Memorias del Viento

"Parte 2"

-2 horas más tarde-

De vuelta en Magna Grecia, los integrantes de la Familia Zeus están fuera de la habitación junto a las hijas de Hera, así como sus dioses mientras le hacen un chequeo médico a Aria.

Apenas el mensaje llegó, Zeus ordenó ir de inmediato, de hecho Silver salió disparado por la ventana abierta de la cocina a gran velocidad para llegar cuanto antes. Él sabía que hoy le tocaba a su esposa el cuidado de la peli dorada y debía ver que todo estuviera bien.

Los días después de la derrota del Dragón y el nacimiento de Bell, a Aria se le hizo una revisión médica.

El doctor les indicó que ella estaba bien pero que se encontraba en estado de coma, también les indicó que si ella llega a despertar debían ser cuidadosos al hablarle, revelarle de forma directa los hechos dañara su percepción de la realidad así dejarle heridas psicológicas.

Por ello era importante que todos la ayudaran a entender lo que había sucedido de la mejor forma posible.

Zeus incluso mandó a llamar al mismo doctor para hacerle un chequeo médico a Aria ahora que está despierta. Todos esperaban fuera de la habitación.

-¿Aria-san va a estar bien?

Preguntó Bell que estaba junto a sus padres.

-Ella estará bien, solo le están haciendo un chequeo médico.

Respondió Silver a la pregunta de su hijo para asegurarle de que todo está bien.

Solo dos minutos más tuvieron que esperar para que el médico saliera del cuarto.

-¿Y cómo se encuentra?

-Ella está bien, Hera-sama. Lo que necesita ahora es alimentarse bien y descansar.

Dijo el doctor tenía una expresión complicada.

-Esa expresión que tiene no me da mucha confianza. ¿Pasó algo mientras hacía el chequeo?

-Ya que lo menciona ella me empezó a hacer preguntas sobre dónde está o dónde están su familia y amigos. Se ve que es consciente de su entorno aunque debe tener algún grado de Estrés Post-Traumático. Es mejor que sean cuidadosos a la hora de hablarle.

Informa el médico.

Por lo menos pueden estar tranquilos de que no tiene algún trastorno pero es claro sabe de su situación por lo que es mejor no agitarla con tanta información.

-Muchas gracias, disculpa que te sacará de tus labores con esto.

-No se preocupe Zeus-sama. Fue un placer ayudarles. Si me disculpan, volveré a mi consultorio.

El médico hizo su salida al despedirse.

Con ello hecho solo queda saber qué acciones iban a tomar a partir de ahora.

-Esto es lo que haremos. Zeus y yo entraremos a hablar con Aria para explicarle todo la situación, ustedes deben estar en guardia en caso de que las cosas se pongan feas y nada de sorpresas que puedan agitar. ¿Estoy siendo clara?

Instruyó Hera.

Fue muy severa con ello, pues no quería agitar a la pobre espíritu que lo perdió todo.

Los dependientes de ambas Familias asienten y se dispusieron a hacerlo indicado.

-Diosa. ¿Bell y yo podemos ayudar en algo?

-Normalmente diría que no pero como tu hijo fue al primero que Aria vio tal vez sea bueno que estén presente para darle algo de apoyo emocional.

Dijo la Reina del Olimpo.

-Silver y Zald, ve a la cocina y hagan mucha comida. Esa espíritu no comió en siglos, debe estar hambrienta.

-En seguida.

El azabache aceptó la órden, él junto a su amigo de cabello café oscuro se fueron.

Los demás también se retiraron a hacer lo indicado. Siendo una Espíritu del viento con gran poder debían contener como puedan una posible reacción violenta que ella pueda tener.

Pero al mismo tiempo debían alejar la atención innecesaria, sobre todo las de sus rivales. Si descubren que tenían a una Gran Espíritu escondida por cinco años es seguro que buscarán tenerla entre sus filas.

-Unos minutos después-

Zeus, Hera, Meteria y Bell entraron a ver a Aria, quien se hallaba reposando en la cama.

La peli dorada se veía algo cansada luego de haber estado en coma por mucho tiempo y se veía curiosa al grupo.

No tenía idea de donde estaba, o qué hacía en esa cama y esperaba que alguien le de respuestas.

-Buenas tardes. Permite que nos presentemos. Mi nombre es Hera, Diosa de la Familia más poderosa de ciudad.

La Reina del Olimpo se presenta con la arrogancia que la caracteriza.

-Y él es Zeus, Dios de la segunda Familia más poderosa y mi estupido marido.

Luego presentó al Rey del Olimpo en su habitual forma.

-Gracias Hera. Y un gusto conocerte jovencita.

-¿Dioses…?

La peli dorada se vio dudosa hasta que noto el aura divina que la pareja posee. Definitivamente eran Dioses.

Nunca pensó que un día llegaría a conocerlos.

-Venimos desde el Tenkai para vivir con los mortales en el Gekai. Buscamos conocer así cómo experimentar cómo viven aquí, a cambio les damos a los mortales que nos siguen nuestra bendición, el Falna, para que puedan combatir a los monstruos.

Indicó Zeus, haciendo que Aria se pregunte cuándo fue que estos llegaron. Hasta donde sabe estos no estaban antes de su expedición a la Mazmorra.

-Quienes reciben nuestra Falna pasa a formar parte del grupo de personas que sigue a un mismo Dios, nuestras Familias. Meteria aquí presente es parte de mi Familia.

Hera hace mención de su hija favorita y esta con su hijo en brazos se acerca a la cama hasta sentarse.

-Mucho gusto. Me llamo Meteria y este es mi hijo Bell.

-Hola. Soy Bell y tengo 5 años.

Madre e hijo se presentaron ante la Espíritu.

-Hola… Es un gusto conocerlos… Mi nombre es Aria.

La peli dorada se presentó con una sonrisa triste.

-¿Qué es lo que te acompleja mi niña?

-Tengo muchas preguntas… ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué pasó con los monstruos que atacaron a mi grupo?... ¿Qué pasó con mi familia y amigos? ...Quiero saberlo.

Expreso lo que la estaba agobiando a la Diosa mientras Meteria toma su mano.

-Contestaremos tus dudas, pero no será fácil, ya que lo que digamos puede no ser lo que quieres o esperas oír. ¿Lo entiendes?

Hera un uso un tono solemne pero comprensivo que no era característico en ella. Pero tenía una razón para ello.

Ante sus ojos estaba una mujer que sobrevivió a una catástrofe que le arrebató todo lo que tenía, debía ser cuidadosa con sus palabras y el tono para no lastimarla más de lo que ya está.

-Para empezar, estás en Magna Grecia, que es la sede y el hogar de mi Familia. Te trajimos aquí una vez que fuiste rescatada del interior del Dragón Negro.

-¿Dragón… Negro?

-Así llamamos a ese monstruo, el que te devoro y te tuvo prisionera. ¿Lo recuerdas?

-...Lo recuerdo…

Aria confirmó las palabras de Zeus mientras su mirada se endurecía.

Por más que quisiera, nunca iba a olvidar al monstruo que frente a ella iba a matar a su esposo y la separó de su hija. Lo odiaba tanto que lo quería muerto aun si ella moría con él, eso sería lo mejor pues así podría volver con su familia y amigos.

Pero entonces se dio cuenta de algo.

-...Dijeron que fui rescatada… ¿Cómo?

Fue lo que pregunto mientras la expresión en Hera y Zeus reflejaban pesar, una que Meteria compartía.

-Fue muy difícil la verdad. Nuestras Familias casi fueron aniquiladas por ese monstruo, lo peor es que no estaban listos para enfrentarlo, aun si derrotaron al Behemot y al Leviatán.

Contó Hera.

-¿Behemot? ¿Leviatán?

-Son otros los monstruos que junto al Dragón Negro escaparon de la Mazmorra.

Fue la respuesta de la Diosa.

La Espíritu recordó a los otros dos monstruos que junto con el Dragón destruyeron al grupo como si nada.

-Derrotaron a ese dos monstruos… pero dicen que sus Familias casi fueron aniquiladas por el Dragón. ¿Cómo es eso?

-Siendo honestos, tuvimos ayuda de otras Familias cuando enfrentamos al Behemot aunque fue mi hijo Zald quién lo mató de un golpe.

-Cuando enfrentamos al Leviatán contamos con la ayuda de la Familia de Poseidón y fue mi hija Alfia quién lo mató con su hechizo más poderoso.

Lo dicho por ambos Dioses sorprendió a Aria. Si aquellas personas que mencionan eran tan fuertes como para haber acabado con esos monstruos no ve cómo fue que casi son destruidos por el monstruo que la tuvo prisionera.

-Pero a la hora de enfrentar al Dragón, la maldita bestia era más fuerte que los otros dos, solo dejó con vida a los miembros más fuertes para jugar con ellos antes de matarlos. Tanto Zald como Alfia no estaban en sus mejores condiciones para pelear por lo que casi mueren con los demás.

Relató Zeus los hechos que le contaron sus dependientes hace cinco años.

-Todo se veía perdido hasta que lo impensable pasó, el marido de Meteria consiguió la ayuda necesaria para enfrentar al Dragón.

-¿Eh?

Las palabras de Hera dejaron confundida a Aria.

-Es cierto. Silver encontró ayuda para derrotar a ese monstruo.

-¡Papi había sobrevivido a ser aplastado y enterrado vivo por la cola del monstruo pero regresó con las Sombras del Abismo!

Tanto Meteria como Bell no pudieron evitar sonreír ante como el mencionado logró darle vuelta a una situación tan mala.

-¿Sombras del Abismo…?

-El tonto tuvo suerte de encontrarse con esos seres y que estuvieran dispuestos a ayudar. Gracias a eso los pocos que quedaban de nuestras Familias sobrevivieron y le dieron pelea al Dragón, incluso lograron rescatarte antes de matarlo.

-¡Ah!

Se sorprendió de escuchar que la habían rescatado y de saber que el monstruo estaba muerto. Eso esclarece más las cosas pero todavía tenía sus dudas.

-El monstruo está muerto… pero…

Y esas dudas traían consigo un temor que no quería confirmar.

-¿No habrán… encontrado a-a alguien… más a-aparte de m-mí? ¿Algún otro sobreviviente?

Apenas dejó que esa pregunta saliera de sus labios los adultos la vieron con pena.

-Tristemente… Solo te encontramos a ti… Lo siento.

Al escuchar eso por parte de la Diosa no era lo que esperaba, se negaba a creerlo pero no sentía que le estuvieran mintiendo. Muy en el fondo sabía la verdad y le dolía aceptar, era que su amada familia y sus queridos amigos ya no estaban.

No quería aceptar los hechos pero debía afrontarlos.

-*Wuuujuju~* *Hic* *Wuuujuju~*

Aria está llorando por la pérdida de sus seres queridos. Era consciente de que lo que hacían era muy riesgoso, pensó que con el liderazgo de Albert nada malo podía pasar aunque este dijo que igual eso era inevitable.

Tanto Bell como Meteria la abrazan para darle el apoyo que necesita, la última era más empática con ella por pasar por una situación similar por culpa de algo fuera de su control.

El niño se sentía mal por verla triste.

Hera y Zeus miraban con pena a Aria, entendiendo bien el dolor de perder a un ser querido. Ellos siendo seres inmortales han visto ir y venir a muchos, lamentando la partida de aquellos virtuosos que consiguieron su atención. Incluso lamentaron las muertes de sus dependientes que perdieron la vida ya sea combatiendo a otros Aventureros o contra los monstruos de la Mazmorra. Hasta le dieron la respectiva procesión funeraria a quienes murieron al completar las Tres Grandes Tareas.

No era fácil asimilar la pérdida y dejaron que se desahogará el tiempo que necesitara.

-P-Por lo menos~ *Hic* Esos monstruos… Ya no lastimaran a nadie~ *Hic*

Aria intentó verle el lado positivo a todo esto tras dos horas de llanto.

Desconoce cuánto tiempo ha pasado. Si lo supiera estaría desconsolada por no poder despedirse de sus seres queridos como se debe. Además de estar inconsciente por cinco años.

-Gracias… *Hic* por salvarme... y por cuidarme mientras estaba inconsciente.

-Puedes darle las gracias a Hera y sus hijas por cuidarte. Pero si quieres puedes agradecerles a quienes te rescataron.

Ella asiente mientras Zeus va a buscarlos.

Al menos debía darles las gracias a las personas que la salvaron. Se arriesgaron mucho al hacerlo y era lo menos que podía hacer.

Pero deseaba que fuese Arbert quien hubiera venido a salvarla de ese monstruo y así estar con Ais. Cómo desea verlo fervientemente.

-Aquí están.

Zeus volvió y trajo consigo al equipo de rescate.

Aria vio sin muchos ánimos a una mujer idéntica a Meteria de cabello plateado que usa vestido gótico, un hombre muy alto de cabello café oscuro con cicatrices en la cara y el último era…

-*¡Ah!*

Reaccionó al verlo.

-Hola. Es bueno ver que al fin despiertas.

Silver saludo al verla.

Si debía ser sincero cuando su esposa les contó su teoría de quien era la mujer que rescataron, él quedó con cierta preocupación por cómo ella iba a afrontar la realidad de las cosas y más cuando le dijeron que podría tener un trastorno severo. No quería que algo así le pasara y sufriera mucho.

Noto los rastros de lágrimas en su rostro, por lo que debió haber llorado por bastante tiempo para desahogar todo lo que tenía dentro mientras asimilaba su situación.

No le gustaba ver llorar a una mujer pero no podía hacer mucho por ella más que desearle lo mejor y que pueda recuperarse.

-Albert…

-¿Eh?

Debió escuchar mal, por un segundo ella dijo el nombre de alguien que no está en el cuarto y por lo visto no era el único.

Alfia abrió los ojos, Zald se veía desconcertado como Meteria, Hera y Zeus.

-¿Albert?

Pregunto Bell que estaba igual que los demás pero claramente la escucho.

Rápidamente los ojos de Aria se llenaron de lágrimas y antes de que alguien pudiera hacer o decir algo.

-¡ALBERT!~

*¡WHOOSH!*

Aria se abalanzó hacia Silver muy rápido pero al hacerlo un muy fuerte viento apareció de la nada y como si fuera un mini tornado...

-¡AHHHH!

Hizo volar a todos los demás en el cuarto.

Meteria tuvo que proteger a Bell de que se estrellara contra la pared mientras Alfia y Zald reaccionaron para protegerse y minimizar el daño, Hera y Zeus salieron volando e iban a estrellarse contra la pared pero el Dios protegió a su esposa con su cuerpo del impacto tanto como contra la pared como contra el suelo.

En cuanto a Silver…

-¡GAGH!

*¡PLOP!*

Fue tacleado por Aria y terminó cayendo al suelo con ella encima.

Todo la habitación quedó patas arribas y el estruendo fue tan sorpresivo que los integrantes de las dos Familias vieron tan rápido escucharon los gritos.

-¡¿Qué fue lo que pasó?! ¡¿La espíritu explotó?!

-¡Hera-sama, Alfia! ¡¿Qué fue esa explosión?!

Tanto Maxim como Europa fueron los primeros en llegar a la habitación y ver el desastre que estaba hecha.

-¿...?/¿Ah…?

Los dos capitanes quedaron mudos al ver algo que no esperaban para nada.

-Estoy bien. Por una vez el tarado de mi marido sirvió de algo.

Hera logró levantarse del suelo mientras Zeus adolorido también lo hace pero ella le da una mano y de un jalón lo ayuda a pararse.

-Jeje… Bueno, no podía permitir que salieras lastimada.

-Desde luego ya que soy…

La Diosa se quedó muda al presenciar lo que tanto la capitana de su Familia como el de la Familias Zeus estaban viendo, y Zeus al observar lo que estaban viendo los tres mencionados no pudo evitar que una sonrisa de orgullo se le formará en la cara.

-Me esperaba que siendo la gran Espíritu fuera un poco más gentil.

Comentó Zald viendo el desastre que quedó el cuarto.

-Pude escuchar su lloriqueo desde donde estaba, y era un martirio.

Alfia limpio su vestido.

-Lo que más me consterna es esa reacción que tuvo al ver al imbécil de… oh… Esto no es bueno.

Ella vio algo que se temía mientras que Zald se frota los ojos creyendo que estaba viendo mal pero no.

-¡¿Está bien, bebé?! ¡¿Te duele algo?! ¡¿No estás lastimado?!

Meteria estaba viendo de pies a cabeza que su hijo no estuviera lastimado, ella podía ser muy sobreprotectora cuando se trata de la seguridad de este.

-E-Estoy bien mamá…

Bell se sentía un poco abrumado por los cuidados que su progenitora le daba, bueno, de toda su Familia en general.

-¿Y tú cómo estás?

-Yo estoy bien. Recuerda que soy una Aventurera.

La peliblanca le sonríe a su pequeño para calmarlo mientras flexiona su brazo derecho para mostrar su fuerza.

-Se necesita más que eso para vencer… me… ¿Eh?

Levantando un poco la vista de su hijo para ver cómo está su marido, se encuentra con algo que para nada esperaba.

Bell al mirar en la misma dirección que su madre se tapó la boca para evitar que se le escape una reacción de asco.

¿La razón? Pues…

Apenas Silver se recuperó de la tacleada que recibió de la espíritu, intenta levantarse pero siente como un peso estaba encima suyo y unos delgados brazos lo rodean en un abrazo muy posesivo, pero algo lo estaba inquietando y era la sensación de algo cálido presionando contra sus labios.

Al abrir lentamente los ojos ve el rostro de Aria muy cerca del suyo y…

-*Chu~*

…Ella lo estaba besando. ¡La Gran Espíritu del Viento lo está besando!

Para colmo podía sentir como ella se le pegaba con ese abrazo mientras ponía todo su amor en ese beso.

-"¡¿Por qué me está besando?! ¡¿Qué quiso decir con Albert?! ¡¿Acaso tenía una relación con este?! ¡Esto es confuso!"

La mente del azabache está procesando la situación en la que estaba tan rápido como podía y a la vez que buscaba una forma de salir de esta situación tan comprometedora.

Para su mala suerte todos, desde su esposa, su hijo, su cuñada, los Dioses, su mejor amigo y ambos capitanes de ambas Familias así como los demás miembros los estaban viendo.

-"Es oficial… Estoy muerto… Rey Antonio, mi padre biológico, estoy a punto de conocerte… Mamá, espero que vengas a mi funeral… Hera-sama, espero que diga algo bueno sobre mí… Padre, por favor no te enorgullezcas de esto… Meteria, por favor perdóname y perdona a Alfia así como las demás que serán mis verdugos… Bell, espero que crezcas bien sin mi y que tu suerte con las mujeres sea mejor que la mía…"

Silver estaba dando sus últimas oraciones mentales para lo que claramente iba a ser su inevitable muerte a manos de su cuñada y de las compañeras de esta, quien claramente usará esta situación para por fin acabar con su vida.

Ese hubiera sido el caso de no ser porque alguien se movió antes que ella.

*¡Grap!*

-¡DEJA DE BESAR A MI ESPOSO!

-¡UUAaah!

Con ese grito Meteria toma a Aria por detrás de su ropa y la lanza para separarla de Silver.

Ella había visto cómo su esposo estaba de lo más alterado por el repentino contacto físico así como afectivo de alguien que apenas conoce y como buena esposa que es debía protegerlo de las mujeres que se acercaran.

*¡TOMP!*

-¡Ufff!

La peli dorada cayó muy pesadamente en su cama.

Ser un Espíritu del Viento no la hace muy ligera que digamos.

-¿Estás bien?

-Lo estoy. Me tomó por sorpresa...

La peliblanca ayudó al azabache a pararse quien tenía la cara roja por la acción de la peli dorada.

Nunca pensó que sería besado por otra mujer que no fuera su esposa.

-¡Meteria-san! ¡¿Por qué me alejas así de Albert?!

Aria no tardó mucho en volver a incorporarse y recriminarle a la mencionada que la alejó de su "amado".

-¡Lo estabas besando!

Meteria se aferra al brazo izquierdo de Silver de forma posesiva.

-¡Claro que lo bese! ¡¿Está mal que bese a mi esposo y más cuando él me salvó?!

-¡¿Esposo?!

Todos se sorprendieron ante esa revelación. Nadie se esperaba que Aria fuera la esposa del Rey Mercenario, y por ende debe ser la madre del hijo que se menciona en la historia.

-¿Tengo dos mamis?

Pregunto Bell de forma inocente y sin entender muy bien lo que pasaba.

-Más importante aún… ¿Por qué dijiste que estaba besando a tu esposo?

Estaba claro que al ver a Silver, Aria lo confundió con Albert, algo que nadie pudo prever y más porque no se esperaban que el actual Rey Arcadiano sea parecido al Rey Mercenario.

Ambos serán Aventureros pero Albert es retratado como un valiente líder y el más fuerte de su época. Por su parte, Silver solía ser muy mal visto por ser el más débil de la Familia Zeus junto a ser la burla por lo cobarde y pervertido que era, pero luego de conocer a Meteria se volvió alguien más fuerte y respetado, aunque era considerado un loco suicida, mientras que para su hijo era un héroe y su modelo a seguir.

-¡Él es mí esposo!

Meteria le señala a Silver cosa que deja pasmada a Aria

-¡¿Nani?! ¡¿Me estuviste engañando?!

-¡Espera!

El azabache fue confrontado por la peli dorada quien no se veía nada contenta.

-Para empezar yo-

-¡El no engañó a nadie! ¡Es incapaz de eso!

La peliblanca lo interrumpió.

-¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡¿Acaso no te dijo que tiene una hija conmigo?!

-¡No, no me dijo por qué no la tiene! ¡Ni siquiera cuando iba al Distrito Rojo con Zeus-sama consiguió acostarse con una prostituta o con una berbera de la Familia Ishtar, por lo que no tiene hija alguna!

-¡Meteria, Bell está presente!

Alfia reprendió a su hermana mientras le tapa las orejas a su sobrino.

No le gustaba como cuando decía cosas inapropiadas para alguien como ella, que solía ser pura y de esto culpaba a su cuñado.

El niño no necesita escuchar ese tipo de cosas de su madre, ya tiene a su abuelo para ello. Por lo que se lo lleva para protegerlo de cualquier cosa que no debe escuchar.

-¡No sé qué sea el Distrito Rojo o esa tal Familia Ishtar, pero suena a un lugar lleno de mujerzuelas! ¡Pero el punto aquí es que Albert es mi esposo y me engaño!

-¡Él no es Albert! ¡Su nombre es Silver, es mi esposo y el padre de Bell!

-¡Y encima tiene un hijo contigo! ¡Albert no baka!

-¡Qué no es Albert, es Silver!

Ambas mujeres empezaron a discutir, una estando atrapada por un deseo que tenía y la otra tratando de hacerla entender.

Los demás veían esto con gotas bajando por sus nucas, pues se ven como dos niñas peleando por el chico que les gusta.

Respecto al azabache este se sentía un poco abrumado de que ambas estuviera peleando por él pero una de ellas creía que era otra persona mientras que otra decía cosas que compartió con ella. Por lo que debía pararlas.

-¡Basta ya las dos!

Alzó su voz de forma que las dos mujeres se asustaron por esa acción.

Tomó algo de aire para calmarse mientras meditaba cuáles serían sus siguientes palabras y una vez hecho eso empezó a hablar.

-Meteria, estamos tratando de ayudar a Aria, no para pelear con ella. Se que estas molesta por que me besara pero ella cree que soy alguien de su pasado, por lo que hay que aclararle las cosas.

Le hablo a su esposa para que ella se calme y entienda lo que deben hacer.

-Hum… Bien…

No le gustaba cuando la regañaban pero tenía razón, no podía pelear con la persona que debían ayudar.

-¿Albert?

Aria no entendía lo que estaba pasando y solo recibió una mirada triste de este.

-Mi nombre es Silver Cranel. Soy el esposo de Meteria y el padre de Bell. No soy Albert.

En serio odiaba ser quien tuviera que romperle las ilusiones a una mujer y más si esta lo veía como su fallecido marido.

-¿Estás bromeando? ¿No? No eres de hacer bromas. Te conozco muy bien.

La peli dorada sonrió haciendose la desentendida con lo que el azabache le dijo y creyendo que su "esposo" trata de jugarle una broma.

-Aria. Cuando te rescatamos estuviste en coma por cinco años.

-¿cinco años?

Debía estar escuchando mal, ella no pudo estar en coma esa cantidad de tiempo.

Viendo la negativa de la Espíritu al crecer, la toma de la mano para llevarla fuera de la habitación.

La guío caminando por los pasillos hasta salir de la mansión teniendo a todos los demás siguiéndoles de cerca.

Llegaron al bello y arreglado jardín, pero cuando ve por encima de la reja nota algo que no había visto antes.

-¡Ah!

La Torre de Babel.

-Esa torre no estaba ahí antes…

-Esa es la Torre de Babel. Fue levantada una vez y vuelta a levantar luego de que los Dioses descendieron.

Fuera Hera quien habló para aclarar las dudas de la Espíritu.

-Originalmente no era así de alta y tomó mucho más tiempo el poder construirla más que solo cinco años en coma.

-¿Qué...?

Aria no entendía nada de lo que le decían y empezaba a temer algo.

Por su parte la Diosa entendió las acciones del esposo de su hija, si bien no las aprobaba y quería recriminarle por ello, pero sabía que la Espíritu descubriría la verdad eventualmente.

Hubiera preferido que fuera a más tardar pero con lo que sucedió debía terminar con ello antes que se agraven las cosas.

-¿Qué quiere decir Kami-Hera?

-Cuando Alfia, Silver y Zald te rescataron del Dragón, estuviste en coma por cinco años. Ese monstruo junto con el Behemot y el Leviatán aparecieron hace unas décadas atrás cuando todos en Gekai creían que solo eran un mito. Pensamos que recién surgieron pero gracias a unos registros del testimonio de un sobreviviente del Grupo de Albert, nos enteramos que ellos escaparon de la Mazmorra antes de que la Torre fuera levantada por primera vez hace siglos.

Informó la Diosa con un rostro que no deja a la duda asomarse.

Toda esta información fue como un baldazo de agua fría para Aria, la cual comenzó a respirar de una forma agitada al darse cuenta de la realidad.

-*Ah ha…* *Ah ha…* N-No… *Ah ha…* No puede ser cierto…

No quería creer que fue prisionera de ese monstruo durante siglos. Entonces nunca podría despedirse de familia y amigos. No le quedaba nada.

-¿Albert...?

Miró a su "esposo" esperando que este le dijera algo pero no le dijo nada y este la vio como si se disculpara con ella.

Es hay que lo vio con más claridad, aquel hombre no era Albert. Era más bajo que él, su cabello no es tan largo y sus ojos son rojos como rubíes no verdes con vetas marrones.

Ese no era su esposo.

-*¡Hic!* *¡Hic!* *Wuuujuju~* *¡Wuuuaaa!~*

Empezó a llorar desconsolada al saber la verdad tanto que cayó de rodillas.

Meteria al verla en ese estado la abrazó para darle apoyo cosa que la espíritu no rechazó y devolvió el abrazo.

Pesé a haber estado molesta hace rato, no pude evitar sentir pena por la peli dorada.

Todos veían con pena a Aria, ella había sido una víctima y fue quien más sufrió por culpa de ese monstruo.

-Por mucho que quiera gritarte y reprenderte por lo que hiciste, era inevitable que supiera la verdad. Ahora es cuestión de ella sanar y poder seguir adelante. No temas extender tu mano.

Hera le había hablado en voz baja. Vio como Silver se sentía de lo peor por lastimarla por lo que debía decirle algo, a su forma de ser.

El azabache la vio con algo de sorpresa y solo asintió, aunque no estaba seguro de lo último que le dijo.

.

-5 semanas después-

Luego de descubrir la verdad de su encierro y que ya no estaba en su época, la espíritu lloró hasta donde pudo y volvió a su cuarto donde se quedó casi todo el tiempo. Solo se levanta si necesita usar el baño o solo se sienta en la silla mientras observa por la ventana como lo ha hecho desde entonces.

No tenía ganas de nada y casi no hablaba, por mucho que otros vinieran a hacer conversación ella no respondía. Lo cual tenía a todos preocupados.

Se veía pálida, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, su cabello se veía opaco y sin brillo. Su mirada carente de emoción solo refleja la tristeza que siente.

Se sentía como una muerta en vida.

-Aria-san. Te traje tu almuerzo.

Meteria entró en la habitación de la mencionada mientras empujaba un carrito de comida.

Ve como la mencionada estaba mirando por la ventana con aquella mirada perdida y triste.

-Esta vez traje una deliciosa ensalada con un buen aderezo y jugo recién exprimido, de postre hay gelatina y creo que te gustara.

La peliblanca sonaba alegre al mencionar el menú del día mientras hacía lo posible por animar a la espíritu.

La peli dorada la ve un segundo antes de volver mirara a la ventana.

-Vamos~ Aria-san no seas un perrito tristes, come y disfruta~

Intenta darle de comer.

-No quiero…

Fue lo que dijo mientras seguía mirando por la ventana.

Normalmente Aria come sin ganas pero en los últimos días su depresión era mayor y con ello su condición empeoraba.

-Aria-san…

Ella estaba preocupada de la condición de la peli dorada, tanto que se sentó en la cama y la tomó de sus manos.

-En serio lamento mucho lo que tuviste que pasar, pero debes recuperarte.

La hablo con toda la preocupación que tenía lo que hizo que Aria moviera lentamente sus ojos hacia ella.

-Es fácil decirlo para ti… Tienes familia y amigas que te aman… No entiendes lo que estoy sufriendo y no lo harás…

No había molestia o enojo en su voz solo ese vació y depresivo tono que tenía. Ni ganas de pelear tiene por lo que vuelve a ver por la ventana.

Meteria viéndola con tristeza, la suelta de las manos y se acomoda a su lado en la cama pero la Espíritu no la mirada.

-¿Sabes? Cuando era pequeña, a mi hermana Alfia y a mí nos apareció una enfermedad, pero de las dos yo fui quien la pasó peor. Nuestros padres buscaron una cura pero un día se rindieron y nos empezaron a tratarnos fríamente…

Le empezó a contar la historia de su vida, como ella y Alfia tuvieron que escapar cuando esta última descubrió que sus padres les ocultaron la cura y las iban a vender a un noble del medio oriente. Lo duro que la pasaron cuando llegaron a Orario hasta que conocieron a Hera.

Su hermana se volvió una de las Aventurera más poderosas dentro de la Familia y de la ciudad mientras que ella por su enfermedad se quedaba en la cama todo el tiempo, observando por la ventana como todos los demás niños viven sus vidas.

Si bien nunca le faltó el amor y cuidados de su Familia, no era suficiente y por más que sonriera sentía como su vida se iba mientras esperaba a que su muerte llegará para frustración de Alfia, Hera y las demás.

-Recuerdo que la doctora dijo que no iba ni a llegar a los veinte años, pero aquí estoy con veintidós. Fufu.

-¿Cómo...?

-¿Hum?

Meteria se extrañó al escuchar la pregunta de Aria, quien la estaba mirando con atención.

Apenas escuchó como sus padres la trataban de forma fría cuando enfermó, la Espíritu no pudo evitar poner atención a la historia de su cuidadora, no se imaginó que alguien que se veía tan alegre pudiera haber pasado por algo como eso.

Tener que sonreír para no preocupar a sus seres queridos sabiendo que tú hora puede llegar en cualquier momento, no debe ser fácil.

-¿Cómo fue que lograste vencer esa enfermedad? ¿Tu hermana y las demás encontraron la cura?

-Alfia-nee y las chicas no la encontraron… Pero por ese tiempo fue que conocí a Silver.

La peliblanca siguió con su historia.

Retomando la vez que conoció al azabache, contando con detalle cómo fue hasta el abrupto final donde Alfia los descubre y pensó que no lo volvería a ver, hasta que se esté volvió a aparecer poco después en una noche. Como se hicieron amigos y se reunían a espaldas de sus Familias, Silver le contaba sus anécdotas de las que ella se reía y le traía ricos postres que él mismo hizo.

A Aria todo esto le pareció de lo más lindo lo que hacía la pareja juntos, lo que le recordaba como eran ella y Albert en su propia forma. Se sorprendió cuando esta le dijo como en una cita ambos se confesaron y subieron a la adultez juntos, pero su relación fue descubierta cuando…

-¿Embarazada?

-Sí. Estaba esperando a Bell en ese entonces. Alfia-nee y Hera-sama me presionaron para que les diga quien era el padre.

-¿Y qué pasó después?

-Querían matar a Silver.

Prosiguió contando cómo fue que su hermana y Diosa junto al resto de la Familia querían destruir a la Familia Zeus y matar a Silver por lo que hizo, pero las encaró y pidió poder casarse con ella, aceptando una apuesta de que si él sobrevivía en los pisos profundos podría casarse.

Aria no sabía que le sorprendía más, que Silver fuera tan tonto como para extender el tiempo de la apuesta a dos semanas o enfrentar a Udaeus solo siendo que era el más débil en ese entonces y ganara.

Pero no podía negar que cumplio con el reto y Hera tuvo que cumplir con su parte de la apuesta luego de la "charla" con Meteria. Fue una linda boda aun cuando casi todos salvo Zeus, Zald, Maxim y Europa se opusieron a su unión. Desde entonces era conocida como Meteria Cranel.

Luego de ello vinieron enfrentar a las Tres Grandes Tareas, que era acabar con los tres monstruos que escaparon de la Mazmorra hace siglos.

La Espíritu sabia de quienes hablaba por lo que su rostro se endureció pero siguió escuchando como esos monstruos fueron derrotados hasta llegar al enfrentamiento con el Dragón que hubiera terminado mal de no ser por la ayuda que Silver encontró y esa ayuda fue quien le dijo que ella estaba en el interior del monstruo.

Llego a la parte en que los miembros sobrevivientes acabaron con el debilitado Dragón Negro al convinar sus ataques mágicos. No iba a negar que escuchar como fue el fin de ese horrible monstruo fue muy satisfactorio.

-Y ese mismo día Bell nació.

-¿Tu hijo nació el mismo día que enfrentaron y mataron a ese monstruo?

-Hai.

Les respondió sonriendo.

-¿Y no estabas asustada de que ellos pudieran morir mientras tu hijo nacía?

Le pregunto con cierta consternación.

No quería imaginar cuán duro hubiera sido para ella criar sola a Bell pero esa era una posibilidad.

-Lo estaba pero más estaba preocupada por el parto. Quería que mi bebé llegará al mundo sano y salvo aún si hubiera tenido que dar mi vida para ello.

Dijo con seguridad, pues a fin de cuentas era lo que quería.

-Pero eso no pasó, el Dragón fue derrotado y Silver regresó aquí para conocer a Bell. Fue uno de los mejores momentos que guardaré en mi corazón por siempre.

-Eso lo entiendo...

Aria sonrió un poco al recordar cómo tuvo a Ais y Albert estuvo presente para conocerla.

-Pero sigo sin entender ¿Cómo es que estás viva? No quiero ser ofensiva pero dijeron que no llegarías a los veinte años.

-No te preocupes y respondiendo a tu pregunta, pues eso es gracias a Silver.

-¿Eh?

No lo entendió en principio hasta que le contó cómo su esposo se fue a media noche a la Mazmorra hasta el Piso 64, regresó al día siguiente con una flor que la curó y le devolvió su vida, aunque eso a él le costara la vida.

-La cura fue tan efectiva que Alfia-nee también se curó y hasta Zald-san se curó de su envenenamiento. Fue algo muy bueno la verdad.

Al terminar su relato, Aria se puso a meditar un poco al respecto. Meteria había pasado por tanto aun teniendo a sus seres queridos a su lado, estos se veían impotentes de poder salvarla de su enfermedad que la aprisionó por años en la cama. De no haber sido por acción precipitada de su esposo, su eventual partida hubiera llegado y significado una dolorosa pérdida para todos ellos.

Lo que ella misma pasó es algo completamente diferente pero al igual que ella perdió su libertad y fue convertida en prisionera de su respectivo mal. Eso no lo podía negar.

-Es gracioso. Ambas fuimos salvadas por Silver.

-¿Eh?

-Deja que te cuente cómo fue que te salvaron él, Alfia-neesan y Zald-san.

Haciendo memoria de lo que ellos tres les contaron, apegándose más en la versión de los hombres pues la de su hermana tiene censuras en ciertas partes.

-¿De verdad eso paso?

-Alfia-nee le dijo que le debe un guardarropas nuevo.

-Nunca pensé que alguien voluntariamente fuera a meterse dentro del estómago del Dragón.

-Silver estaba dispuesto a ello, Alfia-nee y Zald-san se ofrecieron a apoyarlo.

Siguió escuchando esta la parte en la que llegaron al corazón donde fue Silver quien la sacó de una forma "valiente y heroica".

-¿Así pasó?

-Así pasó.

Meteria le aseguro con una sonrisa.

-Tu esposo debe estar loco. Albert no haría algo así de manera imprudente.

-Puede ser pero si no lo hubiera hecho, tal vez no estarías aquí.

En eso si que no podía contradecirla, fue la acción arriesgada acción del azabache la que le permitió ser libre de su prisión. Se lo debía.

-¿Y qué es un bikini de tubo?

-Hm… Te lo mostraré un día de estos.

-De acuerdo.

No estaba segura de porqué Meteria se mostró algo nerviosa pero no la iba a presionar.

Algo de lo que no se dio cuenta la Espíritu es que estaba disfrutando de la compañía de la Humana.

Desde que se sumió en su depresión no quiso escuchar a nadie porque no sentía que alguien pudiera entender lo que estaba pasando, pero todos querían ayudarla a que se recuperará por muy difícil que fuera.

-Todos ha sido amables con mi y yo solo me he portado como una idiota.

Ahora se sentía mal por cómo se había estado portando.

-Eso no es cierto. Tienes todo el derecho de estar triste, llorar, incluso de gritar si eso quieres pero solo quiero que sepas que ahora no estás sola.

-¿No estoy… sola?

Aria abre los ojos mientras ve a Meteria sonreirle.

-Hai… Ahora vives aquí. Y si lo quieres podemos ser amigas.

Dijo la peliblanca que de sorpresa fue abrazada por la peli dorada.

-¿Aun cuando bese a tu esposo en frente tuyo y de tu hijo?~ ¿Acaso puedes considerarme una amiga?~

Su voz se quebró un poco al hacer esas preguntas pero siente como ella le devuelve el abrazo.

-Tu extrañas a Albert. Yo estaría igual si Silver muriera y viera a alguien parecido a él… Por lo que puedo perdonarte, así como puedo considerarte como mi amiga.

Las honestas palabras de Meteria hicieron que las lágrimas brotaran de los ojos de Aria, pensó que ella la odiaría por lo que hizo pero al ver lo comprensiva que es no puede evitar abrazarla más fuerte.

-Lo siento~ No volveré a hacer eso~

-Sé que no los harás, Aria-san.

Meteria acarició el cabello de Aria para calmarla, hacerle saber que las cosas estaban bien entre ellas.

La peliblanca es comprensible por lo que no le hará daño a la peli dorada como lo hizo con varias Aventureras en el pasado que rechazaron a su marido sin siquiera darle una oportunidad de conocerlo pero cuando este se volvió alguien importante ahora si lo querían.

No iba a perdonar a esas mujeres hipócritas y eso también va para quienes lo lastimaron en su ciudad natal.

Tras por fin calmarse, Aria como la comida que le trajo. Escuchar las historias de Meteria hizo que se pasaran de la hora del almuerzo pero no le importo pues al probar la comida nota como esta tiene un sabor delicioso, que no había probado antes.

Quizás el estar sumida en su depresión le hizo perder el sentido del gusto, pero ahora que la había recuperado todo tenía sabor. Incluso ese postre llamado gelatina era una delicia.

Se sentía mejor ahora que tenía una amiga a su lado.

.

-3 semanas más tarde-

Aria estaba caminando por los pasillos de Magna Grecia buscando qué hacer en lo que esperaba que Meteria regresara de su viaje a Arcadia.

Durante este tiempo, la peli dorada y la peliblanca se hicieron muy buenas amigas. Compartieron anécdotas una con la otra, hablaban de cualquier tontería que se le ocurriera, incluso jugaban con Bell.

Pensar en el hijo de su amiga la hacía sonreír. Se estaba empezando a encariñar con este por lo lindo y dulce que es. Un tierno conejito que desea abrazar, dormir al lado de este, darle de comer y jugar. Ahora entendía por qué las hijas de Hera y la misma Diosa eran tan celosas de este. Le dan ganas de querer un hijo así.

Claro que extraña a su hija Ais, estaba segura de que si estuviera aquí ella y Bell serían buenos amigos.

Le entristece no poder verla, pero estaba segura que ella pudo salir de la Mazmorra gracias a Celdia y tener una vida normal, conocer a alguien y tener su propia familia. Ella cree que fue así la vida de su hija.

Pensando en sí misma y en su situación, Aria iba a tratar de rehacer su vida en esta época de tiempo en la que despertó.

Pero había un problema.

-Estoy aburrida...~

No tenía idea de qué hacer.

Se veía mejor que antes pero con quien más interactuaba era con su amiga y el hijo de este.

Las demás integrantes de la Familia Hera son intimidantes por él poder que tienen, sobre todo la hermana de su amiga que pese a tener los ojos cerrados tenía una expresión de molestia al estar cerca.

¿Acaso la odiaba? ¿Qué había hecho para hacerlo? Son preguntas que no tendrán una respuesta por lo pronto.

De cualquier forma debía esperar a que Meteria regresara y escuchar cómo fue ese viaje, pero para eso faltaba por lo menos varios días más y para entonces estará muerta de aburrimiento.

-Aria.

Una voz conocida se hizo presente, vio que alguien se le acercaba y era la misma Hera.

-Kami-Hera. ¿Qué se le ofrece?

-De hecho, soy yo la que viene a ofrecerte algo.

-Ya le había dicho que no quiero ser una Aventurera.

La peli dorada luego de lo que vivió no quería volver a combatir monstruos o ir a la Mazmorra, ahora solo quería una vida tranquila.

-Aunque me encantaría que formaras parte de mi Familia, no vine a ofrecerte eso sino algo diferente.

La Reina del Olimpo tenía otra cosa en mente

-¿Qué cosa?

-Trabajo.

-¿Eh?

-Minutos después-

-¿Esto es…?

-Tú nuevo uniforme de sirvienta.

Hera con un leve sonrisa mientras asiente al ver a Aria vestida con un traje negro de sirvienta victoriano de manga larga y lazo rojo en el cuello, incluso lleva una tiara que hace juego con su delantal.

-Puedes trabajar como maid en mi sede.

-¡¿Eh?! ¡¿Por qué?!

Cuestionó la Espíritu.

-No puedo permitir que estes en mi hogar sin hacer nada como una vaga todos los días. Aprenderás a hacer este oficio y recibirás un sueldo.

Respondió la Diosa.

Quería poder jactarse frente a los demás de ser la única que tiene a una Gran Espíritu en us Familia, incluso de usar la fuerza para hacer que esta se una de ser necesario. Pero decidió respetar la decisión de esta de no volver a ser Aventurera.

La Hera que todos conocen por ser una tirana, histérica y despiadada déspota se había suavizado desde la llegada de su nieto para sorpresa de muchos un giro que nadie esperaba.

-Oh… ¡Oh! Ya entiendo.

-¿Qué cosa?

La mujer de cabello color arena se extrañó por la reacción de la peli dorada.

-Me está dando este trabajo como una forma en la que pueda pagarle por todos los años que me estuvieron cuidando mientras estaba en coma.

-¿Eh?

-Me parece bien, acepto este trabajo. No la decepcionare, Hera-sama.

-Si tu lo dices…

La actitud súbita de Aria la tomó con la guardia baja.

Dentro de la mente de la espíritu, cree que la Diosa le está dando el trabajo como una forma en la que puede retribuir por todo lo que hicieron por ella y lo acepta dada su buena moral. Debía mostrar su gratitud hacia la Familia Hera y esta es una forma de hacerlo.

Pero por parte de la Reina del Olimpo, sus razones para darle ese trabajo fueron otras.

-"Solo le di el trabajo para que estuviera ocupada con algo que hacer y no estuviera como una vaga mientras espera a Meteria. Además si vuelve a caer en su depresión sería muy malo para su salud."

Era lo que pensaba Hera mientras una gota de sudor baja por su cabeza.

Aria se veía determinada a hacer su nuevo trabajo con diligencia y actitud pero ¿Logrará mantenerla?

.

-Habitación de Hera - 1 semana y 5 días más tarde-

-Hum~ Hum hum~ hum~

Aria estaba tarareando una canción mientras limpiaba la habitación de la Diosa.

Había tenido una semana ocupada con su nuevo trabajo. Barrer los pisos, limpiar las ventanas, sacar el polvo, lavar la ropa, preparar la comida y limpiar los platos, las típicas tareas de una maid.

La cosa hubiera sido muy pesada para ella de no ser por la ayuda de las demás integrantes de la Familia Hera. Le dijeron que no se esfuerce mucho pues aún no se recupera del todo.

Esto sirvió para que se fuera acercando a todas ellas y las fuera conociendo. Ahora se sentía un poco más cómoda estando cerca de ellas.

Ahora se encontraba limpiando el mueble de noche de Hera, al retirar los cajones para poder serle más fácil de moverlo sin tanto peso.

Pero al mover el mueble.

*¡Plop!*

-¿Ah?

Aquel sonido de algo cayendo le llamó la atención y vio que debajo del mueble había un libro. ¿Acaso estaba oculto tras los cajones?

Curiosa lo toma para ver de qué se trata.

-Kamasutra…

Era lo que decía la portada.

Algo gracioso es que ese libro fue un regalo de bodas de parte de la Diosa Aphrodite para Silver y Meteria, el cual Hera se iba deshacer pero Zeus lo escondió en la biblioteca de esta sin que lo supiera y lo escondió dentro del mueble de la habitación de esta, por ser el último lugar donde lo encontraría.

Aria empezó a ojear el libro y se sonrojo al ver una imagen explícita, por lo que cerró rápidamente el libro.

-¡¿C-Co-Cómo pue-de t-tener un libro así?!

Se preguntó alterada mientras tenía el libro en las manos.

Pero al verlo por un par de segundos en sus manos y luego ver que no había nadie cerca, volvió a mirar el libro con más cuidado.

Estando sonrojada siguió mirando el libro, teniendo primero una expresión de sorpresa, seguida de alarma, intriga mientras se acercaba a ver con detenimiento antes de pasar página y llevar su mano a la boca para emitir un sonido de sorpresa.

Siguió mirándolo con un sonrojo mientras abrió los ojos con sorpresa por ver una imagen muy explícita.

-¿Podría ser así de flexible para hacer esto…?

Se preguntó a sí misma en voz baja.

Ver este libro hace que su mente se formen ideas de las cosas que pudo hacer con su esposo en su momento, tener unos momentos muy íntimos y a lo mejor le hubieran hecho un hermonito o hermanita a Ais.

-Muu…~ Albert como te extraño…~

Pensar en su esposo la pone triste.

Ella esperaba poder tener su vida al lado de él mientras criaban a su hija juntos una vez conquistada la Mazmorra, pero con el ataque de los tres monstruos negros eso no se pudo.

Albert es irremplazable, pues aparte de ser un alguien muy fuerte y valiente era caballeroso, inteligente, un líder de confianza, diligente con su entrenamiento y con su deber, algo tímido a la hora de entrenar así como estar absorto en ello, pero no le negaba cualquier petición que tuviera siendo un hombre de familia responsable.

Es el hombre que ama por lo que no habría nadie que pudiera tomar el lugar que tiene en su corazón.

No lo habría…

-¡Aria!

-¡AH!

La voz de Hera saca la mencionada de sus pensamientos haciendo que se sobresalte.

Mira hacia la puerta donde se encontraba la Diosa.

-¡He-Hera-sama! ¡¿Qué sucede?!

La espíritu trata de esconder el libro tras su espalda para que no la atrapara viendo ese libro.

-No estás en problemas si es lo que piensas.

-Entonces… ¿Por qué me llama?

Estaba extrañada, ya que casi siempre que la diosa de cabellos color arena le habla es para señalar donde hacía mal su trabajo y regañarla.

-Te aviso que Meteria ya regresó de su viaje, por si quieres ir a verla.

-¡¿De verdad?!

Los ojos de la peli dorada se iluminaron.

-Sí. Ve a verla y luego regresa a trabajar.

-¡Muchas gracias, Hera-sama! ¡Es muy amable!

-Lo soy.

Vanidosa a su estilo, la Diosa de cabello color arena acepta la gratitud de la Espíritu, quien camina rápido a la puerta.

-¡Voy de inmediato y aquí está su libro! ¡Me disculpo por verlo!

Aria le entrega el libro a Hera antes de marcharse.

La Reina del Olimpo se extraña por esa disculpa y la mención de un libro, por lo que mira el libro que le entregó y se sorprende.

-¡¿Qué carajos?! ¡Zeus!

Más de cinco años después, encontró el libro del cual quería deshacerse y sabía que su muy pervertido marido lo había escondido pero no esperaba que fuera bajo sus narices.

-Vestíbulo-

-¡Meteria-san!

La peli dorada al ver a su amiga corrió hacia ella.

-¡Aria-san!

La peliblanca al ver quien la llama sonríe al ver a su amiga.

Ambas se abrazaron luego de un tiempo sin verse.

-Nee. Aria-san. ¿Qué haces vestida de maid?

Meteria se separó para ver bien a su amiga en dicho uniforme.

-Hera-sama me dio trabajo como sirvienta aquí en Magna Grecia.

-¿Ella hizo eso?

-Sí. Pero acepte ya que de esta forma puedo retribuirles mi gratitud por cuidarme durante tantos años.

-Estoy segura que tenía otras intenciones.

-Ya que lo mencionas, dijo que no podía estar de vaga mientras esperaba a que volvieras, por lo que me dio el trabajo y hasta me paga.

-Sí. Esa es mi Diosa.

La honestidad de Aria es algo que aprecia y con ello Meteria ya tiene una idea de lo que su Diosa intenta hacer con ello.

Si su amiga solo la estuviera esperando es seguro que la iba a extrañar y por ende se iba a entristecer hasta su regreso. Por lo que para mantenerla ocupada le dio trabajo, esto para pasar el tiempo y la espera de los días.

-¿No tuviste algún problema con el trabajo?

-No mucho, de hecho tus compañeras de Familia me ayudaron. Fueron muy amables.

-¿De verdad? ¿Pudiste hablar con alguna de ellas?

Meteria quería escuchar eso.

-Claro. Incluso hable con Europa, Joan, Hipólita y Merlina, son muy agradables.

Aria sonrió al hablar de aquellas mujeres que eran de las fuertes en la Familia Hera.

-Esas cuatro son cualquier cosa menos agradables.

La voz de Alfia se hizo presente haciendo que Aria se sobresalte y se esconde detrás de Meteria.

-Alfia-nee asustaste a Aria.

La peliblanca regaña a su hermana quien solo pasa de largo.

-Por lo menos saluda al verla.

La peli plateada solo dirige la mirada hacia la peli dorada quien la ve temerosa.

-H-Hola, Alfia-sama.

-Hola.

Devolvió el saludo de forma simple antes de seguir su camino a su cuarto.

-Por lo menos te dijo "hola". Es un progreso.

Meteria le vio el lado positivo a ello.

-¡Mamá, papá está trayendo las cosas!

Bell llegó mientras cargaba su propio equipaje.

Quería demostrar que era un niño grande llevando sus cosas.

-¡Bell, qué alegría verte!

Aria sale de su escondite al ver al niño y lo levanta en sus brazos para darle un abrazo.

-¡Aria-san, hola!

El niño devolvió el abrazo.

Se alegra de ver a la amiga de su madre.

-¿Cómo estuvo el viaje?

-Muy bien. Las cosas en Arcadia están bien, debería acompañarnos alguna vez.

-Oh… Eso me encantaría, pero ¿No estaría siendo una colada?

-No. Madrastra Alfia casi siempre logra colarse en los viajes y no molesta.

Eso es solo desde la perspectiva del niño que ignora las excusas de su tía para meterse en los viajes, lo cual no le importa si con ello puede pasar tiempo de calidad con ella.

-Una pregunta, Aria-san.

-¿Hai?

-¿Por qué vistes como sirvienta?

-Es que ahora trabajo como sirvienta aquí en Magna .

-Oh… Te ves muy linda.

-Gracias.

Ella sonríe feliz de ver la honesta sonrisa del niño.

Le encanta verlo sonreír y quería verlo crecer para ver la clase de persona en la que se convertirá.

-Meteria. ¿Bajaste tu bolso de la carroza?

Fue la pregunta de Silver, quien estaba llevando las maletas de viaje.

-Lo tengo. Así que no te preocupes.

Meteria se tomó la molestia de llevar algunas de sus cosas para que su marido no tenga que cargarlo todo. Debió impedir que su hermana lo hiciera cargar sus maletas.

-Gracias. Eres todo un ángel.

-¡Ay, Silver!

A la peliblanca le avergonzaba que su esposo la llamara así pero le gustaba.

Apenas Silver llegó con las maletas vio a Aria cargando a su hijo.

-Ah… Hola… Aria...

-Hm… Hola…

Apenas se vieron desviaron sus miradas mientras sus mejillas se tornan rojas.

¿La razón?

Una vez que Aria descubrió la verdad y estuvo en su depresión, cada vez que Silver debía cuidar de ella mantenía su distancia y evitaba que lo viera mucho. Piensa que al verlo recordará a Albert y eso solo la podría muy triste.

Él quiere ayudarla pero no tiene idea de qué hacer y había otra razón que lo hacía mantener esa distancia.

Al salir de su depresión y hacer amiga de Meteria, Aria intentó acercarse a hablar con Silver pero al notar como este no la miraba ella se preguntó el por qué lo hacía y recordó como lo había besado al confundirlo con Albert, cree que estaba molesto con ella por eso.

Por lo que se avergüenza cada vez que lo ve y desvía la mirada.

Esto era una situación incómoda para ambos y para todos a su alrededor.

-Me siento raro.

Dijo Bell de forma inocente al no saber leer el ambiente.

-"Sí actúan así parecen adolescentes enamorados muy tímidos uno del otro."

Fue el pensamiento de Meteria al ver todo esto, sabía perfectamente cuales eran los problemas de ambos y supo que debía ayudarlos o van a seguir así por un largo tiempo.

-¡Ya verá apenas me vea lo que pasa cuando-

-Hera-sama. ¿Qué está haciendo? ¿Y qué hace con ese libro?

Fue la pregunta de la peli blanca al ver a su Diosa que se veía muy disgustada.

Con ello la Diosa del Matrimonio se detuvo a responder las preguntas de su hija pero alguien se le adelantó.

-Hera-sama tenía ese libro escondido detrás de los cajones de su mueble de noche. Tiene imágenes muy explícitas de una pareja haciendo… cosas de parejas.

Dijo Aria sin mucho rodeo aunque se sonrojo mientras decía lo último.

Meteria se llevó las manos a la boca de sorpresa mientras a Silver se le cayeron las maletas y Bell sólo inclinó la cabeza sin entender nada.

-¡E-Esperen! ¡No es lo que ella dice, esto tiene una explicación!

Hera trató de justificarse pero tanto su hija como el esposo de ésta la ven con cierta sospecha.

-Nos gustaría escucharla, Diosa.

La voz de Europa se hizo presente, haciendo que Hera vea detrás de ella tanto a su capitana como al resto de su Familia.

Todas con sonrisas burlonas, incluso Alfia tenía una muy discreta sonrisa mientras veía a su Diosa sudar teniendo un libro que consideraba pervertido entre sus manos.

-¡ARIA!

Fue la única respuesta de Hera ante la vergüenza que la inunda.

Luego se iba a encargar de hacer pagar a Zeus por esconder ese libro en su cuarto, por ahora debía aclarar el malentendido que la Espíritu causó.

-Cuarto de Silver y Meteria - Horas de la noche-

Tras desempacar, ver como Hera prueba su inocencia, cenar y tomar un buen baño, la pareja de casados estaban listos para descansar luego de acostar a su hijo.

Apenas Silver se echó en su cama, Meteria se le subió encima.

-¿Pasa algo?

El azabache sabía que su esposa tenía algo en mente, en especial cuando lo mira tan fijamente.

-Silver. Debes dejar de evitar a Aria.

La peliblanca le dijo muy seria.

-Y antes de que digas que ella también te está evitando, te dire que solo lo hace por que cree que estas molesto por lo del beso.

Con mencionar eso hace que su esposo se sonroje, no era algo que quisiera recordar.

Debía controlar sus nervios para poder responder con claridad.

-Bueno… Eso no me molestó pero ahora eso es algo que me consterna, junto a la idea de que al verme se deprima…

Desvío un poco la mirada.

-Hum… ¿Te preocupa que pueda compararte con Albert? ¿No?

Ella preguntó y él la ve asombrado.

-¿Acaso soy tan obvio?

-No. Solo que teorice que podía ser eso a base de los rechazos que sufriste en el pasado.

-Ni me los recuerdes. Una dijo que le recordaba a su ex y era menos patético que yo, otra dijo que después de verme le iba dar una oportunidad de volver a su ex, y finalmente otra dijo que comparado con su ex no soy nadie.

Y al recordar eso lo hacía fruncir el ceño.

Era consciente de cómo era antes y de las críticas que le hacían, no era necesario que lo compararan con otros para hacerlo sentir mal consigo mismo.

*Mua~*

Siente como Meteria le da un beso en los labios y sin un segundo que perder devuelve el beso.

*Chu~* *Chu~*

Se dan dos besos luego ella junta su frente con la de él.

-A nadie le gusta que lo comparen con los demás, pero eso no debe impedirte ayudarla. Sé que puedes superar eso.

Ella tiene confianza en él y eso era palpable en sus ojos.

Al verla muy atentamente no pudo evitar sentirse conmovido por sus palabras, tanto que la besó sin pensarlo y ella correspondió.

-Muchas gracias. Eres todo un ángel.

-Oh, Silver. Tú sabes cómo halagar a una mujer.

Este era un bello momento de pareja...

-Mas te vale no hacer nada pervertido con mi hermana, Cranel.

...Y el momento terminó gracias a la cuñada del mencionado.

Meteria hizo un puchero por la intervención de su hermana y Silver se resiste a reírse por aquella expresión.

Al ver que el estado de ánimo de su esposo es Meteria sonríe tranquila y se echa al lado izquierdo de Silver y lo abraza.

-Bueno. Volviendo al tema. ¿Qué vas a hacer respecto a Aria?

-Humm…

Lo piensa un poco antes de dar su respuesta.

-Debo aclarar las cosas con ella y hablarle, no puedo evadirla todo el tiempo.

-Suena bien. Y te aconsejo que seas claro al hablar, ella es alguien boba.

-¿En serio?

-Sí, por lo que puede confundirse. Te lo digo de antemano.

-Ah, okey. Gracias.

-No hay de que. Buenas noches.

-Buenas noches.

Con ella las luces se apagaron y ambos se fueron a dormir.

.

-A la mañana siguiente-

A tempranas horas, Silver se levantó para preparar el desayuno.

Desde que se había mudado a la Magna Grecia, había cocinado para su esposa mientras estaba embarazada y luego pasó a cocinar para el resto de la Familia Hera tras que naciera Bell.

Por mucho que Hera o Alfia criticaban los platillos que preparaba, ellas eran las que más repetían respecto al postre incluso se pusieron a la defensiva cuando trato de quitarles sus platillos.

Las dos eran muy orgullosas que se negaban a decir algo bueno sobre él, y pesé a molestarle se los dejaba pasar. Ya que un día se irá a vivir con Meteria y Bell a su propia casa mientras ellas se quedan en la Sede sin poder detenerlos.

Podían ponerles cualquier excusa para no dejarlos ir pero solo retrasan lo inevitable.

Mientras hacía su camino a la cocina, estaba pensando en lo que iba a decirle a cierta peli dorada cuando la vea.

-"Okey, Silver. Solo debes hablarle y ser claro. Esto debe ser fácil. Solo es una Gran Espíritu del Viento viuda que rescataste hace cinco años. No es la gran cosa. ¿Sí?"

Se estaba tratando de calmar a sí mismo, pues estaba nervioso y gracias a las palabras de Meteria de anoche recordó lo del beso, por lo que estaba más nervioso.

Era algo que prefería olvidar pero debía afrontarlo así como afrontó a los fantasmas de su pasado. Debía ser valiente.

Apenas llego a la cocina se encontro con quien rondaba por su mente.

-¿Aria?

-¡Ah!

Al llamarla esta se sobresaltó y voltea a verlo.

-E-Eto… ¿Buenos días?

Dijo está desviando la mirada con un leve sonrojo.

El ambiente volvió a ser tenso, aunque solo eran ellos dos. Y no pudiendo soportarlo más Silver decidió ser el primero en hablar.

-Sí. Buenos días… ¿Podemos hablar?

-Ahm…

La peli dorada sentía que debía salir corriendo y más viendo que el azabache la estaba mirando fijamente en lugar de evitar verla como lo hace normalmente.

Esto la ponía más nerviosa.

-Aria. Quiero pedirte perdón por estar evitandote todo este tiempo.

-¿Eh?

Se sorprendió y se vio confundida.

-La razón por la que te estuve evitando es que temo recordarte a Albert y que estuvieras tristes.

-¿Es por eso?

-Si… Traté de mantener mi distancia pero no lo hice muy bien.

-...

Ahora entendía por qué actuaba así con ella, siente que una preocupación se le quita de encima pero aún debía hacer algo.

-Yo también quiero pedirte perdón por confundirte con Albert y besarte en frente de todos… Uuhh~ ¡Soy una desvergonzada, cometí adulterio con un hombre de familia!

Cubrió su cara con las manos para que no la viera sonrojarse de vergüenza.

-"Es linda… ¡Espera! ¡¿En qué estoy pensando?! ¡No, fuera impulso de idiotez!"

El azabache se reprende a sí mismo por aquel pensamiento traicionero, el gesto que hizo la peli dorada era adorable y que estuviera en su uniforme de maid solo la hacía ver más linda.

Sacudió su cabeza para tratar de quitarse esos pensamientos y mantener la conversación.

-Bueno… Estabas emocionalmente afectada y estresada, no te culpo por lo que hiciste, solo no lo vuelvas a hacer.

Le dijo con un tono más calmado con un leve sonrojo en las mejillas.

-Mm… S-Sí, no volveré a hacer eso. Y si lo hago, me suicidaré para limpiar mi pecado.

-¡Tampoco hagas eso! ¡No necesitas ir muy lejos!

Le dijo alterado. No la había salvado para que ella acabara con su vida y no se lo iba a permitir.

-Y también me disculpo por como te revelé las cosas. Debí ser más sensible en ello.

-Esta bien. Ya sabía que era la única que sobrevivió, por mucho que no quiera aceptarlo…

Aria bajo la mirada triste, aun le duele recordar a todos sus compañeros, en especial a Albert y a Ais. No pudo pasar más tiempo con ellos.

*Hug*

-!

Ella siente como alguien la abraza y ve que es Silver para su sorpresa.

-Disculpa. Cada vez que Meteria está triste o molesta suelo abrazarla para animarla y darle apoyo.

-Oh… Gracias.

Le devuelve el abrazo y se apoya en este por unos segundos antes de soltarlo.

-Y… ¿Ahora?

-Sí. Bueno, iba a preparar el desayuno para todos aquí.

-¿En serio? Yo justo iba a hacer lo mismo. De hecho estuve cocinando desde que fui contratada, soy buena aunque no tanto como el chef.

-Ah, pues gracias.

-¿Ah?

Ella lo ve confundida.

-Es que yo soy el que cocina normalmente.

-¿De verdad?

Se sorprende de ello.

-Sí. Aunque mejor nos ponemos a trabajar que luego Hera-sama empieza a gritarnos.

Ella asiente mientras van sacando los utensilios y los ingredientes.

La Espíritu se da cuenta de que no lo conoce y en todo el tiempo que lleva siendo amiga de Meteria está le contó muy poco sobre él, solo de algunas hazañas.

Al verlo preparar las cosas, sabe que ahora puede conocerlo mejor y no verlo como alguien que se parece mucho a su difunto esposo. Solo así podrá aclarar las cosas en su mente y de esa manera su corazón dejará de latir tan fuerte.

Esto será todo un proceso.

-Biblioteca de la Mansión Crepúsculo-

Mientras tanto, una temerosa Ais estaba ocupada en sus estudios mientras era vigilada por una muy severa Riveria.

Hace poco la niña aprendió que no debe llamar a la Alta Elfo con la palabra con "A" a menos que quiera conocer su furia. Por lo que para apaciguar a esta poderosa Nivel 6 debe de estudiar, para fortalecer su mente así como su cuerpo.

En otro tiempo Aria le habría enseñado de una forma menos estricta. Como la extrañaba… Quería que estuviera viva para poder abrazarla.

Contrario a lo que cree, mientras vive su vida su madre vive la suya en la misma ciudad que ella. Pero ninguna lo sabe.

El reencontrarse será inevitable pero eso tomará mucho tiempo...


Y hasta aquí llega la segunda parte.

Tal como dije esta saldría pronto, como vemos la historia esta centrada en Aria y su nueva vida al lado de personas nuevas.

Puede ver a la gran Espíritu actuar de esta forma les sea algo extraña pero estamos hablando de la madre de Ais, por lo que de alguien debía heredar gran parte de su personalidad. ¿no? Aparte será divertido verla como el centro de atención de la historia.

Muy bien. Si les gusto la historia pueden dejarme su review para que los lea y saber como les parece la historia.

Muchas gracias y hasta pronto.