Capítulo 12: Ha llegado Halloween a Hogwarts.
Han pasado algunas semanas desde el primer día del curso escolar en Hogwarts. Elvira se está adaptando muy bien a su trabajo como ayudante de Severus y profesora de pociones de primer año, todos sus alumnos la adoran, la obedecen ciegamente y le prestan toda su atención, hubo pocos incidentes con las pociones, sus niños, como ella los llamaba, se esforzaban mucho en hacer bien sus tareas, tanto, que sólo estallaron un par de calderos. Severus estaba muy orgulloso de sus resultados, los ensayos que ella les mandaba eran sorprendentemente buenos para ser niños tan pequeños, los primeros eran bastante desastrosos, pero ella cuando los corrigió les dejó notas en las que además de correcciones les daba consejos sobre cómo redactar, el orden que debía tener, los niños habían tenido en cuenta sus consejos y estaban mejorando bastante. A Severus le encantaba que, aunque les ayudaba bastante con sus tareas y en clase, ella era tan estricta como él durante los ejercicios prácticos y cuando ocurrieron un par de incidentes con calderos explosivos, los castigó bastante duramente… los niños intentaban fallar lo menos posible para no ganarse un castigo.
La investigación de la poción de Severus avanzaba lentamente, una mañana de domingo, días después de mandar a Midnight a California volvió con un pequeño paquete y una carta de Margareth, en la carta le explicaba que ese efecto se conseguía con las hojas, además le explicaba más o menos las cantidades que se necesitaban para prolongar el efecto de la poción hasta cerca de un mes, era una planta muy especial de la que brotarían muchas hojas en tan solo un par de días después de plantarse los esquejes que le había mandado, eran unas plantas bastante frondosas y resistentes y si disponían de un invernadero se mantendría fresca mucho tiempo. En el paquete Margareth le mandó unos esquejes con un hechizo para que se mantuvieran frescos, sólo tenían que plantarlos y en un par de días tendrían una planta de buen tamaño, era una planta frondosa y prolífica, tendría muchas hojas en poco tiempo. Se levantaron corriendo de la mesa del desayuno, todos los miraban mientras salían del salón apresuradamente con la carta y el paquete que acababan de recibir y Midnight posada en el hombro de Severus, el pobre pájaro estaba agotado, fueron inmediatamente a la habitación de Severus y mientras él estaba haciendo cálculos de cuántas hojas necesitarían para su poción en concreto, según las instrucciones de Margareth, ella llevó a Midnight a descansar a la lechucería, antes de ello le dio una gran recompensa y la acarició con ternura. Después de volver de la lechucería, le dijo que al día siguiente deberían mandarle una carta de agradecimiento a Margareth, ese mismo día no, porque querían dejar descansar a su lechuza. Elvira entonces fue a la chimenea de Severus y llamó por floo a Pomona, pero no estaba en su habitación, así que fue a buscarla a los invernaderos, necesitaban plantar los esquejes cuánto antes. Efectivamente, allí estaba Pomona, Elvira le explicó lo que necesitaban y le dijo que se los trajera cuanto antes. Los llevó en un momento, los plantaron sin perder tiempo, siguiendo las instrucciones de Margareth, a la que Pomona conoció en un congreso de herbología hace años y eran buenas amigas. Cuando lo supo le dijo a Elvira que después de plantar los esquejes le iba a escribir, quería preguntarle algunas cosas más, Elvira le pidió que le diera las gracias de parte suya y de Severus, que su lechuza estaba agotada y ellos muy ocupados haciendo cálculos. Neville estaba por allí y se ofreció a ayudar a Pomona a cuidar la planta.
En pocos días, la planta brotó, llevó unos días ajustar la poción para que diera el resultado adecuado. Habían pasado unas semanas y el efecto de la poción calmante se prolongaba dos semanas, no era la solución definitiva, pero por lo menos hacía que no deseara tomarse una dosis de poción cada pocas horas, el efecto duraba dos semanas y aunque el dolor volvía un poco intenso, con sólo tomar otra dosis volvía a desaparecer, había mejorado mucho su calidad de vida. Aunque aún quería encontrar la cura definitiva, era un buen comienzo.
Era el día de Halloween y, además, el cumpleaños de Elvira. Se levantó contenta, la rutina que llevaban Severus y ella últimamente estaba muy centrada en las clases y la poción, así que ya que esa noche había un baile de Halloween en Hogwarts, había decidido que le pediría a Severus que fuera su cita, él no podría negarse, cada vez que alguien hablaba del baile la miraba intensamente.
También había decidido que irían disfrazados a juego, ella sería Morticia y él sería Gómez, estaba segura de que podría convencerlo, sobretodo cuando viera el vestido que había preparado para la fiesta, seguro que aceptaría aunque sea para que no se le acercara nadie durante la fiesta. Se levantó, se duchó y se arregló y cuando se estaba poniendo la capa llegó Severus a buscarla. Llevaba un par de días muy raro y no dejaba que ella entrara en sus habitaciones privadas, ella pensaba que le ocultaba algo pero no quería que él pensara que se había dado cuenta. Le dejó pasar y le sorprendió mucho verlo con una caja grande de cartón envuelta en papel plateado con un lazo verde encima.
-¡Feliz Cumpleaños Elvira! - Ella estaba sin palabras. - ¿De verdad pensabas que me olvidaría de tu cumpleaños?
Puso la caja sobre la mesa de café de la sala de estar de Elvira, ella inmediatamente le dio un abrazo y se colgó de su cuello, sabía que por el momento no le dolía, se tomó su dosis el día anterior. Él le devolvió el abrazo.
-Muchas gracias, Severus. - Le dio un beso en la mejilla, como hacía habitualmente, cerca de su boca. Él se apartó de ella y le dijo:
-De nada mujer, ¿no vas a abrir tu regalo?
-Sí, por supuesto.
Entonces levantó la tapa y encontró dentro de la caja un gatito de no más de un mes de color negro intenso con unos preciosos ojos verdes. A Elvira se le saltó una lágrima, lo cogió emocionada.
-¡Oh! Severus es precioso, por qué te has molestado, es igual que mi pequeño Heathcliff, es adorable, ¿Le has puesto nombre?
-Yo lo llamo Poe, aún conservo el ejemplar de los cuentos de Poe que me regalaste por Navidad cuando nos conocimos, pero si quieres puedes cambiarle el nombre.
-No, Poe está bien, me encanta, es un gatito muy cariñoso.
-Ya te digo, no se ha despegado de mí desde que lo traje, por eso no te he dejado entrar en mi habitación, en cuanto llegaba saltaba a buscarme.
-Y yo que pensaba que no querías que entrara por algo grave…
-Le pedí al del refugio de animales que me lo cuidara un par de días más, se suponía que lo recogería hoy, pero me dijeron que al final no podía ser y si no podía ir hace dos días se lo darían a otro, pero cuando fui allí y lo vi supe que debía ser tuyo, así que fui a buscarlo cuando te dije que tenía que ir al ministerio a buscar unos documentos para la patente de la nueva poción, en realidad iba a ir a buscarlo a él. Pensé en pedirle a Hagrid que lo cuidara por mi, pero no me fío de esos bichos suyos. - El gatito ronroneaba feliz en los brazos de una emocionada Elvira.
Severus se sentó en el sofá, ella cogió uno de los cojines del sofá y le improvisó una cómoda camita dentro de la caja donde lo trajo Severus, lo puso dentro con delicadeza y el pequeño se acurrucó un poco. Elvira se acercó a Severus.
-Muchas gracias, es el mejor regalo que me han hecho desde Heathcliff, él también fue un regalo de cumpleaños. Ha sido un detalle precioso, muchas gracias.
Entonces se sentó en su regazo y le dio un apasionado beso en la boca. Severus se quedó anonadado, pero reaccionó rápido, le devolvió el beso con la misma pasión, pasaron unos momentos y se separaron para recuperar el aliento.
-Vaya, si llego a saber que ibas a reaccionar así te hubiera regalado un gato el día que volviste… si Albus me hubiera avisado de tu vuelta, claro. - Ambos rieron un momento, ella aún seguía en su regazo.
-Sabes Severus, me gustaría quedarme aquí todo el día contigo y con Poe… pero no estamos solos en el castillo y vendrá alguien a buscarnos, vamos a desayunar y luego volvemos, ya que hoy no hay clases, ¿Qué te parece? - Dijo apoyando su frente en la suya. - Podemos terminar lo que hemos empezado cuando sepamos que nadie nos interrumpirá. - Dijo con un susurro muy sexy levantándose de sus rodillas. Él se levantó detrás de ella y cuando Elvira se dio la vuelta para ver cómo estaba Poe, Severus le abrazó su cintura desde atrás y apoyó su barbilla en su hombro y le dijo al oído:
-¿De verdad quieres seguir lo que hemos empezado? - Elvira se dio la vuelta en sus brazos.
-Por supuesto, pero no quiero interrupciones de nadie…no he esperado tanto tiempo para que nos interrumpan… - Severus le dio un suave y breve beso en los labios y le dijo:
-Está bien, vamos a desayunar, pero esta noche seguiremos, con el tema del baile de Halloween no creo que nos dejen pasar un rato a solas, aquellos de nosotros que no ayuden con las decoraciones del gran salón debe vigilar a esos cenutrios…ya estoy deseando que llegue el momento de estar a solas contigo. - Elvira estaba feliz:
-Yo también, por cierto, te quería preguntar si esta noche serás mi cita para el baile de Halloween. - Severus le acarició la mejilla.
-Por supuesto, no soportaría verte bailando con otro hombre. - Elvira sonrió con coquetería y le preguntó:
-¿Te pondrías un disfraz por mi? - Él se quedó pensativo.
-Eso depende.
-¿De qué?
-De lo que tú te pongas, si quieres que me ponga algo a juego con tu disfraz, me parecerá bien si no es algo ridículo. - Ella sonreía.
-Había pensado que seríamos Gómez y Morticia Addams, recuerdo que cuando nos conocimos me contaste que te gustaba ver esa serie por televisión. Sólo tienes que ponerte un traje oscuro elegante, peinarte hacia atrás y ponerte un bigote fino. Imagínate como será mi vestido, algo parecido a lo que tenía puesto cuando llegué de Estados Unidos pero sin abertura en las piernas y con el escote un poco más tapado. ¿Qué te parece mi idea? - Severus había dejado de oírla cuando le dijo que había pensado que serían los padres de la familia Addams y no hacía más que fantasear con Elvira en ese vestido y en lo que pasaría cuando se lo quitara…
-Sabes, creo que es una buena idea, pero no le digas a nadie de qué irás disfrazada y les diremos que yo no me disfrazaré, como siempre, esta noche veremos su reacción cuando lleguemos juntos y disfrazados. Será divertido dejarlos a todos descolocados.
A Elvira le pareció una gran idea. Se fueron a desayunar, antes de irse, Elvira le encargó a Polly que vigilara y le diera de comer a Poe mientras ella no estaba. La cariñosa elfa estaba encantada de cuidar al gatito de su adorada señorita Elvira.
Llegaron al comedor y todos felicitaron a Elvira, Albus había avisado a todos de que era el cumpleaños de Elvira, todos tenían regalos para ella, Albus le regaló un libro de pociones que había estado buscando durante años y que le vendría muy bien para cuando montara su negocio de pociones, aunque por el momento estaba feliz en su puesto de trabajo actual. Minerva le regaló un bonito colgante de un murciélago en plata, Hermione le regaló dos libros, unas bonitas ediciones de las novelas de Drácula y de Frankenstein, como recuerdo de su primera noche de chicas. Neville le regaló una maceta con una planta que había cuidado él mismo, una preciosa orquídea mágica con extrañas flores negras con reflejos verdosos y el borde de los pétalos de color rojo sangre. Pomona le regaló un libro de herbología muy interesante y que salió hace poco, le vendría bien para seguir investigando. Hellen le regaló una botella de whisky y Poppy una de vino. Filius, Hagrid, Yoshi y los demás, coincidieron comprando distintos tipos de bombones. Estaba entusiasmada, todos los compañeros fueron encantadores. Estaba agradeciéndoles a todos cuando Hagrid preguntó:
-¿Y tú qué Severus? ¿No le has comprado nada? No me digas que te has olvidado de su cumpleaños.
-No lo he olvidado, la he felicitado antes de venir aquí y le di su regalo el primero, está en sus habitaciones.
Todos miraron a Severus sorprendidos de que haya tenido un detalle así. Entonces intervino Minerva:
-¿Qué es? No me digas que es algo comprometedor…
-Para nada, Minerva, me ha regalado un gatito exactamente igual al que tenía de pequeña, es la cosita más adorable que he visto, es tan mimoso como mi pequeño Heathcliff, aunque le hemos llamado Poe, si quieres puedes venir conmigo a mi habitación después se desayunar y verás lo precioso y adorable que es.
Todos estaban muy sorprendidos, sabían la historia del gatito que tenía Elvira de pequeña, lo que no se imaginaban es que Severus pudiera ser tan considerado y que tuviera un detalle tan bonito.
-Vaya Severus, que detalle tan bonito, no me imaginaba un detalle así de tu parte. - Dijo Albus.
Una vez pasada la conmoción, desayunaron todos juntos y cuando se despidieron cada uno fue a hacer lo que tenían planeado, Minerva y Hermione fueron con Elvira a ver al pequeño Poe. Les pareció adorable e hizo muy buenas migas con Minerva, parecía como si supiera que su forma animaga era un gato. Severus estuvo vigilando un rato la sala de estudios.
El día pasó sin incidentes, todo el mundo estaba preparando las decoraciones o los disfraces para esa noche. Llegó la hora de la cena y ya estaban allí casi todos los profesores y alumnos, Elvira y Severus fueron casi los últimos en llegar y se hizo un silencio repentino cuando los vieron aparecer. Elvira llevaba un vestido de Morticia Addams que quitaba el hipo, unos tacones negros y el pelo peinado para que se viera liso y brillante, también llevaba los ojos maquillados en tono oscuro, un poco de rubor en las mejillas y los labios de color rojo pasión, a tono con sus uñas bien esculpidas. Pero la verdadera conmoción llegó cuando vieron que iba cogida del brazo de Severus Snape que llevaba un traje de chaqueta muggle elegante, una corbata negra y camisa blanca, lo que más llamó la atención fue el fino bigote que Elvira le puso con magia y su pelo peinado hacia atrás, estaba sorprendentemente atractivo, ambos fueron a la mesa, él apartó la silla para ella, se sentaron y se disponían a cenar cuando todos los miraban.
-¿Qué? - Preguntaron los dos a la vez.
-Bueno, explicadnos esto, Severus, tú nunca te disfrazas en Halloween, ¿de qué vais disfrazados? - Preguntó Minerva. Elvira dijo:
-Le pedí a Severus que fuera mi pareja esta noche, y que se disfrazara a juego conmigo, seguro que Yoshi y Hermione saben de qué vamos disfrazados, ya que son nacidos de muggles. - Minerva miró a Yoshi y y Hermione, él seguía mudo, ella fue la primera en hablar:
-Sois Morticia y Gómez Addams,¿verdad? - Severus y Elvira asintieron y entonces empezaron a preguntar quienes eran esos personajes, Hermione y Yoshi lo explicaron, mientras Elvira y Severus, que hablaba poco esperando que acabara la cena y empezara el baile, quería intentar largarse de ahí cuanto antes, aunque tendría que bailar un poco con ella antes de intentar escapase con Elvira.
Cuando la cena terminó y dio comienzo el baile los alumnos estaban emocionados, algunos porque nunca habían estado en una fiesta así y los mayores porque estaban deseando tener un momento más cerca de sus parejas. Albus abrió el baile con Minerva como cada año y la pista de baile se llenó enseguida de alumnos y algunos profesores. Minerva seguía molesta con Hagrid y ambos se dedicaron a vigilar a los chicos, Albus también estuvo pendiente de los chicos pero bailó un par de veces con Sybill Trelawney, la profesora de adivinación, que llegó al colegio un par de días antes del inicio del curso escolar, se le complicó el viaje de vuelta de las vacaciones…también bailó un rato con Poppy y Pomona, ninguno de ellos se había disfrazado, pocos profesores accedieron a hacerlo, sólo Severus y Elvira, Yoshi, Hellen y los aprendices Hermione y Neville. Yoshi y Hellen se disfrazaron de vampiros, se maquillaron con la cara muy pálida y los labios muy rojos con unos colmillos falsos, Yoshi se puso un elegante traje de estilo victoriano y Hellen un bonito y vaporoso vestido blanco con encaje y gran escote que llamó la atención de todos, ambos estaban muy elegantes y hacían una gran pareja, ya era más que evidente que eran algo más que amigos, aunque los profesores se habían dado cuenta cuando Minerva y Hermione los sorprendieron dándose un apasionado beso de despedida en la puerta de la habitación de ella cuando iban a consultarle sobre algo, que se les olvidó en cuanto vieron esa escena. Neville y Hermione también fueron como pareja, a nadie le extrañó, eran amigos desde niños y hacían una pareja adorable vestidos de Christine y el Fantasma de la Ópera, pasaron casi toda la noche bailando, Neville seguía siendo un gran bailarín y Hermione lo acaparó toda la noche, se divirtieron mucho juntos, todos los miraban con cariño, estaban seguros de que acabarían juntos.
Elvira y Severus también atrajeron muchas miradas, sobretodo cuando se levantó de su silla, se acercó a Elvira le ofreció la mano, le ayudó a levantarse y la llevó a la pista de baile. Nadie tenía ni idea de que Severus bailara y, mucho menos, que lo hiciera moviéndose con tanta elegancia, las alumnas lo miraban sin terminar de creer que estuvieran viendo a su estricto profesor de pociones bailando y alguna de ellas deseó estar en el lugar de Elvira. Las profesoras en cambio parecían estar viendo un fenómeno paranormal…y eso que en ese castillo veían fantasmas todos los días. Elvira y Severus dejaron de bailar por un rato cuando pusieron música más movida, sólo quedaron allí los profesores más jóvenes y los aprendices con los alumnos. Elvira fue al baño por un momento y Severus fue abordado por Hagrid, Albus y Filius, que aún no se creían que se hubiera vestido así, Hagrid fue el que preguntó lo que todos se preguntaban desde que llegó esa noche pero no se atrevían a preguntar delante de ella:
-¿Cómo te ha convencido para que te vistas así? Aunque lo niegues creo que te ha hechizado…
Severus puso los ojos en blanco, bebió un sorbo de zumo de frutas (había niños, estaba completamente prohibido el alcohol.) Y le contestó:
-No me ha hechizado, me ha convencido sólo con decirme que si yo accedía a venir con ella en pareja y me vestía así, ella se vestiría como la habéis visto, seguro que por verla así cualquiera de vosotros se vestiría de lo que ella quisiera.
Ella volvió del baño y fue a llevarle una copa. Los demás se quedaron sin palabras, no esperaban esa respuesta del profesor de pociones. Volvieron a bailar, Severus le contó la conversación que acababa de tener y ella le dijo que se encontró con Rolanda en el pasillo del lavabo y le preguntó lo mismo, ella le contestó algo similar. Pasaron la noche bailando y charlando, ella le dijo que estaba segura de que Neville y Hermione se gustaban y que en poco tiempo contarían que son pareja. Él lo dudaba, aunque quien sabía, ella había estado con un cenutrio más insoportable, desagradable y maleducado que Longbottom, probablemente a ella le guste, por lo menos Longbottom cuando comía no parecía un animal hambriento.
La noche transcurrió con normalidad, tuvieron que castigar a algunas parejitas de alumnos demasiado fogosas escondidas por los pasillos, los chicos se lo estaban pasando muy bien, bailando y comiendo golosinas, llegó la hora de dar por terminada la fiesta, algunos de los chicos más pequeños estaban sentados con problemas para mantenerse despiertos. El director dijo que ya era hora de acostarse, los alumnos se fueron a sus dormitorios, aunque alguna parejita intentó escabullirse a algún escondrijo en uno de los múltiples pasillos del castillo. Los profesores se dividieron en dos grupos, unos se quedaron en el salón retirando las decoraciones, y los demás fueron a recorrer el castillo para asegurarse de que todos los chicos se fueron a dormir. Severus y Elvira fueron a ver si estaba todo en orden en la zona de las mazmorras y cuando lo comprobaron volvieron un momento al gran salón por si necesitaban ayuda los demás para retirar lo que quedara, pero cuando llegaron ya estaba todo prácticamente controlado, así que se despidieron de los demás, iban a volver cuando escucharon unas risitas cerca de los dormitorios de Gryffindor, fueron a asegurarse de que no fueran unos estudiantes díscolos, cuando se sorprendieron al ver a Hermione Granger y Neville Longbottom dándose las buenas noches con un apasionado beso. Severus le hizo un gesto a Elvira para que no hiciera ruido, se dieron la vuelta y se fueron de allí lo más rápido posible.
Fueron de vuelta a las mazmorras, no se cruzaron con nadie más, ni profesores ni alumnos, iban llegando a la puerta de la habitación de Elvira y ella seguía hablando del beso que acababan de ver.
-Yo no tendré visiones como Sybill pero seguro que soy más intuitiva.
-Por lo menos no estás tan loca como ella… aunque no sé si estás del todo cuerda, si eres capaz de aguantar mis estupideces. - Ella reía.
-Oye, que no eres tan insoportable, una vez que se te conoce puedes llegar a ser agradable, cuando tienes un buen día, claro está. -Estaban parados frente a la puerta de las habitaciones de Elvira.
-Si te soy sincero, desde que estás aquí conmigo, casi todos los días son buenos, son maravillosos.
Severus acarició suavemente su mejilla, luego pasó delicadamente su pulgar por su labio inferior, entonces ella puso sus manos en sus hombros, se puso de puntillas y se acercó a sus labios, él se agachó y enlazando su cintura la acercó a su cuerpo, se besaron apasionadamente, ella estaba apoyada en la puerta, pasaron un tiempo que parecía eterno sólo besándose él acariciaba su pelo y ella tenía una mano en su nuca con la otra agarraba la tela de su chaqueta. Cuando la necesidad de respirar los separó, Elvira abrió su puerta y le dijo:
-¿Quieres pasar?
-¿Quieres que entre?
-Por supuesto.
Elvira cogió su mano y lo arrastró adentro de la habitación y cerró rápidamente la puerta, cogió su varita y activó sus protecciones, esta vez incluyó un hechizo silenciador. Elvira lo empujó contra la puerta cerrada de su sala de estar y empezó a besarlo con ganas. Estaban besándose, ajenos al mundo, cuando fueron interrumpidos por Poe que intentaba llamar la atención de su dueña tocando su pie. Se separaron por un momento.
-¡Oh, Poe! Seguro que te hemos despertado.
Elvira se agachó y recogió al gatito que inmediatamente empezó a restregar su carita por el pecho de su dueña, que dio un pequeño beso en su cabecita.
-Vamos chiquitín, es hora de que duermas… tu mami tiene planes para esta noche.
Elvira le dedicó a Severus una mirada muy seductora. Llevó al gatito a su caja, Polly le había traído una mantita y el gato enseguida se acurrucó como si estuviera en un nido. En pocos segundos estaba dormido.
-Supongo que lo hemos asustado al entrar y cuando ha visto que éramos nosotros se ha calmado.
Severus se acercó por su espalda y abrazó su cintura mientras apartaba con delicadeza su pelo para empezar a darle besos en su cuello.
-Si llego a saber que nos iba a interrumpir ahora, hubiera esperado para dártelo mañana… - Elvira empezó a reír.
-No tiene importancia, no creas que me ha quitado las ganas de seguir con lo que estábamos haciendo…
Se dio la vuelta en sus brazos y lo besó brevemente. Luego cogió su varita y apuntó a Severus que la miró con sorpresa.
-Pero antes de seguir, estás muy guapo pero quiero que estés como siempre. - Enseguida el fino bigote que se había puesto desapareció y su pelo tenía su aspecto habitual, sin rastro de fijador. - Así estás mucho mejor.
Volvió a besarlo. Entonces Severus fue el que se apartó por un momento, apuntó a Elvira con su varita y devolvió su pelo a su aspecto habitual.
-Muy bien, ahora estás perfecta.
Ella volvió a besarlo. Luego empezó a desatar su corbata, la tiró al suelo y empezó a abrir los botones de su camisa. Entonces se separó por un momento de él, cogió su mano y tiró de él para entrar a su dormitorio, en cuanto entraron a la habitación la ropa volaba, estaban cerca de la gran cama de Elvira con sólo su ropa interior sin dejar de besarse y acariciarse por todas partes. Elvira hizo un gesto con la mano y el edredón de plumas se apartó dejando al descubierto las sábanas de seda negra que tanto le gustaban a Elvira. Severus la cogió en sus brazos y la acostó delicadamente en ellas sin apartar los labios de su boca. Se tumbaron juntos. Severus siguió besándola, después siguió besando su cuello, su clavícula, la parte superior de sus pechos, le quitó el sujetador, le encantaba que tuviera el cierre por delante, la miró hipnotizado, tenía un cuerpo maravilloso. Besó sus pechos como si le fuera la vida en ello, siguió bajando y vio que aún llevaba el liguero y las medias, le encantaba que usara medias con ligueros, lo encontraba muy sexy… besó su vientre plano, su piel pálida contrastaba maravillosamente con las oscuras sábanas y su ropa interior negra, vio sus braguitas y con un movimiento de su mano las desvaneció, mirando su pubis con el vello cuidadosamente recortado, quería que se quedara sólo con el liguero y las medias, le encantaban y las medias eran tan suaves.
-¿No quieres que me quite el liguero y las medias? - Severus la miró sonriendo maliciosamente mientras negaba con la cabeza. - Vaya, quien diría que a Severus Snape le gusta la lencería fina. Por cierto, ¿a dónde has mandado mis bragas? - Severus subió por su cuerpo y llegó de nuevo a besarla en la boca. Se apartó y le susurró al oído:
-Las he mandado al cajón de mi ropa interior. Planeo quedarme con ellas.
-¡Qué morboso de tu parte! ¡Me encanta! - Volvió a besarlo y entonces hizo que él se tumbara sobre su espalda y se puso a horcajadas sobre sus caderas.
-Ahora veremos lo que esconde bajo su túnica el gran Severus Snape… aunque ya estoy notando algo muy prometedor. - Le guiñó un ojo y le dio un beso breve, bajó por su cuello y llegó a su pecho, lo besó y acarició lentamente hasta que llegó a la cintura de sus boxers negros. - Bueno, ahora me toca a mi verlo todo de ti.
Desvaneció los calzoncillos y los envió al cajón de sus braguitas. Elvira no era una virgen pudorosa y cuando vio su pene se quedó impresionada, estaba muy bien dotado, ninguno de sus amantes anteriores se podía comparar. Empezó a acariciarlo y cada vez lo notaba más duro y caliente en su mano, ella cada vez estaba más caliente. Él hizo que se tumbara de lado y empezaron a besarse y a acariciarse el uno al otro, ella estaba cada vez más húmeda, sus dedos la penetraban y le hacían ver las estrellas, deseaba algo más que sus dedos… y él no podía aguantar mucho más. Así que la hizo parar.
-Si no paras ahora, esto acabará demasiado pronto.
Él la hizo ponerse sobre su espalda y abrió las piernas, la penetró lentamente disfrutando cada segundo, encajaban perfectamente, ella nunca sintió nada parecido, había estado con muchos hombres pero ninguno le había dado tanto placer, era un amante muy generoso, la acariciaba, no sólo sus pechos, la tocaba por todas partes, y la besaba como nadie lo hizo antes, llegó al orgasmo en poco tiempo y cuando aún se estaba recuperando él comenzó a acariciar su clítoris y, en cuestión de unos pocos segundos, tuvo otro intenso orgasmo que hizo que Severus se corriera poco después dentro de ella, sus últimas fuertes embestidas le hicieron sentir un gran placer.
Severus se tumbó por un momento encima de ella, besando su cuello, disfrutando de su olor, de la suavidad de su piel y su pelo. Ella acariciaba su espalda y su pelo, mientras recuperaba el aliento, le besó el hombro. Él se apartó de ella sólo para no aplastarla, si fuera posible se hubiera quedado así para siempre. Se tumbó sobre su espalda y ella se acercó a él y apoyó su cabeza sobre su pecho, acariciando el pelo de su pecho. Severus la abrazó contra su cuerpo, enlazaron sus piernas y él acariciaba tiernamente su espalda. Severus habló por primera vez, ella lo miraba con atención:
-Elvira, sé que te puede resultar un poco sorprendente, hace apenas unos meses desde que nos volvimos a ver después de muchos años, pero después de lo que ha ocurrido esta noche, puedo asegurarte sin ninguna duda que me he enamorado de ti. - Elvira lo escuchaba sumamente feliz.
-Por fin me lo has dicho. Llevo enamorada de ti desde que te conocí, en aquel entonces sabía que para ti sólo era tu mejor amiga y cuando me fui de Hogwarts intenté olvidarte, pero no pude… y lo intenté con muchos hombres, magos y muggles, pero no eras tú, nunca he podido olvidarte y cuando le pedí trabajo a Albus y me dijo que trabajaría contigo no me lo pensé, sólo quería volver a verte, tener la oportunidad de tener algo contigo, lo que fuera, te quiero. - Severus le hizo subir la cabeza y la besó en los labios.
-Yo también te quiero. Puede que al principio sólo te viera como una amiga, pero después de la caída del Señor Oscuro y de superar mis traumas emocionales me sorprendía pensando en ti muy a menudo, cuando Albus recibía una carta tuya durante el desayuno le preguntaba por ti, nunca me atreví a pedirle tu dirección, no me dijo que te hubieras casado, pero temía que sí tuvieras novio o que te escribiera y no quisieras saber nada de mi después de tanto tiempo, que estuvieras enfadada conmigo por no intentar contactar contigo antes…así que, ¿qué te parece si olvidamos el pasado? Yo ya no quiero separarme de ti, creo que no puedo vivir sin ti. - Elvira lo besó profundamente:
-Yo tampoco puedo vivir sin ti, ahora, ¿qué te parece si dormimos un rato, mi amado murciélago?
-Muy bien, mi querida bruja, buenas noches.
-Buenas noches, Severus.
Elvira se acurrucó lo más cerca que pudo de él, le dio un beso en la clavícula, él la abrazó y besó su frente. Elvira hizo un gesto con la mano, lanzó un hechizo de limpieza para que estuvieran más cómodos, hizo otro gesto y se apagaron las luces. En pocos minutos estaban dormidos y felices como nunca.
