Capítulo 6: Decisiones.

Esta en el campamento mestizo.

O, mejor dicho.

Fuera del campamento mestizo.

Draco toma un segundo para dejar de vomitar, levantándose incrédulo de donde se encuentra, no sabía dónde Hades lo iba a regresar, pero no pensó que fuera tan amable para que fuera aquí. Percy cumplió parte del trato, por lo cual fue regresado a la tierra, así que ahora está bien, a salvo. Se pregunta porque fue tan amable con él, no le dijo la identidad de su verdadero padre, pero debe haber sido alguien que aprecia para que lo tratara así.

Hades tenía sus dudas, pero puede que prefiera ser cauteloso.

Al menos que su padre en realidad sea problemático.

—¿Draco? —la pregunta viene a su derecha, voltea sin poder controlar su emoción de ver a Luke, está de regreso a salvo.

—Luke—dice aliviado caminando hacía él, sonríe en su caminar, hasta que se detiene.

El rostro de Luke parece pálido, conmocionado, lo cual le hace fruncir el ceño; casi parece infeliz de verlo.

No quiere admitir que eso le lastima un poco.

Pero es ignorado por…

—¡Draco! —el llamado del pequeño Will por otro lado, es mucho más emocionado e incluso no le dice nada cuando este se arroja para abrazarlo con fuerza.

Sus ojos siguen fijos en Luke, quien cambia su rostro a una máscara perfectamente controlada, felicitándolo por regresar y preguntando por los demás; pero Draco lo ha visto, algo que se supone que no debería haber visto.

Cuando llegan donde esta Quirón, Draco sigue viendo a Luke hasta que se aleja.

Su interior se retuerce.

Algo está mal.

Pero no sabe que es, o tal vez, en el futuro vería que es que no quería saber que era.

.

.

Tuvieron que esperar unos días para que Annabeth y Grover regresaran, un poco más para volver a ver a Percy; los tres tuvieron la misma reacción al verlos, o similar. Grover lo había abrazado con fuerza diciéndole que no hiciera nada así de nuevo, Annabeth le había dado un puñetazo antes de abrazarlo diciendo que no fuera un idiota y que no quería perder a su amigo nunca más. El abrazo de Percy había sido asfixiante, Draco se preguntó si el extraño aleteo en su interior era porque compartían un vínculo o por el propio Draco, no quería pensar en eso y solamente sonrió un poco torpe al verlos a todos lucir tan nerviosos por él.

Cuando preguntaron por Hades, Draco fue tranquilo en explicar que todo estaba bien y que no fue tan malo.

Pero no quería volver al inframundo.

—No dejare que vuelva a pasar, primero tendrán que pasar sobre mi—dice Percy con una sonrisa brillante y Draco no puede evitar sonreír.

Todo era igual, pero diferente.

Habían sido los primeros héroes en regresar vivos a la colina Mestiza desde Luke, así que todo el mundo nos trataba como si al fin vieran que era un Malfoy; al fin lo trataban con el respeto que merecía, pero no importaba tanto como esperaba antes.

Le gustaba la atención, pero tampoco era…fue extraño.

Las hijas de Afrodita sonreían al pasar, pero Draco apenas si les prestaba atención, prefería pasar el tiempo con Percy, Annabeth o Grover, Will también era una constante cuando no estaba con los otros. El chico había estado antes en el exterior, pero disfrutaba mucho de ver las cosas por los ojos de Draco y como si algo entre ellos ahora no estuviera.

Will hablaba sobre Star Wars o Star Trek, cosas que antes no entendía y ahora no lo hace, pero a diferencia de silenciarlo antes; ahora le gustaba escucharlo hablar.

Prestarle atención.

Escucharlo.

Los muggles eran raros, pero era interesante este mundo que no conocía.

El mundo que se negó aceptar cuando vino hace unas semanas.

Según la tradición del campamento, tuvieron que usar coronas de laurel en el gran festival organizado en nuestro honor, y después dirigimos una procesión hasta la hoguera, donde debíamos quemar los sudarios que nuestras cabañas habían confeccionado en nuestra ausencia.

—Sin duda soy el más apuesto del campamento—bromearía Draco mostrando sus atuendos de plata, haciendo a Annabeth bufar y Percy reír.

—Reina del drama—

—Tomare ese comentario como que reconoces que soy de la realeza Jackson, es lo único que importa—

Y se siente libre.

Bromear, reír, incluso si no eran magos.

¿Importaba?

Hace algunas semanas, lo era, pero ahora no. Porque antes de este viaje, ningún otra persona habría dado un paso frente a él para protegerlo de monstruos, no habrían dado su vida para sacarlo del inframundo, no habrían enfrentado a dioses (la historia de Percy luchando contra Ares por el Yelmo era épica y lamento perderlo si lo que contaba Grover era verdad) para regresar a Draco del inframundo; usualmente otros lo soportaban por ser el hijo de la familia Malfoy-Black.

Pero ellos.

Eran sus amigos, no solo socios o aliados, eran amigos de Draco.

Solo Draco.

Y ahora entendía que significaba eso.

Como Percy era hijo de Poseidón, no había nadie en su cabaña para hacer sus atuendos, así que la de Ares se había ofrecido voluntaria para hacer la mía. A una sábana vieja le habían pintado una cenefa con caras sonrientes con los ojos en cruz, y la palabra PRINGADO bien grande en medio.

Percy disfruto quemarla, sintió el vínculo que usualmente se activaba por emociones fuertes, disfrutar del incendio.

Mientras la cabaña de Apolo dirigía el coro y se pasábamos sándwiches de galleta, malvaviscos y chocolate, se sentaron rodeado de los compañeros de la cabaña de Hermes, los amigos de Annabeth de la cabaña de Atenea y los colegas sátiros de Grover, que estaban admirando la recién expedida licencia de buscador que le había concedido el Consejo de los Sabios Ungulados. El consejo había definido la actuación de Grover en la misión como: «Valiente hasta la indigestión. Nada que hayamos visto hasta ahora le llega a la base de las pezuñas.».

Los únicos que no tenían ganas de fiesta eran Clarisse y sus colegas de cabaña, cuyas miradas envenenadas le indicaban que jamás le perdonarían a Percy por haber avergonzado a su padre.

—Eres su héroe Percy—bromea Draco cuando ve a la cabaña de Ares lucir enojados de forma que nunca pudo hacer.

Este levanta la mano, no entiende, hasta que Annabeth ríe al lado de ambos explicando lo que significa chocar los cinco.

Cuando lo hace con Percy, este sonríe de forma brillante y las mejillas de Draco se sienten calientes, mientras sonríe. Luego tiene que chocar los cinco con Annabeth que se ríe deleitada de verlo así, Grover lo hace con ambas manos y aunque no lo sabe.

Ahora es parte de algo.

Y lo vale.

Vale toda esta loca experiencia y es algo que jamás pensó decir.

.

.

—Entonces es un vínculo emocional, es interesante—había dicho Quirón mientras caminaba por el campamento, con Draco siguiéndolo, había pedido que hablaran esa mañana luego del desayuno y Draco acepto emocionado.

Siempre era interesante hablar con Quirón, era un legendario entrenador de semidioses, había leído historias de este de niño.

Y no despreciaba como hizo Potter.

—Percy no siente nada, solamente soy yo, también esta…mmm…una necesidad de querer ayudarle—no sabe cómo explicar lo que paso ante Hades, pero Quirón queda en silencio un largo rato.

Parece pensativo como Hades.

¿Hay algo que no le están diciendo?

—El brazalete en tu brazo, supongo que no lo usaste—no es una pregunta, es una afirmación que lo deja confundido.

—No sabía cómo usarlo—expresa con molestia ya que no había pensado mucho en el brazalete perpetuo de su brazo.

Era como, si estuviera acostumbrado a verlo ahí, pero durante el viaje hubo cosas más importantes en las cuales pensar.

Quirón asintió, antes de darle dos palmaditas, Draco apenas reacciono por instinto cuando el brazalete dejo de serlo, para transformarse en una lanza. Era más alta que el propio Draco, pero se sintió cómoda entre sus manos, era la lanza más linda que había visto en su vida.

—El mango había sido fabricado con un fresno encontrado en la cima del monte Pelion; y la punta, fabricada por Hefesto, estaba hecha de bronce sólido, aunque tiene partes de plata que han sido reforzadas con el tiempo—Draco no era el mejor con la lanza, pero era mucho mejor que cualquier otra arma, incluso con su tamaño le dio una vuelta en sus manos y se sorprendió de la facilidad de esta—perteneció a Aquiles—la lanza casi cae al suelo ante las palabras de Quirón.

Voltea a verlo incrédulo, con la lanza contra su pecho.

—¿Qué? —pregunto casi sin aire.

Quirón lo ve con una leve sonrisa.

—Fue un regalo de bodas para el padre de Aquiles, Peleo…pensé durante mucho tiempo sobre quien podría ser su nuevo dueño, pero creo que eres el indicado; espero te ayude en tu camino—

Hay algo que falta de decir, cosas que oculta, pero Draco las deja de lado.

La lanza de Aquiles.

Mira la lanza con admiración, porque tiene entre sus manos el arma de uno de los personajes de las historias de su madre, algo que escucho cientos de veces cuando era niño estaba entre sus manos. La giro un poco más con una sonrisa emocionado, esta parecía liviana entre sus manos y cuando la coloco cerca de su brazo como aconsejo Quirón, esta volvió a ser un brazalete en su piel.

—Yo…gracias—susurro agradecido, realmente agradecido y Quirón sonrió.

—¡DRACO APURATE! —era el grito de Percy a la distancia.

Draco se disculpó del centauro que dijo que tenía trabajo, cuando llego donde Percy este saltaba emocionado diciendo que tenían que entrenar otra vez. Percy estaba volviéndose bueno en la lucha, Draco estaba muy por detrás de este, pero cuando mostro la lanza, los ojos de Percy brillaron con genuina emoción y Draco sonrió.

Parecía que no podía dejar de sonreír a su lado.

.

.

La madre de Percy le escribió a su hijo mucho, se sorprendió de escuchar que Sally Jackson realmente quería conocer a Draco, pero Percy lo convenció para que antes que terminara el verano fuera a conocerla. No estaba seguro de eso, de hecho, sus padres aún no se habían hecho presentes sobre su situación en casa y a veces era raro pensar que se iría de aquí. Odiaba algunas cosas del campamento mestizo, odiaba trabajar cosechando, la cabaña de Ares era invivible, pero había otras cosas buenas.

El 4 de julio, todo el campamento se reunió junto a la playa para asistir a unos fuegos artificiales organizados por la cabaña 9. Dado que eran los hijos de Hefesto, no se conformarían con unas cutres explosioncitas rojas, blancas y azules.

Habían anclado una barcaza lejos de la orilla y la habían cargado con cohetes tamaño misil. Según Annabeth, que había visto antes el espectáculo, los disparos eran tan seguidos que parecerían fotogramas de una animación (tuvieron que explicarle eso, pero Annabeth parecía encantada). Al final aparecería una pareja de guerreros espartanos de treinta metros de altura que cobrarían vida encima del mar, lucharían y estallarían en mil colores.

Mientras Annabeth y Percy extendían la manta de picnic, apareció Grover para despedirse. Vestía sus vaqueros habituales, una camiseta y zapatillas, pero en las últimas semanas tenía aspecto de mayor, casi como si fuera un adolescente. La perilla de chivo se le había vuelto más espesa. Había ganado peso y los cuernos le habían crecido tres centímetros, así que ahora tenía que llevar la gorra rasta todo el tiempo para pasar por humano.

— Me voy —dijo—. Sólo ha venido para decir… Bueno, ya sabéis—

Draco sintió la lucha interna de Percy, sus emociones sobre querer alegrarse y tristeza porque este se marchará.

Cuando este volteo a verlo, sonrió agradecido de no hacerlo público, a diferencia de cuando salto en medio de la cena hace días para decir que Percy estaba feliz de que Annabeth le dijera que no era tan feo.

Annabeth le dio un abrazo y le recordó que no se quitara los pies falsos.

Percy le pregunto dónde buscaría primero.

— Es… ya sabes, un secreto —le contestó—. Ojalá pudierais venir conmigo, chicos, pero los humanos y Pan…—

— Lo entendemos —le aseguró Annabeth—. ¿Llevas suficientes latas para el camino? —

— Sí. —

— ¿Y te acuerdas de las melodías para la flauta? —

— Jo, Annabeth —protestó—. Pareces tan controladora como mamá cabra—

Agarró su cayado y se colgó una mochila del hombro, luego volteo a ver a Draco.

—Nada de sacrificarse otra vez—dijo Grover con una sonrisa, lo que fue curioso para Draco.

Era una criatura mágica, una criatura que en su primer año de Hogwarts habría criticado hasta destruirla y decir que no tenía ningún valor para nadie.

Pero ahora.

Levanto la mano, Grover sonrió antes de chocar los cinco con él.

—Tengo mucho que preguntar todavía, así que más te vale volver pronto con ese Pan—indica Draco con una mirada socarrona.

Grover parpadea, antes de sonreír y para su sorpresa abrazarlo.

Vaya.

Este grupo de idiotas que solo sirven para abrazar.

— Bueno —dijo—, deseadme suerte—

Decir adiós, piensa Draco al verlo partir, es doloroso.

.

.

Transcurrió julio.

Fue extraño.

De ser un chico odiado y odiar a todos, se encontraba caminando de forma mucho más libre de la que sintió cuando estaba en Hogwarts. La mayoría de días era arrastrado por Percy o Annabeth, paso los días concibiendo nuevas estrategias para capturar la bandera y haciendo alianzas con las otras cabañas para mantener las zarpas de la cabaña de Ares lejos del estandarte.

Fue obligado por Percy a subir el rocódromo sin ser quemado por la lava.

Grito todo el tiempo.

No sabe porque, pero sintió la necesidad de lanzar a Percy a la lava por eso.

Annabeth pasaba parte de sus tardes hablando con él, cualquier duda que tuviera sobre el mundo muggle esta lo explicaría de la mejor forma; Will usualmente lo robaría en las noches para ver alguna de estas "películas" o "series" que pasarían de forma extraña sobre el aparato "electrónico".

Eran imágenes con sonido.

Pero todo era falso.

Increíble.

Hablo con Silena algunas veces, la capitana de la cabaña de Afrodita era bastante linda, aunque Draco no se siente tan tonto como otros chicos al hablar con esta. La chica parecía divertida de verlo, diciendo sobre que seguramente su destino en el amor sería una montaña rusa; una cosa que logro captar en referencia para orgullo y lastima de Annabeth.

La última noche del curso estival llegó demasiado rápido.

Los campistas cenaron juntos por última vez. Quemaron parte de su cena para los dioses, Draco fue bastante claro en dejar su parte para Hestia e ignorar a los otros dioses con términos despectivos. Junto a la hoguera, los consejeros mayores concedían las cuentas de «fin de verano».

Draco obtuvo su propio collar de cuero, y cuando vio la cuenta de su primer verano, se sintió extrañamente conmovido; tanto sus emociones como las de Percy.

Era completamente negra, con una lanza brillando en el centro.

—Elección de Quirón—hablo Annabeth a su lado emocionada.

Si.

Ultimo día de verano.

¿Qué pasara ahora con él?

Si su madre no aparecía mañana en la entrada del campamento o alguna carta con respecto a ella, era probable que el resto del año la pasara aquí. Se pregunto por Hogwarts, sobre su segundo año lectivo y sintiéndose dividido entre la idea de estar feliz por volver o no volver.

A la mañana siguiente encontró una carta formal en su mesilla de noche.

Sabía que la había escrito Dioniso, porque se empeñaba en escribir el nombre mal de todos:

.

Apreciado Dacon Molfay:

Si tienes intención de quedarte en el Campamento Mestizo todo el año, debes notificarlo a la Casa Grande antes de mediodía de hoy. Si no anuncias tus intenciones, asumiremos que has dejado libre la cabaña o has muerto víctima de un final horrible. Las arpías de la limpieza empezarán a trabajar al atardecer. Tienen permiso para comerse a cualquier campista no autorizado. Todos los artículos personales que olvidéis serán incinerados en el foso de lava.

¡Que tengas un buen día!

Sr. D (Dioniso)

Director del Campamento n.° 12 del Consejo Olímpico

.

¿Qué hacer?

Bueno si su madre no aparecía, la respuesta parecía obvia.

Estaba meditando, cuando algo punzo en su pecho, como si algo lo hubiera golpeado solo sintió pánico, un pánico inmenso, luego dolor.

Percy.

Salto fuera de la cabaña, no había nadie cerca, solo una sombra a la distancia que caminaba algo inquieta, Draco se abalanzo hacía Quirón gritando el nombre de su amigo.

Y cuando Quirón levanto la mirada, supo que estaba algo mal.

.

.

Luke era un traidor.

Percy fue atacado por él.

Draco tomo asiento al lado de la silla fuera de la cabaña, había escuchado la charla de Quirón, Annabeth y Percy, pero había pedido un tiempo para salir. Percy no estaba en peligro, había salido con Annabeth y Draco solo estaba sentado viendo a la nada.

Luke fue el traidor.

No se imagina que debe estar sintiendo Annabeth que lo conocía por años, Draco no podía evitar sentir sus entrañas gruñir de la traición. Había confiado en Luke, había entrenado con él, fue la primera persona en el campamento en que confió plenamente.

Fue poco tiempo alguien en quien confió plenamente.

Pero fue…rota la confianza.

¿Fue por eso que no hizo un vínculo con él?

¿Por qué lo hizo con Percy?

—Hey—Percy tomo asiento a su lado luciendo miserable—me acabo de despedir de Annabeth, dijo algo sobre que charlaron antes sobre irse, pero dijo que debes escribirle—añade este con cansancio.

Asiente.

Había hablado con Annabeth sobre la posibilidad de quedarse, por un momento pensó que no sería tan malo si ella también se quedaba, pero sorpresa; ella no era.

—Yo no sé si quedarme, digo…madre no ha escrito nada, no sé si aún es seguro volver—responde con amargura y Percy lo ve fijamente un momento.

Sus ojos se entrecierran.

—Ven conmigo—dice con firmeza.

La boca de Draco se abre ligeramente.

¿Eh?

No puede evitarlo, se ríe, porque por supuesto eso es una locura nivel Percy Jackson.

.

.

No puede enviarle una carta a su madre, pero no importa, si bien ella puede pensar que se quedara en el campamento, Draco tiene una loca idea que seguir cuando le pide permiso a Quirón con papeles. El centauro parece muy viejo cuando asiente, ya que eran parte del olimpo bien puede ayudarle, el señor D solamente eructo en su cara cuando se despidió. No tenía ropa muggle, pero Percy le dijo que no importaba, aunque no sabía sobre el término. Cuando llegaron al nuevo hogar de Percy se encuentra pensando que es pequeño, la sala principal de la mansión Malfoy es dos o tres veces más grande que este lugar.

La mujer parece haber sido alertada por Percy sobre su llegada, porque lo recibe de brazos abiertos, con una sonrisa similar a la de su hijo.

Era la primera vez que un muggle lo abrazaba.

No se sintió mal.

Todo lo contrario.

Tiene que compartir habitación con Percy, porque el lugar era pequeño, pero a diferencia del verano donde compartió cama con muchos chicos de la cabaña de Hermes, no le importa.

Litera, le llama Percy, Draco lo empuja para obtener el lugar de arriba y este se ríe.

No es la mansión Malfoy, no es su hogar, todo es raro, pequeño, muggle.

No es la sala común Slytherin, con camas enormes para dormir. Recuerda vagamente como ese primer día de Hogwarts, se quejó de tener que compartir habitación con Theo, Blaise, Vincent y Gregory; la habitación era tres o cuatro veces más grande que la de Percy.

—La cena esta lista—dijo Sally Jackson, Draco la miro confundido.

Pero Percy lo hizo caer mientras le ganaba la carrera para la cocina, gruño que era un idiota, Sally se puso de su lado, Percy lo llamo motín.

Salsa especial de 7 chiles.

Draco nunca había comido ninguna cena más deliciosa que esa noche.

.

.

Su madre llega tres días después, había estado alarmada y Draco sinceramente no pensó que su madre pudiera encontrarlo en…el mundo muggle. Había estado caminando en el parque muggle con Percy, quien tenía como tarea (de Annabeth) una hora al día salir con él y explicarle las cosas que no entendía, Sally estaba comprando en el super mercado, que era un lugar asombroso y demasiado grande que Percy tuvo que sacarlo luego que se perdió…por quinta vez. Ver a su madre le hizo recordar quien era, o lo que había sido, con su vestido elegante, sus tacones y su aura; se sintió un poco mal a su lado.

Solo usando un pantalón de mezclilla de Percy, unas zapatillas deportivas (eran de pobres, pero jodidamente cómodas) y una camisa que pudo rescatar de su guarda ropa para pasar por las calles muggle.

No se veía como un mago.

Su cabello era un poco más largo que al inicio del verano, su piel ligeramente más oscura por estar siempre expuesto al sol, no tenía muchos músculos, pero estaba creciendo.

—Madre—había dicho sorprendido al verla, ni siquiera la había sentido.

Percy parpadeo entre ambos, antes que Narcisa Malfoy se arrojara a él para abrazarlo.

En el mundo muggle.

Su madre había ido a buscarlo.

Aquí.

Su madre que, a diferencia de Draco, no había tenido una misión casi suicida para hacerle replantear algunas de sus ideas, estaba aquí. Sus ojos se llenaron de lágrimas conmovido, que casi suelta al ver un poco más lejos, a su padre luciendo sorprendido.

—Draco—dijo Lucius y bueno.

Draco se rompió.

Sus ojos soltaron lagrimas mientras se abrazaba a su madre, Lucius se acercó rápidamente a ellos, mientras su madre le decía lo preocupada que estaba.

Luego Sally Jackson salió luciendo confundida con compras de comestibles.

Sus padres lo vieron incrédulos.

Si.

Había mucho que explicar.

.

.

Sally Jackson les dejo la sala de estar, mientras le decía a Percy que ocupaban ir a cortarle el cabello en la equina, no tenían que hacerlo como mostro Percy, pero su madre lo arrastro de todas formas. La presentación había sido un poco incomoda, Lucius había mostrado casi asco al ver a Sally, hasta que Draco comento no tan casualmente que Percy era un semidios (compañero de campamento) y Lucius tuvo que mantener su rostro de una máscara tranquila. Su madre por otro lado fue más comprensiva cuando Sally indico que Draco era un pequeño héroe y el mejor amigo de su hijo, por lo que parcia sincera al agradecer a Sally por sus cuidados.

Resulta ser que cuando Narcisa fue a buscarlo al campamento mestizo o a su entrada, Quirón había salido informando su nueva ubicación. Debido a un pequeño inconveniente en la mansión, no habían podido venir antes de tiempo para visitarlo.

Las barreras y escudos aun no estaban listos.

—Es como si alguien las hubiera roto, barreras de milenios se tienen que hacer nuevamente desde cero—señala su padre, sin querer tomar asiento en los sofás de la señora Jackson, su madre por otro lado estaba a su lado, sin dejar de abrazarlo.

Draco se siente cálido.

Si bien su vida ha sido una locura tras otra, que solamente parece empeorar con la presencia de Jackson en su vida, había extrañado a su madre más de lo que puede decir.

Antes se había avergonzado cuando su madre quiso abrazarlo cuando lo despidió el año anterior para ir a Hogwarts, pero ahora, Draco le regresa lo mejor que puede el abrazo.

—Eso significa que no puedo volver este año… ¿Qué hay de Hogwarts? —no faltaban muchos días para empezar el nuevo año escolar.

Percy había hecho planes locos sobre papeles (Que Quirón había creado con ayuda de…no quiere saber de quien realmente) para que Draco fuera a un colegio muggle, lo cual probablemente antes del verano le hubiera parecido una aberración.

Pero ahora.

¿Lo era?

Sus padres comentaban la posibilidad de no volver a la mansión Malfoy, lo cual era molesto porque quería volver a casa, pero si no podía volver.

¿Merecía la pena volver a Hogwarts?

Si.

Su mente debería decir sí, pero su mente también decía… ¿no?

Quirón había confirmado que luego del incidente en el inframundo, no es que necesitara estar al lado de Percy todo el tiempo por su vínculo, si no que podrían estar alejados sin temer las repercusiones; Draco no está del todo seguro. Claramente no se murió en ese momento por estar lejos de Jackson, este ni siquiera parecía saber el poder de su vínculo (Draco tampoco si es sincero), pero alejarse de Percy parece mucho menos emocionante que esa primera semana que se conocieron.

El mundo muggle tampoco parecía tan horroroso como antes.

Era.

Intrigante.

Todo era nuevo, un nuevo mundo que descubrir.

—Pensábamos en hacer un cambio hacía Ilvermorny, estar cerca de este lugar donde…podrían ayudar, ese…Centauro—su padre parecía estar usando toda su fuerza mental para no decir un tono despectivo, Draco lo aplaudió mentalmente por eso—indico que podrías volver al campamento y estar seguro ahí, Hogwarts por ahora…no es el lugar más seguro para estar—dice casi pensativo.

Draco piensa en el año pasado, en Quirrell y sin duda el pésimo ejemplo de profesor de defensa que podrían tener, por lo cual no le hizo mucho pensamiento a la mirada de su padre.

Ilvermorny no está mal.

Bueno.

No era Hogwarts…o Durmstrang.

Pero, no era lo que quería.

—¿No podría tener un tutor mágico? —pregunta un poco tentativamente, sin querer echarse atrás cuando ambos padres voltean a verle con incredulidad—Incluso Ilvermorny no es totalmente seguro, además estoy vinculado con Percy, sería malo alejarme demasiado de él—la mentira más gorda de todas, si Quirón hablo con sus padres al respecto, sabrían que miente rápidamente.

Su madre le da una mirada calculadora, pero su padre parece horrorizado.

—¿Vinculado? —pregunta casi con dolor y Draco sonríe para sus adentros.

Si.

Si no puede volver a casa, volver a Hogwarts no tiene sentido. Sus padres piensan en enviarlo a otro colegio, por un año o por quien sabe cuánto tiempo, si ese fuera el caso, lo mejor sería hacer al menos lo que quiere. Así que, con un poco de manipulación, Draco dice a su padre como puede sentir emociones de su mejor amigo (su padre parece horrorizado por la palabra mejor y amigo unidos) y que le dolería irse demasiado lejos.

En ese caso.

La mejor opción es quedarse en la casa Jackson, Lucius voltea a ver luciendo horrorizado por dejar a su hijo ahí, pero Draco solamente le da una mirada de perro bajo la lluvia.

—Percy es fuerte, se enfrentó al dios de la guerra—sus dos padres ahora lo ven con curiosidad, pero Draco solo sonríe de forma "tierna"—es sin duda el mejor guarda espaldas que podría obtener—añade con un poco de malicia cuando ve a su padre lucir pensativo.

No quiere dejarlo aquí, probablemente intentaría arrastrar a la mansión Malfoy si supiera sus planes de educación muggle, pero por ahora, solamente está haciendo un plan conforme la marcha va andando. Sin duda Annabeth sería muy interesante aquí, pero incluso si no es hijo de Atenea, sabe cómo mover las piezas de ajedrez.

Su padre parece notarlo por la chispa de reconocimiento, pero cuando ante todo pronóstico toma asiento frente a él, cruzando su pierna con ambas manos unidas sobre esta.

Listo para escuchar una propuesta, como lo ha visto miles de veces antes, Draco sonríe.

.

.

No fue una negociación particularmente difícil, pero tampoco es fácil la primera vez obteniendo de su padre algo como igual; este fue fácil con Draco, tratándolo con cariño que no trataría a cualquier comprador de sangre pura, pero aun así tampoco fue alguien que le diera todo sin que Draco propusiera algo a cambio. Su seguridad dependería de Percy Jackson y el campamento mestizo, quienes tienen mejores medios para enfrentar a las criaturas que incluso magos no podrían tratar; son dos mundos que no se deben unir por un motivo. Se estima que las reparaciones de la mansión Malfoy terminen antes del tercer año de Hogwarts, por lo cual apenas cumpliera el momento del campamento mestizo en el próximo verano, dejaran este hogar y se ira para la colina mestiza.

Eso era algo que quería, así que no tenía quejas.

Un tutor especial por otro lado, su padre parecía interesado en un mago ubicado cerca de este lugar, lo que hizo que Draco levantara una ceja curioso, sin obtener más respuesta.

No tendría su varita.

Lo cual dolió.

Lucius comento que hablaría con Severus su padrino, para obtener todo el plan de estudio de segundo y tercer año, así que, si quería que todo funcionara, cuando volviera a Hogwarts para su tercer año tendría que estar adelantado a sus compañeros de clase y no dejarse ganar por Granger. El reto era difícil, ahora que podía pensar en Granger sin tanto estigma de sangre sucia, puede ver que ella lo superaba de forma académica por mucho y solamente podía alcanzar el segundo lugar.

Sería muy difícil.

No imposible.

Había visto a un perro de tres cabezas ser reducido por una pequeña pelota, nada es imposible realmente.

Lucius no parece feliz cuando Sally Jackson aparece con Percy, quien lo ve con duda, a lo cual Draco solamente asiente porque no puede mostrar su felicidad por el trato, no puede demostrar debilidad frente a su padre y al final, es por eso quien su madre se pone sobre sus pies.

Fue un poco sorprendente ver como esta solicita hablar con la señora Jackson, Draco no quiere irse, pero termina en medio de la habitación de Percy (y técnicamente suya), soportando al menos media hora donde el chico no deja de saltar a su lado exigiéndole que le explique que pasa.

Sorprendentemente no suelta la sopa, Percy se ve claramente enojado cuando Sally los llama nuevamente.

—Oh Percy estaba hablando con los señores Malfoy—Sally parece un poco tensa y lo ve fijamente a él, a Draco, como si tuviera dudas antes de sonreír—al parecer el antiguo hogar de Draco no es seguro, así que este año se quedara con nosotros—comenta y en eso parece feliz al menos.

Bien.

No quiere ser una intromisión, usualmente no piensa tanto en los sentimientos de otros, pero le agrada Sally Jackson.

—Eso es genial—estalla Percy al verlo, sonriendo como si la idea lo emocionara también.

—También quieren pagar por tu mantenimiento, aunque dije que el dinero no era un problema—ahora lo dice dándole una mirada de reojo a Lucius, quien al menos tiene la máscara para no demostrar lo que ese comentario probablemente le molesto.

Está hablando con un muggle, pero no la trata mal, por Draco.

Se siente conmovido.

—Oh Sally no tienes que preocuparte—sus padres parecen algo incomodos por su familiaridad con la madre de Percy—somos bastante ricos, el dinero no es problema—añade con un encogimiento de hombros, sorprendiendo a la mujer y a Percy que voltea a verlo incrédulo.

—Espera, todos esos chistes que hicimos sobre que eras un niño de dinero en el campamento eran verdad—

—Vivía en una mansión, mi familia es muy poderosa en la sociedad donde vivo—

Percy parece ofendido de su tono arrogante, pero solo le da una mirada divertida que le hace rodar los ojos, ya era hora que alguien conociera al menos su valor monetario.

¿Que?

Draco sigue siendo rico, ya era hora que alguien lo notara.

—Bueno, entonces, está bien—Sally sigue sin parecer un poco convencida.

Al final invita a sus padres a cenar, es pura cortesía de su parte, porque parece aliviada cuando ellos niegan su ayuda. Comentan sobre charlar un poco con Draco antes de irse, que es más que todo para comentar que todo el asunto de papeles está listo para este año y que vendrán a visitarlo tanto como les sea posible. No comentan sobre volver a casa de los Jackson, parece que lo llevaran de paseo pronto y Draco sonríe ante eso.

Tienen que irse.

Draco no lo quiere.

Pero mientras su padre se marcha primero, su madre comenta que quiere hablar con él a solas fuera del edificio y Lucius parece saber porque, ya que se va sin decir mucho; aunque le da un ligero abrazo diciéndole que lo ha hecho bien.

Se siente bien.

Muy bien.

—No puedo decir la identidad de tu padre—es lo primero que dice Narcisa y Draco sabe que no hablan de Lucius—era un hombre poderoso, pero más que todo, era un hombre que respondió al llamado de la familia Black; en el pasado habíamos tenido una alianza y una especie de trato…entonces cuando le solicite ayuda para tener un heredero, apareció, realmente no había esperado su presencia—dice con voz nostálgica, Draco escucha atentamente, mientras las luces comienzan a encenderse a su alrededor ante el anochecer—sabía que sería peligroso, pero queríamos tanto un niño que ignore las advertencias; magos y dioses no deben unir su sangre—

Si.

No es que diga mucho más de lo poco que ya sabe, pero Hades parecía saber sobre su origen divino, así que podría tal vez averiguar un poco más por ahí.

Tal vez.

Dejaría la posibilidad por aquello.

—¿Por eso siempre se contabas historias de antiguos héroes? —pregunto curioso, a lo cual Narcisa sonrió.

Toco su nariz, Draco sin poder evitarla la contrajo un poco con una mueca, pero su madre lo veía con cariño.

—Había una estatua de Hércules en la mansión hace tiempo, una exhibición que compro tu padre y lo viste cuando tenías un año, te enamoraste y estoy convencida que fue tu primer amor—Draco parece horrorizado como abochornado de las palabras de su madre, de su posible insinuación—cuando te contaba historias de este parecías tan embelesado, así que comencé a contar historias sobre héroes de la mitología y era lo único que te ayudaba a dormir…hasta que te conté historias de Harry Potter, tu otro gran amor literario—

—Odio a donde va esta conversación, solo quieres avergonzarme—

Su madre soltó una risa ligera, antes de abrazarlo nuevamente, ahora parecía una despedida y por eso Draco se aferró a esta.

—Es el deber de una madre—susurra a su oído y Draco se deja abrazar—tengo que irme su pequeño dragón, pero pronto todo será seguro y podrás volver a casa; te enviare chocolates todo el tiempo y cartas, lamento no haberte enviado antes…las lechuzas siempre regresaban cuando se dirigían al campamento mestizo—añade esta con una expresión molesta y Draco se pregunta si debería comentarle sobre el mensaje iris.

Tal vez la sorprendería la próxima vez.

—Estaré bien madre, lo prometo—asegura con voz calmada, que hace a su madre sonreír con cariño, antes de acariciarle la mejilla.

—Te convertirás en un gran héroe Draco, justo como las historias que te contaba—

No está del todo seguro, pero no lo niega y solamente ve a esta darle un beso en la frente antes de tener que marchar. Se queda un rato fuera del edificio, que parece demasiado tiempo ya que Percy debe salir a buscarlo, luego lo arrastra para meterlo en un sofá y obligarlo a ver televisión con él.

Sally cocina algo azul ese día.

No entiende la emoción de ambos por la comida azul, pero Draco solamente se encoge de hombros, esa mujer cocinaba como el cielo.

Bueno entonces viviría en el mundo muggle por un año aproximadamente, algo que probablemente horrorizaría a cualquier Draco del pasado, ahora parece muy interesante.

Fue su decisión.

Está completamente loco.

.

.

Escuela Preparatoria Meriwether.

Los muggles eran tan raros.

El primer día de clases Draco se sintió, un poco ridículo con el uniforme, totalmente diferente a Hogwarts, pero Percy a su lado lo hizo un poco más…ya sabes…mejor. En Hogwarts tendría a Vincent y Gregory a cada lado, charlaría ociosamente con Theo o Blaise, escaparía de Pansy en la primera oportunidad, pero siempre fue una extraña forma de amistad; si es que pudiera considerarlos amigos. Percy era otra cosa, sentado a su lado, haciendo ruidos ridículos ante cualquier comentario que Draco no entendía. Nada parecía tener sentido, pero para su alivio, no parecía importarle a los demás.

Sus padres le avisaron que a partir de la próxima semana su tutor aparecería en el colegio.

No sabe cómo funcionaria eso, se supone que no debería poder tener magia frente a muggles, pero en general solo pensó que era parte del trato. Severus por otro lado probablemente tendría dudas, pero le envió todos los libros del curriculum de segundo y tercer año, una nota que diciendo que probablemente no perdería nada de defensa este año, significara lo que significara; también un paquete especial para practicar pociones.

Su padrino lo amaba, no tenía dudas.

—¿Se supone que las clases son así de fáciles? —cuestiono Draco curioso, cuando luego de una semana, no sintió el impacto que pensó que tendría luego de pasar toda una vida sin saber cosas muggles.

—No, usualmente es difícil, este colegio tiene problemas…aunque con suerte no me expulsen este año—parecía casi esperanzado al respecto.

Tampoco habían sido atacado por monstruos todavía, así que punto a favor.

Sus padres habían enviado una cantidad de dinero ridículamente grande, Sally le había suplicado que hablara con sus padres al respecto, pero Draco solamente se encogió de hombros. Debido al dinero Sally podría estudiar, no sabe que quería estudiar, pero Percy dijo que quería estudiar y los muggles parecían estudiar aun cuando fueran grandes, así que el dinero era bien invertido.

Draco tenía su propio dinero muggle que sus padres enviaban por aparte, el cual Percy le estaba intentando enseñar a usar.

Aparentemente pagar un perrito caliente con un billete de 100 dólares no era bien visto.

No sabe si es de muggles, de americanos, o de Percy Jackson.

—Me gustaría que tuvieran algún club de natación, ya que tendrás esas clases "secretas" la mayor parte de la semana, estaré aburrido—comenta mientras caminan a casa.

Es raro.

Casa.

No era la mansión Malfoy, pero era un hogar.

Además de volver a "casa" luego de clases, no era algo que acostumbraba, en Hogwarts todo era en el mismo lugar. Hasta ahora por suerte, no había cometido ningún error, no le gustaba hablar con muggles que no conocía, pero la mayoría de estudiantes de esa escuela parecían interesados en él; es por ser inglés, menciono Percy pero no tenía intención de explicar que más.

Usualmente se pegaba a Percy para alejarlos, el chico parecía tener una habilidad para desagradar a otros rápidamente y Draco encontraba ventajas al respecto.

—Habla con Annabeth, pareces extrañarla—pico solo para molestar, disfrutando de las mejillas rojas de Percy y como siguió negando cualquier insinuación de su parte.

Draco se rio antes de llegar al departamento de Sally Jackson, esta los esperaba con comida ya lista, azul, para celebrar su primera semana de clases como un éxito. Luego mostro unos tickets que tenía para ver una película en un cine, Draco había comentado anteriormente que nunca había ido a uno y ambos Jackson pensaron que eso era sin duda una clara ofensa por algún motivo.

—¿El señor de los anillos? —cuestiona Draco confundido al ver el nombre de la película.

Sally se ríe, Percy comenta que es aburrido.

—Mi hijo tristemente no heredo mi pasión por Tolkien, pero estoy segura que entenderás de lo que hablo; vi que estaban volviendo a estrenarlas en un teatro cercano por conmemorar, así que pensé que sería justo ir—explica Sally tranquilamente.

Draco no entiende.

No entiende como Percy no puede amar algo tan perfecto.

Sale de la película charlando animadamente con Sally sobre la comunidad del anillo, sobre Gandalf, sobre Frodo, sobre teorías locas que tiene; Sally promete alquilar las otras dos películas y Percy solamente los sigue atrás con un bostezo ya que se durmió la mayor parte de la película hasta las batallas finales.

Sally le presta su copia del señor de los anillos.

Draco la toma con cariño.

.

.

—¿Cómo no te aburres de leer? —cuestiona Percy sorprendido de que pase gran parte del día leyendo en la casa, cuando no ve películas o juega video juegos con Percy.

O en casos que Sally no sabe, van a la azotea del edificio para entrenar un poco, ya que no pueden dejar que lo que aprendieron en verano se pierda.

Se quita los anteojos que le envió su madre y se los ofrece a Percy, si bien originalmente los odio ante la idea de Potter, incluso cuando no se parecían en nada, luego de colocarlos sobre su cabeza todo fue claro. Ya no podía hacer hechizos para mejorar su visión como su madre le enseño, pero con estos lentes que le ha enviado, es como si su vista que no estaba diseñada para leer algo que no fuera griego antiguo, pudiera leer las cosas normalmente.

—Hijo de puta y no me dijiste—chilla Percy enojado antes de abalanzarse para pelear con él.

Draco suelta risas mientras asegura que le pedirá a su madre que envié un par para este, tal vez algunos, ya que los lentes terminan rompiéndose por la lucha y ambos ahora pelean de verdad.

Sally los castiga con ayudarle a cocinar, Percy hace un buen trabajo, Draco es vetado de la cocina de por vida.

Los Jackson jura que el panqueque que intento hacer, de alguna forma termino con vida y en estado de descomposición.

.

.

Draco no sabe que pensar cuando su maestro de magia se presenta, no sabe cómo su padre ha conseguido este contacto, pero nunca pondrá en duda el alcance de un Malfoy. Amos Kane luce tan extravagante como recuerda verlo antes que todo el desastre de vacaciones de verano y el campamento mestizo llegara a su vida, el hombre no parece afectado por estar en el colegio muggle como otro mago probablemente haría y solamente asiente cuando su profesora (cuyo nombre siempre olvida) los deja solos en una habitación.

Se siente un poco el ambiente tenso.

Pero cuando el hombre toma asiento, solamente lo mira fijamente, claramente sabe que algo está mal. Se pregunta si solamente los dioses griegos sabrían lo mal que es un mestizo (como odia que esa palabra ahora también sea suya) hijo de magos y dioses, o también los magos sabrían algo sobre el tema; hasta donde Draco sabe, la existencia del olimpo no es de conocimiento común entre los magos.

Aunque seguramente algún alto mando deba saber algo.

Están ahí.

Es imposible no verlos.

—Mi nombre es Amos Kane, seré tu tutor de ahora en adelante—explica este calmadamente, pero Draco solo se mantiene firme—tus padres…—este duda, lo ve, Draco sabe que este sabe algo—me enviaron lo que necesitas aprender, pero por su parte te enseñare algo más—ahora eso no es lo que necesita.

Ocupa aprender magia que no tendrá en Hogwarts este año, porque no puede quedarse atrás cuando vuelva a casa.

Cuando vuelva a Londres.

Ocupa estar preparado.

—Ocupo aprender magia, no otras cosas inútiles—y bueno, aún sigue siendo un poco mierda con aquellos que no son sus amigos, así que no pueden culparlo.

El señor Kane no parece afectado, en realidad parece casi intrigado.

Levanta una mano, donde de ella, aparece una pequeña llama. Los ojos de Draco se abren casi sin contenerse, porque el señor Kane no tiene una varita u algún objeto canalizador de magia, fue una magia también no verbal y eso es solamente para magos muy preparados.

Lo ve con renovado interés.

—La Casa de la Vida, o también conocida como el Per-Anj, es una organización egipcia muy antigua de magos. Fue fundada hace más de 5.000 años por Tot, el dios del conocimiento. En la antigüedad la Casa se extendía por todo Egipto y en la Actualidad se extiende a nivel mundial, controlando 360 Nomos—explica Amos con tranquilidad.

Draco se estremece, porque sabe sobre la casa de la vida, la mayoría de magos de sangre pura deben aprender sobre estos, pero su información era limitada.

Ellos eran recelosos con dar esta información a conocer.

¿Por qué él?

—No solemos enseñar magia a extranjeros, pero no eres alguien común Draco Malfoy, así que esto podría salir muy bien o muy mal para ambos—habla con su mano extendida, casi similar a lo que hizo Hades con él.

Esta vez no duda.

Toma su mano, porque sabe cuándo algo es un gran negocio como su padre Lucius y no piensa dejarlo pasar.

—Supongo que al fin encontré un maestro digno de mi presencia—bromea recordando el primer año en Hogwarts, a lo cual Amos sonríe.

Esto será, interesante.

.

.

Tyson es…raro.

Draco no sabe si los muggles deberían tener un solo ojo, pero cuando lo menciona a Percy, este ni siquiera le deja explicarse diciendo que no lo vea al rostro que es de mala educación. Si Draco lo ve, está seguro que Percy también debería verlo, pero este trata a Tyson como un niño que necesita alguien que lo ayude. No puede evitar compararlo un poco con Potter, que siempre intenta ayudar a todos y prefiere a Weasley sobre él; pero esta vez simplemente no comenta nada.

El chico vive en la calle, Draco piensa que tal vez eso debería ser una alerta roja que algo está mal, pero Sally dice que hablara con alguien para que lo solucione.

¿Por qué tiene un solo ojo como un ciclope?

Es raro.

Muy raro.

Pero no dice nada porque Tyson no intenta asesinarlo, le gusta a Percy y es como su mascota, se asegura de no decirlo en voz alta…de nuevo; Percy y Sally vieron de mal gusto su pequeña broma.

Mientras Percy pasa parte del día intentando ayudar a Tyson, los chicos del colegio que Percy jura son insoportables, realmente tratan bien a Draco. Es curioso, pensó que al estar en el mundo muggle, no recibiría tanta atención como cuando era Draco Malfoy, pero todos y especialmente las chicas parecen encantadas con él. Percy no deja de burlarse con Annabeth sobre el tema, Draco no las encuentra agradables, no del todo, es como tener muchas Pansy detrás de él y eso no les agradaría a otros.

—Eres tan popular que es molesto—habla Percy aburrido en medio del receso, Draco lo ve curioso, antes que una chica de otro salón pase saludándolo a él.

Ignorando olímpicamente a Percy, quien le saca la lengua molesto, Draco no debería disfrutar de los celos mal disimulados de su amigo.

—Tienen buen gusto—dice con una sonrisa socarrona, Percy lo ve horrorizado.

—No entiendo, eres un nerd peor que Annabeth que siempre pasa con libros, te lo digo, es el acento inglés, las chicas están locas—

—Celoso, no te preocupes, siempre serás el primero para mi Percy, tenemos un vínculo—

—Más te vale que sepas tu lugar Malfoy—

Se ríe encantado que Percy le siga el juego, luego tienen que ir a química, que es su materia favorita. Ojalá pudiera decirle a Severus sobre su ubicación, esto de la química son sus libros favoritos, es como pociones, pero de forma muggle.

No hacen cosas tan mágicas, pero los compuestos químicos reaccionando entre si son encantadores.

Menos cuando Percy hace que casi vuelen el techo.

En fin.

.

.

Draco había escuchado historias sobre magia egipcia, como la mayoría de magos importantes no saben mucho, solo son especulaciones; una vez en una reunión del ministerio al que fue su padre, un embajador de Egipto había aparecido y trajo rumores sobre todos. Desde magia que controla el clima, poderes elementales, telequinesis e incluso invocación de portales que nadie sabe dónde estaban. Draco no encontraba tan interesante la cultura egipcia como la griega (ahora supone que es su sangre hablando), pero había mirado con curiosidad cuando su padre hablaba del tema con su madre.

Había tenido demasiadas expectativas supone Draco.

No solo tenía que estar al día con sus clases muggles (que eran lo más fácil de su día para su sorpresa), mantenerse al día con toda la lectura que le envió Severus y adelantándose para el próximo año, también tenía que hacer esculturas de arcilla.

¿Por qué?

No lo sabe.

Amos Kane le había enviado hacer esculturas por días, lo peor, que cuando termino su pequeña escultura de dragón que era bastante decente según su punto de vista, este la destruyo.

Nada muy peligroso.

No serpientes.

No personas.

Tenía que ser un animal pequeño e inofensivo.

Draco quiso lanzar toda la arcilla sobre su rostro, su profesor al final había terminado siendo otro loco de la casa de la vida de Egipto.

Así fue como lo encontró Sally, en medio de la sala de estar, practicando su escultura probablemente con un desastre a su alrededor y al borde de asesinar a alguien porque la puta escultura de arcilla no se parecía en nada al maldito conejo que pensaba hacer para que Amos lo dejara tranquilo y pasaran a otra cosa; la estatua se parecía más a un hurón deforme y Draco estaba por usar magia accidental.

Lo sentía en la piel.

Pero Sally solamente se rio, se acercó a él, le ayudo a limpiarse especialmente el rostro antes de obligarlo a tomar un descanso. Ambos se encontraron una media hora después, sentados en el sofá de la casa, con ropas limpias, una mascarilla de algo que no sabe que era para el rostro y viendo una extraña novela con personas con rasgos orientales.

Hasta hace una hora no sabía que era una novela, pero ahora no podía dejar de verla mientras Sally se reía de que su hijo jamás le había acompañado a su gusto culposo por novelas coreanas.

—¿Quiero preguntar? —es la cuestión de Percy cuando entra por la puerta, parece cansado y ver a ambos en medio del sofá, con mascarillas en su rostro mientras ven la serie que Sally le ha recomendado, parece ser un shock para este.

Sally solamente sonríe, antes de negar y Draco decide que el televisor es el mejor invento muggle que pueden tener.

Percy los ve un momento, antes de decidir que prefiere comer y hacer la tarea (lo cual probablemente sea algo grave ya que Percy odia la tarea) antes de sentarse con ellos; incluso cuando Percy es quien parece adicto al televisor entre ambos.

Unas dos horas después, luego de remover la mascarilla y que Sally este leyendo a su lado, mientras Draco jadea de forma exagerada por el programa.

—¿Cómo no prefiere a Hyung Chul? —pregunta viendo a Sally con mirada de pesar, a lo que está solo sonríe y Percy que pasaba con una lata de regreso lo ve incrédulo—es amable, la quiere y es jodidamente rico; pero Jin Sun su prefiere al idiota de Kim Woo que claramente quiere solo a esa desgraciada de Heo Young—gruñe intentando no apretar demasiado fuerte el cojín para no destruirlo.

—Tienes que seguir viendo la serie—recomienda Sally, pero Draco hace pucheros y Percy al verlo sufrir toma asiento entre ellos.

—¿Qué tiene ese Hun Chal? —

—Hyung Chul—dice Sally y Draco al mismo tiempo.

—Lo que sea—

—Por favor el tipo es atractivo, con dinero, agradable…prácticamente mi vida—

—Draco, lamento decirte que no—

—Chicos no peleas en el sofá—

—¡El empezó! —gritan ambos al mismo tiempo, antes de gruñirse y volver a discutir, esta vez Sally solo le pone pausa a la serie antes de irse a otra habitación.

Continuara

Un poco de las historias de la vida diaria de Draco y Percy, no sé porque se da mucha risa pensar en Draco viendo series coreanas con Sally, si alguien logra adivinar de cual dorama se habla, sin duda esta entre su corazón. Ya que, aunque no veo muchos doramas, ese fue el primer en toda su vida que vi y se encantó.

Draco decidido quedarse en el mundo muggle un año, así que cuando vuelva a Hogwarts (que lo hará) va ser una locura la clase de persona que será ahora. Igualmente, aún quedan algunas locuras en el mundo muggle con Percy que hará antes de regresar :D

Esto significa que no veremos a Potter hasta el arco 2, no se preocupen, falta poco para eso.