveré en unos minutos para ver cómo estás. Sólo quiero verlo. ¿Está bien?
—No tienes que… —gruñó, deteniéndose a mitad de la frase cuando levanté una ceja en su dirección.
—Si termina eso de alguna manera malhumorada, detective, no le gustará mi reacción. —Me incliné más cerca y susurré—: Después de lo de ayer por la mañana, creo que entenderías que ahora usted es mi responsabilidad oficial.
Edward se quedó helado como un ciervo ante los faros, parpadeando hacia mí. Esperé a que continuara con su beligerancia, pero tragó nerviosamente y asintió.
—Está bien, volveré en unos minutos.
~oOo~
EDWARD
Sentí mi cuerpo como si estuviera lleno de plomo o de cemento. Estaba exhausto, pero el dolor me despertaba cuando los medicamentos pasaban. A lo largo de la mañana y hasta la tarde, me despertaba y veía a Bella acurrucada en la silla, durmiendo. Si ella no estaba allí, estaba tía Esme.
Al final vi a casi todo el mundo. Banner y Garrett pasaron y me explicaron que la muerte de James Hunt estaba bajo investigación, pero que había suficientes agentes allí para verificar que era justificable. Honestamente, no estaba seguro de sentir remordimiento – aparte del papel de Jasper en todo esto.
—Aquí —escuché a mi derecha, y miré para ver a Tanya allí con una bebida y lo que parecía un panecillo—. Alice tuvo algunos calambres, así que le van a hacer un examen. Necesitaba que Bella la acompañara. Temen que el estrés esté causando algunas complicaciones.
Frunciendo el ceño, asentí y acerqué mi bandeja cuando ella dejó la comida y la bebida.
—De todos modos, Bella dijo que te despertarías con hambre. Se aseguró de que te diera algo. —Ella suspiró y sacudió la cabeza hacia mí—. Qué manera de asustarnos a todos, mejor amigo.
Sonriendo brevemente, tomé la bebida y tomé un sorbo. —Lo siento.
—Deja de estresar a tu chica. Ella es fuerte, pero maldita sea...
Resoplé una risa sin humor, encontrando la mirada de Tanya. —Ella es fuerte.
—Es buena para ti.
Asintiendo, tomé el panecillo de arándanos frente a mí. Estuvo bien, pero los muffins de Common Ground estaban mejores. Bella usaba bayas frescas. Ese pensamiento me hizo realmente darme cuenta de lo mimado que estaba por ella. Sabía que ahora era mi turno de malcriarla. Ella se lo merecía. Ella lo necesitaba. Necesitaba ayuda con Common Ground una vez que todos nos vayamos a casa y yo la ayudaré. De todo corazón.
Y no podía esperar.
—Le contaste sobre tus padres —dijo Tanya suavemente, sentándose en la silla a mi lado cuando asentí—, eso es realmente bueno, Edward.
—Ella se merecía la verdad, T. Necesitaba saber lo jodido que estoy antes de que... ahora que estamos... —Sonreí—. Era justo.
—Bien. Ahora, si te vuelves estúpido, realmente nos uniremos contra tu malhumorado trasero. —Ella me parpadeó inocentemente, con una sonrisa que habría asustado a los hombres más débiles. Tal como estaban las cosas, sabía que no estaba bromeando.
—Sí, señora —estuve de acuerdo, tomando un trozo de muffin y metiéndolo en mi boca.
—¿Cómo te sientes?
—Como si me hubiera atropellado un tren: adolorido, cansado, pesado. —Miré por la ventana del hospital y vi que la tarde estaba a punto de transformarse en crepúsculo y que con él llegaría la lluvia—. ¿Hay alguna novedad sobre Jasper?
—No, todavía está inconsciente, pero hasta ahora se mantiene estable.
Asentí, con el ceño fruncido. —Bien. Estar estable es bueno —murmuré, comiéndome al último bocado del panecillo—. Si no lo logra...
Tanya suspiró y se sentó hacia delante en la silla. —Todos son conscientes de que tomó esta decisión por su cuenta. Han repasado toda una gama de emociones al respecto: enojados, confundidos y finalmente resignados. No te culpan, ni un poco. Garrett les contó sobre tu reacción cuando te diste cuenta de que Jasper se había metido en todo esto. También saben que uno o ambos podrían estar muertos ahora mismo, así que... el consenso es que están agradecidos por dónde estamos en este momento.
Tanya no mentía, y nunca endulzaba una mierda, así que me apacigüé en el momento en que Bella, Alice y Charlie no me culpaban por todo. Ambos levantamos la vista cuando una de las enfermeras entró para ver cómo estaba.
Era una mujer mayor, de sonrisa brillante y piel oscura. Ella me miró y alzó una ceja. —¿Vas a causarme problemas? Tu tío parece pensar que podrías hacerlo.
Tanya soltó una carcajada y se acercó para alborotar mi cabello. —Es posible. Si lo hace, avísenos.
Puse los ojos en blanco hacia la enfermera y noté que su nombre era Peggy. —No, para nada.
Ella se rio entre dientes. —Tengo mis ojos puestos en ti. Ahora, ¿cómo te sientes? —preguntó mientras me tomaba la presión arterial, la temperatura y el pulso.
—Como si me hubieran disparado.
Ella sonrió en mi dirección. —Bueno, oficial, así fue. Y le debe estar doliendo. ¿Cuál es su nivel de dolor? ¿En una escala del uno al diez?
—¿Siete u ocho?
Ella asintió. —Querían que te hiciera saber que te mantendrán al menos una noche más en observación.
—Bueno.
Me lo había imaginado, y tenía la sensación de que de todos modos habríamos estado aquí para saber sobre la condición de Jasper. Tampoco quería que nadie volviera a Common Ground sin mí. James estaba muerto y había representado una amenaza para las chicas, para Charlie y probablemente para mí, pero no me sentía cómodo dejándolos regresar a ese edificio sin mí.
Powell podría buscar venganza por la muerte de su sobrino, pero lo dudaba. James había avergonzado a su tío al cagarla públicamente de manera épica. Sin embargo, tenía curiosidad por saber cómo le fue a Felix después de lo de anoche. Apostaría a que fue «arrestado» para mantener su fachada, pero ahora estaría libre de pasar a trabajar para Powell, tal vez ocupar el lugar de James en la distribución de drogas. Sin embargo, me pregunté brevemente qué pasaría con The Inferno y todos los empleados restantes, pero no me detuve en ello.
Mis ojos comenzaron a cerrarse y dejé que el sueño me llevara. Cuando me desperté de nuevo, la habitación estaba más oscura y el televisor iluminaba un poco las cosas. Acurrucada en una silla estaba Bella, quien tenía los ojos llorosos y miraba cualquier programa que estuviera en la pantalla. Captó mi movimiento y se levantó para acercarse.
—¿Qué hora es? —pregunté, extendiendo la mano para tocar ese dulce y hermoso rostro.
—Un poco después de medianoche. ¿Cómo te sientes?
—Sobreviviré, hermosa —dije, deslizando mis dedos por su cabello y acercándola para poder besarla—¿De qué me perdí?
Ella asintió y me devolvió el beso antes de pasar sus dedos por mi cabello. —Alice tuvo algunos calambres, así que Carlisle pidió un favor para hacerle un chequeo. Ella está bien. Estaba un poco deshidratada, así que le dieron líquidos por vía intravenosa. ¡Sin embargo, pude ver al bebé en la pantalla!
Sonreí ante el pequeño chillido de felicidad que salió de ella. Parecía emocionada y orgullosa cuando le pregunté—: ¿Sí? ¿Como los latidos del corazón, los dedos de las manos y los pies?
—¡Sí! —asintió, radiante como un día soleado—, creen que es un niño.
—Charlie estará feliz.
—¡No jodas! —estuvo de acuerdo—. Jasper todavía se mantiene ahí. Sus riñones están funcionando bien y no hay sangre en la bolsa, así que eso es bueno. Su presión arterial y ritmo cardíaco son fuertes. Le están dando cosas para controlar la infección. Dijeron que, si continúa así, tiene muchas posibilidades de recuperarse.
—Lo siento mucho, hermosa —dije con sinceridad—. Yo no…
Ella me besó para hacerme callar. —Conozco a mi hermano, Edward. Esto no fue culpa tuya. Prometo que no te culpo. ¿Está bien?
—Está bien.
—Está bien —repitió con una pequeña sonrisa y un suspiro—. Ahora, ¿cómo te sientes realmente?
—Dolor. Incómodo. Tengo que orinar.
Ella soltó una carcajada. —Iré a buscar a la enfermera.
Chasqueé. —No —me quejé—. Sólo... asegúrate de que no me enganche con nada. —Señalé todas las mangueras que iban a todas partes y terminaban en mi brazo.
Me levanté de la cama con las piernas temblorosas, pero mi equilibrio estaba bien. Hice rodar el soporte conmigo, asegurándome de que no me enganchara en nada. Una vez que terminé y volví a la cama, Bella me ayudó a ubicarme nuevamente: levantando las mantas, asegurándose de que las vías intravenosas estuvieran bien y, finalmente, las almohadas y levantando un poco la cama. Siseé de dolor.
—Lo siento—, susurró, comenzando a retroceder.
—No, cariño. No fuiste tú. Ven aquí —le dije, acercándola mientras me movía un poco—. Acuéstate conmigo. Por mi lado bueno. —Sacudió la cabeza y probablemente estaba a punto de discutir—Sólo acuéstate a mi lado, Bella. Te ves agotada. Deberías haberte ido a casa con mis tíos.
Frunció el ceño, pero se acostó y apoyó la cabeza en mi pecho. —Nadie fue a casa… quiero decir, Emmett, Rose y Tanya lo hicieron, pero nadie de la casa. Todavía estamos todos aquí —me dijo, mirándome y le di un beso en la frente—. Papá está con Jasper. Alice está en maternidad por si acaso. Y Carlisle y Esme están en su consultorio. Tu tío está pidiendo favores a todo el mundo. Yo... no me habría ido de todos modos.
La acerqué más y cerré los ojos. —¿Por qué? Tienes que estar exhausta.
—Porque... todos los que amo están aquí, Edward. Dormiré cuando todos ustedes salgan de este lugar —afirmó, pero se congeló un poco.
Sonreí en lo alto de su cabeza, dejando caer beso tras beso, y finalmente pregunté—: Entonces... ¿no estoy solo en esto?
Su cabeza se levantó y me miró boquiabierta. —No, no lo estás.
—Definitivamente no vamos a romper ahora… —susurré, presionando mis labios contra los de ella. Ella me devolvió el beso con fuego y calidez, y cuando nos separamos, presioné uno más en su frente. —Duerme, hermosa. Sé que te asustamos muchísimo, pero estaré bien.
—Lo hiciste —susurró—. Yo estaba... Mi corazón se hizo añicos cuando Garrett llamó a Emmett.
—Shhh, te tengo. Tu corazón está a salvo conmigo.
Se acurrucó más cerca y susurró—: Lo sé, Edward.
~oOo~
Nota de la autora: El estado de Jasper sigue pendiendo de un hilo. Edward está bien. Bella está agotada. Sí, más o menos se dijeron palabras mágicas, pero no realmente. LOL ;)
