Capítulo 13: El día siguiente.
Severus y Elvira seguían durmiendo a las 8 de la mañana, ese día no había clases y estaban aún durmiendo casi en la misma posición en que se quedaron dormidos, en medio de la pasión olvidaron cerrar la puerta y Poe fue a buscarlos, era un gatito muy listo, trepó por el dosel y se subió al baúl y de ahí pasó a la cama. Caminó por el colchón hasta que llegó a la altura del pecho de Severus y se subió a él avanzó un poco más y empezó a lamer la nariz de Severus y sus mejillas, el profesor empezó a moverse, se llevó la mano a la cara y empezó a quejarse. Abrió los ojos y vio al gatito mirándolo desde su pecho.
-No… Poe, ¿Qué haces? - Elvira se removió un poco, sin abrir aún los ojos, dijo:
-¿Severus, qué pasa?
-Tu gato ha venido a despertarnos.
Elvira levantó la cabeza del pecho de Severus abriendo lentamente los ojos, mirando al gatito.
-Poe, chiquitín, ¿Qué haces aquí? No sabía que te gustaba subirte a las camas a despertar a la gente. - Severus sonrió un poco.
-Yo sí lo sabía, estaba deseando que llegara el día de tu cumpleaños para dártelo, me despertaba así desde que lo recogí, tiene una extraña obsesión por lamerme la nariz.
Elvira le sonrió mientras acariciaba el gato aún tumbada bocabajo sobre el pecho de Severus.
-Sabes, entiendo que le guste tu nariz, a mi también me gusta mucho, cariño. - Le dio un beso suave en los labios.
-Por cierto, buenos días, querido murciélago.
-Buenos días, querida bruja.
Se miraron sonriendo por un instante hasta que Poe los interrumpió reclamando su atención.
-Bueno será mejor que nos levantemos, nuestro amiguito no nos dejará en paz hasta que le demos algo de comer. - Dijo Severus.
Elvira, con esfuerzo se desenredó de sus brazos y él también se estiró un poco, pero se quedó un momento en la cama.
-¿No te levantas, mago perezoso?
Dijo Elvira mientras se levantaba con el gato en sus brazos y dejándolo en el suelo, el gato fue al baño donde tenía su caja de arena.
-Es tu gato, ¿no? Además estoy mirando y no veo donde están mis calzoncillos ¿Qué hiciste con ellos, bruja gamberra?
-Lo mismo que hiciste tú con mis braguitas, mago morboso, guardarlos de recuerdo.
Elvira se inclinó sobre él y le dio un beso en los labios, antes de que el la agarrara de la cintura, se apartó y fue a la percha y se puso una bata por un momento y fue a ver si el comedero y el bebedero de Poe estaban llenos. Como sospechaba estaban vacíos, llamó a Polly y le dijo que por favor los llenara, o que le dijera donde estaba la comida, la elfa le dijo que no era necesario, ella le pondrá de comer al gatito encantada, Elvira lo agradeció pero prefería saberlo por si algún día le tenía que encargar otra cosa más urgente. Accedió y le dijo que estaba en una puerta del mueble de la sala de estar que estaba vacía. Le dijo a Polly que se fuera, sabía que los elfos habían trabajado hasta tarde el día anterior y le ordenó que descansara.
Después de ponerle la comida en el comedero apareció Severus en la sala de estar desnudo con Poe ronroneando en sus brazos. Estaba mirándolo fijamente.
-Vaya, profesor Snape, qué atrevido por su parte paseándose desnudo por mis habitaciones…
-Pues, Señorita O'Hara, es también muy irrespetuoso que yo esté desnudo y tú estés tan vestida.
-¿No querrás que reciba a mi amiga Polly desnuda? - Severus dejó al gatito en el suelo que fue alegremente a su comedero y empezó a comer. Severus se acercó a Elvira y la abrazó por la cintura.
-Pues claro que no quiero que recibas desnuda a Polly, no quiero que recibas a nadie desnuda, ese es un placer que quiero que sea sólo para mis ojos. - Elvira sonrió mientras él le besaba lentamente el cuello.
-Está bien, sólo te recibiré a ti cuando esté desnuda, pero debe ser recíproco, verte desnudo debe ser un espectáculo sólo para mí.
-Ok, tenemos un trato, qué tal si vamos al baño y "estrenamos juntos" tu ducha…la próxima vez podríamos probar mi bañera, es más grande que la tuya y lo pasaríamos muy bien allí.
-Una idea maravillosa. - Dijo Elvira mientras se apartaba de él y se abría la bata y dejándola caer al suelo. Él la miró embobado, aún no podía creer la suerte que tenía. Ella salió corriendo al baño y le gritó.
-¡No tardes o me ducharé sola! - Severus salió corriendo detrás de ella y cerró la puerta del baño detrás de él.
Salieron del baño al cabo de una hora él con una de las toallas de Elvira alrededor de su cintura, ella envuelta en su albornoz, él volvió a abrazarla y besarla, no podía parar de hacerlo, a pesar de que pasaron la última hora en la ducha tocándose y besándose con pasión, Severus le hizo el amor dentro de la ducha. Cuando Elvira se apartó por un momento le preguntó:
-Severus, sé que nos queremos y no dudo de ello, pero, ¿Has pensado en qué haremos ahora? Sé que no están prohibidas las relaciones entre el personal de la escuela, pero creo que me gustaría que no lo anunciemos aún. Por ahora no me apetece que me pregunten por el tamaño de tu polla en la próxima noche de chicas. - Severus se quedó aún más pálido, se sentó en la cama.
-¿Qué? Me estás diciendo que en la primera noche de chicas del curso, te preguntaron por el tamaño de mis partes. - Elvira sonrió al verlo un poco avergonzado.
-No te preocupes, no las dejé especular, además fue Rolanda la que sacó el tema, cuando nos conocimos ella estaba en segundo año y me preguntó por lo que le dije a Sirius sobre ti, le dije que sólo fue una treta para que me dejara en paz, el tema quedó ahí. No fue nada. - Severus estaba algo más tranquilo. - Además si algún día me preguntaran por el tamaño de tu increíble polla, no tendría que mentir, seré la envidia de todo el personal femenino.
Entonces Elvira se acercó a él lo besó apasionadamente y le quitó la toalla de su cintura y empezó a acariciarlo lentamente.
¿Qué haces? Tenemos que ir a desayunar, no me importaría volver a hacerlo pero es probable que me desmaye a mitad del polvo, no hemos comido nada desde anoche y tenemos que reponer fuerzas.
-Está bien, como siempre tienes razón. - Dijo Elvira. Severus recordó de pronto algo.
-Por cierto, no te lo he dicho antes, que tengamos una relación no está prohibido ni mal visto, pero las muestras de cariño deben estar limitadas al ámbito privado, no podemos ponernos demasiado cariñosos en público, para que no nos pille ningún alumno, así que eso que hablamos de hacerlo en el aula del estirado ese del profesor de Aritmancia no podrá ser… aunque nos dé mucho morbo… aunque pensándolo bien, quizás sea mejor planteárselo durante las vacaciones de Navidad que no se quedará aquí mucha gente. - Él la miró con una sonrisa malvada. Elvira le contestó:
-Ya tengo ganas de que lleguen las vacaciones de Navidad para hacer travesuras contigo por todo el castillo. - Él le dijo:
-Bueno, quitando unos pocos alumnos, sólo se quedan un profesor o dos además de Minerva, Poppy, Albus y Pomona. Así que podemos vagar por las noches todo el tiempo que queramos. Si se encuentran con algo que no deberían ver que se hubieran quedado en sus habitaciones.
-Muy bien, Severus, me voy a vestir sólo un poquito, le pediré el desayuno a Polly y nos lo comeremos aquí. Después tendrás que ir a tu habitación a vestirte, no nos podemos quedar aquí encerrados todo el día si queremos ser discretos con lo nuestro, por ahora.
-Está bien, lo que diga mi señora.
Recogió su ropa de anoche y le quitó el hechizo que usó para cambiar su levita para hacer su disfraz. Se puso los pantalones y la camisa dejando abiertos los primeros 3 botones. Ella se puso su camisón y unas braguitas. Él fue un momento al baño mientras ella encargaba a Polly que trajera desayuno para dos. La elfa llegó en seguida con un abundante desayuno que dejó en la mesita de café.
En cuanto se fue se quedaron en la sala de estar. Comieron tranquilamente, bromeando, dándose de comer el uno al otro, en un momento dado llegó Poe que se empezó a restregar entre ellos para llamar su atención, quería mimos tanto de Elvira como de Severus.
-Vaya, creo que mi pequeño Poe se ha encariñado contigo también…tiene buen gusto.
-Igual que su dueña…
Estuvieron un rato besándose mientras Poe los miraba con curiosidad.
-Bueno, preciosa, será mejor que salgamos de aquí, ya deben estar haciendo apuestas sobre si estamos juntos o cuánto tardaremos en bajar o en casarnos. - Elvira lo miró extrañada.
-¿De verdad crees que estarán haciendo apuestas sobre nosotros?
-Llevas aquí poco tiempo como miembro del personal y no lo sabes, aquí se entretienen apostando y como aún no ha empezado la temporada de quidditch buscan otras cosas en las que apostar… yo no suelo meterme en apuestas con esta gente, se lo toman demasiado a pecho. - Se rieron, de pronto Elvira miró a su pared detrás de Severus extrañada, acababa de aparecer una puerta ante sus ojos.
-Eso antes no estaba allí. - Severus miró a donde ella señaló y vio una puerta que antes no estaba ahí. Ambos se acercaron y la abrieron al otro lado apareció la sala de estar de Severus.
-Esto seguro que es cosa de Albus, estoy seguro que el viejo loco ha hecho que el castillo nos dé una puerta en caso de que pasemos la noche juntos.
-Bueno, si es así seguro que contamos con su aprobación. - Entraron un momento, Elvira volvió a su habitación a vestirse y Poe se coló en las habitaciones de Severus.
-¿Dónde vas Poe? - El gatito saltó rápidamente al sillón favorito de Severus junto a la chimenea.
-Déjalo un rato, en los dos días que he estado cuidándolo al pequeño demonio le gustaba quedarse en ese sillón, cuando me vista lo llevaré de vuelta a tu habitación, ve a vestirte tranquila.
Ambos se arreglaron rápidamente, Severus se tuvo que dar una ducha fría muy rápido antes de vestirse. Cuando salió recogió al gatito que dormitaba en el sillón, atravesó su nueva puerta y lo dejó en su cunita improvisada. Elvira salió de su dormitorio con su ropa de trabajo habitual poniéndose su capa, empezaba a hacer frío. Él le dijo que saldría por su propia habitación por si había alguien intentando confirmar el resultado de alguna apuesta… para fastidiársela. Ella le dijo que cuando saliera llamara a su puerta y que ella saldría como si no hubiera pasado nada. Así lo hicieron y se saludaron como si no hubieran pasado la noche y la mañana haciendo el amor. Casualmente pasaba por allí Minerva que los miró mientras hablaban y les saludó preguntándoles por qué no habían ido a desayunar con los demás.
-De eso estábamos hablando Severus y yo, nos olvidamos de poner la alarma y se nos ha pasado la hora del desayuno, yo le pedí el desayuno a Polly. - Minerva miró a Severus con suspicacia.
-Espero que hayas desayunado, Severus. - El mago puso los ojos en blanco ante la pregunta.
-Claro que sí, se lo pedí a mi elfo y he comido bien, ¿algo más que quieras saber, MAMÁ? - Preguntó burlonamente.
-No seas memo, sabes que me preocupo por ti, so imbécil. Bueno chicos, me voy a Hogsmade, ¿necesitáis algo de allí? Venía a preguntároslo.
-No, gracias por el ofrecimiento Minerva…y disculpa a este maleducado, no volverá a ser grosero contigo si no quiere que lo castigue.
Elvira dijo lo último con un tono tan insinuante que no pasó desapercibido para ninguno de los otros dos. Severus se quedó sin palabras y Minerva simplemente se despidió y se apresuró a irse porque no podía aguantar la risa por la cara que había puesto Severus, por no hablar de que, sin decir nada, habían confirmado sus sospechas, no diría nada a nadie ni les preguntaría directamente, pero sabía que estaban juntos. Cuando la mujer mayor se perdió por el pasillo Severus le susurró al oído:
-Cuando volvamos a tu habitación o la mía tendremos que hablar de eso de que me vas a castigar…
-¿No te gustaría que te castigue? No te dolerá.
-No es miedo al dolor, simplemente has despertado mi curiosidad.
-Me encanta que seas tan morboso.
-Sólo contigo.
Habían pensado quedarse hasta la hora del almuerzo charlando en los jardines, pero cuando llegaron estaba lleno de estudiantes que los miraban y cuchicheaban, así que viendo que se estaban convirtiendo en el centro de atención decidieron irse a otro lado. Recordaron que tenían que preparar la siguiente dosis de la poción de Severus, tenían que hacer la base y dejarla en reposo una hora y media, después tenían que echar las hojas de su planta recién cortadas, así que se marcharon a los invernaderos a buscar unas hojas más de su planta, sabían que Pomona andaría por allí como siempre a esa hora, era la hora a la que solía renovar los hechizos protectores de plagas, si le ponía un hechizo permanente se podría ralentizar el crecimiento de las plantas, así que solía vigilar los hechizos cada día aproximadamente a la misma hora y renovarlos si era necesario. Estuvieron allí pronto y le dijeron a Pomona que después del almuerzo necesitarían algunas hojas más para la poción, ella le dijo que sin problema, para que funcionara mejor la poción las hojas debían cortarse inmediatamente antes de hacer la poción, así que Pomona solía sacar un pequeño plantón y lo ponía en una maceta pequeña con un hechizo que la mantendría perfectamente fresca todo el tiempo necesario, así se aseguraban de que mientras iban al laboratorio de Severus no se marchitaría ni un poquito, era una planta muy prolífica y frondosa, pero se marchita rápidamente cuando se separa de la raíz, así que echaban la hoja entera directamente al caldero así podían aprovecharse todas sus propiedades. Dejaron a Pomona terminando de revisar los hechizos con Neville, les dijo que prepararían la planta en cuanto acabaran.
Fueron al laboratorio de Severus y estuvieron preparando la base de la poción, conteniendo las ganas de saltar el uno sobre el otro, pero un laboratorio no es sitio para ponerse juguetón… hay sustancias peligrosas, pero, quizás después del almuerzo, cuando la terminaran, podrían jugar un poquito, esta vez en la habitación de Severus.
Llegó la hora del almuerzo y esta vez no se lo podían saltar. Pusieron la poción en reposo con un hechizo para que reposara y se mantuviera inalterable hasta que volvieran tras almorzar. Elvira pasó un momento por su habitación para vigilar que Poe estaba bien. En cuanto abrió la puerta el gato salió disparado en su búsqueda. Ella lo cogió en sus brazos y lo acarició.
-¿Has echado de menos a mami? Seguro que sí, pero eres muy pequeño para deambular sólo por el castillo, te compraré un collar nuevo y lo hechizaré para que te traiga de vuelta aquí si te pierdes o estás en peligro, ¿A que te gustaría? ¿Verdad precioso? Sí, mi amor, te compraré un collar muy bonito.
Seguía hablando y haciéndole carantoñas al gatito en el umbral de su puerta con la puerta abierta cuando llegó Albus. Elvira se dio la vuelta cuando Albus empezó a hablar:
-Hola, querida, venía a verte. ¡Oh, vaya, así que este pequeñín es el regalo de Severus!
El gatito lo miraba con curiosidad desde los brazos de Elvira y cuando Albus se inclinó para mirarlo el gato intentó alcanzar su larga barba.
-Sí, éste es Poe. ¿A que es una auténtica monada?
-Sí que lo es, bueno, no venía sólo a ver a esta encantadora criatura. También venía a preguntarte si ya ha aparecido la puerta entre tus habitaciones y las de Severus, como director, el castillo me avisa cuando aparece cualquier elemento nuevo, no me dice cuando aparecerá solamente me pide que lo autorice, pocas veces niego el permiso, pero esta vez fui yo quien pidió al castillo que pusiera la puerta antes de que surgiera la necesidad de ella sin pedirme permiso. - Elvira lo miró.
-Será mejor que entres Albus, quiero hablar contigo y no quiero que se entere todo el colegio.
Por supuesto, querida. - Entraron y Elvira le ofreció si quería una bebida, Albus le dijo que no se molestase y ella le dijo sin perder tiempo:
-Después de ver la puerta esta mañana supuse que lo sabes y lo apruebas, ¿Estoy en lo cierto? - Albus asintió con una sonrisa.
-Me encanta que no te andes con rodeos. Sí, sé lo tuyo con Severus y me alegro mucho por vosotros, puse un hechizo para que la puerta surgiera en cuanto vosotros os decidierais a estar juntos, pero nadie sabe que lo hice.
-Gracias, Albus, podemos contar con tu discreción, espero, por cierto, ¿cómo supiste que esto sucedería algún día? - Albus sonrió.
-Por supuesto que no diré nada hasta que Severus y tú decidáis que queréis contárselo a todos. Saberlo, lo supe desde que os vi charlando en el jardín de Hogwarts por primera vez hace años, supe que en cuanto él superara lo que le pasó con Lily estaríais juntos, además, ¿por qué crees que has acabado trabajando aquí?
-¿Qué quieres decir?
-Sabía que te habías quedado sin trabajo por tu madre, coincidí con ella durante mis vacaciones y me dijo que estabas buscando trabajo en Nueva York, le dije que me gustaría contratar un ayudante para Severus, ella recordaba que en tus cartas y cuando volviste de Hogwarts no parabas de hablar de un "Severus" y que creía que estabas enamorada de él. Ella me dijo que te sugeriría que me escribieras y entre ella y yo conseguimos que tus entrevistas de trabajo fueran horribles, cuando me escribiste te contesté de inmediato y le escribí también a tu madre para decirle que nuestro plan había dado resultado.
Elvira escuchó sin interrumpir, se había quedado patidifusa. Antes de decir nada, usó su varita para ponerle comida y agua a Poe en su comedero, lo puso en el suelo y dijo:
-Sois un par de viejos manipuladores y en cuanto pueda le escribiré a mi madre para decirle cuatro cosas… pero no estoy enfadada con vosotros, porque el resultado de vuestra manipulación es positivo y somos felices juntos, pero si no llega a funcionar ahora tú tendrías forúnculos dolorosos por todo el cuerpo y mi madre estaría recibiendo un aullador, pero en cuanto la volviera a ver también recibiría forúnculos. - Los dos se miraron y se rieron.
-Bueno, querida, será mejor que vayamos a almorzar, además cierto murciélago puede estar preguntándose donde está su bruja.
Salieron al pasillo y vieron que Severus estaba acercándose a ellos, se dirigió a Elvira.
-Te estaba buscando, ¿Dónde estabas? - Contestó Albus antes de que Elvira dijera nada.
-Tranquilo Severus, que no la vas a perder, tu bruja estaba enseñándome el regalo de cumpleaños que le hiciste.
-Albus te agradecería que no le digas nada a los demás por el momento. - El anciano rió suavemente.
-No te preocupes, muchacho, ya le he dicho a Elvira que sería discreto, no diré nada a no ser que vosotros lo contéis antes. Ya te contará ella nuestra conversación, no perdamos más tiempo y vamos a almorzar.
-Está bien. - Dijeron los dos casi a la vez.
Almorzaron entre miradas de curiosidad por parte de alumnos y profesores. Nadie sabía a ciencia cierta si eran pareja o no, pero nada les impedía especular. Severus estaba hablando con Pomona preguntándole si la planta estaba preparada, y Elvira se entretenía hablando con Minerva, de vez en cuando miraba a Hermione y Neville que se dedicaban sonrisitas y tímidas miradas mientras charlaban. Sí estaban tratando de disimular, estaban fracasando miserablemente…por lo menos a ojos de Elvira y Minerva, que también los miraba disimuladamente.
Cuando terminó el almuerzo se retiraron para terminar las tareas pendientes del día anterior, los chicos fueron a la sala de estudios y a la biblioteca o se repartieron por sus salas comunes, pocos fueron al exterior, estaba empezando a refrescar. Elvira y Severus fueron a comprobar su poción según lo planeado, Pomona les dijo que había dejado la maceta en el invernadero, que ella iba a descansar a su habitación, si querían algo Neville estaría por allí plantando unas semillas que le había mandado Luna desde Brasil. Elvira le dijo a Severus que se quedara en el laboratorio preparando el resto de ingredientes, le dio un beso y le dijo al oído:
-No tardaré nada.
Salió corriendo antes de que la cosa se calentara más de la cuenta, lo cual era muy fácil entre ellos… Elvira llegó al invernadero y fue a buscar la maceta donde Pomona le dijo, pero nadie le dijo a Neville que irían a buscar la maceta y se encontró con el tímido aprendiz y Hermione Granger en una postura muy comprometida, ella tenía la blusa abierta y el chico tenía las manos bajo su falda, ella intentaba abrir su cinturón, pero la chica vio a Elvira y se asustó, apartando a Neville bruscamente que se dio la vuelta y vio a una Elvira muy sorprendida pero que los miraba con una enorme sonrisa.
-Tranquilos chicos, que ya me voy, seguid con lo vuestro. - Cogió la maceta dispuesta a irse.
-Espera Elvira. - Dijo Hermione, Neville aún estaba con la cabeza gacha y no hablaba.
-No os preocupéis, queridos, que no voy a decirle nada a nadie, pero no me sorprende, anoche os vi en un pasillo, creo que hacéis una pareja adorable. - Hermione se tranquilizó y Neville parecía que había recuperado el habla.
-Elvira no le digas a Pomona que Hermione y yo estábamos aquí… ya sabes.
-Por supuesto que no, tranquilos que soy discreta, pero será mejor y más discreto que lo hagáis en alguna de vuestras habitaciones, a no ser que en el fondo seáis unos aventureros y os guste el peligro. - Los chicos se ruborizaron, Elvira se echó a reír y ellos se unieron a sus risas, ella se despidió prometiendo guardar el secreto.
Elvira volvió al laboratorio con la maceta. Allí la esperaba Severus un poco impaciente.
-Has tardado mucho.
-¿Ahora me vas a controlar? ¿No confías en mí? - Dijo Elvira poniendo la maceta en la mesa. Severus se acercó a ella y la abrazó por la cintura.
-Por supuesto que me fío de ti, lo que pasa es que te echaba de menos, ¿no te he dicho que ya no puedo vivir sin ti? - Le dio un beso apasionado. Cuando se apartaron ella le dijo:
Está bien, vamos a terminar la poción y cuando terminemos te contaré un montón de cosas, no quiero que al distraernos, se estropee, no me gusta desperdiciar ingredientes y menos éste. - Dijo señalando la maceta pequeña que acababa de traer.
Terminaron la poción y mientras se enfriaba antes de embotellarla y limpiaban el laboratorio le contó lo que había visto en el invernadero, le advirtió que no contara nada.
-Me ofendes, ¿de verdad crees que no soy discreto?
-Sólo te lo digo por si acaso…además eres del único que me fío.
Embotellaron la poción y la guardaron en el armario del baño de Severus bien etiquetada. Se fueron a la sala de estar de Severus y pidieron un té, estaban tomándolo y mientras Elvira le contó la conversación que había tenido con Albus. Severus se quedó de piedra:
-Severus ¿estás enfadado conmigo?
-No, no contigo. Será manipulador, ¡Ese viejo cabrón! - Ella se acercó a él, se sentó en su regazo y le dijo:
-Al final ha resultado bien… ¿o es que ya te arrepientes de que estemos juntos? - Él puso un brazo alrededor de su estrecha cintura y su otra mano agarró con fuerza su cadera.
-Nunca me arrepentiré de estar contigo, te quiero. Sé que nos ha hecho un favor, pero creo que voy a vengarme… - Elvira parecía asustada.
-¿Qué vas a hacerle?
-Nada grave, sólo le haré pasar un poco de vergüenza, había pensado ponerle un hechizo en su copa durante la cena de hoy, cuando la toque su pelo se volverá verde y se mantendrá así mientras yo quiera. ¿Qué te parece? ¿O mejor una poción laxante en su té? - Elvira empezó a reír.
-Lo del pelo es suficiente, es mayor y sería terrible si uno de los magos más famosos del mundo muriera por una diarrea.
Se echaron a reír y entonces empezaron a besarse con pasión, se acostó en el sofá con Elvira encima de él, ella con un gesto los desnudó y dejó su ropa doblada en el sillón cercano, ella estaba preparada y a horcajadas hizo que él la penetrara y empezó a subir y bajar sobre él juntando sus caderas, él acariciaba y besaba sus pechos que rebotaban frente a su cara, sujetó con fuerza las caderas de Elvira metiéndosela hasta el fondo…Elvira llegó al orgasmo rápido, él siguió embistiendo con pasión dentro de ella, hizo que ella se tumbara sobre el sofá, hizo que ella pusiera su pierna alrededor de sus caderas mientras sujetaba sus manos sobre la cabeza de la mujer con una sola mano, con la otra mano acariciaba su clítoris hasta que ella se corrió gritando el nombre de Severus, quien sólo segundos después de oírla gritar así se corrió dentro de ella. Severus se apartó de ella para no aplastarla, se tumbó con ella encima de él, mientras ambos recuperaban el aliento.
-Has estado maravilloso, como siempre. Te quiero. - Dijo ella besándolo.
,-Yo también te quiero.
Pasaron un rato allí desnudos, sólo descansando y dándose besos y lentas caricias. Cuando llegó la hora de volver a salir para ir a cenar, usaron hechizos para limpiarse, si se hubieran duchado, con el estado de ánimo que tenían en ese momento, no hubieran llegado ni al desayuno del día siguiente. Se estaban vistiendo y Severus de repente se congeló cuando se estaba cerrando los botones de su camisa.
-Elvira, no puedo creer que no te lo preguntara antes, ¿te estás tomando alguna poción anticonceptiva?
-Sí, me tomé una el día que llegué aquí, una con 6 meses de efectividad, me puse ese tope de tiempo para arrastrarte a mi cama. - Él sonrió.
-¿Planeabas seducirme desde que volviste?
-Siempre he querido seducirte… - Elvira le guiñó un ojo mientras se ajustaba su vestido. Terminaron de arreglarse y ella volvió a su habitación a través de su nueva puerta, se reunieron en la puerta del comedor y la cena transcurrió normalmente, salvo por las miradas avergonzadas que Hermione y Neville dirigían a Elvira, ella les devolvió una sonrisa.
Cuando se despidieron de los demás, Elvira y Severus volvieron a sus respectivas habitaciones. Habían quedado en que ella dormiría en su habitación esa noche. Ella antes de ponerse un camisón por si lo necesitaba más tarde, se lavó los dientes, se aseguró de que Poe estuviera bien, pero cuando se iba a ir la siguió y no quería separarse de ella, le preguntó a Severus si podían poner la cunita de Poe en su sala de estar esa noche, él no podía negarle nada, la pusieron allí no muy lejos de la chimenea, y antes de irse a la cama, se aseguraron de que no tenían nada pendiente para el día siguiente. Una vez tranquilos, ese día no tenían vigilancia, aseguraron las protecciones, pusieron el aviso para la mañana siguiente, un poco antes de lo habitual para ducharse juntos, y se acostaron, hicieron el amor apasionadamente, como siempre, cuando acabaron usaron un hechizo de limpieza, apagaron las luces y se durmieron agotados y abrazados.
